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#milagros enmascarados
shookethdev · 1 month
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Got permission to do some adopts with @cero-sleep dragon species “Milagros Enmascarados”!
This lil guy is a mix between a potion pal and milagros, using both a mask and a potion to create them!
Payment for “Dragon’s Breath” Potion is on my Ko-fi for $20 HERE
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La Recuerda
Por Ana Paula Alves
¡Vuelve la guerra de “Las Bolas de Fuego”! Los Salvadoreños celebran su tradición centenaria para rememorar el milagro de la vida.
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“Las Bolas de Fuego” celebración también conocida como “La Recuerda” volvió a hacer parte de la  vida de los Nejapenses después de los años de pandemia. Esta rara y peculiar tradición nació el 15 de septiembre de 1922, y consiste en lanzar bolas de fuego al aire por alrededor de dos horas en la Plaza Central de la ciudad. Hay muchas versiones que explican su origen, pero la más conocida consiste en una erupción volcánica. 
 De acuerdo con esta versión, "La Recuerda" se ha popularizado tras la erupción del volcán "El Playón" que hizo a la población huir de la comunidad y destruyó el asentamiento de Nixapa. Las bolas de fuego representan las piedras en llamas expelidas por el volcán. De acuerdo con la creencia de la población, las personas que pudieron moverse del municipio tenían en sus manos un imagen de  madera de San Jerónimo, el padroeiro del pueblo, de modo que la batalla de fuego ocurre cada 31 de agosto en honor a él.
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     Jóvenes enmascarados se echan las casi 3000 bolas de fuego con la ayuda de guantes especiales y capuchas en la cabeza. Como medida de protección, también humedecen su ropa en caso de ser alcanzados por el fuego. Visto que es una celebración que ofrece grandes riesgos a los participantes, los jóvenes deben ser mayores de 18 años y seguir un reglamento para evitar quemaduras.
     Es una tradición muy querida por las personas de la comunidad y se ha popularizado entre los turistas que se divierten tomando muchas fotos con los manipuladores del fuego. Las personas disfrutan de buena comida y aprovechan la adrenalina ofrecida por esta peculiar tradición.
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Escapril : Día 1
Ego
-Recapitulando todo lo que ha pasado y como las cosas han ido mal, debo que decir que a pesar del resultado inesperado , ha salido bien , siempre lo hace, no se siquiera porque me preocupo , no es como si pudiera fallar en algo – la seguridad de la voz era única y estable.
Una estabilidad y seguridad que te haría creer que algún adolescente o un joven adulto esta hablando con un amigo y esta es una historia sobre como todo salió espectacularmente bien y perfecto a pesar de los inconvenientes , puede que siempre sea ese tipo de historias pero con unos tonos mas oscuros y menos actos para niños.
- Fallamos, de manera garrafal – la voz rota a su lado sonó amarga
Amargura que estaba totalmente justificada por el dolor de la muñecas que Tar sentía mientras sentía que su sangre comenzaba a secarse en su cara y se apoyaba en la pared rota , húmeda y fría a su espalda.
- Garrafal ? .Por qué utilizas palabras tan rebuscadas? - sus ojos brillantes la veían con una sonrisa picara – es que tienes celos que mi plan funcionara , yo nunca fallo – el orgullo cayendo a chorros de su voz era insoportable .
En cualquier situación no esta bien intentar golpear a un compañero en la cara, especialmente si dicho compañero esta herido y tu también , pero siempre puedes romper la reglas si es necesario y  luego puedes decir que fue culpa del estrés , Tar estaba viendo con gran anhelo esa opción,  pero solo resoplo .
- Tu plan no funciono, estamos en una mala situación y aun así  – su tono se alzo , lo bajo, era mala idea llamar la atención de sus captores – y aun así tu ego sigue viendo el problema como otra parte de tu plan maestro – termino la oración con  risa de derrota
La expresión de Ben cayo por un momento, un momento que pudo ser un parpadeo, en ese momento su mirada de confianza se rompió, su expresión tranquila se volvió pánico puro y sus ojos observaban todo con miedo esperando la desgracia , pero solo duro un parpadeo y por lo mismo Tar se lo perdió .
- De que hablas ? -  riendo como si nada importara prosiguió – yo no fallo , yo soy el que nos saca de problemas , el que siempre hace todo bien , soy el mejor y se que lo soy . Por que no me comportaría como tal ? - la mirada de Tar era un volcán.
Cuando vez un volcán crees que la es peligroso solo si entra en erupción , pero si solo esta activo o solo es ceniza sin lava no quita el peligro se ser asfixiado o morir por deshidratación extrema en menos de diez minutos, por eso debes no estar muy cerca del volcán con lava dentro pero lista para salir , Ben estaba a lado de un volcán , él lo sabia pero se negaría ha aceptar que fue su culpa activar el volcán .
-Lo que eres es un ególatra de mierda – voz llena de veneno – yo siempre nos saco de problemas, yo siempre arreglo las cosas ! -su voz era clara pero seguía rota
Seria raro la voz rota para alguien normal pero estos son héroes, si no estuvieran rotos realmente no serian los héroes o victimas de la historia , aunque la desgracia de un héroe es ponerse una mascara , no real sino ficticia que evita que sus voces rotas sean escuchadas por las victimas o villanos.
- Somos un maldito equipo y lo único que haces es creer que a la final no somos nada de nada , mierda , no eres un genio ! – la voz se alzo hasta un tono horriblemente alto donde las grietas de la mismas se notaron como la de las casa destruidas que ellos no pudieron salvar-  eres un idiota! , con el ego tan grande que a veces no piensa en nadie excepto en su gloria! - la mirada estaba rota solo podía ver el suelo
En estas situaciones donde seguramente en unos minutos los malos vendrán por ti , donde tu compañera se rompió y lagrimas de ira salen de su rostro , lo correcto será disculpase y decirle que si hay un plan , lo correcto y lógico seria sacarse el escudo y mascara de ego que tiene para cubrir cicatrices , pero algo que caracteriza a los héroes es ser idiotas en cosas que todos somos idiotas, sentimientos .
Pero si alguien en el mundo toma consejos , es empático o tiene al menos uno neurona , sabría que la cosa que no debe hacer sin importar que es reírse , Ben es de los héroes mas inteligentes pero muchas veces debemos recordar que la mascara de ego esta pegada y aunque no lo justifique y estoy segura de que querrás golpearlo lo que va a pasar es inevitable . Él idiota genio se rio .
- Claro que merezco gloria, soy el mejor – dijo riendo abiertamente – tu eres buena con tu trabajo como héroe , pero enserio no te pareces en mi, somos un equipo porque yo se como arreglar las cosas- su risa abierta y sincera.
La pregunta que debes estarte haciendo , además de como este idiota puede ser ofensivo , sincero y tener un ego como villano de caricatura y sigue siendo un héroe?, deberías preguntare si su ego esta justificado , si tiene un plan? .
- Tengo ego porque una persona tan fuerte como yo no tiene debilidades de las que lamentarse – dijo con risa – eres buena pero no tanto – el complejo de superioridad se podía sentir.
- Y nosotros somos los malo – la voz en la oscuridad parecía confundida y salía de las sobras con los demás hombres altos y enmascarados .
Estos serian los captores , compinches y secuaces de parte de los malos , algunos solo son gente que se especializo en ser secuas con los años, otros solo necesitan dinero y otros son fieles a su villano o jefe que no piden dinero, en estos momentos vendría el monologo de malo , la tortura pura , el intento de que ellos revelen sus identidades o una negociación turbia.
Pero por ahora una heroína se sentía traicionada , él otro tenia una sonrisa de ‘’ gane’’ que aunque todos desearíamos que se arruinara por un golpe no lo hará porque aunque sea un idiota, Ben se llama Oneiropólos por nada .
En un segundo todo exploto como si fuera suerte pero la sonrisa de Oneiropolos decía que fue un plan , un plan que salió bien no por suerte o milagro si no porque él es un genio que se merece los elogios.
Cualquier día Invenit , le preguntaría como los saco de la situación ,cualquier otro día seria así , pero hoy no era ese día, hoy solo estaba cansada , harta, molesta se sentía traicionada.
- Te dije que tenia un plan y como siempre salió a la perfección – dijo Oneiropólos sonriendo engreído y por primera vez en esta historia lo vemos recibiendo golpe.
- Eres un ególatra de mierda que hace menos a todos – lleno de veneno su tono se rompía solo revelando mas ácido con ojos como un volcán explotando – te digo algo , ya nos  somos un equipo , eres tu solo señor perfecto – rio con frustración y en un tono muerto – quiero decir que espero una disculpa , pero sé que no pasara , eres lo que todos los otros héroes dicen , un idiota engreído ególatra que no debería ser un héroe y creí que eras algo más , pero tienes razón en eso yo no soy la que ve a futuro o el genio así que creo siempre estuve equivocada y por fin veo la verdad – camino hacia el lado contrario – no te me vuelvas a acercar a mi Oneiropolos -con esas palabras se fue saltando a los techos , sin decir palabras , sin mirar atrás solo con ira .
Debemos recordar que Ben sigue siendo un humano , un poco detestable pero un humano , con una mascara de ego que se destrozo en segundos mientras su ultima compañera , su primara compañera que de verdad creía en él se iba sin mirar atrás , podría haber gritado y decir que volviera, arrodillarse y disculparse , pero no lo hizo , en su cabeza dice que es porque es mejor que nadie , que no necesita compañeros porque por su cuenta es mejor, pero eso solo sigue siendo la mascara ahuecada que esta dejando salir lagrimas .
Lagrimas que para el se sentina como una inundación , pero se seguía repitiendo que eran las cenizas del lugar lo que le hicieron a sus ojos lagrimear , no el volcán que vio en los ojos de su antigua compañera , se repita apegándose a la mascara del ego gritando por dentro que era lo mejor  pero no podía porque resbalo y su llanto cayó como siempre hacia luego de una misión donde perdían.
Su ego siempre le hacia decir que era mejor héroe por ser inteligente y su experiencia pero enserio él mismo sabia que ganar experiencia de héroe solitario a los catorce era una forma de romperse , a los dieciséis luego de que casi termino con todo , luego de ver a esa niña morir , escucho en la radio y en la televisión como lo alababan por otras hazañas, así que decidió que su actitud burlona seria mas que eso .
Comenzó a crear su mascara con capas de que nunca fallaría , porque el era perfecto , porque si era perfecto nadie moriría en sus brazos , así que grito su perfección a los cuatro vientos por años y ahora con lagrimas y lamento lo seguía haciendo como un chico desesperado de dieciséis a pesar de haber pasado de diez años ,se agarro a su ego y los sostuvo , justificándose a si mismo ,diciendo como él no fallo.
Y así siguió hasta que tenia treinta y su ego destrozado pero que aun lo protegía le dejo ver por las grietas de su mascara la tarjeta arrugada que otro héroe tiro al suelo , una tarjeta con unas palabras simples y un numero debajo y deicidio llamar , tal vez era momento de aceptar un cambio o al menos por unas horas intentar destruir la mascara cruel de ego que en publico se volvió su cara.
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fractalfrequencies · 5 years
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El tercer sobreviviente de Limetown en comunicarse conmigo, el doctor Max Finlayson, el varón desaparecido #4 en el informe de la Comisión de Limetown, era diferente de los demás, por no decir algo peor.
Max Finlayson: Creo que lo mejor que tiene la humanidad en su defensa es el milagro que es el helado. Todo lo demás son sólo variaciones de masturbación social.
