Tumgik
cachuland · 2 days
Text
El amor y la muerte
Tuve un recuerdo del futuro: siempre el amor está mezclado con la muerte.
El amor y la muerte, dos fuerzas poderosas y a menudo misteriosas, parecen entrelazarse en el tejido mismo de la existencia. Si observamos la naturaleza, encontramos ejemplos de esta unión en cada rincón del mundo. En el ciclo de vida de una flor, por ejemplo, vemos cómo el amor se manifiesta en la belleza y fragancia de sus pétalos, atrayendo a polinizadores que aseguran su reproducción. Sin embargo, este proceso de vida está inseparablemente ligado a la muerte, ya que una vez que la flor ha cumplido su propósito, marchita y eventualmente se desintegra, devolviendo sus nutrientes al suelo para dar vida a nuevas plantas.
Del mismo modo, en el reino animal, vemos la expresión del amor en los vínculos entre padres e hijos, parejas monógamas y relaciones sociales complejas. Pero incluso en estos momentos de ternura y cuidado, la sombra de la muerte acecha, recordándonos la fragilidad de la vida y la inevitabilidad de la partida.
En la experiencia humana, esta interacción entre el amor y la muerte es aún más palpable. El amor nos llena de alegría y nos conecta profundamente con los demás, pero también nos expone a la angustia de la pérdida. En nuestras relaciones más íntimas, nos enfrentamos al dilema fundamental de que el amor, al ser tan vital y significativo, también nos hace vulnerables al dolor más profundo cuando se enfrenta a la pérdida.
Sin embargo, esta conexión entre el amor y la muerte no debe ser vista como una tragedia inevitable, sino como parte inherente de la riqueza y complejidad de la vida. Es a través del amor que encontramos significado y trascendencia, y es a través de la muerte que recordamos la fragilidad y la preciosidad de cada momento. En última instancia, abrazar tanto el amor como la muerte nos permite vivir de manera más plena y auténtica, sabiendo que son dos caras de la misma moneda, inseparables en su danza eterna.
1 note · View note
cachuland · 6 months
Text
Bajo la luna
Bajo la luna, en el rincón callado del ser, la creatividad se teje en hilos invisibles, compañera fiel desde siempre, sin entender el cómo ni el porqué, nace en los umbrales.
Mis libros son ventanas a otros universos, donde me pierdo, me halla la inspiración. Palabras impresas como tesoros dispersos, música fluyendo, melodía en el corazón.
El arte en colores, formas y emociones, es mi lienzo para el alma sin medida. Expreso lo que las palabras sin pretensiones, no pueden capturar, es mi propia vida.
Las diminutas piedras, cimientos de hazañas, en mi camino tienen un rol vital. En lo modesto encuentro las hazañas, filosofía arraigada, virtud inmortal.
Busco la luz en medio del caos creciente, en la tormenta, la brisa me llama. Miro más allá, oportunidad latente, en cada desafío, aprendizaje en la trama.
Soy un alma que vive a través del arte, en los detalles más sutiles halla belleza. Cada página leída, canción, pincelada parte, de mi ser, en cada desafío, fortaleza.
Así soy yo, tejido en hilos de la creación, explorando maravillas con mirada curiosa. La vida me moldea, es mi evolución, un ser resiliente, en el camino de la rosa.
0 notes
cachuland · 9 months
Text
La gente muere
La gente muere y queda todo ahí; los planes a largo plazo, las tareas de casa, las deudas con el banco, las parcelas, las joyas, el coche nuevo que compraste para tener status. La gente muere sin siquiera guardar la comida en el refri. Todo se pudre. La ropa se queda colgada o puesta en su lugar.
La gente muere. Se disuelve toda la importancia que pensábamos que teníamos, la vida continúa. Las personas superan tu ausencia y siguen sus rutinas normalmente. La gente muere, y todos los grandes problemas que creíamos que teníamos se transforman en un inmenso vacío. Los problemas viven dentro de nosotros. Las cosas tienen la energía que ponemos en ella y ejerce en nosotros la influencia que permitimos.
La gente muere y el mundo sigue siendo caótico, como si nuestra presencia o ausencia no hicieran la menor diferencia. En realidad no lo hace. Somos pequeños, pero prepotentes. Vivimos olvidando que la muerte siempre está al acecho.
La gente muere, pues así es. Un parpadeo y al otro ya estás muerto. El perro es donado y se aferra a los nuevos dueños, los viudos se casan nuevamente, andan de la mano, van al cine, se divierten y te olvidan. La gente muere y somos rápidamente reemplazados en el puesto que ocupábamos en la empresa. Las cosas que ni siquiera usamos son donadas, algunas tiradas a la basura. Cuando menos esperamos la gente muere.
Por otra parte, ¿quién espera morir? Si la gente aguardara por la muerte, tal vez procuraría vivir mejor, tal vez usaría su mejor ropa hoy, su mejor perfume, viajaría hoy, tal vez la gente comience el postre antes del almuerzo, tal vez la gente esperaría menos de los demás. Si la gente aguardara por la muerte, tal vez perdonaría más, reiría más, apreciaría la naturaleza, tal vez valoraría más al tiempo y menos al dinero.
Si la gente tuviera conciencia de que puede partir de este mundo en cualquier momento, tal vez entendería que no vale la pena entristecerse con las cosas banales, escucharía más música y bailaría aun cuando no lo sepa hacer.
El tiempo vuela, a partir del momento en que la gente nace comienza el viaje veloz con destino al fin y aún hay quienes viven con prisa, sin darse el regalo de percibir que cada día más es un día menos, porque la gente muere todo el tiempo, poco a poco y un poco más cada segundo que pasa.
Solamente nos queda respondernos de manera personal, ¿qué estoy haciendo con el tiempo que me queda?
1 note · View note
cachuland · 11 months
Text
La sombra de mi mente
En el silencio de mi alma he encontrado una sombra que en mi ser se ha instalado, se adueña de mis pensamientos, traspasa, y me envuelve en su abrazo, sin descanso.
