ANDAR SIEMPRE EN LA VERDAD (#wtsedevo #Mentira) 

La mentira pareciera ser un pecado poco importante ¿Cómo comparar a un mentiroso con un asesino o un adultero? Se cree en algunas ocasiones que es solo un pequeño pecado y hasta nos gusta hacerlo para lograr mejores trabajos, no meternos en problemas con otras personas. A veces hasta pareciera ser bueno, inocente y necesario mentir. Todos lo hemos hecho, desde la madre que le dice a su hijo que Santa Claus existe, hasta el estafador ¿No podemos mentir sin importar la situación? Mentir es pecado y para Dios todo pecado es abominable. 

Satanás es el príncipe de la mentira, Jehová Dios de la verdad según el Salmo 31.5. 

Desde el principio engaño y sedujo al primer hombre y a la primera mujer al pecado. Lo hace porque sabe que ese el medio para conducirnos a él sabe que nos puede seducir y nos atraer a él por medio de promesas que terminan en muerte. Por medio de las mentiras hizo que el hombre cayera y lo continúa haciendo para que de alguna manera gobierne el mundo y la gente en ella. 

Mentir es uno de los atributos del diablo, justamente lo contrario a los atributos de Dios: La veracidad. Cuando mentimos ¿A qué Señor servimos? No hay de otra, justamente este pecado hace que la persona se asemeje más al diablo que cualquier otro pecado, porque él es mentiroso y padre de la mentira. 

Ciertamente mi pueblo es, hijos que no mienten 63:8.

Si hay verdad en nuestra boca y no damos falso testimonio de nuestro prójimo estamos imitando a Dios. Con nuestra boca podemos honrar o engañar, decir palabras de vida o de muerte o peor aún caer en pecado y eso es abominable para Dios. Es verdad que la mentira es uno de los pecados más frecuentes, incluso entre cristianos, pareciera ser un buen arte por aprender que demuestra al mundo que ya no somos seres inocentes pero en realidad es algo que se puede convertir en un habito, mientras más lo hagamos, más buenos seremos haciéndolo. Calla nuestra conciencia y demuestra que no hemos nacido de nuevo. Como cristianos debemos andar siempre la verdad y acostumbrarnos a ello.

“No hablarás contra tu prójimo falso testimonio”. Éxodo 20:16 ________________________________________ 

Serie devocional: Andar siempre en la verdad(#wtsedevo #mentira) 

 Publicado por: Anónimo //Walk The Same Español.

ENCUENTRA LA GRACIA (#wtsdevo #libertad)

Por la sola gracia de Cristo, hasta el día de hoy has podido abrir los ojos, y ¿no te has podido dar cuenta que es un regalo?

¡Espera un momento, te lo ruego! piensa en que puedes respirar, piensa en que el Señor ha provisto un día más en el que abrirá oportunidades nuevas para que puedas ver su grandeza, en el que podrás ser sorprendido cuando el artista de artista pinte su obra de arte en el cielo, el cuál ordenará que el folículo se desprenda de tu cabello y este caiga al suelo, pero para esto requiero de tu ayuda, requiero que le bajes un poco de tono a tu autosuficiencia y a la vida tan ajetreada que llevas, sé que tienes cosas que hacer, pero por favor ¡Abre los ojos! El Señor cumplió su promesa ha hecho salir el Sol sobre los buenos y sobre los malos.

Presiento que definir la gracia es un desperdicio de palabras, sobre todo porque la palabra de Dios está llena de ejemplos en los que no se necesitaría siquiera definirla, esta palabra se remonta a un término hebreo antiguo, que significaba “agacharse, inclinarse” con el tiempo llegó a incluir la idea de “conceder un favor” en pocas palabras y de una manera más lúdica, se refiere al favor que una persona concede a otra, con la fuerte connotación de que esa persona que recibe el favor no la merece y jamás podría ganarla.

Es en este punto donde entramos todos sin excepción, antes seres despreciables delante de los ojos de Dios, inmerecedores de una pisca de su revelación continua, inmerecedores de su palabra, inmerecedores de la vida, inmerecedores de la creación, ¡inmerecedores de Cristo!

“No creo, según la naturaleza de las cosas, que el hombre mortal pueda percibir lo tremendamente ofensivo del pecado a los ojos de Aquel que es santo y perfecto con quien tenemos que tratar.” J.C. Ryle

Que nadie se atreva a hablar de la gracia si previamente no tiene la humildad de presentarse como pecador, que jamás conocerá cual es la anchura, la longitud y la profundidad de lo ofensivo que ha sido el pecado ante Dios, que por la gracia de Dios ha podido llegar al conocimiento de que la comparación de su alma, bien calificada, es como la de un zorrillo con un olor tan fétido para Dios que para él fue tan normal, que nadie se atreva a hablar de la vida de libertad que se la otorgado por la gracia de Dios si ha perdido la sensibilidad del precio que se tuvo que pagar por aquella libertad de la que goza, espero que lo recuerdes porque no sería justo que hables de lo que se te ha otorgado si no das gracias a quien te lo otorgó.

Si hay un pasaje en el nuevo testamento controversial por la Gracia de Dios en ella encontrada, es el relato de la mujer adúltera en el evangelio de Juan capítulo ocho, no quiero que pienses que esta historia es ajena a ti querido lector, en esta historia se presenta una mujer que fue encontrada en adulterio llevada a Jesús por los escribas y los fariseos, esos compas eran unos declarados por Jesús como hipócritas y claro está, le habían llevado esa mujer para tentarle, ya que la ley de Moisés decía que tenían que llevar a los dos para apedrearlos (Levítico 20:10; Deuteronomio 22:22) si decía que no la apedrearan, lo acusarían de violar la ley y si decía que la apedrearan lo acusarían con los romanos ya que no podían llevar a cabo sus propias ejecuciones.

¡Que sus palabras perduren por los siglos! El que de vosotros esté sin pecado sea el primero en arrojar la piedra contra ella.

El impacto de las palabras de Jesús en la vida de los hipócritas fue a tal grado que todos se fueron acusados por su conciencia, quedándose solos Jesús y la mujer,  teniendo como resultado el último dialogo “Mujer, ¿dónde están los que te acusaban? ¿Ninguno te condenó? Ella dijo: Ninguno, Señor. Entonces Jesús le dijo: Ni yo te condeno; vete, y no peques más.

La gracia de Dios en este pasaje se nota en las palabras de Jesús “No yo te condeno” Cristo pudo arrojar la piedra y condenarla pero sus palabras fueron “ni yo te condeno”

Querido lector, esta historia tiene mucho que ver contigo y conmigo, todos y cada uno de nosotros hemos sido encontrados en el acto fragrante de adulterio en contra de Dios por habernos prostituido e ir en pos de la adoración centrada en nosotros mismos, olvidar al Dios de la vida y merecedor de toda gloria pensando que los logros obtenidos en nuestra vida ha sido por nuestra fuerza, créeme que hemos sido encontrado en el acto de adulterio y merecemos la muerte por nuestro pecado tan escandaloso. Sin embargo sus gloriosas palabras permanecerán para siempre “Ni yo te condeno” y su efecto a través de la cruz de Cristo es el mismo ¡el pecador declarado justo por medio de la fe! ¡Salvo y sólo por gracia! Por favor se sensible a todo lo que se te ha dado y encuentra la gracia en tu diario vivir.

