Una melodía sin final

Entonces comprendí muchas cosas, profundizando me en la letra de aquella canción, que rebotaba mil veces en mi vida, en lo que tengo, en lo que perdí, y me puse triste, por no saber lo gran persona que soy 🎶

¿QUE MERECEMOS EN REALIDAD?

Te mereces a alguien estable, con quién puedas irte a dormir sin preguntarte si mañana te va a seguir queriendo o no. Alguien que opte por perder su orgullo que a perderte a ti.

De quien seas prioridad y no opción, alguien que te dé tu lugar. Te mereces sinceridad, amor y respeto.

En pocas palabras felicidad.

El Amor...

No confundas el amor con costumbre.

El amor se construye todos los días. La costumbre se queda en la zona de confort sin ir más allá, sin darle valor agregado a la relación más que el "Estar".

Que difícil es la vida...

Hoy solo quiero pensar en cosas que me hagan sentir feliz, que me hagan sonreír...

Una sola palabra para definir la vida: opcciones.

A veces me gustaría ser esa opción que las personas eligen. A veces mientras hago más profundo mis pensamientos, me doy cuenta que soy una excelente persona, y que no importa lo gran persona que sea. Nunca he sentido ese sentimiento de ser lo que alguien quiere en verdad. Que lastima vivir una ilusión dónde sientes ser lo que las personas escogen, y después despiertas de esa ilusión en dónde nunca lo has sido.

Mira te explico...

Uno puedo querer mucho a alguien, pero si esa persona empieza a fallarte, a ignorarte o hacer cosas que te duelan y no cambia, se empieza a perder el interés... Se empieza a perder el amor... El sentimiento... Las ganas de querer estar...

Y no importa que tan fuerte sea la atracción, el afecto que exista, el amor que se formo, por qué con las fallas cualquiera cambia y se aleja, y no estás siendo cobarde por irte, solo que merecemos más que las sobras del tiempo de alguien, merecemos más que las sobras de afecto de alguien que no sabe lo que quiere, y pretende por momentos hacerte sentir lo mejor para después desplomarte a la realidad en dónde nunca le importaste.

Y entonces uno puede comprender que no hay personas malas, si no personas momentarias, y es bueno quedarse con la escencia de su alma.