#dottore el mejor
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IL DOTTORE X READER (SPANISH VER.)
Me dieron ganas de hacerle versión en español a esto pq no hay técnicamente nada de Dottore en español. 😞
La verdad no sé q es, si es un oneshot, headcanons, drabble, ni puta idea yo nomás lo escribí.
Dottore es Zandik.
Menciones de cadáveres, cortar a una persona viva por la mitad, remover entrañas 😀, sangre, comportamientos obsesivos y stalker.
El rosita es el/la lector(a) y el morado dottore.
Lector GN.
Todo va en el siguiente orden: Zandik-Webttore-Dottore ingame
Webttore es hasta la mención de sus clones, a partir de ahí es Dottore ingame.
Conociste a Zandik en la Akademiya, el estudiaba en Haravatat y tu en Vahumana.
La primera vez que te vio fue en la biblioteca, para él fue como amor a primera vista
y ni siquiera notaste que te observaba fijamente con esa mirada loca que tiene.
Empezó a seguirte a todas partes desde una distancia considerable.
Aprendió tu rutina y los lugares a los que vas, incluso tu comida favorita y tu color favorito.
Zandik dibuja horrible pero aún así hizo pequeños bocetos tuyos en las esquinas de su cuaderno (se la pasa dibujandote).
SIEMPRE notaste que Zandik te stalkeaba, pero no te importaba, pensabas que en cierto modo era lindo (😨).
Se acercó a ti gracias a Sohreh porque resultó que ella era amiga tuya.
Después de unos meses de salir como "amigos" (sus citas fueron en la biblioteca o en el laboratorio de Akademiya), Zandik finalmente se te declaró
Y fue raro, básicamente te hizo un poema hablando de cómo quiere que le cortes el corazón y te comas sus entrañas. 💀💀💀💀
Aceptaste. Siempre pensaste que Zandik era lindo a su forma así que, ¿Por qué no?
Después de unirse al Fatui, Zandik Dottore, te arrastró con él y puso la condición de que para unirse, debías ser su asistente personal y estar con él 24/7.
y Pierro aceptó.
Fue extraño para ti tener que empezar a llamarlo Dottore, así que en privado seguiste llamándolo Zandik.
"-Zandik, que verga haces? -le dijiste mientras lo veias cortar por la mitad a un hombre VIVO y comenzar a inyectarle cosas que ni Dios sabe que son.
-Ya no soy Zandik, cariño –dijo con su sonrisa repugnante (más lindo)
-Bueno Zandik. -poniendo los ojos en blanco con sarcasmo."
Siempre se pone nervioso contigo aunque no quiera admitirlo, para el resto debe tener una imagen de hombre duro, serio y frío, ¿Pero para ti? Uy esa otra historia.
pero no debemos olvidar que está completamente loco y es un psicópata de primera, muchas veces hizo experimentos contigo (nada totalmente riesgoso eso si) y es tan protector que podría matar a alguien si te pone un dedo encima. 💀
En algún momento intentó sacarse su propio corazón para entregártelo, obviamente tú interrumpiste sus acciones.
Está loco, completamente loco y demente.
De alguna manera u otra, logró hacerlos a ambos inmortales para que te quedes junto a él para siempre.
Después de crear sus clones, se dio cuenta de que todos te tenían un cariño especial y los que aún no te conocían comenzaron a tener la misma obsesión que él tenía contigo en sus días en la Akademiya.
Intenta mantenerte lo más alejado posible de sus clones, es un hombre muy celoso.
Omega es el único clon que deja acercarse a ti, es en el que más confía.
En pocas palabras, Dottore es realmente celoso y posesivo, pero te ama con toda su alma y ni siquiera en la muerte te dejará.
Ha pasado DEMASIADO tiempo desde que escribí algo asi q ya perdí el toque chavos.
desde ahora en adelante, voy a comenzar a escribir en inglés y luego traducirlo al español independientemente de lo que haga.
#dottore#il dottore x reader#dottore x reader#dottore x y/n#dottore x fem!reader#dottore x male reader#yandere dottore#dottore x lector#dottore el mejor
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TROCITO 12
Pensaba que estaba solo. Adeline estaba haciendo cosas afuera de la mansión y Diluc estaba entrenando solo, ya que no podia entrenar con él de nuevo porque mis ejercicios aun eran distintos a los que requería el manejo de la espada.
Asi que era el momento indicado.
El funcionamiento y las hormonas seguían sin funcionar bien pero el libido seguia alto como siempre, asi que era momento que tenia que usar para mi propia salud.
