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#desorientación
ochoislas · 2 years
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Tejemanejes de un pequeño ratón sobre lo escrito... fingiéndome dormido lo observo por un rato.
ちりぼへる文の上ゆく小鼠を寝たるふりしてしばしまもりぬ
Pasa otro día sin que pase nada, encerrado solo averiguando el muro de qué color será.
日一日けふ事もなしこもりゐて何ともわかぬ壁の色見る
Tierra mojada pisando en la tiniebla palpan mis manos una tumba tras otra sin que pueda avanzar.
しめりたる土を足踏み闇に立つ墓より墓に手觸れて行きぬ
Rozada apenas esparciría chispas: negra crizneja que a mi cuerpo se enrosca y me mantiene preso.
掻い撫でば火花散るべき黒髪の縄に我身は縛られてあり
Aun no se aquieta tu espíritu, parece tallo del cosmos que abandona la abeja, rehilando despacio.
み心はいまだおちゐず蜂去りてコスモスの茎ゆらめく如く
De aquí y de allá vibra un clamor de conchas, a la distancia grita de marineros, ¿acostan las ballenas?
をちこちに貝のねひびき浦づたひ舟人さわぐ鯨よるらし
Tal medalla paga el terror de un día tal otra paga el tedio de muchos, por lo que parece.
勲章は時々の恐怖に代へたると日々の消化に代へたるとあり
Ninguna cosa me paré a mirar bien: pisando la vida siempre fueron mis pies demasiado robustos.
何一つよくは見ざりき生を踏むわが足あまり健なれば
Mori Ōgai
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jaberbock · 7 months
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Cualquier Paco
-Perdone, ¿sabría indicarme para la Estación de Atocha? 8: 20 de la mañana. Nelli y yo estamos intentando infructuosamente separarnos después de habernos lamentado de la falta de oportunidades. Paco nos interrumpe con su pregunta, pero, no obstante, yo me lanzo a contestarle con cierta sorna resignada. -No se preocupe que ha tenido suerte y le acompaño. Continue reading Untitled
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templo coa súa calma e desorientación
© Manoel T, 2022
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notasfilosoficas · 4 months
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“Muchos hombres, cómo los niños, quieren una cosa pero no sus consecuencias”
José Ortega y Gasset
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Fue un filósofo y ensayista español, nacido en Madrid en mayo de 1863, exponente principal de la teoría del perspectivismo.
Nació en el seno de una familia madrileña acomodada, era hijo del escritor y director del periódico “El imparcial” José Ortega Munilla, quien a su vez, su padre había sido el fundador del periódico, por lo que se crió en un ambiente culto vinculado al mundo del periodismo y de la política.
Estudió en la universidad de Deusto en Bilbao, y prosiguió en la facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Central de Madrid. 
En 1904, obtuvo su doctorado en Filosofía y entre 1905 y 1907 realizó estudios en Alemania, en donde se vio influido por el neokantismo de Hermann Cohen y Paul Natorp.
De regreso a España, es nombrado profesor de psicología, lógica y ética en la Escuela Superior de Magisterio de Madrid, y en 1910 gana por oposición la cátedra de metafísica.
Cuando comenzó la guerra civil española en 1936, estuvo en el exilio, primero en París y luego en los Países Bajos y Buenos Aires, hasta fijar su residencia en Lisboa en 1942. Regresa a España en 1945 para fundar un Instituto de Humanidades.
Ortega y Gasset ejerció una gran influencia en la filosofía española y en la filosofía iberoamericana del siglo XX, tanto por su obra filosófica como por su estilo literario ágil.
Como exponente de la teoría del perspectivismo o “doctrina de la vista”, sostiene que toda percepción e ideación es subjetiva. El individuo mira desde un punto de vista concreto, en una dirección propia.
Para Ortega, la perspectiva es la forma que adopta la realidad para el individuo. Esto no le hace caer en el subjetivismo, pues para él, cada sujeto tiene su propia forma de acceder a la realidad, su propia parte de verdad, que puede ser incluso contradictoria con la de los demás.
Esta doctrina, se basa en que el carácter situado en el conocimiento humano, implica que conocer un objeto, es siempre conocer la perspectiva concreta y limitada del objeto, no estrictamente el objeto en su totalidad, por lo que todo conocimiento exige siempre ser completado.
Para Ortega, la finalidad que busca el conocimiento, es otorgar un suelo firme y seguro a la vida, es decir, una interpretación de la realidad que convierta el caos inmediato en una forma estable y predecible, con la finalidad de salvar al hombre de la situación de desorientación y evitar que se sienta perdido en el mundo, todo esto, a través del conocimiento, cuyo ejercicio solo tiene sentido a la luz de este problematismo esencial de la vida.
Importantes discípulos suyos fueron José Gaos, Manuel Garcia Morente y Xavier Zubiri entre otros muchos.
Tras la guerra civil, la recepción del pensamiento de Ortega sufrió muchas dificultades, fue objeto de duras e intensas campañas de desprestigio y crítica que veían en él la causa de todos los males que habían acaecido en España en esos años.
En las décadas de los 60 y 70 fue poco el interés por sus escritos, sin embargo a partir de los años 80, surgió un despertar hacia su pensamiento y obra que desató nuevas ediciones de sus escritos.
Ortega y Gasset falleció en octubre de 1955 en Madrid a la edad de 72 años.
Fuente: Wikipedia
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internod · 2 months
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SENDEROS DEL FESTIVAL / 21:13 AM - 20.03
PERSONAJES MENCIONADOS: MAI (@maigawa)
Siempre me ha resultado sencillo extraviarme entre los sonidos estridentes, las luces cegadoras y el calor asfixiante que caracterizan las festividades del Sabbat. No es sorpresa que intente evitar los eventos de estos bárbaros, pero hay situaciones que uno simplemente no puede perderse. Incluso si la consecuencia de lo mismo es esta desorientación con la que cargo. 
