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peachymokka · 4 years
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peachymokka · 4 years
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Numero 31: Romance 
El departamento de Otabek Altin era todo aquello que tú podrías pensar que era, porque en el tiempo que llevaban de novios y conocidos, lo cierto es que Yuri ya se podía hacer una idea. Las paredes tenían un color blanco y había un mueble enorme donde el moreno tenía una tornamesa demasiado costosa, que desentonaba con el resto del lugar; el sofá parecía lo suficientemente cómodo como para ver una larga maratón de series o simplemente dormir, Yuri sonrió ilusionado de pensar en algo así.
Todo parecía ser un solo ambiente, un lugar pequeño y cálido, desordenado y acogedor; Yuri recorrió a sus anchas hasta toparse con la colección de vinilos que tenía Otabek en una caja, como si ni siquiera estuviesen desempacados. Sonrió al encontrar aquel que tenía una canción en especial. Desde su lugar en la pequeña cocina, el kazajo curvó sus labios casi sin darse cuenta, a la vez que buscaba un par de tazas en la alacena. 
Luego, con cafés y pasteles en mano, se extrañó de no ver al rubio en la sala; l encontró en su habitación, separada del resto del hogar por apenas una pared. Yuri veía maravillado su otro montón de discos y los libros que estaban acomodados en el suelo, apilados. Sus botas estaban tiradas por ahí y su chaqueta en su cama, no le prestó importancia y dejó la comida en un mueble del lugar, yendo hasta Yuri. Rodeó su cintura con un brazo mientras le acompañaba a ver el resto de los vinilos, eso y otras cosas que el moreno había dejado en esa caja; miró extrañado un libro de tapa dura, sin título aparente. 
Miró a Otabek en busca de respuestas, mas el moreno solo le sonrió un poco, yendo hasta su cama, ubicándose allí. Tomó su taza sin prestarle atención a Yuri, mientras este se acomodaba a su lado, aún con el libro entre manos; Plisetsky se recostó bajo el brazo de su novio, comenzando a leer. 
Una auténtica sonrisa surcó sus labios al comprender el contenido del libro; eran poemas, poemas escritos con una caligrafía descuidada, a veces rápida, a veces calmada y ordenada, de repente furiosa, algunas veces insegura. Era la letra de Otabek, con algunos acordes acomodados entre las hojas, con uno que otro título entre signos de interrogación y líneas marcadas con círculos, ideas, pensamientos. Ese libro era como sostener el corazón de Otabek. 
El kazajo parecía no prestarle atención a los ojos insistentes de Yuri, mas le fui imposible ignorarlo cuando lo tuvo frente a él, con su mirada verdosa y sonrisa dulce. 
— ¿Hay algo aquí que sea sobre mí?—Otabek sonrió al escucharle, dejando la taza vacía sobre el piso, acercándose a él luego.
— Desde hace tres meses que tú eres todo en ese libro. 
Yuri le vio con vergüenza, sin poder ocultar la ilusión que demostraban sus ojos. Otabek le quitó el libro olvidado entre sus manos, buscando una página en específico, la había escrito hace meses, luego de la fiesta de cumpleaños de Jean. Sonrió al encontrarla, apenas una línea apurada y descuidada, algo escrito a las seis de la mañana, luego de una noche en una terraza junto a Yuri Plisetsky. Le mostró la página a Yuri, y este sonrió inevitablemente. 
You're like lightning in a bottle, I can't let you go now that I got it. All I need is to be struck by your electric love.
Buscó los labios de Otabek entre el sonrojo y la emoción, guió sus manos hasta su cabello y lo acarició lentamente mientras su lengua se movía tímida junto a la del moreno, y el libro caía entre ambos. A tientas corrieron las cosas de la cama, la chaqueta olvidada quedó en el suelo y el libro fue depositado sobre la mesa de noche, aún con sus bocas unidas y ojos cerrados fueron recostándose sobre la cama de Otabek, quedando de lado uno frente al otro. Sus ojos se encontraron mientras el beso parecía no tener fin, el moreno acariciaba la espalda de Yuri en un movimiento flojo, y el ruso recorría su cabello y mejillas, con ternura. 
Pronto se separaron, escuchando sus respiraciones algo agitadas y de fondo, a lo lejos, el vinilo seguía sonando. Se sonrieron apenas mientras Yuri se acomodaba en el pecho del moreno, listo para dormir una larga siesta. 
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peachymokka · 4 years
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Numero 30: Castigo
Había algo excitante en ser castigado, la voz ronca de su novio o la forma en que sus ojos parecían más feroces; se paseaba delante de él y era intimidante, manos en las caderas y la sonrisa astuta, con esos gestos él podía ponerse de rodillas ante él sin siquiera pensarlo.
Otabek amaba cuando Yuri lo castigaba. 
El ruso se mantenía frente a él, los ojos de soldado y el atuendo ajustado, sus manos jugueteando con un par de esposas. Otabek estaba de rodillas, su espalda erguida sin perder vistazo alguno de su novio, esperando. Plisetsky se agachó lo suficiente como para tomar su mentón y verle directamente a los ojos, sus manos suaves delinearon su rostro y sonrió coqueto, saboreando sus labios en apenas un roce. Otabek gimió en respuesta, su cuerpo ansioso y sensible, sus sentidos deseando todo de su novio; el calor hacía estragos en su interior. 
