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#días de campo
aschenblumen · 1 year
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Película basada en los relatos de Federico Gana. Música de Jorge Arriagada y Alfonso Leng. Disponible para ver online, con subtítulos en italiano incrustados.
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msostiz · 2 years
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Estar pasado de moda (El tranvía fantasma)
Estar pasado de moda (El tranvía fantasma)
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desorden-en-letras · 1 year
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El frío y la lluvia en un hermoso paisaje me calma en días de dolor.
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Sara María.
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 argeles-retirada.blogspot.fr/ Retirada Republicana-Guerra In-civil
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De cómo los republicanos españoles fueron humillados por Francia en las arenas de sus campos de concentración: La Memoria al servicio de la Justicia. Día 116
Aumenta mi sensación de alienación y extranjería con mi propio tiempo, pues a cada día que pasa constato que somos menos numerosos los que aún dignificamos la Memoria de la Segunda República española
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eufoniasdelarteemm · 1 year
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Cumpleaños
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En el tiempo en que festejaban el día de mi cumpleaños,
Yo era feliz y nadie estaba muerto.
En mi antigua casa, hasta cumplir años era una tradición de hace siglos,
Y la alegría de todos, y la mía, armonizaba con una religión cualquiera.
En el tiempo en que festejaban el día de mi cumpleaños
Yo tenía la gran salud de no percibir ninguna cosa,
De ser inteligente entre la familia,
Y de no tener las esperanzas que los otros tenían en mí.
Cuando llegué a tener esperanzas, ya no sabía tener esperanzas.
Cuando llegué a tener la vida, perdí el sentido de la vida.
Si lo que fui de supuesto en mí mismo
Lo que fui de corazón y parentesco,
Lo que fui de fiestas de media provincia,
Lo que fui de ámenme y soy niño
Lo que fui —¡Ay, Dios mío! Lo que sólo hoy sé que fui…
A qué distancia…
(ni el eco)
¡El tiempo en que festejaban el día de mi cumpleaños!
Lo que ahora soy es como la humedad en el corredor final de la casa,
Poniendo espigas en las paredes…
Lo que ahora soy (y la casa de los que me amaron tiembla a través de mis lágrimas),
Lo que ahora soy es haber vendido la casa,
Es haber muerto todos
Es sobrevivir a mí mismo como un fósforo frío…
En el tiempo en que festejaban mi cumpleaños…
¡Que mi amor, como una persona, ese tiempo!
Deseo físico del alma de encontrarse allí otra vez,
Por un viaje metafísico y carnal,
Como una dualidad de yo para mí…
¡Comer el pasado con pan de hambre, sin tiempo de mantequilla en los dientes!
Veo todo otra vez con una nitidez que me ciega para lo que hay aquí…
La mesa puesta con más lugares, con mejores diseños en la loza, con más vasos,
La alacena con muchas cosas —dulces, frutas, el resto en la sombra debajo del zarzo—
Las tías viejas, los primos diferentes, y todo era por mi causa,
En el tiempo en que festejaban el día de mi cumpleaños…
¡Detente, corazón!
¡No pienses! ¡Deja el pensar en la cabeza!
¡Oh, Dios mío, Dios mío, Dios mío!
Hoy ya no cumplo años.
Duro.
Se me suman los días.
Seré viejo cuando lo sea.
Nada más.
¡Rabia de no haber traído el pasado guardado en el bolsillo!
¡El tiempo en que festejaban el día de mi cumpleaños!…
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dergarabedian · 4 months
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25 años del Día de Campo: recuerdos de periodistas
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galaxiadeletrasposts · 8 months
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En el apartado «HISTORIAS QUE PASAN» (nombre en honor de mi ídolo Pedro Reyes), compartiré pequeñas experiencias que surgen en el oficio de escribir.
Si me dieran un euro cada vez que me han dicho lo que os cuento hoy, os aseguro que me podría comprar una casa en la playa 🤪🤪🤪🤪
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alertachiapas · 1 year
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“Las lesbianas vivimos porque resistimos”
Lidiamos todos los días contra un sistema que es ‘hetero’, normativo, patriarcal, machista, misógino y feminicida: Activista. Hoy es el Día de la Visibilidad Lésbica. “A Chiapas le falta quitarse la venda y dejar de creer que la homosexualidad en las mujeres no existe”, declaró la activista Tere Campos, de la Colectiva Brujas Violetas Capítulo Cuarto en el Día de la Visibilidad Lésbica. El 26 de…
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elcorreografico · 1 year
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27/1 Día del Holocausto: Miles de testigos de Jehová entre los millones de víctimas del nazismo
#Mundo #Religión #Sociedad #Alemania | 27/1 #DíadelHolocausto: Miles de #testigosdeJehová entre los millones de víctimas del #nazismo
El 27 de enero, se celebra el Día Internacional de Conmemoración del Holocausto.[1] Esta es una fecha emblemática para conmemorar a las víctimas del nazismo. El terror asesino nazi fue dirigido contra millones de personas por cuestiones raciales, de nacionalidad, o de ideología política. Sin embargo, es un hecho menos conocido que entre las víctimas de los nazis estuvieron miles de testigos de…
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lifewithaview · 2 years
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Alba Flores and Harlys Becerra in "Vis a vis / Locked Up" (2015) Un día de campo
S1E4
A prison official is accused by one woman inside. Macarena's father ask for help to an old workmate. The Egyptian is following Leopoldo and Román. One of the women is under pressure to help with the police investigation.