Pero los “aqui te pillo y aqui te mato”, a contrarreloj era algo que me jodia bastante para llegar a la buena calidad que requería mi salud.
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Por desgracia sabia que pasaría esto en algun momento en mi vida.
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—¡Remus! -dijo Diluc entrando en mi cuarto sin llamar —¿has visto a Adeline…?
Me acababa de pillar en plena faena.
—¡PERDÓN, PERDÓN REMUS! -exclamo saliendo de la habitación
—¡Que puta manía tienes de entrar a mi cuarto sin llamar! ¡Que entiendo que es tu casa pero yo no entro a tu cuarto asi!
—¡Perdon… perdon…! No esperaba que… -dijo fuera de la habitación
—¡¿El qué?! ¡¿Que me masturbara?! -estaba muy enfadado
—¡No lo digas de esa forma! -exclamo avergonzado
—¡Como si tu no te la hicieras, no mientas!
—¡Pero Remus!
—Ademas… en parte estoy obligado…
—Espera… ¿obligado?
Abri la puerta y le agarre de la camisa metiéndolo dentro de mi habitación, cerrando la puerta tras de mi.
— …si… -dije avergonzado mientras iba a la cama —¿recuerdas que me falta un ovario?
—Si…
—Pues ellos aparte de mi fertilidad, generan hormonas que hacen que funcione lo que tengo. Asi que, tengo que forzar la estimulación para que haya un equilibrio hasta que el único que me queda pueda aportar el mínimo de hormonas dentro de mi para no acabar hecho mierda por las amenorreas…
—Oh… si que es difícil ser utero portante…
—Todo tiene sus problemas y sus ventajas… ahora, ¿vas a aprender a llamar a mi puerta?
Diluc asintio con su cabeza.
—Gracias…
—¿Has pensado en operarte?
—Claro que si pero los únicos doctores que he escuchado que son capaces de eso estan en la academia de Sumeru… pero no esta muy extendida, cuesta un ojo de la cara y con el fatui Dottore por ahi suelto… como que me da mucho miedo
—Entiendo
—Me saldría más barato morirme…
—¡Pero Remus!
—Cierto, cierto… antes tengo que conseguir objetivos, yo no me voy con Celestia antes de mpghththt!!
Diluc me habia tapado la boca para que dejara de hablar, pero en ese momento, Adeline tambien entro en mi cuarto pillándonos de esa forma.
—¿Chicos?…
—¡Remus estaba volviendo a pensar en acabar en un ataúd!- exclamo Diluc
—Remus…
—¡Jolines! Uno no se puede morir en paz…
Adeline se puso la mano en la cara y Diluc se enojo conmigo.
—¿Que? -le pregunte a ambos —por cierto, Adeline, ¿tu tambien entrando sin llamar?
—Perdon, pero queria decirte algo pero, ya que estais los dos juntos, mejor
Ambos nos mirábamos mutuamente con sorpresa.
—¿Que has liado? -pregunte a Diluc
—¡¿Yo?! ¡¿Pero que culpa tengo yo ahora?!
Adeline emitió una risa. Al verlos hablar asi e interactuar, le trajo nostalgia a viejos tiempos mejores que ella conocía.
—Chicos… queria proponer; ya que es peligroso que el maestro Diluc salga afuera… que el maestro Kaeya venga aqui a una fiesta del té
—¡Que idea tan maravillosa, Adeline! -dije maravillado
Diluc se levanto abrazandola y levantándola por los aires mientras giraba feliz.
—¡Gracias Adeline!
—¡Maestro Diluc! ¡bajarme por amor de Barbatos! ¡Que nos vamos a caer!
Ver a Diluc tan feliz hacia que mereciera la pena todo, ya casi lo queria como un verdadero hermano que nunca tuve; aunque muy adentro de mi pecho, sentia una leve envidia. Nunca tenia la suerte de haber sido correspondido por alguien en mi vida y la idea de acabar como el tito solterón era una herida en mi alma que me atormentaba.
Aun asi y aunque la recompensa de Kaeya fuera solo una coña de su parte y no existieran los dragones; moriría feliz si consigo que puedan ser felices.
Pero no me esperaba lo que se acercaba para fastidiar la felicidad.
END TROCITO 12
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Volví a recorrer los lugares que visitamos juntos.
El recuerdo intacto, diferentes emociones, ya no dueles.
También llovía, pero tú ya no estabas ahí.
Quizá lo de nosotros era ver llover, no ser lluvia.
Jamás lo entendí, por qué queriéndonos tanto, ¿Tuvimos que terminar así?