— Quítate la camisa, osito.
Yuri hablaba con gracia, a la vez que el kazajo no demoró en hacerle caso, desabotonó su camisa con prisa y no despegó sus ojos de Yuri, esperando otra orden. El ruso se movió a través de la habitación, para finalmente volver donde su novio, con otra petición.
— Sube tus brazos. 
El kazajo ni rechistó, Yuri acomodó las esposas en sus muñecas, bajando sus brazos luego. Se acomodó frente a su novio, jugueteó un poco con sus pantalones de cuero, la pretina de estos ponía ansioso a Otabek, quien con sus manos atadas no podía hacer nada. Finalmente Yuri los abrió para él, en un movimiento fluido y sensual los bajó por sus caderas, mientras Otabek sentía la sed invadir su boca, sus labios resecos y el espectáculo que era tener a Yuri Plisetsky desnudándose frente a él. 
Ya sin sus pantalones, Yuri se quitó la ropa interior con gracia, dejando su erección frente al moreno, con una mirada lasciva. Otabek no tardó en comprender la para nada disimulada indirecta, acercándose más a las caderas de Yuri y hundiéndose entre ellas, lamiendo su sexo de forma caliente, rodeándolo con su lengua y besando de vez en cuando. Sin poder evitarlo sus ojos se ponen en blanco de tanto placer, su paladar saborea la extensión de Yuri y lo engulle de a poco, rodeándolo con sus labios y perdiéndose en el sabor, tratando de no caer por la falta de equilibrio. Plisetsky le ayuda sosteniendo sus cortos cabellos, estrujándolos entre sus dedos mientras jadea en busca de aire.
El ruso mueve sus caderas a su propio ritmo y comienza a follar la boca de Otabek, ambos gimiendo extasiados. Yuri enfoca sus ojos en Otabek, la manera en que parecía ido entre sus lamidas, sus labios gruesos envolviendo su erección y la expresión sumisa que su rostro duro pocas veces podía demostrar. Con solo ese pensamiento sintió la excitación quemarle, se separó brusco de su novio y lo dejó caer sobre el suelo, escuchándole gemir.
Tomó sus manos y las deslizó por el piso, dejando su cadera en alto mientras sonreía a su imagen. Sin poder evitarlo arrastró su mano hasta el trasero del kazajo, moldeándolo antes de darle un apretón, amasando. Otabek gimió ante el contacto, con las mejillas sonrojadas y el aliento perdido, sentía las manos de Yuri deshaciéndose de su pantalón y ropa interior.
— Me gustas tanto, Beka. 
Yuri susurraba casi sin aliento, tenía una vista perfecta de las caderas y glúteos de Otabek, y solo quería disfrutarla aún más. Abrió las piernas del moreno, mientras una de sus manos acariciaba su piel, casi con devoción. Pronto le tomó firmemente, mientras su palma se elevaba y dejaba caer con una fuerza dolorosamente excitante, enrojeciendo la piel de su trasero. Otabek gimió ronco, soltando unas lágrimas ante el dolor. Yuri volvió a golpearle una y otra vez, sonriendo al ver las marcas y la expresión de su novio. 
Se arrastró sobre él y besó cada lugar de su piel, subió hasta su espalda para besar y morder con ímpetu, acariciando. Su erección se frotaba contra la cadera de Otabek y él embestía sobre la tela, el moreno gemía sin remedio y Yuri le hizo callar al meter sus dedos en su boca; los lamió con fuerza y luego jadeó cuando le fueron arrebatados. Sin previo aviso, Yuri introdujo uno de sus dígitos en el moreno, haciéndole jadear y gemir, mordiendo sus labios. 
Movía su mano a la vez que movía su cuerpo, embistiendo contra el cuerpo de Otabek mientras sus dedos se hundían en él, y sus jadeos casi animales se mezclaban con los gemidos desesperados del kazajo, pidiendo más. Cuando tres dedos parecían no ser suficientes, Yuri se acercó al oído de Otabek para morder la piel a su paso, susurrando.
— ¿Quieres más?—El moreno no respondió, cerró los ojos con fuerza envuelto en el calor. Yuri tomó el pene de su novio, masturbando con prisa, y este gritó de placer.—Dime, Otabek, ¿Quieres más?     
— Ah... sí, Yura... 
Satisfecho con la respuesta siguió masturbándole, buscó sus labios y los besó con furia, moviendo sus lenguas y chocando sus dientes, su otra mano aún embistiendo. Le sintió tensarse, pronto el orgasmo le golpeó con fuerza, estremeciendo cada parte de su cuerpo y mojando la mano de Yuri. 
