Daniel parte 2

Tras aquella visita fugaz a la famosa cama hinchable, y estando ambxs tumbadxs en la cama boca arriba, sin ropa, disfrutando del aire que corría por una gran ventana típica de sótano, que conectaba con un pequeño patio inglés y que convertía aquella calurosa mañana del mes de agosto en una más agradable, miré a Daniel y empecé poco a poco a percibir de una manera diferente aquel cuerpo de casi 21 años que tenía a escasos 20 centímetros del mío.

Comenzamos a hablar. Me contó la historia de aquella casa: comenzaron a construirla cuando él debía tener unos 8 años, y poco antes de estrenarla, a sus 10, el padre falleció a causa de un accidente, propiciado por tristes motivos que mantendré en el anonimato, por respeto a ambos. Y es que aquel pequeño huérfano cambió su mirada al hablar de aquel héroe que según sus propias palabras, había salido de la nada y gracias a su inteligencia, consiguió llegar a lo más alto. Aun sin saberlo, enterneció mi duro corazón con la sonrisa que, disimuladamente y a la par que unos ojos claramente humedecidos, empezó a dibujarse en su rostro. Quizás lo notó en mis ojos. Mi madre siempre dice que los ojos son el espejo del alma. Y los míos son grandes y expresivos. Se puede ver en ellos tanto el fuego del infierno como el reflejo de dios, según la persona a la que tengo delante.

El silencio se hizo eco, y de repente, él pareció escuchar un ruido que relacionó con la posible llegada de su hermana mayor, de 25 años, a lo que ambos reaccionamos saltando al suelo y buscando con la mirada cada uno sus respectivas prendas de ropa. A decir verdad, yo buscaba más abruptamente, dado que él solo llevaba un bañador, por lo que no había mucho que encontrar. Y tuvimos suerte, ya que resultó ser un simple ruido en el jardín, pero aun así, y puesto que yo vivo solo, me dispuse a ofrecer cambiar de ubicación, para poder estar más tranquilos y sin sobresaltos. Serían las 13:00, y mis ojeras empezaban a dejarse notar cada vez más, con el paso de las horas. Pero en aquel momento, nada más ofrecer mi casa, y tras haber tenido una gran experiencia física con Daniel, acepté en mi mente que quería pasar todas las horas que fuesen posibles junto a él. No por su cuerpo, sino por su mente y sin duda, por su corazón. Un maltrecho corazón, que sin duda tanta gente ha intentado amar (incluso en su familia) sin éxito. Por qué? nunca lo sabré, aunque el mío es ciertamente parecido. Y es que, cuando sufrimos mucho, nuestro corazón declina el amor, por el simple hecho de que para amar hay que abrir la puerta de la presa: y no suele entrar agua, sino que más bien sale mierda. Y mucha. En mi caso, no sé hasta qué punto estoy preparado para volcar tal cantidad de basura en otra persona y resistir a la experiencia....

Cómo es tu caso? qué sucede cuando abres tu corazón? Es como el de Daniel?

XXX.

ADICCIÓN

Es increíble. Nunca pensé que confesaría esto. Pero si, lo estás leyendo y probablemente tú también has pensado lo mismo que yo. Somos auténticos adictos. La sociedad nos ha hecho así, no creo que seamos los culpables últimos del asunto.

Si echo la mirada atrás, un día fui sensible. Y no es que ahora no lo sea, es que el mundo me ha vuelto fríx. Soñaba con levantarme junto a esa persona a la que abrazar y proteger, por la que sentirme protegidx, y lo único que tengo varios años más tarde es un grindr lleno de taps y gente mirando mi cuerpo, pidiéndome fotos desnudx y rifándose la herencia física que me han dejado mis padres a precio de lata de cerveza + cigarro. En serio quiero esto?