Los senderos parecen extenderse hasta lo infinito, y perderse en un lugar donde lo sagrado es tan profuso como abrumador no es tarea difícil. Sin embargo, como una luciérnaga atraída por la luz, termino descubriendo un rincón casi tan apacible que podría llegar a acostumbrarme. Una eternidad en medio de los muertos, nada muy diferente a la vida que tanto desprecio.
No pasa suficiente tiempo como para recuperarme cuando unos pasos me obligan a esconderme, incapaz de soportar la insistencia de otros Lasombra que intentan arrastrarme hacia sus actos inmorales y viles. 
— Mi paciencia tiene límites. “Controla a tu chiquilla, o la próxima vez, se despedirán de Tokyo de una manera poco amistosa.” Díselo cuantas veces sea necesario.
Algo me impide escuchar la voz del otro hombre, pero podría reconocer a un Assamita en un santiamén. Sea la precisión sobre sus miradas o el aroma a muerto que les persigue, son realmente indistinguibles. Incluso si la tentación por espiar más es fuerte, me asusto rápido cuando la conversación continúa.
— Los independientes como nosotros debemos ser astutos en nuestras alianzas. La conexión con el Sabbat es simplemente un juego de intereses. No debería resultar tan complicado pedirle a una vástago tan novata que se abstenga de inmiscuirse en asuntos del Sabbat que no le competen. ¿O acaso no sabe a quién debe rendirle cuentas ahora? Hinata era lento, pero las historias que he oído de Osaka son de terror. No se puede esperar el paraíso de estos tipos. 
— Ahora bien, ¿tiene aire en la cabeza o por qué le está dando esos secretos a los Ravnos? Demasiadas ambiciones para alguien que no tiene un poco de lógica. Esa Mai debería agradecer que no la estamos matando nosotros mismos. Su sire por igual. Llámalo, búscalo, escarba donde sea necesario para que te conteste. Esto no puede quedar así. 
𝐀𝐂𝐋𝐀𝐑𝐀𝐂𝐈𝐎𝐍𝐄𝐒 𝐎𝐎𝐂.
⦾ Los sucesos narrados son de conocimiento público IC. Quien quiera jugar con esta información, puede hacerlo de la manera que mejor le sienta: adoptando las características de quien presenta esta narración, acomodando a sus personajes para que hayan sido ellos quienes también oyeron los pedazos cruciales de la información, o simplemente aceptando la información como si proviniera de una fuente externa. 
⦾ El o los usuaries de los personajes mencionados pueden utilizar esta información de forma directa o indirecta para incluirlo en sus convos, si así gustan.  
⦾ Cualquier consulta, les recordamos que estamos a su disposición y a tan solo un mensaje de distancia.
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proustian-dream · 16 days
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No escribiré a bocanadas. Lo mío será siempre concentrarme, como si estuviera para amar. ¿A quién? No sé. Lentamente hacia aquí, a contrapelo, de par en par la casa de la sombra. Sin escandir las ideas. Sin buscar otra cosa que gerundios. Con desorientación al menos grave, oscureciendo las maneras, casi categórica. Alguna vez, tal vez, podré sobrevenirme. Quién sabe si doler no es la manera de nacer de una alegría.
María Negroni, "Programa", en Archivo Dickinson
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2as2gs · 5 months
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La cura
El amor como intoxicación de belleza, empuje brutal para romper nuestro instinto a estar solos.
El amor como antídoto a la brutalidad e indiferencia de lo natural; salvación y cura contra la desorientación de la indefensión de nacer en soledad. Esperanza irracional que rescata a los únicos seres pensantes del deseo de no existir.
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tortademaracuya · 3 months
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🌻
El problema principal de Dream Diary y el manga de YN no es la necesidad que parecieran tener de "dar respuestas" tan explicitamente, si no de la perdida de ese sentimiento tan caracteristico del juego de desorientación y ramificación que fortalece la exploración de los sueños. Diría que incluso manteniendo las historias (por muy pete que sean) serían 10 veces más zafables si mantuvieran ese ambiente. La linealidad y encierro que tienen es lo que los mata, no importa cuan "bizarro" hagas los alrededores si estas al lado dandome una explicación del por qué. Por eso la novela me parece la mejor de todos los spin offs, porque aun si peca de darte la historia más rancia de lo rancio la forma en que narra y te hace visualizar el mundo es muchísimo más cercana a esta sensación onírica y desconcertante que hace a Yume Nikki tan especial.
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jartitameteneis · 7 months
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Las escenas iniciales de La noche del cazador parecen sacadas de una historia gótica sureña, pero al final se ha convertido en mucho más. Es una película rica, aterradora y brillante.
Robert Mitchum interpreta a un predicador asesino de mujeres llamado Harry Powell que viaja por el campo con la palabra AMOR tatuada en una mano y ODIO tatuada en la otra. Lo encarcelan por robo y mientras está allí comparte celda con un asesino condenado llamado Ben Harper. No mucho antes de ser ejecutado, Harper habla en sueños y revela la existencia de algo de dinero que dejó escondido a cargo de sus hijos pequeños, John y Pearl. Después de que Powell sale de prisión, se dirige a buscar a los niños y el dinero escondido.
Tiene la suerte de encontrar a los niños viviendo con su madre viuda, y más suerte aún de descubrir que ella, (interpretada por Shelley Winters), es la encarnación de la desorientación necesitada. No le lleva mucho tiempo convertirla en una fanática religiosa llena de culpa y seducirla para que se case con él. Una vez que se muda a la casa, se pone a trabajar con los niños para descubrir dónde han escondido el dinero.
Entre las cosas interesantes de La noche del cazador es que es una de las pocas peliculas noir sobre niños. La mayoría de los niños en el cine negro son accesorios, explotados como símbolos de tranquilidad doméstica. En esta película, sin embargo, los niños son un poco raros. Ni Chapin ni Bruce son "lindos" en el sentido convencional y ninguno de los dos ofrece actuaciones "lindas". La película los presenta como protagonistas de una pesadilla estilizada y, en cierto modo, La noche del cazador parece un libro de cuentos para niños, aunque sea extraño.
