No existe una poción para la felicidad, no hay nada que garantice que recibiremos lo mismo que damos, pero esta es la magia de ser auténtico, de dar lo qué hay sin apariencia de ser algo más. La magia de encontrar la felicidad en tu propio ser. Porque en mi opinión personal vinimos al mundo siendo libres ¿Por qué escoger ser presa de lo que otros hagan? Soy dueña de mi, de lo que soy, de lo que doy y de lo que vivo. No quiero seguir permitiendo que otros seres o las situaciones de la vida se conviertan en mis carceleros, nací libre y libre me moriré.

Suave,tierna, frágil, sensible...

Si, lo prefiero, porque serlo le da sentido a estar viva, y no solamente por respirar y moverme. Prefiero ser delicada como una flor, una que tiene vida, no una de plástico. Una flor natural tiene aroma único y sus pétalos son suaves, sus colores son vivos y cálidos. Si, soy frágil sensible, tierna porque estoy muy viva para sentir y para transmitir. El ego y el orgullo algunas veces vienen a mi colocando la idea de ser una flor de plástico dura, fría y completamente insensible, sin ningún aroma distintivo. Pero continúo escogiendo ser suave porque mi corazón es blando como el algodón, en donde cómodas habitan todas mis emociones, tierna porque mi sinceridad y empatía son medicina para las heridas, frágil y sensible porque mis pétalos están inundados con el rocio del amor que tengo para dar. Si, así lo prefiero porque ser lo que soy le da sentido a estar viva y experimentar la vida misma, no solo por hablar o caminar. La vida misma es frágil ¿Por qué no he de serlo yo? No creo que debería experimentar la muerte estando en vida, ser como una flor de plástico sería ser una imitación de lo que parece tener vida pero esta muerto y no, yo quiero sentir y transmitir.

Carta a mi soledad...

Soledad, déjame esconder mi rostro en tu pecho para llorar, déjame confiarte mis dolores y la razón de estos. Soledad, permíteme refugiarme en tu vacía compañía para volver a intentarlo mañana. Soledad, déjame sentirme vulnerable a tu lado, sin tener la responsabilidad de ser valiente y dibujar en mi rostro sonrisas que no siento nacer en mi corazón. Soledad, permíteme respirar en calma mientras intento lidiar con la pena de mi pasado, con la angustia de mi presente y la desesperante incertidumbre del futuro. Soledad, regálame la serenidad del silencio para poder escuchar lo que mi alma desde sus cimientos grita. Soledad, dame las respuestas a las incesantes preguntas de atormentan mi ansiosa mente, a las cuales no encuentro las respuestas.

Soledad, déjame esconder mi rostro en tu pecho para dejar que las lágrimas broten, para en tu fría y vacía compañía encontrar la voluntad para continuar caminando mañana. Soledad, esta noche no quiero ser fuerte, ni ser valiente y tampoco simular sonrisas, esta noche quiero dejarme caer, no luchar más, aunque sea por esta noche quiero rendirme y sobre mi cama dejar sangrar las heridas abiertas, sin hacer nada para levantarme o salvarme. Soledad, he descubierto que incluso caer es necesario cuando tanto has caminado y estás cansado y yo estoy agotada. Soledad, permíteme llorar y hablar del dolor del que con nadie puedo conversar. Soledad, bríndame un refugio del mundo exterior que es tan cruel. Soledad, abrázame tu ya que nadie más parece estar interesado en hacerlo, envuélveme en tus fríos brazos, esos en los que tantas veces he encontrado calor. Soledad, tan fiel compañera, no comprendo porque tantas veces he preferido la falsa y cálida compañía de otro cuando la tuya puede ser triste pero al menos es real. Soledad, esta noche como tantas otras quiero estar envuelta en tu compañía para volver a la guerra mañana.

Encontrare quien quiera leer mis páginas maltratadas, quien no tema la oscuridad en los relatos de mi historia, a quien no le importe lo sucio y empolvado que se encuentre el libro que represento, el cual ha estado situado en la última esquina del mostrador, el cual está descuidado, el cual ha sido ignorado por tantos que teniendome en sus manos han decidido dejarme de lado y lo que ha sido peor y más doloroso me han arrancando páginas sin piedad, arrebatando parte de mi, de quien soy. Partes que aún me esfuerzo por encontrar.

