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#copa de vidrio
wgm-beautiful-world · 7 months
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lilicreativa · 10 months
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trofeoscastro · 2 years
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trofeoscastro
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caostalgia · 1 year
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Definitivamente, la persona que eres, no se parece en nada a la que yo armé de ti. Por mí, estabas hecho a mano; en serio. Sin embargo, a mí vista y desde mi óptica, obvié que una mínima fisura irreparable -tal vez, hasta sin importancia- lo mandaría todo al demonio. La falla aparece cuando te excusas en ser malo porque así te trataron a ti y creí que eras mejor que eso, amor.
No, no eras perfecto ni tú ni la imagen que cree de ti y cuando la muralla de copas de vidrio, acabó como trizas sobre la mesa, se desperdigó también la invaluable mejor versión de ti, que jamás conocerás. Te centras en repetir los errores de los que fuiste presa y ahora te apetece ser hostigador.
La fisura cobra sentido al ser opuestos: te sientes con permiso a cortar porque fuiste herido mientras yo, pese a las lastimaduras, interpreto que se puede coser a los demás y se equilibra el destino.
-Cinthyacabalga
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sigelfire · 6 months
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#SOYCOMOQUIEROSER: DIEGO LUNA
Checa todas las confesiones que nos hizo el actor
Revista moi - 2018
1. ¿Qué película y qué libro recomiendas? Pues llevo un rato viendo puras películas infantiles, jajaja, pero recomendaría Captain Fantastic y el libro Canción de tumba, de Julián Herbert.
2. ¿Para qué eres buenazo, que sea diferente a lo que te dedicas? Pues, me gusta mucho cocinar y es algo a lo que le dedico mucho tiempo, pero tengo bastante que aprender.
3. ¿Qué es lo que más te ha costado aprender en la vida? A decir que no. Muchas veces me hallo en situaciones que digo, “qué fácil hubiera sido decir que no desde el principio”, y termino siempre siendo un facilote. Mis amigos dicen que tengo el “no” fracturado.
4. El taco perfecto es… ¡Uff! El que es con tortilla hecha a mano, porque lo que trae adentro, pues no voy a escoger, si la maravilla es que tenemos tanta diversidad; pero si la tortilla está hecha a mano, siempre es mejor.
5. ¿Cuántas veces te han roto el corazón? Uuuy, varias. Una bien, porque ya después uno aprende. Pero esa sí en cachitos, como las copas de vidrio muy finito. Es un rico ejercicio aventarse, atreverse, no entrarle con miedo.
6. ¿Aprendiste algo? Que en las relaciones hay una cosa maravillosa y mágica que cuando las cosas se dan, parece que es por arte de magia; pero si intentas, luchas y te aferras, el final siempre es catastrófico. Yo me aferré mucho tiempo y pagué las consecuencias.
7. ¿A qué huele tu coche? Depende, jajaja. La semana que mis hijos están conmigo, a una cosa que se llama slime, que los trae vueltos locos, que huele como a detergente y pegamento espantoso. Entonces, a eso huele una semana sí y una no.
8. ¿Qué defecto te quitarías? Varios, varios. Sobre todo en mi trabajo, soy muy controlador, muy aprensivo, me gustaría saber soltar. Pero tengo muchos otros defectos.
9. Superhéroe favorito: Deadpool
10. ¿Qué reglas siempre desobedecen tus hijos? Mmm, no despertarme en la mañana cuando tengo llamado nocturno.
11. Grosería favorita: Las uso casi todas, jajaja, no tengo preferencia. Pero la que más uso sería… pinche.
12. Tu peor hábito: Fumar. Es algo que quiero dejar pronto, aunque todavía no me he atrevido a hacerlo, y comer mucho, soy un glotón.
13. ¿En qué eres épicamente malo? En el karaoke. No se me da. No es la cantada, ya hasta en una película canté, solo me da un pánico escénico impresionante. Es un tema de exposición, de vulnerabilidad. Casi nada me da pena, pero cantar en un karaoke ni muy borracho lo hago con seguridad.
