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andregonzarias · 5 years
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Cómo paso mis horas
Van tres días que te lo juro no puedo diferenciar si me encuentro en la realidad o en un sueño, por momentos me detengo a observar el rostro de una chica sin pensar en nada, veo mis manos y me parece que puedo ver las miles y miles de lineas que conforman la vida.
Por las noches sueño que me cojo a todo tipo de putas, algunas con rostros conocidos y otras que solo existen en ese momento, mi chica siempre está ahí cerca mientras las hago mías, hace apenas un segundo soñaba despierto, tenía la urgencia de masturbarme pensando en otra mujer, jugar con mi verga dura mientras mi chica me ve, afilando mi verga justo frente a ella pensando en porno gratuita o en el culo de otra mujer, mis manos húmedas se deslizan por toda la extensión de mi arma caliente preparada para disparar una descarga de semen y yo creo que me estoy volviendo loco, desde el otro día que estuve echando riña en un bar y me agarraron a cachiporrazos no puedo dejar de pensar en tetas, culos, o en la piel desnuda y sudada de mis compañeras, menudo golpe me debió haber dado aquel tipo, media por lo menos una cabeza más que yo y eso tanto de altura como de tamaño de verga, aparte el muy cabrón tenía dos vergas extras, dos enormes vergas tatuadas en los nudillos, yo no podía dejar de reírme mientras me golpeaba, cada puñetazo me dejaba ver esas vergas erectas y sin capucha más de cerca, que pedazo de arte tan detallado era ese, y con cada golpe yo no podía parar de reírme de tal escena. Las horas de mi vida pasan, con cada bar y cada sucio trabajo siento no aprendo nada, solo me voy sumergiendo en un lodo más negro y más obscuro, algo habré de hacer algún día.
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andregonzarias · 7 years
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Recuerdo que tenías tu vagina frente a un espejo, de esos de doble vista que volteas, de un lado se ve todo más cerquita y del otro lado todo igual de pinche, solo te la estabas viendo pero me imaginaba que te tocabas, te masturbabas frente a ese espejo moviendo tus dedos cada vez más rápido como buscandote el placer de tu clitorís en la mente, como sintiéndolo cada vez más. 
Tu no te masturbabas, ni encuerada estabas, pero te tenía frente a mi con la entre pierna descubierta y los labios marcados en tu calzoncito viejo de encaje, a mi se me estaba haciendo agua la boca de pensar que te mojabas más con cada mirada que me echabas, me lanzaba hacia ti para apretarte el cuerpo con fuerza, deslizando mi mano por tu clavícula y apretando la parte de atrás de tus hombros, cada suspiro que dabas en mi oído se iba prolongando. 
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andregonzarias · 7 years
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Chin-chin
Hoy estuve escribiendo toda la tarde, no supe en qué momento pero me quedé dormido y comencé a soñar figuras extrañas, de repente estaba en lugares que no recuerdo pero lo que si me acuerdo es que soñé contigo. Primero te vi con tu media sonrisa y con un pelo hermoso, de verdad que podía sentir su suavidad y percibía su aroma solo con verlo, lo tenías acomodado de cierta manera sencilla y perfecta que me encantaba al perderme en sus ondulaciones pequeñitas y aleatorias.  
Yo iba a verte y caminábamos por entre iglesias vacías y faroles amarillos de un Santa Eularia de Alacoy nocturno, recorríamos el pueblo como gatos brincando entre tejados mientras veíamos a los pasantes sin interactuar con ellos, nos mirábamos y pensaba en hacerte el amor en los adoquines de aquellos balcones antiguos, bebíamos de las macetas que se llenaban del sereno y que las hierbas aromáticas les daba sabor a fresco, nos movíamos sin preocupaciones acariciándonos los cabellos, solo alcanzo a recordar que tu tenías algo en la panza y yo también empecé a sentir una agrura punzante, después solo una gota de agua y una luz muy fuerte de sol a punto de las 12.
Tú estabas tirada junto a un pan blanco lleno de vidrios que nos habíamos comido la noche anterior, al ver tu cabello muerto se me empezaban a mojar los ojos. Una gotera en mi techo me despertó, me estaban cayendo las gotas lentas justo en la nuca, estaba babeando todo mi tecleado y tenía muchas ganas de mear, prendí de nuevo mi computadora, me encontré con una hoja en blanco y una barrita negra parpadeante, me había dormido encima de la tecla de borrar o encima de un botón que cerró las ventanas del programa. Me quedé frente a la pantalla con ganas de ir al baño y pensando que tenía que comenzar todo de nuevo. 