Considerando la trama desde el punto de vista de ellos, su padre es un delincuente ejecutado por sus crímenes. Son marginados por otros niños por este hecho. Su madre tiene buenas intenciones, pero se siente sola y triste. Entonces aparece un hombre. Se casa con su madre y se muda a la casa. Pero él siempre quiere estar a solas con ellos. Cada vez que su madre está fuera, él sube a su dormitorio. Los interroga de diferentes maneras. Pone a la niña en su regazo, casi coquetea con ella. Hace que el niño se pare en el centro de la habitación mientras le insulta. Les advierte que no se lo digan a su madre. Éste es nuestro secreto, les dice. Ella no os creería de todos modos.
Al presentar a Mitchum como el atormentador de dos niños pequeños, y hacer que se esconda detrás de su privilegio como adulto y de su privilegio como padrastro y como hombre de Dios, La noche del cazador nos ofrece quizás el primer retrato real de un abusador de menores en el cine americano. Incluso más que el papel de Peter Lorre como el asesino de niños en M de Fritz Lang, el predicador aterrorizador de niños de Mitchum es un retrato oscuro de un monstruo muy real.
La noche del cazador sitúa a este monstruo dentro de un paisaje de sombras y decorados expresionistas muy estilizado. Es un mundo completamente artificial donde incluso la naturaleza parece antinatural y donde todo está filmado para acentuar la artificialidad en lugar de oscurecerla. Esta película simplemente no se parece a ninguna otra película jamás realizada. Todo es tan falso, tan aterrador e inquietantemente hermoso que parece una película para niños dirigida por un pederasta: OZ con un mago malvado.
Como el malvado mago Harry Powell, Robert Mitchum ofrece una de sus mejores actuaciones. Esta película, junto con su trabajo igualmente aterrador como el violador Max Cady en Cape Fear, justifica que llamemos a Mitchum uno de los grandes villanos de la pantalla. Impresionante, sobre todo teniendo en cuenta que también fue uno de los grandes protagonistas de la pantalla.
Vale la pena señalar que el último tercio de la película involucra a los niños que buscan protección con una anciana interpretada por Lillian Gish. Mitchum y Gish se enfrentan al final, ODIO y AMOR luchan por las vidas de dos niños pequeños. El discurso final de Gish, en particular, parece un comentario bastante directo sobre el tema apenas sumergido del abuso infantil.
La noche del cazador fue, como es sabido, la única película dirigida por el gran actor Charles Laughton antes de su muerte en 1962. Qué pena. ¿Quién sabe qué más podría haber hecho? En cierto modo, sin embargo, este triste hecho sólo sirve para hacer que la película de Laughton sea aún más especial. No sé qué lo impulsó a hacer de esta inquietante pesadilla infantil, pero su singularidad sólo aumenta su misterio.
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misslouder · 9 months
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Sherliam!fluff
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Sherlock acaricia mucho a William. Lo hace en las mañanas, cuando aún cuando el alba roza su ventana y deja hilos dorados sobre las sábanas prístinas que han sido testigos del amor que aún hierve entre los dos. Sus dedos bailan a través de la piel pálida, dejando un camino de ligeros estremecimientos. William apenas se remueve, pero sabe que está ligeramente consciente de como empieza a rociar besos en los hombros y en su cuello. Lo oye suspirar e inconscientemente persigue el sendero de besos que caen en su espalda.
Los ojos carmesíes se abren al mundo con ligera desorientación, antes de comprender y sonreír tenuemente. Sherlock alcanza sus labios y William respira en su boca. Es cuando busca de su mano y enlaza sus dedos para establecer una conexión. Sherlock se adentra en el arco de sus piernas y la cortina negra de su cabello flanquea el rostro de su único amor. Ante la tormenta de rizos, William esboza una sonrisa. Abre más las puertas. Lo deja pasar. Lo presiona con los muslos, y Sherlock deja caer los antebrazos en las almohadas, maldiciendo.
Es una acción atrevida pero no quiere ir avanzar más. Lo de ellos sobrepasa lo carnal. Son sus almas las que quieren enlazarse. Se observan en silencio, desnudos ante la sobriedad de las sábanas, y con la promesa en los labios que se aman más allá de las palabras.
Más allá de cualquier acción, no abarca el amor que cada uno quiere profesar. No tienen que decirlo abiertamente, porque ya saben en lo que están pensando. El sol termina por invadir la habitación y la vuelve de oro. Así como había hecho Sherlock con el corazón de William.
Derritió el hielo a su alrededor y fue el viento que ahuyentó la soledad que ya tenía rostro. Deja caer sus labios sobre los de William y le sonríe.
—Buenos días, Liam. Fue una caricia de mariposa, un roce que aletea sobre sus comisuras y se aleja saltarín.
—Buenos días, Sherly —responde, levantando la mano para acariciarle su mejilla, subiendo el cuello para besarle la mejilla—. Si has avanzado hasta este punto, ¿por qué no prosigues? El susurro se deleita en su oído y debe contener un escalofrío. Ve a William sonreír malicioso.
—No quiero forzar tu cuerpo. Tendré que rechazar tu oferta, mi estimado Liam. —dice, tratando de convencerse y quiere alejarse antes que los muslos de William aseguren sus caderas—. ¿Hm?
—Creo que no he sido lo suficientemente claro en el daño que has hecho al despertarme así.
Su sonrisa se abre con bordes sinuosos y Sherlock traga saliva. Pero no puede evitar reírse, termina abrazándolo para rodar en la cama compartiendo besos ligeros y risas cortas en una cama que ha sido su nido de amor.
—Puede que considere otra ronda, después que desayunemos.
William, con su cuerpo sobre él, deja un camino de plata sobre su cuello.
—No me hagas esperar, Sherly.
Sus ojos, escarlatas como la sangre, sellan su oración como una advertencia. La mejor para empezar el día. Sin duda.
—Como ordene, su majestad.
Fin.
