Tumgik
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agusgus
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DONER KEBAB
Ingredientes
Para 4 personas
2 pechugas de pollo
4 buenos panes tipo pita, o bollitos con un poco más de enjundia
1 tomate
¼ de pepino
¼ de cebolla morada
1 limón
Comino
Orégano
Cúrcuma
Pimentón dulce
Cayena en polvo
Un puñadito de perejil
Aceite de oliva
Sal
Pimienta negra
Para las verduras asadas
4 patatas baby
1/2 pimiento amarillo
1/2 pimiento rojo
1/2 pimiento verde
1/2 calabacín
1/2 berenjena
80 g de queso feta
Para la salsa de yogur
120 g de yogur natural (un yogur)
4 cucharadas de crema agria o nata fresca
2 cucharadas de zumo de limón
1 diente de ajo
¼ de cucharadita de comino
Perejil picado
Sal
Pimienta
Opcional: picante al gusto
1. 
Adobar la pechuga de pollo, cortada en horizontal en tiras finas, con una mezcla de las especias al gusto, zumo de limón, sal y aceite de oliva. Lo ideal es dejarla macerando toda la noche en la nevera en un bol tapada con film
2. 
Hacer mientras tanto la salsa de yogur mezclando todos sus ingredientes.
3. 
Picar el tomate, el pepino, la cebolla morada y el perejil muy pequeñitos y aliñarlos con aceite de oliva, sal y pimienta negra.
4. 
Por otro lado, asar las verduras, cortadas en rodajas pequeñas en el horno a 180ºC con un poco de pimentón, aceite, sal, pimienta negra y muy poquita nuez moscada. En 15 minutos más o menos deberían estar listas.
5. 
Insertar las tiras de pollo adobadas en una brocheta, apretándolas lo más posible para que estén muy pegadas y ponerlas en el horno a 220ºC. Hay que ir dando vueltas a la brocheta para que se dore por todas partes; hacerlo en una barbacoa sería lo ideal.
6. 
Cuando esté todo listo sólo habrá que tostar el pan para que se quede crujiente por fuera, abrirlo por la mitad y rellenarlo con la ensalada de verduras frescas, un poco de salsa de yogur, la carne, las verduras asadas y un poco más de salsa de yogur y el queso feta desmigado. Si alguien quiere darle un toque de alegría se puede incorporar algún picante.
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En México es muy común el uso del chile como alimento y como condimento en la gastronomía. Su nombre original proviene del vocablo Náhuatl Chilli. En otros lugares del mundo se le conoce como ají, pimiento, guindilla. Sin importar cómo se le llame, cuando se le come el gesto de llevarse las manos a la cara y moverlas como si fueran alitas diciendo “¡pica, pica!” es universal. Dependiendo del tipo de chile éste puede picar más o menos. ¿Pero qué ocasiona esto?
La respuesta está en la química, ya que resulta que las semillas de los chiles, fruto de las plantas del genero Capsicum, poseen un compuesto orgánico al que conocemos como capsaicina (Figura 1). Esta molécula es irritante para los mamíferos, produciendo una fuerte sensación de ardor (pungencia) en la boca. Además de usarse en la cocina y en la industria alimentaria, la capsaicina se utiliza como analgésico, anticancerígeno, antioxidante y es parte importante del gas pimienta.
¿Qué ocurre a nivel molecular cuando ingerimos chile? Al llevarnos el pimiento a la boca, las moléculas de capsaicina y sus análogos se unen a un conjunto de macro-moléculas conocidas como Receptores de Potencial Transitorio (RPT). Los RPT, que en realidad son canales iónicos selectivos, entre otros iones, al calcio, se encuentran en el sistema nervioso central y en el sistema nervioso periférico y están involucrados entre muchas otras funciones en la transmisión y modulación del dolor. Hay 28 canales RPT conocidos divididos en 7 subgrupos basados en la estructura y el tipo de activación de estos canales; RPTC, RPTV,RPTM, RPTN, RPTA, RPTP Y RPTML. De estos, los canales RPTV (la V es porque se descubrió que eran sensibles a vainilloides) tienen 6 familias y son esenciales para los humanos porque nos permiten apreciar la diferencia entre pungente, dulce, amargo y sabroso y discriminar entre frio, tibio y caliente.
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Aguas con el mercurio rojo,
Durante siglos han persistido los rumores sobre una sustancia poderosa y misteriosa. Y en estos días, los anuncios y videos que lo ofrecen a la venta se pueden encontrar en línea. ¿Por qué ha perdurado la historia del "mercurio rojo"?
Hay quienes creen que es un elixir curativo mágico que se encuentra enterrado en la boca de las momias egipcias antiguas.
¿O será un material nuclear poderoso que podría disparar el apocalipsis como algunos aseguran?
Sin embargo, hay un pequeño