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#máquina deseante
sociedadnoticias · 2 months
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Reflexionan la aplicación de Inteligencia Artificial en las artes
Artistas e investigadores de arte, entre ellos, profesoras de la Licenciatura en Arte de la Universidad de Monterrey, participaron en la Feria Material Máquina Deseante. Por Verónica Estrada | Reportera Con el objetivo de explorar la inteligencia artificial aplicada a la producción artística, se llevó a cabo la 10a. edición de Feria Material Máquina Deseante en la Ciudad de México, en el marco de…
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cesarcortesvega · 6 months
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Acá el texto de sala que realicé para la expo de Juan Manuel Marentes, "Animalia Performática", que se podrá visitar en la Academia de San Carlos (Academia 22,Centro Histórico, CDMX) del 18 de octubre al 8 de diciembre de 10 a 18 h.
"Danza de máquinas deseantes:
A diferencia de lo que se suele pensar, las máquinas no siempre han sido percibidas como objetos cuyo fin implique una utilidad estipulada. También fueron concebidas, más abiertamente, como composiciones complejas capaces de generar agenciamientos. Gerald Raunig en su libro “Mil máquinas” señala cómo, a partir del siglo XVII, este concepto evoluciona hacia la reunión de procesos técnicos aplicables a distintos tipos de comportamientos orgánicos: la sociedad, la mente o el cuerpo imaginados como procesos maquínicos. Fue hasta el siglo XIX que tales transformaciones derivaron hacia las necesidades de una industria en expansión, según un dispositivo económico que comenzó a emplear aparatos cada vez más sofisticados para el incremento de la productividad. Por un lado, tales adaptaciones para funciones mercantiles provocaron la marginación de los primeros procedimientos metafóricos, y por el otro, una resistencia antimaquínica reflejada en el ludismo social."
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" Pensando en esto, los objetos robóticos presentados por Juan Manuel Marentes en Animalia performática, son artificios que actúan en la apropiación de símbolos con reminiscencias biológicas y que, mediante el movimiento, se desmarcan de un estatismo escultórico, así como de un significado definitivo. Su naturaleza es poética, pues al hacer uso de recursos y procesos que, si bien parecen complejos, pueden ser hoy utilizados por un público amplio —mediante tarjetas lógicas de código abierto—, sugieren otros sentidos del artefacto en su transmisión colectiva. Esto es importante, pues la máquina es el resumen del conocimiento y trabajo de muchos seres humanos —aquello que Marx llamaría General Intellect— cuyo objeto, en este caso, no es un rendimiento inmediato, sino la transmisión de sensaciones. Por ello su ejecución pausada nos hace imaginar danzas de formas que varían según un principio llamado volumetría: concepto empleado en la arquitectura que supone la realización de modelados para establecer limitaciones de cada emplazamiento a construir. En este caso, el recurso genera una acción y, desde esta, un dialogo silencioso en la re-acción del espectador. En tal integración pausada que se empalma con la sensibilidad de quien le observa, hay huellas de otros artefactos que han sido desplazados por la industria, y convocados aquí. Juan Manuel Marentes presenta así estas máquinas teatrales —a la manera en la que las concibe Rauning—, cuyo fin no solo es llevar a cabo “una composición de máquinas orgánicas, técnicas y sociales”, sino a la vez incitar un devenir apegado a las pulsiones de los órganos en la reinterpretación (y acaso su interrupción) de la operatividad instrumental de las construcciones técnicas, y hacia la posibilidad de una cierta insurgencia sensible de los automatismos sociales.