Yo también he caído, durante mucho tiempo, en esta fugaz trampa. Y por desgracia, ahora soy adictx. Pero si lo pienso fríamente, a que soy realmente adictx? Es a la app, es al sexo, es a conocer gente? La respuesta es No. Soy adictx a las ganas que tengo de conocer a alguien que de verdad merezca la pena. A esa persona que todos buscamos y que no parece existir, y cuando lo hace (una vez cada 5 años), resulta que no le gustamos. Y es que, aunque soy una mezcla de angel y demonio, cuando alguien me gusta de verdad, la picardía queda diluida en el ambiente, y como dice una gran amiga, "lo bueno no vende".

Hola, me llamo XXX. Qué tal? tengo 35 años, aunque parece que tengo 25. Mido 180, peso 75 Kg, y entreno todos los días. Me encanta la ciencia, la mecánica, descubrir cómo y por qué funcionan las cosas, desde una moto hasta el universo o el alma. Creo en dios? a mi manera, y reconozco que no me gustaría alguien excéptico. Pero no creo en ese dios de túnica blanca y barba larga que te venden desde que somos pequeños, que te castiga si te masturbas o te lo pasas bien una noche con alguien de tu mismo género. Creo en ese dios que algún día se sintió solo y tuvo la necesidad de crear, y con su imaginación inventó el universo y sus equilibrios, la cuántica, los números, las integrales, los números primos, las incógnitas, las soluciones, la velocidad de la luz, la gravedad, la fuerza electromagnética, las fuerzas nucleares débiles y fuertes, el amor, la esperanza, el dolor, la soledad, el llanto, y también el consuelo, y sobre todo, la esperanza. "confía" escuché una vez. Y ya lo creo que confío. Confío en que al final, en esta existencia todos llevamos dentro un pedazo ínfimo de aquel pensamiento de un ser que necesitó crear para sentir y sobre todo para amar. Y reconozco que no siempre amo, claro que tengo mis momentos de humor negro, de reírme de lo que no debo, de afilar mi parte mala. Pero en cuanto tomo conciencia, lucho contra ello e intento reconducirme, sin flagelarme por ello, en un camino de equilibrio que he aceptado como correcto. No es mi intención ser perfecto, pero si caminar por el lugar más equilibrado posible para tratar de sacar el máximo partido a esta gran experiencia que es la vida, la cual sea dicho de paso, considero que es de mero paso.

Y es que hoy tengo unas ganas terribles de amar y ser amado. Son las 12:04 del jueves 27 de octubre de 2022, y aquí me encuentro, compartiendo contigo mis miedos y esperanzas, sin saber quién eres, sin conocer nada de ti. Tú tampoco conoces nada de mi, y esa es la magia de poder comunicarnos sin saber nada del otro lado. Y sin conocerte, me pregunto, cómo habrán sido tus experiencias? como te sentiste cuando amaste y el boomerang no volvió de vuelta? es mucho más común de lo que nos pensamos, porque por muy perfectx que seas, la otra persona detecta la posición que tiene en el amor, y todos buscamos posiciones fuertes, aunque para amar de verdad, ambxs debemos bajar las barreras. Y pocxs estamos dispuestxs a hacerlo... porque nos da miedo. Nos da terror que nos vean con las defensas bajas. Queremos aparentar ser lxs mejores, lxs más fuertes, lxs más chulxs e interesantes. Pero la realidad es que somos unx más en este mar del tiempo, que va pasando y conforme avanza, nos da más y más madurez en este aspecto, la cual nos permite plantearnos qué es lo que realmente queremos.

Estas listx para bajar tus defensas y dejarte amar? Qué te da miedo? Qué te gusta de esa persona que amarías hasta la saciedad?

Se tu mismx. Cuando el reloj deje caer su último grano de arena, créeme, a nadie le importará ni sabrá que pasaste por esta vida. Piensa en cuantas personas vivieron en el año 1648 en tu ciudad. Piensas que queda algo de ellxs? probablemente solo algunos huesos. Cuantxs de ellxs se amaron? cuantxs se odiaron? cuánta gente murió sin decirle a otra persona que le amaban?

No dejemos que el tiempo nos arrebate ese derecho fundamental que la vida nos regala. Al final, serás polvo, igual que yo, y todo lo que no hayas hecho, ya no podrá ser.

