Todos vuelvan ahorita

Espero poder sumergirme en ese negro y seguir pensando en las cosas que ando pensando.

Llevar mi pijama de Pink Floyd y las 15 estampillas de perros que tengo y fue tan complicado y divertido conseguir

Y que esas fechas no me dejen

Ni lo hagan tampoco ciertas personas

Aunque de repente ese negro, se trata justamente, de nada mas que soltar.

Piensa en eso, tu que ni siquiera existes

Si tuviera una maquina del tiempo

Volveria a...

El nueve de noviembre del 2003

El seis de abril del 2006

El dieciocho de noviembre del 2006

El treinta de junio del 2007

El veintidós de enero del 2012

El quince de octubre del 2013

El diez de mayo del 2014

El veintisiete de noviembre del 2015

El primero de agosto del 2016

El doce de noviembre del 2016

El veintinueve de mayo del 2017

El dieciséis de julio del 2017

El trece de septiembre del 2018

El veinticinco de enero del 2019

El catorce de febrero del 2020

El dieciocho de junio del 2021

El siete de agosto del 2022

El 2 de diciembre del 2022

El veintitrés de julio del 2023

El veintitrés de diciembre del 2023

El veintisiete de diciembre del 2023

El veintisiete de febrero del 2023

Y algún día del 2050

Domidgo

Me encanta llegar al momento del domingo en el que el dia deja de ser joven y el anochecer se vuelve algo inminente, y con este, por algún motivo, los pensamientos empiezan a salir de su escondite como animales salvajes que corren y corren por un campo inmenso.

Y en los que me acuerdo que aunque he vivido mil de estos domingos, nada es para siempre y uno de estos dias, esos atardeceres incomodos y los pensamientos que salen como animales, van a detenerse. Puede que sea un cuadro negro, o una masa blanca y perfecta que nos acurruque a todos. En verdad nose, prefiero no pensarlo.

En verdad muy pocas cosas van a acabar importando para eso, podría calcular que cuatro o cinco en mi caso, no termino de estar seguro tampoco.

En este preciso momento de domingo, puedo asegurar que una de esas eres tú. Tú y esa maraña que fuiste y que en realidad muchas veces vuelves a ser en mi mente. Una que (me temo) no logro desenredar a pesar de intentarlo.

Porque efectivamente, pude haber hecho las cosas mejor, pudimos acercarnos, y todo fue tan extraño, que no puedo negar que me dolía.

Y en mi cabeza, las visiones, efectivamente, nunca se detienen. Ni lo hacen las palabras, ni los momentos. Porque incluso en la confusión, yo siempre estuve seguro. Y aunque haya pensado tanto y en tantas cosas, y aunque la vida no se ha detenido, sino que incluso diría que, al menos en mi caso, se ha acelerado, mi corazón sigue ahí, sigue contigo.

Sigue en esa carta, en ese libro, en ese primer beso, y en el del final, sigue en esas tardes y almuerzos con la gente alrededor, en los que solo pensaba en ti, en las casas y edificios, en la semana del cine y en tu cumpleaños, en nuestras canciones, las de nuestra compañía y las de nuestra ausencia, sigue en tus palabras, congeladas, sigue en los perros y los gatos, aunque no queda ni uno solo, sigue en aquel momento en el que te vi y lo supe, sigue en aquel otro momento en el que creo que me viste y lo supiste. Sigue en las caminatas, en mis lagrimas de pena y de felicidad y en los stickers y en esas pocas fotos y en la memoria virtual de todo, y en tu voz y tus maneras, en todo lo que me esforcé por hacerte feliz, y en lo mucho que aparentemente fracasé. Sigue en esa nota chiquita, en todo el tiempo que te esperé aquel día, en esa euforia, en esa taza, en ese abrazo, en las dudas y las certezas, en la seguridad de que pude haber hecho cualquier cosa por ti, aunque al final no pude, sigue en el segundo piso de tu casa, sigue en tu olor, en tus bromas y en tus chanchos, en el jueves santo y en el final de ciclo, en heaven or las vegas y en Dindi, en la delicadeza con la que intentaste tratarme, en nuestros errores, en lo que ganamos y perdimos, en el viaje en el que te dije que te amaba y en el mensaje en el que me lo dijiste, sigo en esa llamada. Y escribo esto llorando, como hago cada vez que todo vuelve.

