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#fayad jamís
auxoubliettes · 20 days
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For this freedom of song under the rain we have to give everything for this freedom of being closely tied to the firm sweet entrails of the people we have to give everything for this freedom of an opened sunflower in the dawn of factories lighted and illuminated schools and of land that cracks and a child that awakes we have to give everything there is no alternative but freedom there is no other road than freedom there is no other country than freedom there will be no more poem without the violent music of freedom For this freedom which is the terror of those who have always violated it in the name of luxurious miseries For this freedom which is the night of the oppressors and the definitive dawn of all the people already invincible For this freedom that lights the sunken pupils the barefoot the damaged roofs and the eyes of the children who wandered in the dust For this freedom which is the empire of youth For this freedom beautiful like life we have to give everything if it should be necessary even our shadows and never will that be enough
Fayad Jamís, For this Freedom
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thecubanartobserver · 2 years
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Exposición "Espacio público", Javier Barreiro 
Exposición “Espacio público”, Javier Barreiro 
18.06.2022Galería Fayad Jamís En cada escena de estas piezas, hay una carga visual fuerte, casi rayando en la agresividad. De una forma u otra, este artista intenta tocar desde la crítica social temas crudos o de cómo estos han sido abordados por la sociedad de hoy. A través de un cromatismo peculiar con intensos contrastes, el manejo de lo burdo y el uso de formas figurativas expresadas o…
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groennuuk · 6 months
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Hoy se cumplen 35 años de la muerte de Fayad Jamís. Margarita y el maestro: «Si no puedes dormir, levántate y navega»
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josivalblog · 8 months
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"A soft body has arrived here, a pale shadow,
murmurer with shiny lips."
(Clear kingdom, Fayad Jamís, Cuban poet)
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Photo and editing: @JosivalFotos
In image: #Gustavo 8
Versions in: @JosivalFotos and @JosimagenCuba
#guys #portraitphotography #portraits #male #FelizSabado
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villings · 4 years
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eufoniasdelarteemm · 3 years
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Buzón de tiempo 🔖
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marcopolorules · 4 years
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Abrí la verja de hierro,⠀⠀ Sentí como chirriaba, tropece en algún tronco⠀⠀ y miré una ventana encendida, ⠀⠀ pero la madrugada devoraba las hojas ⠀⠀ y tú no estabas allí diciéndome⠀⠀ que el mundo está roto y oxidado. ⠀⠀ Entré, subí en silencio las escaleras, abrí otra puerta,⠀⠀ me quité el saco, me senté, me dije estoy sudando,⠀⠀ comencé a golpear mi pobre máquina de hablar,⠀⠀ de roncar y de morir ⠀⠀ (tú dormías, tú duermes, tú no sabes cuánto te amo), ⠀⠀ me quité la corbata y la camisa,⠀⠀ me puse el alma nueva que me hiciste esta tarde,⠀⠀ seguí tecleando y maldiciendo, ⠀⠀ amándote y mordiéndome los puños. ⠀⠀ Y de pronto llegaron hasta mí otras voces: ⠀⠀ iban cantando cosas imposibles y bellas, ⠀⠀ iban encendiendo la mañana, ⠀⠀ recordaban besos que se pudrieron⠀⠀ en el río,⠀⠀ labios que destruyó la ausencia. ⠀⠀ Y yo no quise decir nada más: ⠀⠀ no quiero hablar, ⠀⠀ acaso en el chirrido de la verja rompí ⠀⠀ cruelmente el aire de tu sueño.⠀⠀ Qué importa entrar o salir o desnacer. ⠀⠀ Me quito los zapatos⠀⠀ y los lanzo ciego, amorosamente, contra el mundo.⠀⠀ ⠀⠀ Fayad Jamís⠀ & @sirquilt (artist)⠀ ⠀ ⠀ #surrealportrait #popsurrealism #popsurreal #retroart #newcontemporary #digitalcollage #digitalcollageart #collageart #collage_art #collageartist #collageartwork #collagework #collagecollectiveco #c_expo #collagemaker #surrealcollage #photocollage #contemporarycollage #collage_guild #collagetash #collagelife #collagecollective #collages #globalcollage #collagedesign #collageillustration #marcopolorules #vagabondwho #jesuislesurrealisme #sirquilt https://www.instagram.com/p/CCGrXjZKmlP/?igshid=1oz95gt8q0s14
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matybe · 4 years
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A veces, en el silencio del pasillo, algo salta, rompe alguien algún viejo nombre. La mosca enloquecida cruza zumbando, ardiendo lejos de la telaraña luminosa. Esto es así, tan solo; pero tan lleno de sorpresas. 
