Anxiety of not being

My soul is in turmoil, as well as my hands. My lips are biting, my teeth catch them, while my thoughts scurry and dance. Silence traps me, solitude kisses me, darkness envelops me and the soul… my soul prays to me for today, for a tomorrow, for a yesterday that convinces me and, at the same time, take away my laziness to become someone free of vileness.

Ansiedad de no ser

Tengo el alma agitada, así como las manos.

Mis labios se muerden, mis dientes los atrapan, mientras mis pensamientos se corretean y bailan.

El silencio me atrapa, la soledad me besa, la oscuridad me arropa y el alma…

el alma me reza por un hoy, por un mañana, por un ayer que me convenza

y, a la vez, me quite la pereza para lograr ser alguien libre de vileza.

A veces camino con el corazón encogido. Y rehuyó de las miradas y sus preguntas. Quizás como lo hace la luna al ver llorar al mar, al ver las lágrimas de un tulipán entre aire y la tierra. Y aquí estoy en la banca de un jardín mirando dos oruguitas (el aire tiene gotas de lluvia, el parque vive entre el verde, el negro, el café y el amarillo, los niños corretean sus juegos, se hacen travesuras y saltan entre sus risas, los niños creer y sueñan, el corazón niño se mantiene entre poemas y sencillez. las palomitas se dejan recados entre sus piquitos y se hacen confidentes a la brisa. un toque le dan las abejas a las margaritas), les confieso oruguitas que no tengo televisor en mi cuarto, que no compro el periódico, que no me veo en tal intención de hacerlo, pueden juzgar como insensato mi decisión por su razón de ser y su contradicción... Me mantengo presente en el mundo y busco alberga fe en mis actos, el motivo de existir es el amor y con esto en mis ojos miro los ojos. Un mártir puede decirse más aun solo es la ternura que siento por la vida y el respeto por la humanidad, es mi humanidad misma latiendo en mi corazón, veo anuncios de guerras y maltrato y muero con ello, literalmente allí muero en un diluvio de llanto y confusión, mientras busco con afán dentro de aquella muerte una solución, un cambio para bien, una mejora, una esperanza, una luz .. y me exasperó, luego caigo, y ridículamente me siento como un triste grano de arena más en un reloj arena sin poder hacer más... Se mueven las orugas mientras la brisa sopla. Vaya que lo es oruguitas, quizás no es mucho más aun es todo lo que tengo, este latir y creer, las llevo sobre una flor y allí las veo volar. Un niño se acerca a mí por su pelota, me sonríe y me invita a jugar con él. Y así como yo les digo a las oruguitas es todo lo que tengo, el niño me dice; es todo lo que tengo y me sonríe. Yo le digo es gigante lo que tienes, es el motivo por el cual la vida vive y es amable.. es más que solo es todo lo que tengo. Lo es todo.

Es como ver una película que olvido que es sobre mí,

Donde dos mapaches salvajes corretean y pelean entre sí.

Uno es la fuerza de voluntad y ganas de luchar,

Es la energía de un alma dura pero que quiere explotar.

El otro es la paciencia y la compasión,

Las lágrimas sensibles pero que desmoronan al corazón.

Se representa mi naturaleza dual,

La eterna riña entre lo que quieres hacer y lo que en verdad das.

Al final solo es otra función que me estruja la moral y me deja el sabor amargo de la indecisión.

Porque me es imposible no validar ambos puntos de vista en una discusión.

Y recuerdo que sin importar la historia, el conflicto o la razón,

Aunque estos polos opuestos sean diferentes, en su interior siguen siendo dos representaciones de lo que soy.

Gemelos idénticos fruto de mi miedo interno a la desaprobación.

De mi necesidad de separar al bien y al mal, pero de darle lugar a ambos por igual.

De como todo se soluciona si salgo de aquel cine y comienzo a actuar sin pensar en todo lo que la incertidumbre puede abarcar.