Plisetsky le observó maravillado, sintiendo como su erección punzaba ante tal imagen. Lamió sus dedos sensualmente antes de tomar las caderas de Otabek y penetrarle con fuerza, mientras este aún gemía por su orgasmo. El kazajo apretó los ojos y trató de no chillar de placer, sus manos atadas formaron un puño y el aire había abandonado sus pulmones, Yuri comenzó a moverse contra él sin siquiera esperar respuesta. El calor rodeaba a ambos y las embestidas pronto fueron más salvajes, Yuri no iba a tener piedad alguna, Otabek merecía su castigo. 
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peachymokka · 4 years
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Numero 29: Cosplay 
Blood Bank es un manhwa sobre vampiros y... fetiches(?) Protagonizado por Shell, un vampiro, y Eric (Uno), un simple mortal. En el siguiente one shot se hará referencia a su historia, en multimedia hay una imagen de ambos para que sepan de lo que voy a narrar. También, es probable que Yuri y Otabek usen otros nombres, como que Yuri le diga Eric a Beka, siguiendo el juego.
Otabek Altin con el cabello hacia atrás y un par de gafas, suficiente para hacer babear a cualquiera. El resto de su atuendo era también bastante llamativo, las ropas oscuras y la chaqueta, las hebillas en el centro y hasta el mismo collar que usaba Eric; los guantes y el encanto eran algo que él ya tenía. Pero su apariencia apenas tenía comparación con la vestimenta de Yuri, el ruso usaba el traje azul, con el ajustado corsé definiendo su figura por sobre la camisa blanca, el pañuelo rojo adornando su cuello. 
Pero ese no era el espectáculo, lo bueno comenzaba cuando Yuri se despojaba de su ropa.
Aunque aún faltaba un poco para eso, Yuri estaba de rodillas ante Otabek, el collar rodeando su cuello y la cadena fría era tirada por el moreno, quien reposaba en el sofá; estaban recreando una de las escenas del manga.
Plisetsky le veía con una expresión sumisa, recostaba su rostro en el muslo de Altin mientras sus dedos se dedicaban a acariciar sus piernas, para luego arrastrar su lengua por ahí. Sus ojos verdes permanecían fijos en Otabek, adoraba ver al moreno, su expresión seria y los ojos oscuros; paseaba su lengua y dientes por sus piernas, mientras el kazajo apretaba la cadena entre sus dedos, jalando hacia él.
Yuri quedó a centímetros de la erección de Otabek, y no dudó en desabrochar sus pantalones rápidamente. El moreno le veía extasiado, tanto por lo que iba a hacer como por su imagen; Yuri Plisetsky era la copia viva de Shell Overlord, ojos verdes y hermosos, el cabello rubio cayendo junto a sus mejillas, esos labios carnosos y la expresión erótica de puro placer. El ruso se ubicó entre sus piernas, le vio con devoción mientras la tela se deslizaba por sus piernas y dejaba a la vista su prometedora erección, relamió sus labios lentamente, mientras veía con ojos adorables a Otabek.
— ¿Puedo, amo?
Otabek sonrió al escuchar el apodo, jalando de la cadena mientras Yuri tomaba sus piernas para afirmarse, gimiendo en sorpresa. No tardó en quitarle la ropa interior a su novio, disfrutando de su erección, mirándole directamente mientras la tomaba con sus labios. Se dedicó a lamer lentamente antes de hundir su boca en ella, besando delicadamente mientras acariciaba el resto, con una expresión casi adorable. El kazajo soltó la cadena entre sus manos y tomó el cabello de Yuri, hundiéndose en su boca, atrayéndolo más.
El rubio gemía mientras devoraba a su novio, movía su cabeza de manera hambrienta y rápida, sus ojos verdes no perdían de vista la expresión acalorada de Otabek. El kazajo gemía entre dientes, Yuri era tan caliente, con la expresión de su rostro sonrojado y los labios carnosos que se envolvían en su pene; pronto sintió el orgasmo rozar su organismo, por lo que alejó a Yuri lo suficiente, ensuciando su rostro luego. Plisetsky gimió al sentir la calidez en sus mejillas, abrió la boca por reflejo y lamió sus labios, la saliva mezclándose con el semen del moreno en una imagen sucia y erótica.
Aprovechando el letargo de Plisetsky, Otabek se quitó la camisa, sin quitarse aún las gafas. Yuri sonrió al ver su torso desnudo, el moreno respondió con su voz ronca.
— Quítate los pantalones.
Yuri le obedeció enseguida, con manos temblorosas desabrochó sus jeans negros y los arrastró por sus piernas, en un movimiento incómodo, sin querer dejar la pose que había adoptado para chupar el pene de su pareja. Otabek le veía desde su lugar, era impresionante lo que Yuri le provocaba, de rodillas ante él parecía tan indefenso que le provocaba devorarlo sin miramiento alguno. Pronto tuvo una imagen exquisita de su trasero envuelto en los ajustados bóxers, y se vio tentado de arrancarlos.
— También la ropa interior, gatito, quiero verte.