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kpwx · 2 months
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Y con tal fervor la había repetido, que estaba seguro de haber sido escuchado. Así, pues, mi desorientación, a medida que la gravedad se extremaba, era inmensa. Más de treces veces se leen en el Evangelio estas palabras de Jesús: «En verdad, en verdad os digo que todo lo que pidiereis al Padre, en mi nombre, os será concedido». Y cuando mi perpetua súplica salía de mi corazón, tenía yo cuidado de añadir: «Te lo pido, Señor, en nombre de Cristo, que nos dijo: “Todo lo que pidiereis al Padre, etc.”». En los últimos días, mi oración se iba volviendo imperiosa. ¡Creía yo tener el derecho de que se me oyese! Se trataba de la promesa del ser más puro, más luminoso y más grande que había pasado por la tierra. Era asunto de dignidad divina. Dios no podía dejar de cumplir la palabra del espíritu que más le ha amado y se la ha acercado más en la sucesión de los siglos: «En verdad os digo que todo lo que pidiereis al Padre, en mi nombre, os será concedido». ¡Y no fue así!
La amada inmóvil es un poemario póstumo que Amado Nervo escribió a la memoria de Ana Cecilia Luisa Dailliez, su esposa, quien murió de fiebre tifoidea en 1912. Contiene bastantes poemas, y todos son de una tristeza desesperante. Está precedido de una especie de prólogo en el que cuenta cómo la conoció y cómo fue su muerte. Yo nunca he perdido (ni siquiera he tenido) un amor de ese tipo, por lo que no puedo comprender del todo cómo debe sentirse pasar por una situación así, pero no es difícil hacerse una idea leyéndolo. Es un libro muy recomendable, al menos si se tiene ganas de sufrir un rato.
«¡Qué bien están los muertos!»
¡Qué bien están los muertos, ya sin calor ni frío, ya sin tedio ni hastío! Por la tierra cubiertos, en su caja extendidos, blandamente dormidos… ¡Qué bien están los muertos, con las manos cruzadas, con las bocas cerradas! ¡Con los ojos abiertos, para ver el arcano que yo persigo en vano! ¡Qué bien estás, mi amor, ya por siempre exceptuada de la vejez odiada, del verdugo dolor… Inmortalmente joven, dejando que te troven su trova cotidiana los pájaros poetas que moran en las quietas tumbas, y en la mañana, donde la Muerte anida, saludan a la vida!
«¡Oh, Muerte!»
Muerte, ¡cómo te he deseado! ¡Con qué fervores te he invocado! ¡Con qué anhelares he pedido a tu boca su beso helado! ¡Pero tú, ingrata, no has oído! ¡Vendrás, quizá, con paso quedo cuando de partir tenga miedo, cuando la tarde me sonría y algún ángel con rostro ledo serene mi melancolía! Vendrás, quizá, cuando la vida me muestre una veta escondida y encienda para mí una estrella. ¡Qué importa! Llega, ¡oh, Prometida! ¡Siempre has de ser la bienvenida, pues me juntarás con Ella!
«¡Qué importa!...»
¡Qué importa que no sepas cómo te sigo amando más allá del sepulcro, si lo sé yo con creces! ¡Qué importa que no escuches cómo estoy sollozando si escucho mi sollozo yo, que soy tú dos veces!
«Nadie conoce el bien»
Había un ángel cerca de mí, mas no le vi… Posó las plantas maravillosas entre las zarzas de mi erial, y yo, en tanto, estaba viendo otras cosas. Cuando, callado, tendió su vuelo y quedó al irse torvo mi cielo, mi vida huérfana, mi alma vacía, comprendí todo lo que perdía. Alcé los ojos despavoridos, llamé al ausente con un gemido, plegó mis labios convulso gesto… Mas pronto el ángel dejó traspuesto, con vuelo de ímpetu soberano, las lindes negras del mundo arcano, y todo vano fue…, ¡todo vano! ¡Quién del espacio devuelve un ave! ¡Qué imán atrae a un dios ya ido! Dice el proloquio que nadie sabe el bien que tiene… ¡sino perdido!
«Hugueana»
¡Ay de mí! Cuántas veces, arrobado en la contemplación de una quimera, me olvidé de la noble compañera que Dios puso a mi lado. —¡Siempre estás distraído! —me decía; y yo, tras mis fantasmas estelares, por escrutar lejanos luminares, el íntimo lucero no veía. Qué insensatos antojos los de mirar, como en tus versos, Hugo, las estrellas, en vez de ver sus ojos, desdeñando, en mi triste desatino, la cordial lucecita que a Dios plugo encenderme en la sombra del camino… Hoy que partió por siempre el amor mío no me importan los astros, pues sin ella para mí el universo está vacío. Antes, era remota cada estrella: hoy, su alma es la remota, porque en vano la buscan mi mirada y mi deseo. Ella que iba conmigo de la mano, es hoy lo más lejano: los astros están cerca, pues los veo.
«Unidad»
No, madre, no te olvido; mas apenas ayer ella se ha ido, y es natural que mi dolor presente cubra tu dulce imagen en mi mente, con la imagen del otro bien perdido. Ya juntas viviréis en mi memoria como oriente y ocaso de mi historia, como principio y fin de mi sendero, como nido y sepulcro de mi gloria; ¡pues contigo, nací; con ella, muero! Ya viviréis las dos en mis amores sin jamás separaros; pues, como en un matiz hay dos colores y en un tallo dos flores ¡en una misma pena he de juntaros!
«Nihil novum»
¡Cuántos, pues, habrán amado como mi alma triste amó… y cuántos habrán llorado como yo! ¡Cuántos habrán padecido lo que yo padecí, y cuántos habrán perdido lo que perdí! Canté con el mismo canto, lloro con el mismo llanto de los demás, y esta angustia y este tedio, ya los tendrán sin remedio los que caminan detrás. Mi libro solo es, en suma, gotícula entre la bruma, molécula en el crisol del común sufrir, renuevo del Gran Dolor… ¡Nada nuevo bajo el sol! … Mas tiene cada berilo su manera de brillar, y cada llanto su estilo peculiar.
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ochoislas · 2 years
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Cuando yo era más bonita, se hundían las ciudades, y el cielo azul se abría donde menos lo esperabas.
Cuando yo era más bonita muchos cayeron en torno, en fábricas, en el mar, en islas sin nombre. Perdí la ocasión de vestir a la moda.
