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[Carta a Bilbao]
Querida ciudad: Cuando pisé las angostas calles del Casco Viejo,
cuando puse mis pies en los costados del Nervión,
cuando me postré ante la majestuosa Catedral,
encontré el verdadero significado de mi existencia.
Tu corazón rocoso y plomizo, pesado como el cielo
me impresionó de buenas a primeras, por eso te echo menos,
y por eso me echo de menos, porque volví a la costumbre
de ser un muñeco amargado por la cotidianidad.
Las piedras de tu historia fueron atrechos y caminos
de curas insurrectos, de caballerías, de batallones,
piedras imponentes, que levantaron castellones,
piedras que fueron balas en las noches de la guerra.
La vez que yo te recorrí había miles de gente a la prisa,
fuiste una ciudad gris y amargada, algo te reprochabas,
aún así los bares fueron para mí el Paraíso terrenal,
desde la Ría hasta el mar, todo cerveza, rioja y chacolí.
Las tapas fueron vitrinas pavimentadas de comida,
croquetas de bacalao por doquier, que sí marmitako,
los chipirones en su tinta, de jurel con vinagreta,
de panchineta, de merluza koskera, de chistorra.
Sin embargo envidio con buena voluntad, no ser tu huésped
porque ahora eres una ciudad sanguínea y ebria,
los Leones de rojo y blanco sacaron por fin la gabarra
para festejar el fruto de la victoria desde El Abra hasta Deusto.
Bilbao, quisiera salir huyendo de esta realidad ácida
y miserable para mí, siendo una ficha, una pieza más
en el tablero corporativo de la burocracia laboral,
quisiera salir huyendo, ser un viajero en el exilio.
Juro que no aspiro a más, con tal de ser turista,
un caminante de Almirante, un andante, un abracadabra,
un borrachín por Moyua, un mantero por Bolueta,
un mirón en Indauchu, un abonado en San Mamés,
un carbonero en Barakaldo, un astillero en Santurtzi,
quisiera ir hasta allá y abrazarte, te debo mucho Bilbao.
-Jomar, Almirante Norte, 16 de abril, 2024.
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El día de la Gabarra
Cuarenta años después de perseverancia y sufrimiento
la gabarra aborda los nuevos campeones de Bilbao,
los cazadores felinos, los guerreros de Vizcaya,
País Vasco entero vuelve a teñirse de rojo y blanco.
La realidad es que se sufrió mucho en tierras de Sevilla
contra los honderos baleáricos, contra los diablos de Mallorca,
cuya furia puso a temblar cada corazón comprometido
con el Athletic Club de Bilbao, el Rey de Copas.
Pero, es que a seis mil cuatrocientos cincuenta y cuatros kilómetros
entre San Juan, vanguardia de España en América
y Bilbao, leal e invicta villa del edén euskérico,
yo celebro el fin de semana más largo de mi perra vida.
Hasta que llegó el Día de la Gabarra, la tarde santa de Bilbao,
y yo muy gustoso, desde el otro lado del mar antillano
bebiendo todas las cervezas del universo entero
porque el Athletic Club de Bilbao es Campeón.
-Jomar, 11 de abril, 2024.
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Sepultura apócrifa
En contra de mi voluntad estoy destinado a la sepultura,
ya expiré, sin embargo mi fantasma continúa espiando
el pleito de mis horas funestas, incrustado hasta la médula
en las maderas de la muerte, en el árbol negro de la cruz.
Mi rostro deforme, manchado de sangre y sudor,
es una mueca desencajada, un verso póstumo,
mi cuerpo demacrado, mi costillar flaco y vacío
es la imagen de un crimen, el último aliento de Dios.
Luego de un largo silencio, de hacerse el sordo
mi Padre actuó, pero yo ya estaba herido de muerte,
y como en los viejos tiempos del exilio babilónico
desencadenó su furia de patriarca y dictador en un sismo.
No sé cómo soporté desde el eclipse hasta el crepúsculo
todo el peso muerto de mi desgastada juventud
entre el cúbito y el radio, aferrados al travesaño
vencido por el amargor del vinagre y la agonía.
Pude haberme desgarrado en medio del terremoto
que hizo volar los glaciares y los puentes del Infierno,
todo es incertidumbre y desconcierto, huyen los apóstoles,
la Magdalena tambalea en el trance de la epilepsia
y mi santa madre, llora en silencio a los pies del madero.
Por fin llegan el viejo de Arimatea y Nicodemo
a pagar el impostergable sepelio de mis restos,
descuelgan mi cadáver y parezco un muñeco dislocado,
y en los brazos de mi madre quedo retratado para la posteridad.
