No importa el viento, no importa el frio

¡Hola Skylett! En esta velada les contare sobre uno de los viajes mas recientes que realice, el cual se puso muy acorde con una de las fechas que mas me gustan... ¡Asi es! La navidad.

Visite 2 pueblitos chiquitos pero encantadores, el primero es una zona que tiene mucha historia. Se trata de una zona minera, la cual se dedicaba a extraer plata, se dice que el "Teatro Juarez" con el que aun cuentan se hizo meramente porque las familias que avitaban la zona eran de dinero y querian ser los primeros en ver las obras. Este lugar despues de que las familias adineradas se retiraron del pueblo, los locales lo ocuparon como un salon para bailes. Posteriormente lo volvieron a adaptar a como se veia antes.

Esa es como una explicacion super resumida de los que nuestra amable guia nos estuvo contando. Ahi mismo en "El Oro" se puede visitar "Tiro Norte" el cual es una construcción muy llamativa por sus colores que ademas de ser un mirador, era una obra minera subterranea que daba acceso al yacimiento.

Encontramos el Palacio Municipal que luce de color blanco y rojo, se puede entrar, ver como es por dentro y por la parte de arriba, tiene una torres que en lo hace ver muy bonito.

Otro de sus varios atractivos que tuve la oportunidad de visitar fue el "Socavón de San Juan", este es otro tipo de mina a la cual si puedes entrar y tomar un recorrido guiado para conocer mas al respecto, ojo, aqui les recomiendo entrar con un sueter o chamarra que los abrigue ya al adentrarse al citio si hace frio.

Por la tarde llegamos a nuestro segundo destino, "Tlalpujahua" el lugar de las esferas. Aqui tuvimos la oportunidad de recorrer una villa navideña, el taller de Santa, pasar con mucha delicadeza por un sinfin de puestos con bastantes esferas que cabe recalcar, si son de vidrio soplado y en cuestión de estilos o en su decoracion, es bastante amplia, creanme que el uso de la palabra no le hace justicia, pues vi esferas que no solo eran adornadas, sino que tenian la forma de lo que se represetaba, desde animalitos, flores, super eroes, hasta las tipicas de forma redonda.

En realidad todo me gusto, pero el espectaculo de luces y sonido al caer la tarde en la villa navideña fue todo un placer, pues disfrutar algo asi con nieve artificial me recordo a peliculas que me gustan, mas que nada las partes del encendido del arbol o las competencias de casas adornadas.

El clima era una maravilla, claro si tenia frio pero este me llena de alegria.

Por cierto, ambos son Pueblos Magicos, los recomiendo visitar antes de Diciembre, ya que en estas fechas son muy concurridos, que mejor que poder caminar y disfrutar de un ambiente mas relajado.

Y recuerden "Desear lo mejor, recelar lo peor y tomar lo que viene" como dijo Eugene Delacroix.

Fotografías de autoría propia.

Un pueblo con magia

¡Hey Skyletts! aqui vamos de nuevo, pero ahora con el pueblo magico de Puebla, ¿adivinan cual podria ser? (si al final le atianan haganmelo saber en los comentarios). Sera dificil no mencionar el nombre pero aqui vamos.

Bueno, claro que este viaje fue el segundo del año, el ultimo como estudiante de la licenciatura y el primero de varios dias con una de las mejores maestras que tuve en este periodo universitario. Todo comenzo con unas buenas horas de viaje por carretera, llegando antes al lugar en donde nos hospedamos, pero con una buena bienvenida.

Nos entregaron las habitaciones y claro que aprovechamos para descansar un poquito y que bueno que lo hicimos, porque lo primero en la lista era un recorrido por la cooperativa, ¡puff! estuvo pesado pero sumamente importante, cabe recalcar que en ese momento no tenia nada de condicion fisica, el calor o mejor dicho el clima bochornoso y las subidas con una excelente inclinación no ayudaron en nada. Todo un espacio bien planeado.

No les contare a fondo todo lo que paso, porque sino capas que alargaria este post lo suficiente como para tres. Pero unas de las experiencias más memorables fue el pasar tiempo con una de mis personas favoritas en lugares sumamente increibles.

Estuvimos a lugares magnificos en medio de la naturaleza, los primeros conforman una ruta acuática llamada "Huella de perro o pata de perro", la siguiente fue una ruta de varias cascadas (cada paso que di valio totalmente la pena, en ambas rutas).

Ademas, estuvimos recorriendo el pueblito en todo momento posible, tomamos un cafe delicioso (que por cierto es de la zona), se realizo la visita a una zona arqueologica y tambien nos hablaron sobre el proceso del bambu, la cosecha de la delisiosa miel de abejas meliponas y sobre las plantas que nos mostraron en el vivero.

Despertar, caminar y disfrutar momentos así entre montañas verdes, bosques, cascadas, ríos, grutas, helechos gigantes, un clima agradable (esto depende de la actividad a realizar) y que al caer el sol se vuelve sumamente encantador por la lluvia y la majestuosa neblina que nos abrazó en medio de la noche fue algo irrepetible.

