Tumgik
tangoypank · 7 months
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Café
Se me pegan los panqueques a la sartén
No anda más
desde que se quemó
Yo tampoco
Se me queman las tostadas otra vez
Llevo tanto tiempo acá sin que pase nada
recíproco
Que se me escapa el apetito
Arranca un día sin desayuno
Se me filtra como utopía
Un deseo de ir a tomar un café con medialunas
a algún lugar
Todo es guita,
todo es imposibilidad,
todo es estancamiento.
No siento que exagero cuando digo "todo".
Acomodo panqueques rotos
Y tostadas quemadas
En el mismo plato.
Capaz que algo de sabor sigue latiendo
Pero miro el plato y siento que
Esto no podría atraer a nadie
Se me quema todo el desayuno
Porque ando desconcentrada
Desenfocada
Distraída con las señales
Que siento recibir
Pero me estoy inventado
No puedo inventar que un panqueque roto se vea bien
Ni que una tostada quemada sea el sabor del placer
No puedo inventar
Que alguien desee mis desayunos
Mientras sigan siendo así
Hoy te extrañé a la madrugada
pero también en el desayuno.
Me puse triste pensando que nunca fui tu desayuno.
Hoy llueve y me cuesta despertarme.
Quise quedarme soñando con la mano en el pelo,
con tus ojos anunciando certidumbres agradables
sobre mí.
Quise quedarme fantaseando
con hacernos un café.
Me desperté de un salto
como recuperandome de una pesadilla,
hice un café para mí sola
y me quemé con el primer sorbo.
Quemé todo. El resto de los fracasos de esta mañana ya los conté cuando empecé
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tangoypank · 7 months
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origen y karma
Preferiría que me odies
Exagero y soy cobarde
No soporto que no
quieras verme
no tanto
como yo a vos
Soy Piazzolla queriendo
reemplazar aquel bandoneonista ebrio
Y vos Troilo diciendo
Sos muy joven para esto, che
Y yo sí, probame, dale
y vos Mhm ¿Te tenes fe?
¿Conoces mis tangos como para tocarlos 
con los ojos cerrados?
Sí 
Eso como deseo
pero la verdad 
es que vos sos Troilo
sos Piazzolla
Y además sos vos
Y yo soy yo
un siglo más tarde
espectadora, admiradora 
Una más
Que canta sola con los ojos cerrados 
en su casa creyéndose Nelly omar
Lamentando que
lo único parecido a ella
es el dramático karma 
del amor no correspondido
Y por eso el tango
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tangoypank · 9 months
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Invierno
Un gatito agoniza en el cordón de la vereda, justo entre mi casa y la del vecino, quien viene a darme aviso. Parece buscar ayuda, pero no la pide, solo da aviso. Hay un gato, no sabe decirme cómo, pero lo veo en sus ojos. El vecino adolescente toca los timbres de todas las casas de la cuadra nuestra y de la de enfrente, aun en las que sabe que no hay nadie. Parece desesperado pero su acción no tiene concordancia con el estado del gato. cómo podría curar o salvar al gato tocando timbres de vecinos que están de vacaciones o que solo salen a observar y entristecerse inmóviles, sin respuestas, como yo.  Me acerco y veo el momento exacto en que el gato muere. no hago nada yo, charlamos entre vecinxs. no hago nada. qué se hace. Yo supe ser más valiente, yo era valiente, ya no lo soy. yo estuve encendida alguna vez. estoy apagada. la angustia por la muerte del gato es atroz, me invade. Sin embargo, no hice nada, no hago nada ahora y en un rato me voy a olvidar. Niego todo. Que no hice nada, que sigo sin hacer nada y sobre todo, niego profundamente que en un rato, apenas me distraiga con cualquier cosa, lo voy a olvidar.