Yuri pensó que no sería muy elegante desvestirse aún en cuatro, por lo que ubicó sus rodillas sobre el suelo y alzó su torso cubierto por la camisa, el corsé y el pañuelo, mirando fijamente a Otabek. Sus manos pálidas comenzaron a jugar con la pretina de su ropa interior, bajándolos lentamente por sus caderas estrechas, tirando de ellos casi sin fuerzas; la boca de Yuri se mantenía semi abierta, soltando quejidos cuando sus dedos rozaban su piel y le hacían estremecer. En ningún momento alejó sus ojos de Otabek, ni siquiera cuando se puso de pie lentamente y acabó de quitarse la ropa interior, lanzándola lejos y quedándose frente a su novio, para que este le viera.
Altin se acomodó en su lugar, disfrutando cada porción de piel expuesta, ardiendo en deseo. Yuri le veía fijamente y eso le ponía más, sus manos ansiosas de tocar al ruso.
— Ponte de rodillas, Overlord.
Yuri sonríe apenas un segundo al escuchar el apodo, mas vuelve a su papel mientras se deja caer frente a Otabek, con su mirada aún puesta en él.
El moreno vuelve a tirar del collar de Yuri, le acerca a su cadera mientras se inclina para seducir sus labios, lamiendo sucio y rozándolos apenas, provocando. Yuri gime bajo mientras Otabek mueve su mano en su rostro, lentamente. Pronto deja la cadena, apartando el cabello de Yuri para luego meter sus dedos en la boca del menor, quien los lame y succiona con una expresión sobre todo erótica, con la saliva cayendo entre sus ellos, su lengua moviéndose entre ambos. Ubica sus manos en las piernas de Otabek, se apoya en sus muslos y siente como los dígitos del moreno le penetran la boca, mientras gime de solo verle y sentir su lengua. 
        Siente su erección aumentar de solo ver a su pequeño rubio, pronto quita sus dedos de su boca y Yuri gime provocativo, esperando. Otabek tira del collar hasta que tiene al rubio sobre sus caderas, rozando su sexo desnudo contra la erección del kazajo envuelta en sus pantalones negros. Se besan con ansias, lenguas frotándose y las manos de ambos empujándose más y más cerca, Yuri se mueve contra él.
Otabek se separa rudo, sin esperar le quita la camisa a Yuri, rompiéndola para quitarla sobre el corsé, dejando a Yuri con sus pezones duros frente a él, eso, el corsé negro y el collar de cuero que envuelve su cuello junto a la cadena. No puede resistirse y baja sus labios hasta la piel del ruso, mordiendo tierno sus clavículas, para luego ir a sus pezones y lamerlos con devoción, mordiendo, succionando y frotando, no hace más que provocar al ruso.
Toma los muslos de Yuri y lo alza, camino a la habitación. Le deja sobre la cama sin mayor contemplación, se quita los pantalones con prisa bajo la atenta mirada del menor, luego le besa con fuerza mientras sus dedos se hunden en su entrada, sin previo aviso.
Yuri aprieta los ojos y gime entre besos, se retuerce bajo el tacto doloroso y placentero, para luego verse en la necesidad de separarse de los labios ajenos para gemir y chillar con propiedad. Otabek abre sus dedos dentro del ruso, como si de tijeras se tratara, hace círculos y le embiste luego, escuchando los gemidos y suspiros de su novio.
Aún con sus dedos dentro de su novio, Otabek frota su erección entre los muslos de Yuri, sin penetrarle, solo dando cortas embestidas contra él. Plisetsky gime más alto y eso solo motiva a Otabek, frotándose con más fuerza mientras sus dedos golpean una y otra vez al menor, sus labios se buscan cuando la mano del moreno envuelve la erección de Yuri y le masturba.
Con los ojos cerrados y sus manos tomando con fuerza las sábanas, Yuri siente el orgasmo hacer estragos dentro de él, grita agudo y largo, gime y suspira sin ser capaz de detener su placer. Otabek sonríe al verle, su erección dolorosa de solo presenciar ese espectáculo.
Aún sensible por el orgasmo, Yuri da un respingo cuando siente la lengua ardiente de Otabek lamiendo su estómago, lugar donde su semen había caído luego del orgasmo. 
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peachymokka · 4 years
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Numero 28: Comienzo
Estaban en la casa del menor, no había nadie más que ellos, y pronto el sofá del salón sería el lugar perfecto para ambos. De pronto los besos eran más hambrientos, Yuri había quitado la frazada que les envolvía y se juntaba más a Otabek, el kazajo le agarraba la cintura, sus manos hundiéndose en su piel. 
El calor pudo propagarse pronto entre ambos, y aún cuando Yuri no sabía qué hacer exactamente, podía arrastrar sus manos en busca de más placer. Otabek tampoco tenía más experiencia, mas sus instintos le podían guiar. Mientras se besaban la ropa iba cayendo y las caricias eran más ardientes, Otabek llevó sus dedos hasta los muslos de Yuri, yendo luego a su entrada, hundiéndose en él.
Era una sensación tan extraña, le dolía, mas también era tan placentero. El calor hacía estragos en su cuerpo y pronto comenzó a gemir y casi sollozar, con Otabek hundiendo sus dedos dentro de él, arrastrándolos.  
