Tumgik
#NaufragiodeSewol
helechines · 3 years
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Bienvenidos a este blog. En este blog quiero enseñaros un relato que he escrito. Es un relato angst, por lo tanto es triste, no hay final feliz, por eso mismo, os recomiendo que tengáis a mano unos pañuelos.
Espero que os guste!!
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𝒀𝒐𝒖 𝒄𝒂𝒏'𝒕 𝒓𝒖𝒏 𝒂𝒘𝒂𝒚
Han pasado dos años y no es como si hubiera estado lejos tanto tiempo. Solo he estado fuera de Busan dos años, pero a pesar de eso todo parece haber cambiado. La gente continúa con su vida cotidiana, como si nada hubiese pasado en 2014, como si nadie recordara lo que pasó aquel 16 de abril de 2014. Me enfada, me molesta, me irrita; porque parece que solo yo recuerdo ese día. Parece que solo yo me acuerdo de lo que se vivió aquel año, aquella tragedia.
Camino entre la gente, pero nadie parece afectado, todos hablan o sonríen, quizás se debe a que la primavera está por llegar. Dicen que la gente es más feliz cuando las flores florecen, y las flores de cerezo ya comienzan a dejarse ver. Aún así, estamos en marzo, ¿por qué la gente está feliz? Dentro de un mes se cumplen dos años desde la catástrofe. ¿Acaso soy yo el único que es consciente?
Todos perdimos familiares, amigos, pareja… ¿Ellos ya lo han superado? ¿O es que es más fácil ignorar el tema? No, no, claro que no. No puedes olvidar a tus seres queridos. ¿Entonces a qué se debe el olvido de la gente?
Los niños continúan corriendo y jugando, como hace dos años, los ancianos y ancianas sentados en los bancos, los adolescentes hablando y riendo, hombres trajeados de aquí para allá y las mujeres tomando el café en alguna cafetería bonita mientras hablan de sus vidas.
¿Y si el extraño soy yo? Yo no he pasado página, a pesar de haberme escapado de esta ciudad y haberme ido a Estados Unidos, yo sigo acordándome de aquel día como si hubiese sucedido ayer, porque yo no puedo deshacerme de ese dolor, de esa tristeza ni tan siquiera de la rabia que siento cada vez que me despierto. Solo deseo irme a dormir, porque solo en mis sueños aparece él. Es entonces, cuando puedo abrazarlo, hablar con él o simplemente mirarlo.
No solo perdí a una persona, perdí a cinco de las personas más importantes de mi vida. Pero él, perderlo fue lo peor. Todavía recuerdo el día en el que todos los canales de televisión hablaban sobre eso, escuchaba la noticia una y otra vez. La radio lo repetía continuamente, la prensa no paraba de publicar lo sucedido y cuando entraba a cualquiera de mis redes sociales, ahí estaban todos para decirme una vez más que los había perdido.
Por eso mismo escapé, me fui tan lejos como pude pensando que eso funcionaría. Pero eso no pasó, ya no escuchaba ni leía noticias sobre Ferry de Sewol, pero mi mente se encargó, y se sigue encargando, de hacermelo saber todos los días de mi vida. Eso pasó cuando yo tenía 17 años. Y ahora, a mis 19 años de edad, solo estaba lleno de tristeza y enfado.
Era sábado por la mañana, como habitualmente hacía, le escribí un mensaje a mi novio, Park Jimin. Un chico precioso a decir verdad. Tiene el cabello rubio como si de oro se tratase, mejillas regordetas al igual que sus pequeñas manos, ojos de color azules grisáceos y labios gruesos.
Me metí a la ducha mientras esperaba que Jimin me mandase un mensaje, sin embargo, a pesar de haber tardado un poco más de lo normal en ducharme, el mensaje de mi novio no llegaba. Decidí no darle mayor importancia, estaba en su viaje de estudios, así que seguramente o estaba dormido o estaba pasándoselo bien.
No fue hasta un buen rato después que los mensajes de respuesta comenzaron a llegar, mas no era lo que yo esperaba.
“Jungkookie, te amo”, “Jungkookie, sé que no nos volveremos a ver, pero quiero que seas fuerte” y más mensajes de ese estilo llegaron a mi teléfono. No entendía nada, ¿por qué Jimin me estaba mandando esas palabras? Sonaban a despedida.
“Minnie, ¿qué está pasando?”. Su contestación hizo que mis manos temblaran y mis ojos se llenaran de lágrimas sin poder evitarlo. “Jungkookie, nos hundimos”.
No esperé más y lo llamé. Hablé con él, sin saber quién estaba más nervioso y asustado de los dos, pero ambos nos intentamos calmar. Conversamos hasta que dejé de escuchar su voz, aquella hermosa, suave, melodiosa y tranquila voz.