César Cortés Vega"
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tsumurugi · 6 months
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este es el comienzo de mi ensayo. Un ensayo en el cual intensificaré cualidades, un ensayo de la potencia, no de la esencia. Un ensayo en el cual hablaré sobre mitos que, mirados desde otra perspectiva, pueden otorgarnos demasiadas herramientas para comprender el fenómeno de lo extramuscular y lo intramuscular, herramientas para el análisis de lo cyborg, para encontrar un motivo por el cual recogemos materiales virtuales de dispositivos externos, dispositivos deleuzianos, máquinas. El cómo los dispositivos se acoplan de manera cyborg a nuestra corporalidad, el cómo estos funcionan como máquinas deseantes. En este mismo sentido, desentrañar el mito de narciso, (mi opinión sobre el mito de edipo quedará resguardada hasta un futuro), y el cómo este mito sobre el amor por lo dispositivo, puede reflejarse como punto de inicio para comprender lo cyborg. Lo cyborg, como el ensamblamiento final humano-máquina, orgánico- no orgánico (aunque quizás, seamos nosotros los seres inorgánicos, considerando que estamos compuestos de máquinas deseantes, mas no de organización "Pues atadme si queréis, pero yo os digo que no hay nada más inútil que un órgano" (Artaud, guerra hacia los órganos). Siguiendo con esta linea, parte de este ensayo se guiará hacia la construcción de lo que realmente es la identidad cibernética, qué es aquello que nos permite identificarnos con un complót de ceros y unos, aquello que nos genera un arraigo indispensable con nuestra pura información cibernética, nos estamos convirtiendo en pura información. Me atrevería a decir, que somos pura información. Deleuze y Guattari y su Anti-Edipo serán uno de las principales influencias en este ensayo, así como Mark Fisher-Constructos Flatline-capitalismo revolucionario, Donna Haraway con su manifiesto cyborg, los compilados de textos de Tecnología política y algoritmos en América Latina de Andrés Tello, y por último, pero el cual cobrará muchísima relevancia en este texto, los escritos de Fanged Noumena del autor Nick Land. Este texto en principio, no planea llegar a conclusiones aceleracionistas, mi objetivo más bien es el de demostrar la existencia de ciertos seres, de ciertas máquinas orgánicas y deseantes las cuales, compuestas de pura información, juran lealtad al cuerpo sin órganos, juran lealtad al huevo tántrico, juran lealtad a nuestra potencia. Seres compuestos puramente de información, los cuales acaban sobreponiéndose a nuestra identidad, son aquellos seres los que interactúan, mas no más tú. Esta interacción, la cual a partir de un análisis de tipo cibernético, es la que determinará en última instancia, como es que el ensamblaje entre nuestra fascinación por lo extracorporal maquínico-orgánico-deseante (que se adapta a la perfección), en el mito de Narciso, y los fenómenos identitarios cibernéticos de nuestro nuevo tipo de sociedad, "un sistema polimorfo de información" para Haraway, nos posibilitarán determinar cuál es la manera en la que operarán estos seres compuestos de información, cuál es la doble penetración que estos sufren con las grandes maquinarias empresariales (de guerra, deseantes, máquina capitalista o máquinas de control), y, acercándome como ícaro al sol, con toda la responsabilidad de cometer un error, determinar los límites de estas entidades informáticas. Me faltan conocimientos en Biomecánica, en Biocibernética, y en materia de cómo se forman los embriones. ¿Le habré declarado ya la guerra a los órganos? ¿Habré yo caído en aquellos sesgos? He de desterritorializarme a partir de líneas de fuga si aquel es el caso. Pero vaya, que procedimiento más complejo el de acepta o el de renegar de tus propios órganos. Creo, que no somos organización, como Artaud decía. Sigo pensando que somos máquinas, de distintos tipos, rodeadas de más máquinas, ensamblajes y ensamblajes uno tras otro; así es como gira la rueda de nuestro destino. Espero que esto no les suene a disparates de una persona con diversos trastornos siquiátricos, sino más bien, reflexiones de unx cyborg, en proceso de conversión.
Espero tener esto listo para el 15 de Enero de 2024.
Muchas gracias por quedarse hasta aquí, les quiero mucho.
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proustian-dream · 7 months
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teoría de las anamorfosis y las perspectivas aberrantes. materia y pintura, materia y memoria. necroescritura / desescritura. poema-cadáver. decreación, conjuntos vacíos, deshacimiento. fantástico rioplatense. emblemática barroca. máquinas deseantes. literalidad. traducción-perversión.
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090901 · 1 year
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El mundo está regido por una voluntad incansable e incandescente que nos convierte en máquinas deseantes. Deseamos incansablemente y, tras la satisfacción de un deseo, espera siempre uno nuevo, que a su vez busca ser satisfecho; una dinámica que nos vapulea y maltrata sin descanso y que nos sitúa entre dos polos inevitables: el sufrimiento y el aburrimiento. 
