Tumgik
vitaemusica · 8 months
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A quien corresponda: dame la inteligencia para no seguir tardando mi sueño.
Dame la energía para acompañarla y hacerla feliz todos los días.
Ya encontré mi razón de ser. Ayúdenme a hacerla realidad.
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vitaemusica · 9 months
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Ha pasado un rato largo.
Y lo que me da lata es volver aquí por no sentirme bien.
Pero sabes qué? Si regreso en un año o quien sabe cuándo quiero volver a recordar lo mucho que me gusta Blastoise. Porque es mi representación de mi intención de proteger (además que es mi Pokémon favorito).
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Creo que no soy el mismo. Pero creer es una parte no más del todo. Quizás en el fondo nunca he sido otra cosa que esto.
Sean felices. Cuiden su salud y en lo posible, sobretodo cuando la vida sea medio mierda, trata de compensarlo haciéndolo mejor para el resto. Ellos no tienen la culpa.
Para quienes no lo entiendan, hidrobomba no más.
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Nah, mentira. Quizás era mi respuesta inmediata años atrás, sin embargo, cada vez hago el esfuerzo de ni siquiera confrontarlo. Lo que he vivido (y que no sé si lograré aprender) es que todas mis causas confrontacionales solo me han hecho perder. Que lo mejor es subirse al carro de la buena onda, y, por vacío que se escuche, no pescar la mala onda.
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Defiende a los tuyos sin destruir al resto.
Sé un Blastoise.
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vitaemusica · 11 years
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(Desde el min 2:35)
Mi hijo...
No él, mi hijo de verdad....cree en los grandes gestos románticos. Cree en la existencia del alma gemela. Y es fácil mirar a un niño de 13 años y decirle: "No sabes de qué hablas. Estás equivocado". 
Pero no estoy tan seguro.
Yo conocí a mi alma gemela cuando tenía 15 años. Fuimos a comer helado. Mi papá empezó a molestarme por mi primera cita, como hacen los papás. Y le dije, "Papá, no es gran cosa. Voy a salir con muchas chicas, en muchas ocasiones".
Y esa fue la primera vez que le mentí a mi papá.
Conocí a mi alma gemela cuando tenía 15 años...y la he amado cada minuto de cada día desde que le compré ese helado de menta con chispas de chocolate.
La he amado durante el nacimiento de mis tres hijos perfectos.
Y la he amado aun cuando la he odiado (muchas parejas entenderán a qué me refiero).
Y no sé si va a funcionar.
No sé qué va a pasar.
Lo siento, Robbie, no puedo asegurarlo.
Pero puedo prometerte esto:
Jamás dejaré de intentarlo.
Porque cuando encuentras a la indicada...
...nunca te rindes.
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vitaemusica · 11 years
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Ahí.
Cuando levanto la sabana en la mañana.
Cuando miro mis ojeras frente al espejo.
Cuando elijo los mismos pantalones con cualquier camisa.
Cuando tomo el frío de la mañana apenas salgo.
Cuando la micro no me para
Cuando sí para.
Cuando los vidrios empañados no dejan mirar hacia afuera.
Cuando en la multitud mis ojos se pierden.
Cuando miro hacia la cordillera, y trato de apuntar a ver donde estás.
Cuando recorro las mismas tres cuadras y media para llegar a mi trabajo.
Cuando antes de llegar, miro al cielo.
Cuando apreto el botón del ascensor o,
Cuando no quiero tomarlo, en cada escalón.
Cuando enciendo el pc.
En cada vez que apreto el space.
En cada vez que miro hacia afuera.
En cada vez que tengo pena.
En cada vez que siento alegría.
En cada vez en que no tendré almuerzo y no podré llamarte o,
En cada vez que si tengo almuerzo antes de hacerlo o,
En cada vez en que en ambas condiciones no puedo.
Y en los almuerzos en soledad,
de las librerias.
En cada elección
algo tienes que ver.
Cada elección.
De vida.
Y de cosas sin mayor importancia.
Inpajaritablemente.
Frente al pc
Frente al espejo.
Frente a los demás.
Al mundo.
Siempre has estado ahí.
Cabra lesa.
Cada vez que miro afuera.
Que me miro adentro
Que leo.
Ahí.
Y no sé qué me falta.
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vitaemusica · 11 years
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Control.
A mi nunca se me va a olvidar el momento en que define quien soy ahora.
"¿Porqué deseas controlar todas las variables Rafa?", pregunta Andrés. Y aunque el me dice que no tenga respuestas prefabricadas, está sucedió hace mucho rato.
Mis padres siempre trataron de hacer lo mejor por mí y por mi hermano. Pero lamentablemente nunca lograron comprender que lo que más quería (al menos yo) es que ellos fueran felices juntos. Estar presentes en una misma casa no vale sin quererlo.
Mi sicólogo me muestra que la capacidad de anticiparme a las cosas es impresionante.  Ni pitoniso ni Yolando Sultana... lo mío es ejecución de variables en mi cabeza. La gente por más que se considere por lo general distinta, no lo es. Existen patrones que los definen, comportamientos que los determinan. Muecas, risas, gestos... muchas veces estos generan respuestas obvias.
Lógicas.
Lo lógico del comportamiento humano me aburre. Detesto la sensación de que la gente no se da cuenta de lo que hace.
Y sin embargo, la persona más importante que tengo me dice que yo hago precisamente lo mismo. Que reafirma sus teorías en base a mis comportamientos.
Y como yo detesto eso, me detesto a mi mismo cuando sucede.
Los niños criados en burbujas, como yo, tienen la convicción de vivir en un mundo ideal. Me pregunto si cuando yo sea padre haré lo mismo.
Yo desde muy pequeño vivo de las posibilidades de que los supuestos se conviertan en realidad. Como un pequeño computador, analizo las probabilidades de éxito de alguna decisión que sucede.
Un robok.
Controlar.
Una noche de hace 20 años atrás sentía cómo mi mundo se iba al suelo. Mis papás gritaban, se trataban como nunca antes lo había escuchado.
Y de modo compensatorio, como un placebo, yo empezaba (mientras la discusión sucedía allá abajo) a crear supuestos de cómo ellos podrían arreglar las cosas.
De que cosa tenía que decir mi papá o mi mamá para finalizar el conflicto.
Pero durante un buen tiempo el conflicto no paraba. Y yo muchas veces prendía la tele sólo para que mi hermano no escuchara. No creo que se haya dado cuenta alguna vez.
Como los conflictos escalaban, y mi supuesto mental de que lo que pensaba que se dijeran entre sí no daba resultado (porque no lo hacían), apareció una variante.
Y esa variante a persistido durante toda mi vida.
Desde chico, he creído que yo puedo ser parte de la solución. Que en base a la capacidad de analizar el entorno y el problema, MI respuesta era la más adecuada para resolverlo.
Y desde ahí que siempre han ocurrido problemas derivados de eso.
Controlo frecuentemente. No busco con eso ser egocentrico, pero quizás si me convierto en eso.
Controlo.
Y cuando las variables se me escapan desfavorablemente, me frustro.
Y cuando las variables se acercan favorablemente al azar, me sorprendo.
Quizás por eso mismo me gusta tanto que me sorprendan, porque (lamentablemente para mí), pocas veces lo consiguen.
Para medir las variables la mayor parte de las veces simplemente observo. Pero cuando no puedo observar, escucho.
Y cuando no puedo observar ni escuchar, pregunto.
Y pregunto mucho.
Porque desde chico he querido ser parte de la solución.
Lamentablemente, perdí el don de ofrecer soluciones y sólo me convierto en un indagador innecesario.
En una persona que dentro de su acción de preguntar por defecto, no ofrece mejorías.
Y no me gusto así.
No me quiero así.
Porque así termino perdiendo.
"Tu no siempre estás en lo correcto"
"Tu no siempre tienes la razón".
"¿Porqué siempre piensas que tu opción es la que resolverá el conflicto?"
Porque así me hice con el tiempo. Y no me gusta.
No me gusta sentir que en mi afán por el control me doy cuenta la mayoría de las veces que soy gran parte responsable...
... demasiado tarde. Cuando ya parece que mi juicio es una realidad.
Termino influyendo en las percepciones de quien amo.
Y esa persona comienza a modificarse por mí. Porque cree que mi juicio es una petición obligatoria de cambio.
Y como pedrito y el lobo, cuando de verdad hay algo que no me gusta de lo que pasa no tiene peso. Porque todo lo critico.
Todo lo controlo.
Siento que puedo ser la solución de mis padres (todavía). Siento que puedo ser la solución de mi hermano, del bruno, de mi familia, de ella.
¿Porqué?
Quizás porque siempre me he sentido un inútil. Porque mis acciones 20, 15, 10 años atrás no terminaron modificando nada.
La incertidumbre es una percepción que no sé llevar. Sobretodo si tiene un mal augurio.
¿qué es ser bueno?
¿que es ser malo?
¿que es ser buena persona?
¿que es ser persona?
Yo termino emitiendo juicios de un todo. 
En el diario vivir soy así.
Y pocas veces en la vida he hecho cosas de guata. El 2004 con mi primera relación creí que se podía.
Y me fui al demonio.
Pero ahora, cuando hago cosas de guata, de arranques emocionales, de honestidad brutal, termina todo volviéndose tan confuso.
Como la frase de Nicanor Parra en mi bio de twitter.
Soy tan dificil de entender? No me gusta ser predecible.
Pero siento que no lo soy!
Y sin embargo cuando comienzo un conflicto y me dicen que va a pasar conmigo...
... es una situación desesperante.
Porque terminé generando la convicción de que mis juicios sobre comportamientos son leyes en las que creo.
Lo más triste es que esos juicios terminan haciendo creer a quien amo que debe modificarse para mí.
Que no es suficiente.
Que no hay más que me pueda dar.
Que lo dio todo.
Y yo, en esos momentos donde algo se rompe adentro me digo:
¿porque diablos soy así?