De camino a la tumba se intensifica la negrura en el cielo,
hay sollozos y rezos de mujeres, estoy muerto,
soy depositado en un sepulcro de delincuente
a la espera de que la guardia llegue con dos romanos borrachos.
-Jomar, 30 de marzo, 2024.
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Lunes adiposo
Hastío, es poco lo que siento un lunes como este,
un lunes de mierda, sabiendo que me esperan
las llamadas de los afiliados, del rosario de quejas,
y yo, peón del tablero burocrático tengo que pagar.
Por eso salgo de casa, muy de mañana, casi a oscuras,
apenas hay tráfico por Bajuras y un gato cruza de prisa,
ya en el expreso la atmósfera olorosa a monóxido
me embriagua y hecho de menos el fin de semana.
Falta bastante tiempo para acudir a las oficinas,
y termino en el puesto, en busca del frío sabor de la levadura,
es un lunes de mierda, un lunes adiposo, de cerveza matinal,
al final me acuerdo de que en mi cumpleaños murió Navalny.
-Jomar, 19 de febrero, 2024
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Carnestolendas
La Muerte en cueros y una escuadra de vejigantes
amenizan los paseos del populacho que rebosa,
baila, jode y vacila al pie del monumento a la Raza,
los palos de caneca y el sol reverberan el ambiente.
Por los altoparlantes berrea un alcahuete del alcalde,
es indescifrable lo que grita porque hay ron en su sistema,
zarandea en la tarima entre muecas bajo el calor
pero explota un guaguancó de metales y cencerros.
Me río como un demente y sin duda me llama la bebelata,
mi hígado morado de vino demanda más alcohol,
hago un esfuerzo por ser un simple espectador
y pasar por desapercibido en medio de la plebe.
Hace acto de presencia el alcalde, con su gran barriga,
presumiendo de su verborrea, postergando el bacalao,
propenso al plenazo de callejón, a la fritanga por azar,
celoso de su cacicazgo, santo patrón de la parcela.
La vieja herencia procedente de Biafra y Calabar
sale a relucir en el loco culipandeo de la gente,
un barato prisma de las antiguas carnestolendas,
cuando antaño la comparsa latía al son de las cadenas.
Dejo pasar el cortejo enmascarado de circunstancias,
el vapor trastoca y la coreografía de las negras
consolidan mi atención, cositas así del trópico,
pero este carnaval lleva quintos y tumbadores.
-Jomar, 4 de febrero, 2024
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Calle de la Cruz
Ajena y desierta del alborotoso gentío de las fiestas
la calle se recorta en un marco abierto al océano,
en un frontón extiende sus alas un ángel ausente
a la espera de que un cuerpo viviente lo ocupe.
Son alas que enarbolan la furia de una bandera
apenas redimida dada la escasa fuerza de voluntad,
se nota que las cervezas y el calor me abruman
cuando vacilo y como un tonto me da con filosofar.
Sin más dejo el tonto fervor poético y sigo mi camino
hacia la Calle San Sebastián, ya hay borrachos,
se tambalean entre las mujeres ebrias por igual,
y me dirijo a la iglesia, pronto sacan al mártir envuelto en flechas.
-Jomar, 21 de enero, 2024
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El primer invierno
Posterior a la masacre de las tribus alconquinas
la hambruna arropó de penurias a la Nueva Jerusalén,
un exilio de enfermedad y miserias en el septentrión,
una aldea puritana infestada de supersticiones.
Los cazadores en su desespero por traer la cena
se perdieron en los bosques buscando ciervos,
el primer invierno en el Nuevo Mundo los aniquiló
transformándolos en tristes rostros de espantajos.
El escorbuto y la pulmonía sedujo a la muerte,
los maizales se secaron y el arroyo se cristalizó
no hubo amparo ni faisán, no hubo huerta ni refugio,
tan solo una fría parábola en la noche de Navidad.
-Jomar, 20 de diciembre, 2023
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Lejanas tierras vascas
Se me apareció en sueños el recuerdo vivido de Euskadi,
sidra en la mañana, chacolí al mediodía y pacharán en la noche,
el sabor de la manzana, la una verde y el endrino,
las nieblas de Gorbea y los abetos en Echandio.
Por allá, en las lejanas tierras vascas bebía mucho vino,
del rioja alavés, yo bebía más vino que un obispo,
todo el tiempo dilatado y chapurreando euskera
en el baserri esperando a que parara de llover.
Pasaba el día explorando la costa blanca cantábrica,
añorando no volver jamás al otro lado del mar,
pero tenía que volver, dejar atrás las tierras vascas
porque me esperaba mi verdadero y dulce amor.
Por las noches soñé que mi amada se había escapado
y me había buscado en el exilio, había regresado,
soñé que habíamos tenido una niña pálida y de cabellos negros,
allá en las lejanas tierras vascas soñé con un futuro incierto.
