Tumgik
notemilianos · 1 month
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Estadísticas...
La fecha de hoy tiene algo en especial para mí; no, no es mi cumpleaños, tampoco algún aniversario de novios, ni mucho menos el festejo de los 18 años de la primera vez que me fracturé un hueso (Fue uno en el brazo, en pequeño accidente en una cuatrimoto).
Hace un año salí del clóset con mis padres. Hace un año gané una de las pequeñas batallas de mi vida. Hace un año dejé de luchar conmigo mismo y algunos demonios internos. Hace un año me permití ser más libre.
Quizás para algunos el hecho de salir del clóset haya sido como un día cualquier otro. Pero sé de buena fuente que para algunos es un martitrio cotidiano en el que luchan por la aceptación, primero de ellos mismos, después una aceptación por una sociedad con una doble moral y una crítica selectiva sobre ciertos aspectos de la comunidad.
Leí hace algunas semanas una infografía en instragram, esta contenía los muy alarmantes resultados de una encuesta de salud mental de personas de la comunidad LGBT+ que vivían en México. Basicamente decía que 1 de cada 3 personas habían tenido un intento de su*cidio en el último año. 71% de los encuestados habían sufrido discriminación por formar parte de la comunidad.
Entre otros datos, el que de cierto modo sentí más personal fue el siguiente: sólo el 34% de los encuestados tuvieron aceptación plena de su familia al momento de salir del clóset.
34%.
Formo parte de ese 34%.
Bueno, un 50% de mí está convencido de que lo soy.
La cosa sucedió así:
Programé una cirugía para que me sacaran una de las muelas del juicio para vacaciones de Semana Santa, esto porque tendría el tiempo de tener la cirugía sin ningún incoveniente de faltar al trabajo y de que mis compañeros, alumnos y amigos no me vieran hinchado de las mejillas durante un par de días. También podría dedicarme a pasar días enteros en cama sin sentir culpa, pero sí un dolor insoportable de muelas, mismo que los analgésicos, cojines calientes, el hielo y nieves de agua sabor mango con limón pudieron erradicar en un par de días.
Para ese entonces, aún no era novio de E pero nuestro trato ya era como tal y sólo nos faltaba hablar de ello. Estábamos en esa etapa en la que, por ley, teníamos que vernos todos los fines de semana, y el fin de semana de la cirugía no sería la exepción. La verdad es que para el viernes ya no sentía dolor y podía comer sólidos muy suaves, digamos que a un 65%.
E se ofreció a venir a visitarme y cuidar de mí durante algunas horas, eso con la excusa de poder pasar tiempo juntos y ver a alguien fuera de mi familia. En mi mente no sonaba como una mala idea. De hecho se me hacía tierno que alguien quisiera cuidar de mí por algo tan sencillo, literal, como un dolor de muelas. Claro que yo estaba fascinado con la idea de invitar a mi casi novio a la casa y poder estar en un lugar un poco más privado sin el temor de ser juzgados o mal vistos por las personas (Y, aunque lo hubiéramos querido, no podíamos hacer nada más que charlar o estar abrazados; no vayan a mal pensar); sólo E y yo coexistiendo en mi habitación, o en la sala.
Aunque claro, había un pequeño detalle: mis papás no tenían idea de quién era E, ni que éramos casi novios, ni mucho menos que me gustan los hombres.
Supongo que romperíamos nuestra pequeña racha de vernos todos los fines de semana, si mal no recuerdo, esa sería el 5to fin de semana consecutivo en el que nos veríamos. En lo personal no soy muy fan de salir entre semana, no puedo soportar el cansancio de salir un miércoles por la noche y de hacer como si nada pasara un jueves por la mañana, sobre todo cuando trabajas con niños de 8 años. El hecho que E también estuviera dispuesto a querer verme, independientemente del plan, me motivo a hacer mi siguiente movimiento: Hablar con mis padres de eso.
