20.7.23 | Estas últimas dos semanas han sido muy buenas. La semana pasada fuimos a San Martín de los Andes con mi papá, Toni y el Martín y lo pasamos súper bien. Me reí mucho con los tres, sentí que mi papá se llevó muy bien con el Martín y Toni también. Comimos muchas cosas ricas, paseamos por la ciudad y morimos de frío. Nevó.

Esta semana es la última de mis 20s y me siento contenta por empezar los 30s junto a la gente que tengo a mi lado.

Esos sentimientos de mierda que tuve la vez pasada que escribí se han ido disipando y me siento muy amada por el Martín, también siento que lo amo mucho y estoy agradecida de llegar a un nuevo año de vida junto a él, que siento es el amor de mi vida.

Estoy feliz.

8.7.23 | Siento rechazo a tus muestras de cariño, porque las siento falsas o sobreactuadas. No puedo dejar de pensar en el daño que me has hecho y cómo afloran estos sentimientos cada vez más seguido. Hay días que me siento feliz y hay días que me quiero morir. Lo que sí es claro es que la ilusión que sentía al comienzo, las mariposas en la guata, ahora se sienten como una indigestión. No siempre, pero en este momento. Estoy envenenada por la pena. ¿Puedo confiar en ti? ¿Y por qué siento que no? ¿Por qué me siento insuficiente? ¿Es solo tu culpa? ¿Qué tengo que hacer? Yo sé que sabes cómo me siento y haces cosas para revertirlo, pero no funcionan, solo me hacen sentir peor, porque no puedo fingir que te perdoné. ¿Podré algún día? O mi rabia es más grande…

Me he estado resistiendo a escribir esto por demasiado tiempo, porque es triste poner por escrito este malestar, es una enfermedad que me está pudriendo todos los días un poco más. No veo la salida. Pienso en escenarios catastróficos y saber que todo se va a acabar más pronto que tarde, me entrega una paz silenciosa. A veces siento envidia por quienes se están apagando, porque su destino es tajante y apresurado. Pero yo sigo aquí, esperando que las cosas evolucionen o se acaben. No puedo seguir aguantando mucho tiempo en esta cuerda que me aprieta donde más me duele.

Cada día es una insatisfacción, una competencia, una frustración.

Tu compañía debería calmarme, pero me tensa, me agobia, me ahoga.

Lloro sola y acompañada. Pero no tengo respuestas, solo consuelo.

10.2.23 | Han sido buenos días. Me siento muy contenta y tranquila. He tenido la oportunidad de conversar cosas que me tenían mal con el Martín y han tenido una buena acogida. Me siento muy amada y comprendida por él. También he pasado mucho tiempo con la Zeta. ha venido harto a quedarse en la casa y hemos salido a pasear. Me encanta verla más, em hace muy feliz. Nos reímos mucho juntas, nos entendemos y lo pasamos bien.

No hay mucho más que decir, aparte de que estoy feliz en el trabajo, me ha tocado atender harto a mi tía Eva y al Alexis y me he sentido muy tranquila y segura trabajando.

Estoy feliz.

18.1.23 | Hace mucho tiempo no me sentaba frente al computador para escribir, habiendo tenido muchas ganas varias veces. Hoy me di el tiempo, porque han pasado varias cosas en todos estos meses.

Empecé a ir al gimnasio en Octubre. Me he sentido muy contenta y he visto resultados en mi cuerpo. Me siento y veo más fuerte. El lugar es agradable y en general todo ha estado bien. Pero he experimentado situaciones desagradables con un personal trainer en particular que se ha tomado atribuciones sin darle yo luz verde. Comenzó acercándose a mí mientras estaba en la caminadora con su celular en mano y con una foto en el buscador. Me preguntó si alguna vez me habían comentado que me parecía a esta actriz, y me mostró una foto de Nicole Kidman joven, cuando era colorina y tenía el pelo como yo. Me pareció gracioso y una forma de cumplido, pero si me quedó dando vueltas que se acercara solo a decirme eso.