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peachymokka · 4 years
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Numero 27: Poliamor 
Otapliroy, si no gusta no lea; inspirado en un fan art. 
No sabe por qué, pero siempre que está con Jean Jacques Leroy hay problemas. Quizás por el hecho de que ambos eran delincuentes, con una fama lo suficientemente buena como para tener su propio apodo... El tigre ruso y El rey, un buen dúo. Claro, si de robos hablamos, porque en cualquier cosa que no sean delitos, Yuri Plisetsky y JJ no se llevan.
Sin embargo ahora estaba agradecido, porque por algún motivo desconocido, gracias a JJ y su estupidez ahora Yuri estaba besando al policía más caliente que cualquiera haya visto antes. Apenas y se habían presentado, ambos delincuentes pudieron poner atención en el moreno uniformado frente a ellos, y ahora Yuri gemía en su boca, mientras este le apresaba contra la pared de la oficina en que estaban. Tiempo después se separaron, y Yuri vio como Jean jalaba al policía hacia él, juntando sus labios.
Otabek, como dijo que se llamaba, llevó una de sus manos hasta el rostro de Jean, acercándose más y hundiendo su lengua en la boca del canadiense, mientras su otra mano se hacía cargo de Yuri, sosteniéndole contra él. El ruso no perdía el tiempo, besando y mordiendo el cuello del policía, desabotonando su apretada camisa. 
Contrario a los besos con el ruso, Otabek movía su boca con furia, brusco, mordiendo los labios de JJ; este le seguía del mismo modo, jadeando y gimiendo, con sus manos en la espalda del policía. Yuri seguía en su labor hasta que finalmente le quitó la camisa al moreno, apreciando su tono de piel. Dio paso a los besos en el cuello del policía, succionando con fuerza y gimiendo cuando Otabek lo acercaba más a él, moviendo sus caderas.
Luego pudo dejar los labios de Jean, dándole atención a Yuri. No tardó en tomar al menor, apoyando su espalda en la pared y obligándole a subir sus piernas hasta su cadera, juntándose más. Volvió a besarle lentamente, mientras sus manos se paseaban por su cadera y trasero, amasando. Yuri le correspondía extasiado, gimiendo mientras la erección de Otabek se frotaba contra él. 
Jean por su parte esperaba ansioso, dejó su chaqueta abandona en algún lugar e iba al encuentro del moreno, pasando sus manos por su piel tibia. Otabek le prestó atención, llevando a Yuri hasta el escritorio y dejándolo allí, para luego ir en busca de JJ. Tomó al canadiense de las caderas, juntando sus cuerpos calientes, sacándole la camiseta con prisa, besando su piel. Leroy gemía ronco, mientras Yuri se deshacía de su ropa, y sus dedos hacían su propio recorrido hasta su pecho, acariciando. 
Otabek dejó a Jean sobre el escritorio junto a Yuri, mirando a ambos con los labios curvados, jugando con su cinturón antes de quitarlo. Podía ver las ansias en el chico ruso, quien estaba solo en ropa interior para él, mientras que Jean comenzaba a desnudarse. El kazajo se inclinó sobre Yuri, sus labios succionando cada rincón de su piel perfecta, mordiendo y lamiendo. Sus manos sosteniendo con fuerza las piernas del ruso, abriéndolas para él. Leroy se encargaba de besar la espalda de Otabek, mientras sus manos intentaban quitarle el pantalón. 
Una vez hecho su cometido, Jean jaló del moreno para darle atención a su erección, haciéndole gemir. Otabek rompió sin miramientos la ropa interior de Yuri, mientras él se retorcía bajo su tacto, y tomaba la mano del policía para lamerla. Aún con los dedos de Otabek dentro de él, Yuri sintió celos de ver a JJ de rodillas lamiendo al moreno, por lo que intentó cualquier cosa para llamar su atención.
Tomó de su cabello con fuerza, besándole con fuerza a la vez que Otabek trataba de seguirle el ritmo, gimiendo gracias a la lengua de Leroy. Yuri iba cada vez más rápido, estrechando sus caderas contra Otabek, en una especie de indirecta que el moreno no tardó en captar. Dejó a Jean lentamente, para hundirse lentamente en un ansioso Yuri. Tomó los muslos del ruso y fue más profundo, haciéndole chillar y gemir de placer, Yuri intentaba no cerrar los ojos, con sus uñas clavadas en la espalda del moreno, veía como este dejaba una mano libre para acariciar al canadiense.
Plisetsky frunció el ceño, tanto por el dolor que le provocaban las embestidas de Otabek como por los celos, tomando aquella mano y llevándola hasta su mejilla, incitándole a que le acaricie.
Otabek apenas soltó una risa ronca. 
— No seas egoísta, gatito. 
El policía dejó a Yuri, no hizo más que tomar a Jean con fuerza y juntar sus bocas, mientras su mano hacía su camino hasta su ropa interior, quitándola. Otabek tomó las piernas del canadiense, guiando su erección hasta él y penetrándole de golpe; Jean dejó el beso para gemir ronco, apretando al moreno que se hundía en él lentamente. Altin esperó un poco antes de moverse, embistiendo a JJ contra el escritorio del lugar, duro y rápido. 