-Fayad Jamís
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my heart part executioner and part hanged man
Fayad Jamís (1930–1988), from “Wanderer of the Dawn” in “The Whole Island: Six Decades of Cuban Poetry”, edited by Mark Weiss
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magadeqamar · 6 years
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Dicen que la distancia (no siempre física) no hace el olvido. (Sí, ya sé que el refrán no es así pero ya sabéis, también, que me los invento si es preciso). Cierto. Produce indiferencia. Solo en las relaciones más solidas, edificadas sobre los pilares más fuertes y mejor anclados, la distancia puede reforzar ese sentimiento de serse y estarse.
Esos sentimientos han de crecer fortificados y no abonados por el hecho de la obligación si no del querer tender la mano cuando es preciso. No por más estar el vínculo es mayor. Eso sí, el no estar y quedar bien por el mero hecho de hacer presencia no es mejor que la indiferencia. La distancia es un abismo que solo un puente puede salvar, pero este tiene dos extremos que cada una de las partes debe mantener en condiciones, de lo contrario, caerá irremediablemente. ©ɱağa Obra de Fayad Jamís
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Exposición “Memorias de un tiempo”, José Omar Torres
Exposición “Memorias de un tiempo”, José Omar Torres
Exposición Memorias de un tiempo Jose Omar Torres Lopez 31.03.2022 Galería de Arte Villa Manuela Vuelve la ciudad a vibrar en los colores de José Omar y en la poesía de figuras como Alex Pausides, Waldo Leyva, Nancy Morejón, Fayad Jamís entre otros. Esa fascinación que a todos les causa está presente en las variadas formas cromáticas abstractas que el pintor plasma en los lienzos y papeles…
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groennuuk · 6 months
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Hoy se cumplen 35 años de la muerte de Fayad Jamís. Margarita y el maestro: «Si no puedes dormir, levántate y navega»
Mejor es levantarse
Si no puedes dormir levántate y navega. Si aún no sabes morir sigue aprendiendo a amar. La madrugada no cierra tu mundo: afuera hay estrellas, hospitales, enormes maquinarias que no duermen. Afuera están tu sopa, el almacén que nutre tus sentidos el viento de tu ciudad. Levántate y enciende las turbinas de tu alma, no te canses de caminar por todas partes, anota las últimas inmundicias que le quedaron a tu tierra, pues todo se transforma y ya no tendrás ojos para el horror abolido.
Levántate y multiplica las ventanas, escupe en el rostro de los incrédulos: para ellos todo verdor no es más que herrumbre. Dispara tu lengua de vencedor, no sólo esperes la mesa tranquila mientras en otros sitios del mundo chillan los asesinos.
Si no puede soñar golpea los baúles polvorientos. Si aún no sabes vivir no enseñes a vivir en vano. Tritura la realidad, rómpete los zapatos auscultando las calles, no des limosnas. Levántate y ayuda al mundo a despertar.
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latikobe · 7 years
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La gran espiral del surrealismo socialista
Portada del libro de Llilian Llanes (Foto: Ernesto Santana)
LA HABANA, Cuba.- Hace medio siglo ocurrió un evento cultural de gran relevancia en la convulsa Habana que en aquellos días de 1967 se había convertido en parque temático favorito para la izquierda mundial, que aquí podría encontrar una utopía en plena revelación.
La edición XXIII del Salón de Mayo parisino de aquel año llegó a Cuba para darle un giro más moderno a la visualidad de una revolución que se estancaba en su surrealismo tropical y que daba algunos síntomas de caer en el despreciable realismo socialista que el estalinismo impusiera en sus dominios.