¿porqué por intentar ser bueno, ser parte de la solución, llevo a quien amo a niveles de cuestionamientos existenciales?
Tengo un problema.
Soy el problema.
Pero las visiones tristes, así y todo no quitan mis ganas de compartir la vida con esa persona.
Por más bruto, inconsciente, enjuiciador, criticón y enojón que sea.
Y es ahí cuando,
paradójicamente,
el que no se siente suficiente soy yo.
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vitaemusica · 12 years
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Encumbrar.
Cuando era más chico, quería saber cómo actuar con las mujeres. Qué decir, cómo... si había que vestirse de alguna forma, si era inapropiado decirlo de otra, etc.
Pero lo terminé averiguando solo, y más tarde que el resto.
Cuando era aún más chico, en septiembre veía cómo era costumbre en la tarde de inicio de vacaciones (a mí me daban una semana) que mejoraban los días, el viento pegaba fuerte y el sol brillaba pero no calentaba. Y ahí corría yo a mi casa (en el "largo" trayecto desde el furgón al frente de mi casa) para cambiarme de ropa y alegrarme por las vacaciones.
Sacaba la cabeza afuera del furgón. No había hilo curado masivamente y las calles no tenían más autos que personas. Y miraba a los niños, pensaba que muchos no habían ido al colegio porque estaban ya sucios llenos de pasto y tierra y miraba...
Miraba...
Miraba y admiraba esa habilidad que parecía innata de hacer volar esos pequeños volantines. Y escuchaba los gritos de los niños compitiendo. Gritos de alegría, no de pelea.
Entonces me contagiaba. Llegaba cargado de esa misma fuerza y pensaba hacer lo mismo. Luego llegaba a casa, y lo mismo de siempre: yo no tenía idea cómo encumbrar uno. Yo sabía que si salía al terreno de atrás de mi casa no iba a pasar más de medio minuto antes de que alguno de mis amigos, o cualquier niño que ahí estuviese me dijera si tenía un volantín, y qué esperaba para encumbrarlo.
Mi orgullo era pequeño pero suficiente para no reconocer que no sabía encumbrarlo. Que tenía el dinero para comprarlo pero no sabía hacer los tirantes. Pensándolo ahora es un error... me perdí muchas cosas por no pedir que me ayudaran en eso.
Pero es que yo pensaba que había alguien que en algún momento me iba a tomar, a ayudar, acompañar a conseguir eso.
Desde que tengo uso de razón mi papá trabaja. Nunca tuvo tiempo para mí y mis trivialidades parecían muy pequeñas al lado del cansancio visible por su trabajo.
Y así, yo esperaba que algún día sucediera. Intenté hacer yo mismo un volantín un par de veces, pero si en ese entonces hubiese estado masificada la foto como representación del presente, estaría para failblog.
Lo bueno de eso, es que como moda pasajera, el volantín no duraba más allá de dos semanas, y si no te lo aprendías y te hacías el leso, conseguías pasar invicto de la burla de los demás por no participar.
El problema es que eso sucedió con el resto de las motivaciones que tuve cuando pequeño: volantín, trompo, futbol, bicicleta, mujeres... en todo esperé lo que suponía natural, y en la mayoría de los casos, hasta ahora, con 31 años, no sé hacerlo.
E inconscientemente aprendí que tenía que aprender solo. Y que simplemente habrían cosas que no aprendería porque prefería quedarme como orgulloso sin que mis amigos supieran que no sabía antes de reconocerlo.
Y pensándolo ahora, quizás eso también era porque nunca tuve amigos de verdad cuando era chico y que yo sólo era el costo a pagar por acceder a lo que tenía (pelota, consolas, trompo, bolitas, etc.). Sólo servía como el agregado. El mal menor.
Así era. Por duro que suene.
Era un poco como quico. No, mejor... como ñoño. Tenía más que los niños de mi misma edad, y también tenía poco. Fue notorio cómo quede literalmente fuera de las ligas cuando ya a los 13 yo no era opción para salir a bailar. Ni hablar del "blu (blues)" final esperado después de cada fiesta. Yo ni siquiera entraba a la fiesta.
Ya no tenía esas ventajas comparativas que me hacían útil.
Y bueno, es fail igual. Ahora que lo veo me parece tragicómico, pero recuerdo más de una vez haber llorado, más allá de no haber conseguido estar ahí y ser parte de ese todo llamado adolescencia, era porque no me aconsejaran en el momento preciso.
Ni siquiera en algún momento.
Fue ahí entonces cuando, por defecto y por la carga de la vida, creé lo que en parte soy ahora. Más serio de lo esperable, más a la antigua. Probablemente menos vividor. Más pavo.
Tenía dos opciones. Dármelas de loco vividor y averiguarlo todo a costalazos, o ser el observador de siempre e ir aprendiendo sobre la marcha más cartuchamente.
Ganó la opción 2. Nunca fui tan pillo ni loquillo.
Aunque ahora ya hay varias cosas en las que vengo de vuelta, me faltan tantas otras por conseguir.
¿Por qué me acordé de ésto? Porque ahora cuando necesito una visión externa de cómo estoy haciendo las cosas, de qué me falta y qué me sobra, me doy cuenta de lo que no tuve.
Y de lo que no tengo.
Y de cómo, además de eso, he tenido que ser yo quien aconseje, instruya, rete u oriente a quien se supone lleva más camino en esta carreta que es la vida.
Y no sé si lo hago bien, si lo hago correctamente. Si mis puntos de referencia son válidos. Si mis principios son los correctos.
Mis modos... ay mis modos. Pero si lo pienso, es como la película de Tarzan de Cristopher Lambert (no con esas calugas ni con esa cara de pastel). Tuve que aprender con lo que tenía a mano. Y hasta ahora, no había sopesado que esas formas nunca habían sido aterrizadas.
Y que quizás por lo mismo me pasa lo que me pasa.
No tengo un referente masculino. No admiro a hombres. No tengo una visión de cómo se debe ser. Me hice en base a lo que creí mejor.
Y es ahora cuando necesito a ese referente para saber qué hacer. Cómo sentirme en base a lo que me acaba de pasar. Es válido lo que he hecho hasta ahora? Debo comportarme así? Lo hice mal?
Lo estoy haciendo bien?
asdf.
¿Qué haría Optimus Prime en estos casos?
Al final, los únicos referentes que siempre tuve los encontré en los comics. Sí, así de ñoño. Porque como el deporte no era mi fuerte, y por ende la belleza física tampoco... ví en esas viñetas conceptos que adquirí de a poco. Que ni siquiera los "amigos" de ese entonces consiguieron entregarme.
Quizás por eso me gusta superman. Por ese código inagotable de bondad, de hacer lo correcto, de contar con una familia pero a la vez sentirte sólo. De no transar tus principios ni valores a ningún costo porque al final es lo único que realmente defiendes en este mundo.
Pero yo para eso quería un papá. Y me gustaría tener uno.
...
De hecho lo tengo, pero si alguien lee esto y se identifica sabe que se requiere algo más que un hombre resolvedor de necesidades económicas.
No digo que mi papá lo haya hecho con mala intención. Era la única alternativa posible para surgir en este mundo injusto. Fue mi madre quien trató de compensar eso, y probablemente lo cumplió a cabalidad conmigo y mi hermano.
Pero las dudas, sexuales y políticas y otras, esperaba resolverlas por otro lado.
Quizás por eso hay tanta atención sicológica dando vuelta. A veces pienso que en esos casos en donde se recurre a ellos es porque no tienes la confianza suficiente para compartir todo eso con alguien de confianza.
Sí, están los amigos. Pero no sé... hay cosas que ni mis amigos saben de mí. Y que solo una persona lo sabe completamente.
No es difícil entrar en lo que siento. Si me preguntan les cuento pero... no preguntan.
Y eso ha sido así desde que tengo uso de razón.
Desde los 13 años con ese volantín.
Yo todo lo que quiero es encumbrar uno. Y a la vez encumbrarme yo. Porque en el espacio de aprender las cosas solo... aprendí que encumbrar no es sólo levantar.
Es llegar a la cima, y pasarla. Yo nunca quise botar a los otros volantines. Yo sólo quería llegar más lejos.
Es en estos momentos donde lamento que mi familia sea lo que es. Nadie es mala persona pero cada uno vive en su mundo. En este mismo momento cada uno está en su pieza, masticando su pena particular.
¿Cómo hablar de familia si acá no hay unión? Sí, hay cariño, amor... y debería bastar. Pero cada uno debería tener capacidad suficiente para generar un stick fix de cariño per capita para mantenerlos a todos unidos.
Personalmente he tenido que asumir el rol de stick fix en esta familia. Y mis modos brutos muchas veces generan más inconvenientes que mejorías.
Quizás sea el cansancio propio de asumir el rol "porque no te queda de otra". Le pasa también a la mujer que amo.
Pero... dónde está mi referente para ver qué hacer? Es útil la referencia.
Al parecer sí. El ser humano crea en base a referencias. De hecho, más que inventar (crear algo nuevo), el ser humano innova (hace algo nuevo en base a cosas ya existentes).
Creo que hay que ser demasiado bacán como para inventar una manera de ser mejor. Y uno trata de ayudarse con lo que tiene. Mi familia no, los amigos está lejos...
Tengo a esa persona que necesito mucho.
Pero mientras pasa esto, con período de reflexión incluído, me quedan los libros. 
Generalmente hablo con gente muerta. Hablo con muchos autores que expresaron sus ideas y convicciones para ser mejor y que ya no están. 
Pero... quién es mi referente para saber si lo que escojo leer realmente me servirá de algo. Paf! la referencia aparece de nuevo. Touché.
Para encumbrar se necesita: papel (ni hablar de papel plástico), palitos, pegamento, hilo y viento.
