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tyroneuckerman · 9 years
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tyroneuckerman · 9 years
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Let me help u 8-)
— Estoy bien, Miranda, no te preocupes —le aseguró, quitando su saco para dejar al descubierto su azulada camisa manchada de café, un café que, sin querer, su compañera de trabajo había volcado sobre su ropa—. Venga, quita esa cara, no ha pasado nada —añadió, pero antes de que pudiera decir algo más, las manos de la mujer comenzaron a desabotonar su camisa hasta dejarla abierta de par en par, como si fueran las puertas de un closet y ella estuviera buscando el próximo conjunto que iba a usar para ese día—. Miranda… —susurró, pero la contraria parecía no escucharlo, pues con prontitud, ya estaba pasando una pequeña servilleta sobre sus estómago para intentar limpiar el pegote que se había formado en su piel gracias a la sustancia. Y se suponía que, llegados a ese punto, Tyrone debía tomar el control, pero sorpresivamente no pudo y dejó que su colega lo limpiara a su gusto, disfrutando con cada caricia que no parecía tener segundas intenciones… ¿o sí? Desconocía la respuesta. 
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tyroneuckerman · 9 years
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Let me help you (Tenía que ser no?)
— ¿Sabes? Mi madre me enseñó a desvestirme solo —comentó divertido, sintiendo las frías y temblorosas manos del celeste comenzar a desabrochar su camisa de vestir—. No es que tenga algún tipo de problema pero… ya sabes, no me gusta que me hagan sentir un niño —añadió, mordiendo su labio inferior cuando sitió la caricia de sus dedos en unos de sus pectorales mientras la otra mano continuaba desabrochando su camisa con cierta torpeza. Tyrone estaba tentado ayudarlo, a terminar de quitar aquella prenda para que tuviera libre acceso a su cuerpo, pero al ver que Fran había tomado la iniciativa de hacerlo, decidió dejarlo que continuara con su rumbo, manteniendo la boca cerrada y sus astutos ojos fijos en el rostro contrario. Parecía completamente concentrado en su tarea, como si aquello requiera de la más alta de las notas para pasar el año. Eso lo hizo sonreír, aún con su labio inferior entre sus dientes mientras aquel chico terminaba su cometido y comenzaba acariciarlo ambas manos desde el cuello hasta la cinturilla de sus pantalones. 
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tyroneuckerman · 9 years
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— No tienes por qué temer. Jure que no volvería a lastimarte, de ninguna manera —habló con firmeza, sintiendo los tirones de su frente al querer fruncirse; no lo permitió. En vez de eso, decidió rodear sus hombros con su brazo derecho al tiempo que comenzaba a juguetear y acariciar su oscuro cabello. Era suave y olía a limpio, le gustaba—. No hablo de mí, no temo que me lastimes. Es más, creo que sería un privilegio si lo haces. Lo que quiero decir es que... me pone nervioso que, en vez de hacer feliz con lo que siento, te haga sufrir, te lastime —explicó lo que quería decir, sintiendo una punzada de odio hacia sí mismo que nunca antes había experimentado. Si lastimaba una vez más a Franky, jamás se lo perdonaría. Jamás—. Sé como piensas, pequeño niño, he comenzado a conocerte más que tú mismo —replicó, dedicándole una vaga sonrisa antes de que ésta se viera levemente congelada ante las apasionada afirmación del chico entre sus brazos—. Mira hasta dónde dejé que esto llegara... son un desastre —se lamentó, aún manteniendo esa fugaz sonrisa. Ahora sí que estaba atrapado y, por si fuera poco, con los sentimientos del menor en juego. ¿Qué iba hacer a partir de ahora? Cuidarlo era su prioridad, pero Fran era tan niño que no comprendería muchas cosas—. Porque hace mucho que estaba perdido, hasta que te encontré a ti. Antes pensaba que nadie podía amarme, o quererme más allá de mi físico. Luego apareciste tú, con tu fragilidad, tu ternura, tu inocencia y me hiciste ver que no estaba perdido del todo, que aún había algo en mí que cualquier persona pudiera encontrar y querer —respondió, nuevamente confesándole sus sentimientos como nunca antes había hecho. Casi siempre era el muchacho quien hablaba de lo que sentía y él solo callaba y escuchaba. Ahora se habían invertido los papeles y era... extraño—. Sigues describiendo lo que yo siento, pareciera que leyeras mi mente tú, pequeño loco bohemio —comentó, besando su mata de cabello oscuro con una sonrisa más tranquila y auténtica. 