El turismo comunitario junto con las actividades ecoturisticas que vivimos, volvieron a Cuetzalan inolvidable, claro, hay cosas por mejorar pero considero que es un muy buen lugar, planeado mejor que otros.

"Los viajes son como los atardeceres, si esperas demasiado te los pierdes."

Primer viaje del año

¡Hola a todos! Espero que su semana vaya bien.

A principios del año se realizó por medio de la escuela, lo organizaron unas amigas de mi grupo como trabajo escolar, fue para conocer más sobre el municipio de Tecozautla, Hidalgo.

A pesar de que fue un viaje corto y cerca, estuvo súper bien, empezando por el clima, no sabíamos cómo nos iba a tocar así que técnicamente a la mera hora supimos más o menos que show, nos tocó un día nublado y lluvioso, a pesar de que si fue un poco más complicado por el simple hecho de que lo que se realizaría seria al aire libre, además de acampar en una zona turística de la zona.

Lo primeo a visitar fue la zona arqueológica “El Pañu”, este sitio es el único de cinco adecuado para su visita, Aqui encontramos un area designada como un mini museo con informacion del lugar, esto para que aprendas y/o conoscas un poco mas hacerca de la zona que se vera a continuacion.

Bueno, despues de recorrer esa area, nos dirigimos por un caminito pintoresco lleno de vegetacion asociada a los matorrales (Cactus, magueyes, mezquites, etc) aqui pude encontrar muchas biznagas con los famosos "chilitos" en realidad no se cual es su nombre pero parecen chiles miniatura color rosa, estos no pican, al contrario son como dulces, muy ricos, ¡vaya! toda una experiencia.

¡Ah, si! este camino es el que nos orientaba hacia la zona arqueologica. Esta no es muuy grande, pero es bonita y un espacio diferente a otros, ademas considero que canada una tiene lo suyo. Aqui tuvimos la oportunidad de estar entre unas rocas como si fueran tipo tuneles, fue increible, haciendo de lado la parte de que es muy estrecho.

En fin, despues de ahi, nos dirigimos a un balneario "El Arenal" en el cual acampamos, fue magnifico, estuvo lloviendo, hacia mucho frio, el armar la casa de campaña en esas condiciones se sintio como si fuera de pelicula. Sumemosle que a pesar del clima si se logro hacer la fogata, ademas de bombones, degustamos unos vinitos a la luz... y calor de ella.

Para finalizar, el dia siguiente no la pasamos en las albercas, deslizandonos por un tobogan de piedra, jugando y gozando de aguas termales de aproximadamente 38º centigrados. El lugar lo he visitado ya dos veces, una de niña y en esta ocasión, me parece muy agradable y claro que lo recomiendo.

El clima perfecto

¡Hola de nuevo! Lo prometido es deuda, así que aquí va el segundo en caliente porque para fríos, Amealco. Si, en esta ocasión visitamos el pueblito mágico de las ya reconocidas “Leles” (bebé en otomí). El año pasado vaya que fui varias veces, primero que nada fue por un trabajo universitario que ocupaba una investigación a fondo de lugares turísticos de la región, y ya saben cómo me encanta conocer y adentrarme en la aventura, así que yo estaba encantada, claro que para poder hablar meramente del tema.

Lo primero que conocimos fue el museo de la Muñeca Artesanal, un lindo establecimiento. Existen bastantes Leles con diferentes vestuarios y más muñecas de distintas partes de México y, además de restos de mamut en una sala al fondo. Algo bizarro pero interesante.

Ya en el centro, consumimos churros en “La Duya”; el lugar es sumamente presentable a diferencia del sabor de esos dichosos bocadillos, así que si son fans de este codiciado postre, en lo personal les recomiendo pasar a “La Churrería Amealco”, la experiencia es claramente mejor, un lugar más chiquito y acogedor con un mejor sabor.

De igual manera nos dimos una vuelta por “Para pulque rico, Federico”, una pulquería ya tradicional de la zona que sigue teniendo un formato cantina muy clásico y claro que sí probamos el pulque, sigo sin ser fan de esa bebida tan codiciada por muchos, pero es un lugar recomendable si disfrutan de él.

En otra ocasión visitamos un glamping en la zona, la verdad se veía increíble, la amabilidad del personal fue buena, un espacio increíble, más si te lo topas lleno de niebla. Pero si lo tuyo no es acampar y te gustan más las cabañas, el Rancho Calixto es para ti, cuentan con diferentes tamaños y costos, es un sitio familiar en medio de la naturaleza, sumamente agradable con un equipo muy atento y amable. Aquí podrás observar venados, paisajes increíbles, bordos que dan toques lindos a las fotos, cuenta con miradores, zona de acampar, restaurante

Poco tiempo después, tuve la oportunidad de asistir con mi salón a la maravilla natural que son los Picos de Yospi ubicados a escasos 20 minutos del centro de Amealco. Son unas formaciones rocosas que se encuentran junto a un río en donde se tiene que escalar brevemente para acceder a ellos; la vista hizo que valiera toda la pena el forzar a mi rodilla a hacer esfuerzo de más y hacer el recorrido completo de 45 min para apreciar toda la zona. Acabé exhausta y hambrienta pero feliz.

