Tumgik
#será más creíble en una versión doblada
thresholdbb · 7 months
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¡Alerta roja!
El traductor universal está fuera de línea
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nextnnet · 6 years
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A la franquicia Pokémon no le han faltado spin-offs de toda clase y color. Hemos ido de safari fotográfico con Pokémon Snap (Nintendo 64, 1999), jugado al pinball  en Pokémon Pinball (Game Boy Collo, 1999), o tecleado en Aprende con Pokémon: Aventura entre las teclas (Wii, 2012). Al pobre Pikachu le toca aguantar los experimentos más extraños, desde un juego cuidado de mascotas controlado por voz (Hey you, Pikachu!, Nintendo 64, 1998) a vestirse de luchador mexicano en Pokkén Tournament (Wii U/ Nintendo Switch, 2016). Cualquiera pensaría que, 20 años después, ya nada de lo que haga The Pokémon Company podría sorprendernos. Y sin embargo aquí estamos, hablando con un Pokémon detective y adicto al café. Eso, eso es la teoría del caos.
  Muy elemental, querido Pikachu
Detective Pikachu llegó por primera vez a la tienda digital de 3DS a principios de 2016, pero solo en Japón. Pensado inicialmente como juego episódico, pasó dos años más en barbecho hasta ahora, con el lanzamiento de la versión completa en todos los territorios. De los tres capítulos que había inicialmente pasa a nueve, una historia completa que nos tomará en torno a unas doce horas completarla. Nosotros encarnamos a Tim Goodman, un joven que llega a Ryme City para buscar a su padre, que desapareció tras tener un accidente en el transcurso de la investigación. Allí conoce al Pikachu que acompañaba a su padre, que perdió la memoria tras el accidente. Pero lo que es más extraño es que Tim es capaz de comunicarse con Pikachu, siendo el único humano capaz de entenderle… y descubrir su extraña personalidad y ronca voz. La nueva pareja retomará la investigación, relacionada con el inexplicable aumento de casos de agresividad en los pokémon de la ciudad.
Detective Pikachu es una sencilla aventura gráfica. En cada capítulo exploramos un pequeño escenario, investigamos todos los elementos de interés y hablamos con todos los personajes, humanos o pokémon. Las declaraciones y objetos de interés se apuntarán en un registro al que acceder cómodamente desde la pantalla táctil. Cuando hayamos obtenido toda la información, se activará una escena que hará avanzar la historia. Generalmente, es el propio Pikachu el que nos indica que ya tenemos datos necesarios para resolver el objetivo activo en ese momento, y nos abrirá un puzle en el que unir las incógnitas con las evidencias que los resuelvan. Ocasionalmente habrá otro tipo de puzles, como recomponer una imagen, acertijos de lógica (algo extraños) o mover unas cajas para abrirnos el camino. También habrá secuencias en las que pulsar botones en el momento indicado en escenas de acción, siempre con un margen generosísimo y sin penalización por fracasar. Tanto, que acabarás fallando a propósito en el primer intento para ver las divertidas animaciones de fracaso.
  Los que busquen un desafío en Detective Pikachu puede que salgan decepcionados, aunque creo que es bastante obvio que se trata de un juego pensado para los jugadores más jóvenes. La investigación está muy guiada para que nadie se pueda perder. Continuamente, Pikachu te recordará tus objetivos actuales, subrayando en rojo las partes clave de los diálogos, al estilo “a lo mejor los Pokémon del lago nos pueden decir algo“, o “vi a un tipo corriendo apresuradamente hacia el parque“. Seguramente, en muchas ocasiones descubras la respuesta antes de que el juego te permita llegar a ello, pues la secuencia de deducción no se abrirá hasta que hayas cumplido todos los requisitos. E incluso aunque no sepas qué pista es la clave en los momentos de deducción (y hay algunas resoluciones muy cogidas con pinzas), podrás terminar sacándola por eliminación, sin penalización de ningún tipo.
Detective Pikachu es un juego pensado para que sea accesible para todos. En lo que respecta a la jugabilidad, eso le da un ritmo bastante lento, con largas líneas de diálogo para que todo quede cristalino. Hay hasta un modo fácil, con pistas aún más obvias con solo tocar la pantalla. Básicamente, todo lo que haces es recorrer las mismas localizaciones veinte veces y hablando con los mismos personajes una y otra vez, algo que se puede hacer bastante tedioso, sobre todo porque rara vez se incentiva la intuición: simplemente, interactuarás con todo para poder activar la siguiente escena. El juego tiene una duración considerable, pero pocos de sus momentos notarás que son realmente relevantes o que se corresponden con tu iniciativa.