Se me escapó una sonrisa a media carretera, que bonito saber que se nos dio la oportunidad, que nos tomamos de la mano, que pudimos contemplar los paisajes mientras bebiamos una cerveza y sonaban nuestras canciones favoritas.
¡Que cabrona es la vida!, ¿Verdad?
Teniendo unas ganas inmensas de ser tanto, ahora no sabemos ni que pasa en la vida del otro.
Yo, estoy feliz, trabajando mucho, muy contenta por lo que he logrado.
¿Tú? De ti la verdad casi nada queda, nada sé.
Te fuiste y para ser sincera jamás he revisado ni por error cosas que me lleven a ti. Así está mejor, deseo y decreto lo mejor para ti, porque te quise mucho, quiero que triunfes siempre.
Me basta llevarte en un rincóncito del corazón, que el aire me traiga como no queriendo un vago recuerdo de tu sonrisa, así esta bien.
Me encantaba verte sonreír siempre, jamás olvides que fuiste arcoiris en días grises.
Me alegra no echarte de menos, eso significa que te deje ir. Es solo que la mente a veces es muy buena, y como dicen, recordar no siempre significa extrañar, y extrañar casi nunca significa querer volver.
Yo estoy bien acá, alegrandome desde otro punto.
El universo es sabio.
La magia continuó aunque ahora los trucos ya no lleven tu nombre, ni alguno de los dos magos seas tú.
Gracias por enseñarme lo bonito de la vida en cosas relativamente sencillas, por inculcarme tanto el amor a los atardeceres, naturaleza y paisajes.
Me quedé con lo bonito, y con lo preciso que fue tu paso por mi existencia.
Que la vida te bendiga, esta es la magia de saber decir adiós.
-Mariana Dottor.
LA MAGIA DE APRENDER A DECIR ADIÓS.
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Aquí estoy, cumpliendo sola lo que siempre quisimos lograr los dos.
Me doy cuenta que la vida no fue injusta, hablando con el mar entendí que era necesario soltarte.
Aquí estoy, viendo un atardecer nacer, y una relación morir.
Aún así, ¿Sabes qué es lo mejor? Que yo siento; volví a renacer.
-Mariana Dottor.
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Estamos aquí...
La misma habitación que tantas veces fue cómplice de lo prohibido, hoy, es la misma que es testigo de nuestro adiós.
¿Adiós?, ¿Ya cuántas veces nos hemos despedido?, ¿está es la definitiva?
Las cervezas me saben a melancolía y por primera vez la cama no me llama.
¡No!
Porque quizá sabe que esta vez, ya no habrá una 'próxima', que los que entren después, no estarán dejando ir un futuro como nosotros.
Y qué jodidos, ¡Qué estúpidos!
Porque teniendo todo, decidimos que estamos mejor así...
Tan, tan lejos.
Enciendo un cigarro, de fondo la regadera.
Te observó bañandote, cómo desearía poder gozar de esa imagen todos los días de mi vida.
Pero no, porque hoy es 'la última' al menos en eso quedamos cuando nos vimos.
Lloró, porque es imposible no hacerlo.
Porque entre aquel disco que es nuestro favorito, la obscuridad de la habitación, y tu voz contándome del trabajo se me hace un nudo en la garganta.
¿Cómo te pido que no te vayas?, ¿Cómo? Sí yo fui la que miles de veces te dijo que aquí no hacías falta, que podías irte cuando quisieras.
Me creí demasiado valiente, ¿No es así?
Entonces, ¿A qué le lloro?
No sé sí a saber que por fin te armaste de valor y te vas a ir, o a hacerme a la idea que a partir de hoy ya no escucharé jamás tu risa por allí, ni podré bromear contigo antes de entrar a un motel.
Estoy jodida, tengo miedo de que me hagas tuya y ni siquiera disfrutarlo porque minutos después nos tendremos que olvidar. Hacer como que no nos conocimos, asimilar que todo acabó, antes de empezar.
Quisiera tener el valor de pedirte que no te vayas, que no lo quieras hacer aún, que se puede, sí se quiere...
Pero me da miedo, y pena, y me siento tonta.
¡Tonta! Porque ahora sé que me estoy tragando mis palabras, harás mucha falta aquí.
Destapo otra cerveza, mientras te escribo esto, que en lo absoluto es un poema, mas bien es una carta de despedida.
—Gracias por el dulce. — Te digo para que no sospeches que esta calando la decisión, solo ríes y ya sabes que esa es mi melodia favorita.
Me llenas el alma, cabron.
Es tan difícil saber que te tengo que dejar ir.
¿Cómo ser tan fuerte, después de ser tuya?
