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La gastronomía mexicana: un patrimonio cultural y una fuente de riqueza
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Resumen
La gastronomía mexicana es una expresión viva de la historia, la cultura y la diversidad de México. Es el resultado de la fusión de las tradiciones culinarias de los pueblos originarios con las aportaciones de otras cocinas del mundo, especialmente la española. Es una gastronomía que se ha enriquecido con el paso del tiempo y que ha sabido conservar su esencia y su identidad. La gastronomía mexicana se caracteriza por su variedad de sabores, colores, aromas y texturas. Cada región del país tiene sus propios platillos e ingredientes, que reflejan su geografía, su clima, su flora y su fauna. Algunos de los ingredientes más emblemáticos de la cocina mexicana son el maíz, el frijol, el chile, el aguacate, el cacao y el guajolote. Algunos de los platillos más representativos son el mole, la cochinita pibil, el cabrito, el pozole, los tamales y los tacos. La gastronomía mexicana ha sido reconocida como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad por la Unesco en 2010. Esto significa que es una manifestación cultural que tiene un valor universal y que debe ser protegida y promovida. La gastronomía mexicana es un patrimonio que nos pertenece a todos y que debemos cuidar y compartir con las generaciones futuras. La gastronomía mexicana tiene una gran importancia cultural y económica para México. Es una forma de expresar nuestra identidad, nuestra creatividad y nuestra riqueza. Es una fuente de empleo e ingresos para millones de personas que se dedican a la producción, el procesamiento, la distribución y el servicio de alimentos. Es también un atractivo turístico que genera derrama económica y proyección internacional para el país.
Introducción
La gastronomía es una parte fundamental de la cultura de un pueblo. A través de ella se puede conocer su historia, sus costumbres, sus valores y su identidad. La gastronomía también es una forma de arte que expresa la creatividad y la sensibilidad de quienes la practican. Además, la gastronomía es una actividad económica que genera beneficios para quienes se dedican a ella y para quienes la consumen.
En este sentido, la gastronomía mexicana es un ejemplo de una cocina que reúne todas estas características. Se trata de una cocina que tiene sus raíces en las civilizaciones prehispánicas que habitaron el territorio mexicano y que se fue transformando con las influencias de otras culturas que llegaron al país a lo largo de los siglos. Es una cocina que refleja la diversidad geográfica, climática y biológica del país, así como la diversidad étnica, social y cultural de sus habitantes. Es una cocina que ha sabido adaptarse a los cambios históricos y a las nuevas tendencias sin perder su esencia ni su identidad.
El objetivo de este artículo es presentar una visión general de la gastronomía mexicana como un patrimonio cultural y una fuente de riqueza para México. Para ello se abordarán los siguientes aspectos:
La definición y el origen de la gastronomía mexicana.
Las características generales y regionales de la gastronomía mexicana.
Los ingredientes y los platillos más emblemáticos de la gastronomía mexicana.
El reconocimiento internacional de la gastronomía mexicana como patrimonio cultural inmaterial.
La importancia económica y social de la gastronomía mexicana.
Desarrollo
¿Qué es la gastronomía mexicana?
La gastronomía mexicana se puede definir como el conjunto de prácticas culinarias que se realizan en México o por personas originarias o descendientes de México en otros lugares del mundo. Estas prácticas culinarias incluyen desde la selección, el cultivo, la recolección, el procesamiento y la conservación de los alimentos hasta su preparación, presentación y consumo. Estas prácticas culinarias incluyen desde la selección, el cultivo, la recolección, el procesamiento y la conservación de los alimentos hasta su preparación, presentación y consumo.
La gastronomía mexicana tiene su origen en las cocinas indígenas que existían en el territorio antes de la llegada de los españoles en el siglo XVI. Estas cocinas se basaban principalmente en el maíz, el frijol, el chile y otros productos vegetales como el tomate, el aguacate, el nopal o el amaranto. También incluían algunos productos animales como el guajolote (pavo), los insectos comestibles o los peces y mariscos en las zonas costeras.
Con la conquista española se produjo un intercambio cultural que afectó también a la gastronomía. Los españoles trajeron consigo productos como el trigo, el arroz, el azúcar, los lácteos o las carnes de cerdo, vaca y pollo. También introdujeron especias como el ajo, la cebolla o el cilantro. A su vez, los productos americanos se difundieron por Europa y otras partes del mundo gracias al comercio colonial.
Así pues, la gastronomía mexicana es el resultado de una fusión entre las tradiciones culinarias indígenas con las aportaciones españolas y posteriormente con las influencias africanas (debido a la esclavitud), asiáticas (debido a la migración) o francesas (debido a la intervención). Esta fusión se ha ido dando a lo largo del tiempo con diferentes grados e intensidades según las regiones del país.
¿Cómo es la gastronomía mexicana?
La gastronomía mexicana se caracteriza por su variedad de sabores, colores, aromas y texturas. Cada región del país tiene sus propios platillos e ingredientes, que reflejan su geografía, su clima, su flora y su fauna. Algunos de los ingredientes más emblemáticos de la cocina mexicana son el maíz, el frijol, el chile, el aguacate, el cacao y el guajolote. Algunos de los platillos más representativos son el mole, la cochinita pibil, el cabrito, el pozole, los tamales y los tacos.
La gastronomía mexicana también se distingue por su creatividad y su simbolismo. Los cocineros mexicanos han sabido combinar los ingredientes de forma ingeniosa y original para crear platillos únicos y deliciosos. Además, muchos de estos platillos tienen un significado cultural o religioso que los vincula con las fiestas y las tradiciones del país. Por ejemplo, el pan de muerto se consume en el Día de Muertos para honrar a los difuntos; los chiles en nogada se preparan en septiembre para celebrar la independencia nacional; o las rosca de reyes se reparte en enero para conmemorar la llegada de los Reyes Magos.
¿Qué ingredientes y platillos son los más emblemáticos de la gastronomía mexicana?
La gastronomía mexicana cuenta con una gran variedad de ingredientes y platillos que la hacen única y reconocible en el mundo. Sin embargo, entre todos ellos hay algunos que se pueden considerar como los más emblemáticos por su historia, su presencia o su popularidad. A continuación se mencionan algunos de ellos:
El maíz: Es el ingrediente básico de la cocina mexicana desde tiempos prehispánicos. Se utiliza para elaborar tortillas, tamales, atole, pozole y otros productos derivados como la masa o la harina. El maíz es un alimento nutritivo y versátil que se adapta a diferentes preparaciones y sabores.
El frijol: Es otro ingrediente fundamental de la dieta mexicana. Se consume de diversas formas: enteros, refritos, en caldo o en ensalada. Se combinan con otros alimentos como el arroz, el queso o la carne para crear platillos completos y sabrosos.
El chile: Es el ingrediente que le da sabor y picor a la cocina mexicana. Existen más de 200 variedades de chiles en México que se usan frescos o secos para hacer salsas, adobos o moles. El chile también tiene propiedades medicinales y culturales que lo hacen indispensable en la gastronomía mexicana.
El aguacate: Es una fruta originaria de México que se ha convertido en un ingrediente muy apreciado en todo el mundo. Se utiliza para hacer guacamole, una salsa cremosa que acompaña a muchos platillos mexicanos. También se consume solo o en ensaladas por su sabor suave y su textura mantecosa.
El cacao: Es otro producto nativo de México que se ha difundido por todo el planeta. Se utiliza para hacer chocolate, una bebida dulce y aromática que se toma caliente o fría. El cacao también se usa para hacer postres como el pastel de chocolate o las trufas.
El guajolote: Es un ave originaria de América que se introdujo en Europa tras la conquista española. En México se le llama guajolote o pavo y se consume sobre todo en ocasiones especiales como Navidad o Acción de Gracias. Se prepara asado o relleno con diferentes ingredientes como frutas secas o carne molida.
El mole: Es una salsa espesa y compleja que se elabora con varios ingredientes como chiles secos, especias, frutos secos, semillas y chocolate. Hay diferentes tipos de mole según la región o el gusto del cocinero. El más famoso es el mole poblano que se sirve con guajolote o pollo.
La cochinita pibil: Es un platillo típico de la región de Yucatán que consiste en carne de cerdo marinada con achiote (una pasta roja hecha con semillas de annatto) y jugo de naranja agria. Se envuelve en hojas de plátano y se cuece al horno o bajo tierra. Se acompaña con cebolla morada curtida y salsa de habanero.
El cabrito: Es un platillo tradicional del norte del país que consiste en carne de cabra joven asada al carbón o al horno. Se sazona con sal y especias y se sirve con tortillas, frijoles y salsa. Es un platillo que se suele comer en familia o en ocasiones festivas.