Voy a comprar cerveza por otro camino para esquivarlo, me siento muerta, sin embargo qué conchuda porque muerto está él, yo estoy viva pero sintiéndome muerta. Sintiéndome una concheta que pasa por al lado de una persona en situación de calle y la ignora, que cambia de calle, de barrio, con tal de no cruzarla más, descreyendo estadísticas. Me doy asco. Vi al gatito tan lastimado, inflándose todo su cuerpo para dar el último suspiro, eso no me dio asco, que su cabeza apunte hacia un extremo y su cola a otro, y en el medio del cuerpo una cruel torsión de un dolor tal que podía sentirlo con solo verlo, inmovil yo, él dando su último suspiro. Quiero abrazarlo y no lo hago. soy cada vez menos valiente, menos sensible y más fría. Me enfrento por fin al hecho concreto que me afirma que me transformé en una persona fría. Que toda mi sensibilidad y amor y solidaridad por lxs demás son deseos y fantasías, pero jamás un acto. Mis acciones son vagas y egoístas, son nada, están muertas, no son. Solo fumo y me evado, fumo y me destruyo. Me destruyo para afrontar lo destruido que se encuentra todo alrededor. 
Segunda cerveza y recuerdo al gato, me siento tan hipócrita regocijándome en mi escritura sobre el acontecimiento y sin embargo sin haber hecho nada. Nada. Me agarra un momento de valentía y riesgo, salgo, el gato está tapado ahora con una bolsa de consorcio. El nivel de negación de lxs humanos es insoportable. Soy tan común y tan normal y tan alienada. No sé cómo pude pensarme anarquista alguna vez. No se cómo se creó el punk siendo una humanidad tan careta y destructora Tal vez por esa misma hipocresía, por ese mismo nivel de negación.
No me alcanzó la segunda, salgo a comprar dos latas más y ahí es donde veo que el gato que ya no es un gato sino un cuerpo de gato, un poco de cuerpo de gato ahí, tirado, y ahora tapado con una bolsa de consorcio. Cuando vuelva de comprar voy a enterrarlo. Lo voy a levantar y lo voy a llevar a la plaza de 22, esa plaza que me genera tanta hermosura como dolor. Esta es la ocasión y ese es el lugar. 
Los empleados del almacén siempre se están peleando o tirándose berretines entre sí. Alguna vez pensé que se gustaban, porque como soy tan común asocié la agresión y la violencia con el amor. Se pelean tan abiertamente que cuando me toca pagar e interactuar con uno de ellos me siento dentro de la discusión, siento que en cualquier momento alguno me encaja una piña o que termino gritando. En el mejor de los casos el que me atiende es la víctima por lo cual busca en mis ojos un poco de complicidad. No puedo dársela. No quiero caretear más nada. Son dos latas de cerveza y me voy. Toda la situación del almacén me hizo olvidar al gato. Siempre que siento vergüenza ajena me gusto más, me entretengo conn esa pavada egocéntrica. Me siento tan mal conmigo misma que tengo que recurrir a estupideces para quererme un poco.
Apenas en la esquina caigo en la cuenta de que, esta vez me olvidé de cambiar de camino, o por lo menos de decidirlo. No me queda opción más que pasar al lado del gato, del cuerpo, con las cervezas en la mano que tengo que tomarme para olvidar, no a él, sino a mi pasividad a la hora de su agonía y finalmente de su muerte. Que especie lamentable somos. Me agrupo a una humanidad para criticarnos en conjunto y no sentir que la única miserable de esta categoría soy yo. Me angustia pensar en la gente que es buena, en las buenas personas. Estoy en un estado en el cual esas dos palabras juntas me parecen una gran paradoja, una ironía estúpida, un político de derecha con slogans de pobreza 0. Todo es mentira menos la muerte.
Camino acercándome al cuerpo del gato esperando ver la bolsa negra y me encuentro con un vacío. Alguien hizo el trabajo peor. Me destruye que no solo fui pasiva mientras se moría, que me rendí ante la mínima posibilidad de salvarle la vida, sino que además no pude hacerme cargo de su cuerpo, de su dignidad, del ritual de su muerte. Que fantasee que iba a enterrarlo, pero tardé demasiado. Quise esconderme en el discurso de la realidad, diciendo que quitarlo de la calle sería negar lo que pasó. Pero la realidad era que había que sacar a ese gato muerto de la calle y que esa acción era lo más verdadero, concreto y el único acto de responsabilidad con lo sucedido, sin anteojos de colores con forma de corazón. Pero mi pensamiento es tan acotado que buscaba las una y mil maneras de negar, de salvarme de la inacción. Pensar que cuando era niña deseaba ser una buena persona, nunca me imaginé tan vaga como llegué a ser, nunca imaginé que iba a volverme fría, que me dolerían las responsabilidades al punto tal de rendirme.