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Serie devocional: Gracia Irresistible (#wtsedevo#GraciaIrresistible #Gracia)

Publicado por: Hur Daniel // Personal // Walk The Same Español

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No hay que preocuparse

"Fíjense en las aves del cielo: no siembran ni cosechan ni almacenan en graneros; sin embargo, el Padre celestial las alimenta. ¿No valen ustedes mucho más que ellas?" Mateo 6:26

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Publicado por: Nathanael // Personal // Walk The Same Español

Cómo Dios. (#wtsedevo #Perdón)

Por el contrario, sean amables unos con otros, sean de buen corazón, y perdónense unos a otros, tal como Dios los ha perdonado a ustedes por medio de Cristo. Efesios 4.32 NTV

Sin temor a equivocarme el perdón es una práctica poco realizada por todo el ser humano. Tampoco puedo generalizar, pero en su mayoría nos cuesta mucho poder perdonar a los demás, según sea el caso para poder otorgar un perdón. Es muy fácil pensar que, si hacemos algún mal, las personas deben o incluso tiene la obligación de perdonarnos, pero, ¿Qué pasa cuando los papeles son inversos y nosotros somos los que debemos perdonar? Sin duda alguna no es la cosa más fácil de hacer.

Me doy cuenta que cómo creyentes 2 cosas son de suma importancia para poder reflejar a Jesús, y causan un impacto tan profundo en otras personas ya que no es fácil ver estas cosas. La primera es “amar a nuestro prójimo como a nosotros mismos” seamos honestos… ¿a quién le gusta dejar su comodidad para que otro la disfrute? O ¿A cuántos nos gusta dejar el mejor lugar para qué alguien más lo tome? ¿Qué tan dispuesto estoy a morir a mí “yo” para que sea otra persona?

Amar a mí prójimo en términos simples para mí es, hacer con la gente todo aquello que yo sueño qué hagan conmigo.

La segunda cosa es perdonar, perdonar, perdonar, y perdonar, y después de que perdonen seguir perdonando. Para mí este acto sencillamente nos hace libres y vivimos tranquilos. Estoy completamente seguro que una persona que perdona tiene una capacidad de amar superior a los demás, ya que entiende la magnitud de perdón que recibió por medio de Jesús.

Efesios no invita a ser “Amables” y cómo persona podemos serlo, aunque en ocasiones, solo con quién queremos, también se nos invita a ser de “buen corazón” pero de igual manera, esto lo hacemos con quién queremos, y por ultimo Pablo, sube el siguiente escalón y lo complica invitándonos a perdonar, pero eso no fue todo porque no es cómo yo pienso perdonar, o cómo veo qué las otras personas lo hacen, Pablo escribe: “TAL CÓMO DIOS LOS HA PERDONADO”. ¡Qué invitación tan poco inusual! Si de por si perdonar es difícil, ahora, ¿Hacerlo cómo Dios lo hizo conmigo?

Medita en esto… El amor de Dios es inmenso y tengo que amar a otros cómo a mí mismo, y cómo Dios me ama a mí, Él entrega su amor sin esperar nada a cambio, por lo tanto, el perdón de Dios es igualmente así de infinito, entonces dimensiona ¿Cómo tenemos que perdonar si Dios me perdono TODO a mí?

________________________________________ Serie devocional: Perdón (#Wtsedevo  #Perdon) Publicado por: Anónimo //Walk The Same Español.

Hábitos. (#wtsedevo #Mentira)

“No mintáis los unos a los otros, puesto que habéis desechado al viejo hombre con sus malos hábitos. “- Colosenses 3.9 LBLA

Un hábito es aquello que hacemos con regularidad, sin que incluso tengamos que recordarlo. En lo personal me encanta que esta versión ponga esta palabra, ya que con toda claridad muestra una verdad en la que podemos encontrarnos.

Sin tanto rollo… para algunas personas el no decir la verdad es tan común que incluso lo confunden con la verdad, pero también se han acostumbrado a andar con una vida llena de falsedad, debido a que gran parte de lo que se construye en su día a día, es una mentira.

Hace poco veía una serie de televisión donde uno de los personajes, alrededor de toda la primera temporada envolvió a todos los demás haciendo creer que era una persona que en realidad nunca seria, y eso me hizo meditar en este pasaje de Colosenses 3.9 “desechen al viejo hombre con sus malo hábitos” ¿Cómo una persona puede mentir tanto tiempo, pensando que se saldrá con la suya?, de solo imaginarlo se me hace tan agonizante vivir siempre con mentiras, pero esto hoy en día es una realidad, cómo personas, tenemos este mal hábito, la mentira.

Si somos honestos, todas las mentiras siempre hacen las cosas más complicadas de lo que realmente podrían ser. Esto de mentir es cómo una bola de nieve deslizándose cuesta abajo y solo se hace más y más grande, hasta que llega un punto donde se tiene qué topar con algo que frene su trayecto. Lo mejor sería que cuando choque, solo se rompa y las cosas estuvieran cómo si nada, pero la realidad es que esta enorme bola que ahora está hecha pedazos, deja atrás un sinfín de desastre.

Lo mismo pasa con una mentira, se inicia pensando que es tan insignificante que no pasara nada por que imaginamos que tenemos el control, pero esta mentira te lleva a otra, y a otra y a otra, y cuando nos damos cuenta es cómo esta bola de nieve que viene a una velocidad rapidísima, pero destrozando lo que se encuentra a su paso.

Pensamos que existen mentiras pequeñas o unas menos malas que otras, pero al final todas tienen el mismo fin y está reflejado en la Biblia. (Lucas 8.17) Pues todo lo secreto tarde o temprano se descubrirá, y todo lo oculto saldrá a la luz y se dará a conocer a todos.

Ninguna mentira por muy elaborada y planeada que sea, podrá ser oculta delante de los ojos de Dios, y llegado el momento el Señor mismo por amor a nosotros sacara todo a la luz, no con el fin de avergonzarnos, pero si con toda la intención de alejarnos de esto y no continuar con este hábito.

Te invito a que nuevamente con la ayuda del Espíritu Santo, caminemos con integridad y por complicada o dura que sea la verdad, no continuemos con este hábito que no solo nos daña, sino qué destroza todo lo que existe a nuestro paso.

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Serie devocional: Mentira (#wtsedevo #mentira)

Publicado por: Anónimo //Walk The Same Español.