El pozole: Es una sopa espesa que se hace con granos de maíz cocidos en caldo de carne de cerdo o pollo. Se le agregan otros ingredientes como lechuga, rábano, cebolla, orégano y chile. Se come con tostadas o tortillas y se le puede añadir limón o crema al gusto. Hay diferentes versiones de pozole según el color del caldo: blanco, rojo o verde.
Los tamales: Son paquetes de masa de maíz rellenos de carne, queso, verduras o frutas que se envuelven en hojas de maíz o de plátano y se cuecen al vapor. Se comen solos o con salsa y se pueden encontrar en diferentes tamaños y sabores según la región o la época del año. Son un alimento muy popular que se consume en el desayuno o en la cena.
Los tacos: Son el platillo más representativo de la gastronomía mexicana. Consisten en tortillas de maíz o de harina dobladas o enrolladas que contienen diferentes rellenos como carne, queso, verduras o mariscos. Se les puede poner salsa, limón, cilantro o cebolla al gusto. Hay una gran variedad de tacos según el tipo de relleno, la forma de preparación o el lugar donde se venden.
Conclusión
La gastronomía mexicana es un patrimonio cultural y una fuente de riqueza para México. Es una expresión viva de la historia, la cultura y la diversidad del país. Es el resultado de una fusión entre las tradiciones culinarias indígenas con las aportaciones de otras cocinas del mundo. Es una gastronomía que se caracteriza por su variedad de sabores, colores, aromas y texturas. Cada región del país tiene sus propios platillos e ingredientes que reflejan su geografía, su clima, su flora y su fauna. Algunos de los ingredientes más emblemáticos de la cocina mexicana son el maíz, el frijol, el chile, el aguacate, el cacao y el guajolote. Algunos de los platillos más representativos son el mole, la cochinita pibil, el cabrito, el pozole, los tamales y los tacos.
La gastronomía mexicana ha sido reconocida como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad por la Unesco en 2010. Esto significa que es una manifestación cultural que tiene un valor universal y que debe ser protegida y promovida. La gastronomía mexicana es un patrimonio que nos pertenece a todos y que debemos cuidar y compartir con las generaciones futuras.
La gastronomía mexicana tiene una gran importancia cultural y económica para México. Es una forma de expresar nuestra identidad, nuestra creatividad y nuestra riqueza. Es una fuente de empleo e ingresos para millones de personas que se dedican a la producción, el procesamiento, la distribución y el servicio de alimentos. Es también un atractivo turístico que genera derrama económica y proyección internacional para el país. Espero que hayas disfrutado de este texto y que hayas aprendido algo nuevo. Si te gustó, te invito a que me sigas en mis redes sociales, donde comparto más contenido sobre este y otros temas relacionados. También puedes apoyarme con tu suscripción, tu like o tu comentario. Tu apoyo me ayuda a seguir creando y difundiendo información de calidad. Gracias por leer y compartir. Este texto fue hecho por tu amigo Nahuatlahtolli Tlahtocanecentlaliliztli.
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Constelaciones de la antigüedad
Las estrellas interpretadas según su posición por culturas distantes
Una constelación en astronomía, es una agrupación convencional de estrellas cuya posición en el cielo nocturno es aparentemente tan cercana que los astrónomos de civilizaciones antiguas decidieron vincularlas mediante líneas imaginarias, ideando así figuras sobre la bóveda celeste. En la inmensidad del espacio, en cambio, las estrellas de una constelación no están, necesariamente asociadas; incluso pueden encontrarse a cientos de años luz unas de otras. Además, dichos grupos son completamente arbitrarios, ya que distintas culturas han ideado constelaciones diferentes, incluso vinculando las mismas estrellas. Aun así, algunos conjuntos tienden a reaparecer, ya sea por su configuración tan peculiar, como es el caso de Scorpius, el escorpión.
Algunas constelaciones son muy antiguas, pues fueron ideadas hace muchos siglos por los pueblos que habitaban las regiones del Medio Oriente y el Mediterráneo. Otras, en cambio, tuvieron su origen en tiempos más recientes, cuando los viajes a otros lugares, hasta entonces desconocidos, llevaron a los navegantes europeos a explorar los mares del sur (aunque los pueblos que habitaban las regiones australes ya habían nombrado sus propias constelaciones). Se acostumbra separar las constelaciones en dos grupos, dependiendo el hemisferio celeste dónde se encuentren: constelaciones septentrionales, las ubicadas al norte del ecuador celeste, y constelaciones australes, al sur.
A partir de 1928, la Unión Astronómica Internacional (UAI) decidió reagrupar oficialmente la esfera celeste en 88 constelaciones con límites precisos, tal que todo punto en el cielo quedara dentro de los límites de una figura. Antes de dicho año, eran reconocidas otras constelaciones menores que luego cayeron en el olvido; muchas, ya no se recuerdan.
Por tratarse del Año Internacional de la Astronomía, donde el amplio público ha mostrado su interés por elevar su vista a los cielos nocturnos, Ipan tepeme ihuan oztome ha participado activamente en varios eventos culturales, como el realizado el 31 de enero denominado Noche de las Estrellas, además de ponencias en museos por diferentes ciudades de México. Sin duda alguna, una de las exposiciones que más ha llamado la atención es la que compara las constelaciones modernas con las prehispánicas. Lo más destacado de la exposición es que la realizamos por la noche, a la intemperie, y valiéndonos de un señalador laser mostramos directamente las estrellas. El público nos ha solicitado en repetidas ocasiones un texto de referencia, por lo cual ahora lo compartimos en la red. Es necesario apuntar que para realizar esta comparación nos hemos valido de fuentes históricas y códices, si bien hay diferencias, encontramos por otra parte interesantes coincidencias que presentamos a continuación:
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Teobert Maler: un legado para el rescate arqueológico de los mayas
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Grupo de arqueólogos de México y Alemania: las fotos de Teobert Maler ayudaron a la recuperación de este sitio.
Antiguas fotografías en blanco y negro revelan ruinas escondidas en medio de una tupida vegetación: construcciones mayas olvidadas, desconocidas para la gran mayoría. Se trata de los registros del explorador alemán Teobert Maler (1842-1917), en algunos casos el único testimonio de este patrimonio que ha sobrevivido al paso del tiempo.
"Maler tenía un carácter difícil, pero muy interesante. Tuvo muchos intereses, dejó toda su vida europea para quedarse en Yucatán, trabajó como fotógrafo, lo cual no traía gran éxito económico, y murió bastante pobre, en Mérida. Su figura y las fotos que dejó, para un arqueólogo son fascinantes”, comenta en conversación con DW la Dra. Iken Paap, arqueóloga del Instituto Iberoamericano de Berlín, donde se encuentra gran parte del legado del viajero alemán.
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El arquitecto y viajero alemán Teobert Maler hizo un registro de construcciones mayas. Gran parte de su legado se conserva hoy en el Instituto Iberoamericano en Berlín.
Sus diarios de viaje y decenas de fotografías fueron la pista que en la década de 1980 llevó a arqueólogos alemanes, españoles, franceses y mexicanos a salir en búsqueda de construcciones de las que hasta entonces se sabía poco o nada, como el sitio de Xkipché, donde realizaron excavaciones investigadores de la Universidad de Bonn en colaboración con el Instituto Nacional de Antropología e Historia de México (INAH).
"Gracias a esas imágenes, documentación y gráficos podemos cotejar lo que originalmente registró Maler y lo que ahora existe. En ocasiones obtenemos una gran ayuda que facilita las labores de conservación. Otras veces el registro de Maler es lo único que se conserva; por ejemplo la torre de Nocuchich con un rostro antropomorfo”, comenta a DW el arqueólogo mexicano Antonio Benavides, director del Centro INAH Campeche.
"Las fotos, textos y dibujos legados por Teobert Maler son de gran relevancia para quienes desean conocer el primer registro de buena cantidad de monumentos arqueológicos mayas, en especial de la península yucateca”, destaca Antonio Benavides.
Dzehkabtún y el rescate de sitios arqueológicos "Maler era arquitecto, entonces tenía toda la formación para registrar arquitectura arqueológica. En los diarios hay descripciones de cómo llegó al sitio, de la gente que encontró, y croquis, dibujos y decripciones bastante exactos”, indica Iken Paap.
La arqueóloga trabaja en un proyecto en Dzehkabtún, en el norte del actual estado de Campeche, el cual codirige junto al Dr. Benavides. El sitio fue retratado por Teobert Maler –también conocido como Teoberto Maler- en 1887. Se trata de un proyecto conjunto del Instituto Iberoamericano y el INAH, con patrocinio de la Fundación Científica Alemana (DFG), de seis años de duración, que concluye el 2018.  
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Las ruinas de Sayil también fueron fotografiadas por Teobert Maler.
"Las fotografías de Maler son de gran valor para nosotros, porque por ejemplo en Dzehkabtún hoy  no queda mucho. Cuando lo fotografió todavía estaba el palacio completo y ahora ya casi no queda nada de la parte sur, por el robo de piedras para uso en la construcción de la hacienda que se levantó allí y también para material para la carretera del lugar”, explica la investigadora.
