Tumgik
#ya hubiese hecho un tema o algo con este izumi
kyaruun · 1 year
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Si estos se enfrentarán, a cuál le apuestas
sepas que justo esto es lo primero que vi nada más despertarme y casi grito un poquito pero it's okay yo te quiero igualmente aunque me hagas elegir <3
hay quien pensaría que viendo mi !!!! de ayer habría algo de competición sana pero es shinigami izumi. siempre. es que dudo que haya una carta que me guste más entonces el bias es x10000 porque se ve TAN bonito que no puede ser legal esto. el outfit una maravilla y es que encima le pusieron velo (mi novia sies lo que pasa es que no lo sabe aún)
PERO! seamos objetivos por un momento. tenemos a izumi al que se le fue un poco la pinza (que quiero decir, en el fondo no es nada nuevo. he can be a little insane as a treat <3) vs izumi que tiene una guadaña como de 2m y ningún miedo a usarla. nada más digo eso. en defensa del izumi nuevo también,, cuando veamos el cg completo hablamos de nuevo. porque ya solo con la preview que tuvimos es que se ve PRECIOSO. a mi me das encaje y me muero un poquito y los volantes y las perlas y todo ueeeee
también vengo a decir que yo tengo 2 manos y estoy dispuesta a ayudarles a hacer las paces ^^ <33
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anamor00 · 5 years
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Nuestra pareja (cap4)
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Hola chicas y chicos, chicos y chicas.
Aquí os dejo el 4ª capítulo de Nuestra Pareja y la información de este fanfics del anime/manga BECK.
FANDOM: BECK (anime/manga)
Título: Nuestra pareja
Pareja: Koyuki x Ryusuke x Chiba x Taira x Saku
Personajes principales: Tanaka (Koyuki) Yukio, minami (Ray) Ryusuke, Taira Yoshiyuki, Chiba Tsunemi, Sakurai (Saku) Yuji, Minami Maho, Eddie Lee, Matt Reed
(por si no os habéis dado cuenta, si los nombres están en japones suelo escribir primero el apellido y luego el nombre propio)
Capítulo Nº: 4
LISTA DE CAPÍTULOS: Cap1 , Cap2 , Cap3
Nº de palabras del capítulo: 2923
Advertencia: Posibles Spoilers del anime/manga BECK, Poligamia, AU omegavers, Un omega con múltiples alfas, malos entendidos, (DE MOMENTO NO VA HA HABER RELACIONES SEXUALES, EN CASO DE QUE FUERAN A SUCEDER AVISARÍA EN EL ENCABEZADO DEL CAPÍTULO)
ACLARACIÓN DE LOS DERECHOS DE AUTOR: Los personajes no me pertenecen, son originales del manga de HAROLD SAKUISHI. Pero esta historia, a pesar de ir siguiendo más o menos (más que menos por lo menos al principio) la trama del manga y el anime, es de mi completa autoría. Así que hasta que diga lo contrarío no se puede usar para hacer una versión en otro fandom o traducir a cualquier otro idioma. En caso de querer hacerlo se debería de tratar el tema conmigo y yo decidiría si la acción se lleva a termino o se mantiene en el olvido. Espero no tener ningún problema.
Idioma: Español (España)
Velocidad de actualizaciones: muuuy lento. Aunque por el momento no he tardado demasiado en publicar capítulos nuevos, no se cuanto tiempo pueda durar esta racha de buena suerte.
POSIBLE SPOILER DEL ANIME O DEL MANGA
ESTE FANFICS TRATA DE TEMÁTICA HOMOSEXUAL EN UN UNIVERSO OMEGAVERS, POR LO QUE LA FISIOLOGÍA DE LOS PERSONAJES NO TIENE PORQUE SER COMPLETAMENTE CIERTA DE ACUERDO A SU SEXO. SI NO AGRADAN O NO RESPETAS ESTE TIPO DE TEMÁTICA, POR FAVOR NO SIGAS LEYENDO POR TU BIEN.
QUIERO QUE ME DEIS UN TOQUE SI OS PERCATÁIS DE CUALQUIER FALTA DE ORTOGRAFÍA, PARA PODER MODIFICARLA .
ESTOY ESPERANDO VUESTROS COMENTARIOS, ESCRIBID UN POCO AUNQUE SOLO QUERÁIS LEER. ASÍ PODRÉ SABER SI GUSTA O YA ES HORA DE QUE ME TIRE A UN POZO.
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CAPÍTULO 4
Yukio caminaba a su ritmo. Estaba llegando antes de tiempo a su encuentro con Izumi, por lo que no tenía ninguna razón para apresurarse. Solo tenía que mantenerse concentrado en el camino y no distraerse con su entorno demasiado.
Hoy iba a ser un día especial. Su primer concierto de verdad. Y no saber que esperar le hacía sentir más emocionado. Viviría en unas horas algo completamente nuevo para él. Diferente de su rutina habitual.
Al llegar al punto de encuentro se acercó a su senpai, ambos habían sido invitados por Ryusuke a un local en el que bandas apenas conocidas tocaban en vivo. Es noche Ryu iba a tocar delante de todoso. El hecho de ir a ver la actuación del alpha de alguna forma le hacía sentirse más nervioso.
—Hola Koyuki. —Le saludo la omega, acercándose a él con una sonrisa sospechosa. —Quería que escucharas algo —comentó al tiempo que rebuscaba dentro de su bolso. Al momento saco un reproductor de CDs y continuó diciendo. —Son los famosos Dying Breed de los que tanto hablo últimamente.