LA LETRINA DEL CORAZÓN (#wtsedevo #Pecado)

Nada hay fuera del hombre que entre en él, que le pueda contaminar; pero lo que sale de él, eso es lo que contamina al hombre (Mr 7:15 RVR 60)

Hace poco pude ver una noticia sobre un pastor que lavaba los pecados con detergente. Sin entrar a discutir la ignorancia de estas prácticas, y el daño que esto hace a la fe que una vez fue dada a los santos (Jud 1.3), me es imposible dejar de pensar que incluso el pueblo cristiano parece no entender la esencia del pecado, que no consiste en una mancha superficial que salpica sus vestidos, sino una terrible enfermedad que corrompe hasta lo más profundo de su ser.

El pecado no es disputar con Hitler el título al ser más malo de la historia, el vecino que engaña a su esposa o el hombre que consume drogas en un parque. Wayne Grudem define el pecado como “no conformarnos a la ley moral de Dios en acciones, actitudes o naturaleza”. Es lo que piensas, cuando nadie te ve; las actitudes que no corresponden a un hijo de Dios; tus motivaciones cuando no buscas Su gloria con lo que haces; y es, en definitiva, lo que eres cuando no eres santo, no como tu pastor o los apóstoles, sino a la medida de Dios, que es su propia santidad (1Pe 1.15). Aunque claramente, es imposible alcanzar dicha meta durante nuestra vida terrenal, es Cristo nuestro estándar, y nadie más (Ef 4.13).

Por nuestro contexto, como cristianos podemos entender los dos primeros aspectos del pecado, si bien en ocasiones cometemos el error de enfocarnos en lo que algunos autores denominan “pecados espectaculares”. Así, el hombre que lidia con la concupiscencia siempre será a nuestros ojos más pecador que aquel que lucha con la ira. Somos una cultura que se enfoca en el hacer, pero esta no es la base del pecado. A menos que mi Biblia se equivoque, no fue el adulterio o la pornografía el pecado de Adán. La definición de Grudem es importante, porque muestra una cuestión olvidada por muchos: más que la acción, es el pensamiento, y más que el pensamiento… es la naturaleza de nuestro ser.

Querido amigo… No basta con que intentes dejar de hacer lo incorrecto, o que motives a otros a ello. Ni siquiera es suficiente con modificar pensamientos o actitudes, a menos que haya cambiado la naturaleza de tu ser. Nacemos pecadores cuya nuestra naturaleza no agrada moralmente a Dios. La única manera en que el pecado puede morir sin llegar a nuestras manos y sin corromper nuestros pensamientos, es que haya un verdadero cambio en nuestro corazón, y eso sólo se logra cuando has nacido de nuevo. Si eres cristiano, tu ser ha sido regenerado por Dios, y entonces podrás luchar contra el pecado por el Espíritu que habita en ti, pero no luches solamente contra la lujuria, ni levantes tus manos en horror santurrón por la homosexualidad; busca en tu ser el orgullo, la amargura, el egoísmo, tu deseo de vivir una vida centrada en ti, y usando lo que Dios te dio para tu beneplácito. Dios ha hecho la obra de afectar tu naturaleza para que puedas, por medio del Espíritu, cambiar lo demás. Pero no te centres en la obra de tus manos, ni juzgues a otros solamente por lo estridentemente que resuena su pecar. Cuando luches contra aquello que no agrada a Dios, sé más profundo. Allí, donde habita tu carne, y en aquel corazón que aún no alberga totalmente el fruto del Espíritu, es donde está tu lucha contra el mal que mora en ti.

Hoy te invito a que entiendas que la santidad es algo que nace del alma, cuando Dios te llena, y se extiende a todo lo demás. Llena tu corazón de Dios, para que así tus manos lo reflejen a Él, y cuando quieras combatir el pecado en tu sociedad, predica a Cristo. Nada cambiará en tu ser ni a tu alrededor, mientras el corazón no haya sido cambiado, y eso sólo lo puede lograr Dios, que afecta lo que tú no puedes tocar: la naturaleza moral. Así, tanto el que mata, como el que miente, podrán agradar al Señor. Sólo así, habrá un cambio en nuestra sociedad.

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Serie devocional: La Letrina del Corazón (#wtsedevo #Pecado).

Publicado por: Alejandra // Walk the Same Español

LA GLORIA DE LA MUERTE (#wtsedevo #GloriaCristo #CaminoGolgota)   

Entonces él les dijo: ¡Oh insensatos, y tardos de corazón para creer todo lo que los profetas han dicho! ¿No era necesario que el Cristo padeciera estas cosas, y que entrara en su gloria? (Lc 24:25-26 RVR 60)   

Todos hemos experimentado alguna vez dolor por la muerte de nuestro Señor Jesús. Sea que hayamos reflexionado sobre la cruz, o que esto haya sido exacerbado hacia la conmiseración por canciones y películas, ninguno de nosotros ha sido indiferente a los padecimientos de Cristo durante su muerte. Aun cuando tenemos el privilegio de conocer la historia completa, ninguno ha podido evitar en algún momento de su vida el haber recorrido el camino a Emaús. La muerte de nuestro Señor nos es un evento trágico porque es el justo muriendo por los injustos (1Pe 3.18); y Aquél que no conoció pecado (2Co 5.21), siendo tratado como al pecado mismo para que gozáramos del beneplácito del Padre. Sin embargo, nuestro enfoque no debe estar en el sufrimiento del Señor, por más doloroso que éste nos sea, sino que debemos fijar la mirada en dos aspectos fundamentales: la Gloria que este evento trajo, y la Gloria que debe traer.   

Para entender la Gloria que trajo la muerte del Señor, debemos empezar por entender algunos aspectos de nuestra salvación. El primero es la necesidad de este sacrificio; una vez el Consejo Eterno determinó que habríamos de ser salvados, ninguna otra cosa hubiese logrado este fin, excepto la encarnación y muerte del Señor Jesús. La misericordia no podía ser satisfecha en detrimento de la justicia, pues sin derramamiento de sangre no hay remisión de pecados (He 9.22) y la paga del pecado es muerte (Ro 6.23). Si habríamos de vivir para ser perdonados, se necesitaba alguien que muriese en nuestro lugar y pudiese representar al hombre como Adán (Ro 5.18-19), reivindicando al ser humano para mostrar Su amor, pero que tuviese la capacidad de vivir una vida perfecta y soportar el peso de la ira de Dios, para que su justicia fuese satisfecha. El sacrificio de Cristo trae Gloria a Dios por cuanto le permite satisfacer su odio por el pecado, redimiendo, empero, un remanente que le honrará; y por cuanto le constituye en Juez de aquellos que lo rechazarán, siendo satisfecha la ira de Dios hacia ellos cuando llegue la consumación. Cristo permite que se cumpla el propósito de Dios, exaltando su Poder y Soberanía, mas también su Justicia, Misericordia, Amor y Sabiduría. Quien siente lástima por Dios, no sólo no ha leído Apocalipsis, sino que no ha comprendido que este evento, por doloroso que sea, es el pináculo del actuar de Dios, su plan más perfecto, su obra maestra. La Escritura dice que Cristo habría de ver el fruto de su aflicción y quedaría satisfecho (Is 53.11); ¿no es esta Gloria eterna suficiente para dejar de llorar por unos instantes de dolor y alabarle por los siglos de los siglos?   