The Way Lost || Fran & Tyrone
— Mas te vale, Tyrone, no voy a temer por nada ya—  Dijo con una sonrisa al sentir como el otro apretaba su mano—  No temeré por tu amor, ni por nada, por que se, y mas no creo, que estarás a mi lado—  Dijo pegando con su nariz en la parte entre su cabello y su ojo por un costado, tal vez eran gestos muy para chicos y el se iba a sentir raro, pero el punto que Fran quería ver era que realmente le quería, de una forma u otra, le quería como para cuidar incluso de esos detalles físicos.— Podría ser, si fuera como la demás gente, Tyrone, yo no se de armas… y, creo que te das cuenta, soy mas de amar a… destruir, aunque se contradiga, yo no quiero hacerte daño, no podría… nunca lo haría—  La palabra de Fran valía mas que el mismo oro puro, a decir verdad, si algo salía de sus labios, si no era verdad, entonces o estaba actuando, o leyendo algo, pues mas opción no habría para creer que mentía. — N-No quiero que te cases, solo… que sepas como pienso… —  Murmuro con un beso en su mejilla de esos tiernos y suaves—  Tu eres mas que un puente, eres todo, Tyrone… y quiero decirte… mi todo…—  Dejo que el otro le abrazara, apretándolo contra su cuerpo. Fran puso sus manos en el pecho ajeno, sintiendo como su corazón latía fuerte, su pecho era duro, y tenía una curva que muchos consideraban sensual, Fran, para el, era el perfecto cobijo. — Esta bien, eso me gusta, pero, ¿Por que me necesitas mas que yo?, Tyrone, soy, un loco, bohemio… que cree en el amor mas que en otra fuerza… podría estar en un internado, y conseguir escapar en busca de el amor de mi vida… En un campamento, y… enamorarme una vez mas de unos ojos claros… O, tal vez, en otro lugar del mundo, donde aunque aun peor que esto, caer enamorado de un mujeriego tatuado, y siempre es el mismo resultado, Tyrone, siempre caeré rendido a tus pies, no me importa que mascara tengas, o que ley me quieras poner para no sentirme en las nubes cuando me besas… no me importa, por que al final, como dije… siempre voy a caer a tus pies, vivo o muerto, voy a terminar por ti… Mi mundo es mejor, ahora que tu estas en el…—
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tyroneuckerman · 9 years
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Send me "Let me help you." and my muse will react to your muse's hand sliding under my muse's clothes.
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tyroneuckerman · 9 years
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— Tu profesora de natación dice la verdad —meditó, asintiendo con su cabeza de manera afirmativa. Si Fran hubiera nacido en otra época, hubiera sido el mejor de los caballeros. Entrelazó su mano con la ajena, dispuesto a escuchar como siempre hacía—. Entonces cuidaré el corazón que me has dado mejor que el mío propio —le prometió, dedicándole un leve apretón de manos para que continuara con lo que iba a decir. De pronto se sentía ansioso, deseoso de querer escucharlo sobre cualquier cosa—. No creo que sea una enfermedad, creo más bien, que es algo destructivo pero a la vez te mantiene vivo —opinó, dejando al descubierto los pensamiento que tenía sobre un sentimiento tan profundo—. “Amar es destruir y ser amado, es ser destruido” —recitó con calma—. Y es cierto, pero a la vez no —comentó, sabiendo que quizá, el chico no llevaba el hilo de lo que decía—. Si fuera mujer, creo que hubiera suplicado porque te casara conmigo —rió, dejando que las palabras ajenas calaran en sus huesos. Sabía que Fran tenía sentimientos profundos e ininteligibles por él, pero jamás pensó que fuera un romántico empedernido. ¿Hacia cuanto que alguien no le decía cosas tan bonitas? Desde que murió su esposa. Sin poder evitarlo, una mueca de dolo pasó volando por sus facciones, para luego volver a ser encerrada por el propio Tyrone; no era momento de pensar en eso, no cuando el chico quería sentir toda la atención del mayor puesta él. Tomado por sorpresa, dejó que lo besara y luego centró sus ojos y atención en él, escuchando cada parte de aquel poema hasta que hubo terminado. ¿Lo necesitaba? ¿Lo quería de la misma forma? ¿Podía corresponderle? Aún no sabía y temía decir algo que no fuera del todo verdad, más sin embargo sentía que podía corresponderle de todas las maneras que él quería y necesitaba—. “Mi táctica es hablarte, y escucharte, construir con palabras un puente indestructible” —citó en voz baja, asintiendo ante esas palabras con media sonrisa—. Eso debería decírtelo yo, porque es así como me siento —le confesó—. Y creo necesitarte más de lo que te imaginas —añadió, abrazándolo contra sí mientras soltaba un suspiro sobre aquel cabello oscuro todo revuelto. 