Si dejo de intentar evitar que las cosas salgan mal,

Si me convierto en personaje principal sin importar el rumbo que pueda tomar.

descansa en orilla del mar, y pequeños cangrejitos corretean por sus brazos. vista se posa en opuesta, señalando uno de los pequeños: ‘ mira, este es tan feo como tú. ’

CORRETEAN A XOCHITL!! Llega Noroña al INE a cepillar a Prianistas del INE

Edad aparente, edad cronológica; diferencia significativa

Tarde del viernes 12 de enero. Poco antes de que oscurezca, salgo de casa con mi mascota, mi perrita Clara al paseo cotidiano. Acostumbro caminar con mi querida mascota al dirigirnos a un parque ubicado a unos dos kilómetros de mi vivienda. Cambio de opinión y me dirijo a un parque que se encuentra enfrente de mi casa, a un área cercada ideada para el esparcimiento de personas  en compañía de sus mascotitas, perros.

Encuentro al grupo de vecinos que acostumbran convivir prácticamente todos los días en ese lugar, platicando mientras sus perros van y vienen, corretean y juegan de diversas maneras. Pese a que son vecinos, coincido con ellos muy esporádicamente y cuando sucede, me entero de sucesos de diversa importancia,.

Después de convivir con ese grupo de personas durante unos 40 minutos, nos retiramos todos, para dirigirnos a nuestros respectivos hogares, despidiéndonos en buenos términos. Pude conversar con una vecina que trabaja en una dependencia gubernamental y me enteré de varios temas importantes, que en este momento pasaré por alto.

Hace algunos años, en diferentes ocasiones, me topé con varios de esos vecinos mientras me ejercitaba en mi bicicleta de carreras al pasar por calles de la colonia que habitamos. Yo vestía mis prendas deportivas, shorts, zapatillas, casco, guantes, etc., y mi aspecto era el de un hombre maduro de capacidades poco comunes. Cuando pude platicar con ellos, comenté que comencé a ejercitarme en mi adolescencia y mi interés y mi determinación en asumir un estilo de vida muy saludable me llevó a aprender sobre buena nutrición y todo aquello que tiene relación con hábitos de higiene. Eso causó la impresión en esas personas de que mi salud física es óptima, algo (desafortunadamente) poco común en nuestra cultura.

Un día en abril de 2022, al coincidir con una de las mujeres que asisten cotidianamente a ese parque con sus perritos, pregunté a Ana Laura qué edad me calculaba. Ella respondió (vacilante, por supuesto) ¿48? Se dibujó en mi rostro una sonrisa y exclamé qué linda; mañana cumplo 58.

El viernes pasado, al platicar con otra de las damas que acuden cotidianamente a ese lugar, con su mascota (amiga de Ana Laura, cuatro años mayor que ella), tocamos temas que tenían relación con mi actividad deportiva. En algún momento pregunté a Marcela ¿qué edad me calculas? Ella respondió ¿50? Yo sonreí y le dije que en abril cumpliré 60.

El domingo salí de casa con Clara (mi mascota) para dirigirnos a un parque al que la llevo prácticamente todos los días. Llegamos unos 15 minutos más tarde y había solamente una persona con un can de raza pequeña. Al acercarme, la dama me saludó y entonces la reconocí. Platicamos mientras nuestras mascotas jugaban, dos perritas de disposición amistosa aunque de tallas muy dispares. Jackie es una personalidad de radio, conduce un programa en el que habla de algún tema y eso se alterna con música de un género que yo en lo personal detesto, el reggaetón. Ella es una deportista seria, y experta en yoga; su ejecución de posturas de esa disciplina resulta impresionante. Lo sé porque eché una mirada a su cuenta de Instagram, donde también aparecen imágenes de otras actividades que comúnmente se realizan en gimnasios y habíamos coincidido un domingo por la mañana en un fraccionamiento cercano a nuestras respectivas viviendas mientras ella caminaba con su perro, disponiéndose a correr a pie y yo realizaba una de esas sesiones de entrenamiento en bicicleta en un circuito dentro de la ciudad.

Al platicar con Jackie, el domingo pasado, le formulé la misma pregunta que había hecho a Marcela el viernes anterior, qué edad me calculaba. Jackie exclamó uy… soy muy mala para calcular… Yo dije, lo que se te ocurra. Ella exclamó alrededor de 50… Volví a sonreír y dije muchos más. Jackie preguntó ¿sesenta? Yo respondí voy a cumplir sesenta en abril.