Encontrare a quien anhele leer cada capítulo de mi historia, aunque no le guste leer. Encontrare quien ame cada hoja media rota o manchada de mi historia que posee tanto que enseñar del amor y del dolor. Encontrare quien quiera adentrarse en las páginas sin dejarse llevar por la expectativa de lo más hermoso, porque no, no lo soy, lo que sí soy es real, una historia basada en lo que es verdadero. Encontrare a quien no se fije en mi portada si no en mi contenido. Encontrare a quien trate con cuidado esas hojas débiles que están a nada de caerse. Encontrare quien por voluntad propia y por amor quiera volver a unir a lo que está roto, quien con cariño pase mis páginas y se maraville con estas. Encontrare ese alguien que no se asuste con lo que descubrirá, que no juzgue lo que verá, si no que intentara comprender cada letra en mi. Encontrare a ese alguien que me acercara a su pecho y allí me atesorara, de la misma forma en la que un buen lector ama y cuida su libro favorito.

Cada día muero. No me asusta morir, si no, me aterra no vivir, no experimentar la belleza que sé que existe en el amor, me asusta no llegar a sentir la verdadera calidez del amor. Me da miedo morir sin saber lo que es ser amada con pasión e intensamente. Morir y no haber admirado la luna, un amanecer o un atardecer con el verdadero amor de mi vida. Morir y no haberle leído a ese sincero amor todos mis escritos y todas mis novelas. Morir y no haber dicho un “Te amo” en miles de miradas. Morir y no haber oído su voz o visto sus ojos brillar al mirarme. Me da miedo morir esperando... Me aterra morir antes de realmente haber vivido. Morir sin haber sonreído en plenitud, sin haber hecho el amor con el fuego ardiente que la seguridad del amor sincero provoca, sin haber sentido la entrega del alma y del cuerpo.

Cada día muero. No me asusta morir, me aterra, no vivir, no lograr mis sueños, ver mis metas y anhelos convertidos en una realidad. Morir y que la vida haya sido solo esto. No quiero morir siendo solamente una soñadora, quiero ser quien soñó y logro. No quiero morir sin haber viajado a otros rumbos, sin haber visto más del mundo, sin haber conocido la parte hermosa de estar realmente vivo. Morir teniendo tan pocos buenos recuerdos, sonrisas y alegrias. No deseo irme sin haberme saciado primero de ver rostros felices en mis amados. No quiero morir sin ver a mi madre ser feliz, irme sin hacer sentir orgulloso a mi padre. Morir sin haber dejado mi huella, el legado imborrable del amor. Morir sin haber sembrado mi semilla en este mundo árido. Morir sin ser leída, que mis historias queden en el olvido, eso si, me aterra. Morir sin haber vivido, eso si que da miedo.

No me asusta mi muerte, me asusta más continuar viviendo como cadaver que respira. Quiero amar y vivir, sentir. La pasión, la intensidad y la inspiración.

Siento tanto en mis adentros, tantos sentimientos a la vez y memorias atacándome y rompiéndome. Que lo único que deseo es poder escribirlos todos, uno por uno, pero estoy tan ansiosa por todo lo que esta sucediendo dentro de mi, que no puedo. Me siento incapaz de todo y aún más de expresar lo mucho que estoy sintiendo, no sé cómo describir la guerra que está sucediendo y la cruel batalla en la que estoy muriendo.

Son solo recuerdos...

Tal vez sean solo eso, recuerdos, pero nadie habla de lo mucho que estos duelen, aún más cuando no se han sanado las heridas que causaron esas vivencias en algún momento. Las personas suelen decir que el pasado se deja atrás, que se debe vivir el presente. Pocos son los que saben que algunas veces los recuerdos nos llevan de nuevo a este lugar, por que dolió y duele aún. Nadie tiene el derecho de medir la gravedad con la que un pasado puede afectar un presente. Comprendo que las personas llevan sus penas como mejor les parezca y de esto no puedo opinar. Pero si puedo hablar sobre mi pasado y los recuerdos que vienen a mi mente destruyendo mi corazón una vez más, porque solo yo padezco de los males que me causan casi a diario. Por lo tanto, en mi caso puedo decir que no, no son solo recuerdos. Porque estos me llevan a aquellas épocas en donde la vida dolió tanto, me hacen volver a sentir aquella tristeza consumiéndome, pero lo que es mucho peor, es lo que estos causan en mi presente, lo cual es miedo, angustia, dudas, tristeza y desamor. No, no son solo recuerdos, son cuchillos que lastiman, que traspasan mi alma y hacen doler aún mi día a día. Porque ha decir verdad hay cosas que te marcan para siempre.

