#Los caballos me trotan
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Los caballos me trotan
Los caballos me trotan
Los Caballos me trotan, un relato de Jorge Morcillo publicado en la colección de relato de Niña Loba.
He de decir, que he llegado hasta la página 9/13 sin disfrutarlo mucho. aunque lo ataño una vez más a mi falta de experiencia lectora… pues desde luego esto no es un relato al uso. Como dijo el mismo señor Morcillo mismo en su twitter:
Oír y escribir son una misma cosa. Sin música interna la…
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Anécdota primitiva.
Va riendo por las calles, riéndose una hoja testaruda. Se ríe porque aún no es otoño, se ríe del viento, de su triste vida de amargura.
Sube a la banqueta y baila unos segundos, baja y se va y no para de reír. No ha pasado mucho desde que se ha soltado a propósito de un árbol para comenzar a vivir, a respirar por sí sola.
Va por en medio de las calles, pasan los automovilistas y la sacuden, pasan en bicicleta, juguetean con ella los niños en sus triciclos, y relinchan mientras trotan los caballos al verla.
Entonces la hoja se alborota.
Después de tanto jugar al fin se detiene junto a un montón de tierra y basura, se recuesta a reposar, y sin querer se queda dormida, sin esperar a que caiga la lluvia.
Ha comenzado a llover, a cántaros; y y se pasan las horas, y la hoja sueña que se moja sumergiendo su verde forma en el más profundo de sus sueños donde muy adentro siente qué el sol la radía y la seca, se calienta, y siente el cálido aire y así deja pasar el tiempo y ya no despierta. De pronto es elevada por los aires y siente que flota, suspendida en lo alto del cielo es la cosa más bella, la única estrella.
Y allá arriba brillaba, creeme yo estuve presente; pude saberlo.
Vi como podía ver a la gente, ¡la hoja estaba asombrada! Una emoción qué puedo describir en ella por como recuerdo su semblante; se le veía incrédula, porque seguramente desde allá nos podía observar cómo a las hormiguitas.
- ¿hormigas ellos? Talan árboles y ahora son hormigas. - pensaba la hoja.
También sé qué pudo contemplar todas las calles del mundo formando mapas, y todas las casas volviéndose nubes, y a los árboles desprendiéndose en parvadas; y todo tan pequeño que seguramente se sentía lo más inmenso en el universo.
Ahí fue cuando entendió, y lo digo sin miedo a equivocarme. Entendió lo inentendible, lo oscuro, lo más hermético que origina la más bella de las revelaciones: se dio cuenta que podía ser nuestro sol en el cielo, incluso podía ser nuestro Dios con solo quererlo.
Cual inexplicable casualidad, aterradora bruja del conocimiento, llenadora de emoción y exhaustiva euforia, la ha dejado caer por fin, lenta y suavemente al suelo donde donde le llegará la calma, esa que abraza triste y tiernamente hasta llevar a la muerte.
Fue una hoja qué no sintió pena por haber vivido sólo un día, en ella vivió la creencia en la reencarnación y por eso se dejó morir, deshidratandose, soltando la mano de su creador, el árbol.
Ha perdido el conocimiento, y está por resquebrajarse poco a poco, y los segundos no esperan para comenzar a podrirla y convertirla en polvo que se llevará el aire.
Fin.
Pensamientos Artificiales.
"Y así me convertí en ese animal que se enamora de la luz de la luna y le teme a la inteligencia del hombre. Yéndome al alba dormité lo que quedaba de la madrugada, acompañado de ese hedor insoportable a heces, causado por los pensamientos mierda que habitan mi mente, voces apestosas que esperan el conticinio para patear mis sueños y escupir en mi orgullo, logrando dejarme sin ánimos."
Ansiolísis.
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aplastando la lengua contra el cerebro
-regente de un tiempo-te acabas. robar la piel de burro casi me mata.
el tiempo está roto. corre rojo hacia lo negro. Carbón y marea en el filo.
sube el palo de agarre. Trotar un diente para sacarle otra fila.
marcar su patio, rodar mi bulto. s c v ir us s c v ir us s c v ir us
di un ritmo tú,
para llevar petas al sitio al lado opuesto de donde se vincula el sonido al aliento caliente.
(La muerte sudada por su vibración previa.
(La muerte sudaba, al formarse entre los hilos compactos que la componían (desde atrás).
*Clavar al caballo en su trote, rodarle la piel hasta el rojo y devolverlo negro.
Un bajo trota su linea hasta la piel y mancha sus filos con brillo. El resplandor de uno alimenta el esfuerzo al grano,con el pico,del otro.