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iconicpermutations · 4 years
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The mystic machine_2016
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dominicrojas · 4 years
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El primero es el inmenso flujo desterritorializado que constituye el cuerpo lleno del capital. Un economista como Bernard Schmitt caracteriza este flujo de la deuda infinita con extrañas y líricas palabras: flujo creador instantáneo que los bancos crean espontáneamente como una deuda hacia sí mismos, creación ex nihilo que, en lugar de transmitir una moneda previa como medio de pago, hunde en una extremidad del cuerpo lleno una moneda negativa (deuda inscrita en el pasivo de los bancos) y proyecta al otro extremo una moneda positiva (crédito de la economía productiva sobre los bancos), «flujo de poder mutante» que no entra en la renta y no es destinado a compras, disponibilidad pura, no posesión y no riqueza.
Gilles Deleuze & Félix Guattari – Anti-Edipo, La máquina capitalista civilizada pp 207.
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pabloorza · 7 years
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corriente de trabajo y tensión de salida_2017
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melancoliaie · 5 years
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Máquinas Subjetivas (LMTD, parte3). Bitácora (1)
Partimos de la máquina en Marx, no de la máquina deseante guattariana, por lo tanto una máquina subjetiva es para nosotros una paradoja no irónica ni encantadora ya que si la máquina es, por antonomasia, aquel “aparato objetivador”, una especie de agujero negro ontológico (o antimetafísico) que des-sacraliza, desritualiza todo lo que toca para hacerlo simplemente utilizable, entonces, es verdaderamente un problema intentar pensar un “aparato objetivador” subjetivo.
Ello funciona en todas partes, bien sin parar, bien discontinuo. Ello respira, ello se calienta, ello come. Ello caga, ello besa. Qué error haber dicho el ello. En todas partes máquinas, y no metafóricamente: máquinas de máquinas, con sus acoplamientos, sus conexiones. Una máquina-órgano empalma con una máquina-fuente: una de ellas emite un flujo que la otra corta. El seno es una máquina que produce leche, y la boca, una máquina acoplada a aquélla. La boca del anoréxico vacila entre una máquina de comer, una máquina anal, una máquina de hablar, una máquina de respirar (crisis de asma).
Guilles Deleuze y Félix Guattari, El Anti Edipo: Capitalismo y Esquizofrenia
...y con ello, por supuesto, comienzan a correr las asociaciones etimológicas:
obiectus ---> iacere ---> lanzar ---> tirar
...lo que está ahí, sobre, frente nuestro para ser tirado o lanzado... aquello sin valor
La orina en su aspecto positivo es un equivalente de la leche materna, el inconsciente no distingue en absoluto entre las substancias del cuerpo.
Melanie Klein
Por supuesto no nos podemos sacar de un plumazo a Deleuze y Guattari de encima y quizás también por la diferenciación es que comienza cierta identificación de lo propio; mi conflicto con el ello-máquina, con el aparato productor de producción, es que, por supuesto, al igual que la máquina, el ello es una aparato que, en muchos puntos, es generador de indistinciones (la orina y la leche que menciona Klein: “el inconsciente no distingue en absoluto entre las substancias del cuerpo”) pero a diferencia de la máquina objetivadora esas indistinciones del ello están determinadas por el afecto y, por mucho que -para seguir con el ejemplo- las substancias corporales sean indistinguibles esa indistinción no puede ser leída mecánicamente como al indistinción producida por la máquina.
... quizás, como el propio Deleuze hace con Marx, sea necesario comerse su concepto de máquina para parirlo por el culo...
