Tumgik
#creo que la próxima vez voy a poner más atención a la ropa
a-little-dexth · 5 years
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request.
género: smUT (voyerismo, semi-público [i guess?])
número de palabras: 1,1k.
nota de la autora: no encontré ss de el vídeo de jaehyun golpeando sus piernas ni un gif así que nada más les dejo fotos para que aprecien esa obra de arte que son sus muslos :(
update: segunda parte de este escrito aquí! owo
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"¿listos para la mejor película de su vida?", la voz de taeil se escucha hasta la cocina, donde te encontrabas con jungwoo preparando un bowl con botanas. esa ocasión era noche de películas en el dormitorio de nct 127.
"no puedo creer que veremos civil war de nuevo", yuta dice pero todos en la sala saben que, en el momento en que la película se reproduzca, no van a prestar atención a nada más que la pantalla.
te diriges hasta la sala junto con jungwoo que llevaba el bowl y pasas tu vista por todo el lugar para encontrar que no había ningún asiento disponible para ti. todos estaban demasiado ocupados comiendo para prestarte atención, la única mirada fija en ti era la de tu novio jaehyun que tenía una gran sonrisa en su rostro.
"debes estar bromeado", piensas mientras jaehyun se muerde el labio inferior y palmea sus piernas con ambas manos, la sonrisa cínica jamás desaparece de su rostro.
"lo siento, t/n, supongo que tendrás que sentarte en las piernas de tu novio", taeyong menciona y su voz suena realmente apenada, tú le sonríes mientras niegas con la cabeza para tranquilizarlo.
"y si no quieres entonces puedes sentarte en las piernas de cualquiera, ninguno tendrá problema con eso", johnny menciona con un tono de burla y ves a jaehyun poner los ojos en blanco.
"ninguno excepto jaehyun, claro", mark dice mientras haces tu camino hacia tu novio para después escucharlo agregar un "lo siento, hyung".
te acomodas sobre los muslos de jaehyun ya que la silla no era tan grande para acomodarte en medio de ellos y, si lo hacías, ambos se iban a sentir incómodos durante toda la película. no era que te disgustara sentarte de esa forma, al contrario, adorabas recargar tu espalda sobre el pecho de jaehyun y que el apoyara su barbilla sobre tu hombro mientras te rodeaba con sus brazos sobre tu estómago. el problema era que, ese día, jaehyun se había sentido especialmente cariñoso contigo.
"creo que la pasaremos muy bien" tu novio susurra en tu oído y, el tono con el que menciona las palabras hace erizar tu piel.
"más vale te comportes, jaehyun", dices en voz baja y él suelta una pequeña risa.
la primera hora de la película transcurre con tranquilidad, todos tenían la vista fija en la pantalla y no sé escuchaba ningún otro ruido más que el de los altavoces en toda la sala.
algunos minutos después, jaehyun alcanza una pequeña manta del suelo y la coloca en tus piernas, estabas a punto de decirle que estabas bien y que no tenías frío pero en ese momento, tu novio baja sus manos desde tu estómago donde se encontraban reposando hasta en medio de tus piernas, justo debajo del vestido que llevabas puesto. un pequeño sonido sale de tus labios pero nadie en la sala logra escuchar ya que justo una escena de acción estaba ocurriendo.
tomas la mano de jaehyun entre la tuya y la quitas de entre tus piernas pero él estaba demasiado aferrado a seguir ahí así que, segundos después, la vuelves a sentir rozando con lentitud tortuosa al centro de tu ropa interior.
algunos minutos pasan y jaehyun todo lo que hace es pasar sus largos dedos en el centro de tu entrepierna, poco a poco sentías tus bragas humedecerse mientras tu novio se encargaba de estimular tu clítoris. tus labios se mantenían apretados para evitar que cualquier gemido pudiera delatarte y cada cierto tiempo pasabas tu vista por la sala para comprobar que ninguno de los chicos los estuviera viendo. jaehyun aceleraba cada vez más sus movimientos y tu cabeza ya daba vueltas, querías levantarte y bajar tu ropa interior para que sus dedos pudieran entrar en ti o, mejor aún, montarlo frente a todos los chicos. realmente ya no te importaba mucho.
como si tu novio pudiera leer tus sentimientos, sientes una de sus manos hacer a un lado tu ropa interior e introducir lentamente unos de sus dedos en ti, sueltas una respiración pausada y larga mientras sientes tu entrada abrirse y dar paso a jaehyun.
al momento de añadir un segundo dedo no soportas más y cierras los ojos, embargándote del placer que jaehyun te daba, echas tu cabeza hacia atrás y la recargas en el hombro de tu novio, la giras un poco hacia su oído y comienzas a soltar pequeños gemidos para que sólo él pudiera escucharlos, sabías lo mucho que le gustaba oírte de esa forma.
"levanta la cabeza y mira al frente", la voz de jaehyun llega a tus oídos y haces lo que te dice. tus ojos se abren con sorpresa al ver a johnny con la mirada fija en ambos. una parte de ti quería decirle a jaehyun que se detuviera pero, por alguna razón, disfrutabas sentir la vista de johnny en ti y sabías que él lo estaba disfrutando también porque una de sus manos estaba moviéndose en su entrepierna.
"¿te gusta que johnny vea cómo te hago sentir bien?", jaehyun susurra en tu oído y ahora su pulgar trataba círculos sobre tu clítoris, estimulándolo.
asientes con la cabeza y puedes sentir a jaehyun sonriendo detrás de ti, puedes también imaginar la mirada de superioridad que tiene y, mientras tanto, tus ojos seguían fijos en johnny que tenía los labios entreabiertos y podías decir sin equivocarte que pequeñas respiraciones entrecortadas salían de ellos.
tu orgasmo llega minutos antes de terminar la película, te corres con fuerza en los dedos de jaehyun y él los saca de ti, los dirige a tu boca y tú succionas sin pena con la mirada puesta en johnny que aún seguía masajeando su miembro sobre sus jeans.
"jamás me voy a cansar de esa película", haechan dice y se levanta de su asiento para dirigirse a la cocina, algunos chicos lo siguen mientras que otros se dirigen hacia sus habitaciones o al baño.
sentías pequeñas gotas de sudor correr por tu frente y, después de haberte recuperado de tu orgasmo, johnny se levanta y camina hacia donde estaban jaehyun y tú.
"espero poder ayudar la próxima vez", dice en voz baja con su rostro a algunos centímetros de ti, te guiña un ojo y va hacia su habitación.
"¿te gustaría?", jaehyun te pregunta y tú giras tu cabeza para quedar frente a él.
"oh, bueno, si a ti no te molesta…", respondes sonrojada y una pequeña sonrisa se asoma de sus labios, deja un beso en tu mejilla y te ayuda a levantarte.