El proyecto de los investigadores alemanes y mexicanos contempla diferentes etapas que incluyen levantamiento o documentación de lo encontrado, excavación y consolidación. Esto es, componer con las piezas encontradas, sin añadir nuevas. Sólo en el caso de que la estabilidad de la construcción lo requiera, se agrega alguna parte o soporte.
El estudio ha arrojado interesantes descubrimientos, que hablan de una larga historia de ocupación del lugar, desde el Clásico Temprano (300-500 dC) hasta el Epiclásico (1100 dC).
El presente de lo pasado "Aparentemente, el interés de Maler era lograr un registro total o un atlas lo más completo posible de vestigios prehispánicos mayas de la península. No cumplió su objetivo, pero hizo grandes aportaciones en la documentación fotográfica y en la descripción de todo aquello que pudo ver”, destaca Antonio Benavides.
Como parte del rescate de su obra, el año pasado fue expuesta una selección de fotografias impresas en gran formato –pertenecientes a la colección del Instituto Iberoamericano- en la galería abierta de las rejas de Chapultepec, en Ciudad de México.
Actualmente, se exhibe en el Museo de Arquitectura Maya en Campeche la exposición fotográfica "Teoberto Maler: El presente de lo pasado – Die Gegenwart des Vergangenen”, que muestra el contraste entre los originales de Maler y fotos de los mismos sitios después de ser consolidados por los investigadores. "La idea fue mostrar lo que hubo en tiempos de Maler, lo que queda hoy y cuál es el impacto del tiempo, de la destrucción y también del trabajo arqueológico de los mexicanos que hicieron muchísmo y también de proyectos extranjeros que trabajaron en el área”, apunta Iken Paap.
La muestra ha generado gran interés del público. "A la gente le interesa la diferencia entre ambas imágenes y aprecia la belleza de las fotos. Le ayuda a conocer esa parte de su patrimonio arqueológico. Esperemos que se incremente el interés por el pasado y el orgullo de contar con ese legado, tanto precolombino como el legado aportado por Maler”, indica Antonio Benavides.
Esta exposición se presentó anteriormente en la Instituto Iberoamericano, en Berlín, y forma parte de las actividades del Año Dual Alemania-Mexico.
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Torre de Nocuchich con rostro antropomorfo. Esta foto del explorador alemán es lo único que se conserva de esta construcción. Fuente: https://www.dw.com/es/teobert-maler-un-legado-para-el-rescate-arqueológico-de-los-mayas/a-37147971
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huey Mario oquichtihuan
"Super Mario Bros."
#náhuatl https://t.co/MhhwwRvsnQ
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Tzinacantlacatl en #náhuatl es #batman o «hombre Murciélago»
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Hoy me encontré a Tláloc surfeando en un jarrito en mi tortilla. https://t.co/IdiPRe17gC
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Cuaxicalli en náhuatl es «casco»
Inktober 2021 helmet
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Historia de los Temazcales en el noroeste de la cuenca de México
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María de la Asunción García Samper
Elvia Martínez Contreras.
Centro de Estudios Mesoamericanos. A. C.
Patronato Amigos de Teclo. A.
En la región noroeste de la cuenca de México existe las evidencias Arqueológicas e Históricas de la presencia del temazcal, y en estos lugares como los municipios de Tecamac, Nextlalpan, Acolman, Teotihuacan, Ecatepec, los arqueólogos los han reportado en sus informes técnicos de exploración arqueológica. (Figura 1)
En la misma sierra de Guadalupe existe un temascal muy antiguo dentro una cueva de la cual salía un venero de agua caliente casi cerca de la cima existe una espaciosa cueva que funcionó como temazcal en la época prehispánica, aún en el año de 1992 cuando subimos el cerro vimos que a la entrada de la cueva existía una piedra triangular grande y tenía cerca de la punta un Petrograbado de una vulva femenina, salía en medio de la misma cueva emergía un chorro de agua caliente que llenaba el piso de piedra de la misma cueva y creaba un ambiente de vapor y siguiendo la línea de las paredes de este lugar unas piedras que pudieron servir para sentarse a las personas que así lo hicieron el agua les cubría hasta la cintura. (García Samper, María de la Asuncion y Elvia Martínez Contreras, “Nuestra madrecita Tonantzint Tlalli Coaticlue-La Chicomecoatl-Mayahuel-la Cihuacoatl la tierra mujer preciosa”, Centro de Estudios Mesoamericanos. A. C. publicado también en el periódico el Mexiquense hoy 2020). ((Figura 2)
Este santuario al culto a la montaña sagrada femenina contiene una serie de símbolos los cuales representan vulvas abiertas esperando el semen de la lluvia para ser fertilizadas, existen también otros petrograbados como el falo, la lagartija, la serpiente, el jaguar o monstruo de la tierra “Cipactli” como símbolo nocturno, Piedras preciosas o chalchihuis, hombres cazando o danzando, representaciones del dios Tláloc, además de otros símbolos relacionados con la fertilidad, la tierra, el rayo y el agua.
La palabra temazcal viene del idioma náhuatl “temazcalli” cuya traducción al español es: casa donde se suda, siendo de: “temas”, sudor, y “calli”, casa hace referencia a un ritual ancestral y a un baño de vapor empleado en la medicina tradicional y la cotidianidad de los pueblos hídricos originarios del noroeste de la cuenca de México.
Por lo general en la región del noroeste de la cuenca de México se acostumbró construir la arquitectura de sus Temazcales de piedra o de adobe, pero sabemos que en un inicio se utilizaron las cuevas con brotes de agua caliente y de alli aprendieron los sistemas actuales de calentar piedras y regar agua sobre ellas, bueno también sabemos que también se construían con enramadas y cubriendo tanto las paredes como los techos con pencas de maguey. (Figura 3).
Toci (en náhuatl, 'nuestra abuela'), nombrada también como Teteo Innan, “La madre de los dioses”, Tlalli Iyollo, "Corazón de la Tierra", Yoaltícitl, "médica nocturna" y Temazcalteci, "abuela de los baños de vapor", es la diosa de los médicos, parteras, temazcales, yerberas, adivinos. (García Samper, María de la Asuncion y Elvia Martínez Contreras, “Nuestra madrecita Tonantzint Tlalli Coaticlue-La Chicomecoatl-Mayahuel-la Cihuacoatl la tierra mujer preciosa”, Centro de Estudios Mesoamericanos. A. C. publicado también en el periódico el Mexiquense hoy 2020 (figura 4)
Toci era la diosa de los médicos y cirujanos y representaba la medicina asociada a los temazcales y con una doble función que eran las parturientas y la guerra.(Sahagún, Fray Bernardino de, c Historia General de las cosas de Nueva España", Libro primero del Tomo I capítulos I-XX del de " (c.1499-1590), obra monumental en la que trabajó durante treinta años, escrita en castellano y en náhuatl y que también es conocida como el Códice Florentino por el manuscrito conservado en la Biblioteca Medicea-Laurenciana de Florencia).
Y vemos que el temazcal tiene la forma del vientre materno. Es conocida la estrecha relación entre el temascal y los cuidados de la mujer durante el embarazo y parto, de la que derivan múltiples ritos ceremoniales asociados con deidades femeninas que actuaban como protectoras.
Para ello se preparaba el inicio del baño con una ceremonia mientras comenzaba la combustión de la leña en el hornillo lo que el fuego ya listo y calientes las piedras procedían a cerrar este hornillo que por lo general era de barro y piedras, siendo el elemento central del temascal es la sala de vapor, donde los se colocan enfermos o parturientas para beneficiarse de la elevada concentración de calor. Se trata de una estancia de dimensiones reducidas, ya que la dificultad de reunir las condiciones adecuadas de temperatura aumenta a medida que lo hace el área que delimitan sus muros. Entraba la Ticci o comadrona con la parturienta o con los enfermos y se colocaban algunos sobre las banquetas alrededor de los muros del temazcal o acostados sobre petates descansando su cabeza sobre hojas de maguey.
Entonces los ayudantes de la Ticci regaban el agua sobre las piedras las cuales estaban a alta temperatura soltando un vapor al principio ligero, pero poco a poco más denso, por lo general como acontece en algunas parteras de la cuenca de México hoy en día se les daba en un jarrito o taza un vinito o te de hiervas y además se les daban manojos de hiervas medicinales los cuales se mojaban en agua fresca y se golpeaban la espalda y los mulos y partes del cuerpo como parte del ritual. Con oraciones y sortilegios las rezanderas pedían clemencia para los enfermos y las parturientas a los dioses y diosas.