Menciono todo esto porque esa aptitud física mía, que se refleja en mi apariencia, es de enorme importancia para mí no tanto por un narcisismo insano, sino porque simboliza una de las decisiones más acertadas que tomé en mi senda de vida, algo que inicié siendo un adolescente que se hallaba en un entorno violento, hijo de padres destructivos, manifestando una potente libido —energía vital— para ser capaz de enfrentar tanta adversidad y continuar así durante muchos años por venir.

A riesgo de parecer pedante o narcisista (algo que definitivamente no soy), puedo decir que en buena medida me siento orgulloso de mí y cobrar conciencia de esa fortaleza que he mostrado durante buena parte de mi existencia, me ayuda a superar el estrés postraumático que casi me inmovilizó durante más de dos años y con ello, una patología grave que no me destruyó y ni siquiera me arruinó.

He seguido enfrentando situaciones difíciles, sobre todo comportamientos incorrectos de otras personas —de hostilidad y agresión en diferentes entornos— y la afectación ha sido mucho menor. He sido capaz de evitar responder de manera violenta y en cambio he cobrado conciencia de que muchas personas se encuentran sumidas en problemáticas severas que las abruman, no son capaces de enfrentar y la afectación acabará arruinándolas o destruyéndolas; algo que yo fui capaz de enfrentar y superar.

La sintomatología de mi neurosis disminuye hasta niveles ínfimos, inicio la consecución de mis proyectos, disfruto de los aspectos positivos de mi realidad y contemplo mi historia desde una nueva perspectiva.

He encontrado sentido a la vida. Viktor Frankl no se va a enterar, pero he asimilado sus enseñanzas y estoy por iniciar la siguiente etapa de mi existencia, en la que descubriré qué espera la vida de mí.

Que significa soñar con toros que te corretean

Que significa soñar con toros que te corretean

¿Alguna vez te has preguntado que significa soñar con toros que te corretean? Aunque los significados de los sueños varían de persona a persona, hay algunos elementos comunes para entender la interpretación de este tipo de sueños. Esto incluye la interpretación de los toros como simbolizando la fuerza y la determinación, así como los sentimientos de miedo y peligro que el soñador puede experimentar.

Un sueño con toros que te corretean puede interpretarse como una metáfora para la forma en que te enfrentas a los desafíos. Estos sueños pueden reflejar los sentimientos de emoción, miedo y resistencia que sientes cuando te enfrentas a algo nuevo o a una situación difícil. Estos sueños también pueden sugerir que te estás enfrentando a decisiones importantes y que estás haciendo los cambios necesarios para avanzar.

Qué significa cuando sueñas que te corretean los toros

Soñar con toros que te corretean puede significar varias cosas, dependiendo del contexto. Esto puede indicar que estás enfrentando situaciones o problemas difíciles en tu vida que necesitan ser abordados. Otras interpretaciones sugieren que tu fuerza interior está emergiendo y necesitas ser valiente para afrontar los desafíos de la vida.

En algunos casos, el sueño también puede indicar que necesitas liberarte de tu pasado o liberarte de alguien que te está impidiendo avanzar. Hoy en día, puedes encontrar muchas interpretaciones diferentes para un sueño como este, dependiendo de tu contexto personal.

Qué significa soñar con vacas bravas corriendo

Soñar con vacas bravas corriendo puede significar que una persona está enfrentando una situación en la que siente que es acosado o perseguido. Esto podría ser una metáfora para algo en la vida real que se siente incontrolable o fuera de control. Esto también puede reflejar una sensación de ansiedad y estrés que pueden llevar a una persona a sentirse acorralada, asustada o abrumada.

Por otro lado, el hecho de que las vacas estén corriendo puede significar que hay una oportunidad de huir de la situación o encontrar una solución. Esto puede indicar que la persona en el sueño puede estar buscando una forma de salir de la situación y está explorando sus opciones.

Qué significa soñar con muchos animales salvajes sueltos

Soñar con muchos animales salvajes sueltos puede tener muchos significados. Representa tu energía y la necesidad de liberar tus emociones reprimidas.

Esto puede significar que has estado reprimiendo la rabia o el enojo. También puede significar que necesitas tomar acción y no quedarte parado. Soñar con toros que te corretean también puede tener un significado simbólico. Generalmente, los toros representan el poder y la fuerza, por lo que una persona que sueña con esto puede estar teniendo problemas para controlar su temperamento o no estar cumpliendo sus metas. Esto también puede significar que una persona está sintiendo la presión de alguien o de algo.