El segundo aspecto a entender es que, en lugar de hacernos sufrir por padecimientos físicos y espirituales que han llegado a su final, esto debe hacer que nos esforcemos día a día para ocuparnos de nuestra salvación con temor y temblor (Fil 2.12). Honremos el sacrificio del Señor, apartándonos del pecado que hizo necesario que Él muriera y alabándole con gratitud por el infinito amor que le llevó a padecer. Una vida santa, entendiendo lo aborrecible del pecado, es más agradable a Dios que las lágrimas temporales e innecesarias por un cadáver en una Cruz; después de todo, ya no se encuentra allí, Aquel que estuvo muerto, vive por los siglos (Ap 1.18). Por más doloroso que haya sido, la Cruz es un momento de Gloria y victoria para el Dios en quien creemos, y honrar ese dolor es nuestra tarea, no llorando por Él, sino viviendo para Él. Cantemos, no sólo con la voz, sino con nuestra vida, aquel viejo himno que nos recuerda que la Cruz no fue su final, pero su Gloria y la razón por la cual le amamos y alabamos hoy: Tuya fue la cruz, más nuestra es la dicha y es la paz; Tuya sea pues la Gloria, hoy y por la eternidad… El que tú y yo hoy seamos redimidos para Él es la gloria de la Cruz. 

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Serie devocional: La Gloria de la Muerte (#wtsedevo #GloriaCristo #CaminoGolgota). 

Publicado por: Alejandra  // Walk the Same Español 

LA ESPERANZA QUE NACE PARA RENDIR SU CORONA (#wtsedevo#BenditaEsperanza #SegundaVenida)

“Y a todo lo creado que está en el cielo y sobre la tierra, y debajo de la tierra y en el mar, y a todas las cosas que en ellos hay oí decir: Al que está sentado en el trono y al Cordero sea la alabanza, la honra, la gloria y el poder por los siglos de los siglos”(Ap 5:13 RVR 60)

Todo ser humano tiene en su ser, de manera consciente o inconsciente, una esperanza escatológica. Sea que haya recibido a Cristo o no, que conozca de teología o no, que rechace estos conceptos o no, el hombre tiene una concepción de juicio y eternidad que determina la forma en que vive su presente. En el creyente, dicha concepción se basa en la fe de que hay un Dios santo que odia el pecado, que habrá de venir nuevamente para juzgar (Ap 11.17-18) y que llevará a su pueblo a una eternidad de bienestar perpetuo (Ap 21.3-4). Esa es la esperanza que sostiene al cristiano en los momentos difíciles, le insta a renunciar a los goces temporales, y le ayuda a avanzar como viendo al invisible (He 11.27).

Sin embargo, las bendiciones que llegarán para el cristiano en este gran evento no deben confundirnos. El final de los tiempos no tiene como propósito nuestra felicidad eterna, si bien es una bondad del Señor participarnos de su victoria. La verdadera razón por la cual vendrá la consumación de los tiempos, no es otra que aquella que ha estado implícita en todo el plan de Redención, que es la gloria de Dios (Ap 7.12; 11.15). Después de todo, la Escritura declara que todas las cosas son de Él y para Él y que a Él pertenece la gloria por los siglos (Ro 11.36). Basta ver el libro de Apocalipsis y su énfasis en la glorificación del Cordero, para entender que los últimos tiempos serán el momento cumbre en que Cristo recibirá la Honra que merece (Ap 15.4). Ya no habrá quien niegue el nombre del Señor; no habrá quien imponga culturas en contra de su ley ni habrá oposición a sus justos mandatos (Ap 6.15-17); toda rodilla se doblará ante su grandeza, y Aquel que alguna vez fue inmolado recibirá el más alto honor (Fil 2.8-11).

Como cristianos, nuestro llamado es a anhelar lo celestial por encima de las bendiciones de la tierra (Col 3.2), pero más allá de la esperanza personal que nos hace esperar que ello suceda, debe primar en nuestros corazones el deseo de ver a Cristo finalmente exaltado y en Gloria. Debemos esforzarnos en esta tierra para obtener nuestras coronas, con el único objetivo de tener algo que rendir a Sus pies al momento de estar en Su Presencia. Ese deseo, el vivir en Dios, por Dios y para Dios, es la verdadera bendita esperanza del cristiano, y es lo que distingue al verdadero creyente. Lo demás es secundario. Cualquier teología que nos lleve a buscar los tesoros de la tierra, a esperar en este mundo sombrío la ausencia del mal que sólo tendremos cuando el Señor regrese en gloria, o que exalte el día final como el momento en que tendremos lo que deseamos, quita la Gloria a Quien debe recibirla, y nos hace desviar la mirada hacia nuestro Señor en el Cielo. Después de todo, sólo quien anhela en su ser que el Todopoderoso sea exaltado, dará su vida para extender su Reino durante su existencia terrenal.

Anhelemos ese glorioso instante de la segunda venida de nuestro Dios, para verle recibir la exaltación que se merece. Compartamos la bendita esperanza de ver triunfar al Fiel y Verdadero (Ap 19.11) para gozar de su bien amada presencia en los cielos, y mientras esperamos ese día, luchemos con todo nuestro corazón y nuestras fuerzas, con el poder del Espíritu Santo, para vivir en santidad y predicar el Evangelio, extendiendo así el reino de Dios. Glorificando así a nuestro Señor. Y recordemos sin dudar que el día del juicio será un momento de pleno gozo para el creyente, pues finalmente podremos ver al Señor cara a cara y cantar con aquellos que, como nosotros, han creído en Dios: ¡Aleluya! Salvación y honra y gloria y poder son del Señor Dios nuestro! (Ap 19.1).

_______________________________________ Serie devocional: La Esperanza Que Nace Para Rendir Su Corona (#wtsedevo #BenditaEsperanza #SegundaVenida). Publicado por: Alejandra // Walk the Same Español

EL DEBER CRISTIANO DEL PERDÓN (#wtsedevo #Perdon)

Y perdónanos nuestras deudas, como también nosotros perdonamos a nuestros deudores. (Mt 6:12 RVR 60)

Muchos de nosotros hemos leído este pasaje en algún momento de nuestra vida. Y pese a que no nos agrade en ocasiones lo que allí se expresa, su interpretación no deja ninguna duda: hay una relación de dependencia entre el perdón que recibimos de Dios, como cristianos, y el perdón que otorgamos a las personas a nuestro alrededor. Dos versículos más adelante, el Señor Jesucristo nos aclara la naturaleza de esta relación, al mostrar que nuestra actitud frente a los agravios de otros, determinará la actitud de Dios frente a nuestros propios agravios. Es decir, un corazón que perdona a su prójimo abrirá el corazón de Dios para perdonarnos, en tanto que un alma dura que no conoce la compasión, cerrará las puertas de la misericordia para nosotros.