Composición morfológica y arquitectónica del Temazcal: En el siglo XVI, Alonso de Molina lo definía, en su Vocabulario en lengua castellana y mexicana, como «casilla como estufa, adonde se bañan y sudan».( Molina, Alonso de (1880). B. G. Teubner, ed. Vocabulario de la lengua mexicana. Liepzig. p. 465. Internet Archive.) Y lo describe de la siguiente manera:[]
• “El cuarto de baño, que en lo general no debe sobrepasar un metro y medio de alto y en promedio dos metros de largo. Pueden ser cuadrados o redondos.
• El tlexictli u hornilla, que es donde se coloca la leña que calentará el temazcal a través de una pared hecha de piedras y que, al mismo tiempo, impide el paso del humo al cuarto de baño.
• La entrada al cuarto de baño.
• Finalmente, una Atlachinoli u hoguera donde se calentará agua, que puede o no contener infusiones medicinales.”
La arquitectura de un temazcal en el noroeste de la cuenca de México como es Tecamac, Xaltocan-Nextlalpan, Acolman, Ecatepec y Coacalco por lo general tiene un domo en forma de Iglú revestido de piedras de cantera unidas con barro y los muros también, la entrada tiene un dintel de piedra y es baja el acceso al interior.
Fueron reportados esta clase de temazcales en los hallazgos arqueológicos del sitio de Agua Tibia en Guatemala.( Mastarredona Desantes, Nuria, La Arquitectura del baño de vapor en la cultura Maya. Universitat Politècnica de Valènci 1980). También se reporta un posible temascal de adobe localizado en la Joya de Cerén, en una aldea abandonada en forma precipitada por sus habitantes al entrar en erupción el volcán Loma Caldera, lo cual provocó que quedara enterrada bajo las cenizas, hasta ser descubierta en 1976. (Mastarredona Desantes, Nuria, La Arquitectura del baño de vapor en la cultura Maya. Universitat Politècnica de Valènci1980).
El techo del temazcal formado por un domo con morfología y estructura reticulada en forma de Iglú, son las formas actuales de los temazcales, sabemos que la mayoría en la época prehispánica fueron de techos planos, aunque también existían estos domos ya que forma la cueva o el útero de la madre tierra.
Hornillo El lugar donde se prende el fuego, y a partir del cual se generará el calor suficiente para calentar las piedras y producir así el vapor de agua. En la arquitectura prehispánica se acostumbró construir el hornillo en el interior de la sala de vapor. En algunas ocasiones se les colocaban aberturas para permitir circular el aire como ventilador.
Generación de vapor El vapor necesario se produce mediante el vertido de agua sobre unas piedras o pantallas de piedra volcánica calentadas previamente con un intenso fuego.
Los materiales constructivos para elaborar estos temazcales fueron en diferentes épocas en que se disponía en los grupos de la sierra y lugares áridos de los techos y pencas de maguey revistiendo el temazcal sobre un enramado de varas entretejidas, en otros tiempos u ocasiones en que existía la piedra, el barro o bien del tezontle o en su caso se contaba con ladrillo o adobes o piedra caliza. Y como mortero el barro que en las lagos y ríos o arroyos abundaba.
Cuando la construcción del temazcal se termina, se procede a bautizarlo con pulque y una ceremonia de inauguración de la misma forma en que se le pone un nombre. Al terminar la ceremonia se comparte entre todos los integrantes la ofrenda. Nuestros ancestros agradecen a Toci, la señora de los temazcales, y se da por terminada la ceremonia.
Es una práctica milenaria utilizada por nuestros antepasados para mantener sano y fuerte el cuerpo, sin embargo fue hasta 1985 en la segunda feria nacional de la planta medicinal en Amatlán de Quetzalcóatl Morelos que se sometió a consejo ante los guardianes de la tradición la pregunta; de sí este conocimiento debía ser enseñado y compartido al público en general, muchos venerables ancianos guardianes de la tradición y guías votaron para que no se abriera el conocimiento al público en general por temor a que se distorsionara o se le perdiera el respeto a tan importante tradición (como ha pasado en algunos pueblos). Sin embargo, una gran mayoría voto a favor y así fue el resurgimiento del temazcal.
Cada vez más personas se interesan en el Temazcal por sus amplios beneficios terapéuticos, de la misma manera que instituciones académicas como la Universidad de Chapingo que ha incorporado a su programa universitario de medicina tradicional y terapéutica naturista el curso de Temazcal para profesionales de la salud. (Lagos, Anna (8 de febrero de 2020). «Viaje a una ‘casa de baño con fuego’ en Tenochtitlan». El País. ISSN 1134-6582. Consultado el 9 de febrero de 2020).
[]Bibliografía.
-García Samper, María de la Asuncion y Elvia Martínez Contreras, “Nuestra madrecita Tonantzint Tlalli Coaticlue-La Chicomecoatl-Mayahuel-la Cihuacoatl la tierra mujer preciosa”, Centro de Estudios Mesoamericanos. QA. C. publicado también en el periódico el Mexiquense hoy.
--Lagos, Anna «Viaje a una ‘casa de baño con fuego’ en Tenochtitlan». El País. ISSN 1134-6582. Consultado el 9 de febrero de 2020.
-Mastarredona Desantes, Nuria, La Arquitectura del baño de vapor en la cultura Maya. Universitat Politècnica de Valènci). 1980.
-Molina, Alonso de (1880). B. G. Teubner, ed. Vocabulario de la lengua mexicana. Liepzig. p. 465. Internet Archive.
-Sahagún, Fray Bernardino de, c Historia General de las cosas de Nueva España", Libro primero del Tomo I capítulos I-XX del de " (c.1499-1590), obra monumental en la que trabajó durante treinta años, escrita en castellano y en náhuatl y que también es conocida como el Códice Florentino por el manuscrito conservado en la Biblioteca Medicea-Laurenciana de Florencia.
(Fotos de la fototeca del INAH y de la colección de María de la Asunción García Samper).
https://elmexiquensehoy.blogspot.com/2020/05/historia-de-los-temazcales-en-el.html?m=1
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Ruta de Hernán Cortés a México Tenochtitlan
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Geometría, número, dimensionamiento y relaciones calendárico-astronómicas en el arte y la arquitectura mesoamericana
Dra. Margarita Martínez del Sobral
Fundamentación
“El desarrollo del pensamiento geométrico mesoamericano fue tan avanzado que es comparable con cualquiera de la antigüedad; la geometría subyacente en sus creaciones artísticas así lo demuestra. Sus obras nunca fueron hechas al azar; siguieron una metodología que dio unidad a todo el arte de Mesoamérica.
El estudio geométrico de las artes plásticas mesoamericanas me ha revelado una geometría que explica el paso de la creación a la procreación de cada forma a partir de la precedente: la simetría dinámica; 1 el paso de lo no manifiesto, puro, forma ideal, al mundo de la materia representado por el cuad rado, que se desenvuelve para crear una progresión geométrica, y los rectángulos dinámicos.
Conocieron la "divina proporción" o proporción áurea; el número de oro o φ; el número π, que expresa la relación del diámetro de un círculo con su circunferencia; los rectángulos estáticos y dinámicos; el rectángulo perfecto, llamado también rectángulo áureo o rectángulo φ, y su armónico, el rectángulo k o √φ; el rectángulo σ, característico del arte mesoamericano; los rectángulos √2, √3, √4, y √5; los rectángulos φ1, φ2, φ3 y sus recíprocos, además de los entrelazados y las combinaciones de los anteriores".
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Entrevista
El arte mesoamericano estuvo sujeto a proporciones determinadas que se obtenían empleando múltiplos y submúltiplos de una unidad de medida u, o de relaciones ascendentes o descendentes de proporción áurea a partir de esa unidad.
Ésta se obtenía por métodos geométricos, siendo uno de los principales el que parte del rectángulo áureo o rectángulo φ; otro, el que parte del círculo, el cuadrado y el hexágono; y un tercero, de la inscripción de un ángulo recto en un doble cuadrado. En cada obra dejaban, de alguna manera, constancia de la unidad utilizada.
Los geómetras mesoamericanos idearon la división del círculo en 360 grados -un grado por cada día del año-, dejando fuera los cinco nemontemi o días nefastos que no tenían cabida en dicha división; conocían, por lo tanto, la bipartición de un ángulo. Es probable que el problema de obtener el ángulo de un grado haya sido resuelto no a través de la tripartición de un ángulo, sino mediante los giros de los distintos rectángulos".
Metodología
El marco teórico actual, que trasciende la modernidad, nos lleva a abrirnos a la multi e interdisciplina para abrir nuevos cauces de conocimiento. El paradigma emergente de la nueva ciencia nos invita al cuestionamiento de viejos moldes y a la creación de más audaces estrategias.  En tal contexto de renovación teórica ubicamos los libros de la Dra. Margarita Martínez del Sobral.