Qué pasa si sueño con mi ex

Soñar con toros que te corretean puede ser una situación cargada de tensión y miedo, ya que eso significa que debes enfrentar una situación poco deseada, como una discusión o una amenaza. Esto puede tener un significado aún mayor si se trata de soñar con tu ex.

Si te preguntas qué pasa si sueño con mi ex, hay que tener en cuenta que este sueño puede ser una forma de tu subconsciente de recordarte el pasado, y que estás intentando solucionar algo que no funcionó en la relación. El significado de tu sueño también puede depender de lo que ocurra en el sueño, y puede representar tu deseo de volver con tu ex o de poder dejarlo atrás. Además, el sueño también puede reflejar tu deseo de cerrar un ciclo con tu ex y de poder seguir adelante con tu vida.

Soñar que un toro te quiere atacar

Soñar con toros que te corretean puede significar que estás enfrentando una situación difícil en tu vida. Esto podría ser una situación en la que estás siendo atacado por alguien o algo. Esto también puede significar que necesitas salir de una situación difícil y encontrar una solución para el problema.

Si sueñas que un toro te quiere atacar, entonces es probable que te estés enfrentando a algo o a alguien que te está dificultando avanzar. También puede significar que estás atravesando un periodo de cambio y estás tratando de encontrar tu camino. Debes ser consciente de las circunstancias en tu vida que están causando estos problemas y trabajar para solucionarlos.

Conclusión

Soñar con toros que te corretean puede ser una experiencia muy inquietante, pero también puede tener un significado profundo. Estos sueños a menudo reflejan los sentimientos de ansiedad y miedo al fracaso, así como el deseo de estar mejor preparado para afrontar los desafíos de la vida. Sin embargo, también pueden significar libertad y la posibilidad de obtener la fuerza y ​​la determinación necesarias para conseguir nuestras metas. De cualquier manera, estos sueños pueden ser profundos e interesantes, y ayudarnos a comprender mejor nuestras emociones.

Andante cantábile

Corretean los mares a los hilos de tus cabellos,

empapándolos de brisa,

de locura e incienso.

Arrecifes de corales pendiendo de tu cuello,

adornando el palpitar de tus venas y tu sangre de terciopelo.

[...]

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Ver cantar a los pájaros siempre me causa admiración; hay tantas voces y silencios como aromas en el color de las flores. Algunos hacen un concierto, otros esbozan un silbido, otros hacen estremecer el sonido con sus cantos ahogados, apluman los sueños con sus anhelos de mar y alas mojadas de tierra, otros corretean el sol en pleno invierno, otros se buscan la voz y cantan como rio, cantan como vuelo. Aun así, siempre cantan, porque así lo sienten y quieren, porque son libres de cantar con sus ojos y alas al viento ... ¿Por qué no..?, Les pregunto yo, y no hay palabras, solo estoy cantando

Belleza en mis palabras

Sonidos y sensaciones

Que corretean por mi cuerpo

Corazón y alma

Una pasión en llamas

Que dejaría consumir hasta que no quedase nada.

LAS HORMIGAS HUMANAS.

Somos como hormigas que corretean cada una a lo suyo, esquivándose unas a otras por dirigirse sin sentido por vías opuestas. Aparentemente todas iguales: desnortadas, apresuradas y caóticas. Sin embargo, los expertos, destacan la laboriosa organización social de esta especie insignificante, en la que cada individuo está y es en función de la supervivencia colectiva: Nosotros como humanos, vista…

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Chaotic like a storm

No es que tuviese tormentas atadas a mis cielos, es que siempre fui la tormenta.

Fuerte, difícil, caótica, intensa, viva.

En mis cielos siempre brillaban atardeceres, pero el miedo... Ay el miedo

El miedo y la negación a ella me consumieron, llenándome de nubes y mentiras que me carcomían por dentro.

El deshielo se avecina, ya hay inundaciones y mis demonios corretean chapoteando buscando al culpable.

¿Que vientos trae? Pregunté al cielo buscando respuestas en su silencio. Esta vez la luna me sonríe, se alegra de verme con vida. No quiere soltar prenda, pero su felicidad me contagia y el sol se muere de envidia.

Es un eterno verano en mi piel. Mis cuervos buscan hilos nuevos colándose entre mis dedos, me pellizcan para que no deje de caminar.

