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amargotropico · 2 months
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MeKas
consuming dystopia
la caída de la última ciudad
no más viaje del héroe, por favor
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amargotropico · 2 months
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Cherries de British Columbia
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amargotropico · 2 years
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“Pero la mujer gorda seguía delante y la gente buscaba las farmacias donde el amargo trópico se fija.” Lorca
El regreso de Amargo Trópico?
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amargotropico · 4 years
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A imagen y semejanza
Es común asociar desmesuradamente al autor con la obra que ha escrito. Si una obra literaria es contundente y genial no precisa de referencia biográfica ni histórica alguna, al menos en un inicio. La literatura es universal. Muchos lectores confunden por ejemplo, el realismo visceral con el infrarrealismo, piensan en Los Detectives Salvajes como un libro histórico y corrompen la realidad con los mitos. A los infras, ahora en su actual popularidad, les convendría más ser estudiados y leídos que exaltados como héroes de las drogas y el camino. Eso, si bien puede ser un aspecto, los minimiza. Lo mismo significa no entender el aporte de personas que no sean Bolaño y Papasquiaro a ese grupo. Por ejemplo la creación y difusión poética que realizó dentro y fuera del infrarrealismo José Vicente Anaya, recientemente fallecido. Solitario y radical poeta que viajó del Haiku al Hikuri. Anaya mostró que la convicción de persistir no caduca con la juventud ni con la fama, y que la literatura es siempre un arma cargada.
Si separamos al autor de su obra y de todos los usos comerciales y publicitarios, veremos que El Aleph no tiene nada que ver con Pinochet, que Rulfo no retrata a “nuestros indios” y que La Feria no pierde una letra por el testimonio de Poniatowska.
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amargotropico · 4 years
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Frente a la página en blanco #2
La tipografía es muy importante al escribir. Cada narración requiere un tipo de letra preciso, tal vez Palatino. Un poema que haga algo con el lenguaje jamás estará escrito con Comic Sans.
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amargotropico · 4 years
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3 ideas para cuentos
#1 Un mundo donde Kurt Cobain pasa horas mirando Ren y Stimpy,  Adventure Time y Rick y Morty.
#2 Lo que hace ahora alguien que en 1993 acudió al Unplugged de Nirvana.
3# Lo que hace ahora alguien que murió en las Torres Gemelas [Sic].
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de Pedro Lacentra
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amargotropico · 4 years
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La ineficacia mordaz de vivir
Me preguntó de manera recurrente, en medio de este verano pandémico, si vivo una crisis en el encierro, una frustrante existencia de clase media, o, de otra manera, vivo solo simulaciones reales y cibernéticas que apenas delatan lo que es la realidad. Ir a la tienda o sentir los hoyos en la bicicleta parecieran a veces tan ilusorios momentos como comprar algo por internet o acceder a Youtube, la televisión abierta del siglo XXI.
Estas preguntas que parecieran no tener ningún sentido, ni pies ni cabeza, se han detonado en recurrentes momentos dado mi inevitable emocionalidad humana y añeja. Por ejemplo, cuando hace más o menos diez años limpiaba los pisos y las camas de un hospital ginecológico en el turno nocturno, de 8 de la noche a 8 de la mañana, tres veces por semana. Era un buen trabajo, pese a lo coprofílico que en ocasiones podía ser. Una noche llegué a la oficina donde se asignaba el trabajo por el resto de la jornada y me enteré que en las covachas de almacenaje, donde se guardaba escobas, trapos y demás utensilios para la limpieza, había muerto un jefe del turno anterior. Se había acostado y simplemente no despertó. Era común que los intendentes tendieran un cartón y tomaran una paca de jerga como almohada para echar la siesta. Todo eso me voló los sesos. Fui movido por el morbo a ver el lugar de su muerte, había unas flores y dos o tres veladoras. Alrededor todos bromeaban y reían, nada se detuvo por su muerte. La limpieza, el humor, el día siguió. Tal vez quien lo descubrió vivió una sacudida, seguro su familia estaba triste, pero la vida laboral no paró. El sujeto, a quien apenas vi un par de ocasiones, murió sin lamentaciones ni exabruptos, así como vivió. Burócrata durante 30 años hasta su muerte, a nadie le importó si fue libre o feliz, no era el mejor en nada, pero tampoco el peor. Y listo.
