2019
Un 31 de diciembre más vuelvo. Toca volver a poner, negro sobre blanco, todo lo importante que deja este año que, como casi todo, hoy se nos termina. Quizá sea uno de los resúmenes de mi año más especiales que he escrito, si no el que más. Ha sido un año de ir, en la medida de lo posible –hubo algunos palos en las ruedas–, siempre hacia arriba. En orden cronológico:
03/01
Empezar el año –permítanme el tópico– tocando fondo fue algo que, ahora, desde la distancia de aquellos días, se veía venir –"Y te extraña estar así?", fue la segunda frase que me dijo en la primera sesión–.
Y una vez ahí abajo entendí aquello de que cuando tocas fondo o te quedas ahí abajo o empiezas a subir a la superficie.
Y me decidí por la segunda.
"Tengo mucha mierda dentro y necesito soltarla" fue la respuesta a la pregunta "¿En qué te puedo ayudar?" que me hizo por teléfono un 3 de enero mientras yo estaba a las 5 de la tarde, en albornoz, recién duchado, apoyado en el mármol de la cocina intentando soportar una resaca infernal.
Aquella llamada fue el primer punto de luz en un túnel –disculpen de nuevo el tópico– que parecía no tener fin.
Y 6 meses de terapia después, con la ayuda de una psicóloga maravillosa, me despedí, por ahora, de la rabia, la pena y la frustración y volví a la superficie, volví a coger aire.
Volví a estar “back de mente” que me dijo un muy buen amigo.
Fueron 6 meses de descargar la “mochila”, de auto conocimiento y, quizá lo más importante, de auto aceptación. De aprender a “surfear la ola”, a no estancarme en los momentos malos, a protegerme un poco y a no exponerme siempre del todo. De entender que era normal haber llegado al fondo y que no pasaba nada por pedir ayuda, que a veces “creus que es tan senzill que pots amb tot” y no es así. Y de descubrir lo importante que es tener una buena salud mental y lo poco que nos preocupamos por ello.
Si he decidido contar esto es porque el hecho de que otras personas lo contasen y diesen visibilidad a sus problemas me ayudó a dar el paso, así que espero que esto pueda servir también a alguien.
A ti, Cristina, gracias por tirar de mí.
Carlos Sadness @ La Barts
Quinta vez viéndolo en directo. Y las que nos quedan.
Y sigue dejándome sin voz.
Ha llovido desde aquella primera vez en La Salamandra.
Han sido muchos directos en muchas compañías distintas.
Ha cambiado él desde aquel y he cambiado yo.
Y apuesto a decir que ambos a mejor.
Calella y Llafranc
Las ganas de volver eran indescriptibles.
4 años después, todo seguía como lo guardaba en la memoria.
Playas tranquilas, mucha paz, buena comida y mejor sobremesa frente al mar con una inmejorable compañía.
El mar como cura de todos los males.
Izal
Regalos que sí.
Primera vez en directo.
No son mis favoritos y, no les voy a engañar, tenía sentimientos encontrados con el concierto.
Y fueron una muy grata sorpresa.
Gracias Laura.
Cadaqués
Esto era una tarea pendiente desde hacía demasiado tiempo y ya tocaba tacharlo de la lista.
Superó cualquier tipo de expectativa.
Fue una maravilla, todo.
Gracias por hacerlo realidad Araceli.
Madrid
Visita a la familia con los amigos.
Disfrutamos cómo enanos en StreetXO.
Disfruté mucho de Balthus en el Thyssen.
Y confirmé que no me gusta Madrid.
Que nunca nos vamos a llevar bien.
Y que no pasa nada.
Que está bien así.
Mumford & Sons
6 años después de "Babel" volvieron a Barcelona.
Al Sant Jordi, como no.
Era impensable no verlos.
Y lo impensable no sucedió.
Superaron con creces las expectativas.
ItacaBand
Tras el final de gira del año pasado en Apolo, prometimos ir al inicio de gira en Razz.
Y no fallamos.
Menos aún con el discazo que fue “La Lengua de los Pájaros”.
Com sempre, gràcies.
Boats Group
Que iba a pasar tarde o temprano, lo sabía.
Que me iba a costar tanto despedirme de la gente, no.
De ahí me llevo muchos aprendizajes, muy buenos momentos, otros que no se deben contar y gente que se convirtió en imprescindible.
Amaris
Mi nueva casa.
Me acogieron como uno más, que siempre se agradece.
Tengo un jefe que no me lo merezco.
