KENNETH.

“La mayoría de aquellos consistían en que yo tomará shots de varios alcoholes con ellos, entonces sí” Asintió, algunas de las peticiones eran un tanto exageradas y tuvo que rechazarlas, pero otras, que eran más ambientadas a la fiesta, eran mas accesibles. “Ya veo, ya veo, te ves bien” Comentó con amabilidad, aunque algo le decía que un traje así era lo que Eleazar se tendría que poner para una fiesta. “¿Vienes conmigo, o te quedarás aquí a obligar a la gente a que te obedezcan?” Preguntó con una sonrisa y ceja levantada.

❛ Oh. ¿Eso quiere decir que estás ebrio ya? ❜ Cuestiona, torciendo sus labios en una media sonrisa, con aires de socarronería dejándose entrever sobre su semblante. Por su parte, ha decidido moderarse un poco en cuanto al consumo del alcohol, por lo menos hasta asegurar que el resto de los muchachos no lo necesitara tras el volante, conduciendo hacia el pueblo para hacerse de más alcohol. Ante el cumplido del ojiazul, Eleazar le guiña un ojo a modo de agradecimiento, dejando en claro que aquello es algo de lo que su inflado ego ya está al tanto. ❛ Supongo que mi pueblo puede sobrevivir sin mí durante un rato, ❜ responde, antes de avanzar un par de pasos, deteniéndose sólo para invitar a su acompañante a seguir su camino en dirección a las escaleras.

VENUS.

Curvas decoradas con níveas telas / hojas doradas convirtiéndola en una falsa deidad / romero / especias. Podrías encontrar un mundo completamente nuevo dentro de ella, si cavas lo suficiente. Sólo ignora la forma en que su corazón late, es una maldición humana, la forma en que ella finge que puede vivir para siempre. Ahora, ahora, puedes coquetear con esos rincones de sus características. Con las llamas que engañan a los ojos para sembrar el pensamiento de que es inmortal, alargadas hebras chocolate flotando con las olas de fuego. No obstante, nunca olvides que es una diablesilla, juega con niños perdidos como él y todos terminan igual : pequeñas tumbas, lágrimas de monzón, corazones ennegrecidos. ¿Qué es lo que la hace diferente a la querida Medusa de las leyendas? Es una caminante nocturna, la doncella del diablo descrita en libros de páginas amarillentas y leyendas olvidadas. Está llena de cementerios, sólo observa cómo se enjambran en la curva más femenina, una advertencia a aquellos que pretenden conquistar su imperio ( ella lo enterrará sólo un poco al principio. Una vez que la tierra alcance su barbilla, sin embargo, puede que tenga que gritar por ayuda ) .   ▬   No te acostumbres.   ▬   no puede evitarlo : el atisbo de una sonrisa tira de la comisura diestra. Pero no ha de malinterpretarse, porque no es una curva destinada para complacerse a sí misma ni a su único acompañante en la habitación. Es del tipo que acarrea el perfume de la burla, y que sabe como a malicioso veneno. El análisis de las esmeraldas convierte los movimientos en saturninos, dudoso silencio asentándose dentro de ella durante un segundo o dos antes de finalmente colocar la palma sobre la ofrecida, abandonando el inmueble convertido en trono.   ▬   Aún me debes un baile.   ▬   recuerda / reprocha.