El problema con las máquinas es que son puras estructuras, aunque puedan ser deseantes o productoras siguen siendo sólo estructuras que reclaman o que dan, producen sólo un efecto pero no se producen a sí mismas pues no son libres, están capturadas en la red de su propio funcionamiento. Lo humano es lo que se aburre, es aquello que puede romper el orden de la producción natural. Claro que desde otro lugar puede ser el lugar que la naturaleza ha escogido para “saber de sí”, pero, así y todo, puede que sigamos siempre en el “mismo lugar”. De todos modos el punto de inflexión radical es el momento cuando algo dijo “yo”, en ese momento la máquina quizás no pasó a segundo plano pero pudo ser leída desde otro sitio o, quizás, más bien, pudo “saber de sí”, pasó de ser algo a ser alguien. Ojo que el problema no es la conciencia sino que sigue siendo la producción, pues decir “yo” es, desde luego, también decir “ello”, y todo aquello no es otra cosa que marcar un límite para la máquina pues ese decir “yo/ello” no puede surgir sino desde un saber del “tú”, es decir, desde el introducir un tercer término del cual la máquina no sabía y sigue sin saber (más bien sólo lo soporta y se adapta para volver a aplastarlo en cuanto puede). La introducción de ese tercer término, el “tú”, lleva a la larga al Todo, pero no por razones místicas sino porque introduce lo múltiple pero a partir de su reconocimiento y no de su pura utilización porque, sin duda, la máquina desea y produce pero el “yo” sabe que desea y produce, aunque no sepa por qué desea y produce. Por supuesto que hay que tener en cuenta también que todo alguien puede, en cualquier momento, o quizás siempre, volver a su “pura máquina” (a su algo) a su puro producir y desear, renunciando a su saber sobre ese producir y desear. Pero entonces ese alguien ha tomado una decisión, aunque no lo sepa, y debe responder por ella, entonces, incluso ahí, ya no es pura máquina.
Toda maquinaria desarrollada se compone de tres partes esencialmente diferentes; el mecanismo motor, el mecanismo de trasmisión y, finalmente, la máquina-herramienta o máquina de trabajo. El mecanismo motor opera como fuerza impulsora de todo el mecanismo. Genera su propia fuerza motriz, como es el caso de la máquina de vapor, la máquina calórica, la electromagnética, etc., o recibe el impulso de una fuerza natural, ya pronta para el uso y exterior a él; del salto de agua en el caso de la rueda hidráulica, del viento, en el de las aspas del molino, etc. El mecanismo de trasmisión, compuesto de volantes, ejes motores, ruedas dentadas, turbinas, vástagos, cables, correas, piñones y engranajes de los tipos más diversos, regula el movimiento, altera su forma cuando es necesario —convirtiéndolo, por ejemplo, de perpendicular en circular—, lo distribuye y lo transfiere a la máquina-herramienta. Esas dos partes del mecanismo existen únicamente para trasmitir a la máquina-herramienta el movimiento por medio del cual ésta se apodera del objeto de trabajo y lo modifica con arreglo a un fin.
Karl Marx, El Capital. Libro primero, vol. 2
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cyborgshakti · 3 years
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Las paredes son la imprenta de los pueblos, de sus exigencias, deseos y pensamientos
Las escrituras anónimas son cápsulas de mundos posibles
Inscripciones rizomáticas para el despertar colectivo
Leernos como sujetos pensantes y no solo como máquinas de producción
Leernos como sujetos deseantes para construir juntxs y acompañarnos
Leernos como semillas en constante florecimiento
Somos rizoma en constante ebullición
Energías trasmutadas en horizontes pulsionales
Savia que se propaga
El virus de la rebelión
Escrituras expandidas
Hipervinculares
Hipertextuales
okupar todas las herramientas posibles para luchar
¿Nos estamos leyendo realmente? ¿Qué estamos escribiendo? ¿Nuestras demandas, pensamientos y deseos volverán a ser invisibilizados cuando se borren las paredes? ¿Cómo nos acompañaremos luego?
¿En qué pienso cuando NOS leo?
Somos tinta líquida
conformamos este espacio y tiempo
estamos interrelacionadxs
autónomamente
pero conformamos un Ser histórico
un Cuerpo escritural que se desborda.
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Nota: clickea las frases subrayadas 💌
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La escuela hoy. Ser y estar. Escuela sin cuerpo presente.
“Cada acto atraviesa un cuerpo. Cada cuerpo vive tocado por ese acto”
Marcelo Percia.
¿Cómo pensamos la escena escolar hoy, frente a un aislamiento social, cuando la escuela como escenario quedó vacía, cuando sus actores (sus cuerpos) deben habitar otro espacio- escena, pero mantener su función, su objetivo-s?
Una de las preocupaciones de la escuela ha sido (sigue siendo) que los niños, niñas y jóvenes no la abandonen.
 Hoy debemos procurar que la escuela no los abandone a ellos. El desafío de ser y sostener comunidad educativa con una presencia que no cuente con los cuerpos en vínculo, cerca, interactuando.
Cada sujeto construye su cuerpo entre/ con otros cuerpos, siempre. Pasamos de ser hablados a hablar, de ser pensados a pensar, de ser sostenidos a poder sostenernos.