Cogió el aparato que la chica le estaba entregando. Durante unos pocos segundos se quedó mirando al reproductor sin decidirse si escuchar o no lo que este contenía. Al alzar su rostro vio la mirada expectante que le lanzaba la chica, impaciente, y se decidió por escucharlo de una vez. Se colocó ambos auriculares y pulso el play. La música le atravesó por completo durante los 10 segundos que duró la batería. El aparato se había descargado por completo. Apenas había escuchado parte la canción, pero esta le había impactado. Le había marcado profundamente y ya no podía huir del sentimiento, del ansia, por querer seguir escuchándolos. Su pulso se había acelerado irremediablemente de un momento a otro, y su respiración se había vuelto errática. Y si no hubiese estado en mitad de una calle concurrida, habría soltado un gemido igual de tremendo que la impresión que le habían dejado Dying Breed. No podía creerlo. Había algo tan fascinante en el mundo, pero él no sabía de su existencia.
Solo consiguió salir de su ensimismamiento cuando Kayo-chan con toda su discreción había pegado un grito a tantos decibelios que lo había echado por la fuerza de su santuario interior.
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A medida que se acercaba la hora de que fuesen al lugar donde tendría lugar el concierto, a Koyuki empezó a ponerse nervioso y a dudar de todo lo que lo rodeaba.
No podía dejar de sudar por culpa de los nervios que no hacían más que incrementarse. Aunque quería con todas sus fuerzas ver a Ryusuke en uno de los directos de su banda, Cereal Momma, no le hacía mucha gracia estar rondando por la noche en un grupo tan pequeño, Kayo, Izumi y él. Además, como era la primera vez que iba a ir a un concierto en vivo no estaba muy seguro de que esperar. No sabía si el lugar iba a estar en condiciones, ¿sería grande o una lata de sardinas? Lo más probable es que tuviese el mismo rollo que el Remedy, podía parecer un lugar poco apropiado, pero en realidad estaba bastante bien. Y lo cierto es que el omega no se equivocaba.
Cuando llegaron al sitio indicado, siendo guiados todo el tiempo por Kayo, las pintas no invitaban a entrar precisamente. La entrada era la puerta de algo que podría ser un sótano. Esta se alcanzaba después de bajar unos escalones. Las paredes del pasadizo que había que atravesar para llegar hasta ella estaban llenas de graffitis , algunos eran nombres, otros dibujos y luego había algunas cosas irreconocibles.
Después de llegar hasta la entrada y adentrarse en la sala oscura llena de gente que hablaba con su grupito, algunos estaban solos recostados contra las paredes. Nada más entrar, el pequeño grupo de tres se adentró por completo en la maraña de cuerpos que esperaban a que alguien saliese al escenario. De un momento a otro un solo foco estaba alumbrando el escenario y una chica de pelo negro se colocó en el centro de este y empezó a cantar.
—Uoooh ¡Es muy joven! —exclamó el omega extasiado, más para si mismo que para alguien más.
—14 años —contestó Ryusuke desde la espalda de Koyuki.
—Entonces tiene mi edad y también es muy guapa. —Le gritó, girando el cuello, al alpha a su lado. No demasiado sorprendido por el silencioso acercamiento del otro chico.
Koyuki se percató de la mirada que le lanzaba el alpha. Tenía una sola ceja arqueada hacia arriba, haciendo una especie de mueca que le pareció graciosa al menor.
—¡Es mi hermana! —informó Ryussuke, gritando para hacerse oír por encima del griterío a su alrededor y el sonido de los altavoces.
—¿¡En serio!? Canta muy bien.
La conversación entre ambos fue fluyendo naturalmente. A veces se detenía durante unos minutos en los que contemplaban el escenario, saltaban o reían. Se acompañaron mutuamente hasta que el mayor, por solo dos años realmente, se fue a prepararse para su propia actuación. Para no quedarse solo entre tanto cuerpo sudoroso fue hacia donde las dos chicas con las que había llegado, pero sin prestar atención a su conversación. Hasta que no subió Cereal Momma al escenario, sus acompañantes no dejaron de comentar cosas que para el omega a su lado carecían de interés por completo. Una vez que Ryu y su grupo estuvieron listos la música fluyó desde sus instrumentos hacia el público. El único de los integrantes que conocía tocaba sin ninguna vergüenza y muy seguro de su mismo una reluciente guitarra eléctrica.
Aunque la noche había comenzado maravillosamente, no pudo acabar peor. El hombre de una discográfica al que había llamado Eiji, el otro guitarrista, se marchó antes de que pudiesen tocar algo decente, por culpa de un fallo técnico imprevisto a mitad de la primera canción. Fallo que costó mucho tiempo encontrar su origen. La tensión no hizo más que crecer entre los dos guitarristas cuando entraron a los camerinos. Lo único que pudo ver Koyuki fue el momento en el que los integrantes del grupo salieron a la calle y sin dirigirse la palabra cada uno se fue por su cuenta. Por su parte, se fueron a un bar, en el que servían comida, que estaba cerca y no era muy caro.
El chico intentaba esconder la sonrisa que inconscientemente quería instalarse en su rostro, había conseguido un buen sitio en la mesa. Pero no pudo evitar fruncir el ceño cuando volvió del baño y comprobó con sus propios ojos que Izumi-chan le había robado el sitio que había estado ocupando al lado de Ryu. Resignado se dirigió hacia el único sitio libre de la mesa.