No me hagas el amor, por favor.
Solo quiero quedarme recostada en tu pecho, agradeciendo todo lo que me regalaste en este tiempo.
Quiero quedarme con la satisfacción de que al menos por una vez en todo esto, pudimos tener paz.
Saldrás de bañarte, yo me veré más repuesta, y firme, firme porque no me veras dudar.
Sé que al salir de aquí todo habrá terminado, no te preocupes, no me veras llorar.
Aquí no ha pasado nada, ¿Quieres tomar?
-Mariana Dottor.
📖 Labios color Carmín.
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Soy el amante.
Para darles una idea más exacta aunque quizá ya se lo imaginen, soy el que tiene que esperar a que ella tenga tiempo para entonces tener un encuentro furtivo.
Soy el que no puede llamarle a cualquier hora del día, porque no sé si su marido se encuentra en casa.
Soy el "Amiga" en su lista de contactos y su primer opción de "borrar chat" cuando él le pide el celular.
No soy el que esta en comidas familiares, ni el que aparece en la foto de la sala aquella de sus papás.
Digamos que soy, el que le da de día lo que el oficial no le da en la noche.
Ó si le da, de igual manera no lo hace mejor que yo.
Me conoció no tanto en el momento correcto, pero si en el que más le hacía falta.
Yo soy el que le sacio las ganas, esas que con él se inventa.
A veces nos pasa por la cabeza dejar de ser más que un rato, pero por el momento nos conformamos con esto.
¿Por qué? Porque tratamos de ser coherentes, la calentura no siempre trae de la mano el amor.
Y esto es más excitante para ambos si lo hacemos a escondidas.
Ella es prohibida y me encanta.
Yo soy lo que casi nunca puede contar, más que con su mejor amiga... Pero me basta.
Me basta que no grité mi nombre a los 4 vientos, pero si en mi cama.
Un encuentro hoy, y pasará seguramente una semana o más de dos...
Pero sé que ahí estará.
Sé que pasará...
Me llegará un mensaje, y será ella:
—Él se ha ido, un nuevo viaje de negocios, nueva oportunidad para vernos. Te espero. —
Y ahí iré, siempre iré . Porque siempre tengo sed de ella.
Sí, soy el amante.
Pero soy más importante en su vida que el que carga con el título de oficial ante la sociedad y con algo que no ve; en la frente.
Mariana Dottor.
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Se que te dije que no lo haría..
Se que te dije que nunca te dejaría sola,
y que podrías contar conmigo siempre.
Discúlpame, no pude, no aguante.
A veces es necesario terminar de irte de algún lugar que te quita la paz y altera tu interior...
Te juro que aún tenía amor guardado y sonrisas que jamás te entregue, para que cuando estuviéramos renovados, pudiéramos disfrutarlas mejor.
Pero paso
que el tiempo me gano,
y la paciencia cada día se me iba un poquito más de las manos.
No tolere que hoy sí querías y mañana no.
No podía vivir con lo poquito que me dabas,
solo porque querías,
nisiquiera era porque era lo único que podías.
Porque siendo sinceros, podías dar todo, pero no quisiste.
Lo tuyo siempre es el miedo, el no escuchar a tu corazón, por más que el mismo te decía que era yo tu hogar.
Tú te frenaste,
no escuchaste
y discúlpame,
pero en este momento de mi vida
ya no quiero más
ser indecisión.
No te lo tomes personal,
hace mucho que deje de quedarme donde no me quieren.
No sirvo para llenar vacíos, ya no.
no soy comodin, tampoco opción.
El amor que era para ti, me lo llevó, lo voy a moldear a mí.
-Mariana Dottor.
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— Me puse ropa bonita para ti. — Escribí. No tardó ni dos minutos para ponerse en línea.
— Pero, no entiendo. Si no nos veremos hoy. — Respondió.
— Eso no es impedimento.— Envié, adjunto con una foto frente al espejo en lencería que había comprado por la mañana.
— ¡Qué ganas de estarte quitando eso!, ¡Qué chula te ves!
— ¿Sí? Yo creo que me veo mejor así — Mandé la siguente foto con una prenda menos.
— Te ves mejor encima de mí. Pero no dudo ni tantito lo hermosa que te sientes sin eso cubriéndote. ¿Sabes lo que estás causando, verdad?
— ¡No, no sé! Me gustaría sentirlo.
— ¡Hija de la chingadª! Bien que lo sabes. Ya sabes que te estaría tomando del cabello, mientras mis dedos se pierden debajo de esa ropa tan bonita que traes puesta. ¡Ni te cuento de los besos que quiero darte!