Posteriormente fuimos llevados a un taller de barro en donde nos enseñaron la relevancia cultural del arte de fabricar figuras de este material, además pudimos realizar nuestras propias figuritas. Yo hice un dinosaurio, Jere hizo un corazón, por si eso fuera poco, al concluir nos dieron una alcancía de puerquito a cada quien. Después comimos en una casa a menos de 100 mts del taller. UN FESTÍN de enchiladas que no dejó a reventar. Nada como la comida de casa…ajena.

Ya la última ocasión que fui a Amealco fue de nuevo con el salón, pero esta vez para un taller de Leles y para apoyar al llevar piñatas y ropa a un comedor comunitario dentro de la comunidad San Idelfonso. Nada como ver la cara de felicidad de los niños al jugar y poder golpear una piñata tan cerca de navidad, me llenó de mucha calidez todo mi ser el poder ser partícipe de esto.

Amealco tiene mucho por ofrecer: Su comida, sus atractivos turísticos, sus artesanías, paisajes y su hermoso clima, ir 4 veces en menos de dos meses lo demuestra.

¡10 publicaciones!

¡He vuelto del paraíso!

Damas y caballeros, niños y niñas, skyletts. Regocíjense, pues su escritora favorita ha vuelto y con premio doble. Los entiendo, una semana sin mí fue de las mayores crisis de sus vidas pero relájense, ya pueden cancelar los sabuesos de búsqueda. Aquí estoy y con no uno, sino DOS post para enmendar el daño que les hizo mi ausencia.

Empecemos por lo más cálido y relajante, como el amor que les tengo: Mi viaje a Vallarta, Sayulita y Tequila. Para el cual tuve que ahorrar desde el  momento en el que me enteré del viaje, pues mis tías y sus amigas querían que las acompañara. Fue toda una experiencia que les voy a platicar.

Bueno, este viaje también tuvo la particularidad de que lo tome específicamente por mi cumpleaños, “sifinitivamente”, un regalo “de mí, para mí”, porque me lo merezco, y se preguntarán ¿Sky, no estabas en clases en esas fechas? La respuesta es un rotundo SÍ. Tuve que faltar varios días a la universidad y valió bastante la pena. Fue sumamente raro para esta bloguera responsable ya que no acostumbro a faltar ni porque me sienta mal de salud.

 Llegamos a Guadalajara por la noche después de un viaje un poco largo, posteriormente en la mañana partimos hacia Puerto Vallarta y arribamos justo a la hora de la comida (moría de hambre, los dulces, botanas y sándwiches hicieron un gran paro por la mañana y parte de la tarde, pero soy toda un glotona así que ya quería un plato fuerte más estructurado) la espera no fue taaan larga y resulto en un platillo muy completo con papas frita (amooo las papas en cualquiera de sus presentaciones), camarones de 3 estilos diferentes: al mojo de ajo, empanizados y a la diabla, ¡Yummy! Una delicia total.

Me la pasé disfrutando del mar, la alberca, el clima (solo porque estaba nublado, si, acababa de pasar un huracán o algo así, el punto es que no estaba muy caluroso y con el sol a tope, fue medio “soportable”), ¡aah sí! casi muere mi teléfono pero aprendí a soportar el agua caliente de un jacuzzi y me la pasé BOMBA así que todo fue bastante positivo”. Nade con delfines. En pocas palabras, toda una experiencia.

Fotografías de autoría propia.

¡El “gusto” de mi primera salida pospandemia!

¡Que hay de nuevo Skylets!

Hoy les traigo lo que escribí hace unos meses para un concurso gastronómico de la revista "Asomarte".

Esta travesía tomó lugar después de unos largos 18 meses en los que pensé que perdería la cabeza por el encierro, la preocupación y la desesperación que me generó tan horrible época que nos tocó vivir: la pandemia por COVID-19. Considerando estas condiciones era evidente que mis expectativas y emoción se encontraban por los cielos por mi primera salida pospandemia, así fue como mi salón y yo nos adentramos al suroeste del estado de Querétaro, en  una comunidad otomí llamada Villa Progreso, localidad del municipio de Ezequiel Montes, a una hora aproximadamente de la capital. 

Visitamos unos talleres de ixtle en donde conocimos el trabajo que conlleva la obtención de este material y cómo realizan de diferentes colores y tamaños las variadas artesanías: estropajos, cepillos de exfoliación, cinturones, además de las reatas ocupadas cotidianamente en la charrería, cabe destacar que dicho proceso es sumamente complejo y tardado.

Posteriormente, paseamos de forma breve por las magníficas calles de Villa para así encaminarnos a la Bodega “Bothë” en donde elaboran una gran variedad de excelente vino artesanal y de ahí pasamos por fin a la añorada y más importante parte de nuestra aventura: comer en la cocina tradicional “Los Yugos”.