El viento es la dirección que yo creo debo seguir... la que me lleva a la meta que espero encontrar. El volantín en sí es mi interior... muchas veces frágil en una posición difícil, o muchas veces potente y con el pecho enfrente, doblado y guapo, cuando la fuerza que existe me ayuda. El hilo es mi nexo a mis raíces, a lo que viví y que no... al #neverforget para no repetir, es decir... la conexión con mi historia.
Si no... es cosa de imaginarse cómo se ve un volantín cortao', para darse cuenta que es un barco sin timón, un alma a la deriva.
Un volantín que se reconoce frágil por momentos, no es un volantín malo. Si se guía en la dirección correcta desde el origen, generalmente sube y se desplaza sin tropiezos. Si sus guías y tirantes están equilibrados... tendrá la postura para solventar los problemas que el clima te traiga.
  Puedo ser el mejor volantín del mundo.
Puedo tener el mejor material.
Puedo tener mis tirantes equilibrados.
Puedo tener el mejor pegamento del mundo para volantines.
Puedo tener mi conexión clara con mi historia.
Puedo tener como soporte al mejor palo de volantín del mundo.
Y si tengo todas esas cosas, soy el mejor volantín del mundo.
  Y eso es lo que he tratado de hacer durante más de 20 años con memoria. Entre soledad, frustraciones y emociones. Construcciones mentales con ausencia de acompañantes. Sin referentes.
¿Pero qué hace el mejor volantín del mundo sin viento?.
Es como un barco sin agua. O un auto sin combustible.
Se ve bonito. Puedes contemplarlo... quizás hasta admirarlo. Te das cuenta que fue construido con esmero, con dedicación, con cariño.
El viento es clave. Hay vientos malos y buenos, dependiendo de qué corrientes los genera. Y son esos vientos quienes determinan nuestro camino.
Todos somos volantines.
Y todos somos viento.
  El viento es la fuerza con que corre el aire. Como el amor, el que energiza nuestras corrientes y nos hace ser mejores. Los que crean convicciones. Motivaciones. 
Eso es lo que al menos a mí me hace querer encumbrar. Con o sin referentes.
Este volantín soy.
Lo importante acá es...
que tú eres el viento.
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vitaemusica · 12 years
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vitaemusica · 12 years
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Elpis.
Diciembre del 2009.-
15 kilos menos en 2 meses. Si camino, no sé donde voy. Despierto temprano y no hace falta, tengo un trabajo de mierda que afortunadamente me ocupa poco tiempo. "Afortunadamente" porque el día se hace eterno. No estoy en ningún lugar, tengo amnesia temporal. En ocasiones sé cómo llegué a este lugar, la mayoría de las veces no. 12:45. Otra vez aquí.
A mucha gente le da miedo recorrer estos lugares. Por más que siento que los que no están no hacen daño, ellos sienten que algún espíritu o monstruo se aparecerá para llevarlos al tártaro. Absurdo. Dentro de todo, me tranquiliza.
El silencio sobra, pero no lo siento. Sé que probablemente en varios metros a la redonda no hay nadie que me hable, y sin embargo mi cabeza habla sin parar. Un motor irrefrenable. Incontrolable.
¿Porqué? ¿Cómo? ¿qué hice? ¿tan malo soy?. Merecer. Soportar. Vivir. Morir.
Me relaciono con cientos de personas y no me gusta. Es acá en donde siento que el aire me desordena el motor. Los árboles son altos. Me distraigo con el viento. Hay 30º pero acá no importan. No puedo sostenerme en un punto fijo. Necesito movimiento.
Me escucho hablar solo. Me veo en el reflejo de cualquier cosa y me desconozco. Me pregunto desde cuándo mi rostro es así. Ya no hay espejo ni reflejo en mi dormitorio.
A veces siento que me estoy volviendo loco.
Llorar me suena a catarsis. Hubo una etapa en donde mi mente sabía qué lo gatillaba. Hoy desde no se cuándo, las lágrimas caen. Miro al cielo y caen. Subo al metro y caen. Como algo y caen. Consigo no hacerlo en el trabajo pero mentiría si creyera que la gente no se da cuenta.
Busqué respuesta en la soledad. Curioso es quien fue una de las pocas personas que me obligó a ser contenido tuviera el mismo nombre. Gracias, lo agradezco... pero no contribuye a mi mejoría. No. No sé si hay que mejorar algo. No se a esta altura si el dolor formará parte de un ceteris paribus. A quien le importa. En realidad, a mi ya no me importa.
Ultimamente esa sensibilidad me vuelve más perceptivo. Sigo patrones automáticos (la gente se cree diferente al resto pero no es verdad), leo rostros, detecto heridas. Comprendo. Muchas veces no me importa. Mi sicólogo (buen hombre) me dice que se sorprende de mi anticipación. Más adelante se convierte en un apodo.
Un don. Como de un comic superheroico de Ellis, pero sin sangre, peleas contra el sistema, giros de ultimo minuto ni espectaculares dotes. O sea como Ellis, pero no. Recuerdo la película de Shyalaman(?) donde Willis detesta tener un poder que no le sirve. Se siente culpable. Yo no. Ni siquiera sé si uno debe sentirse culpable de algo que no sabe si sirve.
Aún hoy no se si realmente eso me sirve.
Leí 76 libros en 2 meses. Ni yo lo creo. Recorrí páginas como quien deja pasar micros del transantiago. Estúpido porque al igual que dejar esperar la micro, dejar pasar páginas sólo me ocupa el tiempo. 
Sólo quería ocupar espacios en hacer algo que estuviera bien. Que se viera(¿?) bien, que creyera que estuviera bien.
Pero nada conseguía hacerlo. Sólo la motivación por usar mi voz en crear audiolibros. Fue la primera vez en 28 años que me dijeron que mi voz era adecuada.     Desde hace tiempo ya que para ella mi voz genera otro efecto. 
¿Porqué nadie me había dicho que eso servía de mí? Absurdo. No tienen porqué decirme las cosas que sirven de mi. El autocoaching es vital. Difícil.
No soy sinónimo de autoestima.
No hay calor. La ropa afloja. Frío. Angustia. Ese apretón del pecho que no deja dormir. Ese corazón que uno lo siente más fuerte latiendo. Nadie más se da cuenta. A nadie más le importa.
A veces a mi tampoco.
Leer. Obtener respuestas, calzar. Identificarse en las palabras de otros. No sentirse equivocado. Creer que no se es tan malo después de todo lo que te dijeron. Todo lo que te hicieron. Abandono.
La identificación me convierte en un generador de citas citables. Frases tipo para evitar mayor consulta. Evado, discrepo, mi genio no es el mejor. 
No duermo.
Y aquí estoy, frente a tí. Nunca recurrí a tí porque no creía que era algo que yo hiciera. Pero aquí estoy, frente a tí, y te pido. Le pido a una pared. A un conjunto de letras. A una fecha, con dos rosas y un poco de agua. No alcanza para más. Tampoco sé si es necesario más.
"Traeme alguien que me quiera. Ayúdame".
Luego volvía a llorar. No sabía porqué a él. Porqué llegar a este punto de implorar a un recuerdo. De sentir que dos minutos atrás le pedía cosas al viento. No alcanzaba a comprender mejor las cosas. 300 libros después tampoco sé lo mismo.
Pero al pedir la angustia cesaba. Al menos podía tragar. Comer algo de lo que me enviaban. Comida que regalaba o botaba. Algo.
Ese día que pedí acepté mi locura. Pero también acepté que en ese climax algo tenía que pasar. Y que si no pasaba ya daba lo mismo seguir.
Y seguir, significaba ese seguir.
Gris.
1 de enero del 2010. 00:00 hrs.
El corcho de una botella de champaña me pega en la cabeza. Cientos de personas se abrazan. Mi pareja es mi abuela. Me abraza y me desea un buen año. Sé que lo dice de corazón.
El corcho en la cabeza me cortó la inspiración. De seguro iba a llorar. ¿Señal, destino, aviso?.
31 de enero del 2010. PM.
¿Quién será? Es muy linda. De seguro 22-23. Me gusta el color de su pelo. Su nariz. Escribe con tildes. 
La asocio al Color.
Mensaje. Alegoría al pelo suelto y salvaje. Respuesta! Fría pero la hay. Será retraída? 
Y la pregunta más obvia... cómo se llama?
Mediados de febrero del 2010
Disfruto leyendola. Eso sí, siento que no me toma mucho en cuenta. O sea, me habla, logro su atención... pero no logro más allá de. Le cuento lo que me pasó.
Le dedico los primeros textos.
Es diferente a todo lo que conozco.
No tiene 22-23.
Me gusta. ¿Le gustaré?
Segunda semana de marzo del 2010.
Está todo listo. Ella me ha vuelto a hacer creer que la vida vale la pena. No creo que lo sepa. Hablamos un poco más de lo normal, sé un poco más. Su nombre, su edad, que hace, qué quiere.
Que le gusta.
Conseguí que su prima me ayude.
No espero nada después de hacer esto. Me refiero a que no espero que a ella le pasen cosas conmigo por esto. Necesito agradecerle. Necesito decirle, de alguna forma... que fue ella quien cambió esto de acá dentro.
24 de marzo del 2010. 11:15 AM.
Ya está todo listo. Las personas accedieron a ayudarme en esto. Espero que las llaves no se pierdan. Y que su prima haga lo que dijo. Y que no se roben las cosas. Muchos factores, mucho en juego. 
Ojalá vaya. Ojalá le guste.
24 de marzo del 2010. 21:56
Odio los celulares LG. Sin señal. Sin minutos. Recibo un par de llamados de un teléfono que no conozco. Trato de contestar y se corta durante la tarde. Ni siquiera sé si le habrá llegado algo. No tengo internet. No sabe mi teléfono de casa ni el celular. Habrá salido todo bien? Espero que haya comprendido que es una persona que vale la pena y que se merece mucho más.
24 de marzo del 2010. 11 y algo PM
"dame tu telefono ahora".
