Cada vez que veas un macarra(chacalon) haciendo y diciendo estupideces. recuerda que ese es el que le quitó la virginidad a tu futura novia/esposa sin haber invertido energía ni dinero.

Mujer, mujer mía, mujer de mis realidades y de mis utopías. Mujer linda, bañada en la iridiscencia de la perla más tímida; mujer de piel de paloma, con la sensibilidad de la niña que fue abandonada, y con la misma de la mujer que sólo busca amar y ser amada. Mujer, mujer mía, ¿me dejas enjugar tus mejillas? ¿Me permites enarbolar tu mirada hacia la sonrisa que guarda el fulgor de los cielos? ¿Me dejas amarte y abrazarte cada vez que estés de mí lejos? Escribir de ti, hablar de ti, esbozarte millones de besos. Oh, mi bien amada, deja a mi nombre ser el huésped de tus labios, de tu boca, de tu garganta; deja a mi nombre latir vivo en el impulso de tus ganas, en las arterias de tus sueños, en la memoria de todos tus silencios, en la pulsión de todos tus deseos. Mujer, mujer mía, déjame besarte las nostalgias. Cásate conmigo, prometo no dejarte morir entre las llamas de la desesperanza, hacerte el amor no sólo entre unas sábanas, alimentarte de mis alegrías aún cuando mi alma también se encuentre afligida... Mi señora, mi niña, mi cosmos... Déjate ser más mía. Déjame ser más tuyo. Olvídate del mundo y, en un beso... Seamos el sueño de las luciérnagas que jamás se extinguen, allá, por alguna galaxia pequeñita, tan sutil, donde nadie jamás nos pueda encontrar.

—Leukiel.

A todos nos cambia el semblante después de ciertas situaciones sentimentales.

Ⓘ Este usuario quiere quiere encontrar el amor real en algun momento de su vida.

Me tragué tanto las lágrimas y la tristeza, que ahora siempre estoy de mal humor.

Y es mejor

Es mejor que no pases los mejores años de tu vida con alguien como yo, solo he compartido unos cuantos meses de mi vida a lado de una persona a quien en algún momento llame "novia", no tengo ni la más remota idea de lo que es querer o el amor, me catalogo la última persona que quise como "un vato de hueva" y lo sé, tal vez lo sea, no tengo lo mejor ni soy aún lo que pretendo convertirme, no soy nadie, ni tengo nada...

Estoy en un punto en el que cualquiera que te llegue a enamorar será mejor que yo, no pretendas tener algo conmigo porque estoy rotisimo del corazón, las inseguridades que tenía, más las que mis últimas relaciones sumaron a mi vida, me tienen viviendo cagado de miedo, miedo al amor, al rechazo y a volverme a quedarme tirado en la cama hasta 12 AM sin ganas de vivir, comer, reír o hacer algo de mi vida, no pretendo estar en depresión otra vez.

Y es mejor que te enamores de alguien más, que no me veas a diario como solíamos estar acostumbrados, sin decirnos una palabra, pero con miradas que lo decían todo lo que no sale de nuestra boca y es mejor que así quede todo, en un intento pendejo y fallido de mi parte para enamorarte, porque no es lo ideal que pases los mejores años de tu vida a lado mío, no te convengo, ahora solo me dedicaré a admirar tu belleza de lejos y pensando en lo que pudo ser y nunca será...

Y es mejor que tus labios jamás prueben a los míos, porque no quiero involucrarte en ésta mierda que me atormenta y no me deja acercarme a ti para decirte lo mucho que me gustas, es mejor así, sin una historia que compartir y sin una posible cicatriz más en el ♥️ y si... Definitivamente es mejor así...

A veces siento que lo mejor que hubiera podido hacer en mi vida, fue nunca haber llegado a la tuya... Así jamás te hubiera lastimado.

“La vida es cruel, ¿porque no habría de serlo la muerte también?”.

Transpatentbandit.

En el vasto universo de las emociones, hay una fragilidad que nos envuelve cuando pronunciamos esas tres palabras: "te extraño mucho". En ese instante, nos desnudamos ante el mundo, revelando nuestra necesidad de conexión, nuestra nostalgia por la presencia del otro. Es un momento de vulnerabilidad en el que nuestras barreras se desvanecen y permitimos que nuestras emociones fluyan libremente.

Pero, en ocasiones, el destino nos reserva un regalo inesperado. Un eco de esperanza que reverbera en nuestro interior cuando nos encontramos con la respuesta más mágica y poderosa: "yo te extraño más". En ese preciso instante, la fragilidad se transforma en una fuerza invencible que nos impulsa hacia adelante. Nos damos cuenta de que no estamos solos en nuestro anhelo, de que hay alguien que comparte nuestra tristeza y añora nuestra compañía incluso más intensamente.

En esta danza eterna entre la vulnerabilidad y la fortaleza, descubrimos la belleza oculta en nuestras palabras más sencillas. El poder de una simple expresión de añoranza trasciende las distancias físicas y se convierte en un lazo invisible pero inquebrantable entre dos almas que anhelan encontrarse nuevamente. Es un recordatorio constante de que el amor y la conexión están presentes en cada pensamiento, en cada latido de corazón.

Así que, aunque estas palabras sean breves, su impacto es inmenso. En ellas se encuentran tejidos los hilos invisibles que unen a las personas, que trascienden el tiempo y el espacio. En cada "te extraño mucho" y en cada "yo te extraño más" se encuentra una historia de amor y complicidad, una melodía que resuena en el corazón y trasciende los límites de lo cotidiano.