Parte de mí no lo hacía, claro por el miedo que lleva de por medio, pero sería muy tonto y humillante decir: "Mamá, papá: soy gay" y que su respuesta inmediata, en el mejor/peor de los casos fuera: "Bueno, enséñanos a tu novio" y no tener uno. Además, como alguien con un poco de ansiedad, siempre me imaginaba todos los escenarios posibles en los que mamá y papá reccionarían. Se los juro, pensé en demasiadas alternativas:
Que ambos se comenzaran a reír y luego me dijeran que lo sabían desde hace años
Que papá culpara a mamá de esto (por que sí, amo a mi papá pero a veces es medio machito)
Que ambos me ehcaran de la casa y tener que buscar un lugar donde quedarme
Que uno me aceptara y el otro no
Que mamá y papá pelearan buscando algún culpable, y terminaran divorciándose
Y la de cajón: "¿pero qué hicimos mal para que llegues incluso a pensar eso?"
Por supuesto que tenía respuesta para casi muchas de esas alternativas, por lo menos me constaba que E o algunos de mis amigos podrían darme hospedaje durante algún tiempo mientras buscaba mi propio lugar. Pero de lo que estaba 100% seguro era de que para que pasara alguna de esas muchas alternativas, tendría que hablar con ellos sí o sí.
Oye, hablaré con mis padres sobre eso. Te escribo en un rato. Le escribo por mensaje a E.
Sí, aquí estoy para ti. Te quiero. Responde él.
Me armo de valor y salgo de mi habitación para primero hablar con mamá. Le tengo más confianza a ella y somos muy parecidos en el caracter, parte de mí sabía que ella lo aceptaría, pero quería de una vez por todas dejar de hacer esa suposición. Me tomó un par de intentos siquiera abrír la puerta, estaba más nervioso que la primera vez que le dije a un chico que me gustaba. Me sudaban las manos, de pronto mi temepratura corporal cambiaba, y, además, aún sentía algo de dolor en el rostro por la cirugía de las muelas. Caminé del pasillo a la puerta del cuarto de mamá, ida y vuelta un par de veces hasta que por fin me armé de valor.
Abro la puerta y veo a mamá sentada en su pequeño sillón rosa, quizás leyendo algo en su celular o viendo Tiktoks en Facebook como cualquier persona de su edad. Me paro frente a ella y empieza el vómito verbal.
Oye mamá, pues ya ves que por lo de la muela no puedo salir tanto, digo por miedo a una infección, pero la verdad es que ya me siento un poco mejor y me gustaría salir, o invitar a alguien a la casa. Así me sentiría más seguro y no tendrían que esperar despiertos a que llegue.
Si algo he aprendido, es que si quiero pedirle algo a mamá o papá primero les planteó lo contrario de lo que quiero hacer para después soltar mi solicitud y un beneficio que ellos puedan obtener de ella.
¿Y quién quieres invitar? Pregunta mamá, mientras deja su teléfono en la mesa de noche que tiene cerca del sillón y fija su mirada en mí.
Era el momento de la verdad, ya no había vuelta atrás en esto.
Quiero invitar a E, es un chico con el que he salido últimamente y me la paso bien con él. Salgo con él porque me gusta. Pero no gustar de que me caiga bien, gustar de que me gusta él en específico. Meramente veríamos películas o estár sentados en la sala. Pero si no quieres que venga, sólo quiero que sepas eso. Que me gustan los chicos. Es por eso que últimamente he llegado tarde a casa cuando salgo los sábados: E y yo nos vemos y perdemos la noción del tiempo. No quería que tú o papá pensaran que hago cosas malas o que me ahogué en alcohol y por eso no les respondo los mensajes de primera instancia.
De cierto modo me siento un poco más tranquilo, puesto que le estoy dando a entender a mamá de que a pesar de que me gusten los hombres, cuando salgo con E no hacemos nada malo o que quebrante la ley. Veo el rostro de mamá algo neutro: no parece enojada, ni triste, ni decepcionada, pero tampoco se ve feliz.
Pero, sé que es tu casa y son tus reglas, así que entendería si dijeras que E no puede venir a la casa.
