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#Nueva Biblioteca Clásica Gredos
diabolus-dixit · 1 year
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Volúmenes VIII y IX de los Diálogos de Platón. 
Volumen 6 de Neon Genesis Evangelion Edición Coleccionista.
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Por fin, 9 de 9. El primer volumen de los Diálogos ha salido en el 2019. 4 años para publicar las obras completas de Platón.
Sin embargo, Gredos no deja de cargarla. Siguen saliendo volúmenes con tonos de azul diferentes. Y el volumen VIII usa un papel malo, similar al papel de los periódicos, sólo que un poco más grueso.
Este año, espero hacer una relectura de Platón, tras terminar de leer cosas que tengo pendientes. 
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Neon Genesis Evangelion Edición Coleccionista: Volumen 6 de 7. Papel buenísimo, calidad de impresión impecable. Tiene 4 ilustraciones a color de Y. Sadamoto, 2 de ellas a doble página. 
Otras ediciones (la japonesa, la alemana, la italiana) han regalado cosillas junto con los volúmenes que publican, como tarjetas, postales y hasta un estuche. Espero que Norma Editorial incluya alguna cosa para el volumen 7 cuando salga.
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enelecolombia · 1 year
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jgmail · 5 years
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INTRODUCCIÓN A JULIANO AUGUSTO [EMPERADOR Y TEÓLOGO]
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[Nota de blog ANTAGONISTAS] Iniciamos desde ANTAGONISTAS una nueva sección de profundización cultural y doctrinal titulada VISIONES Y REVISIONES con la que queremos aportar concretos elementos de esclaracimiento de nuestra VISIÓN DEL MUNDO en el marco de una comunidad política que sirva tanto para la formación como para el combate.
Y qué mejor texto para desbrozar el camino que esta semblanza de aquel gran emperador, filósofo y profeta que fue Juliano Augusto, mal llamado el “Apóstata”, traducido y editado por la Comunidad política de Resistencia.
Buena lectura.
[Nota de web RESISTENCIA]El presente documento es la introducción del profesor Claudio Mutti al libro de Edizioni Mediterranee Flavio Claudio Juliano. UOMINI E DEI. Introduzione, traduzione dal greco e note di Claudio Mutti,donde se recopilan y comentan escritos, himnos, cartas, etc. nacidos de la imaginación creadora del gran Emperador romano en su frustrada tentativa por restaurar, desde el helenismo militante y neoplatónico, la Antigua Religión en un mundo condenado ya a someterse a la perversión seudoreligiosa de los –como él los denominaba- “galileos”. A pesar de su breve etapa de gobierno –dos años escasos- y de su juventud (murió en combate en el año 363, a los 32 años de edad) su obra causó asombro y estupor en sus contemporáneos y su influencia no ha dejado de sentirse en el transcurso de los siglos alimentando leyendas y fabulaciones de todo tipo. Flavio Claudio Juliano nació en Constantinopla en 331 de la rama legítima de los segundos Flavios, sobrino del emperador Constantino el Grande, que al fin y al cabo fue el único y verdadero “apóstata” de toda esta historia. Crecido lejos de la corte, sobrevivió a las matanzas familiares instigadas por el emperador Constancio II, su primo, hijo ilegítimo de Constantino, que temía perder el trono a manos de la línea legal de la familia. Sometido desde su más tierna infancia a la doble presión de incurrir en la ira imperial y aparentar un fervoroso cristianismo, Juliano se las ingenió para dotarse de una sólida formación clásica junto a maestros de reconocido prestigio dentro del helenismo. Asociado al imperio por su primo y enviado acto seguido a luchar contra los bárbaros en las Galias, demostró un brillante genio militar y amplias dotes de mando, siendo proclamado César por las legiones. Muerto Constancio, Juliano inició desde el trono imperial una vibrante y fugaz obra de restauración de la antigua religión que su temprana muerte desbarató para siempre. Las obras (discursos, himnos, cartas, leyes, etc.) de Juliano que han sobrevivido a la persecución y al expolio de losgalileos están vertidas íntegramente al castellano en la colección Biblioteca Clásica Gredos, volúmenes 17, 45 y 47. Sobre su vida y obra existen versiones noveladas de sobra conocidas (la más famosa la del escritor norteamericano Gore Vidal). Como curiosidad, apuntemos que existe asimismo una biografía sobre Juliano de un autor español heterodoxo y combativo: Santiago Montero Díaz, Biografía de Juliano el Apóstata, Madrid, Ibereuropea de Ediciones, 1969.