The Way Lost || Fran & Tyrone
— Entonces… quédate conmigo…— Murmuro con una sonrisa de lado, se sentía bien saber que el profesor quería estar allí, quería estar con el, a pesar de todo y todos, inclusive, sobre su trabajo, quería estar allí, Fran no podía con su corazón ni un momento mas, eso ya no le pertenecía—  Yo, te dije que no podía mas con mi corazón ¿cierto?…—  Murmuro volteando a verlo, intentando que el mayor aceptara tomar su mano y apretarla con sus dedos entrelazados, y con todo su corazón palpitante le dijo—  Y no puedo, por que ya es tuyo… lo se, ahora lo se, dígame loco…. joven o tonto, he leído muchas historias de amor, yo… mi maestra de natación dice que si hubiera vivido en 1899, hubiera sido el mejor bohemio… —  Dijo con un tono y una voz, que solo cuando realmente se armaba de valor, y hablaba de cosas que le tocaban el corazón de buena forma ganaba, con ese brillo nuevo en los ojos al hablar de romance con quien ahora quería decir, estaba enamorado. — Yo, creo en la libertad, y… lo que es justo, pero sobretodo, creo en el amor, muchos me dicen que es una enfermedad, pero ¿sabe que?… me gusta mucho, estar enfermo por ti…—  Dijo mirándole, ahora siendo el, quien pegaba su frente en la suya— Sus ojos, me gusta mucho como se siente cuando me sonríen y quisiera dedicarle cientos de canciones y poemas, cantarle… escribirle… Y estoy seguro que lo haré, usted quiera… o no…—  Murmuro sonriendo dejando un beso tierno y sumamente tierno sobre sus labios que cálidos, lucían un abrazó a su frío cuerpo. —“Mi táctica, es mirarte, aprender como eres, y quererte como eres…Mi táctica es hablarte, y escucharte, construir con palabras un puente indestructible… Quedarme en tu recuerdo, no se como, ni se con que pretexto, pero quedarme en ti… Mi táctica es saber que eres franco, y que no nos vendamos simulacros, para, que entre los dos no haya telón ni abismos…—  Recitaba tomando su mano con fuerza que el aplicaba pues eso necesitaba de el, su fuerza.— Mi estrategia, en cambio, es mas profunda, pero mucho mas simple…—  Se alejo un poco a mirar sus ojos, y con ese tono bohemio le dijo el final, esperando que rompiera la ultima cadena de su corazón, que le impedía decirle a Fran que estaba enamorado igual de el o mas. — Mi estrategia, es que un día cualquiera, no se como ni se con que pretexto… por fin, me necesites…—
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tyroneuckerman · 9 years
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Rió ante semejante pregunta, pero no era una risa de burla, sino de cariño hacia el menor y su innegable inocencia. — No, no se saldrá. Al menos aún no, lo tengo controlado —respondió—. No te preocupes por mí, también tengo una vida lejos de los muros del internado que me permite pedir permisos cuando se requieran. Esta es un asunto importante, y requiere de un permiso —dijo, tratando de tranquilizar a su estudiante que, sorpresivamente, se preocupaba por él antes de por sí mismo—. Además, seré yo quien quiera verte en mis clases, no al revés —lo corrigió con cierta diversión y una sonrisa ladina—. Sí, sí queres lo eres. Pero tranquilo, es normal —volvió a tranquilizarlo, hablando con un tono apacible que trataba de indicar que no tenía nada de malo su desesperación por el contacto físico—. Cálmate, Fran, te entiendo perfectamente —mintió calma, pues aunque lo entendía un poco, no lo entendía al completo. Quizá era así y el amor de un adolescentes era complicado; ya no recordaba eso. Al verlo bajar su mirada, tomó su barbilla y lo obligó a verlo, pues quería que leyera en sus ojos lo que estaba intentando decirle: no importaba que lo deseara tan desesperadamente, no los juzgaba ni pensaba mal de él. Esa una de las tantas cosas de Fran, su inseguridad siempre presente, inseguridad que buscaría erradicar del cuerpo ajeno—. Claro que no me molesta. Es más, quiero escucharlo. Seguro que es hermoso y en tus labios sonara perfecto —contestó, acostándose junto a él con movimientos medidos y cuidadosos; no quería lastimarlo—. A ver, dime, ¿cómo es ese poema? —Preguntó, jugueteando con el oscuro cabello ajeno mientras lo miraba fijamente, absorbiendo su belleza mientras esperaba a que recitara lo que quería. 