"tu voz"
"¿qué onda, cuál es la idea?".
"Risas".
31 de marzo (1 de abril) del 2010.
No-p.
23 de mayo del 2010.
Canción para mí.
Mayo del 2010-Octubre 2011.
Tabú. Chirimoyas. Risas. Humor alternativo. Robok. Te quiero. Moda. Support. Cambio. Fiwi. ...conversar. Iwi. Poroto. H & M. Me quiere. Nuevo trabajo. Decepciones. Pobreza. Un año juntos. Stalkers.
No ha sido simple. Mal timing. Habrá freno de mano de mi parte? La quiero, mucho. Quiero estar con ella. Siento que crece. No creí que ella fuera a sentir tanto por mí.
Me dice cosas que me cuesta creer. En resumen, que valgo.
A veces me cuestiono mi ausencia. Mis ganas de dejar las cosas pasar. 
Unilateralidad. Ella siempre está ahí. Yo por alguna razón no puedo: es el freno de mano que aùn no lo saco del todo. Estúpidos frenos de mano que no contribuyen a nada.
Se habla de formas distintas. Yo creo en que la diferencia nos valoriza más. 
Me gusta que no sea como yo. Gracias a Dios ella no es como yo. Quiero ser mejor. No me sale. Siento que muchas veces la embarro. No quiero verla sufrir.
Será mejor la distancia para decantar cosas? 
Octubre 2011.
Tiempo. La sigo embarrando con mi forma de ser. No puede ser posible querer verla estar bien y producir lo contrario. La quiero, muchísimo. Ella cree que vivo bien sin ella. Se equivoca.
Por más que lo mencione y lo exprese, no se vuelve creíble. Busco las formas para volver.
Gracias a ella perdí las ganas de leer de forma desenfrenada. Ahora con moderación leo lo que me gusta. No mas opio mental. Es ella quien me hace ser mejor. Aunque no lo crea.
Noviembre 2011.
Accidente. ¿Porqué no estuve ahí? Tanto tiempo pasó sin hablarnos? Dolor. Ella me necesita. Trato de estar. Estoy. Un nuevo comienzo.
Febrero 2012.
Riesgo vital. Muerte. Pena. Millones. Ella quiere estar conmigo. Yo también. ¿porqué cresta no se puede? Errores. La quería conmigo. Dolor. Ella no quiere separarse de mí. Yo tampoco.
Todos los días la quiero más.
Marzo 2012.
"sé que tu me quieres más que lo que yo te quiero a ti...", con la frase que no alcanzó a completarse:
"... y yo te quiero todos los días más. Te incluyo permanentemente en mí".
Abril 2012.
Todo se confunde. Ya no lo quiere así. Todo es muy doloroso. Le parte el alma saber que "no estamos en la misma". Le hace mal. 
No-lo-quie-re-a-sí.
"actions speaks louder than words".
Tomo una decisión. Sé que me esperará. No sé si comprende que mi decisión no implica irme de su vida. No sé si es lo mejor pero no soporto verla así de mal por mí.  Nuevamente busco una forma de volver a la carga mejor para ambos.
Sé que me pide no tomar esa decisión. En ese momento oscuro donde siento que soy la causa de su dolor termino tomándola. Espero que entienda que no quiero verla sufrir. Ella significa mucho más para mí que nadie más en este mundo.
Espero que me logre creer eso.
Ella no confía en mis palabras.
Primera semana de Mayo 2012.
Cristales.
Mientras no estoy, pero estoy, me pregunto la diferencia entre el querer y el amar.
Amar es dar.
Corro en círculos. Ella me pregunta qué faltó y no se cómo decirle que no se trataba de ella. Se cuestiona no ser suficiente. No ser buena.
No "merecerme".
Tengo que decírselo.
25 de mayo del 2012.
Se lo dije.
Nunca es tarde.
Presente.-
Darse cuenta.
Amar.
Generar acciones.
Flowers speaks louder than words.
Necesitación.
Freno de mano.
Así, tal como a mí me pasó el freno de mano vuelve a existir. Reconozco que detesto ese freno sobretodo porque soy yo mismo quien lo generé.
La amo. La quiero conmigo. Pero ella ya no está dispuesta a sufrir más. A entregar más... a que se la hagan 2 veces.
Y yo que quiero compartir mi vida con ella.
Con Elpis. Con la esperanza de que la vida vale la pena.
De que al amor prevalece. De que nada importará si es amor como dice Fito.
Y podría dedicarte millones de canciones, pero no alcanzan a describir lo que yo siento acá dentro. 
Te quiero conmigo. Te necesito conmigo. Querer es poder. Amar lo es todavía más.
Nadie dijo que iba a ser fácil. Siempre te he dicho que vale la pena.
Hoy, 22 de julio del 2012 18:31
Te amo. Gracias por los Skittles. Espero que en la próxima conversación logremos solucionarlo.
Amor est vitae essentia.
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vitaemusica · 12 years
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El yogu yogu de mora es súper rico.
Si me pongo a pensar en la primera vez que al ver a una pareja y pensara "que se aman", probablemente no llegaré a nada. Yo era causa y efecto de no vivir esa sensación. Como sentirte el fondo de la foto, esa parte que sale para justificar el entorno y nada más. No puedes saber el sabor del yogu yogu de mora si nunca lo has probado. Así me había sentido, incluso hace un par de años atrás. Un pedazo de esa foto sin importancia. Como un borrador de ese momento. Como una experiencia innecesaria para compartir.
Probablemente sea eso mismo lo que me hizo vivir el proceso más lento de regenerar esa capacidad. De amar. Busco explicaciones del porqué sucedió, ahora... justo ahora cuando las cosas se dificultan y mi historia reciente juega en contra. 
Y es que... aún no me entiende que yo he disfrutado tanto compartir mi vida con esa personita única e irrepetible. Y que sí, todo se desencadenó de la manera más lenta esperable. Pero siempre como una curva exponencial que quería más. Pero no mediante una exigencia del "más" si no como una necesidad de suplir necesidades siendo ella tal cual.
Y el yogu yogu de mora sabe delicioso desde entonces.
El amor es la respuesta. Ya no puedo dejar de pensar en ella. En todo ella, en sus acciones y en sus miradas, todo.
Porque si tuviera que reflejarlo en un ejemplo, de esos simples que tanto nos gustan para hacernos una idea, ella consiguió lo más difícil: Sentirme el retrato de su foto soñada. Al centro, mirando, riendo (con lo difícil que es en mí). Y desde un tiempo reciente, ella también es mi foto de cabecera emocional.
Y no ha sido fácil creerlo, sobretodo porque nadie me lo ha hecho sentir así de claro, así de contundente, así de fuerte. Y quizás yo no creo en muchas cosas, pero creo en tí.
Creo en un tí conmigo. 
Creo en lo que sientes, porque yo también lo siento.
Y por lo mismo, quiero vivirlo todo contigo, a excepción de la sensación de perderte sin remedio. Porque aunque nada tiene que ver esto con la justicia, de todos modos hay una parte grande en mí que lo dice a cada rato.
"no es justo".
No es justo soñar en el "what if" y convertir mi realidad en un spin off de nuestros sueños.  
No es justo pensar en que sólo te convertirás en mi Regina Olsen. No puedo ser tan gil como Kierkegaard. No soportaría si fueses como Von Kurowsky.
Recuerda que:
Kaze no kareki o hirotte wa aruku.
Espero y te haya quedado claro mi fanatismo por el yogu yogu de mora.
Yogu yogu de mora eres tú.
Kirite - Circle of Eternity
http://www.youtube.com/watch?v=00IMly-FTq8
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vitaemusica · 12 years
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No hay.
No soy el hombre más encachado
ni tampoco el más gentil.
Probablemente me enfado fácil,
y me quejo mucho.
Soy volátil y disperso,
y lo olvido CASI todo.
Tengo millones de trancas,
y nunca las aligero.
Y así como pienso voy,
reconocido imperfecto soy.
  Pero no hay espejo buena onda,
ni la amabilidad del papa,
la sonrisa del humorista actual,
ni el masaje equivalente.
Ni la concentración más potente
entre la gente.
Y la machi convincente
en el solsticio reciente.
  No hay.
  No hay fuerza semejante
en este mundo duro y pedante
que me haga desistir de pensar
y sentir en el caminar
que la vida es más bonita
dulce, sabrosa y cantadita
desde ese día de verano
en donde lo hermoso se hizo cercano.
  Y desde ese treinta y uno
mi mundo giró como ninguno
viví tristezas y pesares
en todos los lugares.
Soñar y vivir
creer en existir;
dar y tomar
gozar y cantar,
dedicar, buscar
sorprender, emocionar.
  Y sí, las nubes se oscurecen, y con el tiempo uno se descubre en cosas que faltan.
En lo que querría ser. Y viceversa.
Pero a pesar de eso, y de que las nubes cambien el tono
y mi cielo se confunda
para mi lo más claro en la vida
ha sido tu presencia y tu alegría.
  Amar y querer
son para mí cosas distintas.
Uno se basa en apegar,
el otro en la acción del dar.
Pero tú conseguiste ambos,
cosa que tu dices no notar
pero acá adentro hay cambios
que me hacen mejorar.
Amar y querer
son para mí cosas distintas
pero nadie me prohibe tener
ambos estados en mi ser.
  Yo me apego a tu esencia
a lo que eres
y podrás no creerlo
pero yo sé lo que tienes.
Tienes fe, dulzura,
pureza...
en ese espacio
lleno de frescura.
  Luces siempre bien
en los ojos de este servidor,
que muchas veces no se siente digno
de ese sabor y color
ni tampoco del candor,
aún siendo el mentor.
  ¿Porqué termino escribiendo así?
porque en la dispersión
de palabras al azar
y ni tanto
consigo expresar...
que no hay.