RST
Unus Deus, Unus Julianus
por Claudio Mutti
“Resulta difícil decir hasta que punto fue para él natural elevarse y vivir en las regiones divinas: ¿acaso no nos habías hecho notar, Basilio, como solamente con esfuerzo ellas descienden, mientras que para los hombres comunes e incluso para los filósofos más destacados el esfuerzo consiste en separarse de lo bajo para poder elevarse? Los bellos sentimientos de amor y de amistad que hemos conocido en él, provienen en verdad de una de las ascensiones de su alma; y han sido llevadas sobre su carro en uno de sus viajes a través de las esferas celestes y las infinitudes supremas. Si algún pensamiento tuvo alas, fue ciertamente el suyo.”
Alfred de Vigny, Dafne
Apremiado a esbozar un “retrato” del Emperador Juliano, el teólogo Sergio Quinzio echó mano de una inusual y provocadora analogía: comparó, de hecho, al “Apóstata” con Juan Pablo II, especificando en el actuar de ambos el intento desesperado de mantener con vida una religión condenada a desaparecer. “Si Juliano me hubiese preguntado acerca de la posibilidad de la restauración de la civilización pagana, -escribía el teólogo- hubiera dado la misma respuesta negativa que daría hoy si el Papa me interpelase sobre la posibilidad de la restauración de la civilización cristiana”.(1) Más aún: “precisamente, el impulso restaurador emprendido por el joven emperador contribuyó entonces a derrumbar definitivamente el paganismo. Y el hecho me parece que se repite puntualmente, por aquello de que en la historia se vuelve a repetir regularmente”.(2)
Un paralelismo igualmente original ha sido avanzado por Jacques Fontaine, profesor de lengua y literatura latina tardía de La Sorbona, durante una conversación con un periodista que le pedía una comparación entre Juliano y otros protagonistas de la historia “con proyectos bastante similares” (sic!) como Hitler o Stalin. “Yo –contestó Fontaine- lo colocaría junto, si así me lo pide, a Jomeini. Por el fanatismo, por el sentirse imbuido de una misión divina, por el hecho de considerarse un dios. Y luego por la cultura. Por la violencia, el sectarismo. De Juliano poseemos descripciones físicas muy precisas. Una, de Ammiano de Antioquia (barba puntiaguda, ojos magnéticos, hierática la figura) lo hace verdaderamente muy semejante, incluso en los rasgos, al ayatolá iraní”.(3)
Así, la galería de personajes históricos a los que Juliano ha sido comparado se enriquece. Ignoramos qué hubiera pensado Stalin de esto. Por su parte, Hitler probablemente hubiera agradecido emparejamiento, ya que no pocas veces manifestó su admiración personal por el gran “Apóstata”.(4)
En cuanto a Jomeini, dejando a un lado la improcedente frivolidad del “considerarse un dios”(¡!), un discurso un poco menos convencional hubiera sabido tomar en cuenta el común carácter teocrático tanto del proyecto del Augusto como el del Imam, por el cual una reseña a la función restauradora del monoteísmo islámico habría podido renovar, si fuera necesario hacerlo ya, el intento julianeo de instaurar lo que alguno ha denominado “monoteísmo de Estado”.(5) Ni semejante argumentación hubiera sido científicamente abusiva, ya que el parentesco ideal entre la teología solar antigua y el Islam ha sido autorizadamente señalado por un estudioso del calibre de Franz Altheim, para el cual “los Neoplatónicos la vanguardia de Muhammad y de su odio apasionado contra toda fe que asocie a Dios un ‘compañero’”,(6) mientras un célebre estudio de Henry Corbin sobre la doctrina de la unidad divina en el Islam chiíta se abre con una evocación de la literatura surgida en los años veinte del novecientos alrededor del “drama religioso del Emperador Juliano”.(7)
Y sin embargo, ha sido precisamente el propio Jacques Fontaine el que ha sugerido, en correspondencia con la religión que Juliano ofició como pontifex maximus,(8) el concepto de “monoteísmo solar”, al cual han hecho referencia frecuentemente todos aquellos que han investigado las manifestaciones religiosas de la época imperial.