—¿Pone que son los servicios? —le preguntó la hermano de Ryusuke, con la que se había topado de frente.
—Eres la hermana de Ryusuke, ¿cómo te llamas? —Le preguntó al reconocerla, sin contestar a la pregunta de esta.
—Maho.
Ahora si, Koyuki miró el cartel que la chica estaba señalando. Se le escapó una pequeña risita al recordar que su hermano mayor le había comentado que no podía leer bien el kanji y por eso siempre escribía en hiragana. Dirigió su mirada a la chica que esperaba su respuesta.
— ¿Tú tampoco puedes leer kanji? —preguntó sabiendo ya la respuesta, pero sin ninguna mala intención. Tampoco se esperaba la exagerada reacción de la chica.
—Shut the fuck up!! —gritó con el ceño fruncido y la cólera brillando en sus ojos—. ¿Quién te crees que eres?
Al parecer la noche no iba a ir más que de mal en peor. No solo el alpha se había peleado con sus compañeros de Cereal Momma, sino que encima el omega discutía con la hermana de este. Lo peor era que no entendía porque se había enfadado tanto.
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Llovía a cantaros. El tiempo había estado un poco torcido desde hace unos días, un pequeño ciclón iba, poco a poco, atravesando la ciudad. Aunque llevaba puesto un gran chubasquero por encima de la chaqueta e intentaba protegerse con un paraguas, no podía evitar mojarse. Cualquier esfuerzo por mantener un alto porcentaje de su ropa y cuerpo secos parecía un simple sueño.
Las grandes gotas caían en una rápida sucesión de pequeñas cantidades de agua. El viento que acompañaba a la caída, casi torrencial, de agua no era para nada alentador para cualquier ser que no estuviese bajo techo.
Koyuki se dirigía, como podía, hacia su casa después de haber pasado la tarde con Tanabe. Otro día como tantos otros de los que no podía extraer ninguna experiencia memorable. Todas las noches, a pesar de no caerle bien a su estado de ánimo al día siguiente, el omega trataba de recordar algún suceso ocurrido a lo largo del día que verdaderamente valiese la pena recordar. Pocos, o casi ninguno, eran los días en los que era capaz de encontrar algo en su memoria. No estaba disfrutando de la vida.
Chapoteando lentamente de vuelta a casa, sin preocuparse más por la lluvia, no podía estar más mojado, miró al otro lado de la calle. No se había esperado ver a Ryusuke y Eiji discutiendo bajo ese chaparrón. Sin ser realmente consciente de lo que estaba haciendo se quedó resguardado debajo de un balcón a esperar a Ryu. Al omega no le interesaba su conversación, discusión. No lo entendería en su totalidad ni aunque se lo explicasen, por lo que le parecía una tontería preocuparse en exceso. Si la discusión fuese personal le resultaría incluso más difícil de comprender, después de todo en estos temas todavía era un recién nacido. A penas hacía unos días que hacía salido de su cascarón. Y era gracias a la influencia del alpha, que no hacía tanto tiempo, que había conocido. Ahora es capaz de hacer cosas que en el pasado eran prácticamente impensables. Escuchaba otros géneros aparte de a la idol Chiemi. Se había hecho fan acérrimo de Dying Breed hasta el punto de buscar la traducción de las canciones del grupo americano. En verdad le había calado bien profundo. Leia entrevistas, escuchaba sus CDs y conciertos en vivo, hablaba con Ryu del grupo. Había dejado de ser su versión aburrida para empezar a ser la versión de si mismo que realmente quería ser. Su verdadero yo. A pesar de no ser completamente consciente. De momento sabe que todavía le quedan muchísimas cosas por descubrir, aunque siempre habría momentos en los que no ve todo lo que ha ido cambiando en unos pocos días. Podría pensar que su vida seguía en la misma dirección, pero lo cierto es que poco a poco, a medida que su perspectiva del mundo aumenta la línea que llega hasta su futuro se está desviando de lo que pensaba que iba a ser su vida. Pero al no tener la autoestima suficiente siempre le parecía todo lo que hacía menos de lo que realmente es.
En cuanto vió como el pelirrojo se alejaba del otro chico el omega se acercó a este. Antes incluso de poder acabar de abrir la boca, escuchó el grito de una voz femenina.
—¡Ryusuke llegas muy tarde! —renegó Maho que andaba de mala gana hacia su hermano mayor.
—Hey. —El alpha saludó vagamente a su hermano mientras se percataba de la presencia del otro omega detrás de él. —Quiero presentarte a Koyuki.
—Si ya nos hemos visto. —Comentó un poco borde.
—Pues si sois amigos os dejo solos. Tengo que ir a hablar con Taira-kun. —Les comentó a ambos omegas a medida que se alejaba de ellos.
Ryusuke los había dejado atrás. Ambos omegas estaban atónitos ante la acción del mayor. Koyuki no dejó de mirar en la dirección en la que se el alpha se había marchado tranquilamente sin pensárselo dos veces. Estaba un poco ansioso. Su primer encuentro con la hermana del guitarrista no había sido el mejor después de todo. Además, se sentía intimidado por el hecho de que fuese una omega también, tampoco quería hacerla enfadar de nuevo sin querer. Se quedó callado sin saber cómo iniciar una conversación que no fuese a acabar en desastre absoluto.
