Vivir aquí y ahora.

Corren tiempos modernos y constantemente nos nutrimos de contenido, de consejos de vida que según role models son pasos y hábitos que les han dejado buenos dividendos para su éxito. Uno de ellos es la técnica Mindfulness, consiste en estar en el presente todo el tiempo, pensar en el aquí y el ahora, reconocer lo que está sucediendo mientras está sucediendo, aceptando activamente el fluir de la experiencia tal cual se está dando.

Esta técnica no es novedad para el mundo oriental, en el Budismo es donde tiene sus raíces más profundas esta capacidad que se desarrolla hasta grados altísimos. La meditación mindfulness o de insight es una de ellas y se practica en una gran cantidad de formas.

Un ejercicio práctico, es cerrar los ojos, respirar profundamente y aguantar la respiración por cinco segundos, sentir como se llenan los pulmones, la frescura que arropa a la nariz al paso del aire; concentrarse en las sensaciones, la planta de los pies, la cabeza, en pocas palabras sentir lo que estimula nuestros sentidos en ese momento. Si realizamos este ejercicio en diferentes momentos, descubriremos que nuestra mente usualmente no está concentrada, divaga entre lo que no hemos hecho y lo que haremos en un vaivén donde el único resultado son preocupaciones, estrés y no disfrutar del momento.

¿Cuántas experiencias has perdido por no estar concentrado en el momento?

Somos ciegos.

Son tiempos modernos, la ciencia ha cruzado fronteras dignas de ciencia ficción; recientemente, en China, se realizó exitosamente el primer trasplante de cabeza en humanos, también, en Suecia se han descubierto vacunas que aplican a los lactantes para evitar la aparición de cierto tipo de cáncer. La ciencia avanza cada día aunque sigue habiendo padecimientos físicos y mentales que aún no se encuentra cura. Es en este punto donde entran los métodos alternativos que han aliviado a miles de personas al rededor del mundo. En concreto hablo de la marihuana medicinal, esta planta contiene los elementos THC y CBD, donde este último tiene la capacidad medicinal para calmar dolores crónicos como la sensación que describen personas que han sufrido accidentes y que con el cambio de clima llegan a ser muy intensos, movimientos incontrolables de pacientes con autismo o alz heimer, hasta padecimientos mentales como el TOC o el post trauma. El CBD ha sido motivo de estudio por laboratorios, tanto que se ha creado una carrera universitaria donde se estudia la aportación de esta planta. Con la legalización en países como Uruguay, Chile y EUA han aparecido cientos de tiendas donde los pacientes pueden comprar diferentes tipos de marihuana que ayudan a controlar padecimientos, en concreto. Pero ¿qué pasa con los países donde la marihuana es la sangre de las venas de la delincuencia organizada?, países donde culturalmente no están preparados para este tipo de apertura que permita estas "Shops", países donde los pacientes sufren por no poder acceder tanto calidad como especies de singular aporte, la población de estos países están sin poder atender correctamente un padecimiento que podría ser un infierno para aquellos que lo tienen. Ante esta problemática han aparecido grupos de autocultivadores que se preocupan por la sociedad donde no existe mercado ilegal y sólo el libre intercambio de especies, extractos y múltiples formas de consumo que prometen aliviar dolencias, estrés, insomnio, depresiones y traumas de los cuales tanto medicamentos como tratamientos se quedan cortos en efectividad. El autocultivo es la mejor forma de desvincular una aportación a la salud humana de la sangre que ha manchado la delincuencia a esta planta.

En este punto me pregunto ¿Qué cambiaría si se legaliza el autocultivo?, ¿Cuántos productos, extractos y flores podrían llegar a estos pacientes?

La medicina está ahí, solo que la ciencia y la sociedad aún no avanza hasta donde la naturaleza ya llegó.