Me encantaba este blog. Ya no lo actualizas?

Muchas gracias por las bonitas palabras y lamento mi ausencia anónimo. Estaba de vacaciones y decidí no entrar a esta cuenta hasta que todo estuviera organizado.

Pero en Febrero vuelvo a estar activa. ¡Espero que puedas disfrutar mi Blog!

"Hakurei, no olvidéis que el presente es un acto de disculpa." disuadió con buen humor. En lo poco que conocía del hombre sabía que era sensato y bastante humilde. Sonrió, él era un verdadero santo, las bendiciones -si no las tenía ya a través de su movida vida- deberían ser para él.

"Me despido de vosotros" Comentó mientras se inclinaba en respeto. Las manzanas, después de todo, no se ecogerían solas.

Cuando te confunden con tu hermano gemelo...

ooc:

 Me retiro a descansar. ¡Felices sueños a todos!

"Hay eventos a los que nunca tendremos la suficiente preparación" aseguró observando el firmamento. Sus lágrimas se habían secado al ver a sus hijos morir por quinta vez. De allí en más sólo era una verdad amarga. Para alguien como Hakurei quien estaba en la línea de batalla, la mujer no podía imaginarse los horrores a los que fue testigo.

"Y hay lecciones que sólo pueden ser aprendidas por la experiencia. No por eso hay que despreciarlas" añadió mientras levantaba un dedo y lo veía de manera conspiradora "Y aquí habla la voz de la experiencia, niño" bromeó.  

"La verdad señor Sage, Mi primera impresión de vosotros fue la de un nativo de la región. Imaginaros mi sorpresa al escuchar vuestro título de caballero" Comentó a modo de apaciguar los ánimos "además, ¿No fue una de las enseñanzas divinas no juzgar a alguien por las vestimentas?"

Es verdad señorita Europa, el gran dios Zeus nos demostró en mucho de sus mitos lo que pasa cuando se juzga a partir de apariencias. Por lo visto Radamanthys lo ha olvidado.

*Por dentro:

"Ella me ha confundido con mi hermano Sage"…*

Eso era muy Cierto. Los Himalayas tenían un clima áspero, pero en ella habitaban criaturas tan nobles como los Yaks, y por lo menos una persona cálida como Hakurei que no iba a espantarse por cualquier aparición. "En ese caso, espero que las manzanas sean de su agrado"

Cuando te confunden con tu hermano gemelo...

"En ese caso os traeré una canasta." Comentó entretenida. No habría mucho problema con llevar algunas manzanas de Elíseos a éste hombre. Ya o enfilaba las lista de Atenea por lo mismo no estaría tomando un partido. En teoría "No estaré segura que las semillas puedan germinar en éstas tierras, pero al menos podrá degustar fruta fresca. Sin ofenderos, o vi muchas en éstos lares"   

Cuando te confunden con tu hermano gemelo...

"Eso lo tengo bastante claro. Muchas veces los caballeros de Atenea han llegado a destruir partes de Elíseos cuando se encuentran en la discusión de los Dioses"  Europa sonrió con circunstancia, no era adecuado hablar de los muertos y los desaparecidos. Y bueno, tampoco era un tema que le competía, ella estaba fuera de cualquier conflicto. "Es muy grato saber que vosotros sois bastante sabio y prudente"  

"La verdad señor Sage, Mi primera impresión de vosotros fue la de un nativo de la región. Imaginaros mi sorpresa al escuchar vuestro título de caballero" Comentó a modo de apaciguar los ánimos "además, ¿No fue una de las enseñanzas divinas no juzgar a alguien por las vestimentas?"

Es verdad señorita Europa, el gran dios Zeus nos demostró en mucho de sus mitos lo que pasa cuando se juzga a partir de apariencias. Por lo visto Radamanthys lo ha olvidado.

*Por dentro:

"Ella me ha confundido con mi hermano Sage"…*

"Me alegra escuchar eso" Europa suspiró aliviada, prometiéndose a sí misma tener en cuenta la diferencia entre ambos hombres. A sus hijos no le había gustado confundirlos, era de muy mal gusto para un hombre de senda edad "¿Le gustan las manzanas? Podría traeros una en disculpas por la ofensa cometida" 

Cuando te confunden con tu hermano gemelo...

….

 NO.