El pacto se cierra. Falanges entre falanges, sus dedos encuentran fácil acceso entre los de su interlocutora, entrelazándose mano a mano con quien ha decidido depositar absoluta atención durante la velada, y sonríe para sí mismo, pavoneándose por dentro a causa de estar cada vez más cerca de conseguir lo que se ha propuesto ( porque si Eleazar lo quiere, Eleazar lo tiene ). La aureola que rodea su cabeza es de oro y piedras falsas, mas no es necesario cargar corona alguna para que el joven pelinegro sienta tener el mundo en la palma de sus manos, capaz de hacer con él lo que le plazca. La vida le ha sonreído desde que uso tiene de memoria, la dulzura de los privilegios que el dinero le ha facilitado sigue presente en sus papilas gustativas ; la saborea, la disfruta a cada momento. Consciencia tiene de su mortalidad, del efímero lapso de tiempo que sobre el globo terráqueo ha de caminar, e intenciones no tiene de desperdiciar el tiempo que tiene a disposición. Joven Narciso que se regodea con ese poder que a sí mismo se ha otorgado, de la juventud en pleno esplendor que le favorece, de los placeres que la vida le ofrece. Emprende apenas el vuelo, su ascenso se encuentra apenas en su apogeo ; lo sabe. Sabe que no habrá mejor momento para él que el ahora, y algo le dice que la joven de empírea belleza a quien tiene la dicha de llamar su acompañante está al tanto de ello también. ❛ Lo recuerdo, ❜ le asegura, su camino en dirección al corredor ha comenzado ya, guiando con pasos mesurados a su doncella hacia las escaleras de la residencia. La música puede escucharse, proveniente de jardín, de la planta baja. Allá abajo, el bullicio les espera. ❛ Estoy dispuesto a darte más que un baile, pero todo depende de ti. ❜ Le guiña el ojo, sin que su semblante pierda ese notorio aire juguetón que le acompaña a menudo, y entonces le invita a bajar a su lado los peldaños.

CALLIOPE.

“Mientras no sea un ojo de verdad, puedes estar tranquilo” lo miro divertida para después alzar una ceja al verlo mejor. “Dime por favor que no vienes de rey” hablo conteniéndose la risa.

❛ Vengo de rey, ❜ corroboró sin más, sin siquiera molestarse en contener la sonrisa de alarde que se ensancha por su semblante, dejando a la vista una hilera de relucientes dientes. ❛ Y tú de reina, ¿huh? ❜ Observa, arqueando las cejas de manera juguetona. ❛ ¿No será el destino diciéndonos algo? ❜

PIPPA.

‘   si sabes que con ese disfraz no asustas ni a una mosca, ¿cierto, ele?  ‘ [ @eleazcr ]

❛ No es mi intención causar miedo, ojitos, ❜ informa, sonrisa de medio lado presente ya sobre su semblante mientras se aproxima a la rubia. ❛ Además, tú tampoco provocas precisamente terror con--- tus piernas descubiertas. ❜

SAMARA.

el marrón de sus ocelos se posa sobre su opuesto   (  el continuo recuerdo de la torpeza de sus gestos al romper en mil pedazos lo más preciado de sus relaciones, aquellas forjadas con la llegada del buen tiempo   -  torpeza enmascarada,  siendo su verdadera forma el reflejo de su subconsciente  -  ),  vislumbrando la corona que enmarcaba el rostro que solo desparramaba agror a heridas expuestas,  contraatacando ella con la misma toxicidad que había quebrado su amistad en un pasado.  « ¿ diste la orden para que no se me dejara pasar,  su alteza  ?  ¿ cuál es mi penitencia por ir contraria a sus deseos ?  »  pero la burla adornaba su tono,  tiñendo cada sílaba con la misma negrura que impregnaba a lengua viperina.  pero tanto ataque acabaría por destrozar los posibles apliques que pudiesen solventar la exposición de magulladuras,  su desinfección y su posible curación, claro que con veneno ahogando su sentido común era imposible que pudiese darse cuenta del futuro daño que pudiesen ocasionar  cada una de sus balas. «  – –   sabía que todavía sabías lo que significaba un cumplido. »  ironía respondiendo a ironía. pero su vestimenta era una blasfema en sí misma, pues aquellos contrarios a las plegarias del cielo no podían portar su nombre.

Finos labios se tuercen en una sonrisa, sombría curva que se muestra distinta a aquella que suele adornar sus aguileñas facciones ; no hay socarronería ni esa jocosidad innata que el latino parece irradiar con cada poro de su dermis trigueña. Es amargura la que esconde bajo tal gesto, un escudo de crueldad al que recurre cuando sus sentimientos quiere mantener en penumbras. ❛ Suficiente penitencia tienes con vivir contigo misma, ❜ responde entonces, al cabo de un par de segundos en silencio, con un evidente desdén empapando cada sílaba ; un tono despectivo que incluso sus propias entrañas consigue retorcer. Ponzoña que ataca al aguijón de la ojiverde, como si el trato entre ambos se tratara de una constante pelea por ver quién sale victorioso, por descubrir quién hiere más al otro. Porque no va a admitirlo en voz alta ( prefiere aferrarse a su resentimiento antes que considerar la idea de pedir y otorgar perdón ), pero la traición de a quien alguna vez llegó a tener tanto aprecio le ha calado hasta los huesos. Le duele todavía. Una nueva calada, y entonces el humo es liberado por su boca, capa grisácea que se pierde pronto en el frío aire de la noche. ❛ ¿Por qué no regresas a la fiesta, Samara? De seguro queda alguno de los Sigma a quien no te hayas tirado todavía. ❜

KENNETH.