The Way Lost || Fran & Tyrone
Al llevar su mano a su pecho, Fran sintió como el corazón de Tyrone latía con tanta fuerza y rapidez— ¿No se sale, cierto?— Pregunto mirándole, el calor de su mano era tal y tan tranquilo que Fran se sintió aun mas raro, impaciente, el pecho y vientre de Tyrone eran duros, el sabía seguro por el ejercicio, pero podía dudar sobre si su corazón latía rápido por los besos que se dieron o por que últimamente cada que se veían algo extremo pasaba, esta vez, para bien. — No, le quitarán su puesto, y yo… quiero verlo en mis clases…—  Murmuro abrazándolo, con fuerza, tanta, que Fran pensó que lo lastimaba, así que lo soltó un poco pero solo para volver a dejarse tomar de hombros—  N-No soy insaciable… Yo…. tiene razón—  Dijo volviendo a sentarse, no le dolía mas que su pierna y aquello ya era costumbre del menor, se puso nervioso, nunca nadie le llamo insaciable, y el lo que menos quería era que lo tomarán a esa clase de chico—  Usted sabe que le digo que soy atractivo… p-pero no se lo digo por… usted…tu…sabes… yo—  Dijo bajando la mirada de nuevo, había dicho lo que pensaba y se había pasado, por cosas como esas Fran no decía lo que quería o pensaba tan directo o tan seguido. El menor se hizo a un lado ante el temple forzudo del mayor dejando un buen espacio para el mayor, esperando que se recostará cuando lo hizo el menor se lamió su labio bajo, y saboreo por un minuto el sabor de la boca del mayor— Estuve leyendo mucho, y hay un poema que me gusto… no recuerdo el autor, p-pero… recuerdo un pedazo… Se lo diría si no… si no le… te molesta— Desde que le dijo de aquella forma, el menor volvía a llamarle como “Usted” una clara regresión de sus nervios ante todo eso.
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tyroneuckerman · 9 years
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tyroneuckerman · 9 years
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tyroneuckerman · 9 years
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Lo escuchó con una sonrisa de ternura y, cuando sintió su mano, un escalofrío lo recorrió de los pies a la cabeza. — No, no lo siento... ahí —respondió, tomando la mano del muchacho para llevarla a su pecho, donde su acelerado corazón latía contra su ropa—. ¿Lo sientes? —Preguntó en voz baja, dejando ambas manos ahí (la de él y la de Fran) mientras una amplia sonrisa se estiraba en sus labios—. Claro que lo que tú sientes es raro, espero que no sean lombrices o algún parásito —lo molestó con levedad—. Voy a quedarme, te cuidaré el día y la noche de hoy —repitió, usando un tono de voz que no admitía replica alguna—. Fran, debes tener paciencia —indicó con cariño, manteniendo esa sonrisa divertida y tierna solo dispuesta a ser dedicada a su compañero. Le gustaba ser la primera persona que lo desequilibraba de esa manera, que lo hacia desear más y reproducir mariposas en su estómago. Le gustaba ser aquel hombre del cual estaba enamorado—. No, no me pidas eso, por favor —se apresuró a decir, dejando de lado su sonrisa y sus miradas embelesadas para fruncir el ceño y hablar con brusquedad y firmeza—. Tienes que quedarte aquí para recuperar y no hay discusión. Pero si tanto te aterran los hospitales, puedo pedir permiso en Bedford y quedarme contigo hasta que te den el alta —ofreció, manteniendo su firmeza y su ceño dispuesto a no dejar que la hermosa voz ajena lo convenciera de otra cosa. Se iba a quedar ahí, así tuviera que amarrarlo a la cama y sentarse encima de él; tenía que recuperarse porque sí—. Por Dios, eres insaciable, Fran. ¿Dónde me he metido contigo? —Ironizó, volviendo a sonreír a medias completamente complacido con las palabras del menor. Volviendo a tomar sus hombros con sus manos, lo obligó acostarse en la cama—. Hazme un espacio, me acostaré contigo —pidió, arqueando una ceja a la espera de que el ojiclaro le diera permiso para tumbarse junto a él. Si lo que quería era dormir con su presencia al lado, lo abrazaría hasta entonces.