Este lugar tan pintoresco está decorado con objetos antiguos, además, una vibra rústica me hizo recordar los tiempos más entrañables de mi vida en los que solía comer en casa de mis abuelos (muy lejos de donde me encontraba en ese momento). Quizá ese sentimiento de familiaridad le dio ese último empujoncito que necesitaba la experiencia para volverla mágica. 

Aquel día se presentó la oportunidad de experimentar un buffet basado en productos de temporada, dentro de los cuales tuvimos el placer de degustar nopales de santo, mole de xoconostle con carne de cerdo, tortitas de cilantro con queso, ensalada de nopales con chapulines, arroz, tortillas del comal, agua de sabor que compartía el mismo ingrediente principal que nuestro segundo plato (xoconostle) y un exquisito postre para nada convencional, del cual quedé fascinada: gelatina de garambullo con queso. ¡Uuh!, una maravilla de sabores y olores que te abrazan y apapachan el alma y por supuesto que también satisfacen nuestros gustos. 

La chef, María de los Ángeles Esperanza Pérez, es la genio culinaria encargada de dicha  comida tan especial y majestuosa, la misma que recibió una constancia por parte de la Universidad Autónoma “Benito Juárez” de Oaxaca, una Escuela de Gastronomía, por su participación en el evento “Zimatlán Gastronómico 2022”, lo cual incrementa el estatus y la jerarquía con la que cuenta tan delicada e inspiradora mujer.

Toda esta experiencia fue cerrada con broche de oro en aquel magnífico lugar, me hizo sentir que tanta espera encerrada valió toda la pena del mundo. Cierto, no fue el viaje más largo, ni visité el lugar más exótico del mundo, pero Villa Progreso y su gente tienen una facilidad para hacer sentir a uno en casa, aspecto que no cambio por nada. Para mí, todo ese recorrido es súper recomendado.

Fotografías de autoría propia.

El año del cambio

¡Hola Skylets!

En esta ocasión, pasaremos a algo más extremo, les comente en unas publicaciones antes que soy una persona temerosa a las alturas y a partir de ello, me inscribí a un curso de rappel para lidiar con ese miedo, cabe destacar que esto es de las mejores cosas que me han pasado aparte de que ha ampliado mi forma de pensar y actuar, me enseñó a ver que puedo lograr todo lo que me propongo y esto es fabuloso ya que he creído más en mí, tanto como una de mis personas favoritas lo hace.

Bueno, después de 9 domingos seguidos de estar descendiendo en diferentes lugares en los alrededores de San Juan del Río, tuvimos un campamento y más tarde una salida a un lugar místico llamado: “Sótano del Popocatl”. Dicho sitio se encuentra en Zongolica, Veracruz, en donde el rio Popócatl se precipita hacia el interior de la cueva en forma de cascada con una imponente caída de 80 metros.

El proceso es increíble, una vez llegando a la comunidad de Tequila, lo único que queda es realizar una caminata entre la selva negra y listo, has llegado a la parte en donde esperas con ansias tu turno para descender haciendo rappel de tiro libre (sin pared) hasta las profundidades del sótano en donde se encuentra un lago subterráneo con agua fría, que digo, estaba helada al grado que casi me congelo estando ahí, debo mencionar que hacía mucho calor y yo amo el frio, pero el contraste de pasar de un punto a otro con short y mojarse es algo drástico.

El bajar por algo tan inmenso puede dar mucho miedo, pero si te atreves a experimentarlo es una experiencia inolvidable ya que la brisa te baña mientras te acompaña junto a unos rayos de sol que forman arcoíris a lo largo del descenso por la cueva (sumidero).  

En fin, también se puede observar una caverna de 150 metros de longitud, llena de inmensas rocas, una vista increíble y sigue lo bueno: Un ascenso que resulta bastante extenuante, uno debe de subir como “gusanito” (literal uno se ve y se siente así) además de que se sube poco a poquito, aparte de que ya a mi edad necesito de un pequeño sobre de gel energético para poder lograr concluir con aventuras de este tamaño (por cierto me sentí como coreana comiendo eso).

Al llegar a la superficie,  sentí tremendo orgullo por mí y bueno, a pesar de haber requerido de la gran ayuda que me brindó dicho sobrecito, festeje mi logro.

Posteriormente, cuando uno está arriba entra en calor, también se seca sumamente rápido, así que para refrescarnos, nos dimos un chapuzón en una parte donde se junta el agua antes de caer hacía el cráter para después adentrarnos de nuevo en el sendero, volviendo a tan caluroso clima pero rodeados de las especies de flora que apantallan bastante… supongo que también de fauna de la selva, la cual sí atemoriza un poco.

Les recomiendo mucho realizar actividades de este tipo, en donde uno debe de afrontar sus temores y superarse.

Fotografías de autoría propia.

Un pedacito del paraíso.

¡Ciao Skylets! ¿Listos para un nuevo y jugoso destino? En esta ocasión, recorreremos las hermosas calles de mi preciado Oaxaca, la verdad cada destino que conozco me deja maravillada, no tengo favoritos ya que todos tienen un pedacito de mí.