14. ¿Qué pregunta te choca que te hagan? Si estoy saliendo con alguien o no. Más porque cada vez se ponen más ingeniosos en la forma en la que preguntan. Pareciera que tiene que ver con otra cosa y, de repente, dices, ¡ay, cabrón! Si contesto eso estoy diciendo si tengo novia o no. Digo, no es tan grave tampoco.
15. Tu peor miedo: No poder estar ahí acompañando a mis hijos en ese proceso de entender este lugar en el que viven y crecen. A no estar presente. Yo no tenía ese miedo hasta que nacieron.
16. ¿Qué le deseas a México? Empatía, paz y conciliación entre los ciudadanos.
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English translation:
#I AM AS I WANNA BE: DIEGO LUNA
Check all the confessions that the actor made to us
Moi Mag - 2018
1. What film and what book do you recommend? Well, I've been watching only children's movies for a while, hahahah, but I would recommend Captain Fantastic and the book Tomb Song, by Julián Herbert.
2. What are you good fot, that is different to what you do? Well, I love cooking and it's something I dedicate a lot of time to, but I have a lot to learn.
3. What has been the most difficult thing for you to learn in life? Saying no. Many times I find myself in situations where I say, “how easy it would have been to say no from the beginning,” and I always end up being a pushover. My friends say that my “no” is fractured.
4. The perfect taco is… Phew! The one with a handmade tortilla, because what's inside, well, I'm not going to choose, cause the wonder is that we have so much diversity; but if the tortilla is made by hand, it is always better.
5. How many times have you had your heart broken? Wow, several. Very well (broken) once, because later you learn. But that one time, in little pieces, like those very thin glasses. It is a rich exercise to go for it, to dare, not to get into it with fear.
6. Did you learn something? That in relationships there is a wonderful and magical thing, that's when things happen it seems like it's a work of magic; but if you try, fight and hold on, the end is always catastrophic. I held on for a long time and paid the consequences.
7. What does your car smell like? It depensa hahahah. The week that my children are with me, to something called slime, which drives them crazy and it smells horrible, like detergent and glue. So, that's what it smells like every other week.
8. What defect would you remove yourself? Many, many. Especially in my work, I am very controlling, very apprehensive, I would like to know how to let go. But I have many other defects.
9. Favorite superhero: Deadpool
10. Which rules do your children always disobey? Errrhmm, not waking me up in the morning when I have to work at night.
11. Favorite swearing: I use almost all of them, hahahah, I don't have a preference. But the one I use the most would be… "pinche" (it's an adjective and it was translated as "damn" or "fucking"...).
12. Your worst habit: Smoking. It's something I want to quit soon, although I haven't dared to do it yet, and I eat a lot, I'm a glutton.
13. What are you epically bad at? Karaoke. I can't do it. It's not the singing thing, I even sang in a movie... it just gives me incredible stage fright. It is a matter of exposure, of vulnerability. Almost nothing makes me feel ashamed, but I can't sing karaoke even when I'm very drunk.
14. What question bothers you when they ask you? Whether I'm dating someone or not. Moreover because they are getting more and more clever in the way they ask. It seems like it has to do with something else and, suddenly, you say, oh, bastard! If I answer that I will tell if I have a girlfriend or not. I mean, it's not that serious either.
15. Your biggest fear: Not being able to be there accompanying my children in that process of understanding this place where they live and grow. To not being present. I didn't have that fear until they were born.
16. What do you wish for México? Empathy, peace and agreement among its citizens.
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ocasoinefable · 5 months
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Contaba los botones que habían guardados desde mi bisabuelos en un frasco de vidrio, con una tapa decorada con dibujos hechos en papel y una cinta en forma de moño a su alrededor. Habían. Botones tan pequeños como el piecito de una bugambilla, habían botones tan grandes como una hoja de limón, habían de color claro y unos con pintas. De la nada comencé a llorar, solo caían las lágrimas sin detenerse, entre un sabor al tostado del café y la tierra mojada. Mire el humo salir de la chimenea, la sombra del árbol tocar las tablas como si tuviera flores en su copa. Y espere a que dejara de caer lágrimas de mis ojos, para volver a cerrar el frasquito y salir a correr tras la luna ..