  No hay nadie más que tú
que en el sueño y en la realidad
de mi difícil ciudad,
termine por generarme placer
y sentir
que mi vida junto a ti
es sinónimo de porvenir.
  Ya ni sé si esto es una copla
una especie de mal intento de poesía
pero nace de la fantasía 
de la pena y la alegría.
  De la pena si te vas
de la ausencia si no estás
lo ultimo es oximoron o pleonasmo?
A quien le importa
el corazón no sabe de reglas
y aunque soy un ser racional
que se guarda para el resto
como si se pudiera ser antipersonal,
ese, yo.
El de la mente con motor
de un anticipador
tambien tiene algo
que no se piensa
que no se razona
que no se presenta,
ni siquiera se intenta.
  Sólo existe.
Es sentimiento por tí.
El inconmensurable e inmedible
ni verbalizable.
Ese.
Ese sentimiento
No se va a ir de acá,
Ni de allá.
Porque no tiene dónde moverse
Si al final, es omnipresente.
  No hay quien lo saque
ni quiero que se vaya
No hay qué lo mueva
ni quiero que lo haga.
  No hay.
  No hay en este mundo
ni en este breve espacio.
  Certeza más grande
que tú
Mia,
eres
todo
lo
bueno
de
mi
vida.
  Y no hay quien me diga lo contrario. Ni habrá.
  No hay.
  Porque a pesar de mi imperfección
en querer ser para ti lo mejor
Que dices que yo soy
y que yo no lo creo
por todo lo que veo.
El ensayo y error
de las múltiples diferencias
que tiene cada uno
a veces nos confunde
asusta, atemoriza
y hasta aturde.
  Pero así como puede no entenderse
tu eres diferente, e igual.
Así tú eres Mia
y también mía.
Esa dualidad,
De ser y no ser
O de ser y también ser,
Me hace quererte
Y porqué no
amarte.
  Ya basta de eufemismos.
Vivir sin tí no sería lo mismo.
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vitaemusica · 12 years
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Jose Tomás.
Jose Tomás era aguerrido.
Tal como su padre, aprendió frente a la displicencia y al cuidado a la distancia a proteger a quienes apreciaba. Como un león.
Cuando nació, creció viviendo la experiencia de momentos salvajes. Con su compañero de toda la vida, aprendió el arte de esconderse, mimetizarse con el entorno. Había aprendido que lo más importante en la vida era sobrevivir y huir.
Nunca tuvo un lugar fijo para vivir. Pero a su manera y junto a su compañero Palomo, era feliz. Su expresión lo decía todo: habían días donde no había que comer y ahí, el junto a su amigo, en las buenas y en las malas. A veces sin luz más que la luna, para compartir la existencia mientras se dormía alrededor del fuego.
Quizás esa fue su manera de conocer el amor.
Palomo tuvo que irse. Muchos cercanos le insistieron que Jose Tomás no podría soportar vivir mucho tiempo sin su compañia.
Era todo lo que conocía alrededor de la palabra afecto.
Pero Palomo no entendió, no lo asimiló... quizás simplemente no pudo llevarlo consigo.
Desde ese entonces, como un león abandonado, miró con displicencia a quien se le acercara. Aprendió de la independencia solo. Valiéndose por sí mismo, llegó a un lugar donde al menos tuvo casa y alimento.
E hizo lo que sabía... proteger su entorno, forjandose con esa personalidad distante que no genera rechazo, sino más bien empatía y compasión.
Y aún así, fue expulsado de su casa, sin mayores razones. Pero ahí estaba, defendiendo ese espacio de cualquier persona con malas intenciones.
Él era capaz de hacerlo.
Pero su rostro de felicidad se perdió. Se volvió lejano... cansado... triste.
Fue tanto su empeño por coincidir, fue tanto su esfuerzo por sentirse parte del grupo, que defendió más allá de... o quizás no. Personas inescrupulosas consideraron que su presencia les impedía realizar los ilícitos que todas las noches él detectaba.
Jose Tomás desapareció hace 3 días.
Está muerto.
Jose Tomás vivió fuera de mi casa durante años. Nunca me pescó ni me tomó atención. Apreciaba cuando le daba agua, cuando lo saludaba... con ese movimiento impercetible en su rostro que me decía gracias, a su manera.
Esto es una historia repetida.
Jose Tomás fue uno de los tantos animales abandonados en este planeta. ¿cual es el fundamento de la gente de abandonar?
Abandonar.
Cuándo comprenderan que nunca dejaremos de estar conectados. Que los metros cuadrados no sirven mucho más que para delimitar nuestro espacio.
Es que acaso también delimitan sus cabezas?
Nunca comprenderé al ser humano en ese punto. Nunca comprenderé la conciencia de quienes van y botan a un animal y siguen viviendo su vida como nada.
Nunca compartiré eso.
Jose Tomás vivía al frente de mi casa. Mis vecinos consideraron que frente al aumento de personas dentro de la casa, él era descartable.
Y lo dejaron en la calle. Su primer dueño, palomo, es un viajero errante que no pudo llevarselo, frente a nuestra insistencia (aunque cuando hablo de nuestra, solo es mi mamá quien insistió en algun momento).
El a su manera nos defendía, a cambio de alimento. Así fue como todas las noches, ladraba frente a cualquier persona extraña.
Confieso que en más de una ocasión lo odié por no dejarme dormir.
Pero era su manera de agradecer...
... era su manera de sentirse útil en este mundo.
Y ya no está con nosotros.
Murió de manera sospechosa, como muchos animales abandonados mueren. Nunca encontramos su cuerpo. El silencio incómodo delata.
Probablemente estas letras no sirvan para nada. Este es uno de los momentos donde nuevamente me siento culpable de ser pobre y no poder haberte dado un espacio con nosotros.
Pero desde acá... gracias.
Gracias porque yo sabía que tu defenderías a mi madre siempre.
Gracias por ese cariño incondicional, aunque inexpresivo.
Y donde quieras, ya debes estar descansando.
Te vamos a extrañar.
Y con más pena que la cresta te escribo desde acá. Perdónanos.
Perdónanos por no hacer más. 
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vitaemusica · 13 years
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Los 80, en los 70.
Es inevitable sentir cierta molestia con los comentarios diarios de gente que desconoce procesos. Personas que caricaturizan experiencias y dudan de su existencia solamente porque a ellos y a su círculo no les ha pasado.
Limitaciones mentales de personas que probablemente tiendan al individualismo, que predomina mucho donde el dinero es lo más importante.
El día de ayer, se estrenó en la televisión abierta una nueva temporada de una serie que intenta reconstruir el pasado en la dictadura de Chile. Para muchos de los espectadores, que no nacían o que vivían otra realidad, la ficción supera la realidad. Que todo constituye casi una exageración.
Lamentablemente no es el caso.
Si escribo acá es porque siento la necesidad de guardar esa ventana que hoy, décadas después, mi madre abrió en base al deja vu producido por ese capítulo.
Mi familia proviene de un pasado humilde y trabajador. Mi abuelo, gásfiter de oficio, consiguió proveer junto a mi abuela (que trabajo desde nana hasta productora de chocolates) de todo lo que se podía.
Mi abuelo murió el año 1986 por un cancer gástrico no controlado. No existía ni la tecnología ni tampoco los recursos para haberlo descubierto antes. A los 59 años, era demasiado joven para haberse ido. De hecho, murió cuando mi madre tenía mi actual edad, treinta años.
Hubiese deseado que mi abuelo al menos hubiese experimentado la libertad después de 1988. Libertad personal, no económica. 
Pero me alejo del tema.
Mi abuelo era un gásfiter, que cuando tenía que trasladarse a lugares muy lejanos, debía levantarse cerca de las 4 de la mañana. Llegaba todos los días temprano, y a las 9 de la noche (porque el noticiario era a las 8) había que dormir.
Le gustaba tomarse algunas copas, y a fin de mes, el unico día en donde habia algo más de plata para compartir con sus 5 hijos, se curaba. No era un viejo odioso, ni violento. Era gracioso, y luego se diluía en un cansancio y sueño profundo, propio de quienes viven esforzandose físicamente todos los días.
Mi abuela dice que físicamente le recuerdo mucho a él. Que soy prácticamente igual en su juventud. Físicamente.
Mi abuelo no era activista político. Ni siquiera tenía un partido favorito. No había tiempo suficiente para desarrollar una inclinación. Al igual que todo el pasaje donde vivía, era una persona de esfuerzo, que también sufrió dificultades en el proceso del gobierno de Salvador Allende, quizás más utópico que la propia gente que lo seguía, que tomo malas decisiones, escogió mal a sus asesores, y que tenía el peso constante de la amenaza gringa. Capitalizada en aportes de los servicios de inteligencia, algo que toda persona que lee algo de historia, sabe.
Sí, habían dificultades, pero el recuerdo de poner en riesgo tu vida, sólo porque sí, fue imborrable. Lo expresa la pena de mi mamá cuando comienza a recordar imagenes que estaban perdidas quizás donde.
Era octubre del 73. Madrugada. Los tiempos eran diferentes, era difícil determinarlo con exactitud. Mi madre recuerda que la tomaron a la fuerza, y que con el impulso salió fuera de su pieza y chocó con la pared. Sólo escuchaba gritos de personas que jamás había escuchado. Una sensación de terror que yo no creo haber experimentado nunca. Tenía 14 años.
Mi madre recuerda cómo mi abuela pedía comprensión desesperadamente para mi bisabuela, Cristina. Los carabineros la tenían arrodillada en el living, y la retaban duramente porque no se movía para salir a la calle.
Mi bisabuela estaba postrada desde hace años. No sabía como hacer lo que le pedían. Cuando mi mamá recordó esto le dio mucha pena. Recordaba que la bisabuela Cristina sólo rezaba pidiendo misericordia.
Cuando agarraron a todos por la fuerza, a tirones y golpes para sacarlos a la calle, vieron que en el pasaje todas las familias estaban en la misma condición. Sus vecinos pequeños llorando, los padres tratando de mantener la calma. 