"creo que sería divertido", dice simplemente y te encamina hacia su habitación. "pero ahora debes ayudarme con un problema", menciona luego de haber cerrado la puerta y bajas la vista hasta su entrepierna, un bulto notable ya se encontraba ahí.
"con todo gusto".
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you-moveme-kurt · 5 years
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Glee «My daughter learned something new!»
Septiembre de 2027
-¿Por que esto esta aquí?...  ¿es tuyo?... —pregunto Kurt sosteniendo entre sus manos una camiseta de pijama. -Déjame ver… —respondió Blaine acercándose, ambos estaban en el dormitorio de Henry buscando donaciones para las victimas del huracán «Gordon»— no… —agrego mirando la etiqueta, volvió a rodear la cama de su hijo y se sentó cerca de la cabecera para seguir con lo que él hacía, separar los juguetes que su hijo usaba de los que no. -¿Como sabes?... —insistió su esposo mirando la etiqueta también. -Porque marque las mías con un punto en la etiqueta… -¿Y por que hiciste eso?... —quiso saber Kurt mirando otra vez la pieza de ropa. -Para evitar confusiones que después llevan a «no sabia que era tuya» o algo así… —contestó Blaine haciendo un ademán delicado propio de su esposo. -Ridículo… —dijo este riendo— y esa respuesta no me lleva a saber lo primordial. -¿Y eso es? - ¿Por que estaba con las cosas de Henry? -Tal vez hubo una confusión en el último lavado o algo… ¿estas seguro que no prefieres que esperemos a Henry?, me siento un poco mal registrando sus cosas… —advirtió Blaine mirando el baúl con juguetes. -Pues no te sientas… en la mañana le dije que haríamos esto, lo mismo que a Lizzie… además, luego le mostramos lo que escogimos y ellos verán si hay algo que quieren conservar y no donar a los damnificados. -Si tú lo dices... -Lo digo… y lo que también digo es que al parecer esta camiseta es mía entonces… -Es, o se le quedó a otro hombre… —dijo Blaine levantando una ceja.
-No, no lo creo, soy muy cuidadoso cuando otros hombres se desvisten en esta casa… —sentencio poniéndola en una caja que decía «donaciones huracán Gordon» -¿Que?... —dijo de vuelta su esposo sintiéndose de pronto más nervioso de lo que quisiera. -Tu empezaste… —recordó Kurt sacando uno de los cajones del armario de su hijo. -Pues yo lo termino ahora entonces… —sentencio Blaine haciendo con sus manos un gesto acorde, Kurt sonrió y comenzó a revisar la ropa— ¿cuántas de estas tiene Henry?... —dijo tomando una  camiseta manga larga de color azul rey. -Creo que  solo una… ¿por que? -¿Una?... ¿se la pone tres veces por semana entonces?, porque te juro y cada vez que lavamos sale esta prenda al baile… —dijo doblandola como correspondía. -Tal vez es su favorita… -Tal vez… pero no tiene sentido, ¿para que le compramos tanta ropa si siempre usa la misma?... no quiero que tomes esto a mal, pero siendo mi hijo… creo y su deber era heredar un poco de mi gusto por tener ropa y cambiar estilos… —sentencio revisando algunas camisas. -Heredó tu sonrisa y tu corazón… creo que eso es más importante que no tengo tus mismos gustos por la moda… —dijo Blaine poniendo tres juguetes en la caja para los damnificados, Kurt soltó un suspiro y gesticulo un mohín de ternura. -Eso fue muy dulce, y tengo que besarte por ello… —añadió  Kurt dejando lo que hacía, se acercó a su esposo y lo beso tomándole la cara— gracias… —agrego sonriendo. -De nada, solo digo la verdad… —agregó Blaine saboreándose. -¿Como va lo del concierto?... —preguntó volviendo a lo de la ropa. -Bien… el sello esta buscando algunas marcas para que auspicien el escenario y el sonido, así no hay gasto en ello y la cifra a donar será más alta. -Pero que buena idea... ¿sabes que?... —dijo sacando el teléfono desde el bolsillo trasero de su pantalón— llamare a Helen, estoy seguro y la compañía podría aportar una de esas dos cosas, sino las dos… -¿De verdad?... -Mucho… -¿Y Helen sabe eso? -Helen sabe todo.. —contestó Kurt buscando el numero de su asistente— ¿te dije que casi la llaman durante la emergencia?, se supone que es  o fue reservista de algo, del ejército o de los bomberos… algo así, se supone que estuvo… -¿Que estuvo...? —repitió Blaine al ver que su esposo se silenciaba de pronto. -¿Cuando es la primera PTA de nuestros hijos?... —preguntó sin levantar la vista de la pantalla del teléfono. -La próxima semana, ¿por que?... -Porque tengo un mensaje de la profesora de Lizzie, me dice que quiere vernos… y esta tarde... -¿Esta tarde?, ¿hoy? -Hoy… la llamaré… —agregó llevándose el teléfono a la oreja— ¿Señorita D’amato?... —dijo apartándose un poco,  Blaine se sentó al final de la cama y se quedó con los brazos cruzados esperando el resultado de la conversación. -¿Y?... -Me dijo lo mismo, que quiere vernos esta tarde, de preferencia antes que termine la última clase de nuestra hija… —respondió mirando la pantalla y luego a su esposo y así unas cuatro veces. -Pero... ¿ella esta bien?... -Lo esta… lo esta… disculpa… es lo primero que debí decir… me dijo que quiere que veamos algo… -¿Algo?... —pregunto Blaine arrugando el ceño con extrañeza. -Algo… —repitió Kurt frunciendo la boca como evidenciando que no tenía  idea que era. -Vaya con Gabrielle y sus misterios… pues será mejor que vamos ahora entonces… ¿no crees? -Lo creo… dejemos esto para cuando volvamos, después de todo el Señor Jenkins dijo que el viernes vendría la Cruz Roja a recoger las donaciones… —dijo Kurt tomando el cajón para ponerlo en su lugar. -Perfecto… —termino por decir Blaine abriendo la puerta de la habitación.
