Las reuniones entre reinos era, por lejos, los eventos que más odiaba. Escuchar y ser partícipe de pláticas que debía fingir interés para mantener buenas relaciones lo agotaba, es un príncipe, el futuro monarca del Reino del Zafiro y eso no evitaba su disgusto por estar en la sala principal. Sabe que lo ven en menos por su subgénero y también que podría acabar con la vida de los presentes, mas no quería hacer una escándalo, no este día especial para la única persona que logra entenderlo, incluso mejor que sí mismo. Se excusa con que no se siente bien para continuar la junta, luego de una mañana y parte del medio día charlando, notando la mirada de desaprobación de su padre quién se mantiene en silencio mientras se dirige a la puerta y en dirección a su habitación, donde mantiene una pequeña caja de regalo con algo que significa mucho para él y espera que también para el cumpleañero. Sabe que tiene libre y que sería fácil encontrarlo en la cabaña del bosque, se apresura para entregarlo antes que su familia regresara y celebrar el día que los mellizos llegaron al mundo, la madre del híbrido le invitó con anticipación, haciendo hincapié en lo feliz que estaría su hijo de verlo. Aquel recuerdo y el hecho de verlo salir de su casa hace que las mejillas del príncipe se tiñan de rosado, llamándolo antes que pueda ir a otro lugar. “Ten, es para ti.” Exclama, entiendo el presente al menor, su esencia a miel se vuelve más fuerte y puede sentir cómo su corazón desea saltar su pecho. Había ordenado un collar de plata con un dije de diamante rodeado de pequeños zafiro en forma de óvalo para Seoja, “Yo tengo uno similar, mira.” Jala con cuidado la cadena oculta bajo su camisa, mostrando su dije pero este era un zafiro rodeado de diamantes. Había oído que en otras ciudades las parejas compartían pulseras, pasadores o cualquier otro tipo de adorno que les recuerde al otro y si bien lo encontraba algo cursi, decido conseguir algo para ambos con la ilusión de que signifique más que un regalo. La gente suele comprometerse con anillos y Minjun quería algo más distintivo y único, una parte de ellos acompañando al otro. “Siempre estaré contigo, Seoja, a donde sea que vayas, el mar y yo te cuidaremos, así como tú nos cuidas. Eres lo más importante para mi y sé que no soy la persona más… amable o buena, pero lo que siento es real, nunca lo dudes.” Su rostro termina por enrojecer completamente y aunque quiera esconderse en una cueva o por defecto en los brazos de su amado, logra alzar la vista y siente cómo sus orbes se tornan azules y no por rabia o tristeza, como solía suceder, sino que por amor, por el amor más sincero que pueda existir. “Te amo, mi lobito.” ♡
Su cumpleaños no era exactamente el día en que había nacido, sino la fecha en que fue acogido en una nueva familia, cuando Seori lo encontró entre la maleza y el bosque oscuro que cubría tanto al pequeño Seoja como a la adorable Sayuri. A él no le importaba que fuese o no el día en que lo trajeron al mundo, sino la fecha que se volvía más especial conforme los años pasaban y toda la familia Gyeong encendía varías velas tanto para él como para su hermana, frente a un gran pastel de sabores distintos —menos chocolate— y grajeas de colores. Recuerda como ellos crecieron, maduraron, pero la tarta seguía teniendo el mismo ambiente festivo e infantil que recuerda con tanto amor. Aquella ocasión no era la excepción, otra vez todos sus hermanos mayores y sus padres se reunirían en su casa para celebrar y cuando es echado de la cocina para traer un poco más de madera para la estufa de leña, es que su nariz capta una esencia especial de miel y canela.
No le da mucha oportunidad de hablar cuando ya tiene una caja de regalo frente a su cara y la toma con cuidado, escuchando no solo el pequeño discurso, sino también sus oídos desarrollados captaban el sonido de un corazón golpeteando una caja torácica. Decide abrirla, para observar un lujo que Seoja ni volviendo a nacer podría darse, es sumamente ostentoso y seguramente una terrible idea sería llevarlo al campo de batalla donde en cualquier lugar podría atraparse y romperse, perderlo, mancharlo de sangre. Iba a rechazarlo, alzando los grandes ojos color aceituna hasta encontrarse con los contrarios, pero Minjun rápidamente le hace tragarse sus palabras. Hay un collar en su cuello, similar al suyo, pero con un zafiro siendo rodeado de diamante. Es bonita la analogía, de que el símbolo que los representa esté rodeado por el contrario en todo momento, es algo que le calienta el corazón y el jacinto de su esencia se vuelve dulce, como preparado en una infusión con un toque de miel encima. - —Sabes que no puedo luchar con algo tan costoso en el cuello — -comenta, con esa tonalidad seria que se relaja con una pequeña risa, andando los pasos restantes hasta quedar al frente de su príncipe y poder besar el dije que colgaba de su cuello, una promesa a futuro de darle algo así de simbólico, así de bello y costoso, para que pudiese usarlo en su anular si es que aun lo deseaba y amaba en el futuro. - —Mi príncipe, tengo la petición de que por favor lo coloque en mi cuello entonces. Es una promesa para los dos, de cuidarnos, de respetarnos — -cuando el azul zafiro de sus ojos hace contacto con los suyos, el alfa en su interior pinta de carmín los iris anteriormente negros, respondiendo al omega que habitaba en el otro y afianzando aun más lo que han prometido. - —También te amo, Minjun.