Lia: Bien…¿pero estabas hablando de una playa?
Max: Quiero que nos veamos en una pequeña bahía a una milla al norte de la torre de salvavidas número 10; hay una hermosa cascada enorme. Parece que se está haciendo sobre la playa, es tan gloriosa.
Lia: Okey. Entonces, ¿estás seguro que te sientes lo suficientemente cómodo para hablar con nosotros? O-
Max: Mira, no tengo nada que esconder. Mi vida es un libro abierto. Ya sé lo que me espera. Y así como el reverendo y su cerdito, lo acepto. Es más, le doy la bienvenido.
Lia: Te refieres a la muerte, ¿no?
Max: Por dios, no. No soy un idiota. Sólo quiero la oportunidad de no estar cruzado de brazos como lo he estado durante los últimos diez años, esperando a que un grupo de mercenarios enmascarados tumben la puerte y me apuñalen. No soy esa clase de persona, Haddock. Para serte sincero, ha sido una tortura.
Lia: ¿Entonces por qué decidiste hablar ahora?
Max: No era el momento adecuado. Ya sé que eso suena estúpidamente misterioso. Y francamente, pues, mejor me detengo. Apuesto a que hay una buena probabilidad de que nos estén escuchando ahorita mismo.
Lia: ¿Quién?
Max: Ya platicaremos en la playa. Digamos, ¿como a la una? ¿Te parece bien?
Lia: Yo—haré lo que pueda.
Max: ¡Excelente! Y hazte un favor, empieza a pagar por las cosa en efectivo. Y mientras tanto, consigue celulares nuevos. A ver si podemos retrasar lo inevitable.
— Limetown, Episode 4: DDOS
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onisaibogu19 · 6 years
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          〔  Arrow of Destiny  〕                  Cap 2: Chrysalis (segunda parte)                 Sus oídos lograban capturar hasta el más mínimo sonido que los pies provocaban con las pisadas. Las luciérnagas pintaban trazos invisibles en el aire y algunas descansaban en los hombros del más joven. Se preguntaba qué habría en esa casa, qué haría si alguien con malas intenciones lo descubría, más grave aún, ¿Cómo se defendería si la bolsa con sus cosas quedaron colgadas de una piedra que sobresalía de la colina? Su mala suerte era tremenda, ya había intentado bajarlas anteriormente, pero su cuerpo se encontraba tan magullado que, aunque sea corriendo rápido por la pendiente, sabía que tropezaría y volvería a rodar hacia abajo. No portaba un reloj, mucho menos podía leer el cielo, las estrellas no lo acompañaban esta noche y el cielo lucía algo escalofriante al volverse completamente negro, existía sólo una alternativa y esa era la casa. Sospechaba que alguien bueno habitara allí, más con el hombre que se topó hace unas horas, tal vez éste era su lugar de reposo o donde escondía a los niños desaparecidos. ¿Por qué nunca se dignó a pedir recompensa por ellos? Aiolos era muy pequeño para comprender la mentalidad de algunas personas.     Escondiéndose bajo el marco de una ventana, asomó apenas los ojos para confirmar que nadie estuviera dentro, pese a que la puerta se encontrara abierta, puede ser digna de una trampa. No le dio mucha importancia y buscó hacer el menor ruido posible para invadir la propiedad de quién quiera que sea. Buscaba con la mirada algún tocadiscos o radio vieja, intentaba asimilar que una de sus melodías favoritas provenía de este lugar y no era una ilusión de su casi muerte anunciada. La madera vieja resonaba con cada pisada, y por más que apretara los dientes y avanzara a pasos agigantados, sentía que sólo empeoraba las cosas. La sala donde ingresó era un living completamente normal, con sus sillones antiguos de color verde oliva, las estanterías empolvadas y antiguas, una alfombra azul petróleo sucio y descuidado, sobre aquél había una mesa de centro rústica, donde un candelabro con tres velas blancas tanto derretidas se posaba con elegancia, o trataba de brindarle ese toque. Atrás había un umbral sin puerta, lo guiaba al pasillo principal y casi al fondo, una puerta casi invisible pasa sus ojos, se encontraba en el suelo ¿Se trataría del sótano? No quiso desperdiciar más su tiempo y simplemente ingresó por esa compuerta gastada y, casi arrastrando los pies y palpando con sus manos cada escalón para no tropezarse, no hubo momento en que divisara alguna luz para hacer su travesía más fácil, pero lo que alcanzaba desde el corredor era suficiente para percatarse de una delgada cadena colgante desde el techo. Cuando sus pies tocaron la planta baja, de inmediato se dirige hacia mencionado pendiente, aunque se sentía alarmado por la espesa atmosfera y además tan fría y tétrica. Haló de ésta y se hizo la luz desde un foco colgante y antiguo. Las paredes eran de un tono marrón mal pintado cuando alcanzaba la cima de las escaleras. Unas maderas más oscuras clavadas a la pared sostenían frascos donde una vez hubo mermelada o miel, ahora sólo guardaban trozos de un material semejante a la carne. Una mesa construida a mano sin detalle artístico alguno se encontraba en el centro del gran sótano, las hojas sueltas del cuaderno dispersas sobre ella poseían dibujos extraños; anatomías humanas con demarcaciones en sectores específicos, ojos, manos y hasta dibujos muy detallados de los órganos. Al rincón sin tocar la muralla, una mesa para necropsias con antiguas manchas de óxido, o eso creía él, no deseaba pensar en lo peor. El llanto de una niña provino casi desde las entrañas de la sala, una pequeña jaula de metal refugiada en plena oscuridad del rincón guardaba en su interior a una infante que lucía un poco mayor que él. Era Heather, logró reconocerla por su cabellera rubia y el listón rojo que tomaba la base de la extensa trenza.              ━ ¿Heather? He venido a sacarte de aquí. ━         Susurró el chico mientras se aproximaba cauteloso para no alarmar a la jovencita, quien yacía sentada abrazando sus piernas. Ella al oírle, dejó ver su rostro tras girar un poco para divisarlo. Limpiándose las lágrimas con la manga de su chaleca, asintió a sus palabras mientras comenzaba a observar a su alrededor. Aiolos no tardó en deducir que la caja necesitaba una llave y esta por obvias razones no se encontraría en la casa. Rápidamente echó un vistazo entre los instrumentos que reposaban en orden sobre un mueble y toma la llave inglesa, para volver hasta la chica y comenzar a golpear el candado fuertemente con dicha. Su compañera cubrió sus oídos por el fuerte ruido que producía las colisiones de ambos metales, hasta que cedió, permitiendo abrir la puerta y liberar a su prisionera.              ━ ¿Quién te hizo esto? ¿Es el mismo hombre con una máscara extraña? ━ Preguntó Aiolos cuando iba a sujetar la mano femenina, notando como en ambas habían algunas cicatrices recientes.      ━ ¿Ves los recipientes? Él dice que todos estamos infectados y la cura nosotros la tenemos. Quiere mi corazón, él querrá tus ojos porque son azules.━         Su mirada cayó sobre los frascos anteriores, la carne que guardaban eran partes humanas tales como órganos importantes, no se equivocó en ello al echar el simple vistazo. El horror era retratado en su rostro, con eso la interrogante de más supervivientes había sido respondida. ¿Cómo lograrían salir ahora? Los vellos de su piel estaban erizados del miedo, no tenía idea de cómo reaccionaría si se encontrara cara a cara con el psicópata. Más, toda laguna mental que presenció fue difuminada con el sonido de una puerta cerrarse, los dos muchachos yacían ahora en el corredor y no había tiempo para regresar o buscar escondite alguno. El chico sin pronunciar una sola palabra, indica con un movimiento de cabeza hacia la puerta entreabierta más cercana, no era alcanzada por la luz de la sala principal, por lo que en completo silencio, lograron infiltrarse sin cerrar dicha a sus espaldas. La habitación se encontraba a oscuras, la única iluminación natural que recibía provenía de la ventana, así que una sonrisa irradiada de esperanza le brindó la fuerza para caminar rápidamente a dicha y abrirla. Cualquier persona dejaría estas cerradas ante cualquier ladrón, pero ¿Qué beneficios tendría el pobre diablo al encontrarse el hombre enmascarado?     Heather saltó primero con ayuda del joven y luego fue su turno. Éste rompió una parte de su camiseta para cubrir las heridas ajenas, así al momento de tomar su mano con firmeza no dolería del todo ya que no tocaba directamente. Era tiempo de marcharse y correr, sin dudarlo reportaría la localización del escondite. No obstante, mientras avanzaba miró hacia atrás y allí estaba él con los enormes ojos que la misma máscara poseía y deslizando un bisturí por el vidrio. Ahora sí que estaban metidos en un gran lío. Aiolos no encontraba fin al extenso bosque, casi lograba oír la respiración de su compañera y por suerte, nadie más que ellos hasta que alcanzaron la pendiente por donde había caído hace unas horas, ¿Cómo escaparían de esto? Él no iba a rendirse fácilmente. Rodear el sector hasta encontrar un terreno donde sus piernas no se vieran imposibilitadas, y así fue, la suerte jugó a su favor. Se posicionó tras de ella para ir empujando cuidadosamente y evitar que cayera por su estado tan debilitado. No obstante, el hombre hizo su reaparición poco antes de alcanzar la cima, asegurándose que dicho no escapara tras clavar el instrumento quirúrgico en el muslo, claro, Aiolos dio batalla a puños y patadas, por efecto de azar, se vio lastimado en aquél sector, liberando un fuerte alarido de dolor como producto. Su propio cáliz carmesí teñía el césped y junto a eso, deslizándose de las fauces del depredador cayó al suelo de lleno.     La chica no sabía qué hacer, ella exclamaba la libertad del chico acompañada de un angustiante sollozo.              ━ ¡Corre, Heather! ¡Pide ayuda! ━      ━ ¡No te dejaré! ━      ━ ¡Vete antes que te haga daño! ━        