Cuando yo era más bonita nadie tuvo detalles conmigo; los chicos sólo sabían saludar y cuadrarse, y se iban dejando atrás los bellos ojos.
Cuando yo era más bonita mi cabeza estaba hueca, mi corazón era terco, sólo mis brazos lucían morenos como las castañas.
Cuando yo era más bonita mi país perdió una guerra. «¿Pero se ha visto tal cosa?», dije remangándome la blusa, patullando la ciudad humillada.
Cuando yo era más bonita el jazz brotaba de la radio. Con el vértigo de fumar a escondidas, me atoré de dulce música extranjera.
Cuando yo era más bonita también fui más infeliz, mas absurda, y me sentí más sola que nunca me he sentido.
Por eso he decidido vivir hasta muy vieja y pintar cuadros tan bellos como el anciano Rouault de Francia.
Ibaragi Noriko
*
わたしが一番きれいだったとき 街々はがらがら崩れていって とんでもないところから 青空なんかが見えたりした
わたしが一番きれいだったとき まわりの人達がたくさん死んだ 工場で 海で 名もない島で わたしはおしゃれのきっかけを落としてしまった
わたしが一番きれいだったとき だれもやさしい贈り物を捧げてはくれなかった 男たちは挙手の礼しか知らなくて きれいな眼差しだけを残し皆発っていった
わたしが一番きれいだったとき わたしの頭はからっぽで わたしの心はかたくなで 手足ばかりが栗色に光った
わたしが一番きれいだったとき わたしの国は戦争で負けた そんな馬鹿なことってあるものか ブラウスの腕をまくり 卑屈な町をのし歩いた
わたしが一番きれいだったとき ラジオからはジャズが溢れた 禁煙を破ったときのようにくらくらしながら わたしは異国の甘い音楽をむさぼった
わたしが一番きれいだったとき わたしはとてもふしあわせ わたしはとてもとんちんかん わたしはめっぽうさびしかった
だから決めた できれば長生きすることに 年とってから凄く美しい絵を描いた フランスのルオー爺さんのように               ね
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tengomilpalabrasparati · 11 months
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¿Qué es el Síndrome de Stendhal?
El síndrome de Stendhal (también denominado síndrome de Florencia o estrés del viajero) es una enfermedad psicosomática. Causa unas emociones intensas,  elevado ritmo cardíaco, temblor, palpitaciones, vértigo y confusión cuando el individuo es expuesto a obras de arte, especialmente cuando estas son consideradas extremadamente bellas.
De manera sencilla e informal, se puede explicar como emocionarse más de la cuenta a través del arte, la arquitectura o la naturaleza.
Viene a consistir en que, a través de la percepción (sobre todo de la pintura y la música, pero también ante un paisaje natural hermoso o una construcción emblemática), sentimos tal gozo interior ante la belleza que percibimos, que entramos en un estado emocional desbordante, pudiendo la persona incluso llegar a llorar y padecer taquicardia, vértigo, confusión, alucinaciones o incluso perder el conocimiento.
Más allá de su incidencia clínica como enfermedad psicosomática, el síndrome de Stendhal se ha entendido en ocasiones como un referente de la reacción romántica ante la acumulación de belleza y la exuberancia del goce artístico.
El síndrome fue descrito clínicamente como un trastorno psiquiátrico en 1989 por Graziella Magherini, psiquiatra del Hospital Santa Maria Nuova de Florencia.
Magherini observó a 106 pacientes, todos ellos turistas, que experimentaban mareos, palpitaciones, alucinaciones, despersonalización y otros síntomas al contemplar obras de arte de grandes artistas, como las esculturas de Miguel Ángel y las pinturas de Botticelli.
Ella definía lo que aparecía en estos viajeros como «ataques de pánico causados por el impacto psicológico de una gran obra maestra y de viajar».
En relación a lo anteriormente comentado, el Síndrome de Stendhal se relaciona con el turismo de grandes ciudades con patrimonio artístico como Florencia o París, llenas de museos, edificios emblemáticos y obras de arte.
Una hipótesis de su aparición sería que al sobrecargar nuestros sentidos con una belleza que el cerebro puede percibir como desmesurada, esto provoca una reacción de desbordamiento emocional.
Así, de la misma forma que ciertos lugares o películas generan terror y sensaciones de miedo intensas, esta afección produce lo contrario en la persona. Llegando a afectar también de forma emocional y pudiendo incluso poner a prueba la salud de quien lo vive.
Al relacionarnos con el mundo, los estímulos impactan en nosotros según nuestra predisposición, la importancia que sintamos o la intensidad de los mismos.
Estos estímulos afectan a nuestro cerebro y generan reacciones en nuestro cuerpo. Logran una alteración que, de ser muy intensa, produciría cambios en las respuestas fisiológicas consideradas normales y en casos extremos incluso en la salud.
Es decir, que, aunque lo esperable sería que estos síntomas fueran causados por una vivencia desagradable o un acontecimiento negativo, también la belleza y las percepciones positivas pueden afectar a nuestro estado físico y emocional.
Dentro de los síntomas podrían aparecer:
Fatiga y cansancio.
Aumento del ritmo cardiaco.
Sensación de ahogo y presión en el pecho.
Sudoración.
Sensación de desorientación.
Mareos y visión borrosa.
Emociones extremas de alegría o tristeza.
Alteraciones en el pensamiento, como delirios o alucinaciones.
Ansiedad y sensación de estrés descontrolado.
Síncopes.
El síndrome de Stendhal recibe el nombre por el escritor Marie-Henri Beyle, cuyo pseudónimo era Stendhal.
Stendhal, un autor francés del siglo XIX, describió su experiencia con este síndrome en su libro “Roma, Nápoles y Florencia”.
Cuando Stendhal paseaba el 22 de enero de 1817 por la basílica de la Santa Cruz en Florencia y comenzó a sentir mareos y palpitaciones, no sabía que estaba creando un síndrome que aún es padecido a día a hoy.