Yuri se mantuvo con el ceño fruncido, viendo como el policía se follaba a su amigo, fuerte y rápido, hundiéndose en él. Jean mordía cada parte de Otabek, presionaba su espalda y gemía ronco y largo, mientras las embestidas eran más profundas. Tiempo después el ruso se dio cuenta de que seguir con su berrinche no serviría de nada, fue en busca del kazajo y se puso frente a él, buscando sus labios.
Otabek siguió embistiendo a Jean mientras sus manos sostenían a Yuri, dejando de lado el espectáculo que era JJ llegando al orgasmo. No esperó más y dejó al canadiense con la respiración acelerada y el cuerpo agotado, tomó a Yuri y lo inclinó sobre el escritorio, penetrándole lentamente.
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peachymokka · 4 years
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Numero 26: Cuerdas
Muchas veces había estado así, y la verdad es que cada vez le gustaba más. Al menos hasta que Yuri le veía divertido mientras él sufría, por no poder moverse, por no poder tocarlo. Plisetsky se movía alrededor, sabía lo que hacía, y no podía hacer más que disfrutarlo. Sus manos permanecían en su espalda, no podía siquiera ponerse de pie, y ardía en deseo.
Yuri se deshacía de su ropa con pereza, movimientos fluidos y esa lengua que recorría sus labios, saboreándose. Era una tortura, verle de ese modo sin poder hacer nada. Sentía la presión en sus jeans y su respiración agitada, esperando por el ruso. 
Yuri parecía moverse para él, así como también parecía ignorarlo de una manera grandiosa, perdido en sus movimientos de cadera y la manera en que la ropa caía lentamente. Primero la camiseta, zapatos, los jeans atascados en sus muslos. Sus ojos verdes le miraban fijo, y supo que sí lo hacía para él. 
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peachymokka · 4 years
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Numero 25: Cuero
No solo las chaquetas o los guantes, Otabek Altin también gustaba del cuero en otras prendas. Como los pantalones ajustados que Yuri estaba usando frente a él, con los ojos afilados y la sonrisa que le estremecía por completo. Su pecho desnudo parecía llamarle, el cabello apenas y llegaba a sus hombros, dejando al descubierto su piel pálida y pezones rosados. 
Otabek se debatía mentalmente entre ir en su busca o esperar a que él le devore por completo como el tigre que es, Yuri se saborea y parece tener la respuesta. No espera más y se lanza a sus labios, mientras Otabek siente la tela bajo su tacto, el cuero parece ajustarse perfectamente a los muslos de Yuri.
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peachymokka · 4 years
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Numero 24: Lencería 
Su armario era algo digno de admirar, con más de cuarenta camisetas de verano; demasiadas chaquetas, desde algunas ligeras para la primavera y otras muy formales; más de veinte pantalones, según la última vez que los contó. Pero Yuri no solo se caracteriza por tener un excelente gusto y un armario repleto, sino porque además de lo ya mencionado, el ruso tenía toneladas de ropa... poco convencional para un hombre. Desde tops hasta faldas, calcetas que llegaban hasta sus muslos y unos cuantos zapatos de tacón, un vestido largo y estrecho. 
Pero nada se comparaba con lo que guardaba en exclusiva para su novio, esa parte de su armario que tenía ligueros por montón, corsets que combinaran con lo puesto, pares de medias de todos los tonos, todas las prendas con encaje y listones. Usar esos atuendos bajo su ropa ya se le había hecho costumbre, sobre todo desde que comenzó a vivir con su novio, y el momento de ir a dormir se hacía mucho más interesante. Ya era algo de ambos, un fetiche que había adoptado desde que Yuri modeló un conjunto así para el blog de su amiga, y Otabek con solo verle se había puesto duro como una maldita roca. 
Así que en un trato silencioso, Yuri había comprado de apoco esas prendas, hasta el punto de tener una para cada día, al igual que las faldas, que volvían loco a Otabek. Con su nuevo trabajo de modelo en instagram y tumblr, Yuri tenía la libertad de vestir esta ropa femenina sin problema alguno, algo que hacía completamente feliz a su novio. El mismo kazajo que ahora veía embobado la manera en que Yuri modelaba frente a la cámara, con su cabello largo y liso, un abrigo afelpado de animal print y una falda tubo demasiado corta para cualquiera. Sus piernas parecían eternas y estaban envueltas en unas pantys de red, con las botas Dr. Martes que parecían ser unas dos tallas más grandes. 
Incluso más que su atuendo, lo que ponía más a Otabek era saber que había debajo del atuendo. Yuri probablemente estaba usando unos ligueros oscuros, alguno de sus lindos culottes, además del hermoso bralette que se veía bajo el abrigo esponjoso. De tan solo imaginar a su novio en esas prendas casi transparentes que envolvían su cuerpo, tenía unas ganas increíbles de simplemente tomar al rubio ahí mismo, sin importarle la cámara que en ese momento estaba fotografiando a su novio. De hecho sería bueno, tener fotos de Yuri para cuando este tuviera que ir de viaje a pasarelas. 
