Vol. 29 - Flechazo  -  2009

Track 1  -  Ahora Te Llenas de Valor

Track 2  -  Cuando Eras Mía

Track 3  -  Dolores de Amor

Track 4  -  El Descansito

Track 5  -  El Galancito

Track 6  -  Flechazo

Track 7  -  Hablemos de Ella

Track 8  -  Se Formó el Cumbión

Track 9  -  Sé Que Te Vas

Track 10 -  Si Hubiera Sabido

Track 11 -  Un Final Feliz

Track 12 -  Vamos a Darnos Tiempo

Track 13 -  Volverte Amar

Vas a tener el trabajo, la pareja, los libros leídos, tus clases estudiadas, contacto con tu familia, las plantas bien verdes y crecidas, al corriente tu terapia psiquiátrica, el mandado completo, la casa limpiecita, lazos con los amigos, una sonrisa en tu cara, y qué crees? Alguien dirá que no es cierto.

Siempre habrá quien para discutir tu progreso, poner en duda tu relación, minimizar tus temas leídos y estudiados, cuestionar lo que has avanzado en terapia, quién querrá debatir tus convicciones, tu escala de valores, tu congruencia, las veces que coges con tu pareja, y los sentimientos que tienes por ella. Siempre habrá quién viva distinto y considere que tu modo distinto es un tema a debatir.

Por eso tan perdidos, por eso tardamos tanto en sentir, en tener seguridad de decir qué pensamos, qué queremos, qué buscamos, qué sabemos, qué estudiamos, cuánto cobrar por nuestro trabajo, cómo vivir, si es necesario creer en eso que nos mueve o si es una idiotez, si nuestras expectativas son infantiles, si seguimos en terapia o si en realidad no nos sirve de nada como todos nos siguen viendo y tratando con los mismos errores del año pasado (por decir lo menos), si gastamos en unos zapatos, si valen la pena o están bien feos, quién nos puede decir todo eso? A quién veo para referirme? Quién me puede decir por favor qué hacer ?

Así me sentí todo el 2019, así me había sentido toda mi vida. Mimeticé con cualquier ambiente, me hice una y otra persona, aprendí a qué decir aquí y de qué hablar allá, aprendí a hacer que me creyeran que sabía qué estaba haciendo, entonces cada sugerencia era un soplo en mi persona de papel. Cada vistazo a mi vida me ponía nerviosa, porque de verdad, no sabía qué rayos estaba haciendo. E improvisar cada día te deja por las noches exhausto, entonces a los 16 empecé a tomar como que no hubiera mañana, porque bueno, en realidad esperaba que no lo hubiera, y ese líquido me podía transformar en quién le diera la gana, por fin alguien tenía el volante y yo sólo tenía que embriagarme y en unas horas ya no tenía que estar a cargo, me hundía en la laguna en blanco y el día siguiente, aprendí inevitablemente a hacerlo una gracia, ya no había vergüenza que me ganara, no me importaba, esa era una yo, por fin podía ser yo.

Hasta ahora cruda y sobriamente es que veo todos mis huecos, todas mis inconsistencias, y a veces me asqueo, me torturo con mis propias valoraciones personales, me frustro, vivo días enfadada conmigo, pero en esa sórdida metamorfosis tuve que aprender a hablarme y escucharme. Entonces empecé a escuchar lo que desde siempre me había molestado: mi sentir. Empecé a escuchar lo que sentía desde lo más dentro, y apenas así es como dejé que se dejarán de explicar, y mejor tomarán la guardia y me llevaran hasta donde había que ir. Hasta dentro de mí. Y nada tenía congruencia, nada era normal, seguía siendo rara, seguía siendo una niña de 3 años llorando todo el día con migraña, estresada, la niña que ya había pensado en morirse sin haber vivido.