Huele a sal, azufre y canela. Sus cielos me desafían, y tiene una bonita sonrisa. Tiene su magia, su brillo, su arrogancia.

Es otra tormenta, un huracán.

Desprende autoridad, fuerza e intensidad. El fuego habita en sus pupilas. Provoca a mis demonios y a mi poca paciencia.

Es libre. ¿Le envidio? Quizás.

Sus cielos tienen a mis demonios en vela. Mis relámpagos nos obligan a no perder el norte, a no perdernos.

Tarde. La advertencia llega tarde.

¿Hay prisa? En absoluto. A pesar de tener algún mal sueño y algún que otro desvelo no parece importar la espera.

[...]

Trece fantasmas (DVD, 2023, pantalla ancha)

¡Trece fantasmas tiene más de 13 emociones y escalofríos!

Thirteen Ghosts es una nueva versión de la película de terror de las décadas de 1950 y 1960 13 Ghosts. Al igual que el original, gira en torno a Arthur Kriticos (Tony Shalhoub) que hereda una mansión y una fortuna potencial, pero el problema surge cuando se dan cuenta de que hay espíritus atrapados dentro de la mansión, de ahí el título Trece fantasmas. La trama es generalmente un poco aburrida, pero si suspendes la creencia, Thirteen Ghosts está llena de emociones y fantasmas, y las imágenes (que son tan clave para una película de terror) son bastante buenas y convincentes. ¡Trece Fantasmas es una película de citas agradable e ideal o un espeluznante nocturno! Reparto de Trece fantasmas: Alec Roberts, Embeth Davidtz, F. Murray Abraham, JRBourne, Kathryn Anderson, Matthew Lillard, Rah Digga, Shannon Elizabeth, Tony Shalhoub Del original Thirteen Ghosts (13 Ghosts): este animado espectáculo de fantasmas del productor y director William Castle presenta una casa embrujada poblada por el número récord de fantasmas en el título de la película. La trama tiene a la indigente familia Zorba inicialmente encantada con la noticia de que heredaron la propiedad de su tío recientemente fallecido. El problema es que el tío era un coleccionista de fantasmas, y ahora que está muerto, los fantasmas corretean por la casa sin supervisión. El padre profesor distraído de la familia Zorba (Donald Woods) encuentra un par de gafas extrañas que le permiten ver los fantasmas. El hijo pequeño Buck (Charles Herbert) piensa que los fantasmas son geniales, especialmente el domador de leones sin cabeza y su león fantasma. La atractiva hija Medea (Jo Morrow) está marcada para morir por una tabla Ouija voladora y luego es amenazada por un cadáver tambaleante. La madre (Rosemary DeCamp) es acosada por duendes que arrojan cuchillos y ollas por la cocina cuando intenta preparar la cena. También está Margaret Hamilton como la bruja ama de llaves, Martin Milner como el abogado amable y un tesoro secreto. Robb White escribió el guión cargado de gritos.

2 de julio

Este año julio tiene cinco domingos. Estoy aquí, en el primero, en un parque del centro de la ciudad, sentada en un banco polvoriento debajo de un pino carrasco de coronilla tupida que arroja muy buena sombra. Además de domingo también es verano, incipiente, aunque caluroso desde que era abril, y más aún a las dos y media del mediodía. A esta hora los parques están casi desiertos. Ir al parque, en esta ciudad, es lo opuesto de ir a la playa. Con este calor, ir al parque es una mala decisión, e ir a la playa es una mala decisión con mar. Después de un fortísimo café y de un paseo, he acabado sentada a la sombra de este pino hermoso con un libro de bolsillo que me hace reír porque es faltón y afilado, y lo disfruto con una brisa muy conveniente que me pasa las páginas y refresca el debajo de mi vestido rojo. Además de pinos, en este parque hay palmeras y paredes de piedra cubiertas de buganvillas. El suelo es de esa tierra arenosa que empolva los zapatos y se mete entre los dedos. Se oyen garridos de loros y palomas pesadas haciéndose eco de su condición. Aunque estamos a orillas del Mediterráneo, el conjunto acaba teniendo un aspecto marciano, sofocante y estéril, porque le falta agua.