Con una ceja levantada y una faceta confundida volteó a ver al moreno. “Sí, fue un poco divertido tratar de escoger un disfraz” Rió un momento. “Es dulce, y alcohol, creo, tres chicas y un chico se me acercaron y me frotaron queriendo que les concediera unos deseos” Tomó una servilleta y trató de quitar algo de lo pegajoso, más no pudo. “Un Genio, ¿Tú qué se supone que eres?”

Una suave risotada brota de su garganta, espontánea, teñida de una burla casi tangible que consigue contraer su rostro durante un segundo, como si el solo imaginarse a sí mismo en la situación del ojiazul le causara disgusto. ❛ Ya veo... ¿Y se los cumpliste? ❜ Inquisición bribona, que amenizada se ve por la sonrisa que continúa presente sobre su rostro mientras se anima a tomar unas cuantas gomitas del tazón frente a sí. Se lleva un par a la boca, para luego señalar la corona sobre su cabeza. ❛ Un rey, ❜ respuesta lacónica, otorgada entre mordiscos, antes de volver a enfocarse en la suciedad sobre los pectorales ajenos. ❛ Si necesitas ayuda con eso, arriba seguramente hay toallas. ❜

ISABELLA.

La diversión continúa latente, obligándole a llevar su mano a la boca para tratar de ocultar lo que tanta gracia le había procurado, no por vergüenza o disimulo, sino porque cree que él va a aprovecharse de la situación como siga riendo tan alto. “Oh, qué miedo. Mira cómo tiemblo” extendió su mano hacia él, fingiendo que temblaba, a la espera de su respuesta (que obviamente sería con la intención de molestarla). Poco a poco los pasos del más alto le obligan a ir caminando hacia atrás hasta chocar con la pared más cercana, la cual no quedaba muy lejos de su posición inicial. Eleva el rostro, clavando sus orbes oliva en su español compañero, aliviando las carcajadas que se convirtieron en una amplia sonrisa, escondida bajo aquel maquillaje de Sugar Skull. Sabe que intenta intimidarla, trata por todos los medios de hacerle caer bajo su yugo, bajo ese carácter picaresco y lascivo. Pero ambos se conocen, son buenos amigos y ella no se deja vencer fácilmente. Aunque debe admitir que el alcohol ingerido no ayuda a su propio autocontrol. “Ninguna de tus ideas me gustan. No veo por qué tu par de maneras van a disgustarme más de lo que me disgusta tenerte tan cerca” era evidente su broma, el tono burlesco incitaba al moreno a continuar con aquel juego, en lo que la mano de la francesa se posa en el torso masculino y le empuja ligeramente hacia atrás. Quizá, solo quizá, comienza a sentirse un poco incómoda por la situación, básicamente porque empieza a salirse de su terreno y siente que el alcohol no ayudará.

Primera advertencia. El empujón que recibe le anuncia que, nuevamente, está por cruzar la línea imaginaria que siempre le ha apartado de la joven francesa ; aquella que durante más de una ocasión ha intentado disipar, quitar de en medio para darse libertad a sí mismo de aventurarse en terrenos que completamente atrás dejen lo platónico. El pelinegro sabe lo que su cuerpo desea, consciencia tiene de esa atracción que, por más que intente reprimir, parece burbujear a la superficie, renacer e intensificarse al mismo tiempo, cada vez que el alcohol forma parte de la ecuación. Sin embargo, familiarizado está también con el continuo rechazo que ha recibido por parte opuesta ; la insistencia con la que la francesa le ha asegurado que nada entre ambos va a ocurrir. Así que se detiene. Se obliga a sí mismo a hacerlo, pues despertar incomodidad no es lo que pretende. Apoya su palma derecha sobre el concreto a espaldas femeninas, extendiendo su brazo a costado de Isabella, interponiendo, de esta manera, nueva distancia entre los dos, aunque sin verdaderamente apartarse. ❛ Oh, vamos. ❜ Se muestra incrédulo, su ego demasiado inflado como para aceptar la idea de que su cercanía cause disgusto en ella. ❛ No parecía disgustarte aquella vez en el armario, ¿lo recuerdas? ¿Aquella vez que a nada estuviste de besarme? ❜ Se burla, aunque sin verdadera malicia, solamente para tomarle el pelo. 