Bueno, primero que nada, me gustaría decirles que las personas que me tope en este bello estado, puff, una maravilla, no dejaron de sorprenderme, su calidez y trato hacia los turistas es incomparable.

Como fotógrafa, comprendo y por supuesto que doy prioridad de paso a las personas que lo hacen entre mi cámara y la escena a fotografiar, pero por primera vez, no solo una ni dos veces aquí, me dejaban tomar la foto, peatones como conductores se esperaban y me hacían conversación, yo salí fascinada.

Bueno, regresando al lugar, es un sitio acogedor, con muchos colores, fui a finales de octubre y principios de noviembre, cuando la pandemia todavía seguía pero a menor escala, bueno es una época en la que hay varias cosas que le dan muchísima más vida (aparte de la Guelaguetza).

Pues es todo un espectáculo, las casas se adornan de pies a cabeza, las calles relucen con tanto color llamativo del papel picado colgado de lado a lado, altares, calaveritas y alebrijes por todas partes, todas las personas salen disfrazadas o minimo maquilladas, además, son súper alegres, el lugar huele a cempasúchil, chocolate, téjate, café y a ese olor tan peculiar a tierra mojada por el clima tan fresco, todo un tema cultural.

En esta ocasión sí o sí, deben de probar todo, no se pueden perder de nada, mucho menos del pan de yema, el chocolate de agua y el téjate, todo una delicia de los dioses. Ya hasta se me hizo agua la boca. Para estas alturas, si espero con ansias regresar pronto para seguir conociendo y probando más cosas.

Ah, sí! Seguimos... a pesar de que no había muchas cosas abiertas y la cantidad de personas que suele haber, todo estaba magnifico, a donde voltearas había algo único. La catedral, el templo de Santo Domingo de Guzmán, con una arquitectura espectacular.

Literalmente en Oaxaca se vive la frase “a la muerte no se le llora, se le festeja”.

Experiencia única e inolvidable, 100 por ciento recomendable.

Un imperdible es visitar los panteones en estas fechas, se sorprenderán.

Fotografías de autoría propia.

¡5 publicaciones!

Un rinconcito Queretano.

¡Hola pequeños Skylets!

En esta travesía conoceremos un poco más sobre las cosas que nos ofrece mi querido estado, Querétaro, recorreremos el centro y viñedos de Tequisquiapan y alrededores, también un lugar un poco menos conocido: La mina de Ópalo "El Redentor".

El recorrido comenzó hace ya algún tiempo en un día jueves; con un recorrido peatonal por el centro de Tequis, en este se aprende sobre varias cosas que distinguen a este municipio.

¿Sabían que su nombre en náhuatl significa "lugar de aguas y tequesquites"? bueno, yo tampoco lo sabía, pero como siempre digo, -cada día se aprende algo nuevo-. Conocimos algunas capillas otomíes, la Parroquia Santa María de la Asunción y por supuesto no podía faltar el jardín: Plaza miguel Hidalgo.

Pasando a los viñedos, dentro de los que conocimos el primer día, se encuentra Viña TX, San Patricio, los Rosales, San Juanito y la quesería La Biquette. Para no hacer larga esta visita, cada uno de los viñedos es único, tienen su propio "sazón" y no solo hablando en que cada uno tiene su sabor, si no en general, desde algo tan visual como lo que es la estructura del lugar, la explicación y el valor agregado que cada uno proporciona.

En lo personal aún no cuento con un tipo de vino favorito del cuál hablarles o algún gusto ya más "fijo". Pero les puedo decir que me agradó mucho conocer y probar vino queretano, la experiencia siempre es para mejor y recomendable con plan para un fin de semana.

El segundo día, además de pasar a otras vinícolas, pasamos a las minas de ópalo, un lugar súper tranquilo y pintoresco, nosotros tomamos el tour con desayuno, déjenme decirles que deben si o si degustar la comida típica minera, es algo sencilla, pero muy rica, pasas un rato muy agradable con las personas que te rodean y por supuesto, con los guías, aparte de que pasas a la mina, te cuentan una leyenda, te hacen reír, además de que en varios momentos hasta puedes ganarte un obsequio, te explican cómo es la formación de los ópalos, los colores, sus características, los tipos y/o categorías, costos que pueden llegar a tener, te muestran cómo se extrae, lo cual parece sumamente sencillo, pero que no te engañen, cuesta bastante hacer lo que ellos, no hay que subestimarlos, esto lo sé porque te dejan intentarlo, de hecho hay una parte en donde cada uno busca ópalos y si, los que encuentres te los puedes llevar a casa, al terminar, bajas de las minas hacia la tienda en donde te muestran cómo se limpian, pulen y en que piezas hermosas se pueden transformar (usualmente joyas) estas piedritas tan preciosas que los mineros extraen.

Los invito a darse el gusto en cosas nuevas y que mejor si son de su propio estado, hay que adoptar el conocimiento que nuestro entorno tiene por ofrecer. Recuerden vida solo hay una...

¡Hasta la próxima!

Fotografías de autoría propia.