— Uff, ¡Cómo me prende imaginar la escena! Recordándome siendo tocada por ti. — Envié otra foto, en esta ocasión sin nada, en una posición excelente para que pudiera ver todo lo que tenía para él.
— No puedo. Necesito un momento — Respondió y salió del chat.
Me imaginé que fue a masturbarsē o algo por el estilo.
Así que proseguí a hacer lo mismo.
Saque algún juguete del cajón, junto con mi lubricante favorito de Amor líquido.
Era exquisito ayudarme de los recuerdos de nuestros encuentros.
15 minutos pasaron, cuando llamaron a la puerta.
Me levanté furiosa a cubrirme para poder atender.
Tarde algunos minutos así que tocaron por segunda, tercera vez...
— ¡Ya voy!, ¿Quién es?, ¿Qué puede ser tan urgente para tocar de esa manera? — Al abrir la puerta; ahí estaba. Era él.
Listo para hacerme lo que imaginé desde que vi aquella ropa exhibida en esa tienda de ropa interior bonita.
— Pero, ¿Qué haces aquí? — Pregunté riéndome.
— No podía quedarme así. — Entro al departamento, y cerrando de golpe la puerta, me puso contra ella, me beso tan rico que pude sentir cómo crecía la excitación de ambos por tenernos.
Quito mi bata, me cargó, y así, con las ganas escurriendo, fui suya.
¡Lo hizo! Me tomo y no puse objeción.
Después de todo, ese era el objetivo de aquellas fotos.
Quería jugar con sus ganas por tenerme, mostrarle un poquito de todo lo que esperaba por él.
Lo hicimos ahí, en el sillón, en la recámara.
— ¿Querías esto, verdad? — Preguntaba mientras me tenía encima y jalaba de mi cabello.
— Siempre, siempre voy a querer esto. — Respondí y lo bese.
Mariana Dottor.
📖Travesías de Junio
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Ya pasó noviembre.
Ya vendrá mi cumpleaños... ¿Esta vez sí lo llegaremos a festejar?
Ahora comienza una nueva lucha, diciembre.
No sé cómo lo he hecho, ¡te juro!
De repente solo los días pasan y yo trato, sigo tratando, de mantenerme ocupada.
Ahora me doy cuenta que llegó el tiempo que más me va a doler.
Ya me cayó el veinte de que quizá nunca vamos a poner el árbol juntos, ni podremos hacer nuestra sesión de fotos navideña ridícula.
Escucha, sé que no vendrás.
Y te lo digo así, porque sé que al leer esto, mi voz va a rondar por tu cabeza.
¡No quiero dejarte ir!
Qué ilógico, no querer hacerlo si desde hace tiempo tú no te encuentras aquí.
Pero no, ¡no puedo! No quiero renunciar a ti, a tu voz, a tus malditas manías que dejaste impregnadas en mí, al sonido de tu risa que aún escucho en las mañanas, a tus manos que siempre supieron darme calor en estos días tan fríos, y que decir de tu pecho, ¡me regalaste las mejores noches descansando en el!
Sabrá tu Dios si tú aún me recuerdas, si no ves aquellas luces en la ciudad y se te viene a la mente como me emocionaba al ver todo tan colorido y con tanta vida...
Ojalá que si aún lo haces, ojalá que sí mi recuerdo te abraza de vez en cuando te acuerdes que teníamos muchas promesas para este año, para el que viene, y los 10 más que están por entrar.
De mí ahora no hay mucho que contar, soy mucha nostalgia y casi no hay nada firme aquí.
El corazón se encuentra igual a como cuando te fuiste, por fuera claro que me veo espectacular. ¡Eso ya lo sabes!
Sigo portando aquel perfume que dijiste que te encantaba.
Después de todo éramos mucho y algo tan bonito...
No quiero saber con quién te encuentras ahora mientras te escribo.
Prefiero imaginarme qué harás cuando leas que aún sigues presente, que ni la peor y más desgastante enfermedad te borran de mis letras.
Ya en este punto estoy cansada, harta y frustrada por todo lo que he tenido que pasar, por extrañarte y que quizá te importe bien poquito o nada.
No sé si este es mi último intento porque sepas que aquí se te sigue echando de menos.
Quiza mañana me levante y decida que si comienza un nuevo día, también yo tenga que empezar un cambio para cerrar el año bien.
¡No sé, no lo sé!
Pero hoy, no quiero dejarte ir.
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Transformado.
Texto original: Mariana Dottor.
📖 Cartas a amores imposibles.
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¡Brindo por ti!