El interés de la autora por la geometría como estructura y manifestación del orden cósmico ha sido una constante de su trayectoria. En su libro Geometría mesoamericana (2000) demuestra la recurrencia de los rectángulos básicos:  raíz de 2; raíz de 3, raíz de cinco, rectángulo de oro, y doble cuadrado, entre otros, como envolventes de un gran número de esculturas exentas, relieves y composiciones pictóricas de las distintas regiones mesoamericanas. Estos rectángulos armónicos se generan al girar en forma iterativa sus respectivas diagonales, a partir del cuadrado, generando un crecimiento espiral. El fundamento de esta sucesión o serie geométrica es crear una dinámica que conduce desde la unidad estática del cuadrado hacia la progresión dinámica de los rectángulos armónicos, en los que se plasma el concepto de ollin movimiento. El primer paso es el rectángulo raíz de 2; y el mayor desarrollo de la progresión se alcanza con el doble cuadrado, expresión de la dualidad, concepto clave del pensamiento mesoamericano.
A este patrón de crecimiento armónico corresponde el desarrollo urbanístico de las principales ciudades mesoamericanas y de numerosos conventos y sitios del Siglo XVI. Este conocimiento del número de oro y de la llamada divina proporción fue un lenguaje geométrico común, que facilitó, según la autora, la comunicación entre europeos e indígenas en el arte de construir.
Producción Audiovisual FA: Lic. Hugo Castillo Huerta.Bajo una concepción holística que concibe el macrocosmos y el microcosmos como una unidad, este trabajo propone que las superficies y volúmenes que circunscriben a las obras artísticas obedecen a constantes astronómicas o calendáricas que se expresan por medio de relaciones numéricas recurrentes.
Cabe destacar un concepto mesoamericano fundamental que es la mediación que realiza el ser humano para vincular lo terrestre o humano con lo sagrado que se manifiesta en el firmamento.  Para designar esta intermediación los sacerdotes mexicas usaban la palabra ixiplta que significa semejanza entre la tierra y el cielo. Era este anhelo de semejanza lo que regía la codificación del arte a través de los números clave.
De hecho, según la autora, puede a aplicarse a los pueblos mesoamericanos lo dicho por el investigador Lawlord:
   …El cuadrado representa las cuatro orientaciones primarias que hacen al espacio comprensible, formado por dos pares de elementos perfectamente  iguales y sin embargo linealmente opuestos. El número 4 representa lo primeramente creado, porque es el producto del proceso de la procreación, el resultado de la multiplicación de 2 por 2.
Entonces, el cuadrado representaba, para los pueblos indígenas, el mundo de la naturaleza, la tierra, tlaltícpac. El cuadrado inscrito en un círculo representaba a la tierra rodeada de la inmensa bóveda del cielo, el Cenmanáhuac.
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Trazos reguladores en sección áurea. Fachada y planta de Tochimilco. Convento del Siglo XVI
Trazo de los rectángulos Sigma (Σ)
El cuadrado tiene cuatro lados iguales que, al cruzarse, forman cuatro vértices que se asocian con los cuatro puntos cardinales. el cruce de sus diagonales marca el centro, así como el cenit y el nadir en sus proyecciones. El cuadrado está asociado con los dioses creadores Tezcatlipoca y Quetzalcóatl, según se desprende del Códice Borbónico, así como con otros dioses, de quienes depende el mantenimiento de la vida.
El estudio geométrico del cuadrado revela la importancia de su diagonal. Geométricamente, una diagonal divide al cuadrado en dos triángulos, destruyendo su esencia al dividirlo, ya que deja de ser cuadrado para convertirse en dos triángulos isósceles. Al tiempo que la diagonal divide, se convierte en base o raíz para generar otro cuadrado del doble del área del primero. La diagonal en la geometría indígena simboliza, tal vez, al técpatl o cuchillo de los sacrificios, ya que la diagonal, al igual que el técpatl, tiene el poder de dividir (matar) o de multiplicar (reproducir).
La diagonal del cuadrado inscrito en un círculo tiene la virtud de partirlo en dos mitades; en este caso, el diámetro del círculo es la misma diagonal.
La acción de la diagonal en un cuadrado es el de la escisión de la unidad. dicha acción logra que el caos del número en el universo se ordene en un universo de medida.
La generación de números comienza en el momento en que el diámetro del círculo actúa como diagonal del cuadrado, y es entonces cuando aparecen los valores numéricos del 1 hasta el 2.
Esta acción de la diagonal se encuentra implícita en el círculo, pero no se manifiesta hasta que actúa en el cuadrado como √2 y continúa actuando progresivamente como √3 y √4, hasta la generación del doble cuadrado. El doble cuadrado, que representa la dualidad en la geometría indígena, puede considerarse como el desarrollo extremo de la unidad y el final de su escisión, que sitúa a todo el universo indígena entre el 1 y el 2. Así considerado, todo su universo está contenido entre el 1 y el 2.
Estando todos los rectángulos en un universo binario, no pueden tener como módulo a un número mayor de 2. Esta es la razón geométrica de la religión dual, del dios creador Ometéotl, del dios dos, que contiene en sí mismo el principio vital.
Una vez obtenidos los rectángulos que de manera recurrente emplearon como encuadramiento de superficies, procedieron a los giros de los mismos, obteniendo espirales en las que aparecen los ángulos de desviación que los monumentos de sus centros ceremoniales presentan respecto al norte (orientación), así como la inclinación de los taludes de sus pirámides escalonadas y de las alfardas respecto a la vertical.
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Generación de rectángulos armónicos a partir del cuadrado
Obtención de la unidad de medida
Bajo una concepción holística que concibe el macrocosmos y el microcosmos como una unidad, este trabajo propone que las superficies y volúmenes que circunscriben a las obras artísticas obedecen a constantes astronómicas o calendáricas que se expresan por medio de relaciones numéricas recurrentes.
En este sentido, el número 260 (13 x 20), número de días que duran, tanto la gestación humana, como el año ritual o tonalpohualli, es un módulo básico, cuyos múltiplos y submúltiplos se reflejan en los ciclos astronómicos y en las obras de arte. Otro de los números privilegiados en este estudio es en 360, correspondiente al año solar de 18 meses de 20 días. De esa manera los antiguos mexicanos emprendieron la empresa de integrar el mundo humano dentro del orden cósmico, como una expresión máxima de respeto a las leyes universales que expresan lo divino.
En el aspecto arquitectónico sus análisis revelan la verdadera forma de los basamentos mesoamericanos, los cuales no son pirámides, ni troncos de pirámide superpuestos, por la sencilla razón de que sus plantas no son cuadradas. La clave de su definición volumétrica se encuentra en el prisma recto rectángulo que duplica la envolvente del basamento en sentido inverso, como un reloj de arena, siguiendo el ángulo de la pendiente de los taludes. Estos volúmenes inscritos reciben el nombre de chumenes en la cultura china. Su cima no es un vértice, sino una arista. Al trucar el chumeng que descansa sobre la base inferior del prisma obtenemos el chutong o chumeng truncado que es el volumen real del basamento.
La autora funda su planteamiento en que la base de estos basamentos no es un cuadrado, sino un rectángulo sigma, que se caracteriza por tener entre sus lados la diferencia de una unidad a la manera indígena. La factorización de este módulo, para obtener la superficie o el volumen de la obra, revela la recurrencia de números significativos que la relacionan con la deidad a la cual se dedica, asociada a algún astro o planeta.
Esta unidad de medida a la manera indígena, no es una dimensión fija, sino un módulo que se repite n número de veces en el edificio o en la obra de que se trate.
Constituye  la clave de su diseño, y relaciona dicha obra tanto con el calendario como con los ciclos solares, lunares y planetarios. La autora identifica dicha unidad en el marco de los relieves, o en algún otro detalle significativo de la iconografía, como ojos, manos, corazones, etc.
El reto de encontrar la unidad de medida del mundo mesoamericano no había podido resolverse con el criterio occidental de hallar una constante dimensional que se repita en todos los casos, a la manera de nuestro sistema métrico. Sin embargo, al cambiar este criterio de repetición por el criterio de proporcionalidad, que aquí se propone, los resultados son contundentes. En este libro se demuestra que el número de módulos o unidades que contiene cada basamento, relieve o pintura es un número con significado astronómico, calendárico o geográfico, que relaciona la obra humana con los ciclos cósmicos y vitales. De este modo la autora nos revela que el arte mesoamericano, además su calidad estética y su significado iconológico, tiene el sentido de la construcción de un vínculo entre lo humano y lo sagrado. Así, mediante su número volumétrico o de superficie, cada obra artística o arquitectónica simboliza la presencia de los astros en la tierra, a través de la noción más pura y abstracta que es el número. La Dra. Margarita Martínez del Sobral propone un método original para la obtención de la unidad de medida a la manera prehispánica.  El método consiste en la división de un prisma recto rectángulo cuya base es un rectángulo zigma (constante en los basamentos mesoamericanos) y cuya altura total es el doble de la altura del basamento en cuestión. Trazando las diagonales del prisma resultan cuatro chumenes (volumen descrito en la antigua civilización china) y dos pirámides.  La unidad de medida a la manera prehispánica se obtiene de la arista en que rematan los cuatro chumenes, a causa de la diferencia del tamaño de los lados del rectángulo zigma inicial de la base. Esa unidad de medida es distinta para cada caso, pero se obtiene con el mismo método, se trata de que cada basamento lleva implícita dicha unidad de medida, según la proporcionalidad de los lados de su base y la altura del basamento en cuestión.  Los cuerpos del basamento se obtienen al seccionar horizontalmente el chumeng envolvente. El resultado es la verdadera forma del basamento mesoamericano que los antiguos chinos conocieron como chutong.