Veo que mamá está pensando cuales serían sus siguientes palabras, las cuales para mí serían cruciales para el resto de mi vida. Sigo analizando su rostro y lo veo neutro de nuevo. Algo que quizás no heredé del todo de mamá fue una gesticulación firme para poder ocultar cualquiera de mis emociones con la cara. De verdad me pasa que la gente puede percibir cómo me siento con sólo mirar mi rostro durante algunos segundos.
Gracias por comentarmelo, hijo. De verdad me da gusto que te atrevas de decirme algo así. Y yo no tengo problema con que estén en la sala un rato. Sólo dime que día para que puedas limpiar e interrumpir lo menos posible. Me dice mamá.
Creo que la serenidad, la calma y un par de lágrimas me delataron e hicieron que mamá sonriera un poco, y que resaltara ese hoyuelo en su mejilla derecha, que también heredé de ella. Me sentí alivianado y con muchas ganas de llorar, pero sabía que aún tenía que lidiar con papá.
Bueno, de todos modos deja le comento a papá. Sé que tú no tienes problema pero de todos modos me gustaría que él también esté enterado de la visita.
Salgo de la habitación, con un ligero llanto y con el pulso a mil por hora. Ya había ganado una batalla, me faltaba otra. Una qué quizás sería un mucho más difícil y que me dolería cualquiera que fuera el resultado.
Y lo que pasa es que antes de ese día, la dinámica en casa era de: "yo hago como que no les digo y ellos hacen como que no me preguntan" cuando siempre que se traía el tema a la mesa, se sentía una tensión que podíamos cortar con una servilleta de papel.
Bajo las escaleras para toparme a mi papá en la cocina, estaba preparándose algo ligero de cenar. Vi que tenía unos panes listos para tostar y lo que parecía mayonesa, y un cuchillo de plástico. Con un poco de nervios, intento platicar con él sobre otras cosas, pero se me adelanta y me empieza a cuestionar sobre el dolor de las muelas.
¿Cómo vas con las medicinas? ¿ya no te ha dolido la muela? Me pregunta, mientras observa mi rostro un poco pálido y serio.
La verdad es que ya no me duele tanto, han pasado ya dos días de la cirugía y me siento mejor. Ya puedo comer sólidos y el dolor ha ido bajando de poco en poco. Hablando de eso, quería comentarte algo.
Noto como me sigue viendo, y después continúa preparando su cena mientras escucha lo que iba a decirle.
Estaba pensando en salir el sábado, pero con eso de la muela quizás no salga mucho rato, o puedo hacerlo con un cubrebocas. O está la opción de que puedan venir a la casa a visitarme, para no arriesgarme a algo. Le digo con la misma jugada con la que emepcé con mamá.
Pues mejor que vengan, sirve y no regresas tan tarde. Me dice, no molesto pero con un tono un poco agudo ¿Es Kary la que viene?
Respiro hondo, trato de ocultar mis nervios poniendo una cara seria y comienzo a conectar palabras para formar oraciones y hacer entender a mi papá una idea, que por muy sencilla que sea, es algo controversial.
No, no es Kary la que vendría. Es un chico llamado E. Últimamente he salido mucho con él y nos la pasamos increíble. De hecho me gusta mucho pasar tiempo con él. Al grado de que somos sólo él y yo. Lo que intento decirte es que estoy saliendo con E. En el sentido de que nos tratamos como si fuéramos una pareja.
Noto cómo cambia el rostro de papá. Supongo que de él heredé la falta de discresión emocional en mi cara. Veo como deja de lado la comida para fijar su atención en mí. Comienzo a sentir más nervios pero no podía dejar de hablar.
¡¿Cómo está eso?! ¿Qué cuando salen no hay muchachas que les hagan caso? Pregunta un poco indignado.
No es la cuestión de que salgamos con mujeres o no, o que nos hagan caso de esa manera. Lo que sucede es que no me gustan las muchachas, papá. Me gustan los muchachos, es por eso que he estado frecuentando a E demasiado. Es por eso que he llegado tarde, cuando terminamos de salir, dejo a E en su casa y después llego aquí. Me detengo un par de segundos, veo como papá sigue un poco indignado por toda la información que le estoy dando. Supongo que también el hecho de que yo tuviera un par de novias en la secundaria y que ahora salga con E lo ha tomado por sorpresa. Por favor, entiéndeme. Sigo siendo tu hijo, y si te estoy diciendo esto es porque me cansé de ocultar esto. Durante unos meses he sentido que vivo una doble vida y es muy cansado tener que ocultarle a quienes amo un detalle como este.