— Terminamos, Yuri.—Otabek salió de golpe de sus pensamientos lascivos, viendo como Yuri sonreía mientras estiraba sus brazos.—Te envío el resultado esta tarde, mañana podemos hacer otras con más atuendos, para que Welcome To The Madness empiece el jueves, ¿te parece?
— ¡Perfecto!—Yuri sonreía de oreja a oreja mientras Chris revisaba la cámara, y Otabek llegaba al lado de su novio.—Te puedes llevar la ropa, es tuya, pero si Otabek rompe algo me encargaré de romperle algo a él, sus bolas por ejemplo.
Yuri asintió entre risas, mientras arrastraba a su novio fuera del estudio. Otabek se despidió rápido de Chris, siguiendo al ruso. Una vez en el estacionamiento, acomodó el casco sobre su novio, peinando su cabello en el proceso. Yuri se subió aún más la falda para poder ubicarse tras el kazajo, quien pudo ver el comienzo de sus ligueros. No pudo evitar que una de sus palmas fuera hasta el muslo de Yuri, tocando el encaje de la prenda y sintiendo su piel a través de las pantys, tomando con fuerza. Yuri sonrió en respuesta, mientras los dedos largos subían cada vez más sobre sus piernas, topándose con el inicio de su culotte, el encaje negro cubriendo su erección que estaba a poco de despertar. 
Con solo tocar la tela, Otabek se vio en la necesidad de bajarse del vehículo para darle frente a Yuri, besando sus labios brillantes, con violencia. Empuño su cabello mientras su lengua hacía estragos en la boca del menor, succionando sus labios de vez en cuando. Yuri gemía bajito, mientras las manos de Otabek tocaban toda su piel envuelta en esas prendas, hasta acariciar su torso y amasar su pecho cubierto por el bralette negro con tiras en la parte superior. El kazajo quería lanzar a su novio sobre su motocicleta y follarlo ahí mismo, quitarle el abrigo y apreciar su piel hermosamente envuelta en encaje. 
Con toda la fuerza de voluntad que poseía, dejó a su novio y se montó en su motocicleta, yendo rumbo a su hogar. Yuri sonreía satisfecho, mientras que con sus manos envolvía el cuerpo del moreno. El camino se le hizo eterno a Otabek mientras Yuri se sentía cálido tras él, y en cuanto llegaron a su casa estacionó el vehículo, llevándose consigo a Plisetsky.
Ya en su hogar, con las manos ansiosas y el calor derramándose en sus besos, estaban en el comedor y Yuri ya no poseía ni sus botas ni el abrigo, luciendo ahora un hermoso bralette y sus piernas envueltas en la falda y las medias de red, que ocultaban un par de ligueros. Otabek pudo apreciar la belleza de su novio por unos segundos, sentado en el sofá cercano, mientras el ruso hacía uso de su sensualidad y se deshacía de la falda. 
Poco pudo esperar Altin y acabó por tomar sus muslos, dejándolo sobre la enorme mesa del lugar, apreciando en encaje en toda su pálida piel. Los ligueros apretaban sus muslos carnosos y el culotte parecía hecho a su medida, con la transparencia suficiente como para que Otabek pudiera apreciar lo húmedo que estaba su novio. Dejó que sus besos recorrieran su cuerpo, desde las cuerdas del bralette que pronto acabó en el piso, hasta su vientre plano. 
Tomó las piernas de Yuri y las alzó sobre sus hombros, besando y lamiendo lentamente. Yuri respiraba agitado, la lengua de Otabek lamía su piel descubierta de la tela, mientras sus dientes mordisqueaban a su gusto. Poco a poco se deshizo de sus ligueros, con ayuda de sus dientes, dejándole las medias puestas. 
Con fuerza, Otabek le tomó y juntó sus caderas, haciendo gemir a ambos. Le arrancó la ropa interior sin importarle siquiera la ropa o la amenaza de Chris, y hundió sus dedos dentro de él, sintiendo la calidez de Yuri rodeándole. Un tercer dedo no fue problema y miró a Plisetsky con una sonrisa burlona, mientras este le sonreía coqueto. 
Se había alistado para él, era obvio. 
Con la agitación recorriéndole, tomó su cuerpo delicado y lo dejó entre él y la mesa, embistiéndole con furia. Yuri le rodeó con sus piernas, a la vez que hundía sus uñas en su espalda, con el dolor y el calor recorriendo todo su ser. Otabek le penetró lentamente, disfrutando de su novio, jadeando al sentir el calor y la presión en su miembro. Le recostó en la mesa antes de seguir embistiendo, acariciando sus piernas aún envueltas en las medias, mientras se hundía cada vez más profundo, y Yuri se retorcía en éxtasis.  
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peachymokka · 4 years
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Numero 23: Cabello 
A Otabek le gustaba el cabello de su novio, sus hebras rubias eran perfectas, y a medida que pasaban los años estas crecían más y más. Sin embargo, por mucho que amara la manera en que su cabello enmarcada su rostro sonrojado cuando tenían sexo, la forma en que el sudor lo pegaba a sus mejillas sudorosas y como se desparramaba en la almohada, lo cierto es que había algo que el amaba más.