¿Cómo hago para ver a otras personas ahora? Oculto lo sucedido porque no es ninguna buena anécdota para contar. Lo sería de haber accionado. Me doy vergüenza. La próxima vez que me ponga así de normal y pasiva, debería recordarme que el miedo es ilusión y que la vagancia se vence con el deseo de la anécdota, con el esfuerzo de habitar la experiencia para tener algo que contar. No cualquier cosa, no nuestras miserias sino, algo que nos de orgullo de nosotrxs mismxs, una anécdota valiente, una experiencia heroica.
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tangoypank · 9 months
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Estoy perdiendo algunos miedos y soy imparable. Ese fue el motivo por el cual comencé a inventarme miedos, a hacerme miedosa: pararme un poco. Pero religiosamente, hacia un extremo u otro, siempre termino pasándome de rosca. Tengo adicción a las sensaciones.
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tangoypank · 10 months
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El estado de desesperación (leer a Ariana Harwicz, meterse en su lenguaje, dejar que te coma y se chupe los dedos)
Me despierto como Uma Thurman con la inyección de adrenalina, como si me estuvieran haciendo reanimación cardiopulmonar, después del quinto, sexto golpe en el pecho. Todo lo contrario a la Madre de “Precoz", donde Harwicz dice que se despierta con la boca abierta como si fuese un pato antes de hacerse paté. ¿Algo así? Intento recordarlo exactamente: Duermo o me despierto con la boca abierta como un pato, es una imagen muy contundente. Muchísimo mejor escrito ella escribe tan así que la imagen se pega en la cara, se siente el olor y asco del paté y del aliento lleno de toxinas después de un sueño profundo, es tan contundente que torpe intento respirar como ella pero mi puntuación y mi intuición son vagas. Vuelvo a ver el pato, la persona-pato se entiende sin tener que entender, no se abre la puerta no hay. Hola, acá. Y listo estás adentro. Y cuando te salís en verdad no puede hacerse ni rápido ni del todo, ni de la imagen ni del libro ni del estado, ni de ese modo de ver de su lenguaje, ese que ella dijo que tanto se le escapaba en la ville pero que de repente cuando se va al campo encuentra. “Me despierto con la boca abierta como el pato cuando le sacan el hígado para el foie gras” Así de contundente. Lo vimos. No se puede evitar.  Y continúa como el Ricky Espinosa: “mi cuerpo está acá, mi cabeza más allá”. Como si hubiese algo del punk también en toda Harwicz y en los sentimientos perturbadores y en lo que se corre de la norma y es bastante más real que la norma,  algo punk más acá que  reventar o tirarse por la ventana, algo más cotidiano como la desesperación. Lo que está tan naturalizado en la ciudad que recién en el centro profundo de cualquier campo de cualquier sur pudo encontrar como materia prima de su escritura. Huyendo de ese cotidiano de fingir, fingir y fingir, de ser un personaje, a crearlo desde lo más podrido de las entrañas, desde lo más sucio de los pensamientos, lo más real, lo que la hiciese sentir más viva.  Asociando todo para encontrarle un sentido a algo, buscando una raíz avanzo veloz en mis pensamientos y en las imágenes de Harwicz y de mí misma, divago sigo construyéndome un micromundo. El punk entre rompiendo todo y siendo un personaje. El dolor como algo sobre todo punk también y la autora con su: “todos mis personajes están desesperados. Hablan desde ese estado de desesperación”. La autora que escribe con música clásica y traduce al punk.
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tangoypank · 1 year
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tarumba
Me gustan las cascaritas la sangre y las cicatrices
no así los golpes, los descuidos
ni las caídas.
Soy una comparadora compulsiva
no se me va con terapia.
Comparo personas y cosas, lugares,
situaciones, las invento, son tantas las alternativas de relatos,
de historias, de caminos, de decisiones posibles,
de arrepentimientos.
Profundizo hasta asustarme.
No me gusta el miedo que deja el dolor
no me gusta cuando mi cuerpo se rompe.
A lo que más miedo le tengo es a mi cuerpo roto y sin voz.
No sé cuántos papelillos más voy a usar
y a desperdiciar
cortándole puntitas para sanar agujeros de otros,
sacando de acá para poner allá,
ingenuamente creyendo en un equilibrio,
en un encuentro, en un sí, 
en una armonía de algo.