No es amigo, ni amor, ni familiar, es una oscura presencia singular, que me sumerge en la bruma y el pesar, y me hace sentir tan lejano y ausente.
En medio de la multitud me siento solo, mi sufrimiento y mi inquietud son silencio, nadie parece notar mi desconsuelo.
Pero sé que no es verdad, hay quien me ama, quien me acompaña en la tristeza y reclama, tendiendo su mano, su fe es mi reclamo.
Aunque la sombra aceche y me persiga, buscaré la luz que mi interior abriga, no estoy perdido ni abandonado, siempre hay alguien que me espera y cuida.
En la oscuridad, un rayo brilla, la sombra no puede apagar su estela, siempre hay alguien que me quiere bien, y en su amor encuentro mi anhelo eterno.
3 notes · View notes
cachuland · 1 year
Text
Todo es una ilusión
¿Sabías que no hay opciones? Ya están tomadas. Sólo estás viviendo la ilusión de que tienes opciones.
Según el físico Carlos Rovelli, el tiempo es una ilusión. Rovelli, argumenta que el orden del tiempo es mucho más ilusorio.
Percibimos 3 dimensiones al mismo tiempo; largo, ancho y alto, y es así que percibimos presente, pasado y futuro, 3 dimensiones, pero cuando entramos a una dimensión más grande, el tiempo deja de ser lineal y sucede simultáneamente al mismo tiempo.
Nosotros sólo percibimos la tercera dimensión, y para seres de segunda dimensión, su realidad es completamente distinta a la de nosotros. Pero todas las dimensiones coexisten al mismo tiempo. Sólo nosotros percibimos el tiempo lineal, que es una idea de medición construida y utilizada por el ser humano. El tiempo no existe, los relojes sí. Esto quiere decir que nuestro presente, pasado y futuro, están existiendo al mismo tiempo, sólo no somos capaces de percibir esa magnitud por los límites de dimensión que habitamos.
Si nuestro futuro ya está pasando, y hay infinitas posibilidades y desiciones que ya estamos tomando, realmente no estamos recibiendo o teniendo opciones, estamos simplemente tomando situaciones que ya están sucediendo.
Tu subconsciente crea el 95% de tu realidad, quien ya sabe lo que va a suceder, basado en tus emociones y expectativas. Sólo el 5% de ti piensa que tiene la libertad de escoger, pero la decisión ya está realizada, cualquier opción que tomes ya hay una parte de ti teniendo la experiencia. Mientras más te conoces más claras son esas desiciones ya tomadas.
3 notes · View notes
cachuland · 1 year
Text
Mar oscuro
Vivía en un apartamento pequeño en la colonia Merced Balbuena, en la CDMX, muy cerca del Mercado Sonora. Nunca había sido un gran aficionado a la conversación con mis vecinos, pero últimamente algo extraño estaba sucediendo en mi edificio de apartamentos. Por la noche, escuchaba sonidos, gritos y risas que me impedían dormir.
Un día, mientras estaba sentado en mi sofá, unos ruidos extraños que provenían del apartamento de al lado me hicieron dejar el libro que tenía entre mis manos. Me levanté y caminé hacia la pared, tratando de escuchar con más atención. Fue entonces cuando lo entendí, era el sonido de una extraña ceremonia, como si estuvieran hablando en una lengua desconocida. Me acerqué a la puerta y puse mi oreja en ella, tratando de escuchar lo que estaban diciendo.
De pronto, un grito invadió el lugar y me alejé de la puerta de golpe. Sentí un escalofrío recorriendo mi cuerpo, como si algo inexistente me hubiera tocado. Me retiré por completo de la puerta y me senté en mi sofá, tratando de calmarme. Pero no podía dejar de pensar en lo que acababa de escuchar.
Esa misma noche, traté de dormir, pero no podía. Los gritos y risas diabólicas continuaron, haciéndome sentir que estaba perdiendo la razón. Desesperado, y ya cansado por lo sucedido, decidí investigar. Fui al sótano del edificio. Era un lugar un tanto descuidado, sucio y desordenado. Estaba un poco confundido al caminar entre los artilugios que llenaban el lugar. Repentinamente, hubo algo que llamó mi atención, algo que no concordaba con los patrones gráficos del papel tapiz que cubría todas las paredes. Me pareció curioso notar esa secuencia de flores y enredaderas romperse. Poco a poco me iba acercando a ese lado de la habitación hasta poder tocar el muro con mi mano. Al llegar ahí noté que la pared escondía algo, una puerta oculta tras las flores impresas en esa base non-woven.
Crucé el marco de madera y caminé por un pasillo estrecho hasta llegar a una especie de templo. Era un tanto oscuro, siniestro, lleno de velas y símbolos extraños. La atmósfera era opresiva y sentí que algo me observaba desde las sombras. Sabía que ese lugar no era humano, que era algo fuera de este mundo. 
Entonces los vi. Había un grupo de personas vestidas con túnicas negras, haciendo una extraña ceremonia a un ser desconocido, era una figura de piedra que reposaba en el centro de la cámara. Sus rostros estaban cubiertos con máscaras horribles. Traté de alejarme, pero tropecé y caí al suelo, haciendo un ruido fuerte.
Estas personas se giraron hacia mí y me miraron fijamente. Un frío me recorrió la espalda hasta la nuca, sentí que mi mente se rompía y algo horrible se apoderaba de mí. Logré ponerme de pie y correr con todas mis fuerzas hasta escapar de ese lugar.
Desde aquella noche, mi vida se convirtió en una pesadilla constante. Los ruidos, gritos y risas diabólicas se hicieron más fuertes y constantes. Sentía que aquellos enmascarados estaban detrás de cada esquina, acechándome, esperando el momento perfecto para capturarme y llevarme a los aposentos de ese ser, esa extraña figura que no concordaba con nada que haya visto antes.
Intenté hablar con los demás inquilinos del edificio, pero nadie parecía saber nada sobre lo que sucedía en el sótano. Algunos me miraban con incredulidad, otros con miedo, pero ninguno parecía tener una respuesta para mí. Me sentía solo y abandonado en mi lucha contra esta presencia.
