Tumgik
#Dar Al-Anda Art Gallery
suetravelblog · 1 year
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Jabal Amman Jordan
Rainbow Street Jabal Amman – planetofhotels Amman is my home base through May, and I’m settling into a new apartment. The fascinating city is full of surprises. There’s much to discover and learn about the local culture and lifestyle. Mango House – universes.art Amman is popular, and expatriates from all over the world live here. I won’t elaborate on apartment hunting issues I encountered, but…
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nextnnet · 5 years
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Son unas cuantas las IPs desplegadas por la Gran N a lo largo de los años, o décadas, mejor dicho, algunas de ellas formando títulos puntuales que se perdieron en el tiempo o en el espacio al no salir de territorio nipón, y otras tan famosas que siguen más fuertes que nunca con nuevas entregas con cada generación de consolas como Super Mario o The Legend of Zelda. Luego está el caso de otros títulos que tuvieron su época de pegar fuerte, de alcanzar incluso la categoría de sagas importantes para después quedarse guardaditas en un baúl, en espera (ojalá así sea) de regresar algún día, este es el caso de Wave Race, 1080º Snowboarding, Excite Bike, F-Zero (no me miréis mal, pero hay que reconocer que se ha quedado de lo más abandonado desde hace años) o de la serie Nintendo Wars y que, sin embargo, las desarrolladoras indies se han ocupado de sacar sus respectivas nuevas versiones adaptadas a los tiempos modernos, demostrando que siguen estando en la mente de muchos gamers. Este último caso mencionado es de lo más curioso, tratándose de un caso muy similar al de Fire Emblem, ambas sagas de estrategia por turnos y gestión de ejércitos que de hecho pertenecen a la misma compañía, Intelligent System, pero con la pronunciada diferencia de que una se ha convertido en un éxito mundial en tanto la otra ha pasado a un más que discreto segundo plano (quizás por no haber salido ningún personaje suyo en alguna de las entregas de Super Smash Bros, quién sabe). El caso es que esta saga Nintendo Wars se compone de varios títulos que en su mayoría no salieron de la Tierra del Sol Naciente, como Famicom Wars, Super Famicom Wars o GameBoy Wars, en tanto otros que sí, como el conocido Advance Wars 1 y 2, y sus dos secuelas de DS, para a partir de entonces (de esto hace casi unos diez años, ahí es nada) quedarse en la reserva como quien dice, pese a su atractivo enganche de ponernos al frente de un ejército moderno al completo, con sus soldados de a pie, sus helicópteros y sus tanques, con el simple pero claro objetivo de derrotar al ejército rival y conquistar el campo de batalla. Por fortuna, como comentaba antes, y tal como ha pasado con otras sagas de Nintendo aparentemente olvidadas, con el tiempo no han tardado en salirle sucesores espirituales marca indie, véase Aqua Moto Racing, FAST RMX y el caso que ahora nos ocupa: Tiny Metal Full Metal Rumble, que al menos tratan de llenar ese vacío en el corazoncito gamer.
  El juego en cuestión que ahora nos ocupa en este análisis es el último mencionado, y viene a ser la segunda parte de otro simulador de guerra del mismo nombre (pero sin la coletilla Full Metal Rumble) desarrollado por la misma compañía Area 35, que llega dos años más tarde también a la consola híbrida, dispuesta a mejorar y expandir la experiencia que nos ofreció su antecesor, para de paso subsanar algunos de los problemas que se encontraron entonces. ¿Lo han conseguido con esta nueva entrega? Sólo hay una manera de saberlo, acompañadme en esta nueva campaña desplegando las mejores maniobras a través del noble arte de la guerra virtual de fantasía (no la real, que de noble no tiene nada).