Me detengo para darle el derecho de réplica, pero sigo teniendo muchas cosas por decir en la garganta. Su respuesta dependería de qué tanto diría o cuál sería nuestra siguiente jugada.
Es que siento que eso que haces no está bien. No debería gustarte él ni nungún otro muchacho, ¿qué fue lo que hicimos mal tu mamá y yo? Piensa en tus hermanos, no sé. Me dice, mientras mueve su cabeza y su manos en conjunto de un lado a otro con un tono de voz serio.
Pero papá, tú y mamá no han hecho nada mal. Me han formado de la manera correcta, me han apoyado y gracias a ustedes me he converitdo en la persona que soy. No dejes que un sólo pequeño detalle sobre mi vida personal nuble el juicio que tienes sobre mí. Soy el hijo, el amigo, el compañero de trabajo, el misionero, el voluntario, el nieto, el maestro, el profesionista, el que se graduó por excelencia académica de la universidad, el casi contador y administrador, el hermano, el pendejo que dice muchas veces lo que piensa sin filtro alguno, el coach, el sensible, y muchas otras cosas más. Sigo siendo todo eso, pero con el ligero detalle de que mis preferencias son diferentes a la de la mayoría, y eso no me convierte en una mala persona, puesto que no le estoy haciendo daño a nadie.
Me detengo. Si de algo estoy seguro es de que nunca he dejado que mi sexualidad sea la totalidad de mi personalidad o algo para definirme por completo, no porque tenga nada de malo, sino que crecí con la idea de que, si alguna vez lo decía en voz alta, la gente ya no se referiría a mi como el Emiliano de lentes, o Emiliano, ese que va de misiones y que no puede pronunciar la r. Sería Emiliano, el gay. El Emiliano que todos soprechábamos que era gay pero nunca se lo preguntamos. Sabía que sería muy díficil sacar a la gente de ahí.
Yo soy consciente de lo que te estoy diciendo es díficil para ti, y que te cueste trabajo entenderlo. Yo te sigo queriendo igual y nada va a cambiarlo. Tal vez puedas no estar de acuerdo, sólo te pido que respetes mi decisión.
Guardo silencio y me me pongo a pensar que si lo que dije habrá valido la pena o no. Me cruzan nuevos escenarios por la mente, pero no tengo respuestas inmediatas para lo que pueda suceder. Veo a papá un poco cabizbajo, pensando en qué puede decir para poder calmar el maremoto de emociones que estoy sintiendo dentro de mí, sin mencionar todo lo que él estaba sintiendo en ese momento.
Mira hijo, yo sé que eres todo aquello que me dijiste y me consta. La verdad es que me has tomado por sorpresa y no encuentro mucho qué decirte. Creo que no lo entiendo ni lo asimilo del todo. Me va a costar trabajo, pero te quiero. Yo preferiría que no salieras, ni nada. Me dice mientras me toma de los hombros, después me abraza y puedo sentir un poco de calma pero a la vez incertidumbre y un ligero vacío.
¿No quería que saliera ese fin de semana o no quería que siguiera saliendo con E? Ya no quise preguntarle, quería saborear esa victoria agridulce y seguir abrazando a papá.
Gracias, papá. Yo también te quiero. Quería decirtelo porque eres importante para mí. Puede que te cueste aceptarlo, sólo te pido que respetes esta decisión, ¿sí? Papá asiente con la cabeza y se queda en silencio un par de segundos.
Voy a arriba, a acostarme. Creo que me toca otra vez la medicina. Le digo sin siquiera saber si era cierto lo de la medicina, pero el daño ya estaba hecho y no me sentía tan agusto estando ahí. Lo dejo para que siga cenando y subo las escaleras sin voltearlo a ver. No podría tolerar la expresión que tendría su rostro una vez que me marchara.