Hasta que Ediciones Arte Cubano, del Consejo Nacional de las Artes Plásticas, publicó hace cinco años Salón de Mayo de París en La Habana, julio de 1967, de Llilian Llanes, no se había vuelto a hablar más de aquel acontecimiento. Ahora, cuando se cumplen 50 años, tampoco se menciona mucho más.
La autora de tal estudio es profesora, curadora e investigadora de arte cubano y latinoamericano, ha publicado varios títulos sobre arte cubano y dirigió, desde su fundación, el Centro de Arte Contemporáneo Wifredo Lam, institución donde organizó, a partir de 1984, las seis primeras ediciones de la Bienal de La Habana.
En un artículo que publicó Diario de Cuba en 2012 sobre esa visita del Salón de Mayo, Carlos Espinosa, que aún no había podido leer el libro, sin dudar de que fuera serio y riguroso, aconsejaba entrar en sus páginas recordando los juicios despectivos, posteriores al Salón, de José Antonio Portuondo, que lo consideró “una de las muestras de cómo todavía no podíamos nosotros librarnos por entero de cierto sentido de neocolonialismo intelectual”.
Aunque resulta válida la advertencia, el libro de Llanes, sin defender tales destimaciones, hace un análisis amplio del evento, incluye diversas opiniones y logra, en general, una remembranza agradecida, concluyendo que “tanto para los políticos cubanos como para los organizadores galos, la presentación de este evento en la Isla resultaba beneficiosa”, pues el Gobierno cubano demostraba que el arte nacional era libre y la directiva del encuentro se defendía de las crecientes acusaciones de anquilosamiento.
París en La Habana
Según la autora, el Salón de Mayo, inaugurado en 1945, en la dura posguerra, “constituyó uno de esos fenómenos artísticos del siglo XX que con frecuencia pasan inadvertidos para la historiografía del arte, sin recibir una justa valoración sobre la eficacia o no de su propuesta y de sus numerosas ediciones” y “había hecho suya la problemática de aquellos tiempos al proponerse ofrecer un espacio nuevo a los artistas europeos y servir de escenario a los principales movimientos y tendencias que tenían lugar en el viejo continente”.
Analizando la época en Cuba, Llanes se refiere a “la universidad para los revolucionarios”, la paranoia ideológica, las polémicas intelectuales, la lucha entre facciones contrarias dentro del Consejo Nacional de Cultura y las tensiones que vivía el mundo cultural de los sesenta, para poner en contexto la llegada al país de aquella invasión de formas e ideas novedosas preparada por Wifredo Lam y Carlos Franqui.
La exposición se inauguró el 29 de julio entre notables acontecimientos. Se festejaba el XIV aniversario del asalto al Moncada —que Fidel Castro había planeado como una fingida “rebelión de sargentos del ejército”— y, unos días antes, había pasado por La Habana el poderoso líder soviético Alexéi Kosiguin. Como era natural, coincidentemente se celebraba la Primera Conferencia Latinoamericana de Solidaridad, que trajo a figuras políticas como el dirigente de los Panteras Negras Stokeley Carmichael.
En su discurso de apertura, el Canciller Raúl Roa celebró “el crecimiento de la guerra de guerrillas en América Latina, la corajuda batalla de la población negra norteamericana, la resistencia victoriosa del pueblo vietnamita y los sonados triunfos de nuestros deportistas en los juegos panamericanos”.
Un poco después, tendría lugar en la Casa de las Américas el Encuentro de la Canción Protesta, otro evento más que se efectuaba “rodeado del aura política y del fervor ideológico que inspiraba la Revolución”, como describe Llanes. No menciona que el Salón pareció programado justo para unos meses antes de que se iniciara el Congreso Cultural de 1968, de tan triste memoria.
La gran mayoría de los 200 expositores era de Europa —algunos solo enviaron sus obras— y entre ellos brillaban nombres como Picasso, Max Ernst, Man Ray, Lucio del Pezzo, Roberto Matta, Jorn, Karel Appel, Alexander Calder, Lulio Le Parc, René Magritte o Antonio Saura. Por Cuba participaron 10 artistas: cuatro residían en París desde hacía años —Lam, Jorge Camacho, Agustín Cárdenas y Tomás Marais— y seis en La Habana —René Portocarrero, Mariano Rodríguez, Raúl Milián, Raúl Martínez, Antonia Eiriz y Tomás Oliva—.