  El cuerpo en un principio se va armando en el vínculo con los cuerpos de los otros significativos. Y se continúa en la presencia de los intercambios con los otros fuera de casa, que se van volviendo significativos. En el devenir de la socialización, con la entrada a la escuela, los niños y niñas amplían sus vínculos (con otros adultos, con pares, con otros niños y niñas) fundamentales para comenzar a transitar, conocer y vincularse con/por otros mundos distintos al universo familiar.
 Así maestros y profesores, los educadores, se transforman en esos otros. Otros que en la interacción dejan marcas, que ofrecen conocimiento y se ofrecen donando voz, gestos, presencia. Que pueden abrir puertas al mundo, a la cultura; invitando a participar. Pudiendo ser cuerpo para identificaciones, propiciando entramados de pensamiento y recorridos deseantes, transmitiendo también las prohibiciones.
 Los aprendizajes pasan por el cuerpo, se hacen cuerpo. La enseñanza también.
 Sabemos que aprender no es copiar, ni repetir. Que el cuerpo en el aprendizaje no es máquina; que ensaya, se equivoca, aprende. Y la escuela no debería ser un escenario de entrenamiento ni de adquisición de competencias.
Cuando hablamos de aprendizaje, pensamos en una apropiación. Un conocimiento entregado, presentado al cual el sujeto pueda transformar, reinventar.
En este acto transformador, aparece la autoría del sujeto, de manera creativa y a través de la experiencia (pensamiento y acciones) que harán de esa información un saber con poder de uso, con la posibilidad de aplicarlo de manera creativa y singular.
En los encuentros pedagógicos entre educadorxs y alumnxs, entre “enseñaprendientes”, se va construyendo un “molde relacional” que tiene su sostén en el cuerpo. En cada cuerpo y sus vínculos, las formas de relacionarse (sin olvidarnos que estos pueden permitir, potenciar, inhibir o anular aprendizajes).
 Más allá de los dispositivos que se han puesto en marcha desde la escuela, cada escuela (pensando en los contextos y población de cada comunidad educativa) para dar continuidad al ciclo lectivo; se hace imprescindible que estos puedan ser sostén.
  Lejos de crear “anticuerpos” deberíamos intentar sostener los cuerpos (los de los docentes, los de niños, niñas y adolescentes). Transmutar la “continuidad pedagógica” en la “continuidad de los vínculos y los lazos”. Fomentar el movimiento, la escucha disponible, abrir canales de comunicación (sin excesos), proponer situaciones expresivas y creativas. Éstas podrán habilitar a los cuerpos a habitar este nuevo espacio-tiempo. Tener presente lo que le pasa, lo que pasa por cada cuerpo.
   El aula se ha mudado a casa, y cada adulto debe acompañar (como puede, como sabe, como va construyendo) los procesos y las producciones que llegan desde la escuela.
 Quizás podamos apostar a los recursos propios de cada niño, niña y joven, a su autoría y creatividad. Activar en cada cuerpo (el de los niñxs, jóvenes y adultos) los moldes relacionales que se construyen en los encuentros pedagógicos. Vínculos que han quedado en cada cuerpo: las historias compartidas, de segmentos de trayectorias escolares. Vivencias en las cuáles alguno o muchos docentes han donado mirada, escucha, contacto, gestos; junto a los contenidos que enseñó.
   Vínculos pedagógicos tiernos, que colocaron al alumno, alumna, en el lugar de sujeto pensante, potenciando su autoría. Una sonrisa amplia entregada al devolver el cuaderno con la tarea corregida, una voz musical que al leernos un cuento nos llevó a recorrer mundos nuevos, una mano que sujetó la nuestra y nos acompañó a trazar una letra, una clase apasionada que nos hizo amar una materia nos conmovió o nos mostró una visión diferente a la nuestra y nos enriqueció.
 Así, junto al contenido, permanece en cada uno ese vínculo, ese registro corporal, el placer de aprender, de saber. De haber saboreado y haber transformado ese conocimiento presentado en una relación que nos autorizó a hacerlo.
