Tumgik
#Ancha (Redux)
lifeinpoetry · 5 months
Text
is mine an evil heart?
— Joey de Jesus, from "Ancha (Redux)," published in Roadmap
1K notes · View notes
Text
Capítulo 6
Tal y como se esperaba, Zarpa de fuego no pudo responder la pregunta de su amigo hasta que amaneció.
El resto de la noche lo había pasado explorando el territorio alrededor del campamento con Estrella azul como guía. Zarpa de fuego se sentía agobiado, demasiada información para un periodo de tiempo tan corto – historias y anécdotas de cada árbol, matorral y roca eran contadas como si de secretos inconfesables se trataran. Zarpa de fuego se sentía confuso, tenía que memorizarlo todo; Estrella azul paraba su visita guiada de cuando en cuando para preguntarle sobre algo que había visto a lo largo del territorio. Una respuesta tardía o incorrecta era recibida con irritación.
“No tienes tiempo de aprender esto con lentitud,” le riñó la gata cuando Zarpa de fuego falló en el reconocimiento de unas particulares marcas sobre una gran roca. “Hasta nuestras crías responden más rápido que tú, y nunca han salido del campamento. Cuanto antes entiendas y reconozcas todo, antes serás aceptado por tus compañeros.”
“Entienden que acabo de llegar, ¿no?” le respondió con cansancio. “Y que aprender lleva tiempo-“
“Les da igual,” le respondió Estrella azul con tono agresivo. Y ahí quedó el intento de descanso de Zarpa de fuego.
Algunas cosas eran más fáciles de recordar que otras. Las fronteras eran cuidadosamente marcadas con olor al final del lindero del bosque. Más allá, las marcas de otros felinos daban una advertencia bastante clara. Al menos Zarpa de fuego no tendría que preocuparse sobre cruzar accidentalmente al territorio enemigo.
“Esta zona pertenece al Clan del río, por ahora,” dijo Estrella azul parándose frente a un trecho de terreno con rocas anchas y planas dispersas sobre él. “Cambiará de propietarios en poco tiempo, pero, por ahora, mantente alejado de ella.”
Zarpa de fuego entendió que era mejor no hablar sobre el tema. En vez de eso, preguntó, “¿Cuántos clanes hay?”
“Cuatro,” respondió Estrella azul. “El Clan del río se encuentra justo enfrente. El Clan de la sombra se encuentra cruzando la carretera, al este. El Clan del viento se encuentra más allá de Cuatro Árboles, en las praderas.”
“¿Son nuestros amigos?”
“A veces.”
“Me parece raro que dividáis el territorio así, eso es todo.” Zarpa de fuego sintió algo de miedo, pero se atrevió a preguntar, “¿No os beneficiaría trabajar juntos?”
Estrella azul lo miró con una mirada maternal, casi desdeñosa, como si se tratara de una cría extremadamente tonta preguntando algo increíblemente ridículo.
Zarpa de fuego reprimió el instinto de erizar el pelaje. “Sólo pregunto el porqué. Tiene sentido, ¿no?”
Estrella azul emitió un pequeño sonido, algo parecido a risa y empezó a andar de nuevo. “Se ha discutido con anterioridad, pero nunca se ha implementado. Los clanes son demasiado diferentes los unos de los otros como para permitir una transición pacífica y la mayoría de guerreros de un clan prefieren mantenerse lo más alejados que puedan de los otros. Este territorio es enorme y muy variado, los gatos se dividirían de forma natural antes o después para acomodar su forma de vida.”
“Quiero decir, son cuatro clanes con la misma estructura,” masculló Zarpa de fuego. “Sólo pensé que…”
“Te costará algo de tiempo entender eso,” le respondió Estrella azul, su tono maternal aún presente. “Pero lo entenderás. Cuanto menos tengas unos clanes que ver con los otros, mejor.”
Zarpa de fuego llegó muerto de cansancio al campamento. El cielo se había teñido de un suave amarillo por el norte para entonces. Un par de gatos le ojearon con curiosidad, otros le saludaron con la cola y siguieron su camino, la tensión presente a la hora de su nombramiento había desaparecido casi por completo. Zarpa de fuego tuvo que usar energía de donde no la había para no parecer maleducado y devolver los saludos que recibía.
Estrella azul le guio hasta un matorral ancho en el que Zarpa de fuego entró antes si quiera de que su mentora pudiera explicarle de que se trataba. Su interior estaba medio hueco. En su base, varias ramas parecían haberse arrancado de la planta. En una esquina se encontraban un par de gatos algo mayores que Zarpa de fuego – una hembra color crema pálida y un macho marrón. Ambos estaban sentados muy juntos y se susurraban el uno al otro.
“Oh, ahí está,” susurró el macho. Levantó su cabeza para poder mirar a Zarpa de fuego por debajo de su nariz. “¿Te gusta nuestro territorio, gato casero?”
Zarpa de fuego estaba casi demasiado cansado como para responderles, pero consiguió incorporarse todo lo que pudo y habló con voz clara y tranquila. “Está bien.”
Los dos aprendices compartieron una mirada de desdén.
“Más te vale no haber dejado tu olor por nuestro territorio,” dijo la hembra. “No queremos que tus amigos piensen que pueden venir a robarnos las presas cuando quieran.”
“Ni que pudieran cazar algo,” añadió el macho. Aunque su tono era grandilocuente, su cola estaba rígida y sus ojos entornados. “No después de que les cambien, desde luego.”
“¿Te han cambiado a ti ya?” le preguntó la hembra.
Zarpa de fuego parpadeó, confuso. “¿Cambiarme cómo?”
“Ya sabes, lo que vuestros humanos hacen.” El macho mostró sus afilados colmillos. “Cortarte, quitarte tu fuerza vital. Te hacen estúpido y vago. Entonces ya no puedes tener crías y te conviertes en un inútil.”
“No puede tener crías de todas formas, Zarpa polvorienta.” Zarpa gris apareció de entre las hojas del matorral con un animal con la cola muy peluda que colgaba de sus fauces. “Es un macho.”
Zarpa polvorienta sacudió la cola con enfado, pero Zarpa gris hizo caso omiso.
“¿Te lo has pasado bien?” le preguntó el gato grisáceo a Zarpa de fuego soltando la presa a sus zarpas.
“Por ahora, me gusta esta vida,” le respondió Zarpa de fuego, animado al ver a su amigo. “Sólo me quejó de lo muchísimo que hay que aprender.”
Zarpa gris chocó el hombro del gato anaranjado con su cabeza haciendo que Zarpa de fuego casi perdiera el equilibrio. “Bueno, Pelaje de león dice que mañana vendrás a entrenar conmigo y con Zarpa de cuervo. Hasta entonces, ¿tienes hambre?”
Zarpa de fuego miró con aprensión al animal. “¿Vamos a comernos eso?”
La hembra color crema se mofó por lo bajo.
“Si quieres compartir, claro.” Zarpa gis se recostó a su lado. “Las ardillas están hechas para compartirlas, o eso dicen. Vamos, pruébala.”
Tras el primer mordisco, Zarpa de fuego decidió que agradecería cada día el resto de su vida a Zarpa gris el habérselo hecho probar y que le llevaría una ardilla a Tiznado en cuanto pudiera.
My boyfriend (who reads the tranlations and make sure they make sense) told me that since the cats’ names were divided it was somewhat difficult to read, so I came up with this! making their names be in bold letter allow an easier reading of them, I think. Tell me what you think guys!
Warrior cats belong to Erin Hunter. The redux belongs to @warriorsredux. I just own the translation.
8 notes · View notes