Aquella tomó una piedra del suelo junto a unos palos mientras que el más joven luchaba por su vida, al asesino no le bastó con arrancar el arma de su pierna, desatando una hemorragia a su paso, usaba ella misma para intentar dañar al chico que con manotazos y rasguños ganaba segundos vitales. Estos elementos se vieron arrojados con algo de fuerza y caían de rebote en el suelo, tan pronto como ella se ganó su atención, salió corriendo.              ━ Espérame aquí, tienes algo que necesito y no dejaré que se dañen. ━         Mencionando eso, el sujeto comenzó a caminar rápidamente tras la muchacha. Aiolos, en cambio, no se quedó allí quejándose del horrible dolor, con la fuerza que aún quedaba en su ser, intentó arrastrarse y hasta ponerse de pie, pero fue inútil, poco a poco su cuerpo se debilitaba por la pérdida de sangre. Impotente, el infante derrama unas cuantas lágrimas, ahora a quien debió salvar morirá por su culpa y quizás de la peor forma tras desatar la ira de aquél hombre. Él maldecía ser apenas un niño de diez años con el valor y coraje de un adulto, ser el débil y jugar al héroe. ¿No existía una manera más humillante para él morir que encarar al enemigo y perder fácilmente? Más adelante, Heather tenía su propia guerra, siendo capturada por el cabello y posiblemente asesinada en el acto.     Una luz cayó del cielo, a unos cuantos metros de donde se encontraban, fue más que suficiente para capturar la atención de ambos. Aiolos se levantaba del suelo con lentitud y una energía dorada rodeaba su cuerpo completamente, una especie de milagro o regalo de algún ser superior que ahora le protegía. A paso pausado, acortaba las distancias sin apuro pese a la situación, pero lo más extraño, era su herida reciente; de ella ya no brotaba sangre y mucho menos dolía ¿Qué estaba ocurriendo exactamente? ¿Qué clase de sueño tenía? Sin dudarlo, todo era tan real. El hombre que traía a la menor a rastras desde la ropa, divisó a lo lejos un ser de baja estatura y que brotaba de su espalda un par de gigantescas alas resplandecientes, iluminando su alrededor de un amarillo oro.              ━ ¿Qué demonios es eso? ━ Murmuró el hombre incrédulo, con la luz que golpeaba con tanta fuerza aquél ser místico podían ser visibles los ojos escondidos tras el vidrio de la máscara, ellos yacían abiertos de par en par.         Las que eran las extensiones aladas, comenzaron a rodear la anatomía que las portaba, formando una clase de capullo. Por obvias razones el sujeto se sintió aterrorizado y por ende no pudo avanzar, pero dentro de los pocos minutos que fueron como horas llenas de tensión y pánico, el capullo se abrió lentamente. ¿Qué era lo que estaba dentro? ¿Un ángel? ¿Un ser místico? Sólo lograba verse la misma forma humana adoptando una postura firme y elegante mientras que las enormes alas doradas se extendían en todo su esplendor. En su mano izquierda cargaba un arco del mismo material y a juzgar por las sutiles curvas que poseía, los detalles han de ser dignos de una obra griega.     La presencia, sin duda alguna era atemorizante para el sujeto y un escalofrío recorrió su espina dorsal cuando un par de luces azul zafiro destacaban entre todo, posicionadas a la altura de los ojos y éstas le seguían a todo lugar. Presa del pánico, echó a correr rápidamente hacia la dirección contraria donde yacía aquél espectro, liberando a la jovencita de sus manos y dejándola a su suerte. Para su desgracia, la batalla iba hacia él. Siendo portador de un gran arco dorado, extendió el brazo izquierdo hacia el frente y con la derecha trazó una línea desde el centro del arma hasta más de cuatro palmas de lejanía. En esa separación una clase de energía dorada tomaba la forma de una flecha. Heather se alejaba poco a poco de la escena ¿Quién podía asegurarle que ese tipo no iría por ella después de acabar con el otro? Simplemente huyó sin mirar atrás, pero un enorme resplandor sumando del sonido de una explosión hizo que se volteara rápidamente para guardarse la clara imagen de un ser alado que se desintegraba junto al impacto. Probablemente todo el escándalo que trajo desde antes llamó la atención de algunos guardias y policías que rodeaban el bosque, se podía deducir que la mayoría ingresó al ser visibles la iluminación de las linternas y los fuertes llamados de dichos hombres. Fácilmente lograron encontrar a Heather, no demoró en comentar que había un segundo muchacho allá atrás y fue quien la rescató del asesino. Alarmados, fueron en su búsqueda, pero sin la menor puesto que unos tres soldados se dedicaron a transportarla a un lugar seguro. La historia del famoso asesino que se mantuvo cometiendo sus crímenes durante cuatro años acabó, el jefe del cuartel de investigaciones comentó sobre las horribles acciones que cometió en ese tiempo, los niños anteriormente secuestrados jamás fueron encontrados con vida, pero afortunadamente los restos podían ser velados por los familiares y en parte, los huesos hallados en las fosas a unos diez metros de la cabaña. El asesino, dichoso su identidad se dio a conocer por una fotografía en la televisión y periódicos, fue encontrado muerto con la piel pálida, una expresión que encarnaba el horror en todo su nombre y un orificio perfectamente hecho por alguna herramienta calentada a fuego puro entre ceja y ceja. La chica, en una mejor situación, aceptó hablar del tema, en especial del chico que había salvado su vida y actualmente yacía desaparecido. Las lágrimas corrieron por su rostro con sólo recordarlo.         ‘’El chico de ojos azules, aquél que cubrió mis heridas con su propia ropa dio su vida por mi y estoy completamente segura que era el ángel que cayó del cielo minutos después y dio caza a ese hombre. Créanme loca, pero les juro con mi vida que vi un ángel, brillaba de un oro puro e iluminaba todo ser que le rodeara.’’         No sabían si creer en sus palabras o justificar todo como producto del trauma sufrido con anterioridad, la chica tuvo suerte de encontrar el momento adecuado para huir. Sin embargo, ya los diarios y noticias marcan un hito del que todos hablarán por días; ‘’Un halo de luz cayó desde el cielo en el bosque maldito ¿Extraterrestres? ¿Señal divina? ’’             Ya transcurrieron dos meses, Heather, acompañada de otros amigos y compañeros llegaron hasta el lugar donde fue la última vez que vio a Aiolos, dejando un ramo de flores en el suelo y la cinta roja que amarró su cabello esa vez. Su expresión era de tristeza, no sabía de su paradero y mucho menos si él estaba vivo, quizás es parte de los espíritus que ahora rondan. Siendo la última en retirarse y secando sus lágrimas con el puño del suéter, se detiene pocos segundos después de escuchar caer algo con cierta fuerza, aunque tan pronto como aterrizó éste levantó vuelo, moviendo una gran cantidad de hojas en el suelo y en parte, cubriendo las flores que antes fueron depositadas. Cuando ella se giró a mirar de quién o qué se trataba, sólo logró captar que algo se alejaba en el cielo hasta perderse de vista. Una sonrisa se formó sobre sus labios y emprende nuevamente camino hacia el grupo que la esperaba más adelante, dejando atrás las flores a excepción del listón, ya que el ser alado se lo había llevado consigo.                                            *                                  ━ Aiolos, veo que ya despertaste.━ Pronunció la voz grave de un hombre adulto. Lograba ver una silueta a lo lejos que vestía de un traje dorado, cubriendo el rostro con una máscara y guardando distancia del más joven.      ━ ¿Quién es usted?━ Responde el chico cayendo de rodillas al suelo, debilitado. A unos cuantos metros yacía el cadáver del hombre que antes le había asechado.      ━ Soy Kepler de géminis, vengo a llevarte al santuario, no tomará mucho tiempo pero debo introducirte a tu nueva tarea.━ Las voces de los hombres podían ser escuchadas, aquellos policías que buscaban sin descanso al chico antes de ser nombrado por la niña que rescató.      ━ ¿Nueva tarea? ¿Cuál es esa? ━      ━ Defender tu puesto como el nuevo caballero de sagitario. Así que ponte de pie, Aiolos, esto recién empieza.━
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Carry On Countdown
Day 4: Rainy day
▶ ¡Otro fic para la @carryon-countdown​! En teoría debí haber subido esto hace dos días (el día original del prompt) pero la universidad no me dejaba terminarlo. Aunque luego de haber escrito +3k y no haber dormido nada anoche con tal de verlo concluido, me daba penita dejarlo pasar.
▶ Remember that it is a spanish fanfic. Someday I will able to write decently in english. I’m working on it ☆
Words: 3510 ☂
Otros días (COC): Día 1
Día 1: [Rainy day / Día lluvioso]
A Baz no le agradaban los días de lluvia. Pero no era que los detestara en sí: solía disfrutarlos como nadie en su hogar en Hampshire, escuchando el repiquetear constante de las gotas contra el ventanal de la biblioteca y los pasos de su padre tras la puerta —seguramente con las hombreras húmedas, rocío atrapado entre las canas y una taza de café bien cargado firmemente sujeta entre sus manos callosas— mientras se preocupaba de acariciar las cuerdas de su violín en una melodía pausada.
Lo que Baz odiaba eran los días de lluvia estando en Watford. Y su disgusto empeoraba si el clima pluvioso decidía permanecer tiñendo el cielo de gris durante un fin de semana completo, porque eso significaba que debería quedarse en la habitación si quería evitar terminar con un resfriado, y que Simon Snow estaría atrapado entre las mismas cuatro paredes si también deseaba evitar obtener el mismo resultado.
Comúnmente Baz no debía preocuparse de pasar demasiado tiempo con él en el cuarto que compartían desde hace años, porque Snow pasaba más afuera que adentro incluso los días en que no les correspondía tener clases. O estaba en alguna misión matando pobres criaturas por órdenes sinsentido del Hechicero, o pululaba por la vasta extensión de la escuela siguiendo como idiota a su amiguita Bunce, regresando sólo para ignorarlo, ducharse y acostarse dándole la espalda; a pesar de que siempre terminaba volteándose entre sueños. Por su parte Baz tenía entrenamientos de fútbol los sábados y Snow rara vez se aparecía en la cancha —a veces venía a jugar de portero, pero siempre cerciorándose que el más alto no estuviese dispuesto a participar también. El chico trataba de ahorrarse peleas que posiblemente terminarían en patadas no precisamente dirigidas al balón—, y los domingos simplemente se echaba sobre su cama con algún libro sabiendo que el Elegido andaría por ahí en algún lugar de Watford jugueteando con su espada o tragando sus benditos bollos de cereza de forma despreocupada. Así las cosas eran sencillas, porque sus sentimientos sólo se desatarían durante las noches al darse su pequeño lujo oculto de observarlo dormir y podría mantener su corazón controlado el resto de las horas al tener la fuente de sus emociones lejos de su vista.  
Pero los días de lluvia eran diferentes, ya que Simon Snow estaba las veinticuatro horas a menos de dos metros y era difícil no sentirse incómodo si cada dos segundos quería ponerse de pie y besarlo quizás no bajo la lluvia, pero teniéndola como un susurro que otorgaba la atmósfera precisa. Como ahora, que el chico se encontraba con el rostro volteado y la vista adormilada pegada a la ventana, apoyado en el alféizar y sin hacer ningún movimiento. Parecía que estuviese esperando un milagro para que el sol resurgiera entre las gruesas nubes y le iluminara sus rizos de bronce y los lunares de la mejilla. Se notaba aburrido y realmente debería estarlo, tomando en cuenta de que estaba acostumbrado a convivir con una vida ajetreada con escasos momentos de paz.
Baz tragó saliva.
Para él tener a Simon cerca durante tanto tiempo era como estar conviviendo con un incendio justo cuando afuera el agua se mezclaba con el barro cerrándole el camino, sin darle la oportunidad de escapar. Snow estaba allí respirando a tan poca distancia, tan a su merced, con los brazos cruzados y estando ajeno a todo que Baz sólo podía pensar en que no sería Simon el que explotaría, si no que él.
Es por eso que, contrario a todas sus convicciones, decidió salir. Irse de la habitación, tomar aire, dar una vuelta, correr a las húmedas catacumbas y esperar a que la temperatura ambiental enfriara su cabeza. No bebería sangre de las ratas ni por si acaso, ya que le desagradaba tocar a esos animales cuando estos tenían el pelaje mojado (agradecía el haber bebido una generosa cantidad el día de ayer al sospechar de la venida del mal clima durante el fin de semana, así no se sentiría desesperado por un par de días y no tendría que ensuciarse innecesariamente las manos).
Sólo quería un tiempo a solas, o con su madre. A la mierda las gotas que caían del cielo, contrario al fuego estas no le hacían nada y por algo existían los paraguas. Era su única alternativa.