Pabellón Cuba (Foto: Ernesto Santana)
La muestra se instaló en el Pabellón Cuba —construido en 1963 para el Congreso de la Unión Internacional de Arquitectos—, en plena Rampa y muy cercano al Hotel Nacional, donde se albergaban los invitados.
Carnaval artístico
Si ya desde antes de la inauguración el Salón asumió una atmósfera prodigiosa con la realización del gigantesco mural Cuba Colectiva, muchos otros asombros aguardarían luego al numeroso público, como la obra Bahía de Cochinos, del islandés Erró, que representaba a Fidel rodeado de cerdos, imagen que generó una enorme polémica.
Pero más arrebatada resultó la idea del propio Comandante de exhibir, en un edificio aledaño, varios ejemplares de la ganadería cubana en instalaciones con aire acondicionado. O aquel cañón automático antiaéreo calibre 40. O las copias facsimilares de dos cartas famosas: la de Fidel a Celia, donde asegura que su destino será luchar contra “los americanos”, y la del Che despidiéndose de aquel.
No obstante, cuenta Llilian Llanes en su libro que “en realidad, en el imaginario colectivo lo que permaneció fue aquel extraordinario espectáculo previo, donde los intelectuales y artistas participantes en el evento pintaron un enorme mural ante el público habanero aglomerado en la calle. Ese mural ha quedado hasta hoy como expresión”, afirma la autora, “de unos tiempos donde los intereses colectivos estaban por encima de cualquier otro, de aquellos nuestros años felices donde se aspiraba a la construcción de un mundo más justo para todos”.
El mural tenía 5 metros de alto y 10 de ancho y fue pintado —en la noche del 17 de julio, cuando acababa de arribar el grueso de los visitantes— por escritores, artistas, funcionarios y amigos, en un alucinante carnaval artístico, a la entrada del Pabellón, con música y mulatas de Tropicana y pases de ron y cientos de espectadores en la calle cerrada al tránsito. En torno a los andamios donde se trepaban los que pintarían o escribirían un texto, estaban funcionarios del Comité Central del Partido y de otras instituciones nacionales.
Lam lo describió como “un gran cuadro mural como homenaje a la Revolución Cubana” que llevará el nombre Cuba Colectiva”. Tenía forma de espiral para evitar preferencias y los segmentos se sortearon, excepto el primero —en el centro, que se decidió que fuera para el pintor cubano, el más internacional del momento— y el número 26, por la fecha, reservado a Fidel Castro y que quedó en blanco, como se puede ver en la parte superior de la portada del libro, pues él prefirió participar solo desde lejos con su obra maestra vacuna.
Algunos de los cien participantes fueron Jorge Camacho, Gherasim Luca, Piotr Kowalski, Luis Miguel Valdés, Ramón Estupiñán, Peter Weiss, René Portocarrero, Lesbia Vent Dumois, Oscar Hurtado, Antonio Vidal, Carmelo González, Michel Leiris, José Masiques, Félix Beltrán, Domingo Ravenet, Mariano Rodríguez, Haydée Santamaría, Lisandro Otero, Roland Penrose, René de la Nuez, Juan Goytisolo, Chago Armada, Loló Soldevilla, Tomás Oliva, Heberto Padilla, Tomás Marais, Fernando Luis, Agustín Cárdenas, Sandú Darié, Fayad Jamís, César Leal, Raúl Martínez, Ernesto González Puig, Harald Szeemann, Amelia Peláez y Antonia Eiriz.
Epílogo: socialismo real tropical para todos
Tras su estancia en La Habana, la exposición fue trasladada a Santiago de Cuba hasta el 7 de octubre, cuando se clausuró el Salón de Mayo y el Ministerio de Comunicaciones imprimió una pulcra colección de 25 sellos —que fue muy solicitada entonces y aún sigue teniendo un alto valor en el mundo— en recuerdo del que Llanes considera “el más importante acontecimiento cultural realizado en el país hasta la fecha”.