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El ambiente era tenso tras lo ocurrido entre el Reino de la Aventurina Negra y Cinabrio, todo el mundo evitando al príncipe derrotado por miedo a salir heridos, Minjun le dijo que tuviese algo bajo la manga por preocupación o el mismo se encargaría de acabar con su amigo. Se arma de valor para ingresar en la habitación acordada para una reunión entre ambas milicias y para sorpresa de nadie, solo Youngade estaba presente. "Buenas días, alteza." murmura a la par que lleva la diestra a su corazón y se inclina en una reverencia. "¿Lleva mucho tiempo esperando? Me disculpo, los demás estrategas deben estar con el capitán, no tardarán en llegar." [ @blacksvans ]
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¿No tienen la sensación que algo malo va a suceder? (?)
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Gyeong Sayuri, 22 años, 26/05/2002, mitad okami mitad humana, una joven estratega que también hace medicinas naturales.
Nacida de una madre okami y un padre humano, a quienes perdía a temprana edad tras ser perseguidos desde que el fruto de su amor dio a luz en dos pequeños cachorritos. Sayuri es mayor que Seoja por minutos. Su madre logra ocultarlos entre hojas y árboles antes de morir, siendo rescatados por Seori, capitán de la Guardia de Diamante y quien posteriormente les adoptó.
Fui criada en una enorme pero amable familia a pesar de su naturaleza... especial. Logró acostumbrarse a la vida humana más rápido de lo que pensaba, siendo capaz de controlar también sus poderes y mantener oculta sus cualidades de okami, quedándole solamente unas marcas rojas en sus ojos, como un delineado.
De pequeña ha practicado junto a su padre y hermanos, por lo que es capaz de protegerse a sí misma y a quienes ama. Sus instintos están más desarrollados gracias a su sangre youkai, dándole ventajas en pelear tanto a distancia como a cuerpo a cuerpo. Su arma principal son un arco y flechas decoradas con hojas de cedro, manteniendo de manera simbólica a su mellizo siempre a su lado.
Es una chica lista, aprendió sobre estrategias a través de libros y observando a Seori y otros estrategas planear minuciosamente cada ataque. Actualmente es una de las mejores de toda la Guardia de Diamante.
Se dedica también a crear pociones medicinales con flores y otras cosas, a veces va con su madre a venderlas o se las brinda a la milicia antes de las expediciones.
No es algo usual, pero pueden brindarle misiones de espionaje a otros reinos de ser necesario. Logra camuflarse entre los árboles y los animales silvestres son su apoyo.
Mantiene una estrecha y larga amistad con el Príncipe del Zafiro, Minjun, siendo la única que puede entender lo que piensa sin palabras y su compañía cuando Seoja va a las batallas. Es de las pocas personas que pueden mantener bajo control las emociones intensas del futuro gobernador, salvando más de una vez al reino de ser inundado.
Conoce (gracias al joven príncipe) a Junseong y Youngdae. Trata de evitar al Rey del Cinabrio puesto que sabe el desprecio que siente por las criaturas como ella y por otro lado, le es imposible evitar encuentros con el Príncipe de Aventurina Negra quién la busca sin cansancio.
Es una omega, su esencia es avellanas y lirio.
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- —Escuché que tienes pretendientes — -la palabra le sabe agría en la boca, que ni el bocadillo dulce servido con el té le estaba ayudando mucho. Seoja baja unos planos de un ariete con punta de cristal, sus gafas se quedan bien alto en el puente de la nariz. Arquea una ceja, observando a su hermana. - —¿Ibas a decírmelo en algún punto, Yuri? — -no es un hombre celoso, al menos hasta ahora no ha sufrido de ese monstruo verde con Minjun. Pero con su hermana, sangre de su sangre, una historia diferente se estaba contando porque no concebía la idea de que alguien pudiese merecerla.
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Sayuri, ¿quién es tu persona favorita y por qué es Seoja?(?)
"Porque es el mejor hermano del mundo." sonríe, atando hojas de cedro en sus flechas y carcaj. Es la mayor de ambos pero Seoja la ha cuidado toda su vida, haciéndola sentir como la menor. No le molesta, después de todo siempre han sido ellos contra las adversidades del mundo por sus naturalezas híbridas. "Y porque tiene las orejitas y cola más suaves que he visto."
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Su sexto sentido de okami le dice que alguien hará la m word y ese alguien es de otro reino(?)
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