Después de un intercambio básico entre los dos jóvenes de catorce años, iniciado por la chica, se dirigieron a una hamburguesería cercana, buscando refugiarse del incesante temporal. A ellos se unieron unas compañeras de la omega. Lo que no se esperaba el omega macho es que fuesen cuatro chicas, sin contar a Maho, que no hacían más que hablar entre ellas de sus cosas. Para colmo del chico no hacían más que mezclar en inglés y el japones, con suerte entendía la mitad de la conversación. Pero este no servía para unirse. Tampoco parecían demasiado interesadas en ello. Habiendo aguantado a las cinco chicas durante una hora y media agónicas decidió que lo mejor era marcharse a casa y dejarlas tratar con sus cosas.
En su rutina habitual ya era lo suficientemente consciente de que no le importaba realmente a nadie. No le hacía falta que se lo restregasen por toda la cara unas completas desconocidas. Ni siquiera habían tenido la decencia de presentarse antes de dejarlo de lado.
Al salir del local marchó en dirección a su casa, sin prestarle atención al resto de peatones, hasta que notó un fuerte tirón en su camiseta. Al girarse para comprobar si conocía al causante vió a Maho que respiraba agitadamente. Le sorprendió el hecho de que había dejado atrás a sus amigas para seguirlo a él, aunque era para recriminarle que las odiara. El omega no comprendía como alguien podía llegar a esa conclusión después de haber vivido de primera mano la verdadera escena y saber qué es lo que había sucedido al completo. Pero la chica no atendía ha razones y solo le gritaba por haberlas ignorado.
Koyuki no podía llegar a creer del todo que Maho no fuese consciente de la realidad. Para el chico no era posible que hubiese alguien con una visión del mundo que él era capaz de percibir tan distorsionada. Era obvio que habían sido las chicas las que lo habían ignorado y no al contrario, si no podía entenderlas no podía comunicarse con ellas.
—Llévame donde Beck —exigió la chica sin prestar atención a las réplicas de Koyuki.
Sin comprender que es lo que le pasaba por la cabeza a la chica frente a él se dirigieron al estanque. Caminaron a través de unas cuantas calles hasta que por fin pudieron divisar el lugar donde Ryusuke vivía.
Cuando dejaron la carretera y pisaron el camino de tierra Beck se acercó a ellos corriendo y ladrando. Maho al verlo venir hacia ellos se agachó para recibirlo en sus brazos, pensaba que el animal la había extrañado de una forma inimaginable. No se esperó que la pasase de largo para perseguir al otro omega presente. Koyuki, sabiendo que no le caía muy bien al can ya se había encaramado en un lugar lo suficientemente alto como para que el perro no lo pudiese alcanzar.
—¡BECK! ¡Hace tanto que no te veo y pasas así de mi!­—exclama la chica temblando de la rabia.—¡Stupid dog!
Sin temor alguno la chica se acercó a Beck y le acarició el lomo. El animal dejó de prestarle atención a Koyuki y se centró por completo en los mimitos que le proporcionaba la hermana de su dueño. Después de haber estado un rato acariciando al perro Maho se levantó y sentó en una silla que había por ahí.
Después de ese momento siguieron con la conversación trivial que habían estado manteniendo mientras venían hacia el estanque.
—¿Cómo se dice Full Moon? —Le preguntó al otro japones.
—Ehh ¿Luna llena? —Contestó dudoso a la pregunta de la chica. A Koyuki no es que se le diese muy bien el inglés.
—Me gusta esta canción. —Sin decir más la chica empezó a cantar Moon on the Water de Dying Breed.
.
“Full moon sways
Gently in the nught of one fine day”
.
Moon on the water es una hermosa canción que enamoró a Koyuki desde el primer segundo. Es su canción favorita y cada vez que la escucha no puede evitar ponerse a cantar.
Antes de que Maho estuviese preparada para lo que se avecinaba Koyuki se subió a un montón de tierra para estar más cerca del cielo y cantó el resto de la estrofa.
.
“On my way
Looking for a moment with my dear”
.
Era la primera vez que alguien que no era de su familia o algún compañero de clase en la hora de música lo escuchaba cantar. El omega se sentía cómodo con la chica, por alguna razón, no le estresaba que ella lo escuchase. Se sentía en cierta forma natural.
— Es mi canción preferida. —Le dijo a la atónita chica mientras se giraba, dejando de contemplar al satélite terrestre, para mirar a su nueva amiga.
—Cantas muy bien —susurró casi sin ser consciente admirando la hermosa sonrisa instalada en los brillantes labios del chico frente a ella.
Para Maho no podía ser cierto. Ella sabía que no cantaba mal, pero no tenía una super voz. Sabía afinar, pero su rango vocal no era muy amplio y su sonido era bastante común. Por el contrario, Koyuki tenía un timbre peculiar que te atontaba y obligaba a prestarle atención durante todo el tiempo en el que permaneciese cantando.
La chica, antes que nadie más, ya sabía quién iba a ser un cantante famoso en un futuro no tan lejano. No pudo evitar sonreír al imaginarse la cara de su tonto hermano al escuchar a alguien cantar así justo delante de sus narices.
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[publicado: 11-5-2019; palabras: 2923]
{NOTA: PRIMERA ESTROFA DE MOON ON THE WATER - DYING BREED “Full moon sways. Gently in the nught of one fine day. On my way. Looking for a moment with my dear”}
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anamor00 · 5 years
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Nuestra pareja (cap2)
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Hola chicas y chicos, chicos y chicas.