No, no soy una chica cualquiera...

Si te beso apasionadamente es porque intento llegar a tu corazón. Si te abrazo con tanta necesidad es porque quiero que me sientas en todo el sentido significativo de esa pura intención. Si te toco es porque quiero que puedas sentir bajo la palma de mis manos la calidez de mi espíritu, no solo la de mi cuerpo. Si me entrego a ti, si te dejo tener mi cuerpo es porque tengo la intención de que obtengas también mi corazón. No, no soy una chica cualquiera, tengo el don de amar bonito. De dar y agradecer lo que des. La habilidad de comprender y escuchar, la paciencia de apoyarte y la disposición de ser tu amiga, la capacidad de ser lo que necesites que sea. No, no soy una chica cualquiera, sé leer expresiones y tengo alta sensibilidad que me permite ser demasiado empatica.

No, no encontrarás otra chica como yo, al menos no tan fácilmente, no lo escribo para que te quieras quedar, si no, para que sepas que si has de estar a mi lado debe ser real, si no, vete sin mirar atrás. Porque una chica como yo, puede amar como la primera vez, intensamente y sin temor. Pero también sabe irse si debe hacerlo, puedo perdonar más no dejar que rompan mi corazón con toda la intención.

Soy diferente porque cada cosa que te dejo ver, porque cada cosa que doy, porque cada gesto, abrazo o beso tienen una significativa intención, la cual es que nos amemos mutuamente, entregarme y que te entregues. Pero si temes a lo diferente y a lo intenso, te recomiendo irte. No, no soy tu chica ideal.

Cerré con pestillo las ventanas abiertas en mi corazón, nadie ha podido entrar allí desde el día en que tuve que obligarme a sacar de allí a quien desee que se quedara para siempre. Cerré con seguro y candado las puertas de mi corazón, nadie más ha podido entrar allí desde que me rompieron tanto que ingresar allí es peligroso, hay demasiados escombros dentro que solo esperan el mínimo movimiento para derrumbarse. Cerré el paso a mis senderos, y a mis caminos les crecieron espinas, a mis praderas que fueron verdes, se incendiaron sin dejar vida allí, donde hubo jardines verdosos y llenos de vida, ahora solo hay bandas amarillas que indican peligro. Enterre en un hoyo mis sentimientos, nadie los ha de encontrar más. Nadie volverá a entrar aquí, este desastroso lugar es mi hogar y solo yo he de pasar dentro en donde los secretos y dolores son solo míos.

Mariposa...

Vuelas por allí sin darte cuenta de lo linda que eres, de lo hermosa que luces revoloteando, vas de aquí para allá con tu mente perdida en miles de cosas a la vez, hablando sola intentando encontrar soluciones e imaginando que todo será mejor, que lograrás ver tus ilusiones hechas una realidad. Vuelas por allí, dejando que otros admiren tu belleza, para que nadie sepa de las cicatrices de tus alas, las que sueles ocultar tan bien. Vuelas por allí sin saber que muchos quieren admirarte de cerca y otros solo quieren atraparte en un recipiente de vidrio para tu vuelo detener.

Vuelas algunas veces en contra del viento, luchando por lo que crees, por lo que dicta tu corazón. Otras solamente dejas que el viento te lleve porque están cansadas tus alas que aún rotas son tan fuertes. Vuelas sin hacer daño a ninguna flor, das y recibes, ese es tu lema, aunque muchos no lo respeten y solo quieren recibir de ti. Vuelas de aquí para allá, deseando tu hogar al fin encontrar, un refugio a tantas tormentas hallar. Un sitio en el que tú amor puedas depositar, un lugar en donde puedas confiar.

Vuela mariposa, que la vida misma te admira cada vez que sonríes aunque dentro de ti lleves un océano inmenso de tristezas. Continúa moviendo tus alas, buscando y luchando por tus sueños lograr. Vuela que aunque el viento sople fuerte en contra de tu rumbo, tus alas aún dañadas no te abandonarán. Vuela mariposa que una parte del mundo agradece tus colores y tu gracia, aunque la otra los quieran apagar y tu desgracia deseen a ti que vuelas sin maldad, esta misma a ti no llegará.