Una noche, mientras trataba de dormir, escuché un ruido en mi apartamento. Me levanté de la cama y caminé hacia la puerta, temblando de miedo. La puerta estaba abierta y la luz del pasillo se colaba en mi habitación. Sentí que algo se movía en la oscuridad, algo que no podía ver, pero que estaba allí, acechando.
Inesperadamente, la puerta se cerró de golpe y me quedé atrapado en la oscuridad. Escuché un ruido detrás de mí y me giré, tratando de ver qué estaba pasando. Fue entonces cuando lo vi, una figura siniestra y oscura, vestida con una túnica negra y una máscara horripilante. Me agarró por el brazo y me arrastró hacia la oscuridad.
Intenté luchar, pero su fuerza era inhumana. Me llevó por un pasillo oscuro y angosto. Sentía que la vida se desvanecía ante mis ojos, que estaba a punto de ser llevado a algún tipo de infierno demencial.
Pero entonces, algo extraño sucedió. El enmascarado se detuvo en seco y comenzó a temblar. Sentí que su cuerpo se estremecía y que algo oscuro salía de él. Fue entonces cuando vi su rostro, un rostro humano, lleno de terror y angustia.
Me soltó y dijo “Vete, vete antes de que nos encuentren”. No entendía lo que pasaba, pero tampoco quería quedarme para averiguarlo.
Decidí abandonar el edificio y empezar una nueva vida. Me mudé a la ciudad de Guadalajara. Traté de olvidar todo lo que había sucedido. Pero el miedo siempre ha estado presente en mi mente, acompañándome a donde quiera que voy.
Hay noches donde sueño a ese ser, a esa figura de piedra de alto relieve girando alrededor de mí, mientras escucho una voz, más como un susurro que dice: “No te preocupes, Javier, ya no volverás a estar solo”. Después de eso no recuerdo nada. Me pierdo en la noche, en la profundidad de ese mar oscuro que invade cada rincón de mi mente. Ese mar del cual no quisiera emerger jamás.
7 notes · View notes
cachuland · 1 year
Text
Abandono
A todos nos abandonaron un día. Y cuando digo abandonar, no me refiero sólo a un acto extraordinario. Traumático. No. Es más simple. Pero duele igual.
A todos nos abandonaron en medio de un caos. En el inicio de un proyecto. En el placer del logro cumplido. En el momento menos pensado. En el momento más esperado.
A veces pasa, que te das vuelta y no tienes quién te junte los mocos, quién te dé la palmada en la espalda, quién te guiñe el ojo cuando algo te salió bien y quién te limpie las rodillas cuando te fuiste al suelo.
Todos sabemos de la soledad que se siente cuando nos sentimos solos.
Porque todos fuimos abandonados un día.
Y entonces, encontramos un secreto tristísimo, un acto paliativo, para tapar ese pozo.
Vemos gente que se come la angustia tragándose un paquete de cigarros, el otro que corre y corre como un loco a ver si el viento en la cara le vuela ese agujero en el pecho. Personas que se comen las uñas junto con los nervios y la ansiedad paralizante. Paquetes de galletitas que van a parar a la boca sin noción de que, lo realmente intenta matar, no es el hambre.
Personas que se perforan la nariz y las venas, con alguna que otra cosa que lo pase a otra realidad por un par de horas. El otro se pone a jugar lo que no tiene.
Tú compras compulsivamente cosas que no necesitas, para sentirte un poco vivo por un instante.
Y yo, me quedaré mirando una película, que me habilita disimuladamente a llorar mirando afuera, lo que no tengo ganas de mirar hacia adentro.
Es que somos tan malditos con nosotros mismos, que cuando peor estamos, es cuando más nos castigamos.
Porque todo eso que te comes, te come a ti. Te pone peor. Te suma al abandono, la culpa de hacer algo que sabes que no es genuino. Que no es lo que quieres.
No comes así por hambre. No corres por deporte, cuando te estás olvidando de ti. No te intoxicas por placer. No te acuestas con esa chica por amor. Tapas. Escondes. Tiras abajo de la alfombra. Cierras los ojos. Te pones un bozal y un par de auriculares para no escuchar tu corazón.
Date cuenta.
Te estás comiendo a ti. Y quizá, el secreto esté en frenar. En sentir. En recordar que, en ese abandono, lo que te falta es lo que tienes que buscar.
Amor.
Quizá sea hora de pedir ese abrazo. De acostarte en las rodillas de tu mamá. De ponerte las pilas y llamar diciendo "sí, te juro que te necesito" .
Es ahora. Después no. Ahora.
Anda a esa casa. Habla con quién te escucha. Llora. Grita. Dilo. Vomita. Pide. Da.
Ahora.
Hacer malabares en medio del caos, no tiene más que un resultado caótico. Resultado que no va a curar la herida que te sangra, porque le estás metiendo un curita, y los curitas no curan, los curitas tapan. Y tú sabes muy bien que el dolor tapado no es dolor sanado.
Para un poquito. Mira en el espejo de tu alma. Frena. Mira lo que te falta y sal a buscarlo en dónde creas que lo puedas encontrar. De verdad.
No revolotees como mosca en platos vacíos. Pide lo que necesitas si ves que solo no puedes.
Porque no hay peor abandono que el que se hace a uno mismo. Con eso no se juega. No tienes derecho.
15 notes · View notes
cachuland · 2 years
Text
Clic
Hay días como hoy que me gustaría tener los ojos en las plantas de los pies, para tener que tumbarme cada vez que quisiera ver algo. Tener los brazos en la espalda, para hacer manitas por detrás mientras hablo tan tranquilo por delante. Me gustaría oler con las uñas de los dedos y pensar con los poros de la piel. Tener la garganta en el estómago, para hacer la digestión de las palabras. Masticar la fruta con los omóplatos y que la médula sea mi esófago.