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quinnxxa · 2 years
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medieval party ;;
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todavía no puede creer que está ahí, su suerte es increíble, tuvo que releer la invitación mil veces para asegurarse de que no había ningún error. ¡pero era cierto! ¡era su nombre escrito ahí! y ahora que se encuentra en el castillo lo confirma. va caminando, prestando atención a cada detalle de esa fiesta, cuando de repente se choca con un mesero que traía un par de copas. el desastre es el único desenlace: liquido por todas partes, algunos vidrios rotos.. “lo siento, lo siento” hasta ahí su increíble suerte…
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kadnz · 1 year
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@n-0zomis ha dicho: no sabes lo que me ocurrió ayer.
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mueve el vaso de cristal de un lado a otro, causando que los hielos dentro del mismo tintinean al golpearse contra el vidrio y entre ellos. se acabó el whiskey antes de que puedan derretirse, ahora solo espera por la aparición del bartender para rellenar la copa. ' ser adivino no está entre mis talentos ' replica con una muy leve sonrisa fantasmeando en sus labios. ' ¿qué pasó? '
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joseandrestabarnia · 7 months
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Título: Copa cabeza de toro con forro separable Artista/Creador: Desconocido Fecha: 100-1 a. C. Medio: Plata con hoja dorada Dimensiones: 9 × 12,1 × 10,7 cm, 0,274 kg (3 9/16 × 4 3/4 × 4 1/4 pulg., 0,6041 libras) Lugar: Grecia oriental (Lugar creado) Cultura: griega oriental Número de objeto: 87.AM.58 Inscripción(es): Inscripción que indica el peso del objeto: 67 dracmas. Títulos alternativos: Copa en forma de cabeza de toro
Con la forma de una cabeza de toro joven, esta copa se compone en realidad de dos piezas: el cuerpo exterior con forma y un forro interior extraíble. El cuerpo exterior fue martillado a partir de una sola hoja de plata con detalles repujados y estampados. Los cuernos, la boca, la guirnalda y los conductos lagrimales de los ojos están dorados, mientras que el resto de los ojos estaba incrustado con pasta de vidrio. La guirnalda atada al cuello y el dorado de los cuernos marcan a este toro como animal de sacrificio.
En el período helenístico, el uso de lujosas vajillas de oro y plata era una característica de la vida aristocrática. Las vasijas opulentas que combinaban plata y oro para el contraste de color, como esta copa, eran especialmente deseables. Aunque se conocen muchas vasijas en forma de cabezas de animales o con revestimientos separables, esta vasija, con su combinación de estos elementos, es única.
Información e imagen de la web del Getty Museum.
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relatosmaricas · 8 months
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Una pieza de Jazz
Puso un elepé de Nina Simone, prendió un cigarrillo y caminó hasta la cocina dando brinquitos al ritmo de la música, en una pantaloneta holgada que ya estaba roída por unos diez o quince años. Estaba durísimo. Durísimo estaba sonando el elepé un miércoles a plenas ocho de la mañana. Los vecinos pensarían que estaba borracho, pero estaba feliz.
Sacó un par de huevos de la canastilla y los soltó en una cacerola. Los miró freírse con el intenso calor de la estufa y recordó en ellos ese par de pezones rosados que le habían volado la cabeza. Miró hacia los vidrios de la ventana y viajó al momento en el que los dedos de Jazz se deslizaban a través del cristal, mientras él le daba su merecido. Qué rico. Pensaba, mientras ponía el café y los huevos acababan de hacerse en el fogón.
La puerta del cuarto estaba entreabierta. Daba la sensación de que todavía había alguien allí, pero la cama estaba revuelta y aparentemente vacía. Apenas se asomó la cabeza del gato entre las sábanas, revoloteando como solía hacer en las mañanas, mientras Felipe se comía el desayuno. Los huevos estaban en su punto y él estaba durísimo, como la música jazz que sacudía las paredes de la pequeña habitación en el centro de la ciudad.
Si alguien pudiera alzarse a la altura de quince pisos, habría visto a Felipe acariciando su bulto palpitante, con las ventanas abiertas de par en par. Murmuraba entre dientes y gemía como no lograba hacerlo delante de nadie más, mientras la creciente humedad de sus fantasías inundaba las yemas de sus dedos. Sonaba Sinnerman y se desprendía un fuerte olor a café hirviendo que hizo que Felipe se levantara para apagar el fogón. 