Porque pese a tanto tiempo, no dejo de escribirte, ni de pensarte.
¡Brindo por todo lo que fuimos, tuvimos he hicimos!
Porque no importa que ya no estés más, que tu espacio huela a ausencia, que ahora ya no suene el móvil anunciando tu nombre en la pantalla.
Porque nos quedamos con ganas de ser tanto, porque morimos en el intento.
Porque no pude ver tu carita más de dos veces algún día al despertar.
¡Brindo por todo lo que ya no pude decirte!
Por ejemplo, que aún te amo.
Igual o más que la primera vez que te lo dije.
Aunque no me lo creas porque según tú para amarte, debo tenerte. Y, pues ya no estás.
También, que amaba la manera en la que me hacías burla, y que extraño que en este octubre tan frío nos pongamos a hacer té.
Que extraño ver tus fotos en mi galería, también, verte platicando con mamá a mitad de una comida.
Brindo por las veces que me hiciste tuya, por siempre saber cómo llegarme, cómo convencerme.
Por retarme y permitirme retarte.
Agradezco que me hayas enseñado que 10 minutos es como una eternidad, si es con la persona correcta.
Hay muchas cosas por las que quiero darte las gracias, y resumirlo en este intento de carta no bastaría.
Que daría por estar contigo y poder decirlas de frente, mientras guardas silencio y me observas minuciosamente.
Brindo por los hijos que nunca tuvimos, pero que planeamos.
Por la casa de nuestros sueños, que ahora la habitaremos con alguien más.
Brindo por tus padres que sí la quieren a ella.
Por tus amigos, por verla mucho mejor para ti, de lo que me consideraban a mí.
Y para terminar, brindó, porque espero, que la felicidad que tienes hoy, sea mucho más a la que tenías conmigo.
Vendrán fechas especiales como un 18 o un 3, y estoy segura que vas a recordarme, entonces, por favor, también tú brinda por mí a la distancia.
Por este amor que te tengo que no se me acaba, y por la clase de mujer tan completa que fui contigo, te aseguro que no lo seré con nadie más.
Brindemos, esperando algún día saber
sí fue lo correcto dejarnos ir.
-Maríana Dottor.
📖 PROHIBIDOS
Disponible en físico y digital.
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Me dijeron que te escriba una carta. Una en la que me despida de ti, te agradezca y te deje ir. ¿Cómo? Es que no, no me sale. Las palabras parece que se me acabaron y no se me ocurre nada. Quizá en el fondo creo que no quiero dejarte ir. ¿Con qué palabras te digo adiós? Jamás he sabido cómo planear una despedida, no sé cómo funciona eso de dejar ir a quien quieres tanto. Otro lío es cuando lo que quieres, no es lo que te hace bien. Y aunque ese es mi caso, contigo te juro que jamás planee perder. Hoy tu recuerdo estuvo presente todo el día. Nos recordé en aquel viaje, cenando, compartiendo ese par de cervezas, jugando, en el jacuzzi, a mí, abrazada a ti. A ti, aferrado a mi. Dicen que no terminas de irte jamás porque siempre te permito volver. Y sé que sí, quizá porque detrás de todo eso, jamás quise que te fueras. Jamás quise dejar de mirar tus ojos, tener tus manos sobre mis piernas y siempre mi mejor plan fue escucharte antes de dormir. Sé que me hiciste daño, no me quisiste tanto como yo a ti, pero eso al final ya no importa. Porque sí, aún te quiero, pero en este punto creo que me quiero más a mi. Y si para que dejes de doler, debo abrir las manos para soltarte; lo haré. Ya no me haces bien y prefiero quedarme así, recordándote bonito, reviviendo aquel día que te conocí. Aquel día en el que no supe que en algún momento dolerías y me fallarías tanto. ¿Tú? Yo contigo tenía otros planes, de ti quería mil cosas, jamás tener que alejarme porque no eras lo que creí. ¡Cómo te diste a querer tanto!, ¿Para qué? Si te ibas a ir. No es fácil hacer esto, pero de todo corazón te pido; no vuelvas. No regreses, jamás lo pienses. Te quiero mucho, y espero jamás te hagan lo que tú me hiciste a mi. Porque créeme, de los peores dolores que he experimentado es irme con las manos llenas de tanto queriendo montones, pero sabiendo que era necesario, porque en caso contrario y como bien lo digo: Quien mucho está, acostumbra a los demás a que jamás falta hará. Y hoy, ni te hago falta, ni me piensas, ni te duelo, ni me quieres. Mejor así. Aquí se te quiere mucho, pero algún día ya no. Y será mejor así. -Mariana Dottor. 📖 Todo lo que no fuimos. (at Ecuador) https://www.instagram.com/p/Cfb7tsIuhEV2SioNtE2R02hAUrRMSd2ioHHrHc0/?igshid=NGJjMDIxMWI=
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if you kiss dottore on the exposed part of his face he’ll flush really hard but pretend he’s not flushing and that nobody can see him under the mask. he’ll grit his sharp teeth but he won’t push you away or snap at you for interrupting him. ~ 🍠
Camote anon you mean this
Cute
Cheek window??