De hecho, según el estudioso francés la forma que la tradición greco-romana asumió en la época de Juliano es “una síntesis de todas las religiones y de todas las teologías paganas, bajo el signo del monoteísmo solar”(9); o, si se prefiere el sinónimo utilizado por otros estudiosos, de un “henoteísmo solar”(10) definible con los siguientes términos: “Juliano quiere demostrar a todos que el dios Helios es el único, verdadero dios y que las numerosas divinidades romanas no son más que hipóstasis, es decir, aspectos particulares, manifestaciones concretas y fragmentarias de la única, suprema divinidad solar”.(11)
Monoteísta o henoteísta, la doctrina defendida por Juliano queda resumida en varias inscripciones coetáneas que proclaman la unicidad de Dios, así como la unidad y unicidad del poder imperial(12); epígrafes que según Spengler solo pueden traducirse así: “Hay un solo Dios y Juliano es su Profeta”.(13) La reiteración en este punto, que “tiene una importancia central en la concepción política de Juliano”,(14)ha llevado a Athanassiadi-Fowden a hablar incluso de “una obsesión por la unidad”(15) y realzar el hecho de que “Juliano no hubiera siquiera concebido la posibilidad de compartir el poder con un asociado, y ser por contra considerado como el único vicario de Dios en la tierra”. Tal concepción política encuentra su fórmula más arcaica en Homero, que pone en la boca de Odiseo: “No es bueno una multitud de jefes, que sólo haya un jefe”(16); Séneca expone el mismo principio para el Imperio Romano, diciendo que “ha sido la naturaleza la que ha creado al Rey”(17); y Filón de Alejandría añade un corolario que establece un parangón entre politeísmo y democracia: “Dios es uno sólo, y esto es un argumento contra los defensores de la opinión politeísta, que no se avergüenzan en llevar desde la tierra hasta el cielo la democracia que es la peor entre las malas instituciones”.(18)
En cuanto al “monoteísmo solar”, Juliano no inventó nada, sino que se limitó a perfeccionar un proceso de esclarecimiento teológico que estaba en marcha hacía tiempo ya y que Franz Altheim resume en los términos siguientes: “La historia del antiguo dios del sol, considerada a grandes rasgos, es la de un gradual refinamiento. El culto, de origen beduino, se establece en una ciudad de Siria. Por su peculiaridad y por su carácter absoluto desata los comentarios del mundo occidental, provocando el rechazo más enconado. Pero su expresión literaria, la filosofía neoplatónica y, no en último lugar, la capacidad asimiladora de la religión romana y de la concepción romana del estado, consiguieron el milagro: de la divinidad de Heliogábalo (218-222 d.C.) infectada por las orgías y por la superstición oriental, nació el más puro de los dioses, destinado a unificar de una vez por todas la religiosidad antigua”.(19) En 274 d. C., bajo Aureliano, el monoteísmo solar se convirtió en la religión oficial del Imperio Romano y el Sol Invictus fue reconocido como la divinidad suprema: en Roma se levantó un espléndido templo dedicado al Sol, en honor al cual se instituyeron fiestas periódicas, mientras que se constituyó un colegio de pontífices del dios Sol, acuñándose numerosas monedas con inscripciones y símbolos solares. De tal modo el “monoteísmo, al cual el sincretismo severiano había orientado el paganismo romano, halló en el culto solar patrocinado por Aureliano su versión más atrevida y eficaz”,(20) tan es así que en el muro de la intransigencia cristiana no dejaron de constatarse algunas grietas.