The Way Lost || Fran & Tyrone
— No quiero tenerlo, bueno… si… quiero tenerte, pero eso, que tu también me quieras tener, por que, quieras o no… claro o no, Tyrone, me tienes, enamorado, perdido, y con… a-algo en mi estomago que se mueve cuando me miras…—  Dijo tocando su barriga, luego, llevo la mano a el estomago de Tyrone y le pregunto—  ¿Tu sientes eso?… ¿Lo sientes?, algo que se mueve aquí… como…si se emocionara igual al verme… p-por que eso siento siempre que te veo, —  Miro a Tyrone como le alejaba, tenía razón, alguien podría entrar—  Me dijo que se marchaba por hoy, que seguro contigo iba a estar a salvo…—  Dijo como si diera una razón por la cual no detenerse, la verdad, Fran era nuevo en ese caso, y al momento de Tyrone alejarlo a pesar de tener su frente sobre la suya, el menor sintió como si nunca mas fueran a darse un beso y por ello trataba a toda costa de que ese contacto no se detuviera, quería mas, lo quería a el, y solamente a el en todo sentido, incluso, para ser virgen. — Quiero que me cuides… p-pero… no me quiero detener…. no se… yo…. no quiero, por fin pude decirte y besarte lo que siempre he querido y… me gusta…como me dejas oliendo—  Dijo pues el mayor no iba a darse cuenta que cada que Fran tocaba su cuello y luego horas después ponía su mano en su rostro esta soltaba un aroma a su colonia, un aroma a el.—  Por favor Tyrone… s-si no quieres…yo… entiendo pero, entonces… sácame de aquí, no me gusta, nunca me gustaron los hospitales…— Dijo mirando sus ojos esos ojos azul intenso que muchos le cuestionaban ser hijo de el profesor de ética. “N-no, no soy su hijo… el… es mi mejor maestro” Decía siempre con ese brillo en los ojos al hablar o mencionar si quiera algo que se relacionara con Tyrone—  Dijiste que harías todo lo que te dijera, yo… quiero besarte, hasta que me quede dormido… Contigo—
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tyroneuckerman · 9 years
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Aquellos besos proporcionados por el menor eran un soplo de aire fresco y algo que podía hacer sin problema alguno, que le gustaba. Era la calidez que portaba el muchacho, aquella aura de ternura que lo rodeaba lo que hacía querer tenerlo entre sus brazos para protegerlo de cualquier cosa que quisiera lastimarlo, herirlo o hacerle algún mal. Y tenerlo así, era un cumplimiento de esas palabras, era la verdad que él estaba buscando. Soltó un suspiro, abriendo sus ojos azules para fijarlos en los ajenos, comenzando a respirar de manera con un poco alterada ante la cercanía que estaban manteniendo ambos cuerpos. Si seguían por ese camino, terminaría perdiendo los papeles. Así que, depositando un último beso en los labios ajenos, puso cierta distancia para poder admirar su belleza de mejor manera, dedicándole su más amplia sonrisa mientras lo escuchaba. — Me tienes, puedo abrazarte y besarte siempre que quieras —le aseguró, alzando una vez más su mano para acariciar sus ángulos pómulos. Pero de pronto, al verlo volver acercarse hacia sí, su cuerpo entero volvió a entrar en tensión, preparándose para lo que fuera que fuera hacer aquel pequeño muchacho—. No creo que... sea prudente, Fran —susurró una respuesta, pero de todas formas el joven muchacho ya se inclinaba a besarlo de manera pronta, logrando que un estremecimiento y un pequeño quejido de sorpresa escapara de sus labios sin poder evitarlo—. Fran... —comenzó advertir, pero su voz fallaba, su mente fallaba, su cuerpo fallaba. Los besos que le estaba proporcionando el pelinegro eran un detonante para su cordura y pensar o decidir ya no era tan fácil. Negando con su cabeza, colocó las manos en sus hombros y lo apartó con delicadeza y cuidado, depositando su frente en la ajena mientras respiraba una vez más completamente acelerado—. No me malinterpretes, me encantaría que... me besaras ahí, pero aquí no. Puede entrar alguien y no es apropiado ni sería bueno para ninguno de los dos. Mejor... mejor acuéstate y reposa, yo me quedaré aquí para cuidarte —pidió, tomando sus manos para entrelazar sus dedos con los ajenos. 