Un viaje por el expreso del norte

¡Hey! ¿qué hay de nuevo Skylets?

El día de hoy decidí cambiarles el destino porque si no, no suelto a uno de mis destinos favoritos (Chiapas), entonces sigamos con Chihuahua…

Este fue el primer viaje largo que se llevó a cabo con mis compañeros de la universidad, no se me va a olvidar lo emocionante que fue, pues para ser honesta, si me daba mucho miedo ya que no soy una persona extrovertida y no estaba acostumbrada en lo más mínimo a salir con personas ajenas a mi familia por más de 1 día en donde implicaba quedarse a dormir con otros tres “extraños”, mis nervios estaban a full.

Llegó el día, empaqué hasta “lo que no”. Siento que la emoción que sentía en el camino para allá era aún bastante alta, pues no pude cerrar los ojos por más de 30 min en las casi 16 horas de trayecto, lo cual no debió haber sido bueno para mi reloj interno, además, el viaje se extendió principalmente por un elegante retraso de tres horas por el desfile del 20 de noviembre en Camargo.

Después de esa “odisea” llegamos al hotel a las 4 de la tarde, aprovechamos para descansar un poco y refrescarnos en la ducha. Ya con más energía nos dispusimos a salir al centro de Chihuahua en donde comimos hamburguesas con papitas, luego nos tomamos fotos en las letras gigantes que tienen el nombre de la ciudad,  después entramos a un museo, continuamos subiendo a un mega estacionamiento que tenía un mirador y finalizamos con “Pascualita”, un maniquí súper realista.

Al día siguiente pudimos tomar el famosísimo tren “Chepe que partía a las 7 de la mañana, todos  estábamos cansados pero encantados, pues es el único tren antiguo y de pasajeros en el país. Fue una experiencia que recomiendo bastante, sin problema me volvería a subir en él. Me sentía como si estuviera adentro de la película del “Expreso Polar”.

Llegamos a Creel a las dos de la tarde y escalamos un cerro, ahí mi cuerpecito me empezó a reclamar la falta de sueño y condición, aun así disfruté la incomparable vista al llegar a la cima. Bajando, en el centro pasamos al Museo Tarahumara de Arte Popular, el cual, te llena de cultura y la historia del lugar. Ese día no recuerdo a fondo los detalles de la noche, pero podría jurar que cenamos fuera y que fue algo riquísimo. ¿Qué cosa? Ni idea queridos Skylets, los dejaré con la duda.

Día 3, decidimos realizar un tour que incluyó: La Cueva de Doña Petra, una cascada Cusarare, el Lago Arareco, Valle de las Ranas, valle de los hongos, el Valle de los Monjes,  la Misión Jesuita. Acabando nos dimos un mini paseo por la ciudad, subimos otro cerro que estaba igual de cool  y nos generó bastante hambre, así que comimos en cuanto bajamos. Aquí, lectores, es donde entra la parte en la que mi empacada de más dio frutos pues me sentí horrible de la nada apenas ordenamos. Me dio demasiado calor, con muchas náuseas y todo era “de la patada”; le marqué a mi mamá para pedir ayuda, tomé algunas pastillitas que fueron de lo

“extra” en mi maleta y súbitamente, su autora volvió a la vida. Mi salud se recuperó a tal grado que me aventé a acompañar a los demás a una cafetería llamada “Kino’s” atendida por gente mayor que estaba llena de alegría y ganas de atender así que aunque no consumí café, me latió mucho la experiencia. También compramos tamales, pero totalmente distintos a los que comemos aquí en Querétaro, estaban bañados en frijoles o algo así, los probé poco pero valió la pena.

Al día siguiente nos fuimos a Barrancas del Cobre, entramos al Parque de Aventuras que se encuentra ahí, con bastante temor logré recorrer el Bosque Aéreo actividad tipo Canopy (le tengo miedo a las alturas) y me sentí bastante orgullosa de mí por haberme atrevido a hacerlo, eso me motivaría en el futuro a entrar a clases de rapel.

Tristemente ya después de eso tocó regresarnos a casa, lo destacable del camino de vuelta fue que comí lasaña. Es ¡Deliciosísima! Era apenas la segunda vez en mi vida que la comía. Es un viaje que nunca olvidaré.

Y bueno… con esto concluimos el relato del día de hoy, nos leemos luego queridos skylets.

Ciao, Arrivederci, Bon Voyage, etc.

Fotografías de autoría propia.