-Vaya con los niños de ahora… te juro y nunca vi mi escuela así de llena la segunda semana de clases… —opino Kurt bajándose del auto. -¿Como?... —pregunto de vuelta Blaine rodeando el auto luego de cerrarlo y poner alarma. -Lo que oyes… —insistió tomándolo del brazo— Mckinnley tardaba un buen tiempo en volver a la vida después del verano… —agregó mirando a ambos lados de la calle antes de cruzar junto a su esposo. -¿Estas hablando en serio?… -Apuesta tus mejores partes a que si… -Pues eso es bien raro… más raro de la citación esta que nos hicieron… -¿Estas nervioso? -Un poco... -¿Por qué?... ¿crees que nuestra hija pudo haberse metido en problemas? -No lo creo, bueno sí, un poco… pero no se… solo quiero entrar y ver qué quiere decirnos la Señorita… -¡Blaine Anderson!... ¡sabia que algún día te veríamos aquí!... —grito una chica casi al borde del llanto, estaba acompañada de  una amiga y las dos corrieron abrazadas bajando los escalones que conducían a la entrada de la escuela. -Lo que faltaba… —murmuró Kurt descolgándose de su brazo— tenemos algo que hacer… recuérdalo por favor… —agregó apartándose de mala gana. -Lo se… —dijo Blaine sonriéndole antes de acercarse a sus fans— chicas… -¡Blaine Anderson!, ¡te amo!… ¡te amo!… ¡por favor firma mi camiseta!… —dijo una de las muchachas estirando la pieza de ropa, Kurt blanqueo los ojos pensando que solo quería mostrar sus pechos. -Disculpen… pero estoy en algo importante ahora y no me gustaría que otras personas se enteraran de donde estoy… ¿qué tal si van mañana al sello?,  les prometo y haré lo que me pidan… —dijo Blaine dándole un beso en la mejilla a cada una. -¡Ay!, ¡creo que me voy a desmayar!… —exclamó la otra haciendo que su amiga la sujetara para evitar una caída. -Nos vemos mañana… y gracias… —termino por decir Blaine dejándolas solas, Kurt no pudo evitarlo y las miró sintiéndose ganador— listo… —agregó volviendo a ofrecer su brazo. -¿Tan rápido?... —pregunto queriendo parecer sorprendido. -Tan rápido, les dije que estaba en algo importante, así es que entendieron… —Kurt alzó su ceja como si aquello fuera algo imposible de creer— nunca prejuzgues, algunas adolescentes son bastante comprensivas —agregó abriendo la puerta para él. -Si claro, en especial aquella que te enseño el sostén… —respondió haciendo un gesto de fastidio, Blaine sonrió y le dio un agarrón divertido cuando paso por su lado— ¡oye!... hay niños presentes… -Yo no veo ninguno… ¿tú?... —agregó cerrando la puerta tras de él. -Mejor a lo que vinimos… creo que el salón de Lizzie … estaba por ese pasillo… ¿verdad? -Muy verdad… recuerdo que pasamos esta vitrina el día que vinimos a dejarla… —dijo Blaine señalando el mueble de los trofeos y galardones. -Me acuerdo… —agrego Kurt apuntando también— creo que uno de los dos dijo algo sobre tanto trofeo… —dijo soltando una risa, mientras seguía con él por pasillo, cada uno mirando los salones por su lado. -Este es… —dijo Blaine mirando por el vidrio de la tercera de las puertas. -¿Si?... —pregunto Kurt acercándose. -Por supuesto… allí esta nuestra Princesa… —respondió su esposo señalando a su hija que  trabajaba a la par con los otros niños,  la Señorita D’amato advirtió la presencia de ambos y les hizo con las manos un gesto de que esperaran un segundo. -Al menos no esta castigada o algo… —dijo lo Kurt moviéndose hacia un costado de la puerta. -¿Por qué iba a estar castigada?, es la mejor de las niñas… —agregó Blaine ubicando al otro lado. -Si pero, a veces es testaruda… y ni siquiera se a quien puede haber salido fíjate… —insistió mirándolo. -Haré como que no escuche eso… es más… -¡Señor Anderson!, ¡Señor Hummel!... que bueno que vinieron… —interrumpió Gabrielle abriendo la puerta. -Señorita  D’amato.. ¿como esta?... —dijo Blaine dándole la mano. -Muy bien… ¿ustedes?... —preguntó la maestra saludando a Kurt. -Muy bien también, un poco intrigados por su mensaje… ¿esta todo bien con Lizzie? —dijo este poniéndose al lado de su esposo. -Por supuesto, por supuesto que todo esta bien, si los llame, fue porque la escuela tiene como propósito, bueno uno de sus tantos propósitos,  mantener a los padres informados de todos los logros de sus hijos… así es que, si me acompañan… —Gabrielle abrió la puerta, se paró en el umbral y  sin decir nada mas los invito a entrar con una seña, Blaine y Kurt se miraron mutuamente sin entender muy bien que pasaba, pero bien ilusionados con lo que podría ser. Todos los niños estaban en sus respectivas mesas con  libros de cuentos en las manos, algunos dejaron de hacer lo que hacían para poner atención a los recién llegados y murmurar sorpresa entre ellos, Lizzie vio a su padres e hizo ademán de levantarse, Kurt le pidió con una seña que se quedara en donde estaba. -Clase… clase...—dijo la maestra dando unos aplausos, los niños fueron callándose de a poco hasta que el salón quedó en completo silencio— clase, les presento a los señores Blaine Anderson y Kurt Hummel, son los padres de Lizzie… — los niños miraron a la chica y esta hizo un ademán como de reverencia divertida, sus padres no pudieron evitar reír— como bien saben, cada vez que uno de nosotros logra algo importante, lo celebramos en conjunto con… -¡Con los que más amamos! —gritaron los niños al unísono. -Así es, pues en esta ocasión... —un niño de la primera fila levantó su mano— ¿si Simon?... —dijo Gabrielle mirándolo con la cabeza ladeada. -¿Yo que logre?... —pregunto aun con la mano arriba. -Pues esta vez tu no lograste nada, si no, serian  tus mamás  las que estarían aquí… ¿verdad? —el chico bajó la cabeza como decepcionado, Kurt miró de reojo a su esposo pensando que la maestra de Lizzie era un poco más ruda de lo que desearían— la del logro esta vez fue tu compañera Lizzie… Lizzie, ven aquí por favor, y trae el libro contigo… —dijo la maestra acomodando dos sillas para el matrimonio Anderson-Hummel, la pequeña abandonó su pupitre y se dirigió hasta donde la maestra le señalaba, sus padres volvieron a  mirarse entre sí— muy bien cariño… aquí… —dijo ubicándola al lado de su escritorio y de frente a sus compañeros— empieza… —terminó por decir Gabrielle parándose a su lado, Lizzie le sonrió a sus padres y levantó el libro de cuentos, tanto, que su cara quedó cubierta y solos los rizos daban fe que quien estaba tras el libro «Look out Kindergarten, here I come!» era ella. -«Dessss… des…. des-pi-erta… car… carrrr… carriño...» -«Despierta Cariño… » muy bien Lizzie… continúa… —dijo la maestra bajando a la altura de la pequeña. Kurt se tomo el pecho y Blaine pensó que podría ponerse a llorar allí mismo. -«Despierta Cariño… «diyo»… -No «diyo», dijo… —corrigió tiernamente Gabrielle. -«Dijo… la mamá de «Hendry».. —Kurt hizo un puchero mirando a  su esposo, Blaine le tomo la mano y le dio un beso en cada dedo— «es… es el prim… el prim-errrr» -«Es el primer...» -«Es el primerrrr, dia de… es… escuel-a» —termino de leer Lizzie sonriendo. -El primer día de escuela… ¡muy bien Lizzie!