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msostiz · 2 years
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El tranvía fantasma
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eduardoskipper · 2 years
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 argeles-retirada.blogspot.fr/ Retirada Republicana-Guerra In-civil
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De cómo los republicanos españoles fueron humillados por Francia en las arenas de sus campos de concentración: La Memoria al servicio de la Justicia. Día 116
Aumenta mi sensación de alienación y extranjería con mi propio tiempo, pues a cada día que pasa constato que somos menos numerosos los que aún dignificamos la Memoria de la Segunda República española
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c-i-e-l-o-azul · 2 months
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Quería salir corriendo e ir a invitarle un café, un día de campo, una cena o una vida entera.
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pondysselth · 3 months
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Así de caluroso || Enzo Vogrincic
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El sol del mediodía caía a plomo sobre las calles de Montevideo, convirtiendo el asfalto en un espejismo humeante. El miércoles transcurría como cualquier otro día de verano, sofocante e implacable. A pesar del calor agobiante, una chica caminaba con paso ligero por 18 de Julio, alejándose de la facultad. El pelo se le pegaba a la frente, sudaba a chorros y el agua de su botella se había convertido en un caldo tibio. La libertad después de un largo examen era la recompensa que la impulsaba.
Cada paso era una lucha contra el calor. La chica apresuraba el ritmo buscando la sombra esquiva, deseando escapar de las fauces de la ciudad que tanto amaba.
De pronto, un leve malestar se apoderó de ella. El sudor se intensificó, la respiración se volvió dificultosa y un mareo familiar la amenazó. Se detuvo, tambaleándose, con la vista nublada y puntos negros danzando en su campo visual. Ignorando las señales de alarma, bebió un trago de la repugnante agua tibia y reanudó la marcha. Su única meta: salir de 18 de Julio. A duras penas, avanzó unas cuadras más, luchando contra un nuevo malestar que se instalaba en su cuerpo.
Allí mostrándose casi burlona detrás de esa inmensa puerta de concreto que se alzaba sobre la calle Juncal se encontraba uno de sus deleites visuales favoritos, Sarandí. Ella no sabía por qué, pero esa calle siempre la llamaba a explorarla. Aunque ya la había recorrido tantas veces, siempre encontraba algún tesoro nuevo. Se debatió si debía pasar por lo que ya era el desolado calderón a fuego ardiente de la Plaza Independencia para llegar a ese oasis visual que le abría paso a Ciudad Vieja o simplemente ignorarlo e irse a casa.
La exuberante calidez de la tarde le gritaba a la chica que debía ignorar el llamado a la exploración. Sin embargo, una fuerza interior, una mezcla de aventura y algo más que no podía nombrar, la incitaba a seguir adelante. Como diablillos en el infernal ambiente, sus deseos la empujaban por ese camino que solo le estaba trayendo malestares. Ignorando las señales de su cuerpo, que no estaba preparado para resistir más tiempo en esas condiciones, se decantó por seguir la incitación diabólica y entrar en el paraíso que era la calle Sarandí.
Arrastrando los pies como si una cadena de acero los uniera al suelo, se adentró en ese rincón de alegría que tanto la llamaba. Caminó unas pocas cuadras, disfrutando del pequeño oasis que se abría paso en el desierto de calor que se había apoderado de Montevideo. De repente, un golpe seco: su corazón aceleró a un ritmo desbocado, su respiración se volvió jadeante, su visión se nubló y su cabeza comenzó a dar vueltas. La conciencia se le escapaba de entre los dedos. Así se sentía: una bajada de presión producto de su insensato deseo de continuar un camino que no debería haber tomado, en un día en el que el mismísimo señor de los infiernos parecía haberse apoderado de las calles de la ciudad. Su destino: caer desmayada por su imprudencia.
—Tranquila, que te tengo.