No subestimes el poder de estas palabras, pues en su aparente sencillez radica una belleza profunda y eterna. En ellas reside la capacidad de transformar momentos de vulnerabilidad en instantes de fortaleza. Nos recuerdan que, incluso en la distancia, nuestro amor y añoranza pueden florecer y mantenernos unidos en un abrazo invisible pero real.

Así que, cada vez que pronuncies esas palabras y encuentres eco en el corazón de otra persona, recuerda la magia que reside en ellas. Celebra la vulnerabilidad y abraza la invencibilidad que emana de tu conexión. Porque en cada "te extraño mucho" y en cada "yo te extraño más" hay un testimonio de amor, un lazo que perdura en el tiempo y un puente que une dos almas en su búsqueda eterna de compañía

No quiero un amor a medias, rasgado y partido por la mitad. He luchado y sufrido tanto que me merezco algo entero, intenso e indestructible.

Qué ganas de evadir la realidad alcoholizándome para tener un estado de felicidad ficticio.

Aquella doncella va a ser desflorada 🥀por ese macarra , flor arrojada a los cerdos como todas las centennials postmodernas. Una flor masticada por un cerdo , lisonjera sin virtudes que mira con asco,sadismo y desprecio a otros hombres por no ser macarras. Desgraciado y desafortunado el hombre que ande con ella tras esta situación. Será ella una chingada más del monton

Por algún cigarro...

Así era ella, siempre detenía sus labios por algún cigarro, esa era la manera de trabajar sus emociones, de sanar sus heridas, de enmendar sus errores. Llovía entre la oscuridad de sus ojos, pero era una lluvia escondida, casi casi como el niño que tímido, se resguarda entre las faldas de la madre. Y con esa mirada nublada, plagada de tormentas y destellos ardiendo en soledad, ponía en calma por un instante el alma; la cajetilla abría y cerrando los ojos, tomaba un cigarro al azar. Los trémulos dedos atrapaban con espectacular dulzura el objeto que abrigaba con envidiable celo a la nicotina. Ella cerraba los ojos y sus mejillas al instante se humedecían. Había tristeza, mucha tristeza en su espíritu, pero también había un antifaz, un mecanismo de defensa que detenía por segundos el curso de su espíritu de escritora invisible, sí, la escritora que era, que escribía fenomenal, creativa, sensible mas imperceptible ante el entorno. Sus únicos amigos: los imaginarios, aquellos con quienes creaba historias, charlas, reuniones, fiestas, peleas y situaciones que no podía vivir en un mundo donde nadie la volteaba a ver. Entonces metía la mano derecha al bolsillo de su pantalón de mezclilla e iba sacando despacio el negro encendedor con diseño de mariposa de metal azul —el emblema de uno de sus libros, que aún aguardaba para ser publicado, en el cajón de su escritorio. Apretaba el botón de encendido y una larga flama de color turquí hacía su aparición. La delgada llama amiga, compañera de viaje, la bailarina de fuego que de repente danzaba al unísono del viento de la noche. Aquella sonreía delante de esa aparición cuya alzaba sus manos para alcanzar la nívea columna del tabaco y así hacerlo arder. La primera bocanada abrasaba la garganta, pero en la garganta del dolor, de la melancolía oculta, de los sueños y las esperanzas que de repente parecían asfixiarse... Entonces, de pronto, todo cambiaba.

Entre cada bocanada un rayo de sol se encendía y el cielo oscuro se inundaba de artificiales fuegos de gran celebración. Las fanfarrias se hacían presentes. La soledad se llenaba de ilusión, de inspiración; la tristeza se vestía de tinta y las manos comenzaban a guiar la orquesta de letras atestadas de optimismo, de carcajadas, de sonrisas. Era increíble lo que ese cigarro hacía. "Ven a mí, miedo." Repetía una y otra vez en tanto se carcajeaba, sin embargo su mirada no dejaba de derramar lagunas de sal. Una escena absurda, contrastante, un teatro que sólo un artista podría descifrar.

"Jodida estoy, y saben qué... no me importa estarlo, porque realmente yo no soy la jodida, el jodido es este mundo que nos ha vuelto invidentes al alma y videntes de lo que pudre a nuestro espíritu... Pero bueno, quién soy yo para emitir una opinión. Nada. No soy nada, ni soy nadie. Allá afuera mi nombre no existe. Paso inadvertida entre el tumulto de zombis que llaman humanos y que por ser mis semejantes, también llaman mis hermanos. El vacío mira al vacío. Se ha olvidado el creador de aquellos que llevan el éter latiendo en el corazón."

Una bocanada larga más... y silencio. No había nada más que un ensordecedor silencio. Luego una estrella entrecana, otra estrella ámbar, por allá una pálida en tono rosa, como asustada... y otra descendiendo de algún paraíso perdido, en tono brillante cetrino.

Y ahí, en la esquina superior del escritorio viejo, una maceta con tierra seca aguardando por la raíz mágica del astro emancipado de la mano de un ángel que se olvidó de ser ángel.

Y la escritora casi por terminarse el cigarro. Y es que realmente no era cualquier sustancia química la que estaba invadiendo sus pulmones, eso nos hizo creer al iniciar la lectura de este relato. Ahí dentro, envuelto en esa hoja yacía una droga, un aletargante de la tristeza, un alentador de la alegría... El puente hacía el mundo donde todos los ojos observaban a nuestro personaje dándole el regalo de existir, donde sus letras eran leídas y donde su amigos podían tener un alma, un alma como la que ella dejaba de tener cuando ese cigarrillo volvía a apagarse.

—Leukiel.

¡Creo que debí irme mucho más antes de ese lugar..!

Dime, y lo olvido. Enséñame, y recuerdo. Involúcrame, y aprendo.

— Créditos: @absurda-melancolia