A partir de ese día me saludaba siempre y tenía un trato amable conmigo. En una oportunidad me preguntó si había variado mi rutina de abdomen y me hizo una, sin que yo lo solicitara, pero como no me pareció mal, la acepté. Camino a la colchoneta, hizo un comentario sobre mi cuerpo, que tenía una buena composición corporal, que cuanto medía y pesaba. Me enseñó la rutina y todo bien. Igual me pareció raro que hiciera un comentario no solicitado sobre mi apariencia física, pero nuevamente, como no era algo negativo, lo dejé pasar.

Los días siguientes siempre se me acercaba a saludarme o a decirme algo corto, sin importancia. Hasta que un día, mientras yo hacía mis ejercicios, me preguntó cómo me estaba yendo con la nueva rutina que me había hecho, un poco sin sentido, porque no había pasado más de una semana (incluso creo que pasó un fin de semana y no más). le dije que bien, que me dolía harto el abdomen, a lo que me dice -A ver...-, me mira y acto seguido me pregunta -¿Has tenido hijos?-, por supuesto mi cara cambió rotundamente de expresión y al contestarle que no, se puso serio y se fue.

Me hizo sentir TAN mal, avergonzada, sentí que todo el progreso que veía en mi cuerpo estaba solo en mi cabeza, que nuevamente me veía mejor en el espejo que en la realidad. Empecé a preocuparme mucho más de cómo me veía estando en el gimnasio y fuera de él.

Empecé a ir menos o a elegir horarios distintos que no me acomodaban tanto, para no toparme con él de nuevo. Incluso inventé una conversación por teléfono de 40 minutos para que no se me acercara a hablar.

Mi actitud cambió y mi confianza en mí misma. Hasta que un día, mientras yo hacía mi rutina de abdomen en la colchoneta, se me acerca, me dice algo y como no lo escuché, porque estaba con audífonos, me saca uno y me habla para actualizar la rutina.

Me descolocó. ¿Qué tan desubicado tienes que ser para no solo hacer comentarios sobre el cuerpo de tu interlocutor, sino además invadir su espacio personal y sacarle un auricular?

Me molesté mucho, le agradecí la rutina, pero quedé con la bala pasada. No podía olvidar la suma de actos y actitudes que había tenido conmigo.

Hace unos días decidí que no iba a aguantar más, ni que iba a esperar a que ocurriera un incidente más, así que fui a hablar con el encargado del gimnasio y le iba a expresar mi descontento.

Tuve suerte, porque entendió perfectamente la situación y no solo eso, no le extrañó para nada, porque ya había visto este tipo de actitudes, por parte de este personaje, no solo con otras socias, sino que con el equipo del gimnasio y con él mismo.

Me dijeron que probablemente lo desvincularía y hoy me enteré que efectivamente sería así.

Me siento orgullosa de haber hablado y dejado en claro que no iba a permitir que nadie abusara de mi paciencia, ni buena disposición.

Espero no tener más problemas como ese en el gimnasio, porque es mi lugar para relajarme y trabajar en cumplir los objetivos que tengo con respecto a cuerpo.

Eso por una parte. También empecé a trabajar en la clínica del amigo de mi papá en Talcahuano. Los primero días fueron extraños, porque no había vuelto a ir realmente desde unos días antes del terremoto. Fui a ver el cerro y la casa. Lloré estando afuera. Lloré estando en el box, pensando que en esa calle trabajaban mis abuelos. Que por ahí caminé millones de veces con ella o con mis tíos. Que en ese mismo lugar viví una vida que parecía muy lejana. Sentí la compañía de mis abuelos y me dio gusto saber que si algo me pone ansiosa o nerviosa, ellos están conmigo, que todo va a estar bien.

Trabajo en la misma cuadra que mi tía, así que algunas veces nos volvemos juntas a Concepción. Me estaciono en la bajada, la calle de mi jardín y hago el ritual de ir caminando junto con mis primas y mi abuela desde o hacia la casa.

Estar ahí me ha ayudado a sanar la tristeza de haber dejado ese barrio atrás, en el recuerdo. He estado aprendiendo a que las penas no se pueden esconder bajo la alfombra y dejar que solas desaparezcan, porque tarde o temprano, 12 años después exactamente, vuelven para que las mastiques y digieras, hasta que sanen, hasta que ya no duelan tanto.