CLEO.

reconoce al instante de quién se trata, al momento en que su mirada se encuentra con tal familiar rostro; palabras que no tardan en provocar que sus ojos rueden, demostración evidente de ironía. “¿ladronzuela, huh?” toma la palabra mencionada por el mayor y la hace propia, tintando la misma con aquel sarcasmo que en compañía del latino era casi esencial. a pesar de que él se inclina, se adelanta, ella mantiene su postura intacta. “creo que a quien menos le tengo miedo es a joaquín.” admite, a fin de cuentas, el líder la conocía desde hacía años, y en su momento habían sido muy buenos amigos. “¿compartir? no estoy demasiado segura, necesito algo más que tu silencio.” eleva los hombros, oscuros labios se presionan entre sí, falsa significación de lástima, pena. abre la botella y vierte un poco en dos pequeños vasos, los utilizados comúnmente para shots. “¿cómo te ganarás el otro?” índice se presiona sobre el vaso, el cual mueve unos pocos centímetros hacia adelante.

Chasquea la lengua, gesto tanto despectivo como reprobatorio ante la condición propuesta por su interlocutora, y niega con la cabeza para dejar en claro su desaprobación mientras se inclina un poco más hacia el frente ; antebrazos apoyándose ahora sobre la superficie de madera, dándole acceso a aproximarse unos cuantos centímetros más a quien de frente le observa. ❛ Siempre tan oportunista, Evans. ¿Nunca te enseñaron tus padres la importancia de compartir sin esperar nada a cambio? Se le llama generosidad. ❜ La burla se muestra evidente en sus palabras, socarronería que se apropia pronto de la curva sobre sus labios. Entonces, sus cejas se arquean en lo alto de su semblante, como si de dos signos de interrogación se tratasen. Él nunca tiene que esforzarse mucho para ganarse algo, a él las cosas se le son ofrecidas en bandeja de plata desde muy temprana edad. Si Eleazar lo quiere, Eleazar lo tiene. ❛ Si lo que quieres a cambio son favores sexuales, sólo tienes que pedirlo. Sabes que no me voy a negar. ❜ Un guiño juguetón es obsequiado mientras toma el trago que se le tiende. 

VENUS.

Campos elíseos adoptan la inmaculada tonalidad invernal durante un alargado instante, hiperbolizada vejación coloreando un lienzo de naturaleza apática. Es una obra de arte : capa sobre capa de arrogancia para enterrar la vulnerabilidad existente en su centro. Pero uno se encontraría con el minotauro mucho antes de poder desenterrar el primer nivel del laberinto dentro la mujer en la que se había convertido. No, no. no. Ella no es una mujer, es una guerra librada dentro de un cuerpo destinado a destruir y arrasar, sus deseos tan carnosos, tan sucios e impuros que no podían venir sin penitencia ni algunos daños colaterales. Consciente está de que ésta enfermedad creada entre los dos era sólo eso, una simbiosis de naturaleza parasitaria que necesitaba a ambos para sobrevivir. Después de todo, un virus no puede sembrarse y convertirse en plaga si es nutrido por un solo anfitrión.   ▬   Primero consigue el alcohol, luego veremos la parte de menos ropa.   ▬   ordena como quien porta una corona de oro y gemas preciosas sobre trenzas bicoloras, arco diestro arqueándose poco después.