Ella misma, cuando a principio de los ochenta fundó la Bienal de La Habana, tenía muy claro en su mente como referencia el Salón de Mayo. Por eso, al retirarse, dedicó varios años a investigar todo lo referente al evento y a recogerlo en este libro que, además, cerró con anexos muy útiles, donde encontramos discursos de varios funcionarios y organizadores, entrevistas, caricaturas y textos publicados por la prensa de la época.
A los dos días de la clausura moría en Bolivia el Che. Meses después, comenzaba la Ofensiva Revolucionaria, el castrismo apoyaba la invasión soviética a Checoslovaquia y empezaban a abrirse enormes brechas entre la izquierda internacional y el gobierno cubano, quien se ensañaría cada vez más con sus artistas e intelectuales, en una oscura espiral donde participaron solo unas pocas manos.
Uno de los visitantes franceses en la muestra, José Pierre, escribió que “ser surrealista, he aquí una cosa que, para un cubano, no presenta verdaderas dificultades”. Los intelectuales que temían que les fuera impuesto en Cuba el realismo socialista a los escritores y artistas, verían luego que más bien se impuso el surrealismo socialista, o sea, el socialismo real tropical, a todo el país.
Sello conmemorativo por el Salón de Mayo (Foto: Cortesía de Ernesto Santana)
Antonia Eiriz y Umberto Peña dejarían de pintar por las acusaciones ideológicas contra ellos. Innumerables escritores y artistas serían perseguidos y muchos se marcharían del país. Pero en realidad el calvario fue general para todos los cubanos. E indescriptible. Con algo mucho peor que un gris quinquenio o un decenio negro.
Y aquel mural colectivo quedará, entre otras cosas, como una parodia de aquel Sgt. Pepper que los Beatles habían publicado semanas antes. Un Sargento en Jefe rodeado de sargentos nada rebeldes que le dedicaban loas, le temían y recibían su desprecio, del que al final casi todos se apartarían, dejando que envejeciera en el poder entre rejuegos de su fracasado y peligroso Club.
Pero, como decía Kipling, ya esa es otra historia.
La gran espiral del surrealismo socialista
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poesia-en-la-lengua · 9 years
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Lo mejor que puedes hacer es convencerte de que la poesía te completa...
Fragmento de Contémplala: es muy bella por Fayad Jamís.
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jesus-montoya · 11 years
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Cuando todos los sueños habían muerto y los automóviles habían aplastado mi lámpara mi pan en medio del otoño de la lluvia de la noche vacía surgiste tú extraviada miedosa Yo te acompañé a través de las calles oscuras bajo el agua las hojas caían el suelo estaba lleno de sombras amarillas Los dos estábamos tristes los dos empezamos a caminar desconocidos lejanos entrañables hombro con hombro mientras las gotas de la lluvia la alegría caían sobre nuestras cabezas Niña de agua en tus ojos una ternura amarga despedía palomas de temor palomas mensajeras que vienen a dormir silenciosas en mi alma Todas las horas perdidas todos los desastres iban quedando atrás Tú estabas ahí en medio de la noche con algo de lámpara en los cabellos en la voz No te conozco no sé de qué polvo está hecha tu claridad y ya eres como la estrella que siempre estuvo ahogada en mi sangre.
Octubre - Fayad Jamís
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groennuuk · 6 months
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Contémplala: es muy bella
Contémplala: es muy bella, su risa golpea la costa, toda de iras y espumas. Pero no intentes decirle lo que piensas. Ella está en otro mundo (tú no eres más que un extranjero de sus ojos, de su edad) Dile, en todo caso, que te gustan sardinas fritas, sobre todo una tarde en que llueve un inolvidable vino blanco. Háblale del hermoso fuego de tu patria.
Ella es clara y oscura como la lluvia en que reina su ciudad. Sus ojos se detienen en un punto movedizo entre la estación del amor y un tiempo imprevisible. Claro que a veces olvidas (por un instante, es cierto) tu oficio de notario, y, como ser humano al fin, te pones a hablar líricamente de política.
Lo mejor que puedes hacer es convencerte de que la poesía te completa, comprobar que has cruzado el lindero del horror y la angustia, escribir que una tarde recorriste la bella ciudad empedrada para encontrar lo que no podía ser el amor sino el poco de sueño que recuerda un gran sueño.
35 años de la muerte de Fayad Jamís.
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