… ¡un aplauso!… —pidió la Señorita D’amato comenzando ella a juntar sus palmas, Blaine y Kurt hicieron lo mismo poniéndose de pie incluso. -Oh por dios… —dijo Kurt acercándose a su hija— ¿cuando paso esto?... —pregunto acariciándole la cara. -Pues la primera semana de escuela comenzamos a aprender y esta pequeñita fue la primera en lograrlo... -¿Ya sabe leer?... —pregunto Blaine tomándola en sus brazos, los niños rieron y Lizzie se tapó la cara como con vergüenza. -Parece sorprendido Señor Anderson… -No, no me tome a mal, es solo… como bien dijimos cuando la inscribimos en esta escuela, ella tuvo problemas de lenguaje, aun los tiene, y pensé que le seria mas difícil saber leer... -Aún no sabe del todo,  esta aprendiendo Señor Anderson, pero creo que el que la llevarán a tiempo con un especialista hizo toda la diferencia, es la más avanzada del grupo. -¿De verdad?... —preguntó Kurt haciendo un gesto engreído al mirar a los otros niños. -Por supuesto, creo que el que ya supiera las letras la llevo a correr con ventaja. -Las aprendió mientras nuestro otro hijo aprendía a leer… es muy lista… —dijo Blaine bien orgulloso. -Lo es… así es que padres… si me permiten… —agrego Gabrielle abriendo uno de los cajones de su escritorio— les tomare una foto para recordar este momento— dijo sacando una máquina de fotos instantánea— pónganse aquí… —pidió señalando el mural de los logros que había en una de las paredes, Blaine se movió con Lizzie en los brazos y Kurt se paró a su lado tomándolo del brazo, su esposo hizo lo propio abrazándolo por la cintura— digan «¡mi hija aprendió algo nuevo!» —pidió Gabrielle alistando la cámara. -¡Mi hija aprendió algo nuevo!... —repitieron ambos más felices que nunca.
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akastacia · 6 years
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[bunny] Día 6 - Exitoso
Día 06: Familia. @bunny-week
Palabras: 1.936
Advertencias: pinshi kyman pendejo, deja de aparecer de fondo >:cccccc
Sinopsis: Butters está a pasos de terminar la universidad y debe decidir qué hacer de ahora en adelante.
También pueden leerlo en [wattpad] [ao3] [semana completa en tumblr]
Día 6 – Exitoso
 Cuando niño, ser castigado constantemente era algo de su día a día, así que perderse una que otra fiesta o reunión también. En contraparte, sus amigos no tenían esos problemas. Stan y Kyle podían ser castigados cada tanto pero con una frecuencia normal. Cartman… ah, realmente no estaba seguro que la madre de Eric supiera el significado de la palabra castigo. Mientras que Kenny…
Kenny siempre había sido el niño con más libertades, el que sus padres no regañaban y siempre lo dejaban hacer lo que quisiera. El tipo de niño que sería considerado genial.
 Ahora siendo adulto, podía comprender mejor que el desinterés de sus padres no era exactamente genial, pero así y todo: Kenny era genial. Podría ser un pervertido, pero eso no quitaba que éste fuera la persona más centrada y genuina que conocía. Esa que siempre estuvo ahí para animarlo cuando sus padres no le permitían hacer algo o que había escuchado sus lamentos cada que estos habían estado a punto de matarlo por sus negligencias paternas. Sí, con el correr de los años, ellos se habían vuelto grandes amigos y, cada vez, más y más cercanos.
 —¿En qué tanto piensas, Butters? —la voz de Kenny lo hizo girar hacia su derecha, ambos se encontraban sentados en la banca de un parque con dos tazas de café humeante.
 —¿Eh?… pues, en lo buena persona que eres. Y en lo que haré de ahora en adelante.
 Butters allí recordó que estaban en las afueras del campus de su universidad. Dejar South Park había sido algo difícil. Los exámenes de admisión, la presión que pusieron sus padres para que fuera a esa universidad y estudiara esa carrera en específico… En realidad, la relación con sus padres había mejorado un poco durante su adolescencia. Estos seguían siendo unos mierdas, pero al menos le habían dado la oportunidad de tener un buen futuro profesional; y, por suerte, él había empezado a amar estudiar ingeniería.
Desde entonces, ya hacía 3 años que estaba lejos de esa maldita casa y sus estudios no iban tan mal. Su promedio era aceptable; o al menos lo suficientemente aceptable para mantener su residencia y no ser castigado… por teléfono.
 Ahora tenía una nueva vida allí en esa ciudad. Una más alegre y libre. ¡Hasta y había conseguido un trabajo que sería fijo luego de graduarse! Así que, ¿regresar a South Park? Jamás. No mientras sus padres estuvieran allá. Actualmente, la única molestia que seguiría aceptando en relación con ese pueblo era el tener a Kyle de compañero de cuarto. Pero no por el judío en sí, sino por el problema de considerable peso que solía orbitar alrededor de éste.
Vamos que Butters estaba acostumbrado a lo culero que podía ser Cartman. Y bien que había crecido viéndolos discutir e intentar matarse entre sí; ah, y más de una vez lo había ayudado a meterse en el cuarto del otro. Pero, de eso, a escucharlos tener sexo...
Y ese era uno de esos días, esos días en los que Eric iba de visita. Así que, por eso había terminado afuera a esas largas horas de la noche, tomando algo caliente en compañía de Kenny. Ah, sí. Lo único bueno que traían esas visitas era que el rubio también aprovechaba y venía.
 —Oh… —dijo el inmortal antes de poner sus dos brazos apoyados en el respaldo del banco—. Es una lástima que la gente que nos mira ahora mismo piense que voy a asaltarte o algo peor~
 Del grupo de ellos cinco, Kyle, Stan, Eric y él habían tenido oportunidad de seguir con sus estudios. Pero sólo el judío y él habían logrado llegar a la recta final. Stan en mitad del tercer semestre había tenido una ‘extraña revelación’ y ahora estaba en algún sitio del mundo peleando contra cazadores furtivos. Eric en cambio, simplemente había abandonado porque se aburría… Aun así, siempre tenía dinero. Mucho dinero. Y realmente no querían saber de dónde salía.