(21) En la época de Constantino adquirieron considerable importancia “las imágenes monoteístizantes de la religión de Helios: Apolo solar y el Sol Invictus sobresalían en los relieves del arco del triunfo y en las monedas de la época”.(22) Mientras que las figuras de los dioses desaparecían poco a poco de las monedas de Constantino, el dios solar se imponía cada vez más: “Sol Invictus (…) se mantiene también largo tiempo en el territorio dominado por Constantino y en todas sus fábricas de moneda (…) parece que el emperador en persona tuvo una profunda devoción por el dios Sol”.(23)Entre la burocracia y el ejército, la religión solar disfrutaba de máxima circulación: “el Sol Invictus y la Victoria eran los dioses militares del ejército de Constantino; de igual prerrogativa gozada la divinidad solar en las legiones de Licinio”.(24)
Considerada en su contexto histórico, la formulación julianea de la teología solar se sitúa en una fase de madurez del neoplatonismo, en la que los fundamentos doctrinales de este movimiento espiritual se encuentran ya establecidos y consolidados definitivamente. Si el fundador de esta escuela, Plotino (204-270), había reconocido en el Uno el principio del ser y el centro de la posibilidad universal, su sucesor Porfirio de Tiro (233-305) había hecho del neoplatonismo una especie de “religión del Libro”(25); autor de un ensayo Sobre el Sol,(26) Porfirio había consagrado al estudio de la teología solar un tratado del que se conservan reveladores fragmentos en las Saturnales de Macrobio.(27) “En su argumentación Porfirio no hace más que aplicar la metafísica platónica –que remite al Uno cualquier aspecto parcial del Cosmos- a las más importantes divinidades del panteón clásico, mostrando como éstas no son otra cosa que atribuciones particulares del Único, que desde la perspectiva teológica es caracterizado como Sol, en cuanto es la esencia espiritual sobre el plano cósmico se “sustenta” en el astro diurno (…) en cuanto Apolo es magnificencia, salud y luminosidad (…) en cuanto Mercurio luego, “preside el lenguaje” (Saturn.,I, XVIII, 70), de este modo toda actividad es reconducida hacia una presencia divina-“solar”.(28) Pero fue el heredero de Porfirio, el “divino Jámblico” (250-330), el que mediante su doctrina “convirtió (…) al último emperador pagano a su helioatría trascendente”.(29)Después de Juliano, es posible proseguir la tradición “solar” hasta Proclo (410-485), autor entre otros de un Himno a Helios,(30) así como a su contemporáneo Marciano Capella, que con el himno-plegaria de Filología al Sol (De nuptiis, II, 185-193) nos ha dejado un “notable documento de la “teología solar” del tardo neoplatonismo”,(31) siendo así “el último testimonio del sincretismo solar en Occidente”(32); de hecho hacia el 531, con la huída a Persia del Escolarca Damascio (470-544) y de otros neoplatónicos, la tradición “solar” abandonará el mundo cristiano y continuará su existencia propia en los mismos lugares desde donde se irradió, difundiéndose por toda Europa, el culto de Mitra.
NOTAS
(1) S. Quinzio, Como el “Apóstata” también Wojtylla combate contra el tiempo en nombre de la antigua religión, en Il Manifesto, 13 agosto 1992, p. 13.
(2) Ibidem.
(3) Imperatore e khomeinista, entrevista con Jacques Fontaine por Sandro Ottolenghi, en Panorama, 7 de junio 1987, p. 143
(4) A. Hitler, Idee sul destino del mondo, Edizioni di Ar, Padova 1980, I, pp. 68, 78, 223
(5) G. Ricciotti, L’imperatore Giuliano l’Apostata, Mondadori, Milano 1962, p. 275.