Después de ir a tirar el agua mientras repasaba el sueño impreso en la memoria más fresca y estaba crudo, con los labios secos, sentí como si nunca hubiera escrito nada en realidad y como si nunca hubiera hecho nada en este día en realidad, nada de cantera pintada de luz nocturna, nada de paseos en libertad con tus pompis bonitas frente a mi cuando me quedaba un poco atrás, nada de cabello castaño hermoso, nada de las visiones de figuras extrañas, nada de ti; como si solo me hubiera quedado dormido este día y no hubiera hecho nada en absoluto
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andregonzarias · 7 years
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andregonzarias · 7 years
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andregonzarias · 7 years
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Ulises
Con cada paso el pie parece estar más cansado, el cabello corto y bien arreglado que no asoma ninguna cana y debajo de la playera blanca se dibuja una barriga inexistente, una marcha agitada y segura a través de un camino lleno de árboles.
Ulises corre tranquilamente por debajo de una carretera de ramas secas, se desplaza como si fuese un ánima o un fantasma (que no es lo mismo). Ulises piensa en su padre, piensa en que desde niño se le ha hecho costumbre salir corriendo como huyendo de sus problemas o con la intención de ir hacia ellos, dependiendo de la perspectiva, el padre de Ulises -a él le cuesta hablar de eso, solo puede decir cosas buenas- es alguien a quien admira pero en realidad también es alguien a quién le teme, cuando Ulises quiere hablar de lo que realmente siente; gracias a una combinación de ciertas palabras, la voz se comienza a quebrar y las lágrimas expresan su deseo por salir del cuerpo. 
Ulises corre y recuerda cuando era un niño, piensa en su padre, en las peleas y los problemas de casa, las palabras de la madre, las otras mujeres de su padre, los problemas de aquellos tiempos, el carácter del padre, pero para Ulises jamás un solo regaño, tampoco un solo cariño, jamás cierto contacto, Ulises se limitaba a observar, observar a los pájaros, al cielo, a los caminos, a su madre siempre con la mirada triste, con el pasar de los años el padre de Ulises era ya sólo un fantasma o un ánima en la memoria. 
Ulises ya no es un niño, está a la mitad de su vida, ahora él es el padre y después de correr un poco siempre se detiene y camina, ahora lleva el pasar del tiempo en el rostro pero la vida no le juega mal y porta los años como un adorno que le brinda un aspecto interesante, Ulises camina y se limita a observar los árboles sobre su cabeza, las piedritas en el camino, los cuerpos de los hombres que corren y le pasan por un lado, la mirada de aquellos que lo observan de regreso, los labios húmedos de algún joven transeúnte; Ulises observa y piensa, piensa en su familia, en sus hijos, en su mujer cuando la sorprende con una mirada triste, en los errores del padre que él juró nunca cometer, en las infidelidades cometidas, lo válido de ellas, lo válido de las que él mismo ha cometido, en el camino de árboles que se prolonga ante él, en cada uno de los hombres que le pasan a un lado mientras corren y en los gestos involuntarios que se le escapan de vez en cuando durante un pequeño instante, Ulises observa, corre y piensa.
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andregonzarias · 8 years
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La continuidad de los cuartos
Su madre había empezado a leerle el cuento desde hace unos días antes. Leían menos de un capítulo por noche debido a la urgencia de dormir, dividió leer por su cuenta la tarde del día siguiente; se dejaba interesar lentamente por las aventuras del personaje. Ese día, después de una sesión de juegos junto con los niños del vecindario, su madre volvió al cuento en la tranquilidad del cuarto repleto de juguetes por todas partes, lleno de luz que caía a través de una ventana que la luna esparcía, para propiciar un buen ambiente de lectura una lámpara encendida sobre una mesita de noche al lado de la cama, frente a la cama descansaba un viejo y pesado armario atestado de quién sabe que tanto, anclado ahí desde antes de que el naciera; la madre se puso leer un capítulo que el hijo ya conocía, a la mitad; él, pretendía estar dormido, ella, lo estaba profundamente, solamente bastaba dejar caer un carrito de juguete que el nene guardaba en su mano para sobresaltar a su madre y hacerla dirigirse a su propia cama, el niño tomó el cuento y se dispuso a leerlo a la luz de la luna. Su memoria retenía sin esfuerzo los nombres y las imágenes de las ciudades, las montañas y los bosques por los que el protagonista pasaba; la ilusión lo ganó enseguida. Gozaba del placer casi perverso de ir leyendo línea a línea, de irse olvidando lentamente de lo que lo rodeaba, y sentir a la vez que su vista se esforzaba para leer solo con la ayuda de la luz que más allá de la ventana exhalaban la luna y las estrellas. Palabra a palabra, absorbido por las circunstancias que el destino concertaba, dejándose ir hacia las imágenes que