 —… esa gente es estúpida. —murmuró Stotch antes de darle un sorbo largo a su bebida.
 Por supuesto que la gente pensaría eso si veían a un ‘chico bien’, de traje y corbata, en compañía de un ‘pordiosero’, ‘delincuente’ o lo que fuera que creyeran que era Kenny. Desde niño, éste ya sabía que no tendría fácilmente las mismas oportunidades que sus amigos. Para complicar aún más las cosas, su padre había muerto cuando estaban en secundaria; desde ahí, había tenido que encargarse de ser el sustento principal de la familia. Más aún, esas miradas prejuiciosas no sabían no sólo lo mucho que Kenny trabajaba, sino de todos los sacrificios que hacía para ahorrar y darle un verdadero futuro a su hermana menor.
 —¿Sabes? Karen  me dijo que le gustaría venir a esta universidad también.
 —Oh… ¿ella ya comenzará?
 —Sí. Este es su último año de preparatoria. Y también es tu último año en la universidad~ —suspiró Kenny antes de prender un cigarro y ponerse a mirar el cielo—. El tiempo pasa volando, ¿verdad?
 —¿Y qué hará ella entonces? ¿Qué harás tú?
 Kenny se quedó pensando unos momentos. Decir que no tenía por plan más que amoldarse a la situación, sólo haría que su compañía lo regañara con que debía ser un poco más ‘ambicioso’, respecto a sus metas personales.
 —Uh~ la vida en este lugar es bastante costosa. ¿Tal vez podría vender un par de riñones? —pensó en voz alta. Oh, esa podría ser una excelente idea ahora que lo pensaba. Pronto se puso a hacer cálculo con sus dedos; si revivía al menos unas 3 veces…
 —¿No has pensado mudarte?
 —Oh… creo que necesitaría muchos riñones para… eso…
 Sus palabras se vieron cortadas cuando notó que Butters se ponía de pie frente a él. Kenny parpadeó confundido pues se había quedado ahí, inmóvil y mirándolo con mucha intensidad. Parecía estar nervioso pero no entendía por… ¡OH, POR DIOS, SE ESTABA ARRODILLANDO FRENTE A ÉL!
 —¡¡¡SÍ, QUIERO!!!
 Su novio siquiera había alcanzado a sacar el estuche del anillo del bolsillo de su chaqueta, que el grito de Kenny había despertado probablemente hasta al primigenio ancestral que vivía en los sótanos de su fraternidad. Porque sí. Claro que la estación de policía de South Park no era el único sitio que tenía uno de esos.
 Butters sólo rió bastante aliviado; como si se hubiera sacado un peso de encima. ¡Y sí que lo había hecho! Había estado todo ese mes pensando cuándo sería el mejor momento y cómo hacerlo. De hecho, tenía planeado algo más romántico para la próxima semana, pero Kenny y Eric habían venido antes de lo previsto. Así que, eso había sido simple y puramente espontáneo.
No había podido evitarlo; desde que habían empezado a salir, la vida de ambos se había vuelto más feliz. Aquellos años posteriores separados por semanas debido a la universidad fueron terribles en ese sentido. Pero lejos de desgastar su relación, sólo la había hecho más fuerte y les había dado una razón más para seguir adelante: volver a estar juntos. Y comenzar a ser lo siempre habían querido ser: una familia.
 —Uh… arruiné totalmente tu discurso. —dijo Kenny sin prestar atención a su alrededor; de repente la gente que lo había estado mirando mal, ahora estaba aplaudiendo un poco—. Deberías castigarme, ¿sabes?~
 —Tal vez lo haga~ —sonrió travieso hacia su ahora prometido, quien ya lo había cargado en nupcias. Butters era realmente pequeño, apenas y media 1,75. Así que para alguien como Kenny, de casi 2 metros, era fácil de cargar.
 Y ya estaban a punto de besarse apasionadamente cuando sintieron unos gritos familiares. Y luego, dos personas que ellos conocían muy bien comenzaron a hacer una escena más que típica entre ellos dos.
 —¡QUÉ NO! ¡VETE AL CARAJO, CULÓN!
 —¡NO, TÚ, VETE A LA MIERDA, JUDÍO IDIOTA!
 —¡ESO ES LO QUE ESTOY HACIENDO, GORDO DE MIERDA!
 Y ahí estaba Kyle, con las ropas bastante desarregladas por haberse vestido rápido, siendo perseguido por un Eric con bata y corona. Ah… esos dos amaban interpretar roles y uno de sus favoritos era cuando Kyle fingía ser su yo imaginario…
 —¿Kyle habrá dicho que no? —se preguntaba Kenny.
 —¿Eh? ¿Eric planeaba pedirle matrimonio? —cuestionó Butters—. ……… Kyle planeaba pedirle matrimonio a Eric hoy.
 —Oh………
 Luego de eso, se enteraron que el problema no había sido aquella coincidencia –Kenny y Butters podían imaginar a esos dos, gritándose furiosamente ‘¡que sí quiero, carajo!’–, sino el qué apellido llevarían. Cartman obviamente no quería el del pelirrojo porque ya luego y faltaba que lo confundieran con un ‘simpatizante de judíos’, fuera lo que fuera que significara eso. Kyle por otro lado, sólo había dicho que no quería apellidos de gordos racistas de mierda, que encima eran mitad pelirrojos.
Sí, sí, eso justamente viniendo de Kyle no tenía puto sentido. Pero claro que para lidiar con Eric había que dejar muchas veces la lógica de lado. Y el judío ya sabía muy bien qué decirle a su novio culero para que éste se pusiera en modo reina del drama.
 Pero aquellas actitudes no les sorprendieron, así que Kenny y Butters ni se preocuparon e hicieron lo más sensato: apostar. En ese momento, el inmortal apostó que Eric sería el que terminaría cediendo, mientras que su novio dijo que terminarían combinando apellidos. Al final, fueron ambas… luego de varios meses, Eric cedió. Y sólo ahí, Kyle le sugirió lo de combinar. Por supuesto que la idea les pareció excelente; el judío lo veía como la medida más parcial y justa, mientras que el gordo amaba ese tipo de mierdas románticas. Y así fue como la familia Broflovsman se había originado.
 Con respecto al matrimonio Stotch-McCormick, la decisión de ellos había sido totalmente sencilla; ni 10 minutos les había tomado. A Kenny le daba realmente lo mismo qué apellido tomar –de hecho, le parecía lógico que él tomara el apellido del otro, ya que él era ‘la novia’ a la que se le habían declarado–. Pero a Butters no: su nueva vida estaba al iniciar y ya no quería tener nada que lo atara a la antigua. “Además que Leopold McCormick no suena para nada mal, ¿verdad?~”, el inmortal aún recordaba lo agradable que había sido para sus oídos la primera vez que Butters se había referido a sí mismo de esa manera.