There is just something so intimate and romantic about kissing just a part of someone’s mouth and I jajsjdkdkdksksksks mi corazón no podría soportarlo
He would take advantage of the fact that his mask covers most of his cheeks and he would be like “me? Flustered? Who do you take me for?” But you are laughing inside because what he doesn’t know is that his blush reaches his ears 💙
#un beso cuneteado para el mejor doctor#be careful#cus he bites#and he has sharp teeth#dottore#popi asks#genshin#genshin impact
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Te quedé a deber 103 orgasmos.
1000 'Te amo'
y 106 cafés.
Me quedaste a deber los buenos días,
olvidaste tu camisa y aquella jodida loción que detesto, ¡Que pésimo gusto tiene tu tía!
No tengo motivos para estarte escribiendo esto.
No me dueles, creo...
Ya no lloro por ti en medio de una comida, ni espero encontrarte por allí en algún rostro de desconocido.
Te cuento, por fin siento que me va bien el color amarillo, sigo odiando las flores.
¡Odio que crean que el café no lo puedo beber a las 12:00!
Ya tire tus discos, los preservativos y tus corbatas.
No me sirven, no las quiero.
Tu camisa me va bien, es mi mejor pijama.
La loción la tirare algún día, quizá mañana...
Igual tiene mejor olor que el perfume de la vecina que no se cansa de decirme:
—¡Pero si hacían bien bonita pareja!
En fin, la imprudencia.
Como si yo necesitará que alguien me afirmara lo que siempre supe.
Llegó del trabajo puntualmente a las 8:00, me ducho a las 9:00, y si quiero, te recuerdo a las 10:00 solo un poquito, me fastidia desvelarme pensando tonterías.
Los fines de semana me tomo un tequila viendo aquella foto que nos tomamos en nuestro 3er aniversario, enciendo un cigarrillo y dejó que el humo opaque tu rostro.
No mucho como para olvidar tu sonrisa, ni poco como para no ver lo estúpida que me tenías.
¡En fin!
Creo que hoy tengo ganas de recordarte.
Pero diferente, sin rencor, ni pensar en lo que fuimos.
Sino, ¡Rico!
Algo que me provoque cierto placer.
No sé me olvida lo delicioso que era arder entre tus manos.
Hoy ya no estas, y afortunadamente, aprendí bien.
Mariana Dottor.
Del libro: LABIOS COLOR CARMÍN.
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¿Cómo decir adiós cuando aún queda tanto amor?
No sé, supongo que sólo se agarra valor.
Olvidar todo lo que pudo suceder, hacer maletas echar el amor ahí mismo, y sostener la dignidad fuerte con ambas manos.
Rogar por no volver a encontrarnos, esperar que en ninguno de tus sábados te pongas ebrio y decidas buscarme.
¿Por qué cuando se ama tanto solo se tiene que terminar así?
Con un adiós que sabe a melancolía y sientes que rompe el corazón.
¡Por qué una historia tan bonita tiene que cerrarse así!
Sin puntos suspensivos.
Con el final bien marcado para que no se piense en regresar.
¿Qué se hace con aquél álbum lleno tanto de nosotros?
Con esas tazas favoritas para el café, con las cervezas para festejar cualquier día de la semana, con tu pijama que era mi favorita también.
Quiero encontrar una respuesta, sé que la voy a obtener. Quizá no ahora, porque duele, quema y siento que no podré.
¡Ja!, ¿A quién quiero engañar?
¡Siempre he podido!, ¿No es así?
Entonces supongo nuestro adiós sólo será una prueba más.
Aquello que el universo me retira porque algo mejor vendrá.
Algo que ya no tendrá tus ojos, ni tu sonrisa.
Pero vendrá.
Y el sol ya no va a rasgar la piel, la luna ya no me hará llorar, aquella calle al verme pasar ya no va a murmurar.
Porque he de curarme, me voy a curar de ti.
De nosotros.
Yo lo sé, pasará.