Sin embargo, desde el punto de vista del cristiano, existe un aspecto más de la dependencia entre el perdón otorgado a los demás y el perdón concedido por Dios, por la cual Él condiciona su proceder al nuestro: sólo quien ha sido realmente perdonado tiene la capacidad de perdonar, por cuanto él mismo ha sido perdonado primero. Esto se debe a que éste se ha sabido pecador, falente y necesitado de misericordia en algún momento de sus vidas, y fue librado de la cárcel de una ira más grande, contra un ser más Alto, más Santo y más Digno.

Habiendo estado, pues, en el banco del acusado, y habiendo sido exonerado por amor, puede tener misericordia con aquel que les ha fallado. En contraposición a esto, una persona que se considera a sí misma digna e irreprensible, verá las falencias de los demás como ofensas imperdonables, no considerando nunca las ofensas cometidas por su parte a los demás ���y menos a Dios-, por lo que no podrá ponerse en lugar de otro para dar perdón. Después de todo, nadie puede dar lo que no ha recibido, y un corazón justo ante sus propios ojos –lo suficiente para condenar a otros-, no puede perdonar a sus ofensores, porque nunca ha visto la necesidad de pedir y, en consecuencia, no ha recibido el perdón de Dios.

Como cristianos, esto nos deja en una posición de compromiso y deber mayor que aquellos que no han sido perdonados. La Escritura refuerza esta idea en Mt 18.32- 33, exigiendo del creyente el perdón a los demás por la misericordia que Él ha tenido con nosotros, mas también mostrándonos que, como hijos suyos, Él nos ha dado la capacidad de ser perdonadores y bondadosos por el Espíritu de Dios, parte de cuyo fruto en nuestras relaciones es la Benignidad y la Bondad (Gal 5.22). En otras palabras, el Señor nos ha capacitado con su perdón para desarrollar la empatía, y con su Espíritu para formar el carácter, herramientas que nos deben llevar a perdonarnos y a apoyarnos unos a otros, en contraparte a los celos y las contiendas que son el fruto de las obras de la carne (Gal 5.20).

Perdonar no es fácil. Hay dolor, decepción, injusticia e impotencia en proporciones cataclísmicas cuando hemos sido víctimas de otras personas. Pero tenemos algo que el mundo no tiene, y es el amor de Dios que nos ha colmado para que estemos completos y confiados en Él, mas también para que podamos dar al mundo testimonio de lo que hemos recibido. Examinemos nuestro corazón, y meditemos, primeramente, si estamos mostrando el amor de Dios a otros y, seguidamente, si la presencia de odios y resentimientos hacia los demás en nuestro corazón, son consecuencia de haber alimentado más las obras de la carne que las del Espíritu (lo cual determina nuestro fruto), o de haber olvidado por un instante la gracia de Dios, para llenar nuestro ser con el orgullo ciego que nos aleja de quienes pecan y caen como cualquiera de nosotros. Después de todo, el mundo reconoce a aquellos que son de Cristo, porque éstos muestran a los otros el mismo amor que Cristo nos mostró a nosotros (Jn 13.34).

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Serie devocional: El Deber Cristiano del Perdón (#wtsedevo #Perdon) Publicado por: Alejandra // Walk the Same Español

Mejor no.  (#wtsdevo #yugodesigual)

Una colonia de mariposas vuelan alborotadas en tu estomago. Un pensamiento ronda a toda hora en tu cabeza. Muchas cosas parecen extinguirse de tu memoria con facilidad y dicen que andas distraído/a .Te haces mil preguntas. Cuando volverás a verlo/a es una cuestión importante. No sabes que dirás cuando  veas a esa persona pero sabes que seria grandioso encontrarte con esa persona ahora mismo. Estas son simples señales de que te encuentras enamorado/a. No sé de quien, pero tu sabes donde y hace cuanto conociste a esa persona, y puede que sepas mucho o poco de su personalidad.

Pero hay algo que no puedes desconocer, y si aún no lo sabes, pues debería interesarte. Quizás te has dispuesto a orar por esa persona, y eso es muy sabio, pero una primera señal positiva o negativa se encuentra en saber si esa persona es cristiana o no, aclaro, no se trata de si concurre a una iglesia o no. Debes saber si esa persona ama a Dios, y si ha tomado la decisión de seguir a Cristo, podrás darte cuenta más por sus actos, que por sus palabras.

Así es, de la misma manera que puedes identificar un árbol por su fruto, puedes identificar a la gente por sus acciones. Mateo 7:20 NTV

Quizas te haya ocurrido que te desepciones al notar que esa persona que al principio parecia perfecta, no es cristiana, tal vez te hayas visto tentado/a a creer que si no ha conocido a Cristo tu puedes hablarle y cambiar su destino, pero dejame decirte que empecinarte con eso, no es una buena idea. No está mal querer compartir del amor de Cristo, el problema es cuando lo haces por tu propio beneficio, y crees así que tu puedes convertir a una persona, recuerda, es el Espíritu Santo quien lo hace y la Biblia deja en claro que no debemos tener una amistad intima, ni mucho menos un noviazgo con una persona no cristiana, puede parecerte cruel, discriminatorio o exagerado, pero Dios te lo advierte por nuestro bien, él sabe que tan débiles somos, aunque nos creamos fuertes, y él es celoso de nosotros, pagó un precio muy alto para que hoy regales tu corazón a alguien que no ama a Dios primero. Mejor no avanzar con aquello que puede terminar mal.

No se asocien íntimamente con los que son incrédulos. ¿Cómo puede la justicia asociarse con la maldad? ¿Cómo puede la luz vivir con las tinieblas? 2 Corintios 6:14

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Serie devocional: Mejor no (#wtsedevo #yugodesigual)

Publicado por: Carol // Personal // Walk the Same Español

Más que vencedores (#wtsdevo #vivirenvictoria)

Todo verdadero cristiano es un vencedor. No por alguna inteligencia superior al resto de los seres humanos, ni porque se diga a si mismo ser un vencedor cada día al despertar. La única manera de ser victoriosos es a través de la fe en Cristo Jesús, el autor y consumador de la fe, por quien tenemos entrada a la gracia. Toda persona se encuentra perdida, fracasada y derrotada sin Cristo, el pecado impide tener una relación con Dios, y el castigo es la muerte eterna, la ira de Dios, ¿quien puede declararse ganador en esa situación? Nadie. Pero por la fe podemos vencer, no por la fe en nosotros mismos, sino que por la sangre que Cristo derramó en la cruz por amor a nosotros, somos justificados. Y al ser justificados ya no estamos solos luchando esta batalla imposible de ganar, sino que Dios esta a nuestro lado, y cada día cuando nuestra carnalidad quiera hacernos caer y las dificultades flaquear, podemos ser más que vencedores.