En dicha visita, Stendhal se sintió asombrado por la magnífica belleza de la basílica, pero también enfermó físicamente y su inesperada y accidental reacción le impactó.
Años después, la descripción de este síndrome alcanzó la gran pantalla. Así, en 1996 se estrenó una película italiana con el nombre de "El síndrome de Stendhal", distribuida en España como "El arte de matar", escrita y dirigida por Darío Argento y protagonizada por su hija Asia Argento.
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ℜ𝔬𝔰𝔞 🖤
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magneticovitalblog · 1 year
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Estar Perdidos en la Vida
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En los senderos oscuros de la vida, donde el alma se pierde y se confunde, buscamos sin cesar una salida, en el laberinto eterno que se funde.
¿Por qué, acaso, estamos tan perdidos, entre los sueños rotos y los miedos? Como barcos sin rumbo, derretidos, en los abismos de nuestros desvelos.
Las calles se tornan laberintos, donde el tiempo se pierde en el olvido, y el corazón se llena de lamentos, mientras el alma busca su sentido.
En la quietud de la noche estrellada, buscamos respuestas en lo profundo, y el eco de nuestras voces apagadas, nos susurra verdades en este mundo.
A veces, la melancolía nos abraza, y el desasosiego nubla nuestra mente, pero en cada derrota, aún hay esperanza, para encontrar el camino que nos oriente.
En el amor, hallamos una luz brillante, que ilumina los pasos que hemos dado, y aunque el dolor nos golpee implacable, el amor nos levanta, siempre a su lado.
Entonces, en cada desorientación, en cada momento de incertidumbre, recordemos que en el amor hay redención, y que nuestros sueños pueden renacer en la cumbre.
Perdidos estamos, sí, en ocasiones, pero siempre hay un sol que nos ilumina, y en el abrazo cálido de las pasiones, nuestra alma herida se cura y se fascina.
Así, navegamos por los mares de la vida, con el corazón lleno de valentía, y aunque estemos perdidos en la partida, encontraremos el amor y la alegría.
Pues, en los momentos de más oscuridad, es cuando nuestra luz brilla con mayor intensidad, y aunque a veces perdidos podamos estar, encontraremos nuestro rumbo, sin temer a la adversidad.
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notasfilosoficas · 9 months
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“Ser de la izquierda es, como ser de la derecha, una de las infinitas maneras que el hombre puede elegir para ser un imbécil“
José Ortega y Gasset
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Fue un filósofo y ensayista español, nacido en Madrid en mayo de 1863, exponente principal de la teoría del perspectivismo.
Nació en el seno de una familia madrileña acomodada, era hijo del escritor y director del periódico “El imparcial” José Ortega Munilla, quien a su vez, su padre había sido el fundador del periódico, por lo que se crió en un ambiente culto vinculado al mundo del periodismo y de la política.
Estudió en la universidad de Deusto en Bilbao, y prosiguió en la facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Central de Madrid. 
En 1904, obtuvo su doctorado en Filosofía y entre 1905 y 1907 realizó estudios en Alemania, en donde se vio influido por el neokantismo de Hermann Cohen y Paul Natorp. De regreso a España, es nombrado profesor de psicología, lógica y ética en la Escuela Superior de Magisterio de Madrid, y en 1910 gana por oposición la cátedra de metafísica.
Cuando comenzó la guerra civil española en 1936, estuvo en el exilio, primero en Paris y luego en los Países Bajos y Buenos Aires, hasta fijar su residencia en Lisboa en 1942. Regresa a España en 1945 para fundar un Instituto de Humanidades.
Ortega y Gasset ejerció una gran influencia en la filosofía española y en la filosofía iberoamericana del siglo XX, tanto por su obra filosófica como por su estilo literario ágil.
Como exponente de la teoría del perspectivismo o “doctrina de la vista”, sostiene que toda percepción e ideación es subjetiva. El individuo mira desde un punto de vista concreto, en una dirección propia.
Para Ortega, la perspectiva es la forma que adopta la realidad para el individuo. Esto no le hace caer en el subjetivismo, pues para él, cada sujeto tiene su propia forma de acceder a la realidad, su propia parte de verdad, que puede ser incluso contradictoria con la de los demás. Esta doctrina, se basa en que el carácter situado en el conocimiento humano, implica que conocer un objeto, es siempre conocer la perspectiva concreta y limitada del objeto, no estrictamente el objeto en su totalidad, por lo que todo conocimiento exige siempre ser completado.
Para Ortega, la finalidad que busca el conocimiento, es otorgar un suelo firme y seguro a la vida, es decir, una interpretación de la realidad que convierta el caos inmediato en una forma estable y predecible, con la finalidad de salvar al hombre de la situación de desorientación y evitar que se sienta perdido en el mundo, todo esto, a través del conocimiento, cuyo ejercicio solo tiene sentido a la luz de este problematismo esencial de la vida.
Importantes discípulos suyos fueron José Gaos, Manuel Garcia Morente y Xavier Zubiri entre otros muchos.
Tras la guerra civil, la recepción del pensamiento de Ortega sufrió muchas dificultades, fue objeto de duras e intensas campañas de desprestigio y critica que veían en él la causa de todos los males que habían acaecido en España en esos años. En las décadas de los 60 y 70 fue poco el interés por sus escritos, sin embargo a partir de los años 80, surgió un despertar hacia su pensamiento y obra que desató nuevas ediciones de sus escritos.
Ortega y Gasset falleció en octubre de 1955 en Madrid a la edad de 72 años.
Fuente: Wikipedia
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revistapipazo · 6 months
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Historias de Mierda (Reloaded)
En mi colegio era habitual que una o dos veces al año se realizaran los llamados “seminarios”, que consistían en un paseo por el fin de semana de todo el nivel a la playa, a algún complejo turístico de nombre mierdoso como Guaylandia, Guayápolis, El Tabito, o algo por el estilo.