Aquí os dejo el segundo capítulo del fic en el que estoy trabajando. Creo que ya lo comenté en la primera publicación, pero me cuenta mucho actualizar porque me gusta que todo esté perfecto. Y hay veces en las que tengo que leer los extensos capítulos que me gusta hacer varias veces y cada vez voy cambiando unas cosas y otras y se vuelve un bucle sin fin.
Espero que os esté gustando (si es que hay alguien leyéndolo), si es así por favor comentad lo que sea para yo saber que hay alguien a quien le interesa.
FANDOM: BECK (anime/manga)
Título: Nuestra pareja
Pareja: Koyuki x Ryusuke x Chiba x Taira x Saku
Personajes principales: Tanaka (Koyuki) Yukio, minami (Ray) Ryusuke, Taira Yoshiyuki, Chiba Tsunemi, Sakurai (Saku) Yuji, Minami Maho, Eddie Lee, Matt Reed
(por si no os habéis dado cuenta, si los nombres están en japones suelo escribir primero el apellido y luego el nombre propio)
Capítulo Nº: 2
Capítulos hasta el momento: Cap1
Nº de palabras del capítulo: 3260
Advertencia: Posibles Spoilers del anime/manga BECK, Poligamia, AU omegavers, Un omega con múltiples alfas, malos entendidos, (DE MOMENTO NO VA HA HABER RELACIONES SEXUALES, EN CASO DE QUE FUERAN A SUCEDER AVISARÍA EN EL ENCABEZADO DEL CAPÍTULO)
ACLARACIÓN DE LOS DERECHOS DE AUTOR: Los personajes no me pertenecen, son originales del manga de HAROLD SAKUISHI. Pero esta historia, a pesar de ir siguiendo más o menos (más que menos por lo menos al principio) la trama del manga y el anime, es de mi completa autoría. Así que hasta que diga lo contrarío no se puede usar para hacer una versión en otro fandom o traducir a cualquier otro idioma. En caso de querer hacerlo se debería de tratar el tema conmigo y yo decidiría si la acción se lleva a termino o se mantiene en el olvido. Espero no tener ningún problema.
Idioma: Español (España)
Velocidad de actualizaciones: muuuy lento (tened en cuenta que son capítulos largos y que a pesar de que tengo unos 12 capítulos escritos, quiero revisarlos todos antes de seguir escribiendo los siguientes. Así que si va a tardar lo suyo)
POSIBLE SPOILER DEL ANIME O DEL MANGA
ESTE FANFICS TRATA DE TEMÁTICA HOMOSEXUAL EN UN UNIVERSO OMEGAVERS, POR LO QUE LA FISIOLOGÍA DE LOS PERSONAJES NO TIENE PORQUE SER COMPLETAMENTE CIERTA DE ACUERDO A SU SEXO. SI NO AGRADAN O NO RESPETAS ESTE TIPO DE TEMÁTICA, POR FAVOR NO SIGAS LEYENDO POR TU BIEN.
QUIERO QUE ME DEIS UN TOQUE SI OS PERCATÁIS DE CUALQUIER FALTA DE ORTOGRAFÍA, PARA PODER MODIFICARLA.
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CAPÍTULO 2 
Otra mañana igual de aburrida que las anteriores.
Lo único que se salía de su rutina habitual eran los constantes pensamientos que surcaban su mente. Pensamientos referidos al apuesto chico que se había conocido hace unos pocos días. Ni siquiera conocía su nombre, pero no podía dejar de recordar su liso, largo y negro cabello o su hermosa voz. Por alguna razón le era imposible olvidarlo y graciosamente cuanto más tiempo pasaba, más a menudo le venía su imagen a la cabeza. No le importaba a su subconsciente que apenas se hubiesen visto apenas un minuto. Después de todo el omega había salido casi corriendo hasta su casa sin mirar atrás. Huyendo así de la misteriosa aura que rodeaba al otro chico y que te advertía para que mantuvieses las distancias, pero al mismo tiempo te impedía alejarte demasiado.
Dios, le había llamado tantísimo la atención. Desgraciadamente lo más probable es que no se volviesen a encontrar otra vez. Una verdadera lástima.
Con el fuerte sonido del timbre retumbando en sus oídos fue expulsado de sus pensamientos. Se levantó de su silla y lentamente se dirigió a la salida, las clases acababan de finalizar. Antes de llegar a travesar la verja que delimitaba el terreno de la escuela escuchó como alguien lo llamaba.
—¡Koyuki! —gritó una voz femenina a sus espaldas.
Al girarse vió que quien se acercaba a el no era ni más ni menos que su venerada sempai y amiga. Hacía tiempo que nadie lo llamaba por ese apodo que le pusieron durante la primaria, había que diferenciar a los dos Yukios de la clase de alguna forma. Casi se había olvidado de que en algún momento de su vida fue Koyuki. Aunque en realidad es lo que intentaba el omega, después de todo es complicado perder unos de los pocos recuerdos que eran felices que tenía. Pero no era raro que tratase de intentarlo, pues no quería llegar a asimilar que había habido momentos en su vida llenos de alegrías que parecía que no iban a volver a repetirse.
—¿Izumi-chan? —Preguntó desconcertado, dudando de la identidad de la chica frente a él.
—Cuanto tiempo sin vernos Koyuki. ¿Quieres venir conmigo y unos amigos a la bolera? Nos hace falta una persona.
—¿Ehhh? —contempló perplejo a la omega que lo miraba esperando una respuesta durante unos segundos. Continuó con un susurro—. No he jugado nunca a los bolos.