De tanto en tanto levanto la mirada, descanso la vista de mi libro sin párrafos, y observo a las personas que serpentean por el parque buscando cobijo bajo la sombra. Casi todos son hombres solos. Un hombre ha acampado con su silla de pesca plegable cerca de aquel pino y toma el sol sin camiseta. Otro pasea al perro, lleva un bañador estampado y una camiseta estampada que no combinan entre sí, y chanclas. Uno más sin camiseta tumbado en un banco. Un hombre vestido de negro pasea despacio junto a sus airpods. Aparece uno corriendo, con gorra y cara de mártir. Otro cruza el parque con el reguetón en el bolsillo. Un chaval en patinete. Varios. A mi derecha, en el parque infantil, hay un pequeño grupo de adultos apiñado sobre el único banco en sombra mientras tres niños corretean por la fortaleza de toboganes totalmente ajenos a la temperatura. El domingo recreándose en sí mismo.

A esta hora alguien duerme la siesta… Yo no pienso en nada, no puedo pensar. Noto un cosquilleo en la rodilla y resulta que es un hilo tonto que cuelga del final de mi vestido. Una bolsa de basura crepita a mi izquierda mecida por el aire. Mis ojos van a parar a una lengüeta de lata tirada en el suelo. Recuerdo que las usábamos para un juego de amores; después de abrir un refresco, movíamos la anilla de atrás adelante y con cada inclinación avanzábamos una letra en el abecedario. La letra que tocaba cuando la anilla se desprendía de la lata era la inicial del que sería nuestro novio. El resultado era indiscutible, a pesar de lo tosco del método. Nunca tocaba la “a”. Mi nombre no le tocaba a ningún chico.

Regreso al libro, al Kunsthistorisches Museum de Viena, en el que no he estado, para imaginar que estoy sentada en el banco de la Sala Bordone que queda enfrente de El hombre de la barba blanca de Tintoretto, del que me están hablando regular. Estoy sentada en el banco del museo, contemplando un cuadro, y en este otro, leyendo debajo del pino carrasco. Estoy sentada en ese banco y en este a la vez. Y se da la casualidad de que el protagonista de la historia lleva más de treinta años yendo al museo en días alternos para sentarse en el mismo banco enfrente de El hombre de la barba blanca de Tintoretto, porque fue allí donde un día, hace más de treinta años, mientras estaba sentado, una desconocida se sentó a su lado y estuvo observando el cuadro casi una hora entera. Curioso, él se interesó por ella y empezaron una conversación que se alargó muchísimo, hasta que se casaron, y hasta que ella murió al final. Desde entonces el protagonista continúa el ritual de ir al museo de arte para sentarse en ese banco, el mismo en el que se sentó hace más de treinta años, deprimido en ese momento, para ser salvado. Él mismo cuenta: “Estamos sentados, completamente perdidos, en ese banco, y somos más o menos la deprimición misma, la desesperanza, y nos sientan a una mujer al lado y nos casamos con ella y nos salvamos. Millones de esposos se han conocido en un banco, ese hecho es al fin y al cabo una de las cosas más insulsas que existen, y precisamente a esa insulsa ridiculez debo mi existencia, porque si no hubiera conocido a mi mujer no hubiera podido seguir existiendo, eso me resulta hoy más evidente que nunca. Durante años me sentaba en ese banco, más o menos en la mayor desesperación, y de pronto me vi salvado.”

Coincido en que lo extraordinario nace en algún lugar no muy lejos de lo trivial, e incluso de lo insulso, como un banco. Y pienso en si nosotros, los solitarios que rondamos por aquí, estamos, sin saberlo, esperando a ser salvados; en si hemos venido a este parque un domingo a la hora más inhóspita del día, con un calor infernal, desesperados por que alguien se siente a nuestro lado; en si se puede hacer alguna otra cosa sentados en un banco, solos, además de esperar, o pasar el rato, o hacer tiempo, que es lo mismo. Pienso en si un banco no hace más que señalar nuestra condición, solitaria o acompañada, a la vista de los demás. Una condición inherente a cada uno, un contrato que firmamos nada más apoyar la espalda en el respaldo… Pero qué agradable la brisa. Qué contento el domingo. Y vuelvo a Viena para conocer un poco más al tal Reger y a sus rituales, cuando un hombre que pasa cerca del banco me dice “cuidado con los malos ojos”, y aquí empieza la historia.