Esa voz no era producto de su imaginación. Los brazos que la rodeaban eran demasiado cálidos y sudorosos, evidenciando que el desconocido también sufría las consecuencias del avasallante calor que emitía el asfalto. A pesar de que la conciencia se le escapaba, de que sus ojos se cerraban y dejaban de transmitir luz, la sensación de estar en los brazos de un extraño la obligaba a volver a la realidad, alerta ante un posible infortunio. Cuando el instinto de supervivencia se apoderó de su cuerpo y abrió los ojos con miedo, se topó con un ángel. El calor se disipó de su cuerpo al contemplar sus ojos color avellana, la sensación de sudor se olvidó con solo una mirada a sus labios, el mareo se ignoró por completo al observar su rostro como un todo. Enzo Vogrincic, en todo su angelical ser, la sostenía para evitar que cayera en la fogosa calle Sarandí.
—No te preocupes que te ayudo a sentarte.
Su voz me sacó de mis pensamientos, esta vez infinitamente menos agónicos. Me tomó con delicadeza y me llevó unos metros hacia atrás, hacia unas sillas de plástico rojas, no muy cómodas, con el logotipo de una conocida marca de bebidas. Estaban fuera de un local llamado Zabala. Solo allí me di cuenta de la distancia que mis pies, que ya se podían haber fundido con el asfalto, me habían llevado. Estábamos cerca del Registro Civil y a unos pocos metros del Implosivo Artes Escénicas, la escuela de actuación. He ahí esclarecida la aparición de mi inesperado ángel salvador. Con mi mente retornando de su estado de inactividad coherente lo primero que atiné a decirle a mi salvador fue.
—Perdón.
Una simple palabra, tan tonta que parecía fuera de lugar. Sin embargo, así me sentía: avergonzada de haberlo desviado de su camino. Posiblemente le molestaba ayudar a una desconocida que caminaba imprudentemente bajo el sol abrasador, con la única compañía de una cartera que contenía sus documentos para el examen, una tarjeta de transporte y su fiel botella de agua, que ahora parecía más una sopa por lo caliente que estaba.
La risa de mi nuevo acompañante me confirmó lo tonta que había sido mi respuesta. Doblemente avergonzada, lo miré a los ojos. Solo vi diversión por mis palabras y preocupación por mi extrema palidez y mi inminente desmayo.
—¿Cómo me vas a pedir perdón? ¿Te sentís mejor ahora sentada? Te voy a comprar un refresco y un agua fría, porque estoy seguro que te bajó la presión.
El hombre se irguió, enderezando su espalda, y se dirigió al restaurante con paso firme. Su objetivo era claro: conseguir las bebidas que me ayudarían a reponerme. Al cabo de unos minutos, regresó con un refresco y un agua fría. Se agachó de nuevo junto a mí, ofreciéndome el elixir que mi cuerpo, agradecido, absorbió con avidez.
—Muchísimas gracias, y te pido perdón por las molestias. Seguro tenías otras cosas que hacer más que asistir a una pelotuda que se desmayó.
Dije con pena, mirándolo a sus ojos marrones. Sentía cómo me ardían las mejillas. Solo entonces, al contemplar mi alrededor, me percaté de la bicicleta olvidada en el piso. Probablemente se había bajado de ella al verme en mi estado.
—No me agradezcas, solo hice algo que cualquiera haría.
Expresó mientras se giraba para buscar la bicicleta. Al levantarla, se regresó hacia mí y me dijo:
—Me llamo Enzo. ¿Y vos?
Le dije mi nombre con más confianza al ver que no parecía molesto ni apurado por irse. Le señalé el refresco, aún sin abrir, ofreciéndoselo.
—Eso es tuyo, no me lo tenés que devolver. Si yo fuera vos, también tomaría de ese. El azúcar te va a ayudar a recuperarte, todavía estás muy pálida. Si me permitís.
Con esa simple petición de consentimiento, acercó su mano a mi rostro apartando algunos cabellos que se me habían pegado por el sudor, aquellos que mi peinado no había podido contener y ahora se posaban rebeldes por donde ellos deseaban. Luego de poner mis cabellos en orden, su mano se quedó allí, posada en mi cuello. La sensación de tener aquel pesado miembro cerca de donde se medía mi pulso me inquietaba. ¿Y si podía sentir el acelerado ritmo al que iba mi corazón? Su rostro tan perfecto no era lo único que me embobaba; su amabilidad y sencillez con la que estaba allí delante de mí me estaba dejando el cerebro aún más atrofiado que cualquier síntoma debido al infernal clima.
Tomando otro largo trago de agua para disipar los efectos que él estaba teniendo en mí, tomé valor, lo miré a los ojos y le dije:
—Muchísimas gracias otra vez. Siento que te lo estoy diciendo ya muchas veces, pero de verdad estoy agradecida con tu gesto. Pudiste haberme ignorado y dejarme tirada en la calle, y no lo hiciste.