Por ahora quiero recordar, pensar que todo lo vivido valió la pena, guardar lo bonito, llorar lo malo, agradecer cada cosa y momento compartido.
Fuiste un gran amor.
Nos vi arriba, triunfando, dando todo.
¡Igual no importa!
Pasará.
Y sí, triunfaremos, pero ya no juntos.
Cada quien por su camino, con quien sea que la vida nos ponga más adelante.
Y al mirar por el retrovisor y recordarnos...
Vamos a sonreír, vendrá a nuestra memoria como creímos que después de soltarnos, se nos acabaría la vida.
Nuestro copiloto va a regalarnos una sonrisa.
Y entenderemos que no siempre el amor de nuestra vida, se llama así porque ha de quedarse en ella.
Así que, pasará, yo lo sé.
Y no va importar más.
-Mariana Dottor.
Libro:
La magia de aprender a decir adiós.
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Me basta con saber que te hice bien, un ratito, al menos no fue en vano que el universo nos permitiera coincidir.
Me basta saber que te abracé bonito, que alguna vez calme tormentas, y que mis besos fueron de los mejores que tus labios pudieron recibir.
Me basto haberte dado los buenos días, todos los días mientras esto duró.
Me quedo con que ninguna noche te faltaron los buenos deseos para que pudieras ir a descansar mejor.
Me basto que acariciaras mi cuerpo, que me besaras los miedos, me quedo con tus notas de voz a medio día, y tus fotos para recibir otro día.
Me quedo con tus apodos cursis, con esos 2428 mensajes en tan poco tiempo, y con la idea de que podíamos llegar mucho más lejos.
Quédate con mi manía de hacerte sentir tan bien, con la loca idea de siempre escribirte algo cuando estábamos juntos sin que lo supieras, con mis manías de niña que muchas veces te sacaron de quicio, y con mi manera de calmarte cuando habías tenido un mal día.
Algún día habremos de olvidarnos, quedaremos como la prueba de que la vida es buena al mandarnos gente tan linda, pero en momentos donde no estábamos preparados.
Cuado tu mente te traicione y creas que me echas de menos, revisa mis fotos como antes de conocer el sabor de mis labios, escucha aquellos audios que te mandaba, seguramente mi voz para ese entonces aún no a cambiado en nada.
Ahora me parece un poco loco estarte escribiendo esto cuando ya he borrado todo rastro de ti en el móvil, y no veo tu nombre en mi pantalla.
¡Que poquito dejamos que durará!
Sin embargo, te juro, ¡Qué feliz me hiciste!
Quédate con lo bueno de mí, y recuerda que te mereces más, incluso más de lo que un día yo te di.
-Mariana Dottor.
Del libro CARTAS A AMORES IMPOSIBLES
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Te quedé a deber 103 orgasmos.
1000 'Te amo'
y 106 cafés.
Me quedaste a deber los buenos días,
olvidaste tu camisa y aquella jodida loción que detesto, ¡Que pésimo gusto tiene tu tía!
No tengo motivos para estarte escribiendo esto.
No me dueles, creo...
Ya no lloro por ti en medio de una comida, ni espero encontrarte por allí en algún rostro de desconocido.
Te cuento, por fin siento que me va bien el color amarillo, sigo odiando las flores.
¡Odio que crean que el café no lo puedo beber a las 12:00!
Ya tire tus discos, los preservativos y tus corbatas.
No me sirven, no las quiero.
Tu camisa me va bien, es mi mejor pijama.
La loción la tirare algún día, quizá mañana...
Igual tiene mejor olor que el perfume de la vecina que no se cansa de decirme:
—¡Pero si hacían bien bonita pareja!
En fin, la imprudencia.
Como si yo necesitará que alguien me afirmara lo que siempre supe.
Llegó del trabajo puntualmente a las 8:00, me ducho a las 9:00, y si quiero, te recuerdo a las 10:00 solo un poquito, me fastidia desvelarme pensando tonterías.
Los fines de semana me tomo un tequila viendo aquella foto que nos tomamos en nuestro 3er aniversario, enciendo un cigarrillo y dejó que el humo opaque tu rostro.
No mucho como para olvidar tu sonrisa, ni poco como para no ver lo estúpida que me tenías.
¡En fin!
Creo que hoy tengo ganas de recordarte.
Pero diferente, sin rencor, ni pensar en lo que fuimos.
Sino, ¡Rico!
Algo que me provoque cierto placer.
No sé me olvida lo delicioso que era arder entre tus manos.
Hoy ya no estas, y afortunadamente, aprendí bien.
Mariana Dottor.
Del libro: LABIOS COLOR CARMÍN. 💋
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