No sé cuántos, cortando las puntas para fumar menos
cortándolas para fumar menos entonces armando muchos más,
gastando plata en papel
cayéndoseme gran parte del contenido
barriendo el contenido del piso o
juntándolo con la lengua
(depende del día, depende cuánto me haya costado la noche)
Vivo con muchas contradicciones que se me escapan
mientras divago, reaparecen y me perturban
Vivo con un deseo profundo y anarquista de fumar y
con un miedo enorme a la casi-muerte, al dolor, a la imposibilidad, a la enfermedad
Vivo enamorada de fumar y le temo al ahogo, al impedimento del paso, a dejar de fluir; a quedarme sin aire, sin palabras
pero viva
Tengo miedo de preferir morir y no poder morir, quedar en coma,
por ejemplo, o algo peor
quedar juzgada injustamente
que eso de lo cual tanto quiero salir sea para siempre
(no importa si institución, sistema económico o determinada textura en la piel, rulos, pecas, etcéteras y etcéteras)
que lo que más me duela del mundo sea para siempre
Le tengo miedo a casi todo
y también tengo una confianza inexplicable
en unas energías y unas cosas
a las cuales nunca puedo llegar,
en una intuición que jamás veo 
y mucho menos me protege.
Soy muy leal
y me gusta mucho lo que me gusta
no necesito demasiado
casi nada
me gusta mucho lo que me gusta.
No entiendo si es miedo lo que siento ahora
Fumo como acto de liberación mientras escribo y siento que me ahogo.
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tangoypank · 1 year
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porque siempre estoy fantasy
La cama con ventanal 
las piernas y las gatas.
Una me quiere, la otra 
me respeta
y pone un límite claro.
La que me quiere me quiere
más que vos,
quiere pasar tiempo conmigo
más que vos.
le parezco suave
más que a vos.
Ella lo es, también,
igual que vos.
La cama con ventanal
sin cortinas
un día gris,
la sábana lila,
y el humo
entre las palabras;
se enredan
y también danzan.  
La cama con ventanal
30 grados al mediodía
y los culitos bronceándose.
Si se te baja la presión
estoy preparada,
tengo lo necesario en mi mochila
y sobre todo tengo ganas.
Te doy agüita,
te da igual
todo
menos vos.   
Sos muy como yo, soy muy como vos, y sobre todo somos nada que ver unx con el otrx.
No tenemos nada que ver
y somos hermanxs de otra vida
y también te quiero coger
todo todo todo el tiempo
y tambien cierro los ojos y deseo
que no me gustes más,
que se me pase,
porque, aunque grados bajos cero
sigo con fiebre,
y vos no tenes en tu mochila óleo y mimitos,
agua,
ni las ganas.
Te acordás mi nombre pero
no te importa saber cómo estoy
te acordás de mí cuando
es demasiado evidente
la coincidencia
o en los escasos momentos 
donde tu autoestima necesita
subir,
reafirmarse.
Tardar.
Invocar,
desapegarme de necesidades básicas
como olerte
y recordarlo todo,
así como también
inventarlo todo,
los intersticios
más profundos, 
los que no existen.
Y seguís gustándome tanto
que me dan ganas de llorar
porque se me hace muy difícil soltar,
incluso cuando me caés mal,
incluso cuando tu indiferencia,
porque es tan lindo
cuando estás.
En algún momento inesperado me duermo
y sueño que sucede 
la reciprocidad
y te acompaño el insomnio,
y la gatita que solo me respetaba
se duerme en un recoveco mío,
me extraña
y todxs me extrañan
y entro a escena con plantas
en macetas de botellas cortadas 
y brillándome los ojos.
Todo es
ficción
basada en deseos reales.
Mientras tanto,
duermo y sueño
que enloquezco afuera de mi casa,
que me apoyo atrás de un auto,
como escondiéndome de algo,
que estoy con el pelo atado,
pensando en altavoz
lo que me preocupa,
desesperada por algo;
y vos
apareces
y vos
hola
Me despierto 
y sigo
enloqueciendo
y sigue todo tan igual, todo tan nada.
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tangoypank · 4 years
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Perder la cabeza. O solo tener la cabeza.
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