Dejó el libro en el cual había estado tratando de concentrarse —a pesar de haber leído tres veces el mismo párrafo— sobre el catre y se levantó dirigiéndose a su armario. Allí rebuscó en la orilla del mueble a un costado de donde guardaba su abrigo, hasta hallar su paraguas negro: de esos largos que eran más parecidos a un bastón que a otra cosa y no eran para nada cómodos de transportar, pero, por Crowley, eran jodidamente elegantes y sobrios. Se abrigó sin emitir una palabra y, antes de marcharse cerrando la puerta tras así, echó un rápido vistazo sobre su hombro no comprendiendo muy bien el por qué. Había sido tan sólo un impulso. Se halló con que Snow había cambiado de posición quitando su atención de las caritas felices que estaba dibujando sobre el vaho, y ahora lo miraba fijamente con el ceño levemente fruncido.
No obstante, no salió tras él ni le cuestionó adónde iba como generalmente lo hacía. Baz le agradeció mentalmente por ello y dejó que la brisa de lluvia calmara sus emociones.
Caminó de vuelta a la habitación más o menos unos cuarenta minutos después, luego de haber bajado a las catacumbas tal y como lo había planeado. Había conversado con su madre desahogándose y comió de una manzana que había echado en el bolsillo de su abrigo junto a su varita. Habría estado más tiempo si no fuera por el frío que calaba hasta los huesos, y por el hecho de que había comenzado a dolerle la punta de la nariz congelada. De todas formas se devolvió a paso lento, dejándose llevar por el perseverante repiqueteo sobre su cabeza de las gotas contra la tela de su paraguas, recordándole sus tranquilas tardes en Hampshire lejos del chico de sus sueños. 
En ningún momento se imaginó que lo primero que vería al acercarse a la Casa de los Enmascarados sería a Snow esperándole abajo del edificio, a la intemperie y mojado de pies a cabeza. No se había puesto un abrigo ni una chaqueta, llevaba una remera de mangas cortas que poco le arropaba y, por Crowley, ni siquiera llevaba una sombrilla. Podría haberse refugiado bajo un árbol, pero ni eso. Sus rulos habían perdido su forma y se encontraban adheridos sobre su frente y sien, y gotas de lluvia escurrían por sus mejillas acumulándose en la barbilla. Tenía los rasgos endurecidos, los brazos aún cruzados sobre el pecho y sus ojos azules brillaban con una extraña mezcla entre conmoción y desconfianza.
Claramente debería estar pensando que Baz se había marchado para tramar algo. Pero al más alto poco le importó en ese momento y tan sólo torció el gesto, anonadado. ¿Snow había perdido completamente la cabeza? ¿Estar dos días encerrado le afectaba las neuronas? A pesar de no ser una tormenta —sólo era un día de lluvia común, sin viento que arrasara con todo pero sí bastante estrepitosa— de igual forma podía terminar con una neumonía si no se cambiaba rápido las ropas mojadas por unas secas y calientitas.
Baz titubeó por un segundo. Por un lado luchaba contra sí mismo para mantener un semblante tosco que no hiciera sospechar al otro de que estaba preocupado, y por otro pensaba que esta era una magnífica oportunidad para quitarse a Snow del camino. Si él se enfermaba, lo más seguro es que pasaría varios días enterrado bajo las sábanas hecho una bola esperando que le bajara la fiebre, lo que significaría que estaría varios días completamente fuera de su campo de visión. Pero también implicaría el hecho de que estaría intranquilo pensando en que cualquier momento podría agravarse y que ni la magia sería capaz de curarlo. Tampoco quería estar lidiando con estornudos ajenos a las tres de la mañana o con un Snow moqueando al día siguiente gastándose todo el papel higiénico del baño. Si lo sopesaba bien, eran demasiadas las desventajas sobre las ventajas. Por ende, alzando una ceja en expresión de desprecio, soltó un gruñido quedo antes de murmurar:
“¿Qué mierda estás haciendo, Snow?”
El aludido chasqueó la lengua al escucharlo y dejó caer ambos brazos a sus costados, acortando con un par de zancadas la distancia que los separaba. Al parecer estaba aguardando a que Baz dijese algo para actuar.
“¿Dónde estabas?” soltó de golpe, dando un paso en forma de amenaza.
“¿Qué?”
“Lo que escuchaste, Baz. ¿Dónde estabas? ¿Por qué saldrías cuando está lloviendo? ¿Qué es lo que intentabas hacer?”
Los ojos de Snow parecían querer perforarlo y rebuscar hasta el último rincón de sus pensamientos bajo sus pestañas mojadas. La remera se le pegaba al cuerpo y el pantalón de tela estaba a punto de hacerlo también. «Cómo sales tú así con esta lluvia» fue lo primero que a Baz se le cruzó por la mente, ignorando por un segundo el interrogatorio provocador que el otro chico estaba llevando a cabo. Parecía un perro mojado. Un perro furioso mojado.
Baz se acercó un poco a Simon, con la intención oculta de tratar de protegerlos a ambos bajo su paraguas. Obviamente él no tenía que percatarse de aquello, así que de igual forma lo único que consiguió fue una respuesta áspera de su parte.
“¿Y a ti qué te importa?”
Simon bufó. Vaho se escapó desde sus labios levemente violáceos.
“Me importa mucho,” el corazón de Baz dio un brinco, a sabiendas que se estaba engañando a sí mismo. Lo siguiente que menciono Snow se lo corroboraba, “porque bien podrías haberte ido a tramar algo.”
“Déjate de estupideces, Snow” replicó rodando los ojos. Crowley, este idiota debe entrar lo más pronto posible. “Si quisiera tramar algo bien podría hacerlo en la comodidad de la habitación, no tengo para qué moverme. ¿Acaso uno no puede simplemente querer dar un paseo bajo la lluvia?”
“¿Y por qué querrías dar un paseo bajo la lluvia?” Simon no parecía convencido.
«Para alejarme de ti. Para que dejes de ser mi universo. Para dejar de querer besarte. Para dejar de querer besarte ahora que estamos bajo la lluvia. Para dejar de ser patético y desear cosas clichés».
“Hay gente que le gusta dar paseos cuando llueve, Snow. Los relaja, los motiva, qué se yo.”
El Elegido entrecerró los párpados, sopesando la situación. No confiaba en Baz, pero en cierto modo no parecía que estuviese mintiendo. En realidad, nunca sabía cuándo estaba mintiendo. Pero analizando los detalles objetivos, el chico sólo estaba allí de pie, enfundado en un abrigo largo que sólo —maldición— estilizaba su figura, el cuello oculto en una bufanda oscura, el cabello húmedo rozándole las mejillas y un rubor por el frío expandido entre sus pómulos y nariz. Sus zapatos de colegio tenían barro en las suelas. Justamente parecía que sólo había salido a dar un paseo, por muy extraño que pareciera.
Simon frunció los labios, y al no poder acusar de nada y no tener pruebas de nada, desistió. Relajó los músculos y se encogió de hombros en un gesto desinteresado, dando por finalizada la discusión sabiendo que no conseguiría nada si continuaba atacando. Repentinamente un escalofrío recorrió su espalda y estornudó. Merlín, había estado tan pendiente de averiguar adónde se había metido Baz y del porqué había desaparecido por tanto tiempo en pleno día lluvioso, que abandonó la habitación con la idea de buscarlo sin percatarse que no llevaba nada abrigador encima. Cuando lo vio acercándose a lo lejos simplemente se detuvo a esperar su llegada y confrontarlo, pasando la lluvia a segundo plano.
Se abrazó a si mismo esperando recuperar un poco de calor y dio un par de pasos hacia atrás para devolverse, cuando sintió que Baz se le acercaba por la espalda y posaba una mano en su hombro. De forma automática levantó el brazo para defenderse —cosa de costumbre— y empujó al más alto, provocando que este soltara el paraguas que estaba intentando posicionar sobre la cabeza de ambos. Unos pocos segundos bajo la merced del aguacero y el cabello sedoso de Baz ya caía chorreante sobre las mejillas.
“¡¿Pero qué haces?!” bramó con fuerza, colocando ambos antebrazos sobre su coronilla para guarnecerse.
“Lo- lo siento. Fue inconsciente, lo juro,” respondió Simon, “¡pero es tu culpa por no avisar que ibas a hacer eso!”
La voz de Snow había comenzado a tiritar, seguramente a causa del agua fría que lo cubría. Baz ya no pudo soportarlo. Rápidamente recogió el paraguas del césped y con su mano libre comenzó a darle empujones por la espalda para que apresurara el paso, importándole una mierda que Snow protestara por ser poco cuidadoso: sus hombros estaban gélidos al tacto.
“¡Entremos de una puta vez, maldición!”
Tenía que encargarse de este desastre.
Estando por fin bajo techo y en el centro de la habitación que compartían, Baz colgó el paraguas en la ventana y se fue derechito a rebuscar algo nuevamente en su armario. Simon se quedó de pie sobre la alfombra con aire dudoso, destilando por prácticamente cada centímetro de su cuerpo. Una pequeña poza se estaba formando bajos sus pies, y al agacharse para quitarse los zapatos notó que tenía hasta los calcetines mojados. Había comenzado a castañearle los dientes, por lo que hizo el ademán de querer quitarse la remera empapada cuando la voz áspera de Baz le detuvo en seco. 
“Ni se te ocurra moverte, Snow, que vas a mojar todo alrededor. Mira cómo has dejado ya la alfombra a causa de tu brillante inteligencia.”
“¿Y quieres que me quede aquí inmóvil con la ropa chorreando? ¿Me estás jodiendo?”
“Claro que no, grandísimo idiota. Aguarda ahí.”
Dicho eso, Baz sacó la varita del abrigo que aún llevaba puesto y apuntó directo hacia el pecho de Simon. Este, al ver aquella acción, abrió los ojos por la sorpresa y se colocó en posición de defensa, listo para invocar a su espada en cualquier momento. La mano le temblaba y sus facciones rápidamente se fruncieron a causa de la ira.
“¡Baz, qué mierda piensas hacer!” siseó. “¡Recuerda el Anatema!”
Pero Baz parecía inusualmente tranquilo.
“Tan sólo cállate un segundo. ¡Limpio como una patena!”
Apenas los labios del chico pronunciaron el hechizo, gran parte de las gotas de lluvia que Simon llevaba encima se unieron formando un pequeño remolino que Baz se preocupó de sacar por la ventana sin que tocara nada extra. El Elegido parpadeó confundido ante aquella acción y rápidamente se echó un vistazo: quizás no estaba completamente seco —aquello requeriría una cantidad mayor de magia—, pero de estar empapado pasó a que sus ropas sólo estuvieran levemente humedecidas. No lograba comprender del todo qué era lo que había acabado de suceder, ni menos el hecho de haya sido Baz quien se hubiese encargado de ayudarle. No obstante, cuando levantó la mirada decidido a conseguir una explicación, algo cruzó la habitación para terminar golpeándole en pleno rostro. Al quitárselo de la cara y ver de qué se trataba, prácticamente se quedó sin palabras.
Era una toalla limpia. Una toalla de Baz, la que había estado buscando en su armario apenas habían regresado.
Sin duda, algo no encajaba aquí.
“¿Está hechizada?” consultó con la confusión marcada en su voz, escaneando la blancura de la tela con detalle esperando encontrar algo inusual. Mas, no había nada.
“¿Cómo una toalla puede estar hechizada?”
“Todo puede estar hechizado, Baz.”
“Pues no,” respondió el aludido. Simon por fin levantó la cabeza, los ojos grises del chico estaban fijos en él. “No lo está.”
“Entonces, ¿por qué…?”
“Sécate el pelo,” le interrumpió, “que aún lo tienes mojado.”
