no esperes mucho (pofavó) que no sé lo que estoy haciendo pero si te saco al menos una sonrisita de esas deslumbrantes con las que me he dado el lujo de fantasear una que otra vez, habré logrado mi cometido.
Ah, cómo pasa el tiempo y uno ni se da cuenta de la fecha... o yo que soy menso, que nunca la reviso. Pero creo que es porque en mi cabeza siento que lo que más me marco fue cuando apareciste. Llegaste una nochecita de febrero, mi angelito. Te estampaste contra la puerta de mi corazón y no has logrado escapar de ahí, ¿cierto? Ya el 7 cumplimos un mes de novios (oficiales) pero ninguno de los dos (o al menos yo) se acordó del día que era. ¿Será la costumbre? ¿Será que ya nos hemos hecho a la idea de estar pegados por grandes lapsos de tiempo que ni siquiera se sienten los acontecimientos importantes? ¿Será que cada momento, por chiquito que sea, me es importante? No contestes ninguna de esas. La única que importa es la última. Sé que no hacen falta los detalles ni mucho menos para cada ocasión pero, sólo esta vez, me gustaría hacer nota de cuán importante te has vuelto.
You're my little star, love. Thank you for existing, and for making my days a little better.