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    Una nueva amenaza se cierne
Unas misteriosas y hostiles fuerzas bélicas con ánimo de lo más beligerante han aparecido como de la nada, los Dinoldans, y parecen venir con ganas de gresca y de conquistar nuevos dominios, para ello se están dedicando a realizar excavaciones con intención de encontrar una antigua y peligrosa tecnología que los haga más poderosos que el resto de naciones, en un mundo de por sí ya estragado por continuos años de guerra. Ante el inminente peligro de futuros conflictos, no queda más opción por tanto que defendernos con nuestro mejor ejército, los White Fangs, quienes ya demostraron su valía en la anterior aventura, aunque en esta ocasión con una nueva comandante al frente, Wolfram, quien anda buscando a su vez a su hermano desaparecido; es por tanto nuestro turno de arreglar las cosas, expulsando a los invasores y encontrando el lugar donde se esconden, tras perseguirlos por diferentes lugares temáticos: ciudades, tundras heladas, bosques… para de esa manera dar al traste con sus terribles planes. Ésta es la historia a seguir en el modo Campaña, estructurado en diferentes zonas de combate o contiendas, en tanto en el modo Escaramuzas se centra más en las batallas en sí, sin tener que seguir el peso de la historia; por otro lado tenemos el modo Versus Online (desde el principio, a diferencia de su antecesor, en el que se incorporó a posteriori) que requiere estar suscrito al servicio Switch Online para poder echar batallitas con gente del resto del mundo, y finalmente la Metalpedia, donde podemos empaparnos sobre las cuestiones relacionadas con la trama y diferentes tácticas que podemos aprender y utilizar en nuestros propios combates (estilo más defensivo, guerrilla, ofensiva abierta…). Las batallas se desarrollan bajo la mecánica por turnos, alternando movimientos de nuestras tropas y las rivales, contamos con unidades de a pie y en vuelo, y a su vez dentro de las mismas diferentes categorías como los tanques, disparadores de bazoka, rifle, etcétera; cada uno de ellos tiene su propia forma de desplazarse y de atacar, y, en el caso de los vehículos, tienen sus propias reservas de combustible, que, en caso de agotarse, los deja inutilizados, con lo que hay que medir muy bien cómo empleamos los recursos y cómo los desplegamos por el campo de batalla, ya que puede significar la diferencia entre la victoria o la derrota. No obstante, en función del éxito de nuestros movimientos en cada turno podemos recibir dinero con que adquirir nuevas unidades o más fuel en caso de necesidad, todo ello en medio del mismo combate, con lo que si tomamos buenas decisiones tenemos la oportunidad de encauzar bien nuestro camino aunque nos equivoquemos de vez en cuando.
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  La IA de la CPU está lograda, ya que las unidades rivales no actúan al tuntún ni realizan movimientos suicidas o torpes, de hecho es más bien al contrario, tienden a realizar emboscadas o a atacar aquellos puntos débiles que aprecien en nuestras defensas, por lo que parte de nuestros movimientos a lo largo de los combates se tienen que centrar en contrarrestar esas estrategias. Un pequeño problema es que no hay ninguna clase de checkpoint o punto de guardado intermedio en las batallas, lo que significa que en caso de acabar en derrota al final del recorrido tenemos que volver a comenzar desde el principio esa contienda, lo cual resulta un poco latoso ya que algunas de las refriegas pueden durar un tiempo considerable (de media hora para arriba incluso). En cuanto al modo Escaramuzas, como decía, se centra en la mecánica de estrategia militar, y cuenta con un gran número de mapas (alrededor de 70 más o menos) que abordar, en cierto modo funciona como una especie de Versus Offline pero contra CPUs, ya que aquí podemos escoger las reglas que van a regir el combate: condiciones del terreno, unidades que van a intervenir (eligiendo entre los 21 tipos disponibles), tamaño del mapa por el que nos vamos a mover,… lo que no quita que se eche de menos la inclusión de opciones multijugador en modo local para redondear el conjunto, puesto que no siempre encuentras con quien medir fuerzas a nivel online y no siempre apetece pelear contra una CPU.
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  Arrasando como Thalía un tanque
Tiny Metal Full Metal Rumble es un juego de estrategia por turnos basado en mover nuestras unidades de batalla a través de un mapa en cuadrícula en vista aérea, que alterna con escenas breves a pie de campo cuando uno de los bandos va a realizar un ataque, al más puro estilo de Advance Wars o incluso de Fire Emblem, para hacer una idea, mientras se van señalizando los días que transcurren desde que comienza cada combate, para más realismo de simulación de guerra. Se suelen intercalar algunas jugadas con diálogos de los personajes, en un principio a modo de tutorial de cómo tenemos que desenvolvernos para después centrarse en la trama; de todas formas, aparte de contar con la opción de hacerlos avanzar automáticamente, para no cansarnos de pulsar el mismo botón muchas veces, también disponemos de la posibilidad de saltarlos, por si no queremos despistarnos mucho en el despliegue de nuestras maniobras. En las opciones podemos escoger a su vez el ritmo de los eventos, para que todo fluya de manera más relajada, recreándonos en las animaciones, o bien de manera más rápida o incluso instantánea. Otro detalle interesante es el añadido de un modo adaptado para aquella parte del público que cuente con dificultades en la apreciación de colores, lo cual está genial, ya que hace el juego más cercano e inclusivo, algo que siempre es bienvenido.