Que los huesos vayan por fuera y la carne por dentro, para nacer con una casa y no pensar en hipotecas. Así, mis invitados, entrarían por el hueco de los ojos, y yo daría fiestas en el hígado blandito. Mi corazón sería la bodega y nos emborracharíamos de mi sangre. Me gustaría que mi sangre fuera el vicio de la gente, su felicidad y su muerte. Su única aspiración; mi sangre. Tener el pubis en la cara, y el culo... el culo está bien donde está.
Mira, ya sé lo que me gustaría. Me gustaría que mi nariz fuera el interruptor de la muerte y que pudiera apagarlo cuando quisiera, para no tener que vivir por vivir, y que me volviera a encender otra vez quien me quisiera, para vivir con ella. Clic.
0 notes
cachuland · 3 years
Text
La gente muere
La gente muere y queda todo ahí; los planes a largo plazo, las tareas de casa, las deudas con el banco, las parcelas, las joyas, el coche nuevo que compraste para tener status. La gente muere sin siquiera guardar la comida en el refri. Todo se pudre. La ropa se queda colgada o puesta en su lugar.
La gente muere. Se disuelve toda la importancia que pensábamos que teníamos, la vida continúa. Las personas superan tu ausencia y siguen sus rutinas normalmente.
La gente muere, y todos los grandes problemas que creíamos que teníamos se transforman en un inmenso vacío. Los problemas viven dentro de nosotros. Las cosas tienen la energía que ponemos en ella y ejerce en nosotros la influencia que permitimos.
La gente muere y el mundo sigue siendo caótico, como si nuestra presencia o ausencia no hicieran la menor diferencia. En realidad no lo hace. Somos pequeños, pero prepotentes. Vivimos olvidando que la muerte siempre está al acecho.
La gente muere, pues así es. Un parpadeo y al otro ya estás muerto. El perro es donado y se aferra a los nuevos dueños, los viudos se casan nuevamente, andan de la mano, van al cine, se divierten y te olvidan. La gente muere y somos rápidamente reemplazados en el puesto que ocupábamos en la empresa. Las cosas que ni siquiera usamos son donadas, algunas tiradas a la basura. Cuando menos esperamos la gente muere.
Por otra parte… ¿quién espera morir? Si la gente esperase por la muerte tal vez procurara vivir mejor, tal vez usara su mejor ropa hoy, usara su mejor perfume, viajara hoy, tal vez la gente comience el postre antes del almuerzo, tal vez la gente esperase menos de los demás. Si la gente esperase por la muerte tal vez perdonaría más, reiría más, apreciaría la naturaleza, tal vez valoraría más al tiempo y menos al dinero. Si la gente tuviera conciencia de que puede partir de este mundo en cualquier momento tal vez entendería que no vale la pena entristecerse con las cosas banales, oyese más música y bailase aún cuando no lo sepa hacer.
El tiempo vuela, a partir del momento en que la gente nace comienza el viaje veloz con destino al fin y aún hay quienes viven con prisa, sin darse el regalo de percibir que cada día más es un día menos, porque la gente muere todo el tiempo, poco a poco y un poco más cada segundo que pasa.
Respondamos para nosotros la pregunta ¿qué estoy haciendo con el tiempo que me queda?
Te invito a reflexionar y ser proactivo. Disfruta todo lo bello de esta vida y aprovecha toda oportunidad de ser feliz y hacer felices a quienes te rodean.
6 notes · View notes
cachuland · 3 years
Text
Capullo
Nuevamente me encuentro aquí, inmerso en ella. Sabía perfectamente que ese delicado capullo eclosionaría en una infinita hondonada, vaya, no traería consigo nada bueno nuevamente. Pero... ¿qué es lo que puedo yo hacer, cuando al final siempre decido abrazarla? La tomo de la mano y continúo paso a paso su andar, llevándome constantemente por caminos sinuosos, oscuros… por recuerdos que ella misma me ha hecho pretender que ya no existen, que nunca sucedieron. Presiono los ojos con firmeza deseando que estas perturbaciones se dispersen poco a poco, pero no, están aquí, siempre bailando a mi alrededor como flama de vela, burlándose de lo que fue, lo que es y lo que será. Abro los ojos de golpe...
7 de la mañana. Una fría brisa recorre mi cuerpo al levantarme de la cama. Busco con los pies mis sandalias. Tomo mi teléfono celular y, sentado en la orilla de ese pequeño pedazo de cielo hecho de madera, acero y algodón, contemplo por un momento vidas surrealistas que las personas hemos creado en estas estructuras sociales de internet, compuestas por miles y miles de actores que cada día demuestras sus capacidades para pintar vidas perfectas.
Me incorporo y decido caminar hasta la ducha, ese maldito lugar que siempre colabora para que mi mente vuele, tan alto como para llegar a Alfa Centauri sin mover un sólo dedo.
El agua tibia cae de golpe sobre mí, la temperatura de ésta comienza a subir cada vez más. Tomo el shampoo barato que compré en una tienda, ese de plantas misteriosas que “rejuvenecen el cuero cabelludo con tan sólo usarlo desde la primera vez”, y vierto un poco de él en mi mano izquierda.
La espuma que emerge comienza a aumentar considerablemente, iniciando su recorrido por mi rostro. Finalmente cierro los ojos y respiro profundamente.
Al abrir la puerta para salir del baño el vapor de agua escapa lentamente, densamente. Me visto, preparo la mochila que siempre utilizo para ir a la oficina, tomo un par de rebanadas de pan tostado con mermelada de fresa y un sirvo un vaso de leche. Veo de reojo esa botella de brandy barato que me prometí dejar de beber, ya no era bueno para mí.
Por fin salgo de la casa…
-Maldita sea, olvidé lavarme los dientes. ¿Y si me piden hablar con alguien después de la presentación? No creo, ¿seguro? a ver ya, respira. ¿Dónde dejé mi gafete? ok, ya, al rato lo busco. ¿Sí apagué el boiler?...
Por un momento olvidé que estaba conduciendo. Me detuve en la siguiente esquina para respirar.