Con los dedos todavía untados de sus mieles y las nalgas desnudas hasta la mitad, miró hacia el sillón que estaba junto al teléfono y pensó en Jazz, postrada de espaldas, ofreciéndole sus caderas para introducirse en ellas y perderse del mundo hasta que la explosión de los dos les trajera de regreso.
Siempre que se clavaba en los recuerdos, su mente volvía a ese febrero del 87 y pensaba en la llamada que había recibido cinco horas antes de que Alex estuviera parado en su puerta, con una botella de tequila y una maleta con la ropa de apenas un par de días. La voz de Alex se escuchaba nítida en los recuerdos de Felipe. —¿Te acordás?—, le decía, mientras servía las dos primeras copas de la noche. —¿De qué?—, contestaba Felipe, cuando todavía podía declararse inocente. —De nosotros—, acentuaba Alex, con sus ojos de ámbar clavados en los de Felipe. —De nosotros cuando éramos niños y nos comíamos la boca—. Felipe lo miró aterrorizado. Por supuesto que lo recordaba, pero más con un cierto remordimiento que rayaba en el horror. Fueron muchas las veces que se preguntó por lo que había pasado con Alex. Solo tenían doce años. Eran un par de niños. Felipe nunca había sentido algo por un hombre. La masculinidad le resultaba eróticamente repulsiva. —Soy heterosexual—, se apresuró a responder Felipe con un ligero titubeo. —Lo sé—, le tranquilizó Alex, mientras le ofrecía su copa para brindar. —Siempre lo has sido—, continuó Alex, mientras se quitaba el abrigo y le hacía una poderosa revelación. Una camisa delicada y diminuta vestía su dorso, exponiendo sus clavículas y la pronunciada profundidad de su cintura. La tela dejaba entrever el contorno de sus pezones, que se asomaban como dos pequeñas frutas prohibidas que Felipe no podía dejar de mirar. Sonaba el mismo elepé de Nina Simone, con el volumen adecuado para que solo los dos pudieran escucharlo. 
Felipe tragó saliva. Sintió que iba a explotar y que una parte de él iba a salir disparada hacia la pelvis de su amigo de la infancia. Veía de nuevo el brote de sus pezones, recostados sobre un par de bultos pequeños que apenas se estaban formando, pero que sin duda habían estado allí toda la vida, esperando el momento de su exquisita maduración. 
Alex le miraba desde la barra de la cocina, con su copa de tequila a medio acabar. Su figura casi femenina se acercaba voraz hacia la boca de Felipe, que la recibía sin prevenciones, invadido por un frenesí que iba más allá de la excitación física. Casi. Ese era el detalle que zumbaba como el aleteo de una avispa agresiva en la cabeza de Felipe. Sonaba la música jazz. Los cuerpos se unían en un abrazo violento y se desprendían de las telas para salpicar el lienzo de las pieles. De pronto sus miembros se encontraron incómodamente erguidos entre las caricias. —No lo tienes que mirar—, le dijo Alex, mientras se ponía de espaldas sobre el sillón y le enseñaba el camino hacia sus glúteos. Sonaba Revolution y Felipe embestía con fuerza a la mujer que deslizaba los dedos a través del cristal en la ventana. Saboreaba los colores de las pecas de su espalda y se fundía en decenas de constelaciones que se iban formando con cada beso. Las manos inquietas de Felipe recorrían el delicado cuerpo de Alex desde su esbelta cintura hasta los retoños de sus pechos, para apretarlos sedientas, tratando de extraer sus jugos naturales.