Porque siento que debería pasar todo mi tiempo contigo, y no puedo olvidar el sentimiento aunque quiera. Y parte de mi te quiere de vuelta aunque sé que no funciona así. Y tengo miedo y tirito, igual que aquella vez en el micro.

Y yo sí creo que pude haberlo hecho mejor y que pudiste acercarte más (A mí). Aunque esto realmente siempre es así. Y no dijiste que todo vuelve, pero sí que Nunca nadie se va para siempre.

Y ya sabes qué cosa dije yo.

(El tres sigue siendo mi numero de la suerte, aunque los miercoles, igual que los domingos, van a acabarse)

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Paginas web locazas

(En constante edición

Para ver las estrellas

Un zoom eterno

Personas que no existen

Buena forma de entender la musica

Ventanas de todo el mundo, se supone que la mia esta agregada pero no puedo verla

https://www.window-swap.com/Window

Asi elijo mis contraseñas

Me acuerdo de…

(En constante edición)

• El plástico negro de los pestillos de las ventanas del departamento de pueblo libre

• El dibujo del cine que hice a los 7 y a mi papá le encantaba

• La primera vez que escuché Wish you were here solo en mi casa

• El verano del 2012, yendo a el pez en la luna, siendo amigo de Lilie y comiendo chups

• Los parkoureros Gerardo y Joel

• Cuando Sergio y Vania me llevaron a Huancayo

• Ese cartel de estampado de polos que encontré con Constanza

• Todos los tipos de chocoteja que vendía mi madre

• Las tardes en casa de Isaac

• Bronzino

• El seco de cabrito del que siempre hablaba la señora Meche

• Cuando vi a Sebastian Morillas llorar viendo a las estrellas en el viaje de sexto grado

• La terraza de Ursula Vilca

• Cuando mi bisabuela se molestó conmigo por no querer regar el jardín

• La ultima vez que vi a Piwi

• El sonido del ventilador de la biblioteca de San Borja

• Las excursiones por galería mogollon

• El olor del incienso de los budistas

• Los Close

• La forma en la que el sol caía en nuestras caras en ese momento concreto en las clases de inglés en 2014

• El primer correo de Emilio

• Cuando iba a la tienda con la tía Fiorella

• El vuelco que me dio al corazón cuando Vera me dijo que también le gustaba

• Ciertos cuentos de ese libro morado de terror que compré en Zeta

• Lola y verla durmiendo por las llamadas en Hangouts

• Mi siesta en la casa Zavala

• La gripe que me dio en 2011 y cuando me quedaba viendo por la ventana y pensando si algún día dejaría de sentirme así

• Esa tarde de octubre en 2017 y la voz de mi padre desde la cocina

• Las clases de Tennis con Matias y Alejandra

• Mi primer encuentro con Gian

• La voz de la profesora Ana María cuando se despidió de mí el último día de clases

• Todo el cuaderno de edificios de Yacarini

• Un par de visitas al Crisol del Jockey en 2008

• Mí corazonada cuando fui a comer pizza con los Guerra García

• Cuando fuimos a dejar a Sergio al aeropuerto y sonó Crímenes perfectos en el carro

• El día en 2014 cuando tomé conciencia de quien era

• Cada canción de la playlist descargada con la que hacía cualquier cosa en 2018

• Mi amigo por correspondencia y las tarjetas del baseball que mandaba

• La risa incontrolable bajando a la playa con mi delegación

• El manjar blanco de Tarma que traía mi abuela a mi casa todos los viernes

• La sensación de mis dedos sobre esa pared de piedra en mi excursión al Real Felipe

• La mano arrugada de mi abuelo y su taller lleno de letreros y luces

• Ese tono de amarillo de la chompa de Veronica

• Una vez que disfruté mucho de ver a los pájaros volar sobre la playa en la casa de Ukelele

• La felicidad de ver a mi padre traer las pizzas en las noches de los viernes en 2008

• Esa imagen de las monedas apiladas sobre la ruleta cuando fui al casino con Walter

• El dado gay del grupo de Ana Sofia

• Atibaia

El mio

El de Fran

Desde enero hasta el día de hoy he llorado exactamente 5 veces. Solo cinco veces, ni más ni menos. Tres veces en enero, una vez en febrero y una vez a fines de marzo.