9 de la mañana. Abro la puerta del edificio y corro hacia el elevador y… la voz, esa maldita voz otra vez. Horas y horas de sus susurros me recorren por completo.
-Miguel, ¿por qué no dejas de sudar? te he visto un poco desorientado, cabizbajo, ¿todo bien contigo?
Me dice mi compañero de trabajo después de limpiarme la frente con mi camisa azul.
-No es nada, no soporto el calor, sólo es eso.
6 de la tarde. Recorrer nuevamente las calles de regreso a casa es cansado. Esa voz… sé lo que significa cuando llega esa voz.
Al llegar a casa me dirigí al sillón de la sala y me recosté, sabía que ella llegaría de nuevo, la sentía cerca. Me prometí no volver a aceptarla, hacer lo que sea para que se fuera. Nunca fue mi voluntad que ella llegara a mí, tampoco pedí sentirme así, solo, triste, sin ganas de hacer algo al respecto. Entonces mi rostro gira en dirección al estante tubular, ahí estaba esa delicada botella de cristal color ámbar. Su contenido, delicioso Brandy, ese maldito brandy.
Mi poca fuerza de voluntad me lleva a tomar tragos y tragos de ese dulce veneno.
Estaba seguro que si seguía así ella regresaría, me acogería, me haría sentir todo y nada, me demostraría que el dolor solamente se puede detener de una sola manera.
Lucho por incorporarme y salir de la casa, pero caigo al suelo, y me doy cuenta que nuevamente me encuentro aquí, inmerso en ella. Sabía perfectamente que ese delicado capullo eclosionaría en una infinita hondonada, vaya, no traería consigo nada bueno nuevamente. Pero...
4 notes · View notes
cachuland · 3 years
Text
La existencia
El universo es el verdadero y único padre de cada uno de nosotros, creador de estrellas, de galaxias. Tan sabio y preciso como para crear un planeta con las condiciones ideales para que tú y yo existiéramos.
Y toda nuestra existencia nos preguntamos a qué venimos y por qué estamos aquí. Pero no todos conocemos la respuesta hasta que miramos hacia nuestro pasado.
Este es el secreto de la existencia.
Hace miles de millones de años, más allá del sistema solar, más allá de todo lo que ves, de todo lo que tocas, y más allá, incluso de nuestro entendimiento, una explosión inició un proceso que hasta ahora no ha dejado de manifestarse.
Hace aproximadamente 13 mil millones de años el universo inició un proceso tan preciso que te creó a ti, que me creó a mí. Dentro de tal precisión su sabiduría infinita creó las condiciones necesarias para que nuestro planeta existiera. Entonces, ¿crees que el universo se haya equivocado en atribuiré una función?
Desde un asteroide hasta la más pequeña partícula jamás conocida por el hombre, cada elemento que conforma el universo cumplen funciones que hacen que el mismo universo siga su curso y así dar paso a nuevas creaciones.
Tú, yo, todos en el mundo tenemos una función. Un propósito de vida.
Así como nuestro planeta no sería posible sin la energía del sol, mismo que cumple la función de darnos vida, y a su vez, es el resultado de miles de millones de procesos, la vida en nuestro mundo también tiene un propósito. Pero, ¿de qué se trata entonces?
Observa tu pasado. Por un momento cierra los ojos, recuerda cuando eras niño, cuando tu pensamiento era más puro, cuando lo que tú hacías no era tanto el resultado de una construcción social sino de tu propio instinto, de tu propia naturaleza.
Eras más un ser individual que el resultado de un pensamiento colectivo. Pero pasaron días, pasaron los años y de repente vives bajo la rutina, bajo un sistema que se te impuso en el cual no decidiste estar nunca, firmaste un contrato social del cual no sabías nada cuando eras niño. ¿Qué sucedió?
Todos los procesos que se tuvieron que llevar a cabo, todas las coincidencias, todos los miles de millones de años que tuvieron que pasar para que tú fueras creado, tuvieron precisamente el propósito de crearte.
¿Cuál es tu función entonces?
Imagina que eres el asteroide que se estrelló hace 66 millones de años, pero, por alguna razón decides que no quieres estrellarte contra la tierra, decides seguir un curso que alguien más te dijo que es el correcto.
Tu función, tu propósito, entonces, fueron eliminados. Por lo tanto, gracias a tu rebeldía y a que no comprendías que tu función era estrellarte contra el planeta tierra, los seres humanos jamás existirán.
Ahora, piénsalo así en tu vida diaria.
¿Acaso no has entendido cuál es el secreto de tu existencia?
Así como el asteroide tu vida tiene un propósito, pero la gran diferencias es que por alguna razón tú puedes decidir si hacer lo que el universo te invitó hacer o crear tu propio camino.
Cuando somos niños estamos más conscientes que nunca de qué es lo que vinimos hacer al mundo, pero poco a poco la gente nos va cambiando la perspectiva de qué es lo que realmente amamos ser, y que nos hace diferentes de todos los demás. Algunos aman cantar, otros son curiosos, otros son creativos, otros son grandes inventores. Todas y cada una de las profesiones y oficios habidos y por haber se ven reflejados en la infancia, se sienten presentes y son muy evidentes en nuestra niñez.
Porque cuando eres un niño tu mente no está contaminada, y si cantas lo haces todo el tiempo.
El secreto de la existencia, pues, es hacer aquello que vinimos hacer al mundo. Lo que amamos hacer.
¿Ejemplos?
Algunos nacieron para hacer computadoras, otros nacieron para pintar, algunos nacieron para tocar la guitarra, otros para hacer hamburguesas y pollo frito, otros fueron creados para descubrir, otros para inventar. Pero todos ellos tienen algo en común; descubrieron en algún punto de sus vidas, que amaban algo y que no querían dejar de hacerlo jamás. Fue como entonces, cuando eran niños, empezaron hacer lo que ellos querían hacer, lo que amaban hacer. Así, la vida, su vida, cumplió con su función y tal como aquel asteroide que desencadenó una serie de eventos que hicieron que tu vida y la mía fueran posibles, todos esos personajes dieron paso a nuevas y mejores formas de vida, su función, el secreto de su existencia había sido ya cumplido.