Tomando un momento para respirar...

Respiro despacio, pausadamente, como si quisiera irme y al mismo tiempo quedarme. Respiro porque estoy viva, mi corazón late con fuerza aún, más se siente muerto, porque agotado está de sentir tanto, de dar tanto.

Respiro, sin prisa, con calma, me tomo el momento para únicamente respirar, solo eso, no quiero pensar ni sentir, solo quiero respirar, ya que solo tengo la fuerza para esto. La vida se escapa como un ladron frente a mis ojos quien se lleva todo lo que soñaba para mi. La vida corriendo delante de mí corre y a lo lejos puedo ver como se burla de mi.

Respiro, lento y tranquila, queriendo irme y al mismo tiempo quedarme, preguntándome de nuevo, si de verdad mi tiempo se acerca o solo es la ansiedad y el miedo atacando de nuevo. Respiro y cierro mis ojos y lo puedo imaginar todo en mi mente, me asusta pensar en qué hay más allá. No tengo miedo de irme pero si de quedarme y que no pueda lograr nada, de que todo me siga saliendo mal. Pero otra parte de mi continúa creyendo, soñando y queriendo esforzarse.

Respiro amando tanto, queriendo dar tanto, deseando vivir tanto y añorando sentir tanto, respiro queriendo quedarme. Respiro cansada, triste, dañada, afligida, respiro queriendo irme.

Tomo mi momento para respirar y calmar así mi angustia constante de seguir siendo quien soy, dejando que se quede para siempre esa magia de ser y hacer lo que soy. O dejar de serlo, dejando un se vaya para siempre toda mi esencia.

Siendo una chica que escribe para escapar, para sobrevivir, para olvidar mis realidades, encuentro en el arte de la escritura mi salvación y mi camino. Siendo una chica que con un corazón sensible y honesto va por la vida intentando sacar lo mejor de las personas y las situaciones a mi alrededor. Algunas veces siento que camino por la vida sin un rumbo que seguir, perdida con unas lágrimas sin llorar y con secretos sin revelar, me siento frágil y vulnerable ante la vida real.

Nos juzgan cuando no hacemos nada para cambiar una situación, nos juzgan cuando hacemos algo para cambiarla. Al final nos juzgan porque ellos mismos no quieren hacer nada, entonces la enseñanza es hacer todo de corazón y con buena intención, y dejar a cada quien con el juicio de su propia conciencia. He comprendido que hacer lo que nadie más se atreve es de almas revolucionarias, sabias y valientes, también he comprendido que no es fácil ser poseedor de una alma así, no es sencillo de ninguna manera. Más con este mismo entendimiento he obtenido la satisfacción de ser diferente y de escuchar mi voz interior, aunque el mundo arda y consigo yo misma.

Me asusta repetir los mismos errores que otros han cometido conmigo, me aterra ser el daño que tengo dentro, me horririza ser el cuchillo que causa heridas. No quiero, no puedo caer en ese ciclo repetitivo y dañino. Quiero ser la luz que sé que llevo dentro, más que muchos han querido apagar. Quiero ser el amor que sé que puedo dar, del que muchos se han aprovechado y usado para luego desechar. Quiero ser todo lo que sé que puedo ser, pero hay heridas que sin sanar aún sangran y me arrebatan la capacidad. Quiero vencer en esta guerra de continuar con el mismo patrón dañino, quiero luchar por lo que amo, por quienes amo, porque sé que tengo el amor suficiente para hacerlo, pero se dificulta tanto cuando no he sanado las aberturas en mi interior que supuran dolor, ni he limpiado todo el desastre que otros dejaron en mi. Tengo miedo, mucho miedo, esto hace que me paralice y me pierda en el camino. Tengo tantas ganas de romper esta cadena que parece arrastrarme para que tome los mismos rumbos de quienes me hirieron tanto. Con fuerza intento destruir lo que lleva años y generaciones siendo así, más yo me rehuso a ser igual. Necesito curarme para volver a la guerra, pero que duro es cuando todos los días recibo golpes en las mismas heridas, que impiden que me levante del suelo.