Inicio de mis aventuras. Parte 2

Hooooooooola mis amad@s skylets, su espera de una semana por fin ha llegado a su fin. Ha llegado su turista favorita con lo que tanto ansiaban: la parte 2 del inicio de mis aventuras viajeras, volvamos justo a donde nos quedamos, fin de los anuncios y regresemos a la acción. Tercer y cuarto día. Partimos con dirección a Puerto Arista con la motivación a tope y las energías completamente renovadas para así poder enfrentar el nuevo día de aventuras, aunque la gran fuerza del oleaje en la zona nos frenó ligeramente nuestros ímpetus; Así que nos pusimos en marcha en búsqueda de un lugar mejor: Playa del Sol. Playa del Sol se encontraba a 10 minutos aproximadamente de nuestra ubicación, pero las ganas de disfrutar adecuadamente del mar eran tantas que ni sentimos el tiempo. Llegamos y la vida no tardó nada en agregarle un nuevo detalle a nuestro día pues le quitó sentido al nombre de la zona. Efectivamente, empezó a llover. La lluvia no nos hizo ni cosquillas ya que estábamos anonadados con la belleza de la arena que parecía hecha de cartón mojado… miren, entiendo que esa no es la mejor analogía, pero era un cartón bastante m��stico y único, además que en retrospectiva *puede* que las gotas caídas del cielo ayudaran a acrecentar ese tono, pero la touriscar de ese día prefirió disfrutar la magia de la situación así que imagínense el objeto color café más oscuro y bonito que se puedan imaginar, de ese tono era la playa. 

Nos quedamos hasta altas horas de la noche en el lugar y a pesar de ello decidimos seguir con nuestros planes y dirigirnos a Huixtla que se localizaba a 3hrs de nosotros, terminamos llegando a las 5 de la mañana así que lo primero que hicimos fue encontrar la casa de la cuñada del sobrino de mi madrina y quedarnos profundamente dormidos… por 3 horas. Nos levantamos y sin pensarlo dos veces (ni desayunarL, pero hay sacrificios que uno tiene que hacer por viajar) nos dirigimos a la frontera de Mexico con Guatemala. Tristemente el hambre nos frenó en seco al entrar al país centroamericano, así que buscamos algo de comida (lo que fuese) y nos topamos con dos cosas, la primera: La moneda de allá (quetzales) tiene un valor más alto que el peso mexicano, prácticamente el doble. Segundo: Los tamales guatemaltecos… están horribles con H mayúscula, para empezar, lucen como los oaxaqueños ya que están hechos en hoja de plátano pero una vez que lo partes esta súper aguado, con un sabor muy raro y la carne ni se diga, no la quise ni probar (tenía mucho cuero), por suerte solo compramos uno para cada quien, ese fue todo nuestro desayuno. Para movernos en el país vecino, contratamos una van y de ahí nos llamó la atención visitar un parque temático llamado “Parque Temático Xetulul” al cual llevó 2 horas y media llegar, todos íbamos en calidad de bulto (bien dormidos) excepto mis papás. Llegamos al parque a las 11:30 de la mañana costó alrededor de 125 quetzales la entrada, pasamos a ver TODOS los juegos mecánicos que son bastante únicos a mí parecer, ya después por fin comimos algo increíble: Pollito campero. No sé si fue el hambre o que de verdad el pollo parecía milagroso, pero es el mejor pollo que he comido fuera de casa. El restaurante estaba ambientado como un barco todo bonito, llevaba por nombre “Los bucaneros”. Ya con más energía continuamos recorriendo el parque, es sumamente especial ese parque porque tienen réplicas de otras zonas icónicas del mundo divididas por plazas Alemania, Suiza, España, Francia, Italia, Maya, Chapina, Pueblo Caribeño, Pueblo Fantasía y Pueblo de Guatemala. Las cuales incluyen atracciones como Le Grand Theatre, La Fontana de Trevi, los molinos de Países Bajos, tiendas de Alemania, un castillo en la plaza Española, un juego mecánico con góndolas italianas y mucho más. Compramos una paleta de hielo para el calorcito y salimos del parque fascinados; posteriormente compramos AÚN más pollito campero pero ahora cuando íbamos de vuelta para México porque después de tanta emoción nos dio hambre de nuevo. Llegamos a las 8 de vuelta a nuestro país y ahí concluyó mi día. Y ya. Por ahora es todo lo que tengo para ustedes, no me vayan a pedir más porque esta vez hasta les estoy dando de más, así de mucho me preocupo por ustedes y su salud mental. La próxima semana continuaremos con mi historia chiapaneca, intentaré con todo mí ser darle cierre, pero no prometo nada. Al cabo ya sabrán a esta altura que a mí me encantar hablar y hablar cuando me emociono.

Fotografías de autoría propia.

El inicio de mis aventuras. Parte 1

Érase una vez, una no tan pequeña touriscar de 21 años, cuando sorpresivamente llegó a mi hogar una invitación que llenaría de emociones varios días de mi vida.

Corría el mes de julio cuando mi madrina de confirmación le dio la idea a mis papás de que fuéramos las dos familias juntas a Chiapas, claro, esta invitación ya había sido extendida por el sobrino de ella y su esposa tiempo atrás (ambos viven en Tuxtla); sin embargo, en mi hogar no había sido tomada con seriedad la primera vez.

Fue extremadamente súbito todo el asunto porque a los dos días de que se les dijo a mis papás, partimos a Chiapas. Todo corrió de forma caótica y apresurada: hacer maletas de volada, arreglos de mil cosas en la casa, poner rápidamente todos los papeles de nuestra camioneta en orden porque no planeábamos atravesar la CDMX sin tener todo en regla, dejar todas las hojas de Excel y documentos del trabajo listos para que nadie nos molestara.