—No importa. –Mostrando con un movimiento de su mano que daba igual—. Solo queremos a alguien más para poder gastar las tiques que me ha dado Kayo-chan e igualar el número de jugadores por equipo.
Por el tono de la chica se notaba muy descaradamente que solo se lo estaba pidiendo, después de tanto tiempo sin hablar, para rellenar un hueco que falta. No le interesaba quien era el extra.
—He llamado a toda la gente que conozco y nadie más puede venir.
Con esas palabras ya se lo dejo todo claro como el agua de un arroyo. El omega masculino no podía ni mirar la a la cara. El la quería como a una amiga, la única omega que conocía y con la que había tenido relación. Pero parecía que a los ojos de la adolescente más mayor él no era más que otro títere en sus hábiles manos. No era más que un cojín nuevo que sustituye a alguno que ya esta demasiado desgastado. Sin querer admitirlo, pero sin poder negárselo a si mismo, esas palabras le habían dolido. El dolor era mayor que cuando se dio cuanta de que a pesar de estar en la misma secundaria su querida amiga no iba a acercarse a él otra vez, lo abandonaba a su suerte.
No podía actuar de forma normal después de todo el tiempo en el que no se habían dirigido la palabra y por el ambiente tan denso que les rodeaba y que no parecía dejar de espesarse cada segundo que pasaba.
A mirarla a los ojos, después de superar a duras penas los malos sentimientos que crecían en su pecho. Al contemplar las dos esferas marrones que lo contemplaban se dio cuenta desde que habían iniciado la conversación de que la omega frente a él ya era una adulta. No podía explicar bien como lo sabia pero el chico podía intuir que Izumi-chan ya había pasado por su primer celo y que al no encontrarse ambos en la misma situación fisiológica no lo consideraba un igual. Aunque ambos eran omegas y se suponía que amigos, parecía no importarle.
Resignado ante las dos únicas opciones que se presentaban frente a él. O bien iba a la bolera y se acoplaba al grupito de Izumi-chan, o bien se iba a su casa y maldecía su miserable existencia. Para él es obvia la respuesta.
—Vale. —Respondió en omega con cierta desgana—. ¿Dónde y cuándo?
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Estaba quedando en ridículo. Un ridículo inimitable. Después de volver a lanzar una bola y que esta rodase hasta caer por uno de los carriles laterales Izumi-chan se dignó a darle unos cuantos consejos. Le había costado compadecerse de su igual y proporcionarle su ayuda al novato del grupo. Después de unos cuantos lanzamientos más, en los que Yukio había recobrado su orgullo parcialmente, lo había hecho mucho mejor, había conseguido darle a alguno de los bolos, el grupo de adolescentes salió a las oscuras calles.
—Me muero de hambre —anunció exagerado uno de los chicos—. ¿Os hace un hamburguesa?
El resto de los integrantes estuvo de acuerdo. Todos estaban con las burbujeantes ansias de comerse una buena hamburguesa después de haber estado toda la tarde jugando, estaban deseosos de ingerir un buen pedazo de carne. Todos salvo uno asintió dando su beneplácito para seguir con el nuevo plan improvisado. A Yukio no le apetecía ingerir un trozo de grasa entre dos piezas de lo que hacían llamar pan.
—Eh, yo preferiría ir a un Yoshigyuu (2). —Mirando las caras del resto era bastante obvio que la propuesta no era bien recibida.
Las miraditas que le lanzaron para que se callara la boca fueron espeluznantes. El omega estaba acostumbrado a recibir miradas extrañas que te dejaban un sentimiento desagradable durante un rato. Pero no había recibido en su vida ese sentimiento de no pertenecer a un grupo y por tanto no tener derecho a opinar. Después de todo la mayor parte de su vida a estado solo, no tiene ningún amigo, y si no tienes a nadie sobre lo que opinar no pueden decirte que no puedes hacerlo. Siempre habían sido él y su voz. Podía parecer raro, pero cuando estaba solo tumbado en su cama o frente al espejo del baño se hablaba a si mismo en voz alta. Hacer esto, oír su propia voz y hacer preguntas como si hubiese alguien más escuchando le ayudaba a digerir mejor la información. Ya su madre le había comentado más de dos, tres y cuatro veces que era algo que podía hacer que la gente se alejase de él pensado que es una rareza. Pero al fin y al cabo si no tenía a nadie lo suficiente cercano como para que lo pudiese pillar hablando solo por su casa, no importaba demasiado lo que hiciese.
Viéndose forzado a recura, se resigno y siguió al grupito de amigos hasta el local que iba a satisfacer sus deseos.
—¡Kayo-chan! —gritó Izumi-chan intentando llamar la atención de una chica a lo lejos.
— ¡AAAAAAAAHHHHHHH, IZUMI-CHAN! —La otra le devolvió el grito a todo pulmón. Era una chica con la piel bronceada y que había echado a correr en dirección al pequeño grupo. —¿Volvéis de la bolera?
—Si, gracias por los vales.
Y así inició una conversación que abarcaría unos largos minutos de la vida del omega. Mientras las chicas hablaban entre ellas y decidían donde ir después de cenar, Yukio recordó inevitablemente ese hermoso y pálido rostro. Hasta el momento, durante la tarde, había estado tan concentrado en no hacer el ridículo que sus memorias no habían sido capaces de irrumpir en sus pensamientos. Ahora, que no estaba haciendo o concentrado en hacer nada estas se habían evocado por ellas mismas.