"Radamanthys es un buen muchacho" concordó llena de convicción. "Yo no llego a meterme en sus decisiones. No lo hago inclusive cuando en vida mortal obtuvo la mayoría de edad... Pero no me gustaría dejaros indeciso. Vostros habéis sido una persona muy amable" explicó con una sonrisa

"La verdad señor Sage, Mi primera impresión de vosotros fue la de un nativo de la región. Imaginaros mi sorpresa al escuchar vuestro título de caballero" Comentó a modo de apaciguar los ánimos "además, ¿No fue una de las enseñanzas divinas no juzgar a alguien por las vestimentas?"

Es verdad señorita Europa, el gran dios Zeus nos demostró en mucho de sus mitos lo que pasa cuando se juzga a partir de apariencias. Por lo visto Radamanthys lo ha olvidado.

*Por dentro:

"Ella me ha confundido con mi hermano Sage"…*

"Mis más sinceras disculpas ... Hakurei" Europa inclinó la cabeza terriblemente avergonzada. "Podría deciros que es la primera vez que sucede... pero confundí el nombre de mis hijos de vez en cuando" terminó con una vocecilla. 

Cuando te confunden con tu hermano gemelo...

….

 NO.

"Ah. Podría justificaros el comportamiento de Radamanthys bajo el pretexto de que se encuentra en sus años difíciles" comentó con animadversión. La verdad es que ya hace milenios sus hijos se le habían salido de las manos. O bien nunca realmente los tuvo encarrilados como buen ganado ¿Sería esa la razón por la cual terminaron con vidas exóticas? Esperaba no haber cometido más errores como el de confundir sus nombres. Así comenzaban las riñas familiares... "La verdad, creo que es una diferencia cultural. Es muy difícil conseguir un lago limpio en éstos páramos ¿Verdad?"

"La verdad señor Sage, Mi primera impresión de vosotros fue la de un nativo de la región. Imaginaros mi sorpresa al escuchar vuestro título de caballero" Comentó a modo de apaciguar los ánimos "además, ¿No fue una de las enseñanzas divinas no juzgar a alguien por las vestimentas?"

Es verdad señorita Europa, el gran dios Zeus nos demostró en mucho de sus mitos lo que pasa cuando se juzga a partir de apariencias. Por lo visto Radamanthys lo ha olvidado.

*Por dentro:

"Ella me ha confundido con mi hermano Sage"…*

Europa reparó en el recien llegado antes de sonreir. Era un acontecimiento ver flores en un lugar donde no germinaban. El aroma dulzón le recordó al mito de la granada, pero guardó la anécdota para otra ocasión. Sería infortunado decir algo al respecto. Si era un cocinero aquello podía insultarlo, muy desdichado para quien sería su mayordomo. "Un placer conocerlo señor Vatel" saludó mientras inclinaba la cabeza en agrado.

"¿Cocina? Espero no estar incomodando en sus actividades señor Vatel" agregó mientras tomaba suavemente el antebrazo de Radamanthys "Agradezco tus cuidados Radamanthys. Sólo estoy sorprendida por el recibimiento." aseguró con una sonrisa.

Mamá, buenas tardes, ¿te encuentras comoda en tus nuevos aposentos?

Sonriendo levemente la mujer dejó de inspeccionar los bordados de un orgulloso tapiz que realzaba una de las paredes del recibidor.

"Ah, Radamanthys" saludó la antigua regente de Creta "Debo confesar que fue una agradable sorpresa. Agradezco el amable gesto" agregó mientras se acercaba al formidable hombre. Era algo que le enternecía, el que a pesar del tiempo le siguese llamando madre. " Sin embargo. ¿No lo consideras demasiado?" preguntó un poco abrumada. No tenía conocimientos sobre el lugar donde sus hijos residían. Si bien era cierto que los templos - no, juzgados- de ellos gozaban de magníficas proporciones, Europa no deseaba incomodar a cualquier sirviente.

Europa le vio alarmada. "No estarás hablando en serio Radamanthys. ¿Los mejores aposantos del castillo? Pude haber sido una regente, pero en éstos momentos mi posición es inferior a la tuya, y mucho más a la de un dios-" detuvo su preocupada amonestación. No, el que tendría alguna visita nocturna de una deidad era otro, No Radamanthys... al menos eso esperaba.

Suspiró cruzándose de brazos "Ciertamente Radamanthys, no deseo incomodaros." no podía negar ese impulso maternal. Nunca podría, aún si ya no habían lágrimas para llorar su muerte, él seguía siendo su hijo "puedes deparar algunas habitaciones para otros usos. Diez son demasiadas." añadió sin muchas ganas. El inframundo era muy diferente a Eliseos, pero de cierta forma tenía su encanto - de una forma muy bizarra.