 Otra cosa que Kenny aún recordaba era que su suegro incluso había tratado de castigarlo por eso en el día de la boda… Ahhhh… bueno, no sólo él. Tal parecía que lo de los castigos absurdos era cosa de familia… ¿Pero Kenny podía quejarse por algo de eso, considerando que los invitados de su parte habían empezado a emborracharse y a pelearse? Ahhh… aquella boda sí que había estado salvaje. Muchos habían terminado en el hospital, otros castigados en los rincones… Él había muerto aplastado por una estatua… Pero, por suerte, Butters ni nadie más –que no fuera Cartman– lo recordaba.
 Fuera como fuera el caso, ya daba lo mismo. De eso, ya habían pasado dos años.
Ahora vivían en un departamento pequeño pero acogedor. Karen había comenzado la universidad y era de los mejores promedios. Butters ganaba muy bien y hasta lo solicitaban para dar conferencias. Y Kenny, bueno Kenny había conseguido un aceptable trabajo con buena paga.
En realidad, a él siempre le había dado un poco lo mismo lo de buscar el éxito. Pero… luego de tantos años y de innumerables contratiempos, había logrado su meta: las personas más importantes para él estaban felices y a su lado; tenía la familia que siempre había querido y soñado tener. Así que, ¿exitoso?~ ¿qué ya no lo era?~
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Estúpido Kyman que no se puede quedar quieto (?).
Me encanta la idea de que Butters tome el apellido de Kenny. Y por el lado del Kyman... me gusta pensar que los combinarían xD
El día 5 no lo he olvidado, pero no tengo tiempo para escribirlo ahora, será omegaverse btw~
Ah, y si les interesa otra week, estamos organizando la [kenman week]
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diasnubl77 · 6 years
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Hambre
Es el primero en despertarse. Esperar que la cabeza deje de dolerle lo suficiente para poder incorporarse. Desnudarse y correr hacia la báscula para que
marque el rumbo de todo su día. Menos de un gramo, doscientas abdominales y media manzana. Más de cuatro gramos aunque sea,  la manzana completa y sólo cincuenta abdominales. Quince gramos, sonríe y da pequeños saltitos emocionados. Se recuesta en el suelo, uno, dos, su columna contra el frío y duro piso debería dolerle. Debería preocuparse por lo borroso que se vuelve el techo a medida que se flexiona sobre sí mismo. Cuarenta, cuarenta y uno.Se queda unos minutos en el piso para que la garganta deje de quemarle. Entra al baño y deja que el agua caliente casi hirviendo lo recorra, esperando inútilmente que se lleve sólo un poco el frío que tiene adherido a los huesos. Sale del baño de vuelta a su habitación, parándose frente al espejo. Delinear el vértice pronunciado de sus clavículas, buscar el ángulo donde su cintura se hunda más, las caderas asomando afiladas. Escoger la ropa menos aniñada que tenga, mirar con orgullo la talla de un sólo dígito. Acomodar sus cosas en la mochila, rezar no haber olvidado ninguna tarea. Bajar las escaleras en silencio aunque sabe que sus padres todavía duermen. Poner la cafetera y buscar la manzana más pequeña del frutero. Partirla en cuatro, tomar un trozo y morder poco a poco, sin escuchar a su estómago suplicar. Media taza de café y media de leche, sólo una cucharada de azúcar, se la ganó. Beber. Volver al baño y tratar de no volverse loco por el dolor de sus encías contra las cerdas del cepillo. Salir. Cerrar la puerta ¿ Cerró la puerta? ¿Olvidó las llaves? ¿Alguien lo está siguiendo? Esa sombra es del perro del vecino¿ Irá a morderlo? Su mente está demasiado cansada para el ritmo de sus inquietudes. Camina más deprisa hasta llegar a la escuela. No habla con nadie. Buscar su salón. Sentarse. Dejar que las clases pasen como si prestara atención a ellas. Escuchar el timbre. Buscar en sus bolsillos rumbo al patio, a la zona más al fondo. Abrir el libro, encender su cigarro. Escuchar disimuladamente las quejas de Henrietta sobre su madre e ir fabricando una respuesta que daría si alguien le preguntara. Si alguno de ellos lo notara. Morderse los labios, cambiar la página.
-Oye¿Tienes otro de esos? Olvidé mi cajetilla en el salón- debe pestañear más de tres veces para asegurarse que no es producto de su imaginación, que es Pete el que le está hablando a él. Se apresura a asentir, rebuscando en sus bolsillos y extendiéndole la caja de cigarros con manos temblorosas- No es necesario que te quedes todo el tiempo en la esquina, ya sabemos que siempre estás aquí- lo mira y Tweek asiente tímidamente, incorporándose y dando los dos o tres pasos que lo separan del grupo de amigos como si estuviera cruzando una frontera ilegalmente. Detienen un momento su conversación para mirarlo. Henrietta se recorre para hacerle un espacio junto a ella y continúan su conversación. Tweek trata de disimular su sonrisa tras el libro. Por primera vez, no está tan angustiado porque se alargue un poquito más la hora de la comida u olvidar entrar a su siguiente clase.
-Si quieres estar con nosotros debes dejar de usar esa estúpida ropa de Carter´s- Michael lo evaluó de pies a cabeza.
-¿ Puedo estar con ustedes?- susurró apenas.
-Eres lo suficiente inadaptado y tienes buen gusto en libros- dijo Henrietta desinteresada-podrías ir con nosotros después de clases a mi casa, tendremos una lectura de poesía y podemos ayudarte con tu estilo-
-¿Después de clases?- se incorporó, entusiasmado-¿ Por qué no vamos de una vez?- El grupo de amigos se miró entre sí, asintiendo e incorporándose. Qué más daba unas horas antes o después.
Más seguro en sí mismo, comenzó a tomar parte de la conversación , gratamente satisfecho porque ninguno lo ignoraba ni lo miraba como si estuviera desquiciado. Cuando llegaron a la casa de Henrietta no estaban sus padres y entraron a su habitación. Se acomodaron mientras la chica buscaba en su armario . Tweek no podía cambiar su gesto alegre.
-A ver, pruébate esto, es lo más pequeño que tengo- le extendió un par de prendas. El rubio buscó la puerta, pero ella rió- oh, vamos no te cohibas por mí. He visto desnudos a estos tres imbéciles desde primaria, no me voy a asustar- se seguía sintiendo incómodo pero no iba a permitir que sus manías se interpusieran. Por primera vez desde hacía mucho se sentía aceptado. Se deshizo de su camisa sin notar los ojos chocolate de Pete pegarse a él.