Simon se mordió los labios, y aunque aún se sentía desconcertado, terminó obedeciendo. Comenzó a refregar la toalla contra su cabello, sin cortar el contacto visual con Baz. Al final fue este último quien terminó desviando la mirada, ya que luego de soltar un suspiro pesado le dio la espalda al más bajo para dedicarse a quitarse el abrigo y la bufanda, pensando en dónde podría colgarlas para que se secaran. Sopesó en la buena idea que en una de esas sería colocarse el pijama y enrollarse en las sábanas, cuando escuchó que Snow hacía ruido abriendo de una forma para nada delicada unos cuantos cajones de su propio ropero.
Decidió ignorarlo. Decidió que lo mejor sería no voltear. Ya había hecho bastante por él durante un solo día, y era cosa de ver su expresión para percatarse que incluso él se había dado cuenta de que algo no estaba bien. De que su comportamiento no estaba bien. Sin duda el amor te hacía patético, porque Baz sabía que si la situación se llegara a repetir en algún futuro, él llevaría a cabo exactamente lo que había hecho hoy. Se suponía que eran enemigos, eran enemigos: algún día tendrían que luchar uno contra el otro en búsqueda de la victoria y de la humillación contraria. Pero él se estaba humillando solo: de igual forma quiso protegerlo de la lluvia y de un jodido y estúpido resfriado. Y todo porque el corazón era un traicionero.
Y ahora nuevamente tendría a Snow a menos de dos metros y a su merced, con el petricor impregnado en su piel dorada y el cielo grisáceo reflejado en sus ojos poco impresionantes.
Baz estaba tan perdido en sus cavilaciones que no pudo evitar dar un respingo cuando sintió que una toalla se posaba sobre su cabeza, para que luego alguien comenzara a secarle el cabello de forma cuidadosa al punto que parecían caricias. No tenía que preguntarse de quién se trataba, la respuesta era más que obvia. De un momento a otro el tiempo se detuvo, sintió que se desmoronaba y, de haber podido sonrojarse, sin duda estaría con la cara ardiendo hasta las orejas.
“Tú también tienes el pelo mojado, Baz.”
Sintió la voz calmada de Snow viniendo desde su espalda. Un simple susurro, una frase sencilla que hizo que su mente se desconectara del mundo. Cerró los párpados disfrutando de la sensación de las manos cálidas de Simon a través de la tela, entretanto quitaba el rocío de sus hebras oscuras. Terminó volteándose de golpe porque necesitaba observar al chico de frente, ver su rostro sereno pseudo oculto bajo la toalla blanquecina. Sin ponerse de acuerdo ni nada por el estilo, cada uno comenzó a secar la cabellera del contrario en completo silencio, dejando que el gris y el azul de ambas miradas se encontraran y se mezclaran para no volverse a separar.
Ninguno entendía nada ni tampoco querían esforzarse por comprenderlo. Simon sólo habló porque entre las caricias y el sonido de la lluvia en la lejanía habían provocado que comenzara a sentirse un poco somnoliento.
“¿No me dirás por qué saliste a pesar del mal clima?”
“Ya te lo dije: salí a pasear.”
“¿Por qué? ¿Para qué?”
Baz vaciló. ¿Podría sincerarse? ¿Y si no se sinceraba? ¿Y si se sinceraba?
Estaban tan cerca.
“Sólo necesitaba enfriar la cabeza. No estoy acostumbrado a tener que… tratar de ignorarte por tanto tiempo.”
“¿Eso es bueno o es malo?”
“No creo que sea bueno si haces que tenga que salir incluso con mal clima. Imagínate en una tormenta.”
“Incluso con una tormenta yo de igual forma habría salido a buscarte.”
“¿Y eso por qué?”
Simon dejó escapar una risa para luego alzar los hombros. Sus manos habían descendido hacia ambas mejillas de Baz, refregándole las puntas de su cabello.
“Supongo que yo tampoco estoy acostumbrado a que me faltes por mucho tiempo sin saber dónde estás,” respondió con cierta pena. No obstante, acto seguido le regaló a Baz una sonrisa franca que prácticamente iluminó por completo la habitación. ¿Para qué Simon había estado antes aguardando la aparición del sol, si él mismo lo era? Con una sola palabra, tan sólo con su mera presencia era capaz de entregar calidez. “Baz, yo…”
“¿Hm?”
“Gracias.”
A Baz no le agradaban los días de lluvia, porque eso significaría que debería quedarse bajo las mismas cuatro paredes junto a Simon Snow, cuando por suerte podía aguantar estando cerca de él. Teniendo la oportunidad de tomarlo de la nuca y besarlo quizás no bajo las constantes gotas, pero si teniendo su murmullo relajante contra el cristal de la ventana como un recordatorio de que la oportunidad estaba allí, esperándole.
“Aguarda ahí.”
Se inclinó, ocultando ambos rostros bajo un par de toallas blancas y cabellos húmedos. Ambos oliendo a lluvia y con las manos frías.
Ahora que lo estaba haciendo, ahora que podía besarlo, seguía pensando que sería él quien explotaría. Pero ya no le importaba, porque sentir los labios de Snow contra los suyos era suficiente para esclarecerle que Simon, aparte de su sol y el centro de su universo, también se había convertido en su propia lluvia.
Podría protegerse, pero nunca sería capaz de escapar de él.
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Schotti unterwegs: ‚ Mallorca‘
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Mallorca zu Ostern
Palma de Mallorca – Mallorca, der Westen – Mallorca, der Osten
Sightseeing Palma de Mallorca:
Kathedrale ‚La Seu‘ (mit einigem Glück ist die Kirche mit den prachtvollen Mosaikfenstern und dem von Gaudi umgestalteten Innenraum geöffnet)
La Llotja (vormals ‚Seehandelsbörse‘. Heute ist der wunderschöne gotische Bau mit seinem coolen Innensaal eine tolle Ausstellungs-Location)
Fondació Miró (der von Juan Luis Sert erbaute ‚Tempel der Neuzeit‘ ermöglicht einen Einblick in Welt und Werk des mallorquinischen Genies Juan Miró)  
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Tapisserie von Joan Miró
Schottis Tipps:
Baños árabs (Maurische Bäder aus dem 10. Jhdt.)
‚Jachten zählen‘ am Hafen von Palma
‚Paseig des Bornes‘  (Der schöne Boulevard mit seinen schattenspendenden Platanen lädt zum Flanieren ein)
Mercat de l‘Olivar (Die Markthalle ist das exklusivste Lebensmittelgeschäft der Stadt)
Essen und Trinken:
‚Ca’n Juan de Saigo‘ (Paradies für Naschkatzen, Empfehlung: Mandelkuchen mit heißer Schokolade)
‚Abaco‘ (Kerzenlicht, Weihrauch und Barockmusik – eine Bar für alle Sinne)
‚La Lonja‘ (Gazpacho und Tapas in wunderschönem Ambiente)
‚FERA Restaurant‘ (Der Österreicher Simon Petutschnig ist einer der besten Köche Palmas - spektakulär!)
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Semana Santa in Palma
„ ‚Plaza Rei Joan Carles I‘. Dumpfe Trommeln, gefolgt von klagenden Tönen der Blechbläser. Polizei und Ordnertrupps drängen die Zuschauer mit ernsten Mienen hinter die Barrieren. Man weiß ja nie. Ein Kind läuft über die Straße und wird eilig zurückgeholt von seiner schwarzgekleideten ‚Abuela‘. Lange tut sich nichts. Die Blicke aller sind auf den ‚Carrer Sant Jaume‘ gerichtet, wo die Ankunft der Büßer erwartet wird. Palmsonntag in Palma. ‚Semana Santa‘ heißt die Karwoche und sie bildet den alljährlichen Höhepunkt der Passion Christi. So wie überall in Spanien sind auch hier die ‚Confraies‘ (Bruderschaften) mit der Organisation der Feierlichkeiten betraut. Die Musik verstummt. Die plötzlich eintretende Stille ist bedrückend. Ich stehe eingekeilt zwischen tausenden Menschen, in der ganzen Stadt mögen es Hunderttausende sein. Kein Ton ist zu hören, eine weihevolle Ruhe vor dem Sturm. Wieder beginnt der monotone, stumpfe Rhythmus der Trommeln, wieder setzt das Blech ein. Über fünfzig Bruderschaften gibt es in Mallorca, mehr als die Hälfte in der Hauptstadt. Die alten christlichen Männerbünde verstanden sich einst als Betgemeinschaften, die Hilfsbedürftigen Schutz in Hospizen und Krankenhäusern gewährten. Besonders in ländlichen Gebieten ist für traditionsbewusste Spanier die Mitgliedschaft, die vom Vater an den Sohn vererbt wird, nach wie vor christliches Privileg.
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Die “Pasos”
Ein Reiter erscheint. Die Menschenmenge wird unruhig. Eine alte Frau kniet nieder und wird begraben von den Umstehenden, die die Köpfe hochrecken, um das Eintreffen des heiligen Zuges als Erste zu erspähen. Ich kann weder vor noch zurück. Wieder verstummt die Musik. Ein Murmeln. Ist es ein Gebet - oder der ungeduldige Atemhauch, der vom losbrechenden Sturm kündet? Die Schläge der Trommler beginnen erneut, die Blechbläser setzen ein, laut und grell jetzt. Der Standartenträger, das Hoheitszeichen der Bruderschaft hoch haltend, erscheint. Die Prozession hat den ‚Passeig des Bornes‘ erreicht. Die Menschen neigen die Köpfe, Zeichen des Respekts gegenüber den ‚Büßern‘, die unmittelbar hinter der Musikgruppe marschieren. Ihr Schritt ist langsam, schleppend. Manche sind barfuß, manche ziehen schwere Eisenketten nach, alle aber tragen Kutten und ‚Cucurullas‘, spitze Hüte, die verdammt an die Kopfbedeckungen der rassistischen Ku-Klux-Klans der amerikanischen Südstaaten erinnern. Angeblich dienen die seltsamen Kopfbedeckungen der Anonymisierung ihrer Träger. ‚Büßen‘ sollte keinesfalls zur Schau gestellt werden. Die Alte steht längst wieder, sie will sich den so sehnsüchtig erwarteten Moment nicht entgehen lassen. Kinder verteilen ‚Confit‘, kleine süße Gaben, die die (früheren) Almosen der stolzen Brüder an die Erbarmungswürdigen symbolisieren. Mitmarschieren darf jeder, der ‚Bruder‘ ist und sich zum Büßer geboren fühlt. Früher peitschten sich die frommen Männer blutig, um die Qualen Christi nachzuempfinden. Längst schon sind die Umzüge keimfrei. Touristen wollen nicht verschreckt werden. Und: Seit 1980 sind auch Frauen im wohltätigen Nazarener-Gewerbe tätig. Die meisten Bruder- (oder Schwestern-)schaften führen einen oder mehrere ‚Pasos‘ mit, geschmückte Wägen auf denen Marienfiguren oder Darstellungen aus der Leidensgeschichte stehen. Unter Tüchern und Drapierungen sind Männer versteckt, die die schweren Holzaufbauten tragen, meist begleitet von einem, dem Wagen folgenden Steuermann, der den Büßern die Richtung vorgibt. Stundenlang dauert der Umzug. Palma im Ausnahmezustand. Mittelalterliche Inquisition und christlicher Fanatismus als touristischer Nervenkitzel. Die Fremden wollen auch außerhalb des Ballermanns betreut werden.“
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Valdemossa
Sightseeing Mallorca, Der Westen:
Valdemossa (zauberhaftes Bergdorf, George Sand und Frédéric Chopin lebten hier)
Deià (die verwinkelten Gässchen und der schön gelegene Friedhof sind ein ‚Muss‘ bei einem Ausflug über die Insel)
Torre del Verger (mittelalterlicher Wehrturm: Von hier ist das Mittelmeer am schönsten)
Sóller (Orangen-Aficionados fühlen sich wie im 7. Himmel)
Schottis Tipps:
Mit der Straßenbahn von Sóller an den Hafen von Port de Sóller
‚Santuari de Lluc‘ (Wallfahrtsort im Gebirge der Serra de Tramuntana - hier steht die Schutzheilige der Insel, die ‚Schwarze Madonna‘)
Landgut ‚La Granja‘ in Esporles  (einst Kloster, heute Ethnologisches Museum) Hier verkostet man ‚Hierbas de Mallorca‘/Kräuterschnaps und ‚Buñuelos‘/gefüllte Windbeutel)
Essen und Trinken:
Restaurant ‚Es RAOR‘ – Sant Elm (an der Strandpromenade sitzen und  Garnelen und Krabben genießen, dazu eisgekühlter ‚Rosado‘)
Orangen-Sorbet in Sóler, der Orangen-Hauptstadt der Insel
Restaurant ‚El Toro‘ –  günstig, aber das Essen ist sensationell
‚Pegason y El Pajarito Enmascarado‘ in Banyalbulfar – Paella mit Meeresfrüchten (Pflicht!)