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Generación de la unidad de medida "U" a partir de la intersección de 2 Chumenes
Aplicación a la arquitectura y a las artes plásticas
"Omeyocan, como unidad antes de fraccionarse, se manifiesta en la Tierra en el lenguaje geométrico como un cuadrado. El dios se encuentra, entonces, tendido "en el ombligo del mundo", en el centro de la Tierra, en el centro del cuadrado. Era el cuadrado la proyección del cubo en la representación geométrica del mundo indígena, el mundo como manifestación del Dios Creador en la Tierra.
Puede decirse que la fuerza de Omeyocan, la energía que manaba de él, puso en movimiento los espacios dotándolos de tiempo, como un detonador que creaba al expandirse.
La energía de Omeyocan entrará de lleno en el espacio y tiempo, concebidos no como un espacio vacío, sino como factores dinámicos que se entrelazan y se implican para regir el acontecer cósmico.
Las fuerzas de Omeyocan ya en movimiento crean los cuatro rumbos del Universo.Los dioses que los representan son: Tezcatlipoca rojo, conocido como Camaxtle en Tlaxcala y Huejotzingo; Moyocoa o Tezcatlipoca negro, el más conocido entre los nahuas: Quetzalcóatl y Tezcatlipoca azul. En ese momento, la energía de Omeyocan se manifiesta en la Tierra como divina, tomando modalidades y diferentes colores de acuerdo con el dios del espacio que le toque regir.
La división del cuadrado por la diagonal es la base de la generación del panteón mesoamericano. Los dioses así creados son producidos por las escisiones o desdoblamientos de la unidad, misma que seguirá generando todo el panteón a través de sus desdoblamientos.
El poder divino, visto de esta manera, como energía en expansión y manifestándose en las fuerzas de la naturaleza y no como muchos dioses, hace pensar que se había alcanzado ya el pensamiento monoteísta, con una unidad que existía desde el principio del tiempo, creadora del espacio y de todo lo contenido en él."
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Unidad de medida mesoamericana en diferentes obras artísticas Ilustraciones tomadas de los libros Geometría mesoamericana y Numerología astronómica mesoamericana de Margarita Martínez del Sobral.
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El rostro de Eva de Naharon
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En 1998 que, como parte de un proyecto del INAH, se iniciaron las primeras incursiones subacuáticas con fines de investigación arqueológica en las cuevas y cenotes (oquedades en la superficie que dan acceso a las cuevas) en la Península de Yucatán. La existencia de restos óseos sin identificar dentro del cenote Naharon, de donde deriva el nombre de Eva de Naharon y que es el acceso al sistema de cuevas Naranjal localizado al sur de Tulum, en el estado de Quintana Roo.
En el año 2000 se ubicó los restos a 367 metros de la entrada de la cueva y a 22.4 metros de profundidad. Dos años después la osamenta fue recolectada para su análisis. El esqueleto encontrado contenía cerca del 80% de la estructura original de una mujer que medía 1.41 metros de altura, y que tenía entre 20 y 25 años de edad al momento de su muerte.  Los restos de Naharon se encontraron en un lugar remoto dentro de la cueva, una cueva majestuosa e imponentemente oscura.
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Tres laboratorios diferentes estudiaron los huesos de Eva mediante técnicas de espectrometría de masas y análisis de isótopos de carbono 14.
Los fechamientos fueron elaborados en tres laboratorios diferentes, coincidiendo todos en una antigüedad de 13,600 años, lo que coloca a Eva de Naharon como el primer y más antiguo fósil humano encontrado en la península de Yucatán y en el resto de América.
La reconstrucción del rostro de Eva fue encargada por el Instituto Nacional de Antropología e Historia de México, INAH, al diseñador brasileño Cícero Moraes, célebre por recrear virtualmente los rostros de personajes históricos.
La reconstrucción facial comenzó con la digitalización en 3D del cráneo. El equipo mexicano ya había tomado fotos de la estructura en un círculo de 10 a 10 grados.
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Se usó un algoritmo computacional que convierte en un objeto 3D correspondiente al cráneo y mandíbula. Pero el cráneo no estaba completo por lo que tuve que se usó uno virtual para complementarlo.  
Una vez que el cráneo estuvo completo, Moraes hizo una reconstrucción basada en dos enfoques. El primero anatómico, donde modeló los músculos principales del rostro. El segundo es el estadístico, donde tomamos datos de centenares de individuos con las mismas características ancestrales para saber qué espesor tenía la piel en determinadas partes del rostro
Los restos de Eva de Naharón y otros cráneos hallados en la misma región presentan características anatómicas que coinciden con las de habitantes del sur de Asia e Indonesia. La reconstrucción craneofacial digital elaborada parece confirmar esto. El trabajo realizado es congruente con las características físicas de los habitantes del sur de Asia, es decir, coincide con los estudios antropológicos y de ADN realizados sobre fósiles humanos encontrados en esta región, todos apuntando a un antepasado asiático.
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Atahualpa o el primer ajedrecista indigena
Atahualpa fue el breve último gobernante del imperio Inca, y a él se le atribuye el denominado gambito que lleva su nombre. 
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Tal como señaló el explorador y cronista español Juan Díez Betansos, fue descendiente de Huayna Capac, accedió al trono tras una feroz lucha bélica por la sucesión. Atahualpa logró entrar con su ejército a Cusco, asesinar a Huáscar, su hermanastro, y ser emperador. Su liderazgo fue corto ya que, tras la llegada del conquistador Francisco Pizarro, el gobernante fue engañado y capturado el 16 de noviembre de 1532. Ocho meses después, el 26 de julio de 1533 fue ejecutado, a pesar de haber pagado un cuantioso rescate exigido por los invasores españoles para su liberación.
El detalle que hoy nos convoca, sin embargo, es una de las historias que contienen esos meses de encierro y que, si bien no se trata de un hecho ciento por ciento comprobable, hay algunos indicios que dan cuenta de la afición del inca por el juego y, a la postre, del origen del Gambito Atahualpa.
Cuenta la historia que durante su encarcelamiento en Cajamarca, Atahualpa aprendió a jugar al ajedrez de observar partidas de sus guardianes. Crónicas de época sugieren partidas de los españoles Hernando de Soto, Juan de Roda, Blas de Atienzu, Francisco de Chaves, y Riquelme, el tesorero de la expedición quien tendrá un papel central en esta historia.
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En la partida que se suele contar como fundamento de la afición del inca, el tesorero jugaba con ventaja frente a Soto, quien fue alertado por un Atahualpa espectador del juego. Se cuenta que la intervención del emperador para sugerir una movida, evitó  que Hernando de Soto cometiera un error. De esa manera, en lugar de mover un caballo, hizo caso al inca y jugó la torre. Soto ganó finalmente la partida. Después de aquella demostración, la historia sugiere que los conquistadores comenzaron a invitar al prisionero a jugar y que, de aquellas partidas que no pueden ser confirmadas, data el origen de lo que hoy conocemos como Gambito Atahualpa, y que consiste en una serie de movidas que implican un sacrificio inicial, y donde, ante 1.e4 se ofrece 1… f5 2. exf5 Rf7 3. Dh5+ g6 4. fxg6+ Rg7. Las blancas quedan con peones de mas a cambio de desarrollo. El negro no esta enrocado pero como las blancas solo sacaron la Dama no pueden ejercer una ofensiva.
Retornando a la historia, el protagonismo del tesorero es determinante pues a él le atribuyen la suerte del Inca, y en particular, se sugiere que aquella intromisión que le costó la partida a Riquelme, habría generado la reacción vengativa contra el Atahualpa, puesto que el tesorero habría votado a favor de la ejecución del emperador, dotando a la historia de mayor dramatismo.
En las fronteras que separan a los mitos de la realidad histórica, nunca se sabrá si el Gambito que se le atribuye a Atahualpa fue producto de una jugada que se presenta como fuera de la lógica. Sin embargo, no existen antecedentes en la historia de esta respuesta “Inca”. Allí radica el misterio de aquella jugada, y quien sabe, el nacimiento de una identidad de juego latinoamericano.
