Eres algo así como un día lluvioso de esos en los que se busca calor en una taza de café y las sábanas con la tele encendida. Eres cómoda niña, eres paz.
Me encantaría poder saber qué pensamientos tienes en la cabeza, ver a tus ojos y poder leer lo que sientes; todas esas frustraciones que te hacen pensar que perderás la cordura al hablar.