Ha sido un fin de año 2022 interesante y un inicio de uno nuevo muy enriquecedor.

Me siento en paz, conmigo, con mi trabajo, mi familia y con el Martín. Todo ha ido bien, mejorando cada día. Ha sido y sigue siendo un apoyo muy grande para mí, siento su amor muy profundamente y quiero mucho que él se sienta igual junto a mí. En eso sigo trabajando diariamente. En ser una mejor versión de la Raisa que he sido en estos 29 años.

13.10.22 | He estado sintiéndome estresada muy amenudo estando en la casa con el Martín y sentía que no eran mañas injustificadas, sino que había algo que realmente me molestaba y que me hacía reaccionar de mala manera estando con él.

Hoy lo estuve analizando harto y me di cuenta (en verdad siempre lo he sabido, pero hoy me di el tiempo de digerirlo como corresponde y desarrollarlo por escrito) que tiene hábitos que me desagradan y no me parecen compatibles con una vida armónica compartiendo una casa. Me he dado cuenta que soy prácticamente yo la que se preocupa de tener todo limpio, y me refiero a limpio a conciencia y bien hecho, no limpio a la rápida y a medias, las cosas ordenadas y organizadas. Hábitos de higiene personal que antes me parecían graciosos por lo contrastantes que eran en relación a los mios y porque no podía creer que tuviera, ahora ya no me hacen gracia y me descolocan. Cosas que me parecen básicas y lógicas, al parecer no lo son para él. Y entiendo que no tenemos por qué ser iguales, pero me genera mucha ansiedad y disgusto saber que a pesar de que le diga las cosas que me gustaría que fueran distintas, entran por un oido y salen por el otro.

Siento que nuestra relación es como de mamá e hijo y no estoy contenta con ese aspecto particular de nuestra forma de desenvolvernos en la cotidianidad.

No sé cómo abordarlo, porque me parece que él cree que al comentárselo lo hago exagerando las situaciones y que no es algo verdaderamente importante. Pero lo es para mí, mucho, y me angustia saber que si esto no cambia, es cosa de tiempo para que las cosas evolucionen de mala forma en nuestra vida de pareja.

Obviamente tengo que plantearlo hasta que lo sienta como un compañero y no como a un niño del que debo cuidar y hacerme cargo, porque no puedo pretender que adivine lo que pasa por mi cabeza, ni tampoco las cosas que me ponen de mal humor y claramente molestarme repentinamente sin decir la razón de mi enojo, no va a ayudar en nada a que avanzemos como la pareja adulta que somos.

Solo quería escribir lo que me ha estado pasando, para no bajarle el perfil y olvidarlo a la larga. Me interesa más que nunca que la relación que tengo en este momento sea duradera, madura y sana, porque lo amo y realmente quiero seguir proyectándome junto a él.

29.9.22 | Luego de tres meses trabajando, no nos renovaron el contrato para Octubre. Estoy con licencia desde el 15 de Septiembre, porque como han habido muy pocos casos, estoy horas sin hacer nada cuando termino y mis compañeros no me caen muy bien, entonces es una tortura estar escuchando sus conversaciones de fondo. Por otro lado, no ser parte de la buena onda del equipo, me pone ansiosa. ¿Solución? Ahorrarme momentos incómodos y no volver a trabajar hasta que no debamos volver más.

Decidí buscar una nueva sicóloga y la Belén me recomendó a una amiga. Le escribí y me pareció que las sesiones tenían un costo que me acomoda bastante, así que espero poder comenzar la próxima semana y empezar esta nueva etapa de desempleo e incertidumbre acompañada.

Tengo claro que los temas que más me acomplejan en este momento de mi vida son: el miedo al fracaso, mi enojo constante, compras compulsivas y compararme con otros. Y si bien creo que todos tienen un origen en común: el ego, quiero que un profesional me ayude y me acompañe en el camino hacia la aceptación y la eliminación de hábitos no saludables.

Deséame suerte, Raisa del futuro.