Porque todo lo que es nacido de Dios vence al mundo; y esta es la victoria que ha vencido al mundo, nuestra fe. 1 Juan 5:4

Según Romanos 8 a los que amamos a Dios todas las cosas nos ayudan a bien, todas, no solo los bonitos momentos de la vida, aun las crisis y las dificultades. Y no importa cuanto tengamos que sufrir, o quien se levante en nuestra contra, si Dios con nosotros, nadie podrá vencernos, ni siquiera la muerte. Moriremos, si, este cuerpo temporal volverá al polvo, pero Cristo venció a la muerte, y por eso nos ofrece vida eterna, ¿qué son 70, 80, o 90 años comparados a una eternidad donde no habrá más dolor con Cristo?

Vivir en victoria quizás sea difícil, agotador, con recorridos en desiertos, o momentos donde todos parecen levantarse contra ti, y el mundo te diga que eso no es ganar, pero podemos estar seguros, de que nada nos separará del amor de Cristo, y cuando nos toque terminar la batalla aquí en la tierra, Él nos tendrá preparado un lugar para siempre con Él.

Y sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien, esto es, a los que conforme a su propósito son llamados.

Porque a los que antes conoció, también los predestinó para que fuesen hechos conformes a la imagen de su Hijo, para que él sea el primogénito entre muchos hermanos.

Y a los que predestinó, a éstos también llamó; y a los que llamó, a éstos también justificó; y a los que justificó, a éstos también glorificó.

¿Qué, pues, diremos a esto? Si Dios es por nosotros, ¿quién contra nosotros?

El que no escatimó ni a su propio Hijo, sino que lo entregó por todos nosotros, ¿cómo no nos dará también con él todas las cosas?

¿Quién acusará a los escogidos de Dios? Dios es el que justifica.

¿Quién es el que condenará? Cristo es el que murió; más aun, el que también resucitó, el que además está a la diestra de Dios, el que también intercede por nosotros.

¿Quién nos separará del amor de Cristo? ¿Tribulación, o angustia, o persecución, o hambre, o desnudez, o peligro, o espada?

Como está escrito:   Por causa de ti somos muertos todo el tiempo;   Somos contados como ovejas de matadero. m

Antes, en todas estas cosas somos más que vencedores por medio de aquel que nos amó.

Por lo cual estoy seguro de que ni la muerte, ni la vida, ni ángeles, ni principados, ni potestades, ni lo presente, ni lo por venir,

ni lo alto, ni lo profundo, ni ninguna otra cosa creada nos podrá separar del amor de Dios, que es en Cristo Jesús Señor nuestro.

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Serie devocional: Más que vencedores (#wtsedevo #vivirenvictoria)

Publicado por: Carol // Personal // Walk the Same Español

IDENTIDAD PERSONAL (#wtsedevo #IdentidadenCristo)

Porque en virtud de la gracia que me ha sido dada, digo a cada uno de vosotros que no piense más alto de sí que lo que debe pensar, sino que piense con buen juicio, según la medida de fe que Dios ha distribuido a cada uno.

-       Romanos 12:3

La identidad personal es ese dialogo interno que nos comunica quienes somos y está dado tanto por la familia, la nacionalidad, la experiencia, y el código genético con el que cada uno es dotado.

La percepción individual que una persona tiene sobre sí misma; es la conciencia del existir. Son una serie de datos que se adquieren a lo largo de la vida, capaces de moldear el patrón de conducta y la personalidad.

Conforme vamos creciendo, vamos cambiando pero paradójicamente somos los mismos y nuestra percepción de nosotros mismos la vamos formando por comentarios externos, por logros que alcanzamos, por metas que conquistamos, por el alcance que creemos poseer y las competencias que pensamos nos definen. Para desfortuna de muchos esto no tienen que ver con el Cristianismo, es psicología pura, vivir de esta manera es vivir centrados en nosotros mismos, egocéntricamente, tratando de añadir valor a una existencia sin significado ni destino. Sin embargo, ¡nosotros tenemos vida eterna por medio de Cristo, somos un pueblo de esperanza!

En la tercera década del siglo XX la dicha de vivir pecaba contra el buen tono. La música, la poesía popular, la pintura de corte mundano celebraban al mundo con una ingenuidad fresca, pero el acento seguía recayendo sobre los aspectos negativos de la existencia: la codicia, la maldad, la miseria, el dolor, el sufrimiento que contemplaba la ruina humana. La concepción del presente era pesimista.

Cuando voltearon hacia la antigüedad clásica, los umanisti o humanistas, hablaron de su propio tiempo en palabras llenas de satisfacción y optimismo. Descubrieron que los clásicos, griegos y romanos, habían intentado descifrar las claves del mundo valiéndose de una certeza primordial: “el hombre es la medida de todas las cosas” -Protágoras. No es de extrañar que esta perspectiva (que permea a la cosmovisión actual) desembocara en la búsqueda del perfeccionamiento individual, la alabanza de la voluntad creadora, el menosprecio de la virtud contemplativa y la observación de la naturaleza como fuente de gozo y sabiduría.

Como podemos ver, ahí donde prevalecía la cultura escolástica, ahí donde solo importaba el más allá, los humanistas vieron ignorancia y barbarie. La respuesta del ¿Por qué? está dada en el “Yo” como centro de todas las cosas.

Cristo rompe esquemas y nos llama a una vida más allá del egocentrismo, y nos da una nueva identidad nueva para que le podamos amar a él y al prójimo como a nosotros mismos. Pablo nos insta entonces a pensar de nosotros mismos con buen juicio:

“Porque en virtud de la gracia que me ha sido dada, digo a cada uno de vosotros que no piense más alto de sí que lo que debe pensar, sino que piense con buen juicio, según la medida de fe que Dios ha distribuido a cada uno”. – Romanos 12:3

Dicho lo anterior, que por cierto, no lo digo yo, es Palabra de Dios. No necesitamos seguir aparentando, no debemos hablar de nosotros mismos con palabras infladas, no necesitamos crear realidades alternas presentando lo mejor de notros mismo en redes sociales para como los humanistas tratar de mitigar el dolor de una realidad poco prometedora y desalentadora. Debemos centrarnos en nuestra realidad que está en Cristo, el cual nos da esperanza para cualquier situación, y nos llena cada vacío del alma. Así que si tenemos, poseemos, somos, etc. Es hora de dejarnos de marearnos en nuestro ladrillito y decidir si nuestra identidad estará dada por lo que dicta la cultura o si permitiremos que nuestro valor personal este dado por lo que Cristo dice que somos.

¡Es hora de tomar decisiones!

La conmiseración es pecado, así como el orgullo, en contrapartida.

¿Seguiremos viviendo para nosotros mismos y dejando que las personas, las circunstancias, la posición, el dinero, factores externos nos definan o viviremos para la gloria de Dios de tal manera que nuestra meta sea satisfacerlo a Él y a partir de este momento tener un concepto correcto y justo de nosotros mismos? Decídelo hoy, decídelo ya.