Para cuando el chico había vuelto ha ser consciente realmente de lo que hacía volviendo de su ensoñación ya se encontraban a las puertas de un bar, que no tenía demasiada buena pinta. Al espabilarse consiguió leer el nombre de local al cual se adentraban.
—Remedy. —Se susurró a si mismo al leer el cartel escrito en inglés.
Entraron al local. En un principio la decoración y el ambiente, al cual Yukio no estaba para nada acostumbrado, le provocaron una serie de escalofríos a lo lago de la columna vertebral. Las paredes estaban llenas de grafitis, autógrafos de personas desconocidas, que le daban un aspecto extravagante e informal. Pero como con cualquier situación, te acababas acostumbrando. Era uno de los pocos omegas que pasaba parte de su noche en el Remedy, pero se encontraba lo suficientemente tranquilo como para recostarse parcialmente en su asiento. Por otro lado, los otros chicos del grupo no dejaban de menearse en sus asientos, estresados y fuera de su estado de confort. Sin nada mejor que hacer Yukio se concentró en observar aquello que le rodeaba. De entre todas las cosas lo que más llamó su atención fueron los muchísimos poster de bandas que ni conocía no había oído hablar y que decoraban las pintarrajeadas paredes. Le resultaba curioso el hecho de que había infinidad de cosas que para algunas personas son de lo más importantes y otras ni siquiera conocen su existencia.
Después de ser expulsado de su propia mente por culpa de un grito de Kayo-chan, el omega se acercó a la chica que hablaba con el barman sin medir el volumen de su voz y sin tener en cuenta las molestias que podía causar. Pero esa era la forma de ser de la beta, completamente despreocupada. El omega se sentó en una de los taburetes vecinos a la chica gritona.
—Hey, puedes llamarme Mitchan. —Se presentó el hombre al otro lado de la barra.
Por un segundo estuvo a punto de preguntarle su nombre completo al hombre beta para no ser maleducado con un adulto. Pero la miradita que le había echado este al adivinar sus intenciones le había echo recular.
—Aquí todo el mundo utiliza apodos, así puedes estar más tranquilo. Nadie conoce el nombre real de los demás. —Le aclaró la situación Kayo amablemente.
—Em, yo soy Koyuki. —Se presentó el omega utilizando ese apodo que hace tanto tiempo que no escuchaba a nadie usar. Un apodo que se creó simplemente para diferenciar a los dos alumnos que se llamaban igual. En un tiempo entre ser feliz y dejar de serlo por completo. En esa época por lo menos sus compañeros de clase le hablaban, no como en la actualidad.
Cuando Mitchan salió de la cocina llevaba en sus manos un plato con patatas fritas que el mismo había hecho en la cocina. Cocina a la cual no tenía permitido el acceso, ya que todo lo que cocinaba adquiría un sabor espantoso. Cuando Koyuki provo una de las alargadas y fritas patatas no pudo evitar la mueca por culpa del extraño sabor. Aunque lo que contaba era la intención, después de todo eran gratis.
Después de unos minutos siguiendo la conversación y participando cuando tenía oportunidad se volvió a perder en las paredes del local. En uno de los vistazos al interior del bar se dio cuenta de quien estaba allí también. Cuando sus retinas se encontraron con ese pelo negro no pudo evitar contemplarlo durante un tiempo, permaneciendo abstraído. Sentía como chispas atravesaban su cuerpo y algo parecido a la excitación lo recorría de arriba abajo, pero solo durante un par de segundos.
—Es Ray. —Comentó Mitchan al darse cuenta de a quien miraba el joven, quien miró al mayor después de que interrumpiese sus pensamientos. —Hace llorar a las omegas. Nunca devuelve el dinero que le prestan. —Detuvo su charlo por unos segundos. —Es el peor chico de 16 años que conozco.
El omega hizo un ruido mostrando que entendía lo que le decían. Y al volverse para seguir observando a Ray se dio cuenta de que frente al chico de largos cabellos negros había una chica que lloraba desconsolada y que berreaba sin nada de vergüenza.
—Pero tiene ese misterioso encanto que atrae a la gente. —Finalizó su opinión sobre el Alpha mientras volvía a la barra y continuaba su trabajo.
Sin querer prestar atención a nada más, más bien sin poder hacerlo, aunque quisiese, no es el caso precisamente, el omega miró de nuevo en la dirección a Ray. Pasó olímpicamente de la conversación entre las dos chicas a su lado. Solo, y por alguna razón desconocida, fue capaz de escuchar “Dying Breed son la banda más popular en toda América” y “Dice ser amigo de Eddie el guitarrista”. Pero de tan concentrado que estaba en sus pensamientos no podría afirmar lo que había escuchado de refilón o si lo había entendido mal. De un momento a otro la chica abofeteó la cara del Alpha con su mano derecha y con su puño izquierdo en el estómago, saliendo después medio corriendo todavía con lágrimas en sus ojos.
Viendo como algunas gotas de sangre caían a través de la mejilla del alfa, el omega se levantó para ayudarlo. Pero antes de saltar a la aventura sin un plan recordó que dentro de uno de los bolsillos de su chaqueta todavía tenía los pañuelos que le había dado en otro día el chico. Tenía que actuar rápido, la mayoría del grupo ya estaba harta de ese ambiente y estaban a punto de salir y marcharse del bar. El omega no quería quedarse atrás, así que se acercó a Mitchan y le tendió el paquete de pañuelos.
—Dáselos a Ray, por favor. —Le pidió al mayor antes de dar media vuelta y dirigirse a la salida.