Los carabineros tenían una lista. Buscaban a alguien, y cualquier similitud o alcance de nombre era suficiente para establecer la detención. 
La casa de mis abuelos fue destruida en su interior. Todas las ropas en el suelo, los cuadernos de básica de mis tios esparcidos por todo lugar. Buscando algún papel o libro marxista, alguna insignia, algo que pudiera asociarsele al enemigo. Algo que justificara lo que posteriormente iban a hacer.
Parecía una guerra.
Lo unico malo de mi abuelo era que se tomaba unos copetes a fin de mes. Y ni siquiera sé si eso es realmente malo.
Quizás sea por eso que la desconfianza con carabineros la llevo en mi ADN. Hubo saqueos, robos, abusos. Mi madre recuerda que les cortaron la luz, y que, mientras estaban en la calle, los oficiales dejaban corriendo el agua de las casas, para mojarlo todo. Mezclaban el detergente con el azucar y la harina, para no tener qué comer.
¿Qué sentido tenía dejar sin comer a familias pobres? Cuchasdesumadre.
Lo poco de valor, te lo robaban. Había impunidad. Con quien ibas a quejarte?
Estas líneas no alcanzan a describir lo que yo vi hoy en los ojos de mi vieja recordando el pasado.
Eso de preguntarse el porqué, qué hiciste mal, y porque la palabra injusticia se repite como un eco en muchas personas que aún sienten y saben que los que hicieron todo eso quizás estén libres en algún lugar.
El vecino de al frente y del lado de mi abuela también eran trabajadores comunes y silvestres. Paradojicamente el primer nombre de uno, y el apellido del otro unidos formaban el nombre de un posible sospechoso. La coincidencia bastaba y sobraba para decidir que podrían ser considerados como personas de alta peligrosidad.
A dos casas de mi abuela vivía un dirigente de una organización agrícola del gobierno. En ese entonces, tenía una esposa, y dos hijos, de 3 y 5 años aproximadamente. A pesar del dolor, angustia, pena y desesperación de mi mamá, siente que ni ella puede asimilar el daño que tuvo esa familia.
Al igual que en la casa de mis abuelos, tomaron a la mujer y los niños, y los dejaron en la calle.
Fusilaron al dirigente en el patio de su casa esa madrugada. El ruido de los balazos para una niña de 14 años debe ser inconmensurable.
Ni hablar de la familia del dirigente. La esposa comprensiblemente llegó a un estado de locura que duró mucho tiempo. Y aquellos hijos pequeños sufrieron... quizás más por la inestabilidad de su madre que por lo que sucedió ese día. Quizás eran muy pequeños para recordarlo (afortunadamente).
Muchos rumores quedaron esa noche. Del porqué se realizó todo eso, cuales eran los motivos. Tiempo después se supo que el "procedimiento" estaba dividido en sectores por militares y carabineros. Al parecer a los militares les resultaba mejor vivo el dirigente. Mi historia es muy limitada para esclarecer hechos. Son como fragmentos de recuerdos pegados.
Sólo sé que la ley pareja no es dura y que todas las personas merecen un juicio legal donde se compruebe culpabilidad. Pero eso en el 73 era pedir caviar.
Esa noche se llevaron a mi abuelo. Al vecino del frente, el del lado, aquellos que por coincidencia de nombre eran peligrosos. Y a todos los hombres adultos del pasaje.
Mi abuela junto con el resto de las vecinas, y otras personas, consiguieron darle sepultura al dirigente, que para ellos era sólo un vecino más. No había servicio medico legal, no podías ir a la comisaría para denunciarlo, era difícil conseguir a una funeraria que se encargara del desastre.
Mi abuela nunca olvidó la cara del oficial encargado.
La ficción no supera a la realidad en este caso.
Fueron días eternos. Mi abuela recorrió el estadio nacional, comisarías, etc. Al parecer los movían constantemente. Todo fue tan de repente que no debe haber existido una completa capacidad de organización.
Durante días mi abuela buscó posibilidades de liberación, pero no podía encontrarlo.
Nunca le he preguntado si es que alguna vez pensó en que pudo haberse quedado viuda con 5 hijos con 42 años. Ahora tiene 80 y disfruta de su vida. Ya no es el momento de preguntar.
Mi madre no sabe cuántos días mi abuelo estuvo desaparecido. Días, meses, años... en la mente de un niño de 14 años de los 70 es dificil saber cuanto tiempo pasaría. Solo recuerda que se le hizo interminable.
Los rumores corrían, y uno de ellos era real. Mi abuelo estaba vivo. Lo habían visto en una comuna no tan cercana regando todo el perímetro de una comisaría. A pies pelados. Se le veía flaco, cansado, perdido.
Y lo único malo que tenía mi abuelo, era su genio. El que heredé. Y los copetes de fin de mes.
Mi madre nunca preguntó a mi abuela cómo liberaron a mi abuelo. El, junto a todos los detenidos de ese pasaje se mantenían unidos en la adversidad. Los vecinos detenidos por alcance de nombre estaban muy mal heridos. Muchos no resistirían tanto tiempo con vida.
En ese entonces, se determinó el toque de queda. En los primeros meses post 11 de septiembre, si después de las 8 de la tarde te encontrabas en la calle, era excusa suficiente para dispararte. 
A mi abuelo junto con sus otros vecinos, los liberaron un día equis, a las 19:55. A kilómetros de su casa.
5 minutos de reacción para conseguir alguna posibilidad de mantenerse con vida. CINCO.
Sólo les dijeron: "corran". 
Una de las pocas cosas que mi abuelo contó y que mi madre recuerda, es que todos los hombres ese día hicieron una promesa. Todos juntos, vivos o muertos. No había que dejar a los heridos atrás. No era opción. 
Y corrieron.
La historia en esta parte tiene final feliz porque muchas personas los buscaban. De alguna manera lograron saber aproximadamente cuando los "liberarían" (porque convengamos que liberarte 5 minutos antes del toque de queda no era ningún beneficio de libertad, sólo era una excusa para justificar en las noticias a supuestos muertos por intento de escape).
Una camioneta hacía el mismo recorrido todas las noches para poder encontrarlos. Quizás el destino consideró que habían sufrido lo suficiente. Y consiguieron llegar a casa.
¿Cómo se habrá sentido mi abuelo frente a la incertidumbre de no volver a ver a su familia, a sus 4 hijas y a su hijo menor?. 
No creo que exista programa que consiga reproducir esto.
Mi abuelo guardó silencio y nunca comentó el tema con sus hijos. Temor, evitar la exposición, aliviar el dolor al no permitir que sus hijos supieran lo experimentado... quién sabe.
Los vecinos estuvieron semanas en el hospital. Casi no la cuentan. Por alcance de nombre les sacaron la cresta. Robaron sus casas, generaron pánico entre sus hijos.
Así y todo, años después, la memoria de mi abuela no falló.
Cómo olvidar al oficial encargado del "operativo", si era el presidente del centro de padres del colegio de la hermana mayor de mi madre, mi tía.
Mi abuela fue testigo del suceso del dirigente. Apoyó a las familias más violentadas y prestó declaración más de una vez en las comisiones de los años 90 para obtener justicia.
Mi madre me cuenta que el oficial (teniente), lo negó todo. Raro, no?
Pero las pruebas eran concluyentes, todo calzaba.
La historia llega hasta aquí. No sé qué pasó con el oficial. 
Como contaba, mi abuelo murió 13 años después de un cáncer. El vecino del frente murió de un ataque cardíaco hace como 15 años atrás. El otro vecino se ganó la Polla Gol y de cierta forma el destino le ayudó a solventar el dolor. Sigue viviendo en el mismo lugar.
Los hijos del dirigente tuvieron compensaciones, al igual que su esposa. Era inapelable. Inexcusable. Pero también irreparable.
La esposa del dirigente formó una nueva relación de la que nació una niña bien linda que me gustaba cuando era niño.
Yo nací 8 años después de eso. Y mi niñez fue pobre, humilde y con esfuerzo.
Pero la realidad superó a la ficción. 
Porqué escribo esto?
Porque es inevitable para mí sentir rabia frente a la gente que aún, hoy y con todos los antecedentes existentes, sigue defendiendo la tesis de que todo esto es un invento.
De que, frente a las visibles irregularidades del caso exonerados del programa contacto, se considere que todas las personas falsificaron testimonios para obtener beneficios.
Mi abuelo nunca los tuvo. Siguió siendo gásfiter hasta meses antes de su muerte. No tuvo reparación sicológica, psiquiatrica. No tuvo indemnización por el trauma.
Mi abuelo sólo se tomaba un vino en caja para olvidar. Para festejar, o simplemente como diríamos ahora, para borrarse de la realidad aplastante. De las injusticias y de los traumas.
Mi abuela es una heroína. Nunca se calló. Nunca dejó de decir lo que vio por miedo. Y muchas personas han tenido en el transcurso de sus vidas la reparación económica que, aunque siempre insuficiente e irreparable, demuestra de manera tácita, aunque bien light, que el país de alguna manera te dice:"lo siento, perdónennos".
Mi abuela no pidió regalías. Sigue viviendo donde siempre.
Pero el pasado no se olvida. El que olvida, repite.
Muchas personas vivieron esa realidad, muchas. Muchas que actualmente viven en una libertad condicionada al ingreso económico y a la felicidad en cuotas.
Personas que confiaron en que la alegría iba a venir después del 88. Y que seguramente notaron la diferencia entre caminar libre por la calle sin que te mataran por simple sospecha por un paco con poca materia gris. Pero que no es suficiente.
Yo desconfío de carabineros. Viene en el ADN. Lo que sucede actualmente con los estudiantes solamente reafirma mis convicciones. Es una maquinaria que funciona bajo las órdenes del gobierno de turno. Así es y así siempre será. No existe el criterio.