Camino hacia mi habitación en shock. Sentí que el mundo se detuvo por media hora, todo parecía igual: mi cama seguía un poco destendida, las cajas con las medicinas seguían encima de mi mesa de noche, mi cuarto seguía oscuro. Enciendo la luz y me miro en el espejo: mi ropa seguía siendo la misma, yo seguía un poco despeinado y mis mejillas seguían un poco inflamadas. Pero yo ya no era el mismo.
Ya no era el mismo ente que tardó varios años en sincerarse consigo mismo para, eventualmente, después hacerlo con los demás. Me sentía intrépido y alborotado. Sentía como el maremoto de emociones bajaba la intensidad. Pero a la vez, me sentía muy muy pequeño.
¿Por qué si había ganado en un 90% esta batalla, me sentía miserable?
La respuesta era lo que dijo papá: me va a costar aceptarlo.
Espero que para cuando lo acpete, él ya no esté aquí o yo me haya distanciado lo suficiente para olvidarme de él. Es un buen padre, comete errores como cualquier otro, y sigue aprendiendo a vivir mientras lidia con sus propias batallas internas. Después de lo hablado, supongo que ya tendrá más batallas dentro de sí.
Me acuesto y me cubro con una de las sábanas. Justo cuando estaba a punto de escribirle a E, mamá entra al cuarto y se me queda viendo durante algunos segundos.
¿Cómo te fue con tu papá? ¿Sí te dio permiso de que viniera E? Me pregunta con un ligero entusiasmo y ternura mientras suelta una ligera sonrisa y se le entrecierran los ojos.
Pues ya sabe, pero no lo vi muy convencido con la idea de que salga con E, creo que lo mejor sería que no venga y salir nosotros a otro lado, teniendo cuidado con mis muelas. Claro que a las 3 palabras empiezo a lagrimear y mi voz comienza a temblar, mientras mamá se acerca a la cama.
Yo sé hijo, pero también trata de entenderlo a él. Tiene su propias ideas en la cabeza sobre cómo sería tu vida y la de tus hermanos, por eso le pesa que le digas esto. Creció con el pensamiento de que hombres y mujeres son uno para el otro. Me dice mientras me abraza y trata de consolarme. Es como si tuviera de nuevo 7 años y recién me hubiera golpeado el cuerpo.
Mira, yo nunca te lo quise preguntar porque es tu vida. Quería que tu me lo dijeras y no vivir bajo una suposición. Nosotros los criamos para que tomaran sus decisiones y pudieran vivir su vida de la manera que quieran, claro, siempre y cuando no le hagan daño a los demás. Tú quédate tranquilo de que te escuchó de una manera tranquila y que también sepas que estoy aquí para apoyarte. Yo sé que te duele, pero con el tiempo cambiarán la cosas.
Termina de abrazarme y me nota más tranquilo. Supongo que lo que dice es cierto. Si algo he aprendido en casi 3 años de terapia, es que hay cosas que están dentro y fuera de mi control, y que enfocar mi energía y mis pensamientos en lo que está fuera de mi control es muy agotador y no sirve de nada. La reacción y opinión que tenga papá sobre mis gustos no están bajo mi control; de cierto modo me involucra y me duele, pero no están bajo mi control. Ya el tiempo hará de ls suyas.
En fin, esa es la historia de cómo formo parte del 34%. Claro que a veces pienso en qué sería de mí si formara parte del 66% opuesto de la estadística. Pienso en dónde estaría, qué estaría haciendo, si E aún seiguiría conmigo por puro compromiso, pienso en todos los posibles escenarios.
Al escribir esto siento añoranza; en todo un año me he permitido ser más libre, en todo un año he sentido mucho peso menos en mis hombros, en todo un año he sentido amor y desamor sin culpa alguna, en todo un año mi vida ha cambiado.