En teoría, la idea de estas instancias era compartir entre compañeros y profesores, tener algunas charlas de desorientación sobre drogas, alcoholismo, sexualidad y temas de ese tipo. Sin embargo, la realidad era que se comía como cerdo (ya que todos llevábamos mierdas para comer), se echaba la talla, se contaban chistes cochinos, se tomaba a escondidas y se jugaba a la pelota el 90% del tiempo. Y cada vez que tocaba una de esas charlas culiadas o alguna actividad como esas dinámicas de mierda de tirarse un ovillo de lana y decirse weas políticamente correctas, el objetivo era hacerla lo más corta posible para ir a seguir invirtiendo el tiempo en lo que sí valía la pena.
En una ocasión nos tocó ir a Guayápolis, lugar de mierda en el cual no todas las cabañas tienen baño (al menos en ese tiempo era así). Ergo, los poco afortunados que al momento de la repartija de cabañas (al llegar allá) quedaran en una de esas sin salón guáter, estaban obligados a ocupar los servicios higiénicos colectivos, i.e., cagar en los baños comunes.
Como la vida es culiada, obviamente me tocó en una cabaña sin baño. Una vez que estuvo designada la distribución de los pendejos, fui a reconocer terreno: me di una vueltita por el mentado baño común para saber en qué clase de adefesio tendría que posar mi bella y pulcra raja aquel fin de semana. Al llegar a dicho lugar, mis peores miedos se hicieron realidad: la wea era repugnante, realmente repelente. Los guáteres estaban inmundos y llenos de restos de fecas, el piso todo mojado con pichi, las duchas no tenían ni cortinas ni separador ni niuna wea (díganme la wea que quieran, pero si hay una wea que no soporto es tener que ducharme con 100 weones alrededor tasando mis glúteos y mi imponente anaconda albina). Las weas eran como en Trainspotting cuando el culiao caga en ese baño infinitamente cerdo mientras dice “este debe ser el baño más asqueroso de Escocia”, y se le va por el wáter el supositorio con heroína, y el weon se mete entero adentro del wáter para rescatarlo. Mala la wea de baño.
El escenario era adverso, y recién estábamos a viernes pasado el mediodía. Quedaban más de 48 horas de paseo, así que de inmediato elaboré mi plan de contingencia: nada de frutas, nada de verduras, nada de leche, nada de cereales, etc… es decir, nada que me hiciera querer cagar.
Digamos las weas claras, yo sé lo que ud., mi iletrado, no-querido y primate amigo lector está pensando ahora: si mi plan hubiera funcionado esta historia barata no tendría razón de ser. Déjenme decirles amigos, que están completamente en lo cierto. Obviamente mi plan se fue a la cresta bien pronto porque a las 2 horas de ese evento ya me estaba bajando un peristáltico del averno ante el cual no pude oponer resistencia alguna.
Por suerte mi mamá me enseñó que weon precavido, no tiene que sacrificar calzoncillos, por lo que fui a mi mochila y saqué el rollo de confort que sabiamente había llevado para el fin de semana. Fui al puto baño común, ingresé en el guáter que parecía menos inmundamente asqueroso, y con el extremo cuidado de que mis pantalones no tocaran el suelo lleno de pichí y que mis preciadas nalgas no hicieran contacto con la abominable estructura cerámica, procedí a despojarme de aquella fragante materia café sobrante de mi organismo.
Requirió su dosis de esfuerzo la operación, no voy a negarlo, pero finalmente resultó. Y además me tuve que mamar las burlas de mis compañeros al notar que había un weon cagando, ya que todos los culiaos se paseaban por ahí a mear o tomar agua (ya que estos baños estaban estratégicamente ubicados en la mitad de TODO). Finalmente me retiré a mis aposentos satisfecho, no sin antes pasar a desinfectarme entero.
Las siguientes horas transcurrieron con relativa normalidad, sin embargo al día siguiente (sábado), nuevamente me dieron ganas de echar la nutria. Como lo del día anterior había sido suficientemente traumático, no tenía ninguna intención de enchapar de nuevo en ese baño nauseabundo, así que le comenté a Matias que estaba que me cagaba pero que no quería aplicarme en el baño común por lo tóxico de este, así que me dijo:
-Pero weón, no hay pa que cagar en ese baño culiao inmundo. Haz como yo: CAGA EN UNA BOLSA
Le dije “cómo en una bolsa? Así como una de supermercado?”, y me dijo “sipo weon, una de esas, o no se, la que tengai… grande si po weon, cagai ahí, en la cabaña, y de ahí la tirai en alguna parte”.
No sonaba mal la idea: tenía bolsas, confort para limpiarme, un desodorante ambiental, y además era bastante factible disponer de toda la intimidad de la cabaña para mí solito, ya que la compartía solamente con 2 compañeros más, que eran bastante fáciles de echar pa’fuera.
Igual la pensé. Es que tampoco es llegar y cagar en una bolsa, al principio no me creí capaz de hacerlo. La pensé un rato, pero llegó un momento en el que la situación se hizo insostenible: las ganas de evacuar al moreno crecían exponencialmente conforme al paso del tiempo y en cualquier momento mi esfínter anal se vería vencido. No podía esperar más, estaba a punto de ser doblegado. Pesqué el confort e intenté repetir la hazaña del día anterior. Corriendo fui al baño común, mas noté que las weas no las habían limpiado en todo el día (o sea si el viernes ya estaban repelentes, imaginen con 24 horas más de uso de 70 pendejos cagones + profesores hediondos + personal indeseable del complejo + uno que otro perro/gato/guarén que debe haber meado o cagado por ahí), y mi instinto de supervivencia me indicó que era preferible aguantarse las ganas que cagar en esa horripilancia de baño.
No me quedó más alternativa entonces. Fui a pedirle la llave de la cabaña al compañero que la tenía, le pedí que no fuera a huevear durante un buen rato, y me encerré.
Situé todos los implementos de manera que me quedaran a la mano, me baje los pantalones y me puse en posición de “monjitas cagando en misa” (si ud no jugó al Burrito cuando pendejo entonces púdrase!!!) sujetando la bolsa por los mangos o orejas o como se llame, con las dos manos. Una vez finalizada mi obra, me limpié, eché como 10 kilos de desodorante ambiental, amarré bien la bolsa con un nudo ciego terrible apretao y salí de la cabaña.