adquirían color y movimiento, fue testigo del último escape en el bosque del Apache. Aquello -lo que fuese- corría a gran velocidad debajo de los árboles y sus suaves sombras, la tenue luz de la luna le servía de guía, el pueblo entero lo seguía debido a las extrañas desapariciones de niños, relatos aterradores acerca de estos sucesos corrían a través de las páginas como una gota de sangre que resbala por la piel. "La Bestia" (así le llamaba la gente que lo buscaba y que había dejado atrás) ya no estaba escapando, ahora más bien parecía buscar algo, caminó por un sendero parapetándose en los pinos y los arbustos hasta distinguir una casa y la figura diáfana de una ventana sin seguro, después de entrar por allí, un cuarto lleno de juguetes, un armario grande y pesado donde esconderse. La madre entra al cuarto encendiendo la luz, le dice al niño que deje ese libro y duerma, ella apaga la luz y sale del cuarto
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andregonzarias · 8 years
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andregonzarias · 8 years
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Velvet - “Paris”
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andregonzarias · 8 years
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andregonzarias · 8 years
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Historie(s)
No se si es miedo, la nostalgia del miedo que me causaba, ahora la veo tan tranquila pero la siento tan triste, estúpidamente triste, con los ojos que se le hacen chiquitos que le hacen saber a uno que ella está preocupada por algo, cuando está riendo se le ven, si las personas no fueran entregadas como ella no existiría ese dolor  que uno mismo se causa, esa entrega la hace luchar, estúpidamente luchar, parece el caminar de un cojo, nunca va a ir a prisa, alomejor ni va a llegar, rezale a la virgen, escribe con clichés, escucha la música que sale a diario que es para escuchar, tu come, medio come que es lo mejor que haces, si tan solo no fuera tan entregado, así justito como tu, mi preocupación no existiría, pero existe y existe la tuya por mi y existe el amor que tienes por mi y las metas no importan, el camino no importa, si estamos sentados no importa, Alomejor un día no importa nada de alrededor, lo que hay y lo que no, que no se tome en cuenta, y que no importe que cuando estemos riendo se te hagan los ojos chiquitos, que no importe, que alcabo siempre los has tenido así, que nadamas importe estar juntos de vez en cuando.
La mujer tiene una manera de caminar por la calle que resulta placentera de mirar, lo único curioso de su manera de andar no es que las calles por las que pasa siempre van vacías a excepción de algunas ocasiones en que, a lo mucho se le cruzan un par de ojos, el par que ella tiene hasta le van brillando a cada paso, pero más bien lo que llama a la vista solo por menos de la mitad de la mitad de un segundo, es que cada doce pasos da un brinquito disimulado con su pierna izquierda debido a una vieja lesión que hasta le dejo una cicatriz la cual disimula con un tatuaje justo al lado con tantas lineas y geometría como era posible, si no fuera porque en su trabajo puede elegir la música que ella prefiera y tan alto como quiera no aguantaría los borrachos que creen que lo que las mujeres quieren es a alguien que se les acerque en ligero zig zag a recordarles lo bonitas que son, lo que más se pregunta durante el día es el por qué las personas tienen aspiraciones si se está tan cómodamente sin preocuparse por metas que no pueden cumplirse y es que “ser rico es una pendejada, nunca vas a poder” es lo que más le gusta decir, pero no lo ha dicho en muchas ocasiones durante sus pláticas y aunque en el trabajo no gane tanto como para irse a las islas gemelas del golfo que tanto quiere conocer o ni siquiera le dan tantos días de descanso como para ir a todos los conciertos que ella quisiera, aunque tenga que seguir caminando por la calle hacia un trabajo hasta que la acera vaya igual de llena que todas las demás en la ciudad, no porque sus ojos le dejen de brillar, dejandole de conceder la virtud parecer que flota, más bien porque esas cosas pasan en ese lugar en algún momento, pero a pesar de todo eso ella va a seguir conservando el brinquito disimulado que le da un aire de belleza y misterio, seguirá teniendo esa felicidad igual de válida que todas las demás.
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andregonzarias · 8 years
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andregonzarias · 8 years
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Think she’s prettier than me?
À bout de souffle (1960) dir.Jean-Luc Godard
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andregonzarias · 8 years
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andregonzarias · 8 years
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andregonzarias · 8 years
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i love the sky
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andregonzarias · 8 years
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