Es por eso que me permito celebrar pequeña victoria con este escrito, porque de no ser por un dolor de muelas, estaría inventando excusas para seguir viendo a E o a cualquier otro chico a escondidas de mi padre, como si fuera aún un adolescente. De no se por ese dolor de muelas, no hubiera tenido la iniciativa de invitar a un chico por primera vez a la casa. Ese maldito dolor de muelas me ayudo a vencer un miedo y a ganar una batalla conmigo mismo, y con el miedo a las expectativas de los demás.
Sigo peleando algunas batallas internas, pero ya no me dejo vencer; me va a costar levantarme, habrá días en los que me cueste continuar, existirán ocasiones en las que quiera olvidarme de todo y dejar de hacerlo, pero, de acuerdo con las estadísticas, existe un 100% de probabilidad de que salga adelante...
xx Emiliano.
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notemilianos · 2 months
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¿Qué es lo que ha pasado?
Han pasado varias cosas desde la última vez que me senté a escribir... creo que de las más importantes, o si no es que la más, ha sido el fallecimiento de mi abuelo.
A pesar de haberme mentalizado desde hace ya años para este suceso, no me exime completamente del dolor; lo que pasa es que quise reprimir mis sentimientos para poder ayudar a mamá con todo lo que conlleva una muerte: notificar a los familiares, hacer trámites burocráticos, seleccionar la ropa con la que mi abuelo sería enterrado, realizar un funeral de la noche a la mañana, hacer pagos (que por cierto, espero no me lean mal, pero qué caro es morirse) y ser alguien emocionalmente fuerte para personas que quizás la estén pasando peor.
Mi mente aún no procesa del todo que mi abuelo ya no esté, y era algo que le decía a mi psicóloga: Para mí, mi abuelo se fue cuando fue diagnosticado con demencia en 2017. Se fue cuando ya no reconocía nuestras voces al pasar un rato con él. Se fue cuando se ponía agresivo con mamá o los enfermeros. Se fue poco después que mi abuela falleció. Físicamente él estaba ahí, pero su alma se marchó ya hace tiempo.
Esos tres días fueron toda una motañana rusa de emociones. Sentía ansiedad por no saber qué tan flexibles serían en mi trabajo por esta situación. Sentía angustia porque no tuve a quién llamar de primera instancia cuando sucedió todo (Más de esto pronto). Sentía ira por no poder haber hecho algo para poder ayudar en ese momento. Sentía miedo de que le pasara algo a mamá, justo como le paso a mi abuelo cuando mi abuela falleció. Sentí un alivio porque mi abuelo ya estaba en un mejor lugar y porque mi mamá ya era libre, de cierto modo, de vivir su vida como jubilada después de 10 años. Sentí un alivio cuando vi a mis amigos estar ahí para mí y al ver de nuevo a mis familiares que viven fuera de la cuidad.
No me malinterpreten, Kary y Alexa fueron las primeras personas a las que les llamé cuando pasó todo (después de mi jefe), y agradezco mucho que hayan respondido y haberse ofrecido para apoyarme emocionalmente, pero ¿qué hubiera sido si hubiera sido alguien más? Por mi mente, quizás durante unos 10 minutos, resonó la idea de llamar a E sólo para desahogarme, a fin de cuentas él conocía el contexto de mi abuelo y meramente sería una simple llamada, pero no hablamos: no hablamos desde que terminamos casi a finales de Septiembre, a pesar de que terminamos bien y nos pedimos mutuamente un tiempo para poder sanar, no sabía qué tan prudente sería llamarlo cuando con sólo escuchar un "¿cómo estás?" me quebraría en llanto, además nada me asegura que hubiera respondido mi llamada o que reconociera mi número; yo no he borrado su número, de vez en cuando me salen sus stories en WhatsApp pero me limito a no reaccionar. Parte de mí hubiera deseado llamarle en ese momento, o esperar a su cumpleaños, el cual estaba cerca, para felicitarlo y poder desahogarme, pero no lo hice. Supongo que fue para bien...