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Man ist Brot in Val de Mossa
„Eines der Insel-Wahrzeichen ist ohne Zweifel die Kathedrale der ‚Heiligen Maria‘ in der Hauptstadt Palma, Sitz des Bistums Mallorca. Sie wird im katalanischen Volksmund ‚La Seu‘ genannt, was so viel wie ‚Bischofssitz‘ bedeutet. Ich gestehe, trotz angeborener Skepsis allem Religiösen gegenüber, bin ich doch Mystizismen, Transzendentem und jeglicher Art von Heilsversprechungen, inklusive damit einhergehenden Phänomenen, zugänglich. Kurz gesagt, wo immer ein Tempel, eine Kirche, eine Moschee ihre prächtige Pforte öffnet, bin ich schon drin. Meist sitze ich dann im Halbdunkel und genieße die zumeist theatralisch weihevolle Magie, der ich mich, ich gebe es gerne zu, kaum zu entziehen vermag. ‚La Seu‘ ist ein solcher Sakralbau. Ich wusste um die verschiedenen Baustile, die Wucht des Hauptschiffes, den Mosaikfenstern, den prachtvollen Rosetten, den Brechungen der einfallenden Sonnenstrahlen und dem Geläute, bestehend aus nicht weniger als neun Glocken aus fünf Jahrhunderten, darunter der größten Glocke Spaniens. Das alles will man, trotz vorhergehendem Studium, Vorort sehen - und wenn auch nur aus solider Erwartungsbefriedigung herbeigesehnten Fernwehs. In Palma aber kommt es erstens anders, zweitens als man denkt.
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Die Kathedrale San Seu
Kaum nähere ich mich der Kathedrale, pfeift mich ein Offizial, Aushängeschild kirchlicher Unnahbarkeit und dazu da, Touristen und Frömmler voneinander zu trennen, zurück. „No!“ Mehr ist dem Fährmann christlicher Nächstenliebe nicht zu entlocken. Er weist auf eine Schautafel auf der touristische „No Go’s“ vermerkt sind: Hunden, Kinderwägen und Nackten ist der Eintritt verwehrt. Gott will das nicht sehen. In meinem Fall ist ihm mein T-Shirt etwas zu dekolletiert, ich muss zurücktreten und einer züchtig verhüllten chinesischen Kreuzfahrergruppe Vortritt lassen.
Am nächsten Tag versuche ich mein Glück erneut. Heute trage ich einen Pulli. Der Wärter betrachtet mich von Kopf bis Fuß. Er schüttelt den Kopf. „No!“ Was jetzt, denke ich. Er weist auf eine Tafel. Die Kathedrale ist erst ab April an Samstagen und Sonntagen geöffnet. Wir schreiben März. Ostern ist heuer eindeutig zu früh angesetzt. Schmecks. Das wochenendliche Beten ist hierzulande tatsächlich ein halbes Jahr lang untersagt. Aus Protest ziehe ich meinen Pullover aus, ich bin schweißgebadet. Der Mann hat sich bereits von mir abgewandt und sieht sich auf seinem Dienstmonitor die Ergebnisse der letzten Lottoziehung an. Da ich die ganze Osterwoche über auf der Insel weile, plane ich für einen der nächsten Tage einen neuerlichen Versuch. Gründonnerstag möchte ich wiederkommen, - an diesem (hohen) christlichen Feiertag sind die Kirchen weltweit geöffnet.
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Banos Arabes aus dem 10 Jahrhundert in Palma
Donnerstag. Ich passiere das Portierhäuschen. Heute trage ich Pullover und  Bundfaltenhosen, von Wochenende ist keine Rede. Den Beweis halte ich in der Hand: einen geöffneten Taschenkalender. Der Gründonnerstag ist zudem noch einer der Höhepunkte mallorquinischer Feierlichkeiten. Ostern, wohin man schaut. Das weiß jedes Kind. Der Kerl nicht. Wie ein Höllenhund steht er vor dem Kirchentor, bereit sofort zuzubeißen. Vorsichtig nähere ich mich ihm. „No!“ Ich sage (auf Deutsch), dass das hier und jetzt ein Missverständnis sein müsse, die Kirche hat ganz einfach offen zu sein. Ich möchte beten und basta. Wann, wenn nicht jetzt? Ungerührt deutet er auf ein Schild. An Feiertagen ist die Kathedrale ausnahmslos geschlossen. Ich möge morgen wiederkommen. Morgen kann ich nicht wiederkommen, morgen bin ich bereits abgereist. Und ich werde so schnell nicht wiederkommen. ‚La Seu‘ muss ohne mich als Touristen-Attraktion weitermachen.
Ich tröste mich mit einem vielfarbigen Prospekt, den er mir in die Hand drückt. Ihm entnehme ich, dass es um den 11.11. und 2.2. jeden Jahres ein besonders faszinierendes Phänomen im Dom zu bestaunen gibt: ‚El milagro de la luz‘ – ‚Das Wunder des Lichts‘. Morgens gegen Acht fallen die Strahlen der Morgensonne durch die große Hauptrosette, sodass deren farbige Projektion auf die gegenüberliegende Fassade des Kirchenschiffs, direkt unterhalb der kleineren Rosette, geworfen wird. Auch für dieses kleine Wunder ist ‚La Seu‘ weltberühmt. Nur: Es findet unter Ausschluss der Öffentlichkeit statt. Von Anfang November bis Ende März jeden Jahres ist, wie man nachlesen kann, die Kathedrale für Touristen geschlossen…“
Sightseeing Mallorca, Der Osten:
San Arenal (das 17. Bundesland der BRD! Ein Besuch genügt um zu wissen, wo man nicht hingehört)
Santanyi (hübsche Kleinstadt mit zauberhaften Gässchen)
Schottis Tipps:
Cala Pi (wunderschöne Bucht im Südosten der Insel)
Es Trenc (langer Sandstrand – Spazierengehen ist noch schöner  als Baden)
Cala Figuera (Fischerdorf, so wie es sich gehört!)
Essen und Trinken:
Restaurant ‚Sa Placa‘ (sehr gute spanische Küche direkt am Wochenmarkt von Santanyi. ‚Pa’amb oli‘ verkosten – die hiesige Variante von ‚pan con tomate‘)
‚L’Arcada‘, Cala Figuera (beste Fischsuppe ever!)
Kurioses:
Steinschleudern, der Mallorquinische Nationalsport
Camuñas, von Beruf Bauarbeiter, behielt die Schleuderei als Hobby bei. Als Kind schon hatte er auf den Weiden seines Vaters Steine in der Landschaft verteilt, indem er auf die Hinterteile von Leithammeln und Ziegenböcken zielte, um die Herden in Zaum zu halten. Das Steineschmeißen aber war schon lange vor Camuñas populär. In den Heeren Karthagos und Roms verdingten sich viele der Inselbewohner als Wurfsöldner. Sie verhalfen den Inseln Mallorca, Menorca, Ibiza und Formentera zu ihrem Namen ‚Balearen‘ (bállein = werfen). Längst ist daraus ein mallorquinischer Volkssport entstanden: Die Steinschleuderei.
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Friedhof von Deia
Plastikblumen in Deià
Das Bergdörfchen Deià kann sich des Besucheransturms kaum erwehren, der Charme der sandgelben Steinhäuschen und der Zauber der Landschaft ist einzigartig. Auch der Friedhof trägt das Seine dazu bei. Sehenswert sind nicht nur die schmucken Gräber, vor allem seine Lage ist einmalig. Von Picasso bis Andrew Lloyd Webber reicht die Promidichte der Künstler, die sich anlocken ließen. Der englische Dichter Robert Graves war einer von ihnen, er konnte sich von der Aussicht über das tiefblaue Meer nicht mehr trennen, folgerichtig fand er hier seine ewige Ruhestätte. Im Februar 2020 verabschiedeten die Stadtväter eine außergewöhnliche Verordnung, die den Gräbern des Friedhofes von Deià ihre Schönheit belassen sollte: Ab sofort durften sie nicht mehr mit Plastikblumen verunziert werden.
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Das Fischerdorf Cala Figuera
Die bronzene Nase
Die Büste von Frédéric Chopin steht jetzt im Garten hinter der Kirche, wohl verborgen hinter einer Hecke von Rosensträuchern. Früher zierte das Antlitz noch den Platz vor dem Kartäuserkloster. In ihm fanden der Komponist Chopin und die Schriftstellerin George Sand 1838 eine kurze Bleibe. Doch Valdemossa hatte nicht mit der Neugier der Touristen gerechnet, die die Affäre der beiden Liebenden in Massen anzog. Zu viele von ihnen hatten Chopin an die Nase gefasst. Weshalb? „Offenbar hat es sich herumgesprochen, dass es Glück bringt. Die sensible Stelle ist abgewetzt, sodass wir sie einer kleinen Nasenkorrektur unterziehen mussten“, erzählt Jaume Salvà, im Gemeinderat von Valldemossa für örtliche Verschönerung zuständig. Das sensible Dörfchen in der Serra de Tramuntana steht für ewige Liebe und – angegriffene Nasen.
Der Einbahn-Zirkus von El Arenal
Achtung: Einbahn! Des Ballermanns liebster Urlaubs-Unort, längst in deutscher Pranke, in dem ‚Futtern wie bei Muttern‘ garantiert und Becher-Saufen angesagt ist (inzwischen von der Strandmeile verbannt), wo das Bier in Kübeln verkauft wird und Körper-Tattoo als Bekleidung gilt, ist ein Magnet der Extraklasse. Dank seines gefinkelten Einbahn-Konzeptes laufen Ortsunkundige Gefahr, sich tagelang in Parkplätzen und Sackgassen zu verfangen, ohne den rettenden Ausgang aus dem Straßengestrüpp zu finden. Mein Tipp - zu Fuß gehen. Oder noch besser: großräumig meiden!
Nächste Woche, nächster Halt: Kärnten. ‚Zwei Flüsse – Zwei Seen‘
Euer Schotti
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Zacatecas, Zac.- Con un elenco conformado por exponentes locales, nacionales e internacionales, en las disciplinas de música, teatro, títeres y narración oral, Zacatecas contará, en su Festival Cultural 2019, con un estupendo foro infantil que tendrá cabida en la Plazuela Goitia, situada en el Centro Histórico de la ciudad.