Como tampoco existe ese criterio dentro de las personas que casi a fines del año 2011 siguen minimizando el impacto de quienes sufrieron en ese entonces.
Personas que quizás nunca logren entender el dolor que salió de los ojos de mi madre hoy en la tarde sólo al recordarlo.
Personas que conocen la palabra empatía sólo si la buscan en el diccionario.
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vitaemusica · 13 years
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Chao veintisiempres.
No hay fluidez mental últimamente.
Grave problema, porque siento que es la única ventaja que tengo.
Los veintisiempres han sido tan extraños. Puedo decir sin orgullecerme que la mayor parte de ese tiempo me sentí más espectador que protagonista. 10 años atrás recuerdo haberme prometido abrirme un poco más al mundo e intentar superar mi incapacidad de relación con el medio.
10 años atrás quise aprender a bailar. Sentía que me faltaba esa interacción femenina (ya llevaba un historial de foreveralonismo desde hacía mucho) y quería vencer ese miedo o verguenza de relacionarme, en particular con las mujeres.
Siempre fui el más chico del colegio. Fui a colegio de hombres. Para mí a los 17 la mayor interacción con una mujer era ver a mis primas de vez en cuando (true story). 
Necesitaba saber de qué manera acercarme más. Y así fue como empecé con salsa con un par de profesoras que tenían el arrastre en varios de nosotros. Guapas ambas, nos enseñaron lo suficiente como para desenvolverme un poco mejor hasta que tate: nos hicieron bailar en un show para más de 500 personas.
Un pájaro de 20 años... viví esa experiencia y ahí de cierta manera comenzó todo...
Desenvolverme en zonas que desconocía.
Viví la experiencia del baboso que no sabe separar entre amistad verdadera y relación de pareja. Me sentía atraído por primera vez con alguien que más allá de ser muy guapa, tenía todo ese mundo femenino que yo desconocía.
Y durante mucho tiempo, me cautivó su manera de ser, y confundí las cosas.
Nunca estuve enamorado. Yo solo he sentido eso 2 veces.
Desde acá recuerdo cómo me perdía en calles que no conocía en La Serena... en ese proceso tan loco de no saber cómo expresarme... pero no sabía cómo decirle que me gustaba.
Además, no era menor sentirme un pendejo intentando expresar un simple "me gustas" cuando en mi generación varios ya eran papás en esa época, y muchos venían de vuelta en lo que se pueden imaginar.
Así y todo decidí decírselo, y, como siempre hasta ese entonces, como buen patito feo, muy protocolar y diplomáticamente me mandaron a chuparme un dedo.
Que doloroso fue eso. Sobretodo porque, minutos después de esa madrugada la vi besándose con el hueon más penca ever... y no lo decía solamente yo.
Nunca se lo perdoné, hasta hace casi 2 años, en donde intercambiando un par de mensajes, le expresé que en realidad era yo el que en ese entonces no comprendía muy bien como se manejaban esas cosas.
Siempre ando tan desfazado del mundo.
Yo la primera vez que me curé, fue hace 10 años atrás. Con chicha, en las fondas de la Universidad. Recuerdo que di tanto jugo y me fui de tarro con tantas cosas, que desde ese entonces no habrán sido más de 10 las veces toxicas en que tomé hasta que se me perdió el mundo.
Afortunadamente, mis amigos (cómo los extraño) siempre fueron hermanos protectores en ese momento. Gracias.
Pero así y todo siempre era espectador. Por qué?
En este último tiempo he intentado explicármelo.
Tengo indicios de las razones que me llevaron a eso.
Admito que no existe nadie más responsabe que yo mismo.
Quizas lo único que hubiese deseado es haber tomado todas mis decisiones antes.
Cuando abrí esa ventana, la de las emociones, yo quedé perplejo.
Existían tantos matices, tantas cosas buenas y malas, tantos acuerdos que no eran tales, y tantos defectos que tampoco lo eran, que, y quizás eso sí podría considerarlo mi gran ventaja, fue que me convertí en un observador.
Observador y espectador casi suenan igual. Y tiene sentido porque como nunca en esos años fui considerado como alguien valorable (hablo siempre de la parte sentimental) tuve que conformarme con mirar...
Y veía cómo el desequilibrio de las decisiones dejaban destrozos... impactos de por vida.
Creaciones de vida inesperadas, el dolor del rechazo, del manejo emocional.
Conocí el chantaje, el odio, el aprovechamiento, el cariño, el apego, el desapego.
Pero de nada me servían en el presente. Yo seguía solo, y por más que conseguía comprender los errores que no debía cometer para enfrentar la vida con alguien más, no tenía con quién compartirlo.
Yo media 1,80 y pesaba más de 100 kilos. Usaba ropa ancha, caminaba agachado para sentirme más comodo y no mostrar tanto (me veía peor).
Y, quizás dentro de mis mayores logros personales, por primera vez en 22 años asumí una meta personal. Y la cumplí. Sólo con lo que se debe hacer, en 9 meses bajé 25 kilos y mejoró mi aspecto.
Junto con eso, ya no era solo alumno de la clase de baile, y ya usaba ropa 3 y hasta 4 tallas menores.
Y fue en ese momento donde recién conocí, ya casi a los 23, la sensación de sentirse atractivo... de ser el gordito, a ser hasta en cierto punto "tasable" dentro del espectro de mis compañeros. Ellos, ya de vuelta en el proceso se veían más viejos y carreteados... entré en el mercado con ventajas comparativas.
Pero yo no tenía idea. Nunca antes sentí que yo podía ELEGIR estar con alguien.
Nunca había podido elegir. Nunca.
Y en ese entonces creí haber elegido bien.
Y conocí el amor... quise la felicidad, las proyecciones, me desviví en los procesos para mejorar la calidad de vida de quien quería mucho, y dejé de pensar en mí.
El problema es que temí tanto que no resultara bien que empecé a crear ese mundo perfecto que en algun momento iba a estallar.
Fue casi un big bang.
Porque, como siempre, terminaba decidiendo por el bien común, y en este caso, la postergación de mis sueños valía la pena para acompañar a quien alguna vez fue muy importante.
Con decir que deseché posibilidades que quizás ahora me tendrían en otro lugar del mundo, en otra realidad, en otra vida.
A pesar de todo, no me arrepiento.
Como bien dijo mi madre en aquellos momentos en que no quería saber del mundo, yo fui capaz de querer como nadie.
Fui capaz de entregar y seguir entregando a pesar de todo el dolor que me hicieron sentir.
Ya casi 2 años después de ese episodio y viendolo desde más afuera, todo empezó a ir mal cuando precisamente comencé a hacer ver que habían cosas que yo también quería hacer en mi vida, y no se estaban cumpliendo.
Quizás esperaba que se nivelaran las cosas.
Fue tanto lo que perdí, que no quise vivir más. Fue cuando conocí esa sensación de que el mundo realmente iba a acabarse para mí. Morir.
Y fue un momento que me prometí jamás volvería a repetir. Bajo ningún costo.
Yo no sobrevivo a eso 2 veces.
Los costos de ese proceso si pudiera hacer una analogía, es comprarte una casa, luego que te la quiten, que te embarguen por ella, y que de paso te acusen de que te la robaste.
Es difícil explicar el dolor.
Sobretodo cuando se confunde con eso que llamamos "sufrimiento": un estado autocreado, una sensación de complacencia generado por el ser humano para buscarle una razón al dolor.
El dolor es algo que siempre va a existir. En la vida no podríamos valorar las cosas buenas sin el dolor.
Pero aprendí que el sufrimiento sólo me hacía caer en círculos.
Y así fue como tome una de las decisiones más importantes de mi vida: me di cuenta que todo lo que hacía no me hacía feliz. Años de estudio en donde me sentía insatisfecho en cada momento.
Mas encima tuve quizás uno de las peores directoras de tesis que podrían existir.
Y cerré los ciclos. Cerré mi estadía en la U, con posgrado y todo, no terminé algo que no quería hacer para vivir. Me despedí de la gente, y evité a todas las personas que literalmente me hacían mal.
Asimismo, me prometí que no dejaría de ser yo. Y que pedir que me acepten no es un lujo, es un derecho.
Lamento hacer decidido tan tarde.
Ahora, a minutos de cumplir 30 años, los costos de mis decisiones son evidentes: no tengo donde trabajar para ganar un sueldo decente, y vivo en 4 paredes que desde hace rato deseo despedirme.
Desearía sentirme feliz por mis decisiones tan importantes... "nadie dijo que iba a ser fácil", y lo sabía, pero estoy llegando a un punto de retroceso tal que me pregunto si realmente alguna vez podré cumplir mis sueños.
Esos sueños en donde puedo sentarme en una cabaña en la playa sin preocuparme en cuanto debo generar para comer mañana.
Es un sueño tan simple, y se ha convertido por momentos en algo inalcanzable.
Confieso que el negativismo me la gana en ocasiones, y quizás en este proceso de cambio debería hacer borron y cuenta nueva con cada uno de los procesos desagradables.
El proceso desde que me quitaron una vida hasta donde estoy daría para una película.
Siento que estoy en la parte fome donde la gente va a comprar cabritas.
Caí al fondo, y despegué.
Como el teniente Dan de Forrest Gump, me quejé ante Dios por las cosas malas que me pasaban.
Le grité al mundo en lugares donde ningun humano me podía escuchar.
Frases como el "porque yo?" o "no es justo" se repetian durante dias. Pasé por períodos en donde buscaba consuelo hablando solo en la tumba de mi abuelo. Le conversaba, le pedía ayuda.
Sí, estaba medio loco.
Hubo momentos en donde no sabía cómo había llegado a ese lugar.
Bajé 17 kilos en 3 meses. Casi no la cuento.
La vida de alguna manera se encarga mediante la experiencia de ofrecerte una respuesta.