Triunfante es la sonrisa que se apropia de sus labios, presumida. Aires de satisfacción le inflan entonces el pecho, pues si bien el juego parece apenas haber comenzado, el sabor de la victoria puede ser saboreado en anticipación. Ni siquiera la soberbia que empapa cada sílaba entonada por su interlocutora consigue desalentarlo ; la aparente indiferencia que constantemente recibe de su parte se ha convertido en su gasolina, sustancia que lo impulsa a aferrarse a la joven fémina como infante encaprichado, ansioso por poner sus manos sobre un juguete nuevo. Porque se ha visto cautivado por el brillo que la figura curvilínea irradia y, acostumbrado a obtener siempre lo que desea, dispuesto está a apoderarse de él incluso si el riesgo corre a ser cegado por el mismo. ❛ Sabía que no me defraudarías. ❜ Acepta gustoso las indicaciones expuestas y abandona su sitio para ponerse de pie. La palma de su diestra es mostrada en dirección ajena, invitando a quien observa a que se una a él en su próximo recorrido hacia el festejo que se lleva a cabo en la planta principal de la residencia. ❛ Venga, la fiesta empezó desde hace rato, princesa. ❜

CALLIOPE.

“Te lo juro, estos ojos están deliciosos”

❛ Esa debe ser la oración más bizarra que haya escuchado en mi vida. ❜

KENNETH.

Se econtraba parado frente a una de las mesas con varios dulces, arreglando su atuendo el cuál había sido manchado por uno de los invitados. De reojo vió a alguien acercarse mientras quitaba dulce de su pecho. “Todo lo que ves aquí tiene alcohol de alguna manera”

Un descarado vistazo es dedicado al atuendo del rubio, acompañado por la bribona sonrisa de media luna que se ha apropiado de sus labios. ❛ ¿Hasta tú? ❜ Se burla, con una maliciosa jocosidad tiñendo sus palabras, antes de liberar una suave risa. ❛ Tienes un poco de... algo en el pecho, Kenny. ------¿Qué se supone que eres? ❜

SAMARA.

filtro sobre sus labios, coloreándolo de la tonalidad de su labial   (  rojo  :  color de la violencia  /  color de la lujuria  /  color de la sangre,  la misma que decoraba la temática del hogar  ). dígitos encendieron el mechero,  prendiendo el cilindro,  mientras pasos se posicionaban junto a una figura.  «  bonita fiesta,  ¿ uh ? »  humo escapándose de sus labios,  ahogando la posible sátira o veracidad que pudiesen albergar sus palabras.

El timbre de voz que a su costado se hace escuchar es suficiente para ganarse su atención ; una mirada que hasta el momento se ve serena se detiene sobre facciones femeninas, sobre un perfil que, tras reconocer, ocasiona despertar una agria sensación en el moreno. Suelta un bufido, risa sardónica, y se lleva su propio cigarrillo a los labios para darle una calada mientras desvía nuevamente la mirada. ❛ ¿Quién te dejo entrar? ❜ Se queja, aunque su voz permanece serena pese al deje de amargura que se deja entrever. Después, le mira de soslayo, echándole un vistazo a su inmaculada vestimenta. ❛ Lindo disfraz, ❜ la ironía es evidente, la sorna queda implícita en cada vocablo. Lucifer personificado ; un alma malévola escondida bajo la belleza de un ángel. Nada de lo que ve le inspira pureza.

ISABELLA.

Como si el simple hecho de que su víctima hubiera sido él aumentara la diversión del momento, ríe aún más fuerte (si es posible). Las carcajadas son terribles, obligándole a doblarse ligeramente por el dolor que éstas causan en su abdomen. Se está divirtiendo, mucho, y la reacción de él le parece incluso más entretenida. Logra calmar las risas, solo para poder respirar un instante y contestar, con voz sofocada. “Yo voy a ser el rey león y tú lo vas a ver” canturreó la canción infantil con una sonrisilla ensanchando sus comisuras. Le dolían inclusive las mejillas de tanto sonreír. “¿Y cómo planeas castigarme, su majestad?” Sonó con cierto tinte cínico, elevando el rostro y encarando a su amigo.

Contagiado se ve inevitablemente por las carcajadas de la muchacha, liberando entonces un par de risas él mismo mientras continúa acercándose, acorralando de poco a la figura femenina, conduciéndola hacia la pared más cercana. Le gusta escucharle reí, incluso cuando es a costa de su propio infortunio. Incluso cuando está burlándose de él. ❛ Para de reír, es una orden, ❜ le dice, aunque la sonrisa, que revela ahora su blanca dentadura, no desaparece de su rostro. aunque sí se le suman aires pícaros. Se detiene entonces a escasa distancia, pocos centímetros le separan de su presa. La dinámica entre los dos siempre ha sido juguetona, y no ayuda mucho que el alcohol en sus venas lo desinhiba más. ❛ Puedo pensar en un par de maneras, pero dudo que vayan a gustarte. ❜

ISABELLA.