Le gustaba peinar a su novio, y amaba cuando ordenaba el cabello de Yuri en una trenza lo suficientemente larga como para que sus dedos firmes se enreden en ella. El ruso le da la espalda, con su piel pálida y sudorosa, sus caderas en alto y su respiración agitada, mientras que Otabek amasa sus glúteos con fuerza, arrastrando sus dedos y marcándolo. Le obliga a abrir más las piernas, manteniéndole inmóvil, sujetando su cabello con fuerza. 
Apenas y tocando un poco su interior, pudo introducirse en él de golpe, provocando un grito que intentó ahogar en la almohada, mas Otabek tenía otros planes. Enredó la trenza del menor en su muñeca, jalando con fuerza a la vez que se hundía en él, y Yuri gritaba de dolor y placer. Juntó su pecho con la espalda del menor, tiró su cabeza hasta tenerle entre sus labios, moviéndose sin descanso, cada vez más rápido, más violento.
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peachymokka · 4 years
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Numero 22: Teasing 
El sexo con Otabek era sucio, la manera en que la saliva caía durante los besos o el ruido que hacían sus pieles al chocar, todo demasiado obsceno. Pero a Yuri le gustaba así, mierda, no había nada mejor que esas caricias rudas que le daba el kazajo, o las chorradas que le decía con su voz ronca mientras se hundía en él lentamente, todo eso le ponía, demasiado.
Pero por su puesto había algo incluso mejor que todo ello, un fetiche que compartía con su novio y que por alguna razón le volvía loco. Porque así como le gustaba tomar la erección de su novio entre sus labios, comiéndola por completo, pasando su lengua sin pudor alguno... a Yuri le gustaba la manera en que Otabek jugaba con su rostro, tentando.
Cuando estaban ambos lo suficientemente calientes como para quitarse la ropa a tirones, y Yuri esperaba ansioso a que Otabek le dejara disfrutar de su miembro, el kazajo sonreía de lado, consciente de lo que haría a continuación. El bulto en sus jeans era tentador y él poco a poco se deshacía de ellos, con sus manos agarrando la tela con fuerza, bajándolos de una. Yuri le veía expectante, de rodillas ante él y con los labios ardiendo en ansias, listo para recibir su caliente erección. Altin se quitaba la ropa interior lentamente, disfrutando de la expresión de su novio, siempre emocionado.
Cuando ya estaba completamente desnudo frente al rubio, sus manos hacían el camino hasta el cabello de Yuri, acercando su pene hasta su rostro, gimiendo al verle. Rozaba su erección entre las mejillas del ruso, este gemía ante el contacto y abría la boca necesitado, una expresión por sobre todo erótica. Mas Otabek seguía, moviéndose contra el menor sin introducirse aún entre sus labios, solo rozando su pene entre ellos, casi delineándolos. Pronto Yuri tomaba el control, buscándole a ciegas, moviendo su lengua entre la piel ardiente de su pene, sin chupar aún, mientras Otabek movía su cadera en espasmos de placer.
Sus dedos afirmaban la cabeza de Yuri, sus caderas se movían por sí solas y se frotaban contra el rostro de su novio, quien se acercaba a su pene como si de un gato se tratara, lamiendo de vez en cuando. Y cuando el kazajo gemía alto, con la guardia baja, Yuri aprovechaba para hundir su boca en la erección de él, succionando con sus ojos casi en blanco. Los labios rosados apresando su piel, tan caliente, tan placentero.
Incluso más sucio que todo aquello, era la mirada lasciva que Yuri le daba a Otabek, con su lengua lamiendo lentamente el pene del kazajo, la saliva cayendo lentamente y el deseo en sus ojos.
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peachymokka · 4 years
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Numero 21: Rasguños
Otabek no dejaba espacio vacío dentro de su novio, sus caderas se movían a un ritmo exquisito y sus penetraciones eran cada vez más profundas. Yuri le recibía gustoso, con sus piernas rodeando fuertemente al moreno, juntando más sus pieles.
El kazajo sabía qué iba a ocurrir, Yuri gemía cada vez más alto y poco a poco comenzaba a moverse con él, dejando de lado las formalidades y gritando a todo pulmón mientras que Altin llegaba más profundo, más caliente. Su estómago era un revoltijo y sus manos dejaron de apretar las sábanas, moviéndose a la espalda desnuda y ardiente de su novio. Comenzó dando caricias tentativas, mas pronto amasó su piel morena, apretando a la vez que cerraba sus ojos de placer. 
Envuelto en las caricias que le daba, Otabek aceleró el ritmo, golpeándole duro y rápido, a lo que Yuri respondió enterrando sus uñas en su espalda, deslizando sus dedos dolorosamente. Altin amaba eso de Yuri, el dolor avivaba más su excitación y sus jadeos eran la confirmación de aquello. Moviendo sus caderas al ritmo de las penetraciones de Otabek, Yuri hundía sus dedos en la piel ardiente, con su boca abierta en busca de aire. 
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