Y así de rápido como llegó la noticia, arribó el día de partir, nunca olvidaré ese martes 16 de junio del 2019 cuando emprendimos a lo desconocido, esas atosigantes 13 horas que pasé sentada durante el viaje en una camioneta rodeada por mi familia sólo hicieron que toda la experiencia valiera aún más la pena.

Ese primer día todos llegamos con el peso del universo entero encima y ganas NULAS de hacer algo… así que claramente decidimos salir a hacer algo. ¿Qué cosa? Ir al Jardín de la marimba, el cual se llama así porque tiene una marimba GIGANTE. Es tradicional que en las noches la gente se junte a bailar alrededor de un quiosco al ritmo de aquel mega instrumento y una banda complementaria. Fue todo un espectáculo que mis ojos cansados pudieron disfrutar.

Al día siguiente fuimos tempranísimo (a las 10 a.m. Sí, esa hora es temprano para su querida touriscar de 21 años) al, citando a Dolph quien fue personaje de “Una esposa de mentiras”: *CAÑON DEL SUMIDERRRRO*. Paseamos por alrededor de una hora en lancha, lo recomiendo totalmente porque es impresionante surcar el río, ver los animales, una cueva con una Virgen adentro, es más, TODO el recorrido fue precioso. Háganlo por lo menos una vez en su vida, les diría que dos o más, pero el precio del recorrido es algo limitante.

¡Fuimos al mejor zoológico del mundo! Y no, no estoy exagerando. Se llama “Zoomat”, cuenta con puros animales de la región los cuales están acomodados en un cautiverio que asemeja a su hábitat natural, podría decir que el espacio está  para acoplarse a ellos y no ellos al espacio.

Finalizamos ese día visitando al “Cristo de Copoya”, es una cruz de 64 metros de altura (incluyendo el edificio en donde está situada), siendo la más grande del mundo. Hasta ahora parece que la gente en Chiapas tiene puras cosas de gran tamaño en su estado, eh.

>Me encantaría contarles más sobre las grandes atracciones que logré ver en este viaje, pero me encanta dejarlos queriendo más. (MUAHAHAHAHA). Los veo la próxima semana con la continuación de esta experiencia turística que movió el mundo de ésta, su bloguera viajera.

Fotografías de autoría propia.

"Tierra llamando a los Skyletts"

¡Hola, lector(a)!

Bienvenid@ a este espacio de confianza para hablar de turismo y reírte un poco en el proceso con tu bloguera viajera “touriscar”. ¿Qué dices? ¿Qué no me conoces aún? Ni hablar, esto no se puede quedar así.

Soy touriscar, actualmente estudio la Licenciatura en Gestión del Turismo Cultural y Natural (curso 9° semestre), estoy a un pelito de rana calva de terminar. El deseo de viajar me ha acompañado toda la vida, puede que sea mi curiosidad o mi deseo de conocer el mundo entero. Igual, he tenido la oportunidad de explorar varios rincones de mi país y tantito fuera de él (esperemos pronto pueda ser más. ¡Hagan “changuitos” por mí!). Justo para eso es este blog, para platicarles de mis experiencias, aventuras, “chocoaventuras” y, pues ya de paso recomendarles y decirles el “que sí y que súper sí” en los lugares dentro de su lista de  “deseo visitar”, (como futura turismóloga, no creo en la existencia de un “NO hacer” cuando uno visita, el punto es conocer, ¿a poco no, mi gente?). Entonces, acompáñenme a este pequeño tour por mis recuerdos. Les prometo no se arrepentirán.

Mi primera anécdota por compartir es corta y ligeramente difusa. Ya sé, ya sé, mentí sobre lo “acordado” entre nosotros; seguro estaban ya al filo de su asiento esperando mis historias, sin embargo déjenme decirles que este relato de travesía, aunque corto, no deja de ser importante porque es el nacimiento de esta flamante bloguera.

Las primeras salidas son recuerdos superficiales, pues éstas se realizaron cuando era muy pequeña, a pesar de ello sospecho fueron de gran influencia para incrementar mi pasión por recorrer y deambular todo lo que nos rodea.  Una de esas escapadas fue mientras paseaba en familia, tenía escasos meses de nacida y aún no tenía un sentido muy marcado ni representativo de la palabra “viajar”. Sin embargo, ya me sentía enganchada por ello, tenía cierta mística para mí el recorrer la carretera y ver el pasar de los autos; tanto así, que mi primera palabra fue justamente “luz”, según mis papás la dije después de despertar y ver todas las luces moverse a mi alrededor.

A partir de eso, el viaje y yo parecemos destinados a ir de la mano toda la vida.

Por el momento me despido, pero no lloren demasiado, volveré pronto; semanalmente para ser exacta y volveré con jugosas e informativas anécdotas de aventuras. Por ende, estén al pendiente querid@s skyletts, que la bloguera viajera acaba de llegar y no planea irse pronto.

Ciao ciao!