—No tenés nada que agradecerme. Decime, ¿vivís por acá? Así te acompaño y me quedo tranquilo de que llegaste bien.
Me respondió aún con su mano posada delicadamente sobre mi cuello, dejándole leves caricias y sus ojos mirándome fijamente, entre preocupados y con algo parecido a ternura.
—No vivo por acá, ni cerca. Solo vine porque acabo de dar un examen y quería recorrer. Iba super bien hasta hace unos momentos.
Ya dejando un poco de lado la vergüenza, le respondí un poco más animada y sin tanta timidez. Tanta, ya que tener a alguien tan bonito enfrente de ella solo hacia que se pusiera nerviosa.
—Ok, sin ser muy invasivo, ¿dónde vivís? Tal vez te puedo llevar o algo. Me preocupa que te vayas sola después de que casi te desmayas. Si querés, llamamos a alguna amiga o alguien que te venga a buscar.
—Vivo en Manga, así que un poco lejos de acá. Y mis amigas en estos momentos...
Dije entre risas, diciendo donde vivía y luego chequeando la hora: 16:04. Para saber dónde podrían estar alguna de mis amigas para contestarle.
—Mis amigas están todas trabajando, así que no queda de otra que irme sola. Quedate tranquilo que no me va a pasar nada.
Le contesté intentando calmarlo y asegurarle de que todo estaría bien y no me volvería a pasar nada.
—Te invitaría a mi casa, pero siento que para un primer encuentro es mucho. Me conformo por ahora acompañándote a tomar el bondi.
Volviendo por la calle Sarandí, por la tan calurosa Ciudad Vieja. Ese tipo de calor que hacía que el asfalto derritiera el calzado y definitivamente el tipo de calor que hace que se te baje la presión y encuentres a Enzo, quien ahora te tiene montada en su bicicleta mientras ambos ríen y disfrutan el pequeño aire que les llega por la velocidad con la que conduce el antes mencionado. Ese era el tipo de día caluroso que hacía aquel día en Montevideo.
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brenda-cast · 4 months
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Cosas que me gustaría que hiciera el amor de mi vida si algún día lo encuentro:
1.- Quiero que me agarre de la mano a donde sea que vayamos.
2.- Que me diga y me demuestre todos los días que me ama.
3.- Quiero ir al parque con el y hacer un picnic.
4.- Quiero ir al mar con el.
5.- Aprender a convivir con su familia y el con la mía de manera sana, respetuosa y tolerante.
6.- Quiero salir a mil citas con el.
7.- Llevarlo de compras.
8.- Que me lleve de compras.
9.- Que me de Flores sin importar el día, la hora o la ocasión.
10.- Que me abra la puerta, me jale la silla, me pase del lado de la banqueta. Que sea un caballero.
11.-Que yo lo acompañe a todas sus fiestas de sus amigos y el a las mías y nos divirtamos.
12.- Bailar con el.
13.- Viajar con el.
14.- Llenarlo y que me llene de detalles, como cartas, canciones flores, dulces chiquitos.
13.-Ver la puesta del sol con el.
14.- Caminar por un campo de flores gigante el y yo.
15.- Darnos de comer en la boca.
16.- Demostrar cada día que nos seguimos queriendo y amando como las primeras veces.
17.- Que me agarre y me bese como si no hubiera un mañana.
18.- Que no me coja, que me HAGA EL AMOR.
19.- Darnos sorpresas.
20.- Cambiar algo malo uno del otro si la relación empieza a ir por mal camino.
21.- Tenernos confianza en todo y respetar nuestras ideas.
22.- Desearnos todos los días.
23.- Hacer tonterías para reírnos entre nosotros mismos, sin pasar el límite del respeto.
24.- Tener los mismos intereses, sueños y metas.
25.- Que me trate como una princesa.
26.- Que sea empatico conmigo y mis sentimientos.
27.- Que nunca dudé de mi nunca por ningún motivo.
28.- Que cuando discutamos, nunca nos gritemos y tratemos de resolver las cosas, o darnos un tiempecito en lo que se nos baja el coraje y después resolver juntos.
29.- Que cuando le cuente algo malo, o triste me escuche, me apapaché y me consuele. Y después de un tiempo me diga si estuve bien, mal o que puedo mejorar.
30.- Que sea una persona comprometida.
31.- Que me consienta.
32.- Que me haga sentir confianza hacia el.
33.- Que me motive a ser mejor persona, y no tenga prejuicios de ningún tipo.
34.- Que me proponga matrimonio de la forma más bonita que el pueda imaginar.
35.- Que no tenga ningún vicio malo o nocivo.
36.- Y que todos los días de su vida cuando me de un detalle, me haga reír o me vea feliz diga “Mereces esto y más princesa”
Confío en la vida en que un día nos encontraremos 🫰🏻✨
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