Y un equipo que es una pasada.
A ti David, gracias.
Canet Rock
Any II.
Va tornar a ser una nit mágica.
Vam tornar a veure sortir el sol.
Vam descobrir al Xavi Sarrià, ens vam mullar amb Buhos i el Torro va confirmar que el cantant d’Oques Grasses no era una noia.
Menció molt especial per a la ultima cançó de Doctor Prats per tancar el festival.
San Fermín
3 años después volvimos.
Volvimos a Estafeta, al kali, al tardeo, al final de los encierros.
Y descubrimos los fritos, aquella vermutería –no se pidan los callos– y que no éramos los mismos de hace 3 años.
Que por suerte o por desgracia, los años empiezan a notarse.
Gracias Ana por cuidarnos tan bien.
Menorca
Menorca era para quedarse ahí.
Fue desconexión.
Fue aislamiento en calas maravillosas.
Fue calor, arena y salitre.
Fue la enésima confirmación de que "todo es más sencillo frente al mar".
Gandia
De entrada, era un viaje que no me apetecía.
Pero la familia es la familia y, en la medida de lo posible, hay que estar.
Y al final, fue un gran viaje. Lo bueno si breve, dos veces bueno, dicen.
Intentamos arreglar el mundo frente a unos gintonics, que siempre ayuda.
Además, nos fuimos 6 y volvimos 7.
Granada
Nos bastaron unas cervezas para organizar este viaje.
Creo que ambos necesitábamos esa desconexión.
Ese punto y seguido que fue Granada.
La verdad es que el sur siempre es un buen plan.
Y más aún si es contigo Torro.
Aitor y sus 30
Organizarlo fue peor que un parto.
Pero solo por ver la cara de un buen amigo tan feliz y contento valió la pena todo el esfuerzo que pusimos en ello.
Que sean muchos más Vei.
Viena
"Earned, not given".
Trabajo y placer a partes iguales.
Fue una muy buena experiencia a todos los niveles.
Volvimos con lo que fuimos a buscar, con cosas que no esperábamos y con planes de futuro.
Rosalía
No defraudó.
La voz en directo es, si cabe, aún mejor.
Fue muy, muy emocionante.
Y también, muy corto.
Cumpleaños
Como cada año, mi cumpleaños es El Día.
Y como cada año fueron dos celebraciones.
Con la familia, por suerte, seguimos estando todos.
Y nada me hace más feliz.
Con la otra familia, fue una pasada.
Juntar a tanta gente que te quiere bien es un sueño hecho realidad.
Faltó gente importante, pero no se puede tener todo.
Gracias a todos por venir.
Ingelheim
Fue por trabajo e inesperado.
Pero cuenta como viaje –y todo lo que va antes del "pero" no importa–.
Menos de 48 horas de reuniones.
Y aún así, tuvimos tiempo de pasarlo bien, reírnos mucho.
Fue el primero, pero no el último.
Ha sido un año muy leído –de nuevo, gracias Ana–, el año de "La Única Historia", del "Tren Nocturno a Lisboa", de "La Insoportable Levedad del Ser" de “Berta Isla” y de “El Tango de la Guardia Vieja”. De mucho, mucho mar –“lo contrario a la enfermedad no es la salud, es el mar”–. De fer-nos "Fans del Sol" amb Oques Grasses, de sentir el "Vértigo" de Lagrimas de Sangre y de hacernos comanches con los Chikos del Maiz (para mí el disco del año). De comprender que el rencor no sirve absolutamente para nada. Que, a veces, eso de “lo mejor para el final”, es cierto. El año de los Open. De aprender que al final, todo "depende". De gente que volvió y otra que se fue lejos. De gente que me decepcionó. De decirle adiós al Stinger –qué tristeza, ahí aprendimos a beber y a vivir–. De confirmar que las mejores conversaciones suelen ser en la barra de un bar. Un año de volverse responsable económicamente hablando –más vale tarde que nunca–, de hacer planes de futuro, de cambiar Amazon por la librería física, de empezar a ser congruente con uno mismo y de seguir caminando, aunque no tanto –es lo que tiene curar la mayoría de heridas en la primera mitad del año–. Visto lo de ahí arriba, me atrevo a decir decir que ha sido un buen año. Un año disfrutado, sufrido, vivido y viajado. Quizá un punto de inflexión. Veremos. Como siempre, a todos los que lo han hecho posible, Gracias.
I recordin, "al final tot anirà bé".
Gon
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