El destino de la bolsa: una quebrada que había por ahí, más o menos alejada de las cabañas.
Sintiéndome más liviano que un átomo de hidrógeno, me dediqué entonces a disfrutar del fin de semana junto a mis compañeros. Después de todo, no había sido tan malo cagar en una bolsa. Es más, “hasta la haría de nuevo si me dan ganas”, pensé.
Como yo soy un hombre que cumple con lo que planifica, al día siguiente (domingo), desperté por la mañana sintiendo la presencia de un contundente zurullo en mis entrañas. “A buscar una bolsa” me dije. Para obrar nuevamente, esperé a que llamaran a desayunar y así mis compañeros de cabaña me dejaran solo, además de saber que no habría nadie afuera hueveando.
Esperé entonces la hora del desayuno, y cuando se fueron todos, yo me quedé solo en la cabaña con cualquier excusa huevona. Repetí el procedimiento del día anterior. Estaba de lo mejor despojándome del mojón que se alojaba en mi ser, cuando de repente golpean la puerta a través de fuertes golpes de puño:
-(PAM PAM PAM) HAY ALGUIEN AHÍ???
CONCHETUMARE!!!!! Era la voz de nada más ni nada menos que del Inspector Zúñiga, que siempre acompañaba en estos seminarios como parte de la comitiva. El Sr. Zúñiga ostentaba el no despreciable puesto de Inspector General del colegio. Cargo que ejercía de manera implacable ante las faltas de conducta y disciplina.
-(PAM PAM PAM) SEÑOR BIG FAT JEWISH, ESTA AHÍ DENTRO?!?!?
Por la puta y la reputa. Pensé en hacerme el weon, mas no tenía sentido esconderme. “Sí profe, estoy aca dentro, salgo altiro!!!”
-¿Y POR QUÉ DIABLOS NO ESTÁ EN EL COMEDOR TOMANDO DESAYUNO? QUE ·$%·$&·%” ESTÁ HACIENDO??? ABRAME LA PUERTA DE INMEDIATO!!!!!!!
Por la grandiosa reconchesumadre… estaba entre el mojón y la pared. “Si profe, si salgo altiro altiro!!! Y voy al comedor a tomar desayuno, en dos minutos estoy alla!!!!!”
-NO SEÑOR, ABRAME LA PUERTA DE INMEDIATO!!!!!!!!!
Nada que hacer. Le tuve que abrir la puerta con los pantalones a la rodilla, subiéndome los calzoncillos, mientras trataba de ocultar el testimonio (o sea la bolsa con caca).
Como la vida no es ni como las teleseries ni como las películas, el Inspector Zúñiga cachó todo el mote al toque, logró encontrar la bolsa y la subida y bajada no se dejó esperar.
Como no quiero autohumillarme, no voy a repetir el sermón ni el rosario que me profirió dicho caballero. Solamente diré que, luego de hacerme ir a botar la bolsa al contenedor de la basura, me interrogó como el más cabrón de los ratis, con lo que me terminé de cagar y confesé que en realidad había hecho lo mismo el día anterior y que había lanzado la bolsa en una quebrada de por ahí.
Cual operativo policial de reconstitución de escena, el inspector me llevó a la mala a buscar la bolsa para tirarla al contenedor de basura casi que de la oreja el culiao. El problema es que había pasado tanto rato que los demás weones ya habían terminado de desayunar y estaban dando vueltas por el complejo vacacional. Lo que sigue es más que evidente: yo recorriendo la quebrada, humillado y avergonzado, con el culo mal limpiado, sin haberme lavado niuna presa y sin siquiera haber desayunado (a esa altura ya había cooperado con el desayuno y tenía que esperar hasta llegar a Santiago para comer alguna wea), con el inspector detrás de mí, preguntándome cada 5 minutos “¿veis tu bolsa con caca?”, y mis 90 y tantos compañeros mirando atrás ultra cagados de la risa.
Finalmente logré encontrar la bolsa, y la tomé para tirarla a la basura, y toda esta lección de moral, higiene y costumbres sanitarias y fisiológicas culminó con un “ahí es donde se caga” por parte del Sr. Zúñiga cuando pasamos por fuera de los baños comunes.
¿Y el bullying posterior respectivo?, se preguntarán ustedes… no señores, no hubo tal, ya que cuando el funcionario escolar me dirigió esa última reprimenda, no me quedé callado. Había sido más humillación de la que creí merecer, así que en un acto de valentía y heroísmo que ninguno de mis compañeros había intentado antes, le contesté y lo desafié: “no se puede usar, es asqueroso, prefiero volver a cagar 100 veces mas en una bolsa antes que entrar a usar uno de esos wáteres de mierda!!!!”.
Los ojos del férreo inspector se encendieron ante la insolencia del alumno. Se venía una pará de carros colosal. En ese momento temí, y pensé que había terminado de venderla, pero inmediatamente caché que era matar o morir: “pase pues, pase usted y vea estos baños que tuvimos que usar”. El Sr. Zúñiga no parecía dispuesto a seguir órdenes de un pendejo culiado como yo, mas en ese momento todos mis compañeros que estaban sapeando la escena se cuadraron conmigo. “Oiga sipo profe, vea como están las cagas de baño”, “no se pueden ni usar”, “son como el pico, están todos cochinos”, “como nos traen a estas cagas de cabañas”, “las teleseries del 13 valen callampa”, y un sinnúmero de quejas ante las cuales el funcionario colegial no quedó indiferente. No le quedó más remedio que entrar, topándose con un escenario digno de baño de estadio boliviano sin agua hace 3 meses.
Su derrota era inminente. Había sido una suerte de rebelión mierdera estudiantil. El Inspector Zúñiga masculló la rabia, nos dijo algo como “ustedes vayan a sus cabañas a preparar sus bolsos para irnos” y se fue.
Esta vez fue el alumno el que derrotó al maldito inspector. Y como un ícono de la victoria, tomé mi bolsita de mierda que no alcancé a botar, y la fui a lanzar nuevamente a la quebrada
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