Sin embargo, yo quería saber el porqué. No quería sentir mayor apatía por este mundo, no quería sentirme como un gastadero de energía.
Necesitaba respuestas que la experiencia no me estaba ofreciendo.
Y leí.
Comencé a leer como loco. Llegué a leerme 200 libros en 5 meses. No me pregunten cómo. No dormía.
Y trabajaba en un lugar que tampoco me hacía feliz. Sobretodo porque yo había decidido estar en ese lugar por alguien que ya no me quería ver.
Que me odiaba. Aún no sé bien porqué.
Y me pasé rollos con la lectura. Comencé siendo una esponja. Creyéndomelo todo, aceptando cada frase como conclusión, y aceptándola como ley de vida.
Hasta con mi sicólogo llegamos a darnos cuenta de mi capacidad para anticiparme a las cosas. Que en base a lo que yo escuchaba o veía me anticipaba a las respuestas.
La gente que me conoce sabe eso.
Lo de esponja no iba a durar mucho. De pronto lo que decía uno, dejaba de tener sentido para el otro, y así de cierto modo, cada argumento se cancelaba por otro.
Y sólo conseguía pasar el tiempo.
Quizás quise evadir mi pobre existencia desde ese entonces.
Pero durante ese proceso también aprendí un montón. Y, junto a autores tan notables como Wilber o Mr. K. comprendí que es posible trascender en un estado presente.
Sólo debía mejorar la atención.
Y así fue como dentro de mis buenas decisiones, me entregué al servicio de entregar esa capacidad de discernimiento a quienes no podían.
Ciegos.
Personas que no podian tener la ventaja de llegar y leer algo y generarse una idea.
Mi experiencia fue entregar mi voz a la corporación para ciegos.
Y durante esos meses, comencé a sentirme útil para este mundo.
Me dí cuenta de que me quejaba por webadas, y de que de cierta forma era muy afortunado al poder desarrollar todas esas pajas mentales con mis cinco sentidos.
Nunca dependí de alguien en esa etapa.
Sin embargo ellos no podían, y dentro de mi escasa participación (nunca es suficiente) yo gané más de lo que pude entregar.
Y cuando comencé a volver a creer que podría servir para el mundo, llegaste tú.
Y me enamoré de nuevo.
Y a veces me siento un malagradecido del mundo. Porque si hubo algo que le pedí al universo era alguien que me quisiera con todos los defectos del mundo, entregando todo lo bueno, y que me aceptaran por lo que soy, no por lo que tengo.
Y tu cumples cada una de esas cosas. Además eres lo más precioso que he visto... cómo no sentirme agradecido?
Y sin embargo, muchas veces las cosas no resultan. Por culpa de mis retrasos vitales, de mis proyectos inconclusos, de mis sueños estancados, muchas veces no hemos podido estar más juntos.
Todas esas frustraciones sacan de mi esa parte tan desagradable y gruñona que hasta a mí se me hace difícil tolerar.
Y eso me da rabia.
(acabo de darme cuenta que pongo muchos "Y" de inicio de frase... anyway).
Si la vida es buena onda conmigo, y como siempre, aparece cuando ya empiezo a tirar la esponja con mis sueños, quiero pedir en estos 30 años una oportunidad.
Sólo una oportunidad.
Prometo no desaprovecharla.
Prometo aprovechar mis espacios contigo, quiero ayudar a mi familia, pero por sobretodas las cosas quiero creer que es posible sentirme un ser humano que vive.
Y que es feliz con eso.
Han sido años duros. Si miro mi yo de hace 3 años, puedo decir objetivamente que esa persona ya no es lo que soy ahora.
Y no es negación. Acepto que la experiencia vital nos modifica, todos los días.
Y sin embargo, por paradojico que suene, también comprendí que nunca dejaré de ser eso.
Eso que es capaz de fundirse por un segundo con todo lo demás.
Y vivir la experiencia de lo eterno.
Sin embargo, debo hacerme cargo de mi personaje del diario vivir en esta ocasión.
Vamos que se puede.
Felices 30 para mí.
Como es costumbre, la música siempre me acompaña.
Y el resumen de mi vida, es esta canción.
Chrono Cross/Chrono Trigger: El tiempo y la emoción de la vida son capaces de expresarse en una sola canción. Esa es la gracia creo yo.
http://youtu.be/NITRZK8z0ek
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vitaemusica · 13 years
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Suena tan bien Nataly Dawn con el cover de Queen - Play the game.
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vitaemusica · 13 years
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Uniendo criterios.
Desde hace bastante he buscado comprender por qué el ser humano mantiene una diferenciación y categorización entre él y el resto de sus iguales sólo por vivir a kilómetros de distancia, por tener un color o idioma distinto, o por tener una visión cultural diferente.
Nadie sabe el por qué nos encontramos en este preciso lugar. Somos un subproducto de nuestra genética y el entorno. Un efecto obtenido al azar(?) en donde ni siquiera debería existir una separatividad (mental) entre las personas.
Pero pedir eso ahora es ficción. Existe, todos los días, desde la xenofobia incipiente de cada una de las personas que viven en cada país con los países vecinos, hasta las guerras por territorio.
Efectos de la cultura y los procesos económicos muchas veces impuestos a la fuerza.
Pero, aunque esté en boga no practicarla, ha sido la religión quien ha provocado la mayor parte de la separación entre pueblos hermanos.
Y recordé el proceso de medio oriente. Una mezcolanza que siempre he querido poder comprender: el conflicto israel-palestina, el actual gobierno de Gadafi, las razones de lo sucedido en Egipto con Mubarak, etc.
Y dentro de eso, siempre he querido intentar salir de ese prejuicio sobre el pueblo musulmán e intentar obtener una idea más racional y pensada antes del comentario clasico de la cultura de masas. Esa categorización en la que caen los gringos exagerados en que un musulman = terrorista, por dar un ejemplo fácil.
Pero normalmente uno no sabe donde partir, y al menos en mi caso siempre caigo (quizas por una derivacion de mi experiencia cultural) en verificar (cosa que no hago con libros de otras nacionalidades) si el libro proviene de una persona interesada en modificar el mundo para bien, o simplemente se trata de un panfleto más dentro del fundamentalismo religioso.
Y es ahí donde últimamente he conseguido mediante mi afición, leer y encontrar a dos autores interesantes:
La primera, Sumaya Farhat-Naser, es titular de ecología en su ciudad natal (Jordania), y a mi juicio (probablemente limitado) es uno de los mejores testimonios de, como intenta decir el titulo de este post, la unificación de criterios.
En su libro: En la tierra de los olivos, una historia de mujeres por la paz, la autora nos relata el trabajo que realizaron cientos de mujeres durante más de dos décadas para encontrar puntos de encuentro entre los intereses de palestinos e israelíes, a pesar de la histórica diferencia política entre ambos.
Mujeres. Género publicamente relegado a un segundo plano y dando una demostración que aún así, se puede.
El libro se lee fácil, y la moraleja (aunque no vale sin al menos echarle una mirada) es: por qué no es posible realizar comuniones entre seres humanos independiente de sus creencias? Nada es imposible.
Y dentro de ese espectro de personas que luchan por la presión constante y el terror incipiente, uno siente que no todo está perdido y que en ocasiones independiente de los inconvenientes del día, soy un privilegiado de vivir donde vivo.
A quien le interese, el libro pertenece a la editorial española El Aleph.
Sumado a este libro que me gustó bastante, conocí hoy a Tariq Ramadan, profesor de estudios islámicos de Oxford, quien (y se puede caer en la exageración), ha sido denominado "el martin lutero del islam" (sic) y uno de los 100 innovadores más importantes del siglo según Time.
Dentro de lo poco y nada que pude saber de él, tengo disponible una entrevista que se le realizó en casa Asia, acá el link:
http://www.casaasia.es/internet_y_tecnologia/multimedia?video_id=10027
¿que es lo que quiero rescatar de él? Lo del título de este post. La virtud que tiene esta persona en intentar dejar de lado el fundamentalismo, populismo y prejuicio originales de muchas personas de occidente y plantear asimismo las razones del por qué el pueblo musulmán es catalogado como un invasor de culturas, muchas veces por supuestos bastante limitados.
Una posibilidad de entender mejor el por qué ese pueblo ha llegado al siglo XXI como uno de los pueblos más discriminados en occidente.
Lo que el nos intenta decir, en resumen, es que no por el hecho de ser musulmanes, dejan de compartir criterios similares en política y economía, e inclusive compartir valores (cosa que se lee OBVIA pero que no sucede tan así en muchas cabezotas humanas), reconociendo las limitaciones de la religión y a la vez agregando la necesaria revolución para la mujer musulman, un tema más que pendiente.
Suena bastante lógico el tipo, y sin embargo, por curioso que pueda leerse, estas posturas generan cierta polémica.
Personas acostumbradas a vivir con ideas preconcebidas sin proceso de análisis.
Cuando eso pasa, recuerdo al sr. K cuando afirmaba acertadamente que el ser humano en miles de años sicológicamente ha avanzado muy poco.
En fin, actualmente ha sido editado al español el libro del sr. Tariq titulado "Mi vision del Islam Occidental" donde se explaya más en el tema, en la editorial Kairós, una de mis favoritas.
Tariq reconoce que el cambio de mentalidad no surge únicamente de revoluciones (entendiendo como revolución una modificación del pensar más que revueltas físicas), sino que acepta la necesidad de un cambio mediante la educación y comprensión, un proceso bastante largo.
Espero que el libro pronto llegue a Chile.
Y espero que estas nuevas señales permitan comenzar a unir criterios y evitar caer en separatividades que de nada contribuyen a la construcción y el desarrollo integral del ser humano.
Al menos hay gente que quiere intentarlo.
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vitaemusica · 13 years
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Mrs. Robinson - Simon and Garfunkel (via PomplamooseMusic)
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vitaemusica · 13 years
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Crazy Love (Van Morrison Cover) (via daniellesmagic)
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