-Jomar, 23 de noviembre, 2023
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Café negro y vodka
Típico del guaguancó cotidiano manotear en el tránsito,
indeciso ante el semáforo inservible y colgante
y que ahora es un nidal de los changos del municipio,
indeciso me lanzó y gesticulo una mueca con los dedos.
Café negro y sin azúcar para disparar la hipertensión
y tener el amargor perpetuo de la vida, del absurdo,
vodka para ser un moscovita en el universo alterno
y divagar en su sabor neutro, añorando causas perdidas.
Aquí sigo, atascado, quien sabe si para siempre
en el tráfico de la insistencia, en el tapón urbano,
deseando besar sus tatuajes luego de una suave calada,
pero por ahora me acompaña una melodía oscura de Bathory.
-Jomar, 17 de noviembre, 2023
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Arenas y piedras gordas
Solo tengo buenos recuerdos del sector que fue mi hogar,
calles que vieron huracanes y rojas puestas de sol,
durante mi infancia dejé codo y rodilla en la brea
acelerando la bicicleta por la cuestilla a toda velocidad.
Con los nietos de Don Negrón yo jugaba hasta el atardecer,
fueron veranos largos, de tirarnos piedras sin rencor
del bofetón y el improperio bajo el aro de baloncesto,
de la vez que le rompí el crucifijo a un maldito bocón.
La marquesina en casa de abuela era la canchita
cuando me creía Iker Casillas, yo siempre de portero,
y cuantas bombillas, cuantas orquídeas colgantes
rompí en el inútil intento de anotarme el bendito gol.
Antaño el vecindario era una parcelita recortada
entre cercas alambradas, de callecitas desiertas,
de arenas y piedras gordas, del mogote arrasado
para darle paso a las calles de la nueva vecindad.
Recuerdo lo fascinante que era no tener responsabilidad,
vagando en bicicleta desde Santa Rita hasta la Ponderosa,
y regresar a almorzar la serenata con bacalao de mamá,
reposar, beber jugo y tirarme de nuevo a la calle.
Mi abuelo, aunque ya no está, fue mi gran amigo,
orgulloso siempre de no ser profeta en su tierra
que terminó siendo un patriarca del vecindario,
se fue amando por siempre ese pedacito de barrio.
Mora en mi interior el recuerdo de las peleas de gatos
debajo de los carros, de las satas jaurías, del borracho
que recostado de la verja buscaba en la basura
alguna caneca olvidada para proseguir con el delirio.
-Jomar, 9 de noviembre, 2023
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De nuevo, a Loyda
Gorda mía, a la sociedad repetitiva y estúpida le costará
aceptar tus curvas, tu masa extensa, tu cuerpo enorme
pero yo que amo la abundancia de tus carnes,
ansío invadir tu desnudez en el acto del amor.
Adoro, anhelo, y añoro el exceso de tu peso en mi rostro,
siéntate ¡que se fastidie! gózame diosa mía, eres mía,
aplasta mi cara y deja que mi lengua haga delicias,
oríname en la boca si se te antoja que por tí hago lo que sea.
Loyda, luna de carne, fruta infinita, rosa de sangre,
la chusma, como siempre, traza una línea vulgar
entre la mujer esbelta y la dama robusta, cosas de la moda,
yo me quedo contigo, me quedó con mi bienamada.
-Jomar, 29 de octubre, 2023.
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El camerino masónico
Don Emeterio, joven aún, ebrio del vino masónico
y alucinado por los relicarios oscuros de la luz,
dio un golpe en la mesa, y maldijo el Te Deum,
declaró que en la unión está el futuro pero se ausentó.
Se quedó tomando vacaciones en Islas Vírgenes
nunca vino a Lares ni Pepino, nunca disparó un tiro,
todo de boca, pidiendo fiado, francmasón al fin,
de los que dicen con mal aliento que Dios te lo pague.
Francia se siente mejor, allá se quedó, en la logia del exilio,
cómodo, en el camerino de Judas, el traidor del Universo,
conspirando en vano, rascándose su barba eléctrica,
fungiendo de santo patrón, de prócer y matón.
Sin embargo, el viejo Ramón fue uno más de ese camerino,
de los que tiran la piedra y esconden la mano,
todo a costa de la maldita hermandad, nunca dio la cara
ni cuando le volaron la cabeza a Cánovas, ni cuando murió Martí.
¿Y que les pasa a los puertorriqueños que no se rebelan?
típico del ventrílocuo, hablar con dos voces falsas,
quedó marcado con el carimbo ardiente de la hipocresía,
la historia te tiene lástima y te recuerda pues, ¿que más da?