Trotan gordos con el sudor, hacia sangre fría pegada al suelo.
_Reventar su esquina. Empujar contra el último hueco libre de la luna.
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Todos mis destinos eres tú
Imagínate despertar escuchando al Océano desperezarse colgados en Elk; buscarte el Área 51 atravesando el desierto de Nevada; llevarnos el mar al cielo y brindar en su extensión de espuma sobre la Casa del Sol en Maui; ir a Venecia, y navegar por todos tus costados en la marcha susurrante de una góndola, y vestirse con máscaras de Carnaval en su febrero, y con las de gas en un abril en Prípiat para que hagas girar la noria; dar la vuelta al As de corazones y que nunca salga roto en el Palace Station; huir de los osos en Yellowstone, zambullirse la mirada en las cataratas en Ontario y encontrar en tu piel restos de la humedad del río Niagara.
Imagínate escaparnos por la zona cerrada del estrecho de Bering y salir a encontrarnos unas puntas negras por la Plaza Roja en dirección al Bolshói; mojarnos los pies en el templo de Tanah Lot y desgastarnos las suelas de los zapatos para cruzar las Puertas del Cielo, que están en Bali; beber como lobos hasta el amanecer en la Fiesta de la Luna Llena en Koh Phangan; probar comidas exóticas en algún lugar de China; pasear por Harajuku, de la mano, en Tokio; taparnos con el manto de la aurora boreal en Tromso; bajar 52 peldaños a nuestros corazones y que se hagan sonar en el bosque de las 336 columnas del Yerebatan Sarayı; tomarnos un raspado a las faldas del Chimborazo; que me muerdas mientras los caballos trotan por el desfiladero de Borgo hasta el antiguo Castillo de Drácula, y me convierta en Jonathan Harker escribiéndote un diario en la piel de tu espalda.
Imagínate inventarnos Craigh Na Dun y atarnos las manos en un lazo rojo en la Escocia del siglo XVIII, ser viajeros que se encuentran a través del Tiempo; sacar la lengua al león del Puente de las Cadenas en Budapest, y que me agarres fuerte en el Laberinto de Buda; pegar una estrella de cartón en Hollywood con nuestros nombres y salir en la prensa; bucear en el Gran Arrecife de Coral de Australia; buscar entre las estrellas el firmamento de tus pecas de verano, bajo un iglú de cristal en Finlandia; abrir nuestro primer coco en Palawan, en las Maldivas o en las Bahamas - aunque no te gusten; perder el miedo en plena caída libre en el Sótano de las Golondrinas; cazar tesoros en Egipto, bajar al cañón del Siq en Petra, encontrar la calavera de Michael Hughes en una pirámide maya; y secuestrarte en Estocolmo a ver si te contagio el síndrome o, sin querer, tú me lo contagias.
Imagínate dejarnos de imaginar, y vivirnos sin fronteras; al precipicio; a quemarropa...
Imagínate dejarnos de imaginar, porque la palabra imposible sale por la puerta cuando tú entras.
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Día 151
De la soja, han brotado dos hojas verdes entre el algodón blanco. Ale no siente interés por la vida, o por su proceso, y pienso por qué, y quizá es porque la desconoce. Me recuerdo con su edad, los chándales de colores, la velocidad y el vacío cerebral. La imagen me da toda su melancolía. Voy a comprar tierra y un pequeño tiesto.
Oigo que los caballos trotan sobre el cemento. El sonido pelea…
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A veces me da la sensación
De que las mentes son universos
Como caballos desbocados
Ignorantes de su magnitud
No controlamos las bridas
Y un caballo debe ser libre
Una inmensa masa que mueve y recrea
Pero que nadie sabe que puede ser tanto
Nadie imagina lo que cabe en un bote de purpurina
Cuando el brillo es la esencia de una mirada
Y cuando el mar que moldea las piedras que pisamos
Al mismo tiempo ocupa casi todo el planeta
Solos los caballos en la galaxia
Galopan, relinchan y trotan
Vuelan y braman
Dejan y cambian
Vuelven y traman
En el camino que se forja a la vez que Los mil
Mas uno solo queda, porque no sabemos seguir.
El fluir de un río que no conoce el océano
La gota de lluvia que por dejarse caer se junta con el mar
Y el sonido les lleva
El viento los acoge
Flotan y entran
Dentro de ti, siendo la partícula más pequeña del universo
Y a la vez siendo un universo en la partícula más pequeña
Que frustración no entregar la consciencia en un beso
O poder tornar los ojos hacia atrás
Observar ese infinito que nunca descansa
Que siempre amplia más
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