Pequeños gemidos brotaban de los labios de Alex, que había dejado de ser él para convertirse en Jazz y fundirse con la música del elepé. Sonaba To Love Somebody, mientras las lágrimas recorrían el rostro de Jazz, hecha mujer. La cruda respiración de Felipe resonaba tan fuerte que sacudía los cuerpos de los dos en una misma frecuencia. —But I am a woman—, dice la canción. —Can’t you see what I am?—, canta entre dientes Jazz, mientras se aferra con fuerza al pecho de Felipe, que la contiene en su embriagante calidez. Es febrero del 98. Suena To Love Somebody y Felipe está feliz de recordar a Jazz, la mujer que estuvo a punto de matar a golpes en el 87. La de los ojos de ámbar que se apagaron en llanto, mientras sonaba esa canción. La que salió esa noche con la cara reventada y el alma vuelta mierda. La que se salvó porque Felipe alcanzó a ver en su rostro moribundo la imagen de su amigo de la infancia. La que de otro modo habría muerto, cuando apenas se estaban asomando sus primeros sueños de mujer. La de los besos de tequila y la piel de caramelo, que Felipe jamás iba a volver a ver, ni a sentir, ni a tocar. Salvo por esa pieza. Esa remordida pieza de Jazz. La que se despidió esa noche, sin hacerlo. Y para siempre.
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wgm-beautiful-world · 10 months
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notagusshtina · 1 year
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"Descanso necesario"
- Soft? Hurt/Confort?
- Basado en el directo de hoy 21/10/22
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Luego de estar más de dos horas hablando con aquel muchacho, Volkov se sentía a punto de explotar, estaba harto de escucharle decir que eran unos pecadores, que él solo cumplía con su deber, que las víctimas tenían las culpa, entre otras sin sacar ninguna información coherente o útil. El sujeto era un toca huevos de primera y no sabía si era adrede o simplemente era un imbécil de pies a cabeza. Con un gesto hizo que los agentes lo mandarán a las celdas de la sede, ya mañana se encargarían de él nuevamente.
Suspirando con pesadez se deja caer sobre el asiento de piloto del patrulla, ya había salido de servicio, por hoy había cumplido bastante con su labor como para seguir en si oficina haciendo papeleo. Tomando su celular se dedica a buscar una buena cena para él y Horacio, no le apetecía cocinar mucho, y definitivamente no dejaría que el moreno lo hiciera, luego de su pequeño desmayo haría todo lo posible para que descansará la mayor parte del tiempo que pudiera. Sabía que no solo había sido el gas, podía oírlo en su voz, y como bien ciego que era decidió dejar pasar el asunto, aunque no lo olvidaba, lo tenía presente en su mente, analizando cada paso que daba su pareja, preocupado de que se volviera a desplomar.
Su mente siguió divagando sin que él se diera cuenta hasta que una voz muy conocida y amada, lo saco de su pequeña ensoñación — ¿Vamos a pedir hamburguesas? —Pregunta el de cresta apoyando suavemente su mejilla en el hombro del ruso, mirando la pantalla con curiosidad, siendo que efectivamente había una gama de diferentes combos de McDonald's y Burger King— Mmh, si quieres querido mío, podemos pedir lo que quieras —Murmura girando ligeramente su cabeza para besar delicadamente la frente del peliblanco a la vez que toma la mano del moreno.
Siente a Horacio tararear de gustó mientras que se dedica a acariciar suavemente con su pulgar el dorso de su pálida mano — Uff pues si se me antoja o una pizzas también estarían bien —Dice a la vez que alza su mano libre y se desliza por la página de pedidos mirando más ofertas de comida rápida — Podemos pedir ambas si quieres, pero primero vamos al hospital —Susurro alejándose ligeramente del cálido cuerpo del moreno para mirarlo a los ojos bicolores que tanto ama, ve como Horacio frunce el ceño negando levemente con la cabeza antes de refunfuñar por lo bajo un "es necesario" recibiendo de su parte un asentimiento de cabeza.
El menor suspira con resignación — Bien, vamos al hospital, pero no quiero que me pinchen —Se queja volviendo a acercar sus cuerpos, rodeando con su brazo tatuado el torso del ruso, escondiendo su rostro en el hombro del mismo.— Bien nada de agujas —Promete con una sonrisa aliviada en sus labios.
───
Habían pasado tres horas desde que entraron al hospital antes de poder emprender su camino a su casa vacacional para poder descansar luego de un estresante día de trabajo, para el alivió y la tranquilidad de ambos no fue nada grave, aunque si le mandaron una revisión mensual al director, ya vería Volkov como haría que fuera sin falta, no podía obligarlo, pero quizás con algunos besos podría convencerlo sin muchos problemas de por medio.