Te invito a recordar que es lo que amabas hacer cuando eras niño.
Ese talento que ya estaba impregnado en tu ser, ¿dónde está?
Sólo tú lo tenías entre millones de personas, ¿por qué lo hiciste a un lado?
El secreto de la existencia, entonces, es nunca dejar de hacer lo que amas, sea lo que sea, sea en el momento que sea, tú tienes no sólo un talento, tienes muchos, pero hay uno que sobre pasa tu entendimiento, ese talento que apenas llegas a comprender cómo es que tú lo tienes y nadie más a tu alrededor parece tenerlo.
Algo que otros les parece muy difícil pero a ti te parece muy sencillo.
El secreto para trascender en ese planeta es el hacer eso que sólo tú sabes hacer, y cuando comiences a hacerlo, sin importar lo que diga la gente, el mismo universo te dará todo por haber cumplido con el propósito por el cual te creó. El propósito por el cual estabas designado a vivir en este planeta, que a su vez cumplió con la función de darte vida. Cualquier cosa que imagines puede ser real si comienzas hacer lo que amas, porque amas tanto hacerlo que juegas y juegas como un niño, tanto que te vuelves muy bueno en eso, y de pronto, eres tan hábil que puedes tener todo lo que jamás imaginaste.
Tu propósito en la vida es de trascender y eso se logra llegando a mucha gente, a muchas formas de vida, y eso, a su vez, se logra haciendo algo que sólo tú sabes hacer, algo que amas hacer.
Vivimos en un planeta tan insignificante ante el infinito universo, que decidas lo que decidas éste continuará su curso. Pero cuando vas de la mano con lo que él te ha designado se crearán las condiciones necesarias para que tú logres trascender.
No se trata de magia, se trata de algo que ya traes en tus genes, en tu ADN, y que nadie más puede quitarte a menos de que tú se los entregues por hacer algo que ellos piensan que es bueno para ti.
Finalmente, haz un viaje a tu pasado, platica con tu “yo” de niño, dile en lo que has convertido y pregúntate a ti mismo, ¿ese niño estaría orgulloso de lo que eres? ¿ese niño soñaba con lo que tú eres? Si la respuesta es “no” entonces qué esperas para hacer lo que amas. Esa es la única forma de trascender.
¿Por qué dejaste de ser un niño?
9 notes · View notes
cachuland · 3 years
Text
Pero desde esta mañana se sentía
intranquilo. Pasó el día trabajando; volvió
a casa, cenó, fue a acostarse. El miedo
no lo dejó dormir.
Ruidos fuera del cuarto lo levantaron.
En la entrada había un hombre idéntico
a él:
-No debiste estar despierto -dijo-.
Y le clavó un cuchillo, metió su cuerpo
inerte en una bolsa y se recostó en la
cama; descansó.
Hoy despierta. Se mira en el
espejo.
Pero desde esta mañana se sentía
intranquilo. Pasó el día trabajando,
volvió a casa, cenó, fue a acostarse. El
miedo no le deja dormir...
1 note · View note
cachuland · 3 years
Text
In lak'ech
La tierra y todo lo que vive en ella está apunto de experimentar muchos cambios, cambios muy significativos que ya están ocurriendo, pero estos cambios no hay que ser temidos, porque una vez que has obtenido la clara comprensión de qué es verdaderamente la realidad, una vez que has obtenido el entendimiento de cómo funciona la verdadera materia del universo, una vez que te das cuenta de tu conexión a todas las personas y a todas las cosas, una vez que te has centrado en el corazón y sigue el sendero de la única ley universal, una vez que todo ello te hace sentir, entonces… ¿qué hay que temer? ¿qué hay que odiar? ¿qué hay que juzgar? Entiende que la vida que estamos experimentando en esta realidad es un juego con libre albedrío siendo jugada por la conciencia única de la que todos somos meramente frecuencias, dándose que en este momento pasamos a la siguiente pantalla… ¿estás preparado?
Sintoniza con ese espacio detrás de tus ojos, date cuenta que para tratar con las situaciones que afrontamos en el mundo de hoy y para tratar los cambios venideros y tratarlos del modo adecuado lo único que necesitas hacer es estar centrado en la energía de tu corazón para darte cuenta de que todo lo que realmente existe dentro de esta realidad es energía que nada más y nada menos que de puro amor incondicional. Abrázalo, conviértete en él, porque es de lo que estamos hechos…
In lak'ech
1 note · View note
cachuland · 3 years
Text
El Tao
El Tao es una filosofía muy popular entre empresarios, gobernantes, ancianos… El Tao significa “El camino”, es la sustancia eterna de la que nace el universo y de la que emerge el equilibrio natural que le da forma a la naturaleza. Ya sé, ya sé, suena a religión, pero es filosofía, es metáfora pues.
Lao Tse escribió el Tao Te Ching mientras escapaba de la dinastía Zhou. En el describe la naturaleza de la realidad como él y sus antepasados la han percibido desde que aprendieron chino, es básicamente una declaración de humildad y confianza ciega hacia el universo. Es tanta su humildad que desde las primeras líneas admite que no puede conocerlo; “El Tao que puede ser descrito no es el verdadero Tao. El nombre que puede ser hablado no es el nombre eterno.” Como buen occidental yo no le tengo fe al cosmos, confío más en Carls Sagan cuando me dice que el universo no parece ni benigno ni hostil, simplemente es indiferente.
Pero hacer que no entenderlo, bueno, el Tao Te Ching se escribió 4 siglos antes de Cristo, miles de años antes que nuestros instrumentos más precisos nos revelaran que el 95% del universo observable es algo que, tiene nombre, pero no sabemos qué es. Entonces creo que sí, el Tao no es el Tao.
En estos textos Lao Tse enseña cómo actuar de acuerdo al ritmo natural del universo porque (spoiler), somos parte de él. “El hombre sigue al mundo, el mundo sigue al universo, el universo sigue al Tao y el Tao sólo se sigue a sí mismo.”