Era pequeño para el promedio, quizá uno con sesenta o un poco más. Su piel tenía una palidez enfermiza, mortífera,  cubierta de venditas y moretones. Tan delgado que podía ver sus huesos marcarse al respirar. Tweek era una belleza trágica, con sus facciones andróginas y las ojeras haciendo ver más brillantes sus ojos multicolor. Más brillantes pero nunca felices porque ese chico tenía impregnado el perfume de la angustia en cada poro. Era algo que no le dejaba apartar su atención. Michael le hizo una pregunta con tono más fuerte y volteó la cara, todavía escuchando las prendas caer al piso.
-Wow, amigo- exclamó Henrietta.Tweek miraba al piso, no muy seguro. La camisa que le había dado le cubría apenas hasta unos centímetros arriba del ombligo y el short de mezclilla tampoco era muy largo rematando con las medias de red. Todo negro.Henrietta sonrió y colocó a Tweek en la silla frente a su tocador, cepillando su cabello.
-Cielos, Henrietta, no es una muñeca- Firkle rodó los ojos y la chica le dio una mala mirada.
-Ustedes nunca me dejan hacerles esto-
-Yo me estoy divirtiendo- confesó Tweek, echando su cabeza hacia atrás,sonriéndole-¿ me puedes poner algo de maquillaje?-
El camino a casa se sintió diferente, ligero. La noche ya iba cayendo.Olvidó que parte de su ritual diario también era llegar antes que sus padres. Ese día realmente quería compartirlo con ellos. Entró, todavía sonriendo. Encontró a su papá en la cocina.
-Hola,Tweek- dijo sin mirarlo, bostezando- estaba a punto de irme a dormir, tu madre dejó la cena en el refrigerador-
-Hola, papá¡Hoy me pasó algo increíble!- rodeó la mesa para alcanzar al adulto, quien caminó hacia el lado contrario, sin mirarlo de nuevo.
-Mañana, hijo. Estoy cansado-
Cerrar la puerta, dejar la mochila en el piso, junto al librero. Quitarse los zapatos. Encender la computadora, enfocar la cámara. Abrir las videollamadas. Morderse las uñas. Seleccionar su nombre, escuchar el sonido burbujeante de la espera. Distinguir su figura.
-Hola, dulzura- Craig le sonríe , genuinamente complacido.
-¿Estás ocupado?-
-Sabes que para ti jamás lo estoy- se acerca al monitor, queriendo mirar más-¿ Eso es delineador?- la sonrisa vuelve a brotar.
-¡Sí! ¿Recuerdas a los chicos góticos que te mencioné la semana pasada? Hoy me invitaron a salir con ellos y me hicieron un cambio de imagen- se alejó para que la cámara lo enfocara por completo, modelando su atuendo ante un embelesado Craig.
-Te ves maravilloso, amor- sonrió-y también te ves muy feliz ¿ la pasaste bien con ellos?-
-Mucho- notó las latas de bebidas energetizantes en el escritorio de Craig y aunque la cámara no tenía la resolución suficiente, podía distinguir una sombra bajo los ojos azules-¿ Seguro que no estás ocupado?-
- No, no. Acabo de terminar el trabajo- recargó su mentón en su mano- cuéntame más-
-Son muy divertidos. Estuvimos toda la tarde hablando de libros. Henrietta se queja mucho de su madre, pero en realidad es una mujer muy agradable. Michael no paraba de hablar de su novia, tampoco. Nadie sabe quién es, creo que es imaginaria- rió- Firkle no habla mucho, siempre parece malhumorado y luego está Pete. A él tampoco le gusta Stephen King-
-Suena a que tuviste un buen día- sonrió- Me da gusto que tengas amigos, Tweek. Los mereces- el rubio le devolvió la sonrisa.
-Te extraño mucho- suspiró.
-Yo también te extraño mucho, amor. Espero que este año pueda quedarme un par de días más para tu cumpleaños- desvío la mirada-sólo si lo quieres, claro-
-Craig- dijo aborchonado-¿ todavía estás resentido por eso?-
-No, dulzura. Fui un imbécil. Te lastimé mucho-
-Ya pasaron dos años. Ya entendí que me dolió porque mi cuerpo todavía no estaba listo- sonrió suavemente- además, la siguiente vez me lo compensaste muy bien-
-Y si tú lo quieres, te prometo que este año va a ser mejor- le guiñó un ojo. Tweek se mordió los labios, sintiendo un tirón en su entrepierna. Estar entrando a los benditos dieciséis años repleto de hormonas.
-¿Cómo?-
- Oh, bueno. Si puedo quedarme un par de días más, me encantaría llevarte a comer, quizás al parque de diversiones- reconocía esa mirada en él, pero le gustaba darle rodeos- ¿ te gustaría?-
-Sí, claro- se inclinó más frente al monitor- Pero dime ¿después de eso a dónde iremos?-
-No lo sé ¿ a cenar? No me trago ese cuento que estás tan delgado por tu complexión. Pero no te voy a incomodar con eso ahora- se aflojó la corbata.
-Déjatela, por favor. Me encanta como te ves de traje- llevó su mano a su entrepierna, bajando el cierre del short.
-Y a mí me mata cómo te ves con medias. La próxima vez tendrás que usar unas así. Déjame verte más- Tweek ajustó la cámara para que enfocara sus piernas abiertas con el short en las rodillas- mira lo duro que te pusiste-rió- tócate para mí, ángel-
Tweek pasó de los trece a los catorce angustiado por el dolor y la confusión. Investigó en libros, en internet alguna respuesta y la palabra delito era expulsada en cada lugar donde leía. Se sintió incluso peor. Pero al buscar más profundo, otra revelación acalló a las demás. Si Craig era un pedófilo como señalaban los libros, estaba en los límites de la edad para ser de su interés. Estaba esperando ese día pero no quería que llegara. Así de dividido estaba. Porque tenía miedo de estar con Craig pero le aterraba no volver a verlo. Podía contar con los dedos las veces que había pronunciado palabra en ese año, ya ni decir cuántos abrazos había recibido. La soledad y falta de cariño pesaban más que cualquier herida que le pudiera infligir. Podía ofrecerle su cuerpo si eso era lo que deseaba. Podría encontrar la manera de verse siempre más pequeño si eso era lo que buscaba en él. Sólo rogaba desesperado ver aparecer las luces de su automóvil en la esquina. Craig llegó. No lo veía a los ojos y en vez de beso hubo un abrazo fugaz. Condujo en silencio y Tweek echó a llorar angustiado, dejando salir todo el torrente de emociones encapsuladas en su pecho. Craig aparcó a un lado de la carretera, abrazándolo, suplicándole perdón por el daño, por todo. Pero Tweek negó, dejándole en claro sus temores ante el lívido rostro del pelinegro. Debió tomarse unos minutos para acomodar sus ideas. Nada más elocuente que un beso en la frente. Lo abrazó de nuevo, acarició su cabello y le juró que aquello no tenía nada que ver con su edad. Era él. Sólo era él. Tweek se conformó. Aquella vez pasaron la noche ahí, abrazados y hablando, besándose apenas. Al año siguiente fue Tweek quién, con la cara totalmente roja, le pidió que pasaran la noche juntos. Craig estaba dispuesto a remendar lo pasado y fue muy cuidadoso. Dejó el control totalmente en manos de Tweek, dejó que llegara hasta donde quisiera, guiándolo, explicándole. Incluso dejó que lo penetrara. Si así hubiera sido desde la primera vez se habría ahorrado el trauma, le dijo entre risas. Craig también era nuevo en eso, se defendió.