(6) Franz Altheim, Dall’antichità al Medioevo. Il volto della sera e del mattino, Sansoni, Firenze 1961, p. 15. Véase sobre todo, de F. Altheim, Il dio invitto. Cristianesimo e culti solari, Feltrinelli, Milano 1960, donde la relación entre teología solar e Islam es situada en el trasfondo del progresivo avance del monoteísmo solar en la antigüedad tardía. “Recientemente ha sido subrayada la íntima afinidad entre del monofisismo con el Islam. Se ha definido a Eutiquio, uno de los padres de la doctrina monofisista, como uno de los precursores de Muhammad. La predicación de Muhammad está inspirada efectivamente en la idea de unidad, de la idea de que Dios no podía tener ningún ‘compañero’ colocándose de esta forma en la misma línea de sus predecesores y afines neoplatónicos y monofisistas. Sólo que la pasión religiosa del Profeta supo dar un relieve mucho más vigoroso a lo que otros antes de él había sentido y anhelado” (F. Altheim, Il dio invito, cit., p. 121).
(7) H. Corbin, Il paradosso del monoteismo, Marietti, Casale Monferrato 1986, p. 3.
(8) J. Fontaine, Introduzione a: Giuliano Imperatore, Alla Madre degli dèi e altri discorsi, Fondazione Lorenzo Valla, Mondadori, Milano 1990, p. lv.
(9) J. Fontaine, ibidem.
(10) NdT.- Henoteísmo: Forma de las religiones en que hay una divinidad suprema a la vez que otras inferiores a ellas. (RDAE, 2001)
(11) S. Arcella, I Misteri del Sole. Il culto di Mitra nell’Italia antica, Controcorrente, Napoli 2002, p. 183.
(12) “Uno es Dios, uno es Juliano basileus”, “Uno es Dios, uno es Juliano Augusto”, cfr. E. Peterson, HEIS THEOS. Epigraphische, formgeschichtliche und religionsgeschichtliche Untersuchungen, Vandenhoeck und Ruprecht, Göttingen 1926, pp. 270-273.
(13) Oswald Spengler, Il tramonto dell’Occidente, Longanesi, Milano 1957, p. 970
(14) Augusto Guida, Un anonimo panegirico per l’Imperatore Giuliano, Leo S. Olschki Editore, Firenze 1990, p. 127.
(15) Polymnia Athanassiadi-Fowden, L’Imperatore Giuliano, Rizzoli, Milano 1984, p. 205.
(16) Homero, Iliada, II, 204
(17) Séneca, De clementia, 1, 19, 2.
(18) Filón, Creación del mundo, 171 (Filón de Alejandría, La creación del mundo. Las alegorías de las leyes, Rusconi, Milano 1978, p. 146).
(19) Franz Altheim, Il dio invitto, cit., pp. 11-12.
(20) Marta Sordi, Il cristianesimo e Roma, Cappelli, Bologna 1965, p. 328.
(21) En el 307, en Alejandría, un cristiano comparece ante el funcionario imperial. Rechaza sacrificar porque, dice, según las Sagradas Escrituras quien sacrifique a los dioses será exterminado, excepto que se trate del Dios Sol. Y el representante del emperador le responde ‘Sacrifica pues al Dios Sol’” (Louis Homo, Les empereurs romains et le christianisme, Les Belles Lettres, Paris 1931, p. 112).
(22) Lucio De Giovanni, Constantino e il mondo pagano, Associazione di Studi Tardoantichi, Napoli 1972, p. 19.
(23) Andreas Alföldi, Constantino tra paganesimo e cristianesimo, Laterza, Bari 1976, p. 49.
(24) L. De Giovanni, op. cit., p. 121.
(25) Nuccio D’Anna, Il neoplatonismo. Significato e dottrine di un movimento spirituale, Il Cerchio, Rimini 1988, p. 22.
(26) El escrito, perdido, es citado por Servio (Comentario a las Églogas, V, 66) y quizás pueda identificarse con el tratado Sobre los nombres divinos; o, tal vez, formara parte de la Filosofía de los oráculos. Cfr. G. Heuten, Le “Soleil” de Porphyre, in Mélanges F. Cumont, I, Bruxelles 1936, p. 253 ss.
(27) Macrobio, Saturnalia, I, 17-23 (I Saturnali, a cura di Nino Marinane, UTET, Torino 1977, pp. 243-304).
(28) N. D’Anna, op. cit., pp. 49-50.
(29) Franz Cumont, La Théologie solaire du paganisme romain, in Mémoires présentés par divers savants à l’Académie des Inscriptions et Belles-Lettres, XII, 2, 1913, p. 477.