Esta escuela de pensamiento me gusta mucho porque su principal enseñanza es el Wu Wei (no acción), osea no hacer nada. “Trabaja sin esfuerzo. Actúa sin hacer nada. El Tao no actúa pero a través de él todo se hace.” Esto no quiere decir que te quedes todo el día viendo memes, más bien dice qué vivas en el momento, que aprecies el presente, que si te desases de la ideología, de tu ego y de tus planes podrás escuchar en el interior al Tao, tu propia voz, las necesidades del mundo real. Intuición, experiencias, sabiduría, no sé, es el Tao. “Creer que sabes es una enfermedad. Saber que esta es la enfermedad es el primer paso para la salud.”
Hablando de nihilismo, mientras que Nietzsche nos trataba de convencer de que inventemos solitos nuestro propio código moral, Lao Tse advierte que el problema es mucho más profundo, “Cuando el Tao se pierde, surge la bondad. Cuando la bondad se pierde, nace la moral. Cuando la moral se pierde, nace el ritual. El ritual es la cáscara de la verdadera fe, es el principio del caos.”
Pero como buen occidental no me termina de convencer, porque el Tao enseña ser uno mismo, pero no a través de la razón, ni los planes o mi ego, todo lo que identifico como yo, sino dejando ir, haciendo las pases con el mundo a mi alrededor, bueno o malo, seguirle la corriente al mundo, y otra cosita, no cambiarle nada, “¿Quieres cambiar al mundo? No creo que se pueda. El mundo es sagrado. Si interfieres con él, lo destruyes. Si lo tratas como un objeto, lo pierdes.”
Ah qué difícil es ser uno mismo; negar mi personalidad y hacerme uno con el mundo o negar mi humanidad y ser recordado por mi furioso bigote.
Hay otra opción, para ser tú mismo y no vivir una vida sin propósito podrías balancear el infinito. Esta idea se le ocurrió a Soren Kierkegaard. Según este muchacho de Dinamarca una de las desventajas de ser un chango con leguaje es que en nuestro interior habitan dos fuerzas opuestas; lo finito y lo infinito. Son muy parecidas a lo que Nietzsche llamaba “La Bestia Interior y el Animal Divino”; básicamente, en tu interior habitan un ángel y un simio, tranquilos es metáfora. El ángel sueña con lo infinito, de él viene tu potencial, las ideas que podrías traer al mundo, lo que podrías inventar, lo que podrías crear, tus infinitas posibilidades. El simio, en cambio, se encarga de lo finito, del mundo real, de tus necesidades más humanas, tus impulsos más básicos y las constantes urgencias del aquí y ahora. El ángel busca la libertad y el simio lo seguro.
Lo más fácil como seres humanos es escapar de nuestra responsabilidad de ser uno mismo y dejar que cualquiera de los dos gane. Cuando gana el simio te pierdes en lo finito, te olvida de cambiar el mundo y asumes tu lugar en la sociedad, sigues el guion que tus padres y las películas te dieron y actúas sin actuar, te haces uno con el Tao, porque escribió Kierkegaard “Es muy aventurado ser uno mismo. Es más fácil y seguro ser como los otros, convertirse en una imitación, en un número, en una cifra de la multitud.” Esta situación, según Kierkegaard lleva a la desesperación, pero el dice eso porque no conocía el Tao, porque si haces las pases con los aspectos menos llamativos de tu existencia, entonces cada momento de alegría vendrá como una agradable sorpresa, y ya sé, no es saludable estar bien adaptado a una sociedad enferma, pero es mucho más fácil. Ah, pero cuando gana el ángel nos perdemos en lo infinito, la vida se vuelve una serie interminable de experimentos. Hoy podrías ser un fotógrafo, pero mañana querrás ser DJ, y al día siguiente investigarás cómo salvar a las tortugas, mientras sueñas despierto con abrir una empresa de popotes boidegradables… el punto es que de tanto soñar no actúas. Tu vida se vuelve en una posibilidad abstracta porque tú quieres libertad, y hacer una cosa significa no tener la libertad de hacer las otras cosas, la mala noticia es que por nunca actuar nunca logras convertirte en ti mismo. La buena noticia es que tendrás una vida interesante, y más anécdotas que el resto de tus amigos, y en tu eterna experimentación, en tu ir y venir a merced de la intuición y tus sentidos eres la encarnación misma del Wu Wei. Pero si decides que el Tao no es lo tuyo, si decides nadar contra la corriente y darle a la vida tu propio sentido, entonces tienes que ser tú mismo Necesitas tomar una decisión, debe de haber un poco de orden en tu caos y un poco de caos en el orden para que el ángel y el simio puedan trabajar juntos, y esa decisión, si lo piensas, es como un acto de fe, no en la buena voluntad del universo sino fe en ti mismo. Y seamos honestos, no sabes qué vaya a pasar en el futuro, puedes planear, puedes calcular, pero tu voluntad está condenada a actuar alrededor de la fortuna, y esta incertidumbre provoca miedo, corrijo, causa ansiedad.
La ansiedad es distinta del miedo porque el miedo nos prepara para actuar, para correr o pelear, pero cuando sientes miedo la amenaza es clara, sabes desde dónde ataca, pero la ansiedad te paraliza, ese pequeñito terror por lo desconocido, como dijo Rollo May, nos ataca desde todas partes. Así que no solamente necesitas equilibrar el mar de impulsos contradictorios que hierven en tu interior, además tienes que lidiar con la ansiedad. ¿Cómo, medicamento, colorear mandalas? Nah, esas son trampas del Tao
Para Kierkegaard, la ansiedad no era un mal a derrotar sino una brújula, “Aquel que mira dentro del abismo, siente vértigo. La ansiedad es el vértigo de la libertad.”, y esa nos encanta de este lado del mundo, ese vértigo es señal de que tú, y sólo tú eres responsable de tu propia vida, pero, ¿cómo evitar que nos paralice?