Estas miradas de lo más despiadadas, tanto mi juicio hedonista de la emoción, como la de una realidad que no acepta cambios ―en la cual nada ocurre ni nada perturba el orden mundial, ni la bolsa de valores, ni la gravedad, ni las leyes cuánticas―, estas miradas son lo que se puede denominar la ineficacia mordaz de vivir.
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Anonymous © Stuart Paton 
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amargotropico · 4 years
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Otro momento de la máquina del tiempo
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amargotropico · 4 years
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Paradoja temporal #439
¿Qué carajos es el tiempo? Una hecatombe de sentidos. Hasta ahora entiendo, después de ver muchas películas de viajes en el tiempo, que solo vemos la fecha porque esta se encuentra en los periódicos, nadie la ve de otra manera. Bueno si es necesario en el celular, en algún calendario… pero realmente poco.
Tal vez por eso, además de que sirve para envolver y levantar mierda,  existen los periódicos impresos. Comprarlos es casi un acto de nostalgia. ¡Y pensar que hay gente que trabaja en ellos! Yo lo hice, me encantan y los compro. Pero sin duda es un acto moderno y del siglo pasado.
Así es la nostalgia, la de escribir en manuscrita, mandar un mail. Actos que también hago. Poner signos de exclamación e interrogación al principio de la oración. Esto es el tiempo y la nostalgia. Los blogs y los parabuses. La nostalgia y el tiempo.
De hecho, escribir es pura nostalgia. Tanto que quisiera mi columna en La Prensa.
Por cierto, ya que no tengo una máquina del tiempo, quiero una hemeroteca de 1989 a la fecha. O mejor aún, más antigua, quiero leer la portada del Ovaciones al día siguiente de Hiroshima, de la muerte de Kennedy y Colosio, de la caída de las torres gemelas, del asesinato de Paco Stanley, del fin de la huelga de la UNAM, o del suicidio de López Obrador.
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amargotropico · 4 years
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El bloqueo masónico o una tanda de fracasos
Un poco de tristeza
a nadie le hace mal
me dije y vi
a la tristeza florecer.
Ricardo Yáñez
Hace poco me percaté de que en abril y mayo rompí varios récords de mi propia vida. Como mucha gente nunca había estado tanto tiempo encerrado en casa, vestido con chanclas y unos simples calzones para evadir el calor. Además estos meses he estado viviendo en la caliente tierra de José Agustín y del Poeta Desnudo (recientemente fallecido, RIP): Cuautla. Sin embargo, eso no es lo importante, sino otro récord que rompí: nunca en tan poco tiempo había sido rechazado de tantas convocatorias. Desde marzo, por una ridícula obstinación, pensé que sería bueno dedicarme a escribir comprometido sobre algunos temas y que esos temas fueran designados por convocatorias vigentes. Tenía el propósito de ejercer el oficio con más ahínco y por ahí hacerme de un mejor currículo para becas, como FONCA que también metí este año y seguramente se sumará a la lista de derrotas. Hace poco discutí la diferencia entre rechazo y fracaso. ¿En los premios, becas o concursos te rechazan o simplemente fracasas? ¿Fracasas en los premios y concursos, y te rechazan de escuelas, cursos y becas? De cualquier manera no ganas y el tiempo invertido, trabajo, emociones y expectación invertidos se quedan sólo en el archivo. Por ello no quiero decir que de nada sirva, ya que ejercer el oficio que te gusta y plantarte frente a tu redacción deficiente, tus virtudes y tus vicios literarios es gratificante. Mil veces más gratificante que emborracharse o hacer maratones de streaming. Sin embargo, tal vez elegir los temas según lo que te piden los concursos tal vez no resulté. ¿Qué hago ahora con una obra sobre futbol y una sobre la puta pandemia?