 Hoy nos falta el saludo, las sonrisas, el reto, el barullo del recreo, los encuentros en pasillos…
 Todo lo que acontece nos encontró en los inicios del ciclo lectivo. Momentos de armado de vínculos, de presentaciones, de rutinas. Apropiándonos de espacios y tiempos a compartir, conociéndonos. El aislamiento obliga a llevar la escuela a cada casa. Y a los alumnos, alumnas, y a los docentes a seguir en ¿contacto? sin los cuerpos en relación.
   ¿Cómo logramos los educadores hacernos presentes con gestos, con voz, tonos, cadencias, pausa; en las tareas y propuestas que compartimos con nuestros alumnos y alumnas? ¿Cómo continuamos en nuestro rol de enseñar y estar disponibles en otro escenario que no sea la escuela? ¿Y transitando en nuestros propios cuerpos el impacto de lo que acontece?
Buscar maneras de escucha, mirada, de intercambiar sonrisas, de compartir risas, de ofrecer palabra (incluida la voz, con su timbre, sus tonos, su cadencia y melodía). Poner a ensayar a los cuerpos para que se equivoquen, que se expresen, que disfruten y aprendan. Acompañar hoy podría ser cuidar de las ganas, ofrecer-nos nutrientes para motorizar el deseo de aprender de las y los alumnos. Promover aprendizajes constructores de autoría.
 Construcción colectiva, sin dudas, de las comunidades educativas para ser sostén y presencias posibles en la imposibilidad (por ahora) de estar de cuerpo presente.
Laura Jaite
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wwrther · 3 years
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8 de octubre del 2020, 00:29
Me da la impresión de que cada une vive con sus mantras en el cotidiano. Pienso que, cada día, alguien se repite una serie de mensajes, con el fin de mantener vivas ciertas cosas que lo constituyen como persona, y no en el sentido de estoy soy, sino de esto quiero, esto deseo. Máquina deseante, máquina nostálgica. Me da la impresión de que es fácil vivir en el discurso de "esto es lo que no soy, pero que me gustaría mucho ser" y, simplificado, esto no soy. Y mi realidad es lo que no soy, y es esa enceguecedora ausencia la que nos lleva por el sufrimiento y la alegría, como si de un hilo tirasen de nosotres.
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oscurantismoxxi · 2 years
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Mecanografiando a mano alzada #002, sobre cómo tener un zumbí
Lo hermoso de las máquinas deseantes, como de cualquier otro motor sofisticado e inconmensurable, es que funciona a través de ciclos/revoluciones que propician efectos sistemáticos. Las máquinas deseantes orbitan proyecciones “positivas” que son percibidas en el sujeto de deseo a través de un canal de enunciación [La publicidad en el mundo.CanalDeEnunciación]. Dentro del sistema de los objetos se encuentran ya tipificados/cartografiados los posibles efectos a generar; cine para godinez, comida para gordxs, pipas para chicxs indi.
Similar a un yonki de heroína imposibilitado de inyectarse debido a la totalidad de las venas obstruidas, o un alcohólico con el estómago destrozado, la satisfacción sistematizada del deseo llega a descomponer el cuerpo como vía capaz de agenciarse el placer a través de técnicas. Las técnicas todas destrozan, la diferencia es que por lo menos asoman la posibilidad a producir algo interesante. 
Para hacerlo todo sencillo, te puedes ganar la simpatía de un diabético muy politizado regalándole una galleta de chocolate. Es mórbida esa delgada línea entre la empatía y satisfacción del deseo. 
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etomniavanitas · 6 years
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Ya no podemos soportar que nuestro sistema nervioso sirva de transmisor en el sistema de explotación capitalista, estatal, patriarcal, que nuestro cerebro funcione como una máquina de suplicios, programada por el poder que nos cerca. Cuales sean las pseudotolerancias de que haga alarde, el orden capitalista bajo todas sus formas (familia, escuela, fábricas, ejército, códigos, discursos…) continúa sometiendo toda la vida deseante, sexual, afectiva, a la dictadura de su organización totalitaria fundada sobre la explotación, la propiedad, el poder masculino, la ganancia, el rendimiento…
Félix Guattari, Para acabar con la masacre del cuerpo.
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iconicpermutations · 6 years
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máquina-despótica (2015)
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oniropsiconauta · 3 years
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Las multiplicidades capturadas por singularidades interconectan en cuanto máquinas deseantes; disipan la en­ tropía al disociar los flujos, y reciclan su maqumismo como circuito cronogénico que se autoensambla.
Nick Land
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