(30) Proclo, Inni, edición a cargo de Davide Giordano, Fussi-Sansoni, Firenze 1957, pp. 21-29.
(31) Martiani Capellae De nuptiis Philologiae et Mercurii liber secundus, Introducción, traducción y notas por Luciano Lenaz, Liviana, Padova 1975, p. 46.
(32) Robert Turcan, Martianus Capella et Jamblique, «Revue des Études Latins », 36, 1958, p. 249.
Traducción: Comunidad Política de Resistencia
Extraído de: ANTAGONISTAS
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diabolus-dixit · 2 years
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Esto sí que ha tardado en llegar, desde el 16 de junio, hasta esta mañana: casi 50 días. Pro tip: si pagas el envío barato de Agapea, mandan tus cosas desde España a Holanda primero antes de enviarlas a México.  ¯\_(ツ)_/¯
De Platón: Volumen VI y VII de los Diálogos. Sólo falta de publicar el diálogo de Las Leyes. En la vieja edición, eran 9 volúmenes las Obras Completas, con Las Leyes dividido en 2. Espero que lo hagan igual en 2 volúmenes, porque:
De Aristóteles: La Política y también la Retórica, que es bastante extensa y la han puesto en 1 solo volumen gordo, con letra pequeñita y, el colmo, en papel de peor calidad que el resto de la colección. Putos tacaños.
Y tomos 1 y 2 de Evangelion, la nueva Edición Coleccionista. Hace años que he querido leer esto, pero en todas partes siempre ha estado incompleta: unas veces hay disponibles algunos tomos, pero faltan todos los demás.
¿Qué pensaría Platón de las waifus? ¿Sirven la dialéctica platónica o la lógica aristotélica para determinar, de una vez para siempre, quién es best girl, Asuka o Rei? ¿A las categorías aristotélicas de sustancia, cantidad, cualidad, relación, acción, pasión, lugar, tiempo, posición y estado, hay que agregar las de tsundere y kuudere? ¿Sirve la cosmología de El Timeo platónico para explicar el 3er. Impacto?
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diabolus-dixit · 1 year
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Primeras adquisiciones del año. 
Las Metamorfosis, de Ovidio (y Amores, Ars Amatoria, etc.) 
Volúmenes 2 y 3 de las Metamorfosis son de un azul diferente. Toda la Nueva Biblioteca Clásica de Gredos presenta esa inconsistencia de color de portadas. Ahí mal, Gredos. ¿Qué nadie en la imprenta revisa esas cosas?
Y el volumen 5 de Evangelion Edición Coleccionista. 6 páginas con ilustraciones a color, por Y. Sadamoto. La impresión y el papel son de altísima calidad. 
Es una pena que la imagen esté partida en dos páginas. No me atreví a abrir más el tomo. Se siente ya ahí demasiado rígido. Nunca había comprado mangas de Norma Editorial, por lo que no sé que tan durables sean sus publicaciones. De momento, todos los volúmenes se sienten difíciles de abrir, y da la sensación que si abres más, se soltarán las páginas. Deberían poner esas imágenes a una sola pieza, doblada, como algunos libros que traen mapas plegables... pero entonces los que hacen los Artbooks de Evangelion se quejarían porque les reducen la venta. XD
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diabolus-dixit · 3 years
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Por fin, volumen V de los Diálogos de Platón. El IV salió en septiembre del año pasado. Más de 1 año les tomó a esos perezosos de Gredos sacarlo.
No entiendo las decisiones de Gredos. El No. 1 de la Nueva Biblioteca Clásica Gredos es, como era de esperarse, la llíada de Homero. Pero números 2 y 3 son volumen I de los Diálogos de Platón y Ética a Nicómaco de Aristóteles.
Números 2 y 3, en buena ley, debían haber sido Odisea y Batracomiomaquia/ Himnos Homéricos. Número 4 Obras y Fragmentos de Hesíodo, y así, por cronología y por jerarquía literaria/filosófica.