Por otro lado, me alegró darme cuenta que no estaba solo... mis amigos llegaron en un buen momento durante el funeral. Todo sucedió después de la misa, emocionalmente ya no podía soportar un minuto más reprimiendo mis emociones ni jugar a ser el fuerte por mamá, Ale, o Titi. Quería que alguien me escuchara y me consolara de cierto modo. Lo que me dijo Thelma, una compañera del trabajo, me hizo eco después de que ella y Chava se fueran: Oye sí, tu mamá perdió a su papá y la está pasando mal, pero tú también estás viviendo una pérdida: Perdiste a tu abuelo y, si mal no recuerdo por lo que me platicaste alguna vez, era el último de tus abuelos. Traté de aguantar lo más que pude, pero cuando salí a la explanada y ver a Alexa, Kary, y Emi (el heterosexual) no pude evitar romperme y tener mis cinco minutos de autocompadecerme y dejarme cuidar por ellos.
Poco a poco fueron llegando los demás: Jorge, quien venía muy arreglado por una conferencia, Robert, quien también venía un poco formal para un funeral, Dani, quien manejó desde Torreón sin conocer Gómez para poder estar ahí, y por último Esme y Lucía, también vinieron de lejos y sin cenar para poder acompañarme. De un momento para otro dejamos de hablar sobre la tristeza y lo que conlleva una muerte, a hablar de chistes locales, anécdotas de antes que varios de nosotros entráramos a JL, chismes dentro de la asosiación, entre otras cosas. El dolor emocional se fue reduciendo hasta el grado de olvidar porqué estábamos ahí de primera instancia. Pensé que sus visitas serían de dar el pésame y retirarse a los 10 minutos, pero todos se quedaron bastante tiempo, y de verdad estoy muy agradecido por ello. No miden el cariño que les tengo por estar ahí y por el apoyo en los días posteriores.
Vivir en duelo me ha puesto a pensar en demasiadas cosas, me ha hecho apreciar un poco más las cosas cotidianas, apreciar y valorar un poco más mi círculo cercano y a mi familia. Recuerdo que al hablar con mi psicóloga, me comentó que el tiempo ha sido muy benévolo conmigo: Todo ocurrió unos días antes de las vacaciones de primavera, por lo que tendré un poco de tiempo en estos días de descanso para poder asimilar el dolor y la pérdida. Supongo que aprovecharé estos días restantes de las vacaciones para poder sacar de mi cuerpo todas esas emociones reprimidas que viví durante estos últimos días, dedicarme un poco de tiempo a mí y a retomar algunas cosas que, por tiempo, no he podido hacer como trasnochar leyendo o escribiendo, o colorear, o estar todo un día en cama sin sentir culpa o presión laboral, limpiar y acomodar el armario, entre otras cosas.
Supongo que por el momento es todo, me gustaría volver a sentarme a escirbir sobre intentos de relaciones fallidos, o sobre cómo el duelo y la calentura son una pésima combinación de emociones, o puedo dedicar estos días a la instrospección y terminar de conocerme, pero eso lo escribiré despúes.
xx
Emiliano.
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notemilianos · 3 months
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My veins of pitch black ink
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notemilianos · 5 months
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Hablemos de como una canción de amor como Sweet Nothing de Taylor Swift, puede resignificarse del amor en pareja al amor en amistad.
Durante mi relación con E, Sweet Nothing me venía mucho a la mente; no sólo por la tranquilidad y la dulce melodía creada por Taylor y por Joe (Sí, él está acreditado como compositor) sino por el mensaje que tiene la canción: en un mundo donde se nos pide mucho como personas, profesionistas, o como hijos, siempre habrá alguien que no nos pida nada más que ser nosotros mismos.
Claro, en algún momento de la relación llegué a sentirme así: E no me pedía mucho y yo estaba feliz con ello. Obviamente, cuando todo terminó no pude escuchar la canción durante un tiempo, pero al ver mis videos de The Eras Tour y recordar que Sweet Nothing fue una de mis canciones sorpresas, ya no pensé en E: pensé en todas las personas que estuvieron ahí antes, durante y después de E.
Es en hecho que si mis amigos no hubieran estado conmigo durante mi duelo, el proceso hubiera sido completamente diferente y muy muy pesado. Con ellos me puedo dar cuenta que dentro de un mundo donde se me pide mucho en varios aspectos, mis amigos son el lugar seguro donde puedo ser yo mismo. Gracias infinitas por ser mis Sweet Nothings❤️‍🩹
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notemilianos · 5 months
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Aún...