12.9.22 | Después de muchos meses sin escribir, decidí hacerlo hoy, luego de un sueño que tuve y que sentí la necesidad de dejar plasmado en alguna parte, aparte de contárselo a la Zeta.

Estaba en una especie de gimnasio municipal, oscuro, tenía ventanas cerca del techo por donde entraba la luz desde afuera y puertas muy grandes.

Abría una de las puertas para salir y veía al Pedro intentando entrar, pero indeciso, me estaba siguiendo. Intentaba hablar conmigo y yo no quería.

De repente cambiaba de escena. estábamos en un edificio, tipo oficina, en una supuesta clase de la u, pero yo no reconocía a ningún compañero ni profesor.

Salíamos de la sala y nos íbamos a una pieza. Él me daba besos y me decía que quería estar conmigo. Lo extraño es que cuando lo tocaba, sentía al Martín, su cuerpo era como tocarlo a él, sin serlo. Me decía que me extrañaba, que quería que estuviéramos juntos y en un momento en el que estábamos abrazados me decía que me amaba. Le respondí ¿Qué?, sorprendida, porque jamás me había dicho algo así, lo repitió. Me decía que quería tener hijos conmigo y que nos casáramos, que tuviésemos una vida juntos de aquí en adelante. Me separaba de él, sentía mucho amor, pero al mirarlo y darme cuenta que no era el Martín, le decía que yo lo quería mucho, que probablemente no lo iba a dejar de querer, pero que no estaba enamorada de él, que no quería volver a tener nada con él, menos una familia, que estaba enamorada del Martín y que todas esas cosas que me había dicho, yo las quería con él y con nadie más.

En el sueño, yo no estaba con el Martín, por algún motivo habíamos dejado de estar juntos hace muy poco tiempo, y a pesar de que el Pedro me prometía la vida que yo quería para mí, me daba cuenta que no era algo que yo quisiera porque fuese un sueño personal y que diese lo mismo el hombre con el que estuviese, sino que era porque la imaginaba junto al Martín. Me sentía muy triste de no estar con él y esperaba poder volver a estarlo.

Desperté y estaba el Martín a mi lado. Me siento muy afortunada. De verdad quiero tener una familia con él. Hacer el resto de mi vida junto a él. No quiero que dejemos de vernos otra vez. Lo amo tanto que realmente creo que la máxima expresión del amor que siento que nos tenemos es la potencial familia que formaremos con nuestros hijos y cuando pienso en eso, siento que mi corazón va a explotar.

18.7.22 | Hoy ha sido un dìa para descansar. Este fin de semana me tocó trabajar y me pude estacionar al lado, para mi suerte. Eso significa ir con los zapatos que yo quiera y sentirme bonita durante el día. Nos tocó usar otra sala, porque en la nuestra tenían que hacer unos arreglos eléctricos. Me di cuenta que tener mi corcho al lado de la pantalla del computador me pone contenta, tengo fotos de momentos felices y eso me da paz en tiempos d estrés. Lo noté porque no me lo llevé y quedó en mi escritorio. En el último día de trabajo tuve la oprtunidad de compartir más con el Sergio, el Jorge y la Tami, mis compañeros nuevos. Son muy simpáticos y me gustaría que nos hiciéramos más amigos. He notado que lo que me hace falta en esta nueva etapa trabajando en la seremi es tener un grupo de amigos y reir más. Me imagino que no hemos tenido la oportunidad, porque aun llevamos menos de un mes compartiendo y con este turno 2x2, nos vemos mucho menos tiempo. Me ha tenido contenta el hecho de que los casos van bajando y terminamos de trabajar mucho antes. Tengo que intentar compartir más con mis compañeros y no quedarme tanto rato atrapada con mis audífonos, difícil cuando ponen música tan mala en el parlante.

Hoy firmé mi contrato, fuimos a almorzar a mi casa, le teñí el pelo a Kat, fuimos al supermercado. Me gusta mucho la vida de pareja que estamos llevando con el Martín, considero quehacemos un buen equipo. Siento que nos amamos mucho y eso me pone tan feliz. Me siento muy afortunada.

Me siento tranquila.