The Way Lost || Fran & Tyrone
— Gracias…yo…—  Dijo antes de sentir la lengua de Tyrone en sus labios, era algo raro, nunca había sentido esa corriente fría en su espalda y que se corría a todo su cuerpo, nunca sintió ese calor tan súbito y nuevo en sus mejillas que seguro volvían a tomar ese color rojo—  Nada…Olvídalo—  Dijo sonriendo pues en realidad no quería decir nada, y lo que siempre quería decir como que le quería, estaba demostrandoselo ahora mismo con esos besos que no se detenían, que venían uno tras de otro, que acompañados de el aliento cálido de Tyrone no se hacían aun lado, Fran sintió cosquillas muy raras en su barriga, pero pensaba que era por hambre o algo parecido. — Eso espero,Tyrone… no quiero tener que perderte… y, gracias—  Dijo sobre hacer cualquier cosa que el pidiera, el lo sabía pero escucharlo de su voz era todo un goce que no pudo negarse a sentir, sintió como movió de nuevo sus labios, ese par te tiras de piel suaves y deliciosas con un sabor tan nuevo y tan extraño como amado para el menor. Esa cercanía que el mayor tuvo con el menor no hizo mas que levantar en el menor una nueva gama de posibilidades, era uno de sus primeros besos, y el primero de toda su vida que en realidad estaba disfrutando con tanta energía y amor. Llevo su mano a su pecho, donde extendió ambas palmas, sintiendo el corazón palpitar del otro, sus ojos cerrados se alejaron un poco en un intento por tomar aire y darse cuenta que Fran, estaba soltando un par de suaves gemidos, no eran gemidos de lujuria ni de excitación (Al menos el juraba que no) si no gemidos que su garganta hacía al querer decir algo, su cerebro cegarlo y sus labios prohibirlo. El menor murmuro en un fugaz momento como el, rozando sus labios inferiores al hablar y su aliento entrar en la boca ajena—  Tyrone…—  Murmuro su nombre pegando de nuevo sus labios en un momento que ya no estaba prohibido para Fran, el deseaba besar cada día de su vida al mayor, y sentir su corazón latir a esa velocidad en conjunto con un calor que el mayor le hacía sentir— Hace mucho que deseaba besarte, y poder abrazarte…—  Dijo antes de poner un segundo sus labios humedecidos por la saliva del contrario de forma sutil en el cuello del mayor y llenar su olfato con ese aroma de su piel tersa—  ¿Puedo… besarte aquí?…. —  Pregunto nervioso que sin esperar respuesta lo hizo, no sabía por que, pero quería besarlo, quería tener en su paladar el aroma que su piel expedía a cada hora. Lo necesitaba, casi tanto como a el hombre.
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tyroneuckerman · 9 years
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top 5 alumnas
Que inapropiado sería responder eso… Así que lo siento, lo mantendré en el anonimato. 
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tyroneuckerman · 9 years
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f4ithbcktt:
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snap: dudo que la clase haya estado interesante si no estaba yo…
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Snap: ¿Eso crees? Solo quiero añadir que estaba yo, con eso le basto a toda la clase. 
Snapchat || everyone.
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tyroneuckerman · 9 years
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De manera inmediata y familiar, sus brazos rodearon el delicado cuerpo de la mujer apretándola un poco más contra su cuerpo, hasta que éstos estuvieron entrelazados como uno solo. Eso le permitía, además, mover sus manos libres por toda la espalda ajena sin interrupción alguna; y era lo que estaba haciendo en esos momentos. Quizá la rubia solo estaba ahí por unos simples besos, no lo sabía, pero mientras estuviera en aquella habitación entre sus brazos y besándolo, no la dejaría ir tan fácilmente. Sus manos siguieron jugando a experimentar la fisonomía trasera de la femenina, mientras sus labios el exigían con cada beso, un poco más de intensidad. 
closed. / Tyrone & Sylvie
Podría ocupar con facilidad la típica excusa de que el alcohol había influenciado del todo sus acciones, sin embargo, ahí tenía su creciente desventaja, había tomado un vaso nada más y eso no era suficiente como para llevarla a tal locura. Estaba el confundir la habitación de éste con otro profesor, al cual le tenía que entregar algo. No obstante, fue cosa de sentir sus labios presionados con los ajenos para olvidar hasta su nombre, la situación se había tornado en algo donde se reclamaba y se tomaba, donde el sentir era lo más importante. Deslizó una de sus manos hacia la nuca de éste, buscando elevar un poco la intensidad de tal beso.
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tyroneuckerman · 9 years
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La dejó desahogarse, aún con su cuerpo entre sus brazos y su cabeza oculta en su pecho. Tan solo era una adolescente herida que había perdido la confianza en cualquier ser humano que pretendiera dársela, solo era una adolescente llena de rencor y dolor que nunca antes había sido descubierta en su faceta más débil. Solo era una niña. Apretó sus labios con cada una de sus palabras mientras su mano derecha acariciaba su espeso cabello de manera tranquilizadora. No era momento para darle otro sermón, tampoco era momento que diera su punto de vista. Era momento de escucharla y dejarla decir todo aquello que pasaba por su cabeza. — Llora, cariño, llora —susurró—. Y si quieres denunciarme por acoso sexual o acoso de cualquier tipo, puedes hacerlo —añadió, tomándola de los hombros para apártala un poco de sí y clavar sus ojos en otra copia exacta de los suyos—. Y deja de llorar ya. Acabas de decir que eres un rostro bonito, ¿no es así? Pues déjame decirte que te acabas de convertir en un horroroso rostro lloroso —indicó, procediendo a limpiar sus lágrimas con sus dedos pulgar de manera metódica y cuidadosa—. Ahora bien, escúchame sin ponerte a dar alaridos Desireé —pidió—. Si no dejas entrar a nadie de manera sentimental, dudo que conozcas algo más que el deseo, pues sencillamente les estas dejando ver a los demás tu simple cara bonita y nada de tu hermoso interior. Porque puedes decir que no lo tienes, que eres como un cubo de hielo, pero yo creo que sí lo tienes pero lo ocultas por miedo. Debes dejarlo atrás y dejar que alguien, aunque sea una sola persona, lo conozca —comentó, bajando sus manos al tiempo que seguía observando el rostro ajeno. 