Tweek se aferraba a esa rutina, a esa imitación de normalidad con todas sus fuerzas. Cualquier cosa antes que estar solo, que no tener a quién llamarle a la hora que fuera sabiendo que estaría para él. Un consuelo afectuoso, un te quiero sincero valían el precio que Craig quisiera ponerles. Por eso, aunque le jurara que su edad no tenía nada que ver con el amor que le tenía, Tweek se obligaba a soportar el hambre para no crecer. Podía renunciar a su salud. Pero nunca a él.
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perlys · 7 years
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SEXO EN NUEVA-YORK
Mi hija me ha líado, ha decidido que tenemos que ver las 6 o 7 temporadas de “SEXO EN NUEVA YORK” , al principio pensé que se le pasaría, que veríamos dos capítulos y ya está, pero es que la q el problema es que yo estoy apasionada, diariamente nos vemos cuatro o cinco capítulos; espero que llegue de trabajar con ansiedad y cómo si nada le digo: vemos la serie no? Claro mami, me contesta, casi ni cenamos, nos ponemos el pijama sin parar de verla. Nunca imagine que me gustaría tanto, pero me pregunto: ¿será que necesito sexo?, yo misma me contesto:no, es que es muy diver; quizás las dos cosas.Bueno, pues el caso es que hablo con mis amigas y quedamos para una noche de chicas. Se lo cuento a mi hija, que es como mi ángel de la guarda o mi cuidadora o a veces parece mi madre, le hago caso casi siempre,pero otras voy a mi aire; esta vez le pedí consejo: ¿qué me pongo?, le abro mi armario de par en par: a ver pantalón vaquero azul, pantalón vaquero negro, gris, verde...pero mami de que vas? De verdad piensas ir vestida con algo de ésto? Ay hija, pues no entiendo por qué no!!!!!! Es imposible que algún tío se fije en tí así vestida!!! Pues la verdad que yo me veo tan mona, si si, me dice, monísima pero tienes que llamar la atención y asì vas super vulgar, empieza a rebuscar entre mi ropa y...¡ya está! me saca una mini falda , que se me ve todo y un top que no creo que me quepa. bueno pues me lo probaré. Me miro al espejo,: ¡qué horror, ni loca salgo así!!!! Por arriba se me ve el “suti” y por abajo si voy medio en pelotas!!! que ya no tengo edad de ir así vestida!!!! Pues tú verás lo que haces, ah y te tienes que poner botas de tacón alto!!! Pero que dices, si parezco un poco p..... Estás genial!!! pero te falta algo, espera que te voy a maquillar. NO NO NI HABLAR, yo que sólo me pongo colorete, a ver que me va a hacer ésta. Primero una base, maquillaje raya negra, rimel, colorete y brillo en los labios, la verdad es que no estoy mal, pero parezco otra. Ale ya estás, verás como esta noche triunfas. He quedado con mis amigas en un restaurante en la calle Ponzano, que está super de moda, pero claro para jovencitos, pero bueno como Carrie, Charlotte, Miranda y Samantha, nos sentamos en la mesa, la verdad es que nos miraban todos, pero yo creo que entre las pintas que teníamos y la edad....estábamos preparadas para una noche loca. Entre risas salimos a la calle a buscar un sitio para bailar y beber, moderadamente eh!!!!!!Todas con taconazos , super pintadas y modernisimas, pero de Zara, Massimo Duttti, H.M, ..... pero ni de Armani, Prada, Gucci, Dolce.........Esto es Madrid no Nueva-York!!!!! A la hora de la verdad es un poco corte, entramos en varias discotecas, en mi época eran “boites”, yo quería pedir el cosmpolitan que tomaba Carrie,porque me sentía identificada con ella, aunque me gusta más Charlotte, lo pruebo y casi me da algo, claro partimos de la base que no me gusta el alcohol, sólo la cerveza y en determinados momentos. Las demás bebían vodka con limón, gin tonic....¿qué hacemos chicas?, pregunté, os parece que salgamos a bailar? Al unísono me respondieron que sí, a eso habíamos ido. Bueno, el baile fue lo peor, no podíamos ni andar, pues bailar.....Se me acerca un tío horrible, vejete, con un vaso de whisky en la mano y me dice muy sonriente, con unos dientes amarillos y un terrible olor a tabaco y alcohol- guapa, quiere bailar conmigo? le dije lo primero que se me ocurrió : -perdone, pero no bailo con desconocidos y muy digna fuí a dónde estaban mis amigas, con tan mala suerte que tropecé con una pierna bailarina y me caí tirando conmigo a uno que me agarré en último momento; el espectáculo fué brutal, el de los dientes amarillos no paraba de reir, la gente me miraba asombrada, y yo tirada en el suelo encima de alguien que estaba fenomenal; intentaba levantarme pero era imposible, el tacón estaba roto y me dolìa mucho el pie derecho, me bajaba la falda como podía y me ponía el top en su sitio. Por fin, después de varias intentonas, entre mis amigas y mi salvador, el que amortiguó el golpe,que por cierto estaba buenìsimo, lograron sentarme en una silla. Así de guay acabó nuestra gran noche de Sexo en NuevaYork, que debería haber llamado “sin sexo en Madrid” La realidad es que al final me torcí el tobillo y “mi chico” me llevó a urgencias, luego a casa, pero ni siquiera me pidió el teléfono. Seguiré viendo la serie, pero nunca más volveré a pasar por otra experiencia así. Las películas son una cosa, pero la vida no es lo mismo. Lo pasamos genial sin tanta tontería y nos reìmos muchísimo . La próxima vez haremos un viaje a Biarritz, que es lo que verdaderamente estamos deseando todas. Ah!!!! y sólo chicas.
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