"Oh Radamanthys ¿Deparaste para mi un sirviente personal?"

Mamá, buenas tardes, ¿te encuentras comoda en tus nuevos aposentos?

Sonriendo levemente la mujer dejó de inspeccionar los bordados de un orgulloso tapiz que realzaba una de las paredes del recibidor.

"Ah, Radamanthys" saludó la antigua regente de Creta "Debo confesar que fue una agradable sorpresa. Agradezco el amable gesto" agregó mientras se acercaba al formidable hombre. Era algo que le enternecía, el que a pesar del tiempo le siguese llamando madre. " Sin embargo. ¿No lo consideras demasiado?" preguntó un poco abrumada. No tenía conocimientos sobre el lugar donde sus hijos residían. Si bien era cierto que los templos - no, juzgados- de ellos gozaban de magníficas proporciones, Europa no deseaba incomodar a cualquier sirviente.

Mamá, buenas tardes, ¿te encuentras comoda en tus nuevos aposentos?

Sonriendo levemente la mujer dejó de inspeccionar los bordados de un orgulloso tapiz que realzaba una de las paredes del recibidor.

"Ah, Radamanthys" saludó la antigua regente de Creta "Debo confesar que fue una agradable sorpresa. Agradezco el amable gesto" agregó mientras se acercaba al formidable hombre. Era algo que le enternecía, el que a pesar del tiempo le siguese llamando madre. " Sin embargo. ¿No lo consideras demasiado?" preguntó un poco abrumada. No tenía conocimientos sobre el lugar donde sus hijos residían. Si bien era cierto que los templos - no, juzgados- de ellos gozaban de magníficas proporciones, Europa no deseaba incomodar a cualquier sirviente.

It’s a secret to everybody…

This is one example of a fore-edge painting from a four volume set of scientific books which are divided by season.  Each has a landscape painting of the season hidden until you begin to read it and bend the pages to turn them.

Autumn; or; The causes, appearances, and effects of the seasonal decay and decomposition of nature, 1837. By Robert Mudie.

Please reblog if you are a Roleplayer from the Saint Seiya Fandom

Someone said this fandom is nearly dead, but i refuse to believe it.

La mujer sólo vio los procedimientos en silencio. Optando por no comentar sobre la belleza. Era mejor desviar dicho tema en particular hacia una diosa. Lo había aprendido rápidamente en vida. Comentar sobre eso era una espada caprichosa con filo en ambos lados. 

Ciertamente en vida aquellos comentarios habían sido mas fáciles de manejar. En muerte, en éste reino que florecía sobre la palma de una deidad todo estaba sujeto a un fino tejido de poderes más allá de su comprensión. Políticas- eso hubiese dicho Asterión. Pero su bien amado esposo tampoco podría comprender lo corta que se quedaba la palabra en dicha situación. Un vistazo rápido a las sirvientas de la deidad era el justo aviso de las consecuencias en equivocarse.

"Agradezco de corazón la invitación su majestad." comentó accediendo a sentarse después de que la divinidad lo hiciera. Siempre había alguna intención desconocida tras el actuar de los dioses. Sin embargo, la mujer no podía negar estar maravillada con cada uno de ellos, tal como lo estuvo en vida al ver el toro transformarse en hombre "Mi estadía ha sido enteramente agradable." afirmó "estas tierras de primaveras eternas son hermosas. Las flores son vibrantes, el viento es fresco, quienes habitan éstas tierras son maravillosos."

  Suavemente inclinó su cabeza a la diosa en respeto. “Sin embargo hay algo que pesa en mi corazón” confesó suavemente “no puedo negar entristecerme al ver compañeros desaparecer cuando raudos caballeros arriban a destruir éstas tierras”

*Caminaba apaciblemente por los Campos Elíseos, cuando sintió una presencia femenina conocida... abrió suavemente sus ojos y observo a "aquella doncella"* Europa... *Ella susurro y observo detenidamente a la mujer*

La antigua regente de Creta volvió el rostro al escuchar su nombre y al saber de quién se trataba efectuó una grácil venia “Su majestad. Es un honor estar en vuestra presencia” saludó con el debido respeto. Una de las cotidianidades -si es que el tiempo debía considerarse en ésta dimensión-  en la tierra de la eterna primavera sería propiamente encontrarse en presencia de distintas deidades. Mucho antes de morir ya estaba acostumbrada, sin embargo cada encuentro era una ocasión maravillosa.