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«Atahualpa» Ficha técnica: Duración: 18’ 30’’ Directores: Iván García y Jimmy Entraigües Escrito por: Agustín Gutierrez, Jimmy Entraigües y Cristian Bernard, basado en el cuento ‘La partida’ de Jimmy Entraigües. Actores: Frank Spano (Atahualpa) y Joan Carles Garés (Pizarro), entre otros. Fuente: http://ajedrez12.com/2018/07/25/atahualpa-el-primer-ajedrecista-latinoamericano/
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Los indígenas estadounidenses tuvieron contacto con los polinesios hace 800 años, revela el ADN
-Un estudio muestra que los grupos cruzaron el vasto océano aproximadamente en el año 1200
-Prueba de encuentro encontrada en el ADN de las poblaciones actuales
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Los nuevos hallazgos desmantelaron la creencia de que Rapa Nui, mejor conocida como Isla de Pascua, era el primer lugar donde las dos culturas se encontraban cara a cara. 
Los indígenas estadounidenses y los polinesios unieron grandes extensiones de mar abierto alrededor del año 1200 y se mezclaron, dejando una prueba incontrovertible de su encuentro en el ADN de las poblaciones actuales, según revelaron nuevos estudios.
Aún se desconoce si los pueblos de lo que hoy es Colombia o Ecuador se desplazaron miles de kilómetros hacia pequeñas islas en el medio del Pacífico, o si los polinesios marinos navegaron en contra del viento hacia Sudamérica y luego de regreso.
Pero lo que es seguro, según un estudio en Nature, es que tuvo lugar cientos de años antes de que los europeos pusieran un pie en cualquiera de las regiones, y dejaron a las personas dispersas en lo que se convirtió en la Polinesia Francesa con rastros distintivos del Nuevo Mundo en su ADN.
«Estos hallazgos cambian nuestra comprensión de uno de los capítulos más desconocidos en la historia de las grandes expansiones continentales de nuestra especie», dijo a la AFP el autor principal Andreas Moreno-Estrada, investigador principal del Laboratorio Nacional de Genómica para la Biodiversidad de México.
Los arqueólogos e historiadores han discutido durante décadas si los isleños de Oceanía y los indígenas estadounidenses se cruzaron durante la Edad Media y cómo, si lo hicieran, ese contacto podría haberse desarrollado.
En 1947, el explorador y escritor noruego Thor Heyerdahl llegó a construir una balsa primitiva, que llamó Kon-Tiki, en honor a un dios inca, y navegó desde Perú casi 7,000 km durante 101 días antes de estrellarse en Tuamotus en la Polinesia Francesa.
Resulta que esa es una de las islas donde aparecieron fragmentos de ADN del «Nuevo Mundo».
Heyerdahl estaba convencido de que la gente de Perú había poblado las remotas islas del Pacífico y quería demostrar que era posible. Pero parece que solo lo entendió a medias.
«Es más probable que los polinesios lleguen a América, dada su tecnología de viaje y su capacidad demostrada para cruzar miles de kilómetros de océano abierto», dijo a la AFP el autor principal Alexander Ioannidis, investigador postdoctoral en la Universidad de Stanford.
Viajando en canoas, los polinesios establecieron asentamientos en una vasta área dentro de un triángulo formado por las islas hawaianas, la isla de Pascua y Nueva Zelanda.
Hasta ahora, probablemente la evidencia más convincente de que las culturas pre-americanas y polinesias se cruzaban era la batata.
«Es originaria de América, pero también estaba en islas a miles de kilómetros de distancia antes del contacto europeo», dijo Ioannidis.
Además, las palabras polinesias para la batata son similares a las de las lenguas indígenas americanas en los Andes.
Pero los escépticos señalaron que los brotes de batata podrían haber llegado a la mitad del Pacífico por sí solos, en un trozo de madera a la deriva, por ejemplo.
Para buscar posibles puntos de convergencia, los investigadores recolectaron datos genéticos de 15 grupos indígenas de América a lo largo de la costa del Pacífico de América del Sur y Central, y de 17 islas polinesias, más de 800 individuos en total.
«Buscamos secuencias largas de ADN con exactamente el mismo código», dijo Ioannidis.
El emparejamiento con grupos indígenas en Colombia y Ecuador fue inconfundible, confirmado tanto por los métodos estadísticos tradicionales como por las nuevas técnicas de aprendizaje automático de "big data".
El material genético también reveló el momento del encuentro.
Con generaciones sucesivas, el ADN heredado de cada padre se somete a una «recombinación», por lo que los fragmentos de ADN de la madre y el padre se rompen y se fusionan.
«Al medir la longitud de las pequeñas piezas de ADN de los nativos americanos en los polinesios, podemos estimar cuántas generaciones hace que ocurrió el contacto».
La fecha que surgió fue 1200, cuando Genghis Khan invadió China y las cruzadas saquearon Constantinopla.
Entre los antiguos artículos de creencia desmantelados por los nuevos hallazgos se encuentra la afirmación de que Rapa Nui, mejor conocida como Isla de Pascua, fue el primer lugar donde las dos culturas literalmente se encontraron cara a cara.
Los nuevos métodos computacionales ayudarán a los científicos y académicos a descubrir historias del pasado previamente inaccesibles, dijo Moreno-Estrada.
«Gran parte de la historia se ha basado en cuentas escritas, que generalmente están controladas por quienes gobiernan y se centran en ellas», dijo. «La genética y la ciencia de datos ahora nos permiten contar historias quizás aún más increíbles, y no menos verdaderas, del resto de la humanidad».
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Mosaico Turquesas Mexica Pueden Resolver un Misterio Mesoamericano
Un reciente análisis geoquímico pone en tela de juicio la idea de un amplio contacto entre las culturas mesoamericanas y sudoesteamericanas antes de que los españoles invadieran.
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Un mosaico turquesa reconstruido recuperado del Templo Mayor, el templo principal de la ciudad azteca de Tenochtitlan, en la actual Ciudad de México
Con sus brillantes tonos de azul y verde, el turquesa era una piedra preciosa muy apreciada para los antiguos aztecas y mixtecos en la región que se extiende desde el centro de México hasta Centroamérica conocida como Mesoamérica. Utilizaron el mineral para crear brazaletes y tapones nasales, para mangos en cuchillos de sacrificio y también para diseñar mosaicos elaborados de guerreros que adornaron sus escudos ceremoniales y temibles estatuas de serpientes de doble cabeza.
Durante más de un siglo, los arqueólogos han cuestionado los orígenes de la turquesa utilizada en estas hermosas obras de arte y joyas. Debido a que los científicos han encontrado poca evidencia de la minería turquesa en Mesoamérica, algunos investigadores han utilizado la presencia de artefactos turquesa en la zona como evidencia de un intercambio comercial de larga distancia con civilizaciones antiguas a miles de kilómetros de distancia en el suroeste de Estados Unidos, donde se han encontrado minas de color turquesa.
Pero un reciente análisis geoquímico de turquesa mexica y mixteca sugiere que el mineral no se originó en el suroeste americano, sino en Mesoamérica. El hallazgo, publicado en la revista Science Advances, también pone en tela de juicio la idea de que hubo un amplio contacto entre las culturas mesoamericana y sudoesteamericana antes de la invasión española en el siglo XV.
Alyson Thibodeau,una geoquímica del Dickinson College de Pensilvania y autora principal en el artículo, recibió un frasco lleno de azulejos turquesa que estaban asociados con mosaicos mesoamericanos. Muchos habían sido excavados a partir de ofrendas en el Templo Mayor, que era el templo principal en la antigua ciudad mexica de Tenochtitlan, hoy Ciudad de México. Las piezas datan principalmente de finales del siglo XV. Algunas de las muestras provienen de azulejos sueltos asociados con mosaicos turquesas de estilo mixteca en poder de la Institución Smithsoniana en las colecciones del Museo Nacional del Indio Americano.
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Un escudo de estilo mixteca decorado con turquesa. Los hallazgos ponen en duda la idea de que las culturas mesoamericanas y sudoesteamericanas comerciaban o interactuaban extensamente antes de que los españoles invadieran en la década de 1500.
Después de afeitar los bordes de las baldosas para eliminar los adhesivos, la Dra. Thibodeau los molió individualmente y los disolvió en ácido. Luego analizó las muestras en busca de sus huellas dactilares isotópicas, lo que proporcionó información sobre sus orígenes.
Una noche, en el laboratorio, ella obtuvo sus primeros resultados.
"Vi el número aparecer y estoy bastante segura de que hice un baile alrededor del laboratorio", dijo la Dra. Thibodeau.
"No sólo tienen firmas isotópicas que son absolutamente consistentes con la geología de Mesoamérica", dijo, "sino que son completamente diferentes de las firmas isotópicas de los depósitos y artefactos de turquesa del suroeste que hemos visto hasta ahora".
