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raf0notor1us · 1 year

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La Madre y el hijo. (reclutamiento)

Me acaban de avisar que ha llegado una persona para ser entrevistada y que me espera en la sala número cuatro. Reviso mi agenda y veo claramente que no tengo una entrevista programada a esa hora. El error se le atribuye al destino, de buen humor y café en mano me dirijo por los pasillos angostos de la oficina saludando rápido, levantando una mano, una ceja y una sonrisa a medias.

La chica de recepción señala la puerta de la sala donde puedo ver dos siluetas proyectadas sobre el vidrio empavonado. Ahora sí estoy seguro que es un error, jamás citaría a dos personas a la misma hora para una entrevista. Con un gesto la recepcionista me llama para decirme algo en voz baja.

-Vinieron la madre y el hijo-.

Por supuesto, pensé yo, siempre es bueno venir con tu madre a una entrevista de trabajo en caso de que sea necesario saber si estás diciendo la verdad.

Entro como siempre, tranquilo y con una sonrisa. Después de una breve introducción y con nuestros nombres ya sobre la mesa, miro al muchacho y le pregunto a que vacante está postulando. La madre de manera muy ágil y firme comienza a describir lo inteligente que es su hijo y lo bien que hará el trabajo ya que ella lo estará monitoreando siempre. Qué alivio, era todo lo que necesitaba escuchar menos el nombre de la posición. Volteo la mirada al muchacho quien rápidamente la esquiva. Le pregunto si este sería su primer trabajo. Nuevamente la madre sale al encuentro.

Está claro que no estoy considerando esto como una entrevista oficial.

Trato de poner la cara más empática que el café me permite y con una voz dulce y actitud comprensible le pregunto a la madre si me puede acompañar a la sala contigua. Como intuyendo lo que le diría a solas, la voz de la madre se quiebra, los ojos comienzan a brillar y el sollozo asoma.

-Lo que pasa señor es que mi hijo no quiere trabajar, no hace nada en la casa.-

Con un gesto enojado la madre alza una mano y le encaja un cocacho al muchacho de esos que te reviven la infancia. El hijo hace muecas de fastidio pero sin emitir una sola palabra.

-Señora por favor, conversemos en la otra sala-

Con el orgullo un poco mancillado, la madre acepta la servilleta que traje con el café para secarse las pequeñas lágrimas que le opacaban la vista, se acomoda los lentes y se levanta lentamente de la silla y antes de salir de la sala le encaja un segundo cocacho al joven.

-Señora- le digo mientras cierro la puerta detrás mío y le muestro la entrada a la nueva sala.

-Entiendo por lo que está pasando, usted tiene que trabajar y mantener a un hijo que no hace nada es difícil. En cualquier situación similar simplemente hubiera rechazado la entrevista pero creo que conversar con usted unos minutos sobre lo que está pasando va a ser más provechoso.-

Podía notar que mis palabras solo servían para torcer más la mirada de la madre.

-Hay dos cosas importantes, la primera es que aun así contrate a su hijo, si él no quiere si quiera venir a la entrevista está claro que tampoco querrá hacer el trabajo mínimo de la posición a la que postula y lo segundo y no menos importante, yo vería mi trabajo comprometido por contratar a una persona que no quiere…-

-Señora disculpe, ¿a qué posición había pensado postular a su hijo?-

-Había una para gerente de finanzas en la web de la empresa- respondió.

En ese momento un calor fulminante empezó a cocinar mis entrañas desde lo más hondo. Sentí mi ser salir del cuerpo y mirar todo desde las alturas. Con un enfado rebosante me veo golpeando la mesa con el puño cerrado al tiempo que expando mis pulmones en dirección a sus ojos:

¡¿Está usted loca de remate?! ¿Cómo carajo piensa que voy a contratar a ese esperpento como gerente de finanzas? Mocoso no quiere ni bañarse para venir a la entrevista y usted quiere que le de la gerencia de finanzas, ¿Cómo es que se fugó del manicomi...

Despierto de la escena, todo fue un pequeño sueño, nada sucedió y yo seguía con la vista clavada en los ojos de la madre.

-Señora- no puedo considerar a su hijo en esa posición por varias razones, pero las que destacan son que su hijo estudió veterinaria, solo tiene 20 años y la más importante de todas, no quiere trabajar, contratarlo sería irresponsable de mi parte y poco provechoso para el futuro laboral de su hijo y el futuro económico de la empresa.

Después de secarse las lágrimas por completo, la madre me miró y con una expresión de comprensión he ira y sin siquiera despedirse con la mirada se levantó de la silla y la acomodó nuevamente en la mesa. Se dirigió a la puerta y salió camino a buscar al hijo a la sala donde seguía aparentemente catatónico clavado en el celular. Abrió la puerta y le dijo -vámonos- con un tono un poco más suave que el mostrado cuando los tres estábamos ahí. Yo miraba todo esto desde la puerta de la sala. El joven se paró sin reprochar, agarró el CV y tiernamente le agarró el brazo a la madre. Encaminaron a la puerta del elevador y presionaron el botón para llamarlo. Yo seguía atónito. La recepcionista los miraba y me miraba a mi como buscando rápidamente una explicación.

El joven volvió a mirar a la madre quien ahora le sujetaba la mano con un cariño interminable y con voz de niño le dijo:

-Mamá, ahora hay que intentarlo en la empresa del frente.-

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