En punto de las 17:00 horas, niños y adultos podrán disfrutar de la presencia de agrupaciones como Rehilete Azul con su obra de títeres “Zapatero a sus Zapatos”, así como la del Grupo Macarrones con la puesta escénica “Esto no es una caja”; participará también Teatro de la palabra, de Cuba, y el Colectivo Cuenta la Nahuala, ambos con un espectáculo de narración oral.
De igual manera, con una presentación de canto de niños para niños, actuará en este espacio el coro Los Pequeños Cantores de Zacatecas; la agrupación mexiquense Saltapatrás, que incluirá dos presentaciones: “Los enmascarados”, programa que incluye música, teatro y máscaras sobre leyendas y música de pueblos originarios de nuestro país y “Zanga Iwa”, que mezcla música en vivo, títeres, narración y expresión corporal.
Para hacer bailar e interactuar toda la familia se presentará en este foro Luis Delgadillo y Los Keliguanes; para cantar temas infantiles clásicos, que han rescatado a lo largo de su trayectoria, estarán los zacatecanos de Dúo Canto, mientras que en la disciplina de teatro se cuenta con la participación de La Corte de los Milagros, con su puesta escénica “Un vistazo a África”.
Así es como se constituye uno de los foros más importantes del FCZ que año con año cuenta con una de las afluencias más importantes dentro del mismo, atendiendo a un importante sector con reconocidos representantes de distintas disciplinas de las artes escénicas, enfocados a este sector.
La Plazuela Goitia albergará el Foro Infantil del FCZ 2019 was originally published on Periódico Mirador
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ENFERMEDADES MENTALES, TRASTORNOS DE LA PERSONALIDAD, MEGA-SANTIDAD—Y—SUPER-ESPIRITUALIDAD FUERA DE SERIE.- Por el Doctor Paulino MD, Psych.D., Ph.D..- ** Muchas enfermedades mentales y trastornos de la personalidad son disfrazados y enmascarados por diferentes ministros, predicadores y líderes y por las comunidades de fe, dentro y fuera de las Iglesias y en eventos por quienes las padecen mostrando los mismos: *** 1.- Una super santidad descomunal y un "rostro serio e hiper-rígido teatral" de revestimiento inmaculado, puro y venerable; * 2.- Una hiper espiritualidad exagerada de la cual hacen muchas veces "alarde", jactancia y presunción ante los presentes o ante sus espectadores; * 3.- Alegan y demuestran tener la posesión de múltiples dones y poderes sobrenaturales de forma desmesurada y de ultra-tumba para realizar sanidades, milagros y prodigios, muchos de ellos con "trucos viejos" y otros "pre-planificados" de antemano; * 4.- Son "expertos mitómanos" (sufen de "Mitomanía") relatando en sus "Visiones Alucinatorias": Fantasías Animadas de Ayer y Hoy, Cuentos, Embustes, Patrañas Calculadas y Pre-Meditadas e Historias Hollywoodenses que ni ellos mismos se las creen, pero se las hacen creer a los "incautos e ingenuos" porque las relatan con una "certeza fuera de serie"; * 5.- Demuestran una —aparente y supuesta—habilidad contínua y permanente de escuchar a cada segundo, a cada minuto, a cada momento, a cada instante, las 24 horas la “voz audible” de Dios (???) hablándoles, ordenándoles y dándoles “instruccciones detalladas, minuciosas y específicas” para dirigir ( “maniobrar y manipular”) la vida de las personas; * 6.- Demuestran una capacidad profética “soberbia, extraordinaria y monumental” nunca antes tenida, ni operada por ningún profeta de la Biblia y de la historia sagrada; * 7.- Una capacidad "histriónica e hiper-dramática" para “falsificar” e "imitar" el genuino hablar en lenguas, utilizando las “lenguas gerigonzas”, las lenguas inventadas, las lenguas ensayadas, las lenguas mecánicas y las lenguas indígenas, vudú-africanas y lenguas muertas de “forma exagerada”; * 8.- Una sagacidad monstruosa, destreza colosal y astucia apoteósica para maniobrar l https://www.instagram.com/p/BvMKlzNHDdL8rA2Pe70shS7wULpuK59dHoNzno0/?utm_source=ig_tumblr_share&igshid=ykx2shth06rv
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cero-sleep · 30 days
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🐲🎭EASTER MYO EVENT🎭🐲
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Dottie invites you to decorate an easter egg with them!
That's right! All you have to do is design an easter egg! It can be as complex or simple as you want! The important part is to have fun! 
Every person that submits an egg from today Thursday 28 to the next Thursday 4 will get a free basic MYO slot! 
What does that mean?
Each person will be able to design their own milagro! With two rules in mind, milagros should be based on the egg submitted, so be sure to think abt that when decorating! And they may only have basic traits as per the guide below:
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Now three winners will be picked! Three on here and three on Toyhouse!
Those six will be able to include rare traits in their design! But don't worry, there'll be plenty more opportunities!
Lastly, you can submit your egg as a reblog! Just remember the deadline!
Thanks for reading!
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shookethdev · 24 days
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Milagro I made based on the Faberge Easter egg I made for the Easter MYO event! Their name is Eggbezzlement or Bez for short!
Milagros Enmascarados are a closed species by @cero-sleep
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ramonbelloconsul · 4 years
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ANTETÍTULO: LA VIDA EN TORNO
TÍTULO: La máscara
RAMÓN BELLO SERRANO
La máscara distorsiona por completo la observación social. Se (re)conoce al otro por la disposición del rostro, el amago de una sonrisa, la naturaleza del labio inferior -tan difícil en la mujer - o la nariz romana -es diferente la de Julia, esposa de Tito, y la de la Julia Donma, de Septimio Severo. La máscara deja, por un momento, el mirar inerte -la mirada juega y se apoya en el pómulo frutal o el rubio labio- y ha de recomponerse, ahora, el otro es y será categórico ya sólo en el mirar y ser mirado. La máscara hunde la pompa y el boato, desacredita el triunfo de la vanidad, nada hay peor que esas fotografías de enmascarados variados -novios y novias, militares de gala, abogados sin toga y con máscara de pato, incapaces de un registro vocal o acento enfático, privados del lenguaje corporal. La máscara, al igualarnos a todos de un golpe, nos ha hecho descubrir que el mirar de un gran amigo -ahora enmascarado- es como turbio -quizá lo ha sido siempre- y que otras miradas son insoportables, como otras que nos parecieron tibias son ahora febriles y de un atractivo fatal. La máscara rompe la arquitectura del rostro, lo disfraza y altera, y es fácil sentirse conturbado -no perturbado- cuando uno se cruza a su compañero de acera y le mira directamente a los ojos, sin saber si le desaprobará el mirar, le sostendrá la mirada o adivinará el saludo que lo fue de siempre -el de la cortesía y el uso social. El hombre de la máscara oculta al benefactor o al villano, al punto que nos importa más arrancarle la máscara, para saberlo todo y afianzar nuestra sospecha, o quizá prefiramos vivir en el juego de la duda, más acogedor que el de la verdad deslumbrante y que hiere. Con el paso del tiempo la máscara termina por hacerse plural -las hay quirúrgicas, patrióticas, animosas, de pura acedía y elegantes- y procurará el arte de la pandemia. Habrá un antes y un después de la máscara -y relegada que lo sea, volverá el equilibrio fascinante de la nariz de Domitia que guarda el pliegue avellanado de su labio; y los áticos pómulos de las mujeres bellas dibujados en arco firme en simetría hacia el mentón. Volverán las cartografías de los hombres y mujeres que retienen el aliento vital tras un algodón o gasa que les recuerda el milagro de vivir.
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soldemedianoxe · 4 years
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La realidad actual: quiebra económica, quedarse desempleado, la muerte de un hijo, la muerte de los padres sin despedirse, puede representar una situación critica que obligue a la transformación total.
Una situación critica tiene la capacidad de quebrar la dura cáscara del ego y obligar a la entrega y forzar al estado de despertar. Un desastre o una conmoción drástica hace añicos su mundo y todo pierde sentido y la mente egotista se derrumba y te ves forzado a una aceptación completa de lo inaceptable.
Cuando el dolor es muy profundo puede surgir una necesidad muy fuerte de escapar, en lugar de entregarse y transformarse. Hay muchos pseudoescapes, el trabajo, la bebida, las drogas, la ira, la proyección, la supresión, la mente usa el dolor para crear una identidad de víctima, sentir compasión de si mismo y contarles a los demás su historia lo mantendrá atascado en el sufrimiento. Puesto que es imposible apartarse del sentimiento, la única posibilidad de cambio es entrar en él; de lo contrario nada cambiará. Así que preste toda su atención a lo que siente y absténgase de calificarlo mentalmente. Permanezca alerta, esté presente, presente con todo su Ser, con cada célula de su cuerpo. Mientras lo hace, está trayendo una luz a esta oscuridad. Es la llama de su consciencia. La atención plena es aceptación plena, es entrega. La presencia suprime el tiempo. Sin tiempo, ningún sufrimiento ni negatividad puede sobrevivir.
Si usted vive en un estado de aceptación, no crea más negatividad, más sufrimiento, más infelicidad. No se resista al dolor. Permítalo estar ahí. Entréguese a la pena, la desesperación o el miedo, la soledad o cualquier forma que el sufrimiento tome. Sea el testigo sin etiquetarlo mentalmente. Abrácelo. Entonces vea cómo el milagro de la entrega transmuta el sufrimiento profundo en paz profunda. Esta es su crucifixión. Deje que se convierta en su resurrección y ascensión.
No se encuentra a Dios por medio del sufrimiento, porque el sufrimiento implica resistencia. Se encuentra a Dios por medio de la entrega a lo que fueron forzados por su intenso sufrimiento, por medio de la total aceptación de lo que es.
La entrega es la simple, pero profunda sabiduría de ceder más que oponerse al fluir de la vida. El único lugar donde usted puede experimentar el fluir de la vida es en el Ahora, así que entregarse es aceptar el momento presente incondicionalmente y sin reservas. Es abandonar la resistencia interior a lo que es, por el juicio mental y la negatividad emocional.
La entrega no transforma lo que es. La entrega lo transforma a usted. Cuando usted está transformado su aspecto interior, todo su mundo se transforma, porque el mundo es sólo un reflejo.
Cuando usted está enfermo, no sienta que ha fracasado, no se sienta culpable. No culpe a la vida por tratarlo injustamente, no se culpe a sí mismo. Todo es resistencia.
Puesto que la resistencia es inseparable de la mente, el abandono de la resistencia es el fin de la mente como su amo.
No resistencia no significa no hacer nada. Todo lo que significa es que cualquier acto se vuelve no reactivo.
La resistencia es debilidad y miedo enmascarados como fuerzas. El ego existe en un modo de resistencia continua y simula papeles para encubrir su debilidad.
Sólo mediante esa aceptación es posible la transformación.
Si usted mirara en el espejo y no le gustara lo que ve, tendría que estar loco para atacar a la imagen del espejo. Eso es lo que usted hace cuando está en un estado de no aceptación.
Cuando usted vive en una aceptación completa de lo que es, ese es el fin de todo drama en su vida.
Eckhart Tolle
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mykoncshq · 5 years
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¡Bienvenida Ivanna García! Tal como parece, todos tus papeles de residencia están en orden, por lo que la paradisíaca isla de Mykonos está preparada para recibirte con los brazos abiertos. Lo único que queda es que desempaques tus cosas y salgas a respirar aquel refrescante aire del Mediterráneo, que promete un nuevo y mejor comienzo.