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- Serie devocional: Jardines Internos (#Wtsedevo #Jardines Internos #IdentidadenCristo) - Publicado por: Jessie Sauza / Walk The Same Español

Diferentes para Cristo (#wtsdevo #IdentidadenCristo)

Según un diccionario la identidad es "el Conjunto de rasgos o características de una persona o cosa que permiten distinguirla de otras en un conjunto". Hay personas que buscando distinguirse, se valen de pircing, tatuajes,cortes o tinturas en el cabello u otros distintivos. Otras personas simplemente desean camuflarse con el grupo, ser lo más parecido a cada uno de los integrantes o al líder en particular.

Todo esto me llevó a pensar como debe ser la identidad de un cristiano. La Biblia nos señala una serie de características que debemos tener si elegimos seguir a Cristo.

A todos los que la recibieron, a los que creen en su nombre, les dio la potestad de ser hechos hijos de Dios. Juan 1:12 RVC

Ustedes también, como piedras vivas, sean edificados como casa espiritual y sacerdocio santo, para ofrecer sacrificios espirituales que Dios acepte por medio de Jesucristo.  1 Pedro 2:5 RVC

Si somos hijos, somos también herederos; herederos de Dios y coherederos con Cristo, si es que padecemos juntamente con él, para que juntamente con él seamos glorificados. Romanos 8:17 RVC

Así que somos embajadores en nombre de Cristo, y como si Dios les rogara a ustedes por medio de nosotros, en nombre de Cristo les rogamos: «Reconcíliense con Dios». 2 Corintios 5:20 RVC

Nosotros somos hechura suya; hemos sido creados en Cristo Jesús para realizar buenas obras, las cuales Dios preparó de antemano para que vivamos de acuerdo con ellas.  Efesios 2:10 RVC

De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas. 2 Corintios 5:17 RVR

Todos ustedes son hijos de la luz e hijos del día. No somos de la noche ni de la oscuridad 1 Tesalonicenses 5:5 RVC

Hijos de Dios, piedras vivas, herederos, embajadores, hechura de Dios, nueva criatura, hijos de luz, son algunas de muchas características que definen a los verdaderos cristianos, pero todas ellas tienen un origen y fin en común: CRISTO.

Es importante darnos cuenta que no es necesario colocar algo en nuestro cuerpo, llevar algún distintivo, vestirse de determinada manera, realizar ritos y sacrificios, o hacer obras de caridad para identificarnos como Hijos de Dios. Lo único que marcará una diferencia real en nuestras vidas es Cristo. Eso significa dejar de lado nuestro yo, para que solo Cristo sea glorificado en nuestras vidas, dispuestos a dejarlo todo por él.

Moisés es un buen ejemplo en el Antiguo Testamento, él por haber sido adoptado por la hija del Faraón tenía todo a su disposición, riquezas, fama, y el acceso a todo el avanzado conocimiento egipcio, pero él aun así sentía identificación hacia el pueblo Hebreo, defendió a uno de ellos al punto de matar a su agresor y por esto debió huir al desierto.  Quizás si no hubiera visitado al pueblo hebreo y hubiera elegido ser un egipcio más no tendría ningún problema, pero Dios cambió su identidad, porque tenía un propósito con su vida. Él perdió la oportunidad de ser el próximo faraón, de tener fama y riquezas, pero ganó el privilegio de servir a Dios, y eso sin dudas era lo mejor. Tal vez hoy en día pierdas tu popularidad, tu comodidad, u otras cosas, pero si las pierdes por seguir a Cristo, no es perdida.

Atrévete a marcar una diferencia a través de tu identidad en Cristo, viviendo en obediencia, no para que los demás vean a una persona religiosa, sino que puedan ver a Cristo reflejado.

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Serie devocional: Jesús es todo lo que necesitas (#wtsedevo #identidadencristo)

Publicado por: Carol // Personal // Walk the Same Español

Ladrillos útiles (#wtsdevo #iglesia) Puedes pasar muchos años de tu vida yendo a una iglesia, cumpliendo horarios e incluso ayudando en algún ministerio. Pero tienes que saber que el simple hecho de asistir a una congregación, no te hace cristiano. No perteneces verdaderamente a la iglesia cristiana hasta que no te entregues primero a Cristo. Es decir, no importa cuanto tiempo y dinero inviertas en asistir religiosamente a un edificio con otras personas, no importa cual sea la denominación, la iglesia no salva. Solo Cristo salva, y solo por medio de Él podemos ser parte de lo que metafóricamente se menciona en la Biblia como "el cuerpo de Cristo" (Colosenses 1:18). Este enorme privilegio no lo recibimos por nuestro propio esfuerzo, sino por lo que hizo Jesús en la cruz. Cuando una persona se convierte verdaderamente a Cristo pasa a ser parte de la Iglesia, la cual es universal, porque la integran todos los hijos de Dios en el mundo. Pero también, debe comenzar a congregarse en una iglesia local. No para simplemente pertenecer a un grupo. Sino para compartir junto a otros hermanos en la fe lo que Cristo ha hecho en su vida, para crecer espiritualmente, ser de bendición para los demás ayudando y consolando (Hechos 12:5), y sirviendo con los dones que Dios le ha dado (1Corintios 14:12),  Galatas 6: 10 "Así que, según tengamos oportunidad, hagamos bien a todos, y mayormente a los de la familia de la fe." Quizás pienses que no es necesario participar de una congregación, hoy en día giran muchos prejuicios y excusas entorno a ello. Pero la verdad es que la voluntad de Dios es que los cristianos vivamos en unidad, en Cristo. Podríamos ejemplificarlo como lo hizo Spurgeon diciendo que cada cristiano es un ladrillo, estos sirven nada más que para construir, un ladrillo solo y aislado, no sirve para nada útil. Es verdad que en las iglesias hay problemas, siempre los hubo, sino, miremos las cartas de Pablo a las diferentes congregaciones. Y lo más probable es que sigan habiendo conflictos, pero eso no debe alejarnos, sino que cada uno de nosotros debemos ser eficientes en la tarea que se nos encomendó, que la Palabra sea nuestra guía y la oración nuestra practica diaria, pidiendo a Dios sabiduría para conducirnos prudentemente y ver a los demás hermanos como Dios los ve. Seamos ladrillos utiles en las manos de Dios. No buscando pleitos ni divisiones, sino compasión, amor y perdón.