Saliendo tardíamente del Remedy vió como uno de los idiotas que eran sus senpais de la escuela se acercaba a mirar un coche que algún vándalo había rayado. No pudiendo luchar contra u instinto se aproximó hacia el chico mientras le aconsejaba que se apartase.
—No voy a alejarme solo por que tú me lo digas.
—Pero pueden confundirte con el causan…
Antes de poder explicar las muy validas y lógicas razones para marcharse pudo oír los gritos de unos alphas extrajeros que se acercaron rápidamente al coche dañado y al estúpido al que Yukio intentaba ayudar. Eran mucho más altos que cualquiera de ellos, por no hablar de la exagerada masa muscular que poseían.
—HEY! WHAT HAVE YOU DONE TO MY CAR?! —Le cuestionó el americano borracho al beta. —Can you speak english? —Preguntó al grupo de jóvenes mientras volvía a beber de su botellín de cerveza.
Mientras Yukio y los betas que eran de su grupo permanecían petrificados y sin la posibilidad de moverse o reaccionar, Izumi-chan intentó aclarar la situación. De todos los integrantes de su grupo era la que mejor controlaba el inglés, pero le costaba comprender que les estaban diciendo. Luchaba por entender que es lo que estaban diciendo y hacerse entender, y no en la amenaza que resultaban ser tres aplhas amenazantes enfadados para una joven omega.
El griterío continuó por unos minutos más. Todos los transeúntes que pasaron cerca de ellos hicieron oídos sordos y siguieron su camino sin darles un segundo vistazo a los estudiantes que dejaban atrás. Yukio ya veía la paliza que iban a recibir todos, sería una suerte si volvía a caminar normalmente. No podía moverse ni para intentar salvar su trasero, pero cuando el líder de los extranjeros hizo pedazos su botellín contra el suelo no pudo contener sus acciones. Se colocó delante de Izumi-chan antes de que esos brutos se abalanzasen sobre ella.
—¿Ya vale capullo! Gritó como nunca en su vida—. ¡Tonto del culo!¡No creas que por ser grande puedes acosarnos!
Ya le importaba un comino todo, les iban a pegar y no iban a poder evitarlo. Solo pedía que fuese rápido, después de todo nadie iba a venir a rescatarlos. No le importaba a nadie realmente.
—¿Tonto? —Repitió el americano, recordando el significado de esa palabra en su idioma.
—Mierda, entiende las palabrotas —pensó, ahora si, desesperado como nunca ante el peligro que se avecinaba.
Cuando el mastodonte frente a él ya lo había cogido por el cuello de la camisa y pensaba estamparlo contra alguna superficie dura, se oyó una voz que gritaba. Al parecer si que había alguien que había prestado atención a los disturbios y no iba a hacerse el ciego.
—Qui it! —Ryusuke llamó la atención del dueño del coche rayado. —Those kids didn't do that. I saw your...
Yukio no pudo escuchar en resto de la conversación. Tirado como se encontraba en el suelo no podía hacer más que contemplar a su salvador, ese Alpha japones en el que había estado pensando tanto desde la primera vez que lo vió. Por un momento Yukio pensó que el Alpha le había mirado a él directamente. Después desde su posición pudo ver como seguía a los tres tíos amenazantes que se dirigían hacia un callejón. Y por las para nada amigables caras que tenían no iba a ser para nada bueno.
—Iros a casa. Aquí solo molestáis —sentenció el chico de largos cabellos negros.
Sin poder ni querer hacer otra cosa que no fuese obedecer la orden directa de un Alpha, el grupo de estudiantes se fue del lugar. Yukio a pesar de querer quedarse y ver que es lo que iba a suceder con su salvador, no podía desobedecer la tarea que el chico le había exigido hacer. Aún un poco aturdido por la situación siguió a los betas e Izumi-chan frente a él hasta un local de ramen. Los mayores no querían irse todavía a sus casas. A pesar de no querer ir en contra de Ray y de su orden, el más joven del grupito de adolescentes no era capaz de dejar de pensar en que es lo que estaría sucediendo con él en ese preciso momento. ¿Estaría bien? O esos brutos le habrían dejado tirado y medio muerto en un oscuro callejón.
Ya habiendo tomado una firme decisión se levanto de su asiento. No iba a abandonarlo. No le importaba que Izumi-chan estuviese intentando que se quedase y se olvidase del tema, no iba ha dejarlo pasar. Era un sentimiento que no podía evitar. No lo conocía, se habían visto solo un par de veces y apenas habían intercambiado palabras entre ellos, pero Yukio tenía que admitir que no podía eliminarlo de lo más profundo de su ser. Sin saberlo el Alpha se ha instalado en él y ahora no es capaz de echarlo de allí. No iba a ceder ante las suplicas de la omega. Puesto que al hacer memoria la chica prescindido de él, en cambio el Alpha desconocido había sido más leal hacia su persona. Y ahora, durante una situación en la que el chico podría necesitar la ayuda del omega, aunque fuese para llamar a una ambulancia, no iba ha dejarlo solo y no hacer nada por él.
A pesar de toda su mala fama, había ayudado a un omega desconocido cuando no tenía ninguna razón para hacerlo.
Muchas ideas diferentes bullían y revotaban dentro de su cabeza. Solo tenía claro que no iba ha dejarlo solo. Solo con esa convicción como combustible para moverse, se soltó del agarre de Izumi y salió corriendo hacia donde había visto por última vez al chico pelinegro.
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[palabras: 3260; publicado: 12-4-2019; actualizado: 13-4-2019]
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