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—¿Cree que es la primera vez que lo hago? ¿Quiere ver si soy capaz? —escupió bruscamente. A Desireé jamás le temblaba la voz a la hora de acusar falsamente a alguien. Como había sugerido, no sería la primera vez que metía a alguien en aprietos sólo por molestarla. Como era de esperar, las lágrimas le cristalizaron los ojos una vez más—. No, no lo hago —replicó caprichosamente en voz baja—. ¿Cree que me gusta que me usen de esa manera? ¿Cree que es lindo sólo despertar y recibir deseo de los hombres? Ni hablemos de las mujeres, porque ellas me odian. ¡No tiene idea de lo que es buscar afecto en alguien más y aceptar nada más que las sobras! ¡No lo sabe! —Escuchó en silencio. ¿Dar? ¿Atreverse a salir lastimada por enésima vez en su vida? No. Mil veces no. Eso no podía acabar bien de ninguna manera. No iba a dejar que todo lo que venía construyendo se viniera abajo. De repente, y sorpresivamente, se vio aceptando el abrazo del señor Uckerman. No se lo devolvió, no era propio de ella hacerlo, pero dejó que la abrazara e, incluso, escondió su cara en el ancho pecho del hombre—. No soy nada, únicamente una cara bonita. Y no pienso dejar que nadie cambie eso, porque ya estoy cansada de que me lo quiten todo. Estoy completamente harta de intentar dar y que me tomen como un chiste. Pero de lo que más estoy completamente agotada es de luchar contra todas esas personas que me prometen tantas cosas para después dejarme desamparada con dolor y los millones de pedazos de mi corazón. No voy a permitir que se me acerquen una vez más, porque nadie puede quererme. Nadie.
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tyroneuckerman · 9 years
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Amplió sus ojos llenos de incredulidad ante la amenaza de la castaña y, sin poder evitarlo, hecho su cabeza hacia atrás y soltó una carcajada. — Buen intento, pero no eres la primera que usa esa cliché amenaza —le hizo saber, recordando al instante a su alumna Samantha quien había proferido casi las mismas palabras; ya le daban igual, ni siquiera le asustaban en lo más mínimo. Así que la ignoró olímpicamente y solo se dedicó a escucharla una vez más, negando con su cabeza al instante para rechazar sus absurdas palabras. ¿Cómo podía pensar eso de ella misma?—. Te equivocas —dijo con calma, observándola fijamente con sus dos pozos azules que tenía por ojos—. Es lo que tú esperas que la gente te de. Es lo que buscas, pensando que dando lo que tú das de esa manera se te será devuelto —siguió—. Pero déjame decirte que te equivocas. Eres más que eso, puedes dar más que es y puedes recibir más que eso, solo debes... proponertelo y dejar de pensar que eres una cualquiera —concluyó, acercándose lo suficiente para rodearla con sus brazos en un abrazo de consolación. La actitud de la muchacha y sus palabras, incluso la manera de valorarse que tenía, le decía que no había tenido una vida fácil, que quizá la habían despreciado tantas veces que recurrir a su cuerpo para solucionar todo había sido su única vía de escape. Eso lo alarmó y le molestó, pues nadie tenía el derecho de hacer pensar así a una persona, y mucho menos a una muchacha. 