Aquí Nietzsche tuvo un buen plan, necesitas una idea organizadora, algo así como una misión. Para ser tú mismo debes dedicarle tu vida a una causa más grande que tus miedos, que sea más importante que el cansancio y que te traiga más satisfacción que el placer.
Y esas, ¿dónde se consiguen?
Mira, aquí es donde la mayoría de la gente te va a decir que “Sigue tu pasión”, pero no creo que esas “pasiones” sea algo con lo que nacemos. Sí, hay gente que se dedica a lo que le apasiona, pero no sirve de nada decirles “sigue tu pasión”, ya lo están haciendo. En cambio, cuando no sabes qué hacer de tu vida, no tienes una idea organizadora y alguien te dice “sigue tu pasión” sólo te hace sentir peor por tu falta de objetivos.
Creo que el asunto está todo al revés, mientras te dedicas a algo que no te “apasiona” harás otras cosas y una de esas cosas te va a salir bien, causará un impacto en la gente a tu alrededor y te dejará expresar un poquito de tu universo interno a tras de tus obras.
Entonces, para encontrar una idea unificadora, creo que tienes que dejar ganar al ángel, por un rato nada más; experimenta, vive, vive mucho, si un trabajo no te gusta mándalo a la ver… renuncia, pero cuando encuentres esa idea, cuando el ángel te lleve hacia una de esas labores que cumplen con los 3 requisitos (habilidad, impacto, expresión), a largo plazo no son negociables. Cuando encuentres esa idea síguela, practica todos los días, el único modo de ser bueno en algo es hacerlo mal muchas, muchas veces. Dijo Henry David Thoreau “El propósito no es ganarse la vida o conseguir un buen trabajo, sino hacer bien un determinado trabajo.”, y para ello me temo necesitas disciplina.
¿No es curioso?, en absoluta libertad estarías a merced de tus impulsos más básicos (adicciones, relaciones tóxicas, deudas, obesidad, etc.), y más peligroso a un, a merced de las corporaciones que invierten millones en investigación y tecnología para monetizar esos impulsos básicos. Para ejecutar tus propios planes, vivir tu propia vida y convertirte en quien realmente eres, para ser realmente libre, tus límites deben de ser autoimpuestos.
Aristóteles, Buda, Lao Tse y Nietzsche, estos señores coincidían en que la vida es sufrimiento, pero Kierkegaard nos da a elegir, ansiedad o desesperación. “La eternidad nos pregunta a todos sólo una cosa: si hemos vivido en desesperación o no. Si has vivido en desesperación, no importa todo lo que hayas ganado, porque para ti, todo está perdido.”
Pero, ¿qué tal que fui uno con el Tao y en el camino me la pasé chido? A ver, al final esas son las opciones, ser o no ser tú, seguridad y libertad, vivir para el placer o para el sacrificio, y todo depende de si crees que la vida tiene un sentido por sí mismo o si decides echarle la mano y hacerle uno, tú solito. Y si al final decides que el universo es indiferente y la vida no tiene ni necesita sentido, ¿por qué no divertirnos tanto como podamos hasta que se apaguen las luces?
7 notes · View notes
cachuland · 3 years
Text
Los amigos
¿Por qué si los amigos son la familia que uno escoge, elegimos a la familia más disfuncional y problemática que pueda existir?
¿Por qué quienes evitan formar una familia terminan haciendo de sus amigos una especia de familia que lo meten en más problemas que su familia de origen?
Se han dado cuenta que cuando uno cuenta una anécdota en donde todo fue mal, donde terminó en la calle, dormido afuera de un oxxo a las 4 de la mañana, en donde terminó detenido por una patrulla, en donde después de haberse tragado una pata de elefante de Oso Negro terminó brincándose a un templo mormón mientras llovía intensamente, donde perdió dinero, lo timaron o lo robaron, siempre empieza dicha anécdota con "estaba con mi amigo Fulanitodetal".
Siempre hay alguien que nos acompaña en esas aventuras, que ha estado a nuestro lado en diferentes épocas. A veces es el mismo, a veces otro, a veces cambia de rostro, género, preferencia sexual, a veces deja de ser uno y se vuelven dos, a veces son 5 y de repente se vuelve a hacer uno.
Un sin fin de movimientos y cambios a lo largo de nuestra vida siempre ha sido acompañada por esas personas, que de alguna u otra manera, han estado ahí en algún momento, para poder hacernos recordar en la actualidad esas grandes anécdotas que pasamos juntos.
3 notes · View notes
cachuland · 3 years
Text
Un inicio…
Ya han pasado varios años desde la última vez que aterrizaba todo en un blog. Muchas cosas han cambiado desde entonces; trabajo, escuela, relaciones amorosas... no obstante la creación literaria no dejaba de fluir. Puños y puños de canciones escritas, o simplemente ideas sobre una sociedad podrida y cansada de la monotonía diaria. La última entrada de blog que escribí hablaba precisamente de eso, de cómo poco a poco las decisiones intrapersonales se moldean a manos del paso del tiempo, tiempos de tecnología, "el futuro está cerca", una masa amorfa que nos recuerda bastante a esa vieja película de 1936 "Tiempos modernos", donde muestra el crecimiento desmesurado en la sociedad debido a la Guerra Industrial. En la actualidad, pasa algo similar, pero la "guerra" que estamos teniendo es más mediática que alguna otra cosa. Somos un blanco fácil, diminutos personajes que existen en una realidad creada y construida bajo estándares rigurosos de manipulación, ciervos listos para ser cazados. Esto no va a dejar de girar, una entropía que seguirá y seguirá por siempre. Mientras tanto lo mejor que podemos hacer es vivir a nuestro ritmo, tratar de tener un poco de conciencia sobre las circunstancias que nos han llevado a tomar decisiones. Con estas pocas líneas, hoy doy inicio a esta nueva aventura, en donde plasmaré historias, vivencias, ideas y lo que me llegue a pasar por la cabeza. Espero poder ser parte importante de tus recuerdos.
2 notes · View notes