No porque no me haya sentido triste, que lo he estado y mucho, ni porque no hayan habido momentos de bajones de energía, que los ha habido. Pero he llorado tan pocas veces porque este año no he sido herido ni una sola vez. Creo que puedo estar tranquilo respecto a eso y sirve tenerlo en cuenta.

Para pensar.

Huida, escapatoria. Eso fue ayer.

Rodar las escenas que salieron mal, en el mismo lugar, con los mismos actores, con el mismo equipo, incluso con el mismo JP que ya no es nuestro jp sino nuestro amigo, todo igual, mismas horas, mismo sol, misma noche. Pero hubo dos cosas distintas ayer, la primera fue mi cuerpo, mi existencia indecisa y difícil de reconocer en el reflejo de los espejos y en las fotos que tomamos. Cada vez me cuesta más verme y asumir que estoy aquí. Eso se acompaña sin embargo de una sensación de libertad tan reparadora y placentera, saber que después de todo, no soy nada más que las olas que veo en mi cabeza.

El otro detalle diferente es tan péquelo y tan mínimo que podría parecer irrelevante. Nada más alejado de la realidad, porque ese reemplazo es lo que me recuerda que ya es momento de envejecer y hacer alguna cosa.

Porque nada va a quedarse aquí más que yo mismo, e incluso eso es tan incierto.

A veces olvido que después de todo, no he sido mi mejor versión en muchas ocasiones. Y qué el arrepentimiento es una constante mucho mayor en mi vida que la satisfacción. He fracaso demasiadas veces y en demasiadas cosas y no tengo nada de que quejarme. He pagado por mis errores y en vrd puede que hasta me falte. Hoy he dormido mucho , y en sueños he vuelto a tantos de esos errores, de una manera en la que no lo hacía desde hace tiempo. Y es que nunca se irán, y que ya hayan sucedido no hace que existan menos. Entre todas esas cosas quizás en lo que más pienso es en ti, Lola, y en cuánto tiempo más estarás en este mundo. Porque nunca me pude sacar del cuerpo la sensación de hormigueo y calor que me daba tu casa, ni esa certeza horrenda de esa mañana al despertar luego de la pelea, de que sería la última vez que iba a ver esos muebles, y esas paredes, y verte a ti. Por eso cuando te reconozco en otros perros siento que me muero un poco, pq creo que vuelvo a tu casa, o mejor dicho, siento esas partes mías que siguen ahí.

Y ahora cuando me desvanezco las siento más que nunca, vuelvo ahí antes que a cualquier lugar. Creo que en mi deterioro nos encontraremos. Hasta puede que me sobrevivas y no me molesta, porque tú en vrd deberías vivir para siempre.

Me acordé de ti a través de este perro.

Tengo miedo y envidia por toda la vida que va a suceder cuando me desvanezca. Pienso en la gente que quiero y en la que considero mi familia. ¿Cuáles son tus seres queridos? , ¿a quienes querrías ver? Pienso en cómo seguirán aquí y en todas las fiestas y las canciones y los abrazos y en el amor en el que estarán inmersos, en todas las palabras que les queda por decir y los momentos que borrarán a otros en esa cosa tan limitada que es la memoria. Pienso en su eventual degradación, en el fin de todo lo que conozco. Y en si en todos esos años por venir, de alguna forma podré estar, en si después de todo, el amor que recibes es igual al que das.

Y que envidia me da, no debería pero no puedo evitarlo, porque no me quiero perder de todas esas oportunidades de acelerarme el corazón.

Todo lo importante , es lo que te acelera el corazón.

Y veo a los suyos en una vorágine que ahorita se me hace eterna.

Aunque lo único eterno sea el momento en el que se detenga.