Constantemente me siento insuficiente, pero muy dentro de mi quiero hacer todo pero físicamente no encuentro la voluntad para realizar lo que en mi corazón nace. Entonces me siento de rodillas e intento levantarme y tener la fortaleza necesaria para enfrentar la vida, la sabiduría que requiero para solucionar los problemas diarios. Constantemente huyo e intento correr, porque no creo en que pueda hacer algo. Quisiera ser más valiente, más eficaz. Quisiera poder arreglarlo todo, pero no he podido con lo que tengo dentro porque lo esquivo diariamente, ya que soy similar a un cachorro asustado. Porque me siento cansada y esto imposibilita mis capacidades. Últimamente ya no sé lo que hago o si lo hago bien o mal, he perdido la certeza o la duda de todo, solo me he dejado llevar, o más bien arrastrar por la corriente. Constantemente me autocritico, me juzgo y martirizo por mis acciones. Cuestionó y doy por menos lo que soy, me desvalorizo y me veo a mi misma como alguien incapaz e inservible. Me siento egoísta por huir, cobarde y miserable por lo que quizá debería hacer, por mis errores, por mis defectos diariamente me recrimino. Estoy perdida y no logro encontrarme.

No puedo dejar de creer, si no lo hago moriré, desapareceré como el polvo que se lleva el viento. Creer en que no todo es malo, en que existe la bondad, el amor y la amistad. Creer en que días mejores vendrán, personas mejores llegarán a mi vida. No puedo dejar de creer en lo bonito, en la nobleza, en la belleza de la simpleza. Me rehuso a dejar ir mis esperanzas, esos sueños que me hacen levantarme cada día, esas ilusiones que colocan una sonrisa en mi rostro. No puedo dejar de creer que algún día cada una de mis lágrimas serán reemplazadas con sonrisas. Quiero creer, elijo hacerlo cada día, aunque el dolor, la impotencia me golpeen con violencia. No puedo resignarme a estar viva, solamente porque respiro, quiero creer en que pronto todo mejorará, no quiero caminar sintiéndome como un zombie, me rehuso a hacer este viaje sin haber experimentado la felicidad, esa que busco hasta en las cosas más pequeñas para sobrevivir y continuar creyendo en que no nací solamente para ser un humano más, si no que vine aquí para mucho más. Elijo creer que todas mis luchas tienen una motivo que me llevará a mejores momentos, que me han estado preparando para experimentar lo mejor de estar vivo. Creo, porque de otra forma ya no sería yo misma, si no creyese, he de renunciar a todo e incluso a quien soy y viviera como lo hace muchos que viven como si se tratase de un compromiso que por obligación han de cumplir.

He comenzado a comprender porque algunas personas cercanas a mi actúan de ciertas maneras, he comenzado a entender tantas cosas que se sentían un verdadero misterio para mi. Hasta hace poco caí en el conocimiento de mi conciencia porque siempre quise arreglar y solucionar todo, porque siempre soy yo quien debe ser diferente y hacer todo de otras maneras, también comprendí porque cuando he fallado me sentía tan mal. Hace poco un despertar en mi interior me hizo comprender porque razón me siento tan cansada y desgastada con mi edad, todos me dicen estas joven aún, más yo me siento como si tuviese 150 años. Mi conciencia me hizo entrar en total conocimiento de que a mi alrededor hay cadenas generacionales, que deben ser rotas y cambiadas, entonces comprendí que desde niña ha sido mi trabajo hacerlo y que por ello siempre intente solucionarlo todo.

Pero nadie te dice el cansancio y el desgaste que provoca, podría ser comparado con cruzar un desierto desolado llevando una enorme carga sobre tus hombros, intentando cruzarla al otro lado hacia donde todo es mejor. Es un trabajo duro y solitario, nadie te ayuda ni te prepara para tomar tal responsabilidad, y algunas veces aquellas cadenas tiran de ti haciendo que caigas en esos caminos tan familiares que tanto daño hacen. Nadie me advirtió que sería tan difícil ser yo quien deba romper con estos patrones, que me causan problemas con los demás porque nadie comprende porque no actúo como ellos. Nadie habla de lo tedioso que es caminar en un nuevo camino, uno que te formas tu y que intentas descubrir para llevar contigo a los demás, ya que sería más fácil transitar por aquel que está marcado por tus generaciones pasadas y que además no irás solo. Ninguno me explico que por este camino iría tan sola y que me sentiria tan incomprendida. En este camino desértico que intento cruzar llevando esta carga del cambio y la transformación he comenzado a comprender aquellos “porque” que de niña no tenía idea.