Aún me presgiuen los recuerdos de lo que alguna vez fuimos. Aún conservo tu pulsera y aquellas instantáneas. Aún me pregunto si realmente tomamos la decisión correcta. Aún tengo cientos de mensajes que quisiera enviarte. Aún sigo pensando en "¿Qué hubiera sido si..?" Aún pienso en que lejos estamos mejor...
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notemilianos · 5 months
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Y es que aún hay algo de ti en mí... ¿Cómo poder arrancarlo de raíz?
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notemilianos · 5 months
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Parte del proceso...
No miden la catársis que You're Losing Me y happiness de Taylor Swift han hecho en mí desde mi rompimiento con E (cuestiones de anonimato, jeje). Y es que ambas canciones describieron los momentos clave de este suceso.
You're Losing Me fue la crónica de una ruptura anunciada: algunas semanas antes de terminar, ya había tomado la desición de hacerlo y esta canción me ayudó de cierto modo a prepararme para vivir un duelo. Every morning I glared at you with storms in my eyes... vivir mi día a día con el sentimineto constante de querer llorar y fingir que no pasaba nada, hasta el punto en que mis amigos se dieron cuenta de que sí estaba pasando algo.
Y lo que pasó es que no buscamos culpables, ambas partes hicimos o dejamos de hacer cosas dando como resultado lo inevitable; si bien cada uno teníamos nuestras situaciones personales, por mi parte puedo decir que le tenía un poco de miedo e incertidumbre al compromiso a largo plazo. E quería vivir cosas muy formales en tan poco tiempo y yo quería que nos dedicaramos a vivir el presente.
Llegó un punto de la relación en la que ya estaba perdida y no había vuelta atrás. Lo poco pero muy lindo que habíamos construido había llegado a su fin. Parte de mí aún siente un poco infravalorada: di de más y recibí menos.
Por otro lado, happiness llegó para hacerme ver las cosas desde otra perspectiva. Primero me ayudó a terminar de asimilar que el rompimiento había ocurrido de la mejor forma, puesto que fue mutuo y sano. También si quería dejar ir a E de una forma en la que el dolor fuera menos, no debía de villanizarlo: como ya lo dije, ambos teníamos nuestras razones para ya no continuar juntos y la verdad es que no me lastimó demasiado; supongo que lo trabajado en terapia al fin está dando sus frutos.
No fue hasta algunos días después cuando caí en cuenta que este era mi primer truene formal y sano, no por demeritar los anteriores (que no fueron truenes como tal), pero justo como dice la canción no one teaches what to do when a good man hurts you, and you know you hurt him too. Claro, la vida no viene con un manual para todo pero ¿Cómo poder sobrellevar un rompimiento como este? Cuando los anteriores habían sido pleno ghosting o relaciones informales; sorpresivamente E no me dejó con un dolor tan profundo por la forma en que, funcionábamos tan bien que nuestro fin llegó a ser bueno.
Supongo que ambos encontraremos a alguien mejor. Me quedo con los buenos recuerdos y lo que aprendí; creo que estar con E me ayudó a darme cuenta qué cosas quiero o no quiero en una relación. También me hizo darme cuenta en que algún hay un par de cosas que debo trabajar en y por mí para poder sentirme mejor en cualquiera de mis relaciones.
I haven't met the new me yet...
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notemilianos · 5 months
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Tengo deseos de empezar a escribir, pero no sé por donde comenzar...
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notemilianos · 5 months
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Maybe, you do were my getaway car...
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notemilianos · 5 months
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No tenías el derecho de volver
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notemilianos · 4 years
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just in case you haven’t heard an angel sing
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notemilianos · 4 years
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See you later… Andrés.
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notemilianos · 6 years
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Mood 4 the rest of the year:
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notemilianos · 6 years
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Los invito a seguirme en VSCO, a veces le echo ganas en las fotos que subo(?) Mi username es: emilianosaucedo
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