¡Hola, Emmita! Tu audición ha sido aceptada. A partir de ahora tienes 24 horas para mandar la cuenta de tu personaje, pero si llegaras a necesitar más tiempo, por favor pídelo.
fuera de personaje (ooc)
nombre/seudónimo: emmita
pronombres: como me quieran decir avd
edad: 21
país y zona horaria: méxico gmt-6 creo
nivel de actividad: 17
triggers: -
password: removida.
¿algo que desees agregar para administración?: nada, las quiero mucho
dentro de personaje (ic)
nombre completo: ivanna garcía
edad: 25 años
faceclaim: emeraude toubia
cupo: dueña de la décima musa
ocupación: tatuadora
¿cuánto tiempo tiene en la isla?: dos años
personalidad: coqueta, independiente, dominante, un tanto rebelde y bastante terca sería una forma de describir a ivanna. además de ser una chica aventurera y llena de vida, noble y bastante divertida, puede ser el sueño de muchos, pero también la pesadilla de otros más. es difícil que se ablande pues es algo reacia con sus sentimientos, bastante explosiva y puede rozar lo cruel y manipuladora si así lo necesita.
facts:
*. nacida en méxico en una familia de clase media-alta, llegó como la hija menor de los garcía, quienes siempre fueron la imagen de la perfección ante la sociedad, aunque de la puerta hacia adentro las cosas no eran tan bonitas como las pintaban. pilar y fernando fueron felices, pero la chispa comenzaba a morir y las peleas se hacían constantes, su madre era una mujer problemática y su padre sufría las consecuencias. el desgaste físico y emocional era notorio, y todos parecían padecerlo, menos la mujer. el divorcio no era opción, e ivanna y su hermano mayor, santos, tenían que lidiar con la tensión que día a día se vivía en su hogar, volviéndolos inseparables, puesto que solo podían apoyarse el uno al otro para así no necesitar de sus padres. *. ( tw: homofobia ) supuso que en aquél entonces, no era buena idea comentarle a su familia que a sus dieciséis años, estaba saliendo con una de sus amigas de la preparatoria. fueron meses fingiendo que tenía una relación con un chico de su clase de francés, hasta que finalmente tuvo que soltar su secreto. a partir de eso, como si no fuera suficiente, todo se fue en picada. aunque su padre intentó apoyarla, pilar condenó a su hija como si hubiese cometido el peor de los delitos. *. tomando en cuenta que el ambiente en casa no era el mejor, tan pronto como pudo, se mudó a estados unidos con su hermano, dejando la carrera de arquitectura y dedicándose a mantenerse con su trabajo de bartender y el pequeño estudio de tatuajes improvisado que tenía en su departamento. los garcía hicieron una promesa: trabajarían duro para mudarse a un lugar mejor, donde ambos pudieran cumplir sus sueños. ivanna por fin podría tener un negocio dónde tatuar, y santos conseguiría un puesto en el mejor hospital de la ciudad. *. ( tw: violencia, muerte ) lo malo de los sueños, es tener que despertar y verlos desvanecerse, tal como le sucedió al par de hermanos. todo parecía ir perfecto en sus vidas, cada vez veían más cercana su meta, pero una noche cambió todo. era la noche libre de ivanna, así que cuando terminó con sus citas en el estudio se fue directamente a la cama. por la madrugada despertó por un vaso de agua, escuchó un ruido y a partir de ahí todo pasó muy rápido. había un extraño en casa que, en un abrir y cerrar de ojos, la azotó contra la pared ahorcándola. quería gritar, pedir ayuda, pero no podía. como un milagro, santos apareció, comenzando una riña con el delincuente; por su mente no pasó nada más que ayudar a su hermana menor. una, dos, tres veces el enmascarado clavó un puñal y escapó tras sus acciones, dejando a ivanna en un mar de lágrimas mientras su hermano se desangraba en sus brazos. “vas a estar bien” le repetía entre sollozos, haciendo la llamada necesaria. “no llores, enana. no llores” le pidió el mayor con voz débil. “¿estás bien? ¿llegué a tiempo?” preguntaba, como si no fuese el quien estaba tendido en el suelo perdiendo la vida, la mirada apagándose finalmente tras su último suspiro, el cual utilizó para decirle “te quiero, pequeña”.  justo ahí, en ese instante, parte de su alma murió con él. estaba sola, completamente sola. *. tan pronto como pasó todo, tomó sus ahorros y se fue de ahí. cumpliría lo que se había prometido con su hermano y lo haría sentir orgulloso. fue así como llegó a mykonos, buscando estadía en un lugar donde nadie la conociera y pudiera empezar desde cero. comenzó igual que en estados unidos, con un pequeño estudio improvisado, dándose a conocer entre los habitantes, hasta que meses después decidió arriesgarse y abrió las puertas de la décima musa, que en poco tiempo se convirtió en un éxito entre la gente por su talento y el del resto de sus tatuadores.
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Psycho/ Joe Iljimae
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-No sean cobardes –exclamó Lucía sujetando el trozo de vidrio.
Los dos rostros que la observaban se afilaron bajo la tenue luz que ingresaba, moribunda, por un resquicio del techo. Todo el interior del recinto parecía sellado por una oscuridad azul que casi les mordía los ojos. El piso encharcado brillaba al impacto de los pinchos de luz y una pestilencia animal invadía el cuarto, ahogándolos. El frío era tan cruel como para agrietar a las piedras, pero ellos se mantenían ardientes, sudorosos, acezantes por la amenaza de muerte que los envolvía.
-No puedo hacerlo –dijo Jon moviendo la cabeza–. No puedo hacerlo. -Yo tampoco –balbuceó Romina echándose a llorar–. Tengo miedo.
Una mesa metálica con cuerdas, una silla manchada de sangre, cadenas, trapos y una repisa con bidones de cristal, decoraban aquel cuarto. Lucía había obtenido el puñal destrozando una de las cubas contra el piso. Desde hacía un cuarto de hora trataba de persuadir a sus compañeros de que la mejor opción para librarse de una muerte lenta y horripilante era la de cercenarse el cuello mutuamente con aquel pedazo de vidrio. Sería una muerte rápida y casi indolora. Solo se debía actuar con presteza; sin dudar, sin pensar.
-Es la única manera –dijo–. Solo la muerte puede librarnos de la muerte. -Estás desvariando –exclamó Jon. -No, solo estoy diciendo verdades. ¿Quieres morir traspasado por una pica? ¿Quieres que te corten el brazo con una sierra? ¿Quieres que quiten los dientes o perforen los ojos? -¡Dios mío! –gritó Romina. -¡Pero no podemos cortarnos el cuello! Debe haber otra salida. -¿Cuál? –preguntó Lucía escupiendo a un costado–. ¿Cuál? ¿Crees que esos tipos tendrán piedad? ¿Piensas que sucederá un milagro? -¡No! -¿Entonces? -No sé…
El tiempo avanzaba y no se decidían. No era fácil. Los tres estaban con el cuerpo dolorido, manchados de mierda, lodo y sangre. Sus ojos sobresalían engolletados de mugre y sueño. Tenían los brazos constelados de verdugones rojos por los golpes de las ramas cuando intentaron huir por el bosque.
-Tarde o temprano vendrán por nosotros. A mí me violarán. A ella también. Nos van a violar y después nos van cortar en pedacitos. Tal vez a ti también te violen. Pero si no lo hacen, te harán sufrir de la peor manera. Esos tipos están locos, son unos psicópatas.
-¡Oh, cállate! –gritó Romina. -Ustedes no quieren reconocerlo –dijo Lucía–. Prefieren esperar a que eso pase, que todo ocurra por azar. Pues yo no. No puedo. -Pero asesinarnos…
Un ruido del exterior les hizo dar un respingo. Lucía escondió el vidrio y se puso a temblar encogiéndose como una pequeña larva. Romina y Jon se escabulleron hacia los rincones. Alguien abrió la rendija de la puerta produciendo un crujido que les raspó los tímpanos. Un ojo tan blanco y nubloso como el huevo de una araña apareció por aquel espacio y los observó, burlón, desde el otro lado. Luego, al cabo de un rato, cerró la cancela y se fue arrastrando una cadena por un insospechado corredor. Los presos se volvieron a reunir.
-Ya no puedo más –dijo Lucía sacando el vidrio. -Yo tampoco –dijo Romina sollozando. -¡Mierda! –gruñó Jon. -¿Entonces? –preguntó Lucía con desesperación–. ¿Lo hacemos? ¿Lo hacemos, Jon? -¡Dios! ¡Dios! -Sí –contestó Jon balbuceando–. Pero al final alguien tendrá que cortarse solo y… -Yo no puedo –dijo Romina–. Jon, yo no puedo hacerlo. -Yo tampoco –dijo Jon, avergonzado. -Lo haré yo –exclamó Lucía–. Yo me cortaré al final.
Después de observarse por unos segundos, paladeando su terror, Jon dijo:
-Vamos, hazlo rápido.
Lucía ajustó la daga y, de rodillas, avanzó hacia el sitio de Jon. Este había cerrado los ojos y levantaba el cuello entregando la gran vena de la vida. A un costado, Romina miraba la escena horrorizada. Lucía se detuvo un segundo y dudó. Su mano parecía no querer proceder.
-¡Date prisa! –gritó Jon.
Apretando los ojos, Lucía cercenó el cuello de su amigo. Un rugido sordo se escuchó en el lugar y Jon se llevó las manos al cuello, con gran desesperación, tratando de volver a juntar su herida. Un gozo insólito e inconsciente embargó a Lucía en aquel instante. Ella no lo procesó intelectualmente pero lo sintió, lo adivinó. Sus manos no temblaron de miedo ni de nervios, temblaron de placer, de emoción, de satisfacción. Cuando llegó al lado de Romina, esta se escapó hacia un rincón y trató de poner resistencia.
-¡No, por favor! –exclamó cagándose de miedo–. ¡No me hagas daño!
Lucía se abalanzó sobre ella, ciega y feroz, y tras forcejear un rato, le logró clavar la daga, una vez, dos veces, tres veces, en la garganta. Cuando la soltó, vio que a través de la falda de Romina descendía un líquido ambarino con pequeñas partículas de mierda. Ahora había llegado su turno. Apretando con violencia el vidrio, lastimándose la palma de la mano, intentó cortarse el cuello. Pero no pudo. Con los ojos cerrados, luchaba por hacer correr el filo del puñal por la cumbre de su fina garganta. Sin embargo, no podía. La desesperación reptaba por su espinazo y ella no lograba suicidarse. Parecía como si un elemento invisible le impidiera hacerse daño. Algunas virutas de luz reflejaron los cuerpos sin vida de sus compañeros. Ambos tenían impresos en el rostro el tatuaje del horror. Lucía se angustió más y, acopiando todas sus fuerzas, solo se hizo un pequeño rasguño. ¿Qué me pasa?, pensó llena de terror. ¿Por qué no puedo hacerlo?
De repente, los goznes de la puerta empezaron a chirriar. Dos hombres con calzoncillos de hule y máscaras de gas aparecieron cargando unas extrañas herramientas. Ver a los muertos no los turbó, más bien, los excitó. Lucía se quedó paralizada y sintió que un líquido caliente descendía de entre sus piernas. El primer enmascarado avanzó hacia ella apretando un serrucho, el segundo se sacó la verga y, haciendo extraños sonidos, se empezó a tocar observando la masacre
tomado de la conjura de los libros
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