Hace unos días estaba con un amigo en el micro armando las playlists para su cumple, y cuando el wbn terminó la primera (hyperpop más que nada) lo primero que hizo instintivamente es entrar a su galería y ponerle de foto a la playlist esta imagen del bebé de Eraserhead. Fue demasiado divertido como por 10 segundos y luego pensé en que hace tiempo que no la pasaba bien en un micro de vuelta a mi casa de la U. Entonces empiezan a venir los recuerdos e irremediablemente le doy una repasada a todos los micros a los que me he subido en mi vida reciente creo. Me gustaría a veces solo poder enfocarme en una cosa (el bebé de Eraserhead) pero la verdad es que siempre estoy pensando en todo. Para relajarla puse una storie del mentado bebé y en vrd la idea era reírme con las respuestas pero mi cadena de pensamiento se trasladó a Instagram y así y así. Usualmente finjo estar chill con todo pero voy a dejar de hacerlo, porque no me gusta y porque no lo estoy. Ahora siento arrepentimiento y angustia y amor y luto y un montón de cosas más . Quizás quiere decir que soy débil, pero en vrd todo el mundo es débil, y casi nadie real con las cosas que importan.

Lo primero que leo al despertarme. Esos momentos de trascendencia de los que habla suenan a algo similar a lo que otras personas me han contado que sienten a veces. Ojalá algo de eso haya.

Frances Bean Cobain on the 30th anniversary of her father, Kurt’s, death.

El origen del amor

Hice esta obra para una expo sobre el amor este verano. Aún me conflictúa el resultado porque si bien no termino de encantarme en un sentido formal, creo que nunca había hecho algo que hablase tan directamente de mí antes. Como se explica en la breve leyenda, la obra surgió de una carta escrita por mi madre a una amiga suya cuando tenía masómenos mi edad y yo acababa de nacer. Lo interesante es que la carta tuvo sus desventuras y termino hecha mierda y en pedazos. Esa amiga falleció y en su velorio fue su esposo, quien viéndome ya como un adulto, decidió entregarme los restos de esa carta. He pensado en si mi yo recién nacido tuvo contacto de alguna forma con ese papel en su momento, quiero creer que sí. La cosa es que intente reconstruir la mayoría del mensaje, pero no se pudo, había muchas piezas faltantes en el texto y eso justamente intento expresar (creo yo de forma muy clara) con la obra; los vacíos palpables de la gente en el pasado, o en la vida, que me parece que son lo mismo xd. Ahora, si bien dicho ejercicio me parece chévere, eso no es lo que realmente me parece valioso de mi propia obra. El título, the origin of love, no es solo una referencia a mi musical favorito, obvio lo es, pero es que en esa canción hablan de como en el origen del universo los humanos eran seres con los cuerpos unidos que tuvieron que ser separados por el rayo de Zeus, cortados a la mitad. Y es por ello que a día de hoy, los enamorados se unen, pues sin saberlo, reconocen las cicatrices de su unión milenaria. Y es que me da cólera que nadie pueda nunca sentir tanto con mi obra como yo mismo lo hago, porque a nadie le va a interesar tanto leer a mi madre de veintitantos, alumna de derecho, hablándole a sus amigas sobre el dolor que siente luego de tenerme, sobre lo mucho que extraña a sus amigas, sobre lo difícil que es no poder dormir, sobre no poder ser tan fuerte como uno desea a veces, pero sobre todo, esa oración tan horrenda y a la vez reparadora que se formó por las piezas faltantes del texto; No te preocupes, nada tiene fin. Y que tanto ella como su amiga ya no estén más aquí, que su esposo haya tenido que verme con esa cara, que nos hayamos reconocido de esa manera. Yo creo que en eso consiste el amor, en compartir una misma herida, y creo que mi manera de vivirlo ha estado íntimamente relacionada y mediada por las ausencias que he tenido, y por esas cosas que nunca van a dejar de dolerme. En verano un chico, con el que tenía una conexión curiosa, me pregunto saliendo del baño en una fiesta, que creía yo que era el amor, y le dije masómenos eso. No me tuvo que decir nada, solo se notaba en sus ojos que me estaba entendiendo, y es que obvio, uno siempre se junta con la gente a la que alguna vez ha estado unido, es la única forma de que esa cicatriz deje de sangrar.

El juguete anti depresión de Mariane

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