16.7.22 | Los planes no resultaron como quería. He estado teniendo días buenos y malos. Cuando empiezo a meditar sobre las cosas, salgo a flote, pero cosas muy pequeñas me hunden otra vez. Quiero estabilidad, la necesito tanto. Me hace feliz, me da paz.

Además de eso, todo va bien, me siento enamorada, muy enamorada. Estoy muy agradecida de tener al Martín conmigo. Es una buena persona. A veces siento que ando insoportable y no me gustaría que él pensara que me desquito con él o que estoy enojada con él, porque no es así. Solo quiero que sienta lo mucho que lo amo, lo profundamente enamorada que estoy de él.

Pronto viene mi cumpleaños y decidí celebrarlo, porque es una buena oportunidad de tener a mis amigos más cercanos conmigo, todos juntos.

Estoy ansiosa.

30.6.22 | Ayer ocurrió algo bueno, mis amigas de la seremi me hablaron para decirme que estaban en busca de ex trazadores para recontratar. Me sentí muy querida y considerada, porque me hablaron todas al mismo tiempo, y como yo estaba mandando el correo con mi curriculum y otros documentos, y no les podía responder, me empezaron a escribir por otras partes o a llama por teléfono. El objetivo era que yo recibiera el mensaje a toda costa. Me siento muy agradecida y afortunada de haber conocido a gente tan buena trabajando ahí, personas a las que realmente les importa cómo estás.

Por otro lado, todas estas noticias positivas me abrumaron muchísimo, me sobrepasó. Empecé a pensar en que si todo funciona como deseo, tendía que hacer esto y aquello, organizarme de tal y tal forma, y de repente me vi triste y ansiosa por noticias alegres.

El Martín me dijo justo lo que estaba pensando y diciéndome a mí misma para convencerme 100% de que todo lo que está sucediendo es bueno. Me sentí tranquila luego de escucharlo de su boca: Sea lo que sea que pase, tu panorama es bueno o muy bueno, pero en ningún caso es algo negativo.

A pesar de eso, me sentía atrapada, como con ganas de meditar en soledad los nuevos acontecimientos. Así que aproveché que el Martín tenía que ir a la u, lo fui a dejar y llegué a mi casa para hacer lo que me gusta cuando estoy así: limpiar y ordenar.

Aspiré todo el auto, quedó muy limpio, saqué las gomas de los pies y las lavé con cloro y una escoba dura que anda en el patio. Quedó todo súper bien.

Aspiré mi pieza y quise bañar a Fritz que anduvo con diarrea en la noche, pero llegó mi mamá y todos se me adelantaron en la ducha, en fin. Mañana podría hacerlo. La cosa es que me relajé y me sentí en paz nuevamente.

Hoy desperté en la madrugada, agobiada y un poco preocupada. Miré mi celular y se me ocurrió revisar si del seguro al fin me había devuelto la plata que me sacaron a comienzo del mes, efectivamente estaba ahí, luego de 30 días. pagué mi línea y mi tarjeta, me sentí mucho mejor. El Martín estaba despierto también, se puso a leer y después de una hora y algo, nos quedamos dormidos de nuevo.

Me quedé durmiendo mientras él tuvo que hacer un tramite con el pase escolar y desperté un poco antes de recibir la llamada de Óscar, el sicólogo de la seremi. A las 17:00 debo estar en el trébol tomándome un pcr con la Cami Venegas y con los dedos cruzados, para esta vez salir negativa y que los nuevos planes vayan en buen camino.

25.6.22 | Ayer en la noche, después de haber apagado el computador, mi papá me mandó un mensaje con la simulación del crédito del banco a 10 años, y el dividendo es de 634. Me dijo que iba a simular en todos los bancos y que nos quedaríamos con el que entregara una mejor alternativa. En la noche estuve pensando en la dispocisión de los muebles, que las puertas podrían ser correderas y de vidrio para que el la sala de espera no quede tan oscura. Estuve pensando en el mural que siempre quise tener en colores pastel. Las cosas nunca habían estado tan cerca y eso me tiene muy ansiosa. 

Seguiré prendiendo velas hasta el fin de los tiempos. Necesito mucha suerte.