Ambos ya habían pedido dos pizzas tamaño familiar, que debido a la lejanía de su casa tardarían un buen rato en llegar. Entre risitas risueñas debido al cansancio entraron a la casa, dirigiéndose directamente a la habitación de arriba, y única; El ruso le indicó al menor que se sentará en la cama entre que el iba a preparar todo.
Tomo unas cuantas velas de aroma a vainilla y miel junto a una botella de vino tinto dulce, que el moreno ama, y unas copas de vidrio antes de ingresar al baño.
Con cuidado dejó las cosas sobre el mueble donde estaba todas las cremas corporales de Horacio para después abrir ambas llaves de agua, pero más la caliente para dejar el agua en el punto correcto. Toma un fósforo para prender una de las velas para posterior ir prendiendo todas con suma delicadeza y colocarlas en lugares donde sabía que no podrían causar ningún accidente.
Abre la puerta momentáneamente mientras que agarra dos bombas de jabón anotando mentalmente que deberían de comprar más — моя маленькая ¿quieres la rosa o la azul? — Preguntá asomando la mitad de su cuerpo mirando al moreno, viendo que sus pijamas ya están preparados sobre la cama al lado del relajado moreno, quien se desplaza por, probablemente, tiktok o twitter.
Los ojos bicolores se dirigen hacia los suyos antes de bajar a más bombas de baño, mirándolas entrecerrando sus ojos antes de señalar la azul con una sonrisa sutil en sus labios — Bien, espera un poco más y nos damos un baño Querido mío —murmura con un tono de voz suave antes de ingresar nuevamente al gran baño para dejar caer delicadamente la bomba azul en la bañera media llena para luego cerrar las llaves y poder guardar la rosa.
Toma dos grandes toallas y las deja a un lado de la bañera para luego tomar las copas junto al vino y dejarlos al alcance de sus manos.
Suspira con una sonrisa, satisfecho de su trabajo para luego llamar a su pareja antes de comenzar a desvestirse, dejando la camisa y el pantalón en el canasto de ropa sucia mientras que escucha como el de cresta ingresa vistiendo únicamente sus boxers negros con corazones — Hostias Uve, muchas gracias rusito —murmura acercándose para besar los labios finos de su pareja, siendo correspondido rápidamente. Volkov coloca suavemente sus grandes manos en la diminuta cintura del peliblanco disfrutando de los dulces labios mientras danzaban en un conocido baile para ambos, uno delicado y tranquilo, pero necesitado, saciando todas las horas en las que estuvieron tan cerca, pero tan lejos a la vez. — Я люблю тебя (te amo) — susurra sobre los pomposos labios una vez se separan del beso por un poco de aire, Horacio ríe por lo bajo— Yo también te amo ruso bobo —dice con una sonrisa enorme antes de dejar un último beso para separarse del peligris.
— Ahora vamos a disfrutar de esto cursilería —Murmura con diversión mientras se quita los boxers al igual que el mayor.
Ambos se miran unos momentos antes de que el de cresta le hiciera un gesto para que ingresara primero a la bañera para luego ingresar él, sentándose entre las piernas del ruso, apoyando su espalda con cuidado sobre el pecho del mayor. Los dos dejan escapar un largo suspiro con tranquilidad, sintiéndose felices y a gusto uno al lado del otro, en su hogar donde nadie les podía interrumpir, ni quitar su momento juntos. En su lugar seguro, en los brazos del otro. 
— Te prometo que las citas que no tuvimos estas semanas las tendremos —Murmura el ruso mientras comienza a dejar suaves caricias a lo largo de los brazos Horacio.
— Mmh me gusta la idea Uve, quiero tener una cita con mi bonito novio —Responde en el mismo suave tono de voz, inclinando ligeramente su cabeza para besar la mejilla sonrojadas del mayor, ganándose un pequeño beso robado — Estoy seguro de que tú novio no es tan bonito como el mío — Susurra sobre sus labios con una sonrisa juguetona surcando en sus labios ocasion una carcajada por lo bajo de Horacio — Definitivamente, pero el mío sigue siendo muy muy bonito —Asegura mirándolo a los ojos azulados con todo el amor indescriptible que siente hacia él e inevitablemente su sonrisa se amplía aún más al ver que todo ese torbellino de emociones y sobretodo amor y cariño le era devuelto con la misma intensidad. Se sentía en una nube de la cual jamás pensaba bajar, no si significaba abandonar los brazos de su persona favorita.
FIN 
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cortazariano · 1 year
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"En ningún momento fuimos enfáticos, hablamos como desde un conocido y aceptado, mirándonos sin lastimarnos, yo creo que Marie-Claude me dejaba venir y estar en su presente como quizá Margrit hubiera respondido a mi sonrisa en el vidrio de no mediar tanto molde previo, tanto no tienes que contestar si te hablan en la calle o te ofrecen caramelos y quieren llevarte al cine, hasta que Marie-Claude, ya liberada de mi sonrisa a Margrit, Marie-Claude en la calle y el café había pensado que era una buena sonrisa, que el desconocido de ahí abajo no le había sonreído a Margrit para tantear otro terreno, y mi absurda manera de abordarla había sido la sola comprensible, la sola razón para decir que sí, que podíamos beber una copa y charlar en un café."
(J. Cortázar, Manuscrito hallado en un bolsillo)
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viveetvivant · 2 years
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“I feel no pain.” — @indieforgirl​
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                       “Pues, no me sorprende, con el nivel de alcohol que debes tener en sangre, es un milagro que estés consciente.” En cierto sentido, estaba agradecido por la insensibilidad en los nervios del otro veterano, pues le evitaba tener que ser particularmente cuidadoso con su mano al momento que quitarle los restos de vidrio de la copa que acababa de romperse en su agarre, pasando luego a limpiar la herida y vendarla hasta la muñeca. Después de todo, él mismo había bebido —afortunadamente no tanto como Charles— y estaba aún tembloroso del temor y el estrés después de haber presenciado aquel inesperado accidente; mantener la compostura suficiente como para tratarlo con mano firme y cuidadosa le hubiese resultado imposible. “Ya,” exhaló en lo que concluía su tratamiento. “Okay, solo copas de plástico por el resto de la noche, ¿sí?” Se puso de pie, habiendo estado hasta el momento arrodillado junto al asiento del americano y abrazó la cabeza ajena contra su medio para poder presionar un beso sobre su cabeza. “¿Seguro que estás bien?” 
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villings · 2 years
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(...) El aroma de hojas y liquen llega como una voz a las habitaciones. Mi mente está plena de susurros que permanecerán en silencio mañana. Escucha. Los vidrios se quiebran, se tambalean los árboles Hacia la noche. El viento se apresura a recibirlos. Como un espejo la luna se ha quebrado y en la copa del roble más alto relampaguean ahora sus fragmentos.
Adrienne Rich
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ocasoinefable · 9 months
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Hay una ola de sombrillas, mis dedos repasan el liso del vidrio. viene a mi boca el farfullo de las mariposas, gira mi cuello como árbol, alcanza mis pestañas el sol, viene la brisa, se mueven las sombrillas. de fondo un solo de piano, un color café pegado a las barandas de mármol, los bordes de las baldosas brillan, parece que sea reducido el espacio. mis cabellos pegan al respaldo de la silla, si fuera agua saldrían de mi espalda la hierva. observo que al parecer un soplido ha esparcido las esporas que veo chapotear, quizás un mirada ceniza con su rostro bañado de recuerdos, quizás unos piececitos que corren tras una risa. en las copas de los tejados se plantan, algunas esporas del diente de leon parece retozar esperando su destino. vuelvo la mirada, tiene algo de parecido las esporas que juegan sobre las sombrillas con cada mirada. tomo el aire y el vapor entre mis dientes, como un ferrocarril, tiene algo parecido las palabras que suelto a la deriva con el sonidito que parece dormido entre las esporas. hay un niño mojándose los pies, persigue con sus dedos en alto alguna espora que salta de una sombrilla a otro, como un trampolín, su risa golpea como las gotas de lluvia al caer, sus ojos resplandecen como esos charcos en donde la luz se entre cruza con el vacío y la oscuridad... se me enredan unas mariposas amarillas; abro la ventana hay una espora en el marco, me moja la brisa, tomo en mis dedos, miro a fuera aquellos otros niños que comenzaron a juagar, y soplo... 
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