  Un Pokémon con mucho que decir
A pesar de todo (y siempre teniendo en cuenta que su público objetivo ronda los diez años), Detective Pikachu hace mucho para ganarse nuestra simpatía. La principal, por supuesto, es el propio Pikachu. Casi todo el humor se basa en el extrañamiento de tener a un Pikachu hablando y moviéndose como un humano, y es difícil no cogerle cariño. El guion no ganará premios por la profundidad de sus personajes, pero Pikachu está lo suficientemente bien dibujado como para calar, aunque sea un poco, más allá de los gags. El pokémon pretende pasar por un adulto experimentado para impresionar a Tim y a las guapas chicas que lo acompañan, pero en el fondo es un inocentón, gravemente acomplejado por haber perdido sus poderes. Lo que sí tiene es una gran fuerza de voluntad para hacerse destacar a pesar de sus limitaciones físicas y de que nadie le tenga en consideración. Es, desde luego, más interesante que su compañero humano, que responde más al típico avatar correcto y sin rasgos de personalidad que se puedan poner entre medias de la identificación del jugador.
El resto del reparto lo compone una larga lista de secundarios, muchos de ellos únicos de cada capítulo. Era de esperar que abundaran los clichés y los arquetipos, pero afortunadamente, casi todos tienen algún rasgo distintivo (tanto en la personalidad como en el diseño) que los haga más reconocibles. Se nota que la historia se ha cuidado bastante, aunque tenga sus giros más cuestionables, una preocupante colección de casualidades y deje bastantes cosas en el aire. Afortunadamente, no es tan infantiloide como podría haberse esperado, con motivaciones creíbles para sus personajes, momentos algo más oscuros y un final que ya da para todo tipo de teorías (y que deja la puerta abierta a secuelas).
  Todos los capítulos están hilados en la misma trama, aunque generalmente se vayan por las ramas con casos independientes que, ¡sorpresa!, justo al final reconducen de nuevo a la investigación principal. Es un recurso un poco tramposo, aunque en el lado positivo, incrementa la variedad de historias y situaciones. De hecho, los mejores momento de Detective Pikachu se producen, sin desmerecer la narrativa principal, en estos casos aislados: interrogando a los sospechosos, comparando coartadas y finalmente acusando al culpable.
Aunque si hay algo que haga destacar el juego, es su potente apartado técnico. Aunque los diálogos mediante texto son constantes, hay una gran cantidad de escenas cinemáticas, completamente dobladas y graciosamente animadas con el motor del juego. No engañará a nadie pensando que es una serie de animación, pero poco le falta. La cámara se mueve con bastante flexibilidad, y las animaciones contrastan con las tiesas poses durante el juego. Destaca, por supuesto, Pikachu, cuyas expresiones faciales (que al parecer se hicieron mediante captura de movimientos) lo convierten en el Pokémon más expresivo que hemos visto (y que contrasta con los numerosos otros pokémon que encontraremos en la aventura). Gráficamente, el juego sobresale entre el catálogo de 3DS en estas escenas, en la que también destacan la solidez y el nivel de detalles de sus numerosas localizaciones (desde un parque de atracciones, un estudio de televisión a un crucero de lujo). Una lástima que carezca de efecto 3D. Lo que sí es inolvidable de verdad es el doblaje (en inglés o en japonés), de buen nivel en general, pero destacando sobre todo la voz de Pikachu. Ryan Reynolds ya ha demostrado su talento dando voz y cuerpo a Deadpool, pero llenar los zapatos dejados por Kaiji Tang no será moco de pavo.
  Conclusión
Detective Pikachu no es el juego más innovador ni profundo (y desde luego, no tiene nada que ver con otros juegos de Pokémon), pero como título de iniciación al género de las aventuras gráficas es perfecto, especialmente para los más pequeños. Es cierto que es muy sencillo y deja poco margen de elección al jugador, pero compensa sus partes más tediosas con encanto. Ese Pikachu nos ha robado el corazón, y estamos deseando ver más de sus aventuras en el futuro.
      Análisis – Detective Pikachu (Nintendo 3DS). El nacimiento de un héroe electrizante A la franquicia Pokémon no le han faltado spin-offs de toda clase y color. Hemos ido de safari fotográfico con Pokémon Snap (Nintendo 64, 1999), jugado al pinball  en Pokémon Pinball (Game Boy Collo, 1999), o tecleado en Aprende con Pokémon: Aventura entre las teclas (Wii, 2012).
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