24.6.22 | Esta semana he estado viendo una posibilidad de negocio junto a mi papá. Ni siquiera lo quiero escribir y ahondar más en lo que es y de qué se trata, porque así es como se caen los proyectos: hablando de ellos antes de que sean reales. 

Se han presentado oportunidades, se han caído, han aparecido otras alternativas, han cambiado los planes y he estado en una montaña rusa de ilusión y decepción durante todos estos días. En este minuto estoy muy ilusionada y a la espera de una respuesta favorable del banco y que acomode a mi papá.

Me siento nerviosa, pero emocionada, tengo fe de que las cosas van a resultar y que este plan me devolverá la confianza que necesito, aparte de entregarme la independencia económica que me urge tanto alcanzar.

Le he prendido velas a Felipito y en él tengo puesta toda mi esperanza, así como lo hice cuando logré entrar a trabajar el año pasado. E independiente de lo absurdo que pudiese resultar para cualquier persona pensar que hacer lo que hago funciona y es una pérdida de tiempo, yo sé que canalizar mi energía hacia una dirección da resultados y paz a mi mente.

Deséame suerte, Raisa del futuro.

20.6.22 | Ayer conversé con el Martín sobre, a mí parecer, su permanente intención de demostrar algo a alguien o su rabia constante con el mundo y cómo la exterioriza en gran parte de sus conversaciones. Siempre le he hecho comentarios al respecto, pero al parecer nunca le hicieron sentido, nunca los tomó en cuenta. No recuerdo cómo salió el tema, pero ayer lo planteé y le comenté cómo me sentía al respecto.

A veces me abruma que todas las conversaciones tomen un tinte negativo y malhumorado, muchas veces lo dejo pasar estando en mi celular y no me gusta, porque disfruto siendo parte de la conversación, pero otras me sobrepasa y esperando tener un momento de distracción y relajo, termino tensa y triste.

No era mi intención criticarlo o pedirle que intentara dejar a un lado su rabia al desarrollar una idea, porque desde que somos amigos sé que es una gran parte de su personalidad, un rasgo que también reconocía en mí, pero que durante los años he tratado de ir apagado hasta dejarlo al mínimo, porque solo me trae momentos poco gratos (dudo que solo a mí, a la gente que me escuchaba de seguro también). Pero quería que supiera cómo lo veía desde mis ojos y que de vez en cuando, sobretodo cuando no estoy de buen ánimo, esa energía que trae a la conversación me disgusta y me hace querer aislarme un rato y distraerme en mis propios pensamientos, limpiarme quizás.

Yo lo amo mucho y está claro que las cosas que me gustan y me hacen estar tan enamorada de él, superan con creces las que no (que son pocas y no de importancia superlativa), pero sentí en ese momento la necesidad de sacarme ese peso del corazón y de ser absolutamente honesta con él. Eso deseo de nosotros, sinceridad y comprensión.

Tengo muy claro que no soy perfecta en ningún aspecto, pero siempre intentaré dar lo mejor de mí, sobretodo en la relación que hemos estado construyendo en este último año.

Me siento satisfecha con el lugar en el que nos encontramos y cómo estamos avanzando hacia el futuro y por eso espero que, a pesar de no haberle pedido que dejase de ser quien es, hubiese una mejora en su forma de expresar sus pensamientos en relación a temas que le apasionan.

4.6.22 | Estoy triste. No le he estado todo el día, de hecho estuve contenta hasta hace unas horas. Pero ahora estoy triste y tengo la necesidad de ir a esconderme. Acostarme y dormir.

27.5.22 | ¿En qué momento te das cuenta que ya no estás enamorada de tu ex pareja? O ni siquiera eso, ¿En qué momento te deja de gustar? Todas las relaciones son distintas y dependiendo de lo que te gustaba de esa persona, se hace más o menos difícil ya no pensar en ella. 

Cuando he tendio relaciones en donde lo que más me gusta del otro es algo físico, me resulta bastante "simple" olvidarlos. Si es su inteligencia o creatividad es más complejo, no los olvido, los sigo queriendo, pero me dejan de gustar románticamente. Pero la cosa es diferente cuando siento atracción sexual por ellos, es casi imposible dejarlos en el pasado. Puedo inventarme a mí misma miles de razones por las cuales esa persona no me gusta realmente, hasta que los veo otra vez. Pocas veces he tenido una fuerte conexión sexual con mi pareja -eso sumado a las otras cosas que me hacen sentir enamorada de verdad-. 