Fue un caos, fue difícil empezar el 2020 teniendo que conocer a ese ser que había intentado con tanta fuerza acabar, fue horrible tener que invitarme a pasar y tenerme que escuchar y aguantar, y alimentar, y cuidar, y ponerme crema de cuerpo y cara, y lavarme las manos todo el día, y tratar de mantenerme con salud para no enfermar con el nuevo virus, mientras que nunca me había interesado salvarme de nada, curarme de nada, cuidarme de nada. Ahora había que hacerlo también por los demás.

El 2020 fue el mejor peor año, por qué de todos los peores años de mi vida, este era el mejor de ellos. Cayó una pandemia mundial, en medio de mi pandemia existencial. Había que salvar la vida del mundo, la de Sergio y por tales, era necesario que me importara la mía.

La gente quiere historias en las que digas que te enamoraste desde la primera vez que cruzaron miradas, quiere que les digas que amas tu trabajo, que podrías hacerlo gratis, que es tu "pasión", una vocación. Quieren que cuentes que tu familia es lo máximo, que tú mamá es sagrada y tu papá un ejemplo a seguir. Quieren que digas esto, en orden de que te puedan apenas creer que tu vida es verdad porque supongo que hay vidas de mentiras (?) Cómo si no fuera cada día una verdad.

Tu historia siempre estará en el juicio, y con sus sesgo dirán que estás en pareja por su enfermedad, que tienes el empleo porque fue tu única opción, que estudias para sentirte importante, que luces a tu familia para ocultar la verdadera infelicidad. Todo esto si tu historia y razones de actuar, son simplemente distintas a los de los demás. Y si tú valor, nunca te lo has podido tú mismo otorgar, prepárate porque a nadie le vas a importar.

Qué pendejada fue dejar mi vida a merced de los conceptos ajenos, sentirme inmadura porque así me dijo él, sentirme una loca porque así escuché a mi mamá gritarme todo el tiempo, sentirme una ridícula por vestir de tal manera y hacer tales cosas, qué idiotez creer que alguien más sabe algo de esta vida, que hay otros que saben lo que están haciendo, que no solo están juzgando, que hay un tipo de razonamiento exacto detrás de sus opiniones....No. Cierto es que todos valen verga igual que uno, pero habemos personas que atraemos con nuestra tan baja estima y vulnerabilidad, a esos hocicones que les encanta opinar. Y ahí van a estar, y ahí te puedes estar toda la vida, hasta que decides voltear y ver en lo que te has convertido, hasta el momento en que decides permitirte ¡sentir!

Siempre parece en mis relatos que las personas fueran monstruos y el mundo el sitio más hostil, pero curiosamente después de vislumbrar esto, es que dejas de odiarlos, y comprendes que también ellos han pasado una tormenta y han decidido seguir ahí. Que tú eres la que quiere avanzar y avanzar en una vida sin sentido pero si llena de opiniones, te puede perder, así como lo estabas, pero que ahor te vas a aferrar, así como los demás se aferran a vivir en guerra y se metían a tu vida con la actitud que les daba la gana, tú también puedes mandar a la mierda todo lo que te dé la gana, y quedarte contigo, con tus ideas idiotas que te ponen feliz, con la pareja con la que tuviste que conocer el infierno para saber de la paz, con el empleo de gobierno, con la familia disfuncional, con los pocos amigos de verdad, con todos mis significados y grietas, con la imadurez que siempre me va a caracterizar.

La gente quiere que platiques que coges diario, que lo ves a los ojos y te derrites, que les digas que estás con la persona que más has amado, pero todo eso vale mierda, por eso luego hay gente aferrada a sus historias en lugar de sus sentimientos. Sentir para mí, es el único modo de hacer historia, y los sentimientos hacen formas inusuales, van y vienen, y yo pude amar sin la historia perfecta, así como ahora siento amarme a mí después de llevar una vida deseando morir.

La gente no entiende, pero es que... Nadie tiene que entender. Nuestra vida no tiene que crearle sentido a nadie, más que a nosotros mismos.