Sumado a ello me rechazaron del Helénico por tener demasiada experiencia para un curso de dramaturgia. Sí, en serio. Esto es nuevo. Me han rechazado en otros por tener poca, pero ahora me rechazaron por tener demasiada. A esto se llega en el ridículo mundo literario de la señorocracia.
Prefiero sonar demente antes que sonar lastimero. Hace tiempo le mencioné a un amigo que cuando tenía 16 años por poco caigo en las redes de una secta masónica. Quería amigos, novia y salir de fiesta, y por supuesto era medio imbécil. Luego fui comunista, imagínense. Luego les dije que Dios no existe, escape y me odiaron por siempre. Quería amigos y obtuve enemigos, bien hecho. En fin, que le decía a mi amigo que los masones, con eso que son dueños del mundo,  parecen bloquear todo lo que hago. Le dijeron a mi exnovia que no era un hombre de provecho, al FONCA que no hago nada bien, a las instituciones que soy un farsante, al IMSS que me encerrara en un trabajo sin futuro.   ALV. A veces necesitamos mitos para salvarnos de la realidad.
A pesar de ello estos días han sido idílicos. Cuautla es un paraíso entre homicidios y rico clima para cumplir años. El mayo del año pasado estuve en la galera policiaca de Balderas, formado en una fila de identificación por cerdos policías de la CDMX, así que nada podría ser peor. Bueno salvo contraer coronavirus y ser encarcelado por más tiempo que dos patéticos días.
Cambio y fuera, como antes se decía.
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amargotropico · 4 years
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Chicano Batman - Invisible People Listening Party – Vinyl Video
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amargotropico · 5 years
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Depresión uruguaya, 2013
“Todo lo que hay en ti está enfermo y es grotesco. Y como tu único conocimiento del mundo te llega a través de una serie de partes de ti –como, por ejemplo los órganos sensoriales y la mente, etcétera–, y como esas partes están endiabladamente enfermas, y el mundo entero tal como lo percibes y lo conoces y habitas en él te llega filtrado por la enfermedad y se vuelve malo. Y a medida que todo lo que tienes dentro se va volviendo malo, todas las cosas buenas se escapan del mundo como el aire de un globo grande y roto.”
Foster Wallace sobre la depresión.
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amargotropico · 5 years
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Por la calle
Entonces la colectividad de la calle
y de los bares existía, y no era
como sé hoy subconsciente.
Leopoldo María Panero, Prueba de vida.
El mejor trabajo del mundo debe ser
poner epígrafes, mejor que fotógrafo de viajes
o estrella porno o reguetonero,
ahora lo entiendo.
La vida en la calle hiede.
Apesta.
Alguien podría morir en plena calle sin que nadie voltee a verlo. Una persona camina por la calle, suda, le duele el brazo y cae al piso. La mayoría va a lo suyo, no se parará ,“pobre” dirá, quien se pare le preocupará un rato, nada más. No podemos culparlo.
La calle es devastadora, un encubierto manicomio, por eso cuando se sale o se tiene que andar fuera de casa se regresa tan cansado, no físicamente, sino hasta la mierda de todos.
Al salir al exterior, comúnmente se recurre a una colectividad, siempre  estamos inmersos en una, pero de vez en cuando nos unimos a un grupo o a una muchedumbre. Supuestamente, las colectividades son importantes, causan transformaciones, nos debemos a ellas, las requerimos, pero se requiere mirar más de fondo en ellas y evadir las apariencias.