Pasaron años para darme cuenta que aun sentía algo por un ex amor y al volvernos a ver eso se notó por ambos lados de forma inmediata, pero con el paso de los meses me di cuenta que eso era lo principal y quizas lo único que me gustaba de él. Cuando caí en cuenta de que era así, fue triste alejarme, porque pensé que podíamos ser más que eso. Lo más doloroso fue la decepción de ver cómo mi deseo de que las cosas funcionaran y caminásemos para el mismo lado, eran mucho mayores a la realidad, porque si nos miraba honestamente y sin el filtro del enamoramiento, seguíamos siendo lo mismo que hace muchos años atrás, más grandes, más maduros, pero sin un futuro. Nunca lo tuvimos y solo en una segunda oportunidad me convencí en un 100% de que jamás funcionaría. Hay más motivos. Eso lo hizo más simple de digerir.

Hoy en día siento que estoy con el amor más grande de mi vida, y también me pregunto qué significa eso. Lo he meditado mucho, desde que lo he dicho en voz alta. Concluyo que es porque no solo admiro su inteligencia, perseverancia, capacidad de entregar amor, sino que nos compenetramos sexualmente en un nivel que nunca antes había experimentado -no por tanto tiempo al menos-. Y es tan importante ese aspecto. Lo debería saber bien, porque fue uno de los pilares que no me permitieron seguir estando con el que en ese momento creí iba a ser el hombre con el que pasaría el resto de mis días.

Es complejo, el amor. No estar enamorada, eso es tan fácil como caer cuando saltas. Lo difícil es tener esta claridad que tengo. Conocer las respuestas a tus dudas es un trabajo de todos los días y espero nunca perder el don de autoconocerme y disfrutar de ese proceso.

Mi cerebro se fundió un poco.

26.5.22 | Hoy, después de muchos días, al fin estoy en mi casa y haciendo cosas que me gustan. Se me ocurrió actualizar mi iPod y está bien complejo. He estado recordando toda la música que perdí y que ahora estoy tratando de recuperarla de a poco, pero resulta que como todo es muy digital, ya no hay tanta variedad de páginas y lugares para descargarla. Supongo que Spotify se robó el romanticismo de tener un iPod organizado y mi música personalizada. Siento que ahora todos es inmediato, incluso aquí, ya no hay rituales para obtener nada. La música en las plataformas digitales está con toda la información, imagen, letra, año, todo. Ya no paso días enteros agregándole información a mi música para pasarla al iPod. Escribiendo igual, ya no es necesario usar un lápiz que me guste. Aun así me gusta hacerlo aquí y me parece mucho mejor hacerlo desde el computador, escuchando el sonido de las teclas.

He perdido mis costumbres, las cosas que solía hacer sola y que me hacían feliz y es porque ya no paso tiempo sola. Quiero volver a bordar si me dan ganas, escribir, dibujar, bailar. Qué sé yo, cualquier cosa. Siento a veces que me pierdo estando tanto tiempo con el Martín. Me encanta, pero también me encanta hacer cosas en soledad, así estoy acostumbrada y he aprendido en todos mis años viviendo como hija única a disfrutar de mi tiempo a solas y de nutrirme con esa soledad, con la creatividad que nace a partir de ella. 

Quiero hacer esas cosas otra vez y yo sé que él también tiene que hacerlas, pero por algún motivo ha decidido usar el 100% de su tiempo en hacer actividades, sus actividades, conmigo. Quizás eran cosas que disfrutaba hacer con su anterior pareja, pero no tiene por qué replicar su vida anterior con la que hace conmigo ahora. ¿Será eso? ¿Querrá copiar lo que tenía antes y no funcionó, ahora conmigo? 

Sea como sea no quiero perder mi individualidad, porque realmente es lo único que tengo, lo que me diferencia del resto, lo que siento me hace especial.