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Serie devocional: La Iglesia (#wtsedevo #iglesia)

Publicado por: Carol // Personal // Walk the Same Español

Buenos edificadores (#wtsdevo #edificarenCristo)

Edificar sobre la roca, una parábola mencionada por Jesús para enseñarnos cual debe ser nuestro fundamento. Conviene ver entonces que significa precisamente construir sobre la roca. Jesús menciona algo importante en el versículo 46 de Lucas capitulo 6 “¿Por qué me llamáis, Señor, Señor, y no hacéis lo que yo digo?”. Entonces ir a la iglesia, auto denominarnos cristianos, e incluso llamar a Dios como nuestro Señor, lo cual significa amo o dueño, no es suficiente. La condición para edificar sobre la roca es solamente “Hacer lo que Él dice”. Entonces sería bueno preguntarnos personalmente ¿quien es el jefe? Imagino que si alguna vez has trabajado como empleado sabes a quien hay que obedecer.

El versículo 47 lo amplía y aclara aun mejor “Todo aquel que viene a mí, y oye mis palabras y las hace, os indicaré a quién es semejante”. Ir a Dios, oír sus palabras y hacerlas. Parece una tarea sencilla a primera vista, pero muchas veces fallamos.

Todos sabemos que el hacer siempre lo que otra persona nos pide significa depender de ella. Es justamente eso lo que Jesucristo desea de nosotros, que dependamos totalmente de Él. Solo de esa manera podemos resistir al momento de la tormenta. Cuando nuestra seguridad no está depositada en la confianza que tenemos en nosotros mismos, sino que esta puesta en el más poderoso, podemos descansar realmente aún cuando venga la tormenta.

¿Y cómo sé que es lo que quiere Dios que yo haga? En primer lugar, las instrucciones se hallan en la Biblia, no solo en los diez mandamientos, sino también en toda la palabra. No son simples reglas y normas impuestas autoritariamente, sino que son normas que si las analizamos una a una, tienen un sentido, una importancia, podemos ver como Dios quiere protegernos y ayudarnos a vivir en paz haciendo su voluntad, aunque a veces ella no coincida con lo que nosotros deseamos.

Cuando te encuentres en situaciones difíciles, o cuando debes tomar una decisión por ejemplo, puedes orar, hablar con el Señor, y pedirle su guía para hacer Su voluntad. Pero es primordial que pongamos a Dios en primer lugar en nuestras vidas, depender de él siempre y en todo momento, porque sin él, nada somos. No importa cuanta confianza en ti mismo tengas, no importa cuanto te repitas a ti mismo que estarás bien, esas son solo más y más mentiras, es pura arena que no podrá sostenerte cuando venga el río en tu contra.

Mi deseo es que la roca, Jesús mismo, no sea para ti una piedra de tropiezo, sino que sea tu fundamento. Cuando debes elegir un seguro para tu auto, o quieres comprar comida, lo más frecuente es que elijas lo confiable, aquello que conoces o te han dicho que es confiable, aun así, muchas veces las cosas fallan, las personas fracasan y dejas de confiar en ello. Pero Jesús nunca ha fallado, él es quien te ofrece salvación a ti aunque tu le has fallado una y otra vez, entonces puedes estar seguro, de que Él no te dejará, si eres obediente, él te sostendrá aun en los momentos de tormenta, porque es la roca firme.

Por ultimo quiero dejarte unas palabras de Spurgeon “Mirar a Jesús es mejor que mirar a nuestro propio progreso, el autoexamen tiene sus usos necesarios, pero el mejor curso para un cristiano es acabar con el yo y vivir por la fe en Jesucristo”

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Serie devocional: Edificar nuestra vida en Cristo (#wtsedevo #edificandolavidaenCristo)

Publicado por: Carol // Personal // Walk the Same Español

Madurez espiritual (#wtsedevo #madurezespiritual)

Me acerqué a ustedes en debilidad: con timidez y temblor. Y mi mensaje y mi predicación fueron muy sencillos. En lugar de usar discursos ingeniosos y persuasivos, confié solamente en el poder del Espíritu Santo. Lo hice así para que ustedes no confiaran en la sabiduría humana sino en el poder de Dios. Sin embargo, cuando estoy con creyentes maduros, sí hablo con palabras de sabiduría, pero no la clase de sabiduría que pertenece a este mundo o a los gobernantes de este mundo, quienes pronto son olvidados. No, la sabiduría de la que hablamos es el misterio de Dios, su plan que antes estaba escondido, aunque él lo hizo para nuestra gloria final aún antes que comenzara el mundo.

1 Corintios 2:3-7 NTV

Uno de los predicadores más influyentes y poderosos sobre la faz de la tierra sin duda fue el apóstol Pablo, y conforme vemos el avance de sus epístolas nos damos cuenta el progreso que tuvo tanto en su persona como en su predicación, formas de hablar, formas de reprender, exhortar, enseñar a otros etc. En un principio vemos claramente que él se podía jactar de muchas cosa que revestían su conocimiento humano, pero de igual manera llego el punto donde entendió que todo esto, lo tenía por basura.

Aunque, si alguien pudiera confiar en sus propios esfuerzos, ése sería yo. De hecho, si otros tienen razones para confiar en sus propios esfuerzos, ¡yo las tengo aún más! Fui circuncidado cuando tenía ocho días de vida. Soy un ciudadano de Israel de pura cepa y miembro de la tribu de Benjamín, ¡un verdadero hebreo como no ha habido otro! Fui miembro de los fariseos, quienes exigen la obediencia más estricta a la ley judía. Era tan fanático que perseguía con crueldad a la iglesia, y en cuanto a la justicia, obedecía la ley al pie de la letra. Antes creía que esas cosas eran valiosas, pero ahora considero que no tienen ningún valor debido a lo que Cristo ha hecho. Así es, todo lo demás no vale nada cuando se le compara con el infinito valor de conocer a Cristo Jesús, mi Señor. Por amor a él, he desechado todo lo demás y lo considero basura a fin de ganar a Cristo (Filipenses 3:4-9)

Una persona que es madura espiritualmente hablando no es aquella que se jacta de lo que puede hacer sino más bien entiende que el primer lugar de todo y en todo siempre lo tendrá Cristo. Nadie puede ser sabio si antes esa sabiduría no es dada por el padre. Una cosa es la inteligencia y otro muy distinta la sabiduría. La inteligencia de una forma práctica, es saber qué hacer y la sabiduría es saber cuándo hacerlo. La única manera de obtener esta sabiduría, primero es entender que somos totalmente dependientes del Espíritu Santo, y mostrarnos tal cual somos ante su presencia.

•         Una persona es madura cuando su ideal único es ser uno con Jesús.

•         Una persona que es madura en su espíritu, saber que en la debilidad encuentra la fortaleza total que solo Dios puede dar.

•         Una persona madura en su espíritu es aquella que antepone al Espíritu Santo, antes que sus buenas ideas.

•         Una persona madura es aquella que decide servir una taza de amor, cuando sus enemigos desean su muerte.

•         Una persona que es madura en su espíritu busca ser tan apocada por la luz de Cristo, de forma que esta persona es tan transparente que lo único que se puede ver es a nuestro Salvador.

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Serie devocional: Madurez espiritual (#wtsedevo #madurezespiritual)

Publicado por: Mauricio // Walk the Same Español