Te apuntas a dar un paso adelante y a luchar por aquello que quieres, sin miedo?

XXX.

SOÑANDOTE, parte 1

"No me ha sentado mal nada ni así, pero creo que es mejor dejarlo ahora como me dijiste tú, hay que saber parar a tiempo y también creo que es injusto para ti porque no se si siento lo mismo que tú. Y eso lo que tú dices, seguimos siendo amigos y el resto se pasará, eres mazo especial y me renta ser tu amigo".

Así terminaba, hace dos meses, la historia de amor más increíble que he vivido en mi corta existencia por aquí, tras dos semanas maravillosas en las que disfruté, aprendí y sorbe todo, viví por primera vez lo que suponer ser tu mismx, en el mundo del amor.

Y es que no siempre somos con el mundo tal y como nos gustaría ser... tenemos males, tristezas, miserias de todo tipo, penas, recuerdos, miedos y todo un ejército de Arcontes vivientes en nuestra mente que no solo nos impide ser tal y como realmente somos, sino que además, nos hace levantar una barrera infame que nos separa del resto de la existencia por un velo de apariencias y mentiras que, tarde o temprano, acaban cayendo.

Soy hombre. Me siento hombre. Me gustan los hombres. Hijo de homófobo, pequeño de 5 hermanos, rodeado de una familia que nunca supo, o eso creí, entender lo que pasaba por la mente de un chaval que a los 18 años descubrió su verdadera sexualidad cuando se enamoró de su mejor amigo.

He flirteado con el amor. El amor también ha flirteado conmigo. Y siendo sincero, nunca hemos firmado ningún acuerdo satisfactorio. Viene a ser como esas reuniones de mierda que mantienen Putin y Macron en una mesa de 12 metros, donde el único acuerdo posible es pegarse un tiro o salir de allí vestido de muñeca rusa. A propósito de eso, has visto la serie? Ella tiene un gato que se llama Avena... parece que está loca, pero en el fondo es la única que se entera de qué va la trama, y es lo que le convierte en una de mis series favoritas. Además, suena "never forget me" de Noisettes en uno de los primeros capítulos. Puede ser más genial?

Al final todxs tendemos a pensar que el amor es eso que vemos en las series y películas pero que no nos pasa a nosotrxs. Craso error. Un día llega, y como un tsunami, entra por tu puerta e inunda toda tu existencia. Y de qué la inunda? no sabría muy bien que decir, si de oro o lodo... (tú que opinas?). En mi caso, llegaba de un vuelo de Nueva York un domingo 14 de agosto, y a las 10:00 am, sin poder dormir debido al exceso de café, decidí encender el Grindr. Y muchxs me diréis: pero de verdad esperas encontrar el amor y tienes esa basura? Pues si. Porque no salgo de fiesta habitualmente, y no tengo muchos más medios para conocer a otros chicos, muy a mi pesar. El caso es que mi insomnio y yo escuchamos el móvil vibrar, y acto seguido vi que alguien de 20 años me preguntaba si quería quedar. No me gustó mucho la foto que ví, no era mi tipo. Me suelen gustar algo más mayores ya que necesito que tengan conversación, aunque sea para un simple polvo. Y el caso es que decidí no contestar e intentar nuevamente dormir. Pero volvió a escribir, dos y tres veces, así que respondí un simple "busco más mayores, lo siento". No debió caer muy bien la respuesta, ya que insistió aun más y me pidió que le diese una oportunidad. Finalmente accedí, y me acerqué, tras ducharme, a su casa, que estaba a escasos 5 minutos de la mía.

Al llegar, aparqué en la puerta y pensé: qué estás haciendo? llevas 20 horas sin dormir y aun tienes cuerpo de esto? poco me faltó para santiguarme, a ver si se me desprendían los demonios sanguijuela... y llamé. Tras un par de minutos esperando a las puertas de aquella lujosa casa (la prisa brillaba por su ausencia), salió, sin camiseta, en bañador, a abrirme. Se trataba de un chico de aprox 1,85m, pelo a media melena alborotado (se notaba que levaba días sucio), moreno pero canoso, algunas arrugas en la piel, prontas para su edad, y cuerpo descuidado, y poco sonriente. No era nada del otro mundo, pensé. Y la realidad es que así era: alguien simple por fuera, con alguna que otra sorpresa por dentro.