La Dra. Thibodeau dijo que a pesar de que los arqueólogos no han encontrado restos de minas de color turquesa en Mesoamérica, eso no significa que nunca estuvieron allí.
La turquesa se forma cerca de la superficie como producto de la intemperie de cobre, típicamente causada por el agua de lluvia o las aguas subterráneas. Mesoamérica tiene muchas minas de cobre, dijo, lo que sugiere que los depósitos de turquesa pueden haber estado presentes allí también. Las firmas isotópicas que encontró en los artefactos turquesas también coincidieron con las firmas de depósitos de cobre encontrados en Mesoamérica.
David Killick,antropólogo de la Universidad de Arizona y coautor en el artículo, agregó que los hallazgos ofrecen pistas en la medida de cualquier interacción entre los aztecas y los mixtecos y las culturas circundantes durante este período de tiempo.
"La evidencia sugiere cada vez más que no hubo contacto organizado entre los mesoamericanos y el suroeste estadounidense", dijo el Dr. Killick.
Por Nicholas St. Fleur
Fuente: https://www.nytimes.com/2018/06/13/science/turquoise-aztecs-mexico.html
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Secuencian el genoma indígena de mexicanos
Se analizó el ADN de 15 individuos; 12 autóctonos y tres mestizos; los resultados, en Nature Communications
Abr 5, 2018
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Analizar el genoma de los habitantes originarios de América no sólo ayuda a entender mejor por qué enfermedades como la diabetes parecen afectar más a los mexicanos que a los europeos, sino también a arrojar luz sobre cómo los primeros humanos llegaron a este continente, cómo se colonizó el país, qué grupos se interrelacionaron e, incluso, si la palabra nahua responde a una identidad cultural o a una genética. “Así de amplias son las respuestas que se derivan de este trabajo”, expuso Alejandro Garciarrubio, del Instituto de Biotecnología.
Fueron más de cinco años los invertidos por el universitario y 30 especialistas para secuenciar e interpretar la información obtenida de 15 individuos (12 indígenas y tres mestizos). Los resultados de esta indagatoria –encabezada por el Instituto Nacional de Medicina Genómica (Inmegen)– fueron publicados recientemente en la revista Nature Communications.
“Era importante ahondar en esto porque los proyectos para analizar genomas humanos se habían centrado en europeos, africanos y asiáticos, y dejaron de lado a los nativo-americanos, por lo que se ignoraba cuál era su aportación a la diversidad genética del mundo y al mestizaje en América Latina tras la llegada de los conquistadores.”
Selección Para efectuar esta labor, los investigadores seleccionaron a 12 miembros de seis grupos étnicos que representan al norte, centro y sur de México, es decir, tarahumaras y tepehuanos en el primer apartado; nahuas, totonacas y zapotecos en el segundo, y a los mayas en el último. Los mestizos elegidos fueron padre, madre e hijo, y sirvieron como individuos de control.
La tarea no fue sencilla: como primer paso, los antropólogos del proyecto fueron a remotas comunidades indígenas a tomar muestras de sangre con el propósito de extraerles el ADN, no sin antes explicar a los participantes en qué consistía el trabajo y obtener de ellos un consentimiento informado. “Esta parte fue muy complicada: debieron llegar con folletería, esquemas y traductores para hacer esto entendible a gente que, con frecuencia, no habla español y tiene una escolaridad muy baja”.
De los cientos de muestras obtenidas, escogieron solo 12, las mejores. “Debíamos constatar, con 95 por ciento de certeza, que 99 por ciento del genoma de las personas a analizar era indígena. Es tan difícil hallar sujetos con tales características que, aunque consideramos decenas de candidatos por etnia con el objetivo de quedarnos con los dos mejores, al final tuvimos que aceptar a un par de sujetos fuera del rango por tener 98 por ciento de información amerindia y dos por ciento de herencia europea.”
El ADN de los 15 individuos se mandó a secuenciar a una compañía en Estados Unidos y ya con los datos en mano, en México analizamos computacionalmente cuáles genes habían sido modificados, cuáles eran de interés, cuáles revelaban los niveles de parecido entre los distintos grupos étnicos, cuáles los diferencian de los asiáticos y los europeos, y cómo se relacionaban estos individuos respecto del ADN antiguo de los primeros pobladores del continente.
“Es asombroso lo que puede colegirse de estos datos, pues nos permiten ver, de primera mano, cómo se fue poblando América.”
Tras los pasos de nuestros ancestros La población de América es la más reciente en cuanto a ocupación continental y se sabe que se dio cuando grupos provenientes de Asia atravesaron –más de una vez– el estrecho de Bering. “Uno de los resultados más importantes del estudio es confirmar que los indígenas de México presentan una uniformidad genética, lo cual corrobora que todos son producto de una sola migración y, además, de una conformada por muy pocos individuos”, indicó Garciarrubio.
A decir del investigador, estos datos posibilitan entender mejor cómo se conformaron los pueblos originarios, cuáles se mezclaron y cuáles se mantuvieron aislados. “Es cierto que hay un origen común, pero también diferencias entre etnias y esto nos da pistas del porqué”.
Entre las conclusiones más notables, destacó la relacionada con los pueblos del norte, los cuales, por haber mantenido comunidades pequeñas y un carácter nómada son muy distintos a los del resto de la nación. “Ello también explica el hallazgo funcional más relevante de este trabajo: la identificación de variantes en genes relacionados con el desarrollo muscular y la capacidad física de los tarahumaras o, como se dicen ellos, rarámuris (palabra endónima que significa ‘de pies ligeros’)”.
Uno de los argumentos que se daban para justificar esta aptitud sobresaliente para la carrera era la de una adaptación biomecánica derivada de los usos y costumbres de una cultura gestada en las cumbres de la Sierra Madre Oriental, aunque la secuenciación del genoma apunta a una respuesta mucho más compleja.
“Fue una sorpresa encontrar en los tarahumaras un enriquecimiento de variantes justo en los genes asociados con el desarrollo muscular y la resistencia, lo cual apunta a una constitución genética favorecedora en ese sentido. Éste es un hallazgo muy interesante porque hay pocos ejemplos similares en la literatura mundial, como la adaptación a la altura entre los incas y tibetanos.”
Respecto a los pueblos de la parte central de México –cuna de grandes culturas como la olmeca y la teotihuacana–, Garciarrubio observó que éstos se mantuvieron separados y comenzaron a mezclarse de forma muy reciente (en el último milenio).
“Por su parte los mayas presentaron una gran heterocigosis, concepto que nos habla de qué tan grande es la comunidad de la cual se obtiene un individuo y, en este caso, los datos señalan un gran éxito poblacional. Se calcula que en la Época Clásica llegaron a ser cinco millones y ello explica el gigantesco pool genético hallado, todo lo contrario a lo observado con los indígenas del norte.”
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Lo nahua, ¿una etiqueta cultural o genética?
Para Alejandro Garciarrubio, una de las dudas no esclarecidas por falta de estudios era si los nahuas eran un grupo étnico (cultural) con identidad genética. “Fácilmente los identificamos por su lenguaje, arquitectura, códices o religión, ¿pero son un grupo genético?”.
Dice la leyenda que ellos salieron del norte del país y, después de una larga migración, se establecieron en el Valle de México. “La pregunta es, ¿constituían un colectivo, venían de lejos o eran de algún pueblo cercano?, pues perfectamente podían haber pertenecido a cualquier otra comunidad del altiplano”, planteó.
Para precisar términos, el académico señaló que por grupo genético se entiende: una población que, después de las migraciones hacia México, se mantuvo aislada por miles de años, lapso suficiente como para diferenciarse de otras.
“Tras analizar su genoma es indudable que los nahuas cumplen con estas características y que la suya es una etiqueta genética. Esto se nos escapaba porque los trabajos anteriores tenían menor resolución, pues es un hecho que la historia genética del centro de México ha sido dinámica y ha dado pie a una verdadera mezcolanza.”
El académico dijo que era preciso aclarar este punto porque están bien documentados casos como los de los nahuas de Morelos y Guerrero que lo son por cultura, pero no por genes. Aunque hablan náhuatl, lo hacen porque fueron dominados y todo ello es producto de una imposición bélica que data de siglos atrás.
Además, de esta secuenciación también se obtuvieron datos médicos que verifican muchas cosas ya sabidas y en las que ahondará el Inmegen y otros grupos en los años por venir, añadió.
“Y eso es lo que se esperaría de un estudio con estas características; lo sorprendente es la cantidad de información que nos arrojó acerca de cómo se pobló el continente, cómo nos conformamos, sobre nuestra historia y también sobre nosotros. Es de destacar que este proyecto es orgullosamente mexicano pues no contó con la usual colaboración de universidades extranjeras. La experiencia que nos deja es la base para una investigación similar y ya en curso, pero mucho más ambiciosa: ahora comprenderá 96 genomas indígenas.”
Omar Páramo
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