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—Suéltame ahora mismo o te acusaré por acoso sexual —amenazó en voz baja. En ese momento detestaba al tipo con todas sus fuerzas. ¿Por qué tenía que estar tan en lo correcto? No quería escuchar que le dijeran lo que tenía que hacer, ya que odiaba que le ordenaran, y mucho menos si demostraba que estaba haciendo las cosas mal. Salir llorando había sido su manera de escapar desde siempre, porque ocurrían dos cosas; a las personas se les ablandaba el corazón y la consolaban, o la dejaban marcharse y luego se arrepentían hasta el punto de luego buscarla y rogar que les perdonara. Esto de enfrentarse cara a cara con la cruda verdad la había tomado desprevenida, y se sentía desnuda e indefensa—. ¡Porque es todo lo que puedo hacer! —explotó finalmente, declarando una verdad que guardaba en lo más profundo de si. Su corazón comenzó a latir a toda velocidad—. ¡Es todo lo que tengo! ¡Es lo único por lo que me buscan! ¡Es la única manera de recibir simpatía! ¡Ni siquiera amor o cariño me dan, sólo simpatía! ¡Es todo lo que recibiré jamás! ¿Ya está feliz? ¿Puede dejarme ya en paz? Tenía razón en todo. Olvidemos de una jodida vez este jodido episodio, no volveré a molestarlo, pero déjeme en paz. —Las últimas palabras ya no sonaban tan fuertes como al principio, y fueron más un ruego que una orden. Tragó saliva y enjugó las lagrimas de sus mejillas, aún sabiendo que seguirían saliendo. Pero estaba dispuesta a actuar como si nada.
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tyroneuckerman · 9 years
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— Entonces estaré contigo para darte las fuerzas necesarias que te ayuden salir adelante —susurró, aprovechando ese momento de tranquilidad para delinear los labios ajenos con la punta de su lengua. Eran suaves, cálidos y acogedores, eran tan buenos que no quiso dejarlos. Per estaba haciendo mal, muy mal. Él niño era menor de edad y él, un adulto en toda norma. ¿Qué se podía esperar de eso? Sacudió la cabeza para alejar esos malos pensamientos, pues no quería que nada di nadie lo privara de disfrutar la manera en la que había dejado salir lo que sentía por aquel pequeño de ojos azules—. Siempre haré lo que sea por ti, cualquier cosa que pida, menos alejarme —juró ahí, en una habitación de hospital con su compañero a penas recuperándose. Luego de eso, procedió a besarlo, moviendo con delicadeza sus labios sobre los ajenos, tomándose su tiempo para deleitarse con tal perfección y manjar que estaba dispuesto solo para él. Sus manos, por otro lado, comenzaron acariciar nuevamente su rostro, desviándose hacia su cabello para perderlo en el mismo, pegando aún más el rostro ajeno al propio como todo su cuerpo pedía que hiciera. Quería sentirlo en cada una de sus extremidades, pero al no ser posible, se conformaba con sentir su rostro y sus labios realmente pegados a los suyos. 
The Way Lost || Fran & Tyrone
Fran no dijo nada, no respiro y ni si quiera se movió, manteniendo sus brazos detrás de su nuca y aferrados a el, no se soltaban, su brazo no le dolía y así, mucho menos se daba cuenta de algo, el lugar frió y desolado pronto se volvió un lugar lleno de luces y destellos, dentro de sus ojos cerrados podrían verse destellos azules, como los ojos de Tyrone, esos ojos que le hacían sentir tan  especial, tan feliz, y tan completo, como si el solo con un puño pudiera derribar toda una armada, y con un aliento, volver a la vida un bosque muerto, con cada roce de la mano del mayor sobre su rostro era como si cables de tensión fueran puestos sobre su piel, erizando cada uno de sus poros desde su nuca hasta sus tobillos. Le había gustado mucho, no solo el beso y el cálido roce de sus labios con ese sabor tan diferente a todo lo que ha probado y tan delicioso que cualquier cosa que ha probado inclusive pudo decir, adictivo, si no que por otro lado, le gusto que ha sido correspondido al mover sus labios de forma suave y el otro seguirle, le había gustado mucho, tanto, que sintió como su corazón se detuvo, y el tiempo mas no paso, el segundo se detuvo en ese instante en que a pesar de su corazón no bombear mas sangre, necesito aire, pero no quería separarse y aunque sabía que no debía ser tan desesperado, no quería ya dejar ir al mayor, ni que algo o alguien decidiera por el su destino, el de ambos. — Que no quiero nunca mas temer a nada… y contigo no lo hago… Tyrone, contigo… soy invencible…—  Murmuro seguro, cuando se dio cuenta  que al hablar sus labios rozaban los delineados húmedos del contrario. Llevo sus manos a las mejillas de Tyrone y le miro a los ojos sin perder esa cercanía pues no quería como había dicho, sentirse vulnerable otra vez.— Besame de nuevo… por favor…Dijiste que no ibas a hacer nada que no te pidiera… Por favor… Te necesito— Susurro con una sonrisa de lado pues a pesar de estar nervioso, ya no sentía miedo de estar cerca de el, era como si el otro por fin le hubiera dejado entrar, y ahora el no iba a salir, esperaba que nunca, y así por su lado iba  hacer lo que pudiera.— Te quiero— Susurro sintiendo la humedad de los labios del otro que el mismo había causado.
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