-Jomar, 28 de octubre, 2023
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Visión trágica de Israel
Ni en Babilonia, ni en Roma, ni en España, ni en Alemania,
la tribu más odiada de la historia se hizo millonaria,
fue expulsada de los cuatro costados del Mundo
y aprendió a pasar de ser víctima a victimario.
Huele a plomo en los cuarteles militares de Israel,
y la muerte tan golosa de las vidas palestinas,
se le pone de frente al pueblo perseguido, le pregunta
¿quieres la venganza? La guerra da buen negocio...
Israel, asediado por la revolución de los idiotas
se emborracha a sus anchas de kosher y arrasa con Gaza,
batalla y arriesga su permanencia en Cisjordania
y las guerrillas estériles de Líbano se inmolan.
Aprendieron de sus verdugos en la oscura Treblinka,
heredaron la rabia, la barbarie de saber aniliquilar,
pero el Kremlin permanece en silencio, en una burla solemne,
o es ¿que realmente tienen algo que decir? Nada.
-Jomar, 18 de octubre, 2023
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Quincena
Bienamada, me laten las venas, me hierve la sangre,
en plena quincena de otoño que será de mi existencia
bebiendo vino a todo lo queda como un obispo,
creyéndome, como siempre, un poeta de Lisboa.
Bienamada, quiero irme lejos, pero ¿sólo? ven conmigo,
sé que no tengo fortunas, ni gente detrás ni yates,
soy un gato callejero de malas pulgas que se cree escritor,
soy un puente roto, un muerto vivo lleno de sombras.
Bienamada, si lo deseas, nos perdemos por el mundo,
cambiamos el trópico por la inhóspita Patagonia
nos exiliamos en Bariloche o en Tierra del Fuego,
lejos del septentrión, del arrabal, del calentón.
Bienamada, quizás cambies de opinión, a lo mejor no,
pero en plena quincena de octubre te amo con furia,
dispuesto a todo con vos, dispuesto a preñarte,
bienamada eres mi diosa, y en tiempos de huracán
anhelo ser tu paz, tu sosiego, tu calma para toda la vida.
-Jomar, 15 de octubre, 2023
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Versos en vano
La senda del perdedor casi siempre está predestinada
pero los caminos de la adolescencia y la rebeldía
a veces se repiten con constancia, inclusive en la madurez,
como cuando se le pone fe a noches fortuitas de pasión.
Hay versos que muchísimas veces son en vano,
el maldito verso del deseo, el verso del desamor,
el verso pendejo y ridículo del ficticio amor eterno,
¿habrá algún método para combatir la locura?
El payaso siempre ríe para ocultar su auto desprecio,
su carcajada de hiena causa vergüenza a sus cercanos,
gente que en realidad quisieran abandonarlo a su suerte,
esa es la vida cotidiana de los poetas frustados.
-Jomar, 15 de octubre, 2023
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Visión trágica de Gaza
La Franja fue visitada por la muerte que voló mezquitas,
incendió hogares, mató a los vendedores del mercado
partió en dos a las mujeres, pulverizó familias,
y Gaza, de nuevo, a punto de ser borrada del mapa.
La cólera de Israel arrasa y llueve fuego del cielo,
las ratas del yihad que aniquilaron casi cientos de niños
ahora se esconden en las alcantarillas de Palestina,
buscan cobija en la inmundicia y el inocente paga.
Mientras Occidente trivializa entre zurdos y rabinos
los saudíes olfatean el aroma verde de su fortuna
Putin abstemio, pero borracho de poder guarda silencio,
el Mundo solo habla de Gaza, ya Ucrania está olvidada.
-Jomar, 13 de octubre, 2023
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Honor a tus curvas
¡Aniquílame! ¡Bríncame! ¡Hazme tu hombre hembra mía!
Sé la fiera más salvaje y caliente que pueda existir,
cerremos los ojos en un beso avinagrado de sudor,
explaya tus inmensas caderas, déjate caer y goza.
Flor de carne son tus labios y tus ojos perlas negras de brujería,
tus enormes nalgas de piel suave son mi adoración,
ábrete un poco más amor, quiero que estés cómoda,
deja que bese tus pies y te agarre de los tobillos.
Múerdeme y recíbeme, rasga tus uñas duras por mi rostro
deja tus marcas y que se vean, que se sepa que soy tuyo,
voltéate y despliega todo tu peso sobre mi cuerpo,
y que se mueran las noches tristes sin nosotros.
Ojalá el porvenir nos exilie en una patria sin nombre,
en un país de castellones y páramos, de noches blancas,
ojalá el coito nos traiga vida en abundancia o viceversa
y proseguir amándote mucho, en honor a tus curvas.
-Jomar, 12 de octubre, 2023
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