El 33 es Tragedias de Sófocles, antes de las Tragedias de Esquilo, que no ha salido. ¿En que mundo puede ir Sófocles antes de Esquilo? Ni por cronología ni por importancia puede ser. El 5 es las Meditaciones de Marco Aurelio. ¿Cómo va a salir primero algo de un estoico romano antes que haber acabado con Platón o Aristóteles?
A este ritmo pasarán años antes que terminen con Platón, y ni hablar de las Enéadas de Plotino, o las Vidas Paralelas de Plutarco.
Fin del ranteo, creo.
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diabolus-dixit · 4 years
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No es que quiera hablar con el gerente o algo así, pero ¿por qué diablo los Gredos son de colores diferentes?: Diálogos III y Odisea son del mismo color, pero Diálogos II y IV son cada uno de un color diferente. 
Los compré en Agapea de España. Se supone que Océano México iba a distribuir la Nueva Biblioteca Clásica Gredos, pero aunque los volúmenes II, III de los Diálogos Platónicos llevan meses de haber sido publicados, jamás aparecieron en las librerías de México. Me cansé de esperar. Puede verse en la segunda foto que los libros pasaron por Aduanas de México, pues parece que usan machetes para abrir los paquetes. Al menos no cortaron un Gredos.
Tuve que comprar también, otra vez, las Lecturas del Crátilo de Platón, de Proclo, porque el primero que compré venía con 4 páginas en blanco. 
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diabolus-dixit · 4 years
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Propósitos de Año Nuevo, chicos:
No sé cómo no se me había ocurrido hacer esto antes: que mis propósitos de Año Nuevo sean 12 libros. (No que vaya a leerlos mientras suenan las 12 campanadas, como reemplazo de las uvas, sino leerlos a lo largo del año).
He pasado las últimas semanas consiguiendo libros que quiero leer el año nuevo que se acerca. Aún no decido completamente el orden en que los leeré.
Pero, tentativamente, sería así:
1.- Terminar los 2 volúmenes gordos color naranja de Orfeo y la Tradición Órfica. (Voy a mitad del primer volumen).
2.- Las Argonáuticas de Apolonio de Rodas. (No sé cómo se me ha escapado este clásico por tantos años).
3.- La Rama Dorada de Frazer. (Este lo leí hace años, pero creo que esta edición es diferente. Incluye, al parecer asuntos previamente censurados).
4.- Los Diálogos de Platón, en la edición de Gredos, que los va sacando en la “Nueva Biblioteca Clásica Gredos”, poco a poco. Van en el segundo volumen. Sólo tengo el primero. He leído las traducciones de Azcárate muchas veces, pero tengo entendido que Azcárate no tradujo todo del griego, sino algunas cosas de traducciones francesas. Cotejando el Eutifrón de Azcárate con el de Grube y el de García Gual, he comprobado que Azcárate difiere, y Grube y García Gual coinciden. De ahí la idea de releer, usando la traducción de García Gual.
5.- Llegado al Crátilo, las Lecturas del Crátilo de Proclo, neoplatónico, como complemento.
6.- Cuenta la leyenda que la señora Edna Leigh descubrió, tras haber leído los Fenómenos, de Arato, que en la Ilíada había coincidencias astronómicas. Su hija, Florence y el esposo de ésta, Kenneth Wood, completaron la investigación y publicaron un libro titulado La Ilíada Secreta de Homero, que está descatalogado. Así que me conseguí los Fenómenos, de Arato, y la edición Gredos de la Ilíada, para ver qué hay de ello.
7.- La Ilíada de Homero, edición de Gredos. (La he leído muchas veces en la traducción de Segalá. Pero me jode que Segalá usa los nombre romanos).
8, 9, 10, 11, y 12. Del Cristianismo al Paganismo, de Burckhardt; El Camino a Eleusis, de Wasson, Gordon y Ruck; La Adivinación en la Antigüedad, de Bloch; Isis y Osiris, de Plutarco; y El Corpus Hermeticum, que también me había eludido por años.
Será un año dedicado a la antigüedad clásica y helenística. Espero conseguir más cosas de los neoplatónicos: Plotino, Proclo, Damascio. 
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