Malévola, se escondió tras la puerta de entrada a los baños, de cuclillas. Le encantaba hacer bromas como aquella, y ahora no sería menos. Cuando escuchó unos pasos acercarse, salió de su escondite para ponerse en pie y darle un susto al desconocido. “¡Truco o trato!” Gritó, a la par que soltaba una enorme carcajada por la reacción contraria. 

La abrupta interrupción a su camino le roba un respingo, sobresalto que suficiente se ve para que sus manos pierdan estabilidad ; sus dactilares resbalan entonces sobre el plástico que sostienen, ocasionando que el trago a medio acabar que en su diestra lleva colisione con el suelo a sus pies, salpicando el par de botas medievales que ha alquilado para la ocasión. Eleazar no puede hacer más que observar el desastre y, con una mueca ya sobre los labios, busca a la responsable. Achica la mirada, con tintes maliciosos dejándose entrever sobre su semblante, al reconocer a la francesa. ❛ Has derramado el trago de tu rey, ❜ comunica, voz jocosa, bromeando, mientras se acerca con sigilo a la rubia. ❛ Habrá que castigarte, Izzy. ❜

CLEO.

“¿cuánto crees que les importe a los sigma que saquee su cocina? —se terminó el vodka del bueno, y para mi suerte, sé dónde lo guardan.” menciona a un tercero que no reconoce, ignorante de quién se trata, vestigios de alcohol que ya navegan su sistema. una botella del elixir mencionado es lo que sus dígitos envuelven cuando la quita de un sector de la alacena, y no es hasta que deja un par de vasos sobre la mesada y busca asiento en uno de los taburetes, que su mirada se alza para encontrarse con su nueva compañía.

❛ No creo que a Joaquín vaya a gustarle mucho saber que tenemos a una ladronzuela entre nosotros, ❜ responde con tintes socarrones, característica jocosidad que impregnada se ve incluso en la sonrisa de luna menguante que sobre su rostro lleva. No hay reproche ni juicio verdadero en sus palabras, sin embargo, pues le tiene sin cuidado que la joven fémina tome una de las tantas botellas que almacenadas en la alacena se encuentran. Cuando le tiene de frente, Eleazar coloca sus manos sobre la mesada, palmas apoyadas sobre la superficie, mientras él se inclina hacia el frente, despreocupado, ligeramente embriagado por los tragos ya ingeridos. ❛ Pero Joaquín no está por aquí, y nunca he sido un soplón, así que... Mientras compartas, todo estará bien. ❜

Eleazar Duarte attends the Sigma’s Halloween Party as King.

KENNETH.

Respondió con una pequeña risa, pensó que a lo mejor alguna otra persona hubiese devuelto un insulto o quizás un golpe, se agradeció a sí mismo que no haya pasado. “Ugh, no, yo odio esa mierda que compra la gente, no entiendo cómo pueden tomar eso” Agregó a sus palabras asentimientos y sacudidas de cabeza para resaltar su punto. “Conozco un buen bar por aquí, está un poco escondido para que los que compran cerveza barata no vayan a hacer el ridículo” Carcajeó mientras tomaba unos pasos.

time lapse / Se detiene frente al establecimiento, mirada crítica analizando el escaparate de luces neón que parpadea frente a él ; una de las letras que conforman el nombre del lugar no enciende y desde el exterior puede escucharse el sonido ahogado de música que dentro de sus géneros preferidos no se encuentra, y aquello es suficiente para que, quien está acostumbrado a concurrir los mejores sitios de moda en sus tierras, se muestre vacilante a adentrarse en el bar. ❛ ¿Es aquí? ❜ Cuestiona, mirando de soslayo a su acompañante. No quiere mostrarse quisquilloso, mas le resulta imposible. Desde su perspectiva, se trata de un lugar de mala muerte, una cantina de ancianos que recurren a ella después de su jornada de trabajo. Puede anticipar el olor a puros y a escocés barato, más sin embargo, decide no retractarse. No todavía.