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  Como suele ser propio en este tipo de juegos, los controles son de lo más simples, ya que básicamente nos tenemos que centrar en elegir opciones y retroceder de menú si nos equivocamos, la dificultad principal está por supuesto en pillarle el tranquillo a su mecánica, ya que hay muchas variables a tener en cuenta (munición y combustible de que disponemos, qué ubicación conviene para nuestras tropas, los movimientos realizados por el rival, qué objetivos atacar o proteger…) y la CPU no lo pone especialmente fácil, aunque en ocasiones también se equivoque y haga movimientos un tanto extraños, llevándoles a perder algunas oportunidades de victoria, aunque no suele ser lo corriente. En cuanto al apartado visual, cuenta con un estilo estético curioso, parecido al de algunos animes (o mangas mejor dicho, ya que son más bien ilustraciones), muy de dibujos animados, si acaso se puede decir que muchos de los personajes vienen de regreso del primer Tiny Metal, y en muchos aspectos también recuerda, a nivel de estética general del juego, por lo que quizás se echa en falta algo más de variedad a fin de darle algo más de identidad, ya que se supone que no se trata de una mera expansión sino de un juego nuevo. Respecto al apartado sonoro, mencionar algunas melodías de toque bélico, pegan bien con la acción, aunque no resulten excesivamente pegadizas, están ahí y cumplen su función, sin resultar repetitivas; en cuanto a las voces, acompañan a los diálogos y se puede escoger entre que hablen en inglés o en japonés, así se cubren más gustos, siendo alguna de ellas un pelín estridentes, todo hay que decirlo, de todas formas se nota un gran trabajo por darle vida y emoción a lo que ocurre en pantalla, por lo que es de valorar. En cuanto al rendimiento general del juego, destacar que la pantalla inicial de carga del juego resulta un tanto larga, no obstante, también hay que decir que el resto de la partida transcurre de lo más fluida, sin apenas esperas entre batallas, lo que cierto modo compensa lo anterior, para ser justos. La duración de Tiny Metal Full Metal Rumble es considerable, alrededor de doce horas en adelante, ya que de por sí el modo Campaña da mucho juego, con personajes y desafíos especiales que desbloquear (como usar un determinado tipo de unidad en especial, cumplir determinados objetivos,…) que invitar a rejugarla, aparte lo mucho que da de sí el modo Versus Online y el Escaramuzas.
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  Tiny Metal Full Metal Rumble – Con cien cañones por banda, tanque en popa a toda vela
Nunca hay que perder la esperanza de que una saga regrese, más aún cuando tanta gente lo pide y muestra interés por ello; la desarrolladora Area 35 ha demostrado haber hecho bien los deberes en cuanto a tratar de reflejar fielmente esta IP de Intelligent System a través de Tiny Metal Full Metal Rumble, y por ello merece el apelativo cariñoso y nostálgico de “sucesor espiritual”. Pero aparte de eso este título merece ser querido por lo que es, un trabajo bien realizado que trata de solventar algunas de las carencias de su antecesor, si bien sigue teniendo algún hueco por cubrir, como la falta de un versus multijugador en modo local aparte del online, para complementar sobre todo a quienes no tengan adquirido el servicio de pago y porque a veces no se encuentra con quién jugar; o algún modo más simplificado para hacerlo más accesible a quienes se acerquen de primeras a un género tan complejo como es el de la estrategia bélica. ¿Puede ser este título la llamada definitiva para un futuro Switch Wars? Nunca se sabe, pero en todo caso de por sí merece una oportunidad si te va este tipo de juegos, aparte puede despertar muchos guiños nostálgicos en quienes disfrutaron de los antecesores de GameBoy Advance y DS.
  Hemos analizado Tiny Metal Full Metal Rumble gracias a un código digital cedido por Area 35. Versión analizada: 1.0.8
Análisis de Tiny Metal Full Metal Rumble – Nintendo Switch. La mejor defensa es un buen tanque Son unas cuantas las IPs desplegadas por la Gran N a lo largo de los años, o décadas, mejor dicho, algunas de ellas formando títulos puntuales que se perdieron en el tiempo o en el espacio al no salir de territorio nipón, y otras tan famosas que siguen más fuertes que nunca con nuevas entregas con cada generación de consolas como…
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