Las luchas colectivas son despreciables, sean de derecha o izquierda, tal vez mi narcisismo y nihilismo han llegado muy lejos, pero ¿qué colectividad puede entender al ser? Ninguna. Al  ser de pie, de banqueta, tímido y callado, que arde en pena por lo que su vida representa para él en esos momentos. Ninguna puta marcha o plantón.
Y es que quiénes son los lideres, los que van delante de la marcha, los que hablan. Son egópatas por inicio, tal vez psicóticos, creyentes en algún dogma, no dudan de nada y por las noches duermen plácidamente en su nido de satisfacción y felicidad y ya entrada la madrugada silban una máxima para ellos, como “Viva el proletariado.”
Esos jodidos, como tal vez o no lo están por dentro, no saben nada, están mucho peor que John Snow. Como sea nunca serán los santos que una torpe noche  de 2014 quemaron las puertas de Palacio Nacional.  Se ha escrito poesía en estas tierras, pero eso superó cualquier camino andado.
Otras colectividades son igual de aborrecibles. La masa de un concierto, canta en una desentonada voz, el cantante les pide brincar y todos lo hacen sin chistar, eufóricos actúan a la sombra de una muchedumbre alegre de la idolatración. Como si Roger Waters no fuera un imbécil, o Juan Gabriel, no sé.
No mencionaré las iglesias, que pese a ser la cueva del opio, es de lo más divertido cuando vas un rato a mirar. A unas cuadras de mi antigua casa hay una iglesia que abre por la madrugada. A las dos de la mañana puedes mirar desde la calle a las gentes rozar, cantar y luego llorar golpeándose la cabeza. Imagínense qué belleza: una función de teatro de aparador gratuita. Otro ejemplo más de religión: observe una foto de los sujetos que vestidos de blanco esperan la primavera en la Pirámide del Sol en Teotihuacán para “cargarse de energía”,  puro teatro esquizofrénico.
Y es que las muchedumbres son terribles, ya se sabe por ejemplo que “una boda es un funeral con pastel”. Y ese problema nos lleva directo a las fiestas/pedas: nadie sabe que hace ahí, pero bajo el flaco y miserable dios Dionisio de la fiesta del siglo XXI se han cometido los peores crímenes a la humanidad y a la verdad.
Como si la masa no fuera ya estúpida, alguien pensó que era buena idea drogarlos.
Qué decir de los congresos, exposiciones  u otros eventos doctos, donde todo es una simulación de una desgastada simulación de una desgastada simulación… y así al infinitum.
Debo decir que estas líneas solo refrendan una amargada opinión, ni más ni menos, y que  sin quejarme permitiría mi adhesión a alguna de esas patéticas muchedumbres; creer, idolatrar, llorar, cantar eufórico, reír o hablar en público es una bella satisfacción de nuestra enferma especie.
Por cierto, ¿cuándo se morirá Poniatowska?
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amargotropico · 5 years
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Frente a la página en blanco
Es importante ponerse pantalón para escribir. Si se escribe en calzones, en short o encuerado las letras no te toman en serio y el lenguaje formado en la página es, por lo menos, displicente y flojo.
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amargotropico · 6 years
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Palomas
ratas voladoras o recuerdos grises o cagadoras rapaces
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amargotropico · 6 years
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No todo es bailar/Las Piñas
Puede menearse, cantar o deprimirse mirando a través del espejo. Desde La  Plata, capital de la provincia de Buenos Aires, La Piñas lanzan sonidos que nada quedan a deber a grupos anglosajones. Melodiosas y gruncheras cuando es debido, algo para amar la pizza, prender un porro y por fin escuchar surf latino. 
https://laspinias.bandcamp.com/album/espanto-caribe
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amargotropico · 6 years
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desde la terraza
No hay mejor momento que cuando atardece en mi terraza. La ciudad desafía otra  contingencia ambiental y el viento barre las hojas del piso. Por la ciclopista pasa un hombre corriendo y atrás va un joven moneándose. Empiezan a caer gotas de lluvia, el día termina.
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