Nos sentamos en aquel porche exterior, ese mágico lugar que días más tarde aprendí a amar, y pude comprobar cómo su casa se encontraba vacía. "ha estado alquilada durante años y ahora hemos conseguido echarles, llevaban tiempo sin pagar" me dijo. Me pareció lógico, no había ni un solo mueble, a excepción de la mesa y cuatro sillas de exterior donde nos hallábamos.

De pronto, se hizo un porro. Yo por mi trabajo no puedo consumir drogas, aunque reconozco que siempre he fantaseado con hacerlo, pero el sentido de la responsabilidad en ese aspecto me puede. Y sin más, saqué mi paquete de cigarros mentolados con clavo, y me encendí uno. Cuando quise darme cuenta, ibas uno detrás de otro.

Poco a poco, fuí reparando en que Daniel (no es su nombre real, pero por razones obvias, le llamaré así) parecía descuidado. No tenía pinta de comer muy bien, sus pies estaban sucísimos (realmente es que caminaba descalzo casi todo el día en casa), olía como si llevara días sin ducharse, el pelo estaba grasiento, no era muy guapo, y la verdad es que aquello realmente no me gustó. No es que sea especialmente escrupuloso, pero sinceramente, pido unos mínimos. Vale, mis amigxs dirían que esto último es mentira, si que soy muy escrupuloso. Pero de verdad que no exagero.

No puedo expresar el poder de la palabra de Daniel. Conforme me iba hablando, se iba volviendo más y más atractivo. Reconozco que hubo un detalle que me cautivó, y es que su padre había fallecido cuando era aun pequeño. Es un detalle que nunca sabré por qué, pero me genera ternura hacia la gente y me hace unir lazos más fuertes, creo que me resulta más fácil confiar. Iban pasando las horas y finalmente nos bañamos en su piscina, una de esas lujosas piscinas que no requieren cloro sino sal, la cual nos dejó el cuerpo más salado que el mar, por lo que le pedí si podía ducharme. "no hay agua caliente" me dijo, pero con tal de limpiarme, y ya de paso limpiarle a él, era capaz de soportar el tan odiada agua fría.

Nunca he sido muy vergonzoso. Estoy habituado a desnudarme en los vestuarios del gimnasio, así que no tengo mucho pudor, por lo que abrí el grifo, me bajé el bañador y me metí bajo el agua fría, delante de él. Y como se quedó mirando, le dije que por qué no se metía. Esa sería mi ocasión para que se duchara! y así pasó. Acabamos secándonos y yendo a su habitación, que tan solo tenía una cama hinchable y un adorable proyector de 60 euros conectado a un portátil.

Así comenzó aquella aventura, en la que poco a poco comencé a enamorarme de aquel chico, del que a día de hoy aun sigo enamorado. El final ya lo conoces, pero desde aquel 14 de agosto hasta el último día que le vi, dos semanas más tarde, pasaron cosas tan maravillosas, y descubrí a una persona tan única, que no puedo por menos que ir relatándolo, poco a poco, compartiendo con cada unx de vosotrxs aquellos momentos de amor, otros de angustia, otros de inseguridad y finalmente los de miedo, que son los que todxs nosotrxs debemos aprender a controlar para no ser consumidxs por él.

Tengo miedo? por supuesto. Nunca me he abierto. Nadie me conoce tal y como vosotrxs me estáis leyendo. Pero el miedo no va a vencer mis ganas de venir aquí afuera y deciros: hay que vivir. Y vivir no es sino vencer al miedo.

Te gusta este post? déjame un comentario. Soy uno más caidx de las estrellas, y cada día iré contando esta pequeña aventura, y muchas otras más.