No salí de la habitación, no quería saber nada del mundo, porque mi mundo se había parado con la muerte de mi amado. No fue hasta la noche que mi madre llegó de trabajar y llamó a mi puerta para contarme la terrible noticia, sin saber que yo ya lo sabía desde el primer momento.
Encendía la televisión, “Naufragio del Sewol”, la radio, “Ferry Sewol…”. En Instagram, Twitter, Facebook… Todo el mundo hablaba de aquello, y yo solo quería huir.
Tan solo 74 de alrededor de 250 estudiantes habían logrado sobrevivir, entre ellos uno de mis amigos, Kim Namjoon. Él me explicó todo lo que había sucedido, cómo había ocurrido todo y como no pudo hacer nada por salvar a los cinco restantes.
El 22 de abril la lista de fallecidos se amplió a 121 y el capitán y otros dos miembros de la tripulación permanecían detenidos y eran acusados de abandonar el buque sin preocuparse por la seguridad de los pasajeros. Para el 25 de abril, el número de fallecidos confirmados del naufragio se amplió a 183.
Algunos días más tarde, fueron enterrados mis seres queridos. Namjoon y yo fuimos al entierro y tuvimos la oportunidad de despedirnos de ellos.
Se abrió una investigación la cual duró 5 meses y reveló que el ferry portaba una carga de 3608 toneladas, tres veces superior al peso máximo permitido. También se descubrió que el Sewol fue sometido a una modificación ilegal para aumentar su capacidad de carga que alteró la estabilidad del ferry. Además, cuando la nave estaba navegando en un canal estrecho cerca de las islas de Jindo, realizó un brusco viraje de 15 grados, tras el que dio un bandazo y volcó.
Aquello hizo que mi sangre hirviera, mis amigos y mi novio habían muerto por diversas imprudencias que sí se podían haber evitado. Sin embargo, me obstinaba en que la culpa era mía, que yo debía haber ido a ese viaje. Jimin me lo había pedido miles de veces, pero yo le dije que no porque simplemente no me apetecía ir. Y ahora me arrepentía tanto. Si tan solo hubiera aceptado ir, hubiese pasado los últimos días de mi vida con las personas que quería.
Fue ahí, cuando la culpa y la rabia me consumieron tanto, que decidí irme. Hasta ahora, dos años después decidí volver para quedarme en mi ciudad natal. Porque a pesar de huir, no he podido olvidar, pero quiero continuar cerca de las personas que tengo y de algún modo cerca de Jimin.
Camino hacia el cementerio de Busan para ver a Jimin. Llevo un ramo de flores, más específicamente, un ramo de cosmos, las flores favoritas de mi chico. La última vez que fui le dije que me iría y hoy le diría que venía para quedarme a su lado para siempre.
Tal vez para la gente era más fácil olvidar, para mí era más fácil pensar que algún día nos volveríamos a reunir. Lo extrañaba demasiado, pero de vez en cuando podía escuchar su hermosa voz o su risa, y entonces sentía que todavía estaba a mi lado.
Miraba nuestras fotos una y otra vez mientras escuchaba aquel audio que me mandó cantando una canción que había escrito para mí. Aún era capaz de sentir sus manos sobre mi piel o verle delante mío bailando como solo él era capaz de bailar.
Entonces llegó a mi mente el día en el que le confesé mi amor a Jimin. Ambos estábamos sentados debajo de un gran árbol de cerezo, el rubio tenía su cabeza sobre mis piernas mientras yo acariciaba su cabello.
—Jungkookie, te quiero.
Sus palabras hicieron que sonriera, aunque ese era el efecto que siempre causaba en mí.
—Yo también te quiero, Minnie, y por eso mismo quiero que seas mi novio, mi pareja, mi chico.
Los ojos de Jimin brillaron, brillaron de una manera única como jamás lo habían hecho, incluso brillaron más que las propias estrellas.
—Acepto, Jungkookie.
Fueron sus palabras y poco después, cuando nuestros rostros estuvieron cerca, nuestros labios se unieron en un suave y lento beso lleno de amor.
Al llegar a su lápida, me arrodillé en el suelo y dejé el ramo sobre la hierba. Cerré mis ojos, sintiendo como el aire golpeaba con suavidad mi rostro.
— Buenos días amor, vengo para quedarme, he vuelto a Busan para estar a tu lado. Te amo demasiado como para estar toda mi vida separado de ti.
Mientras decía aquellas palabras, pude notar como si él estuviera allí conmigo, abrazándome, como si jamás se hubiese ido de mi lado. Me sentí tranquilo, en calma y en paz conmigo mismo. Fue entonces cuando me dí cuenta de que no podía estar separado de Park Jimin.
— ¿Cuánto tengo que esperar? ¿Y cuántas noches sin dormir tengo que pasar para verte? Para reunirme contigo… El cerezo está floreciendo…
Dije refiriéndome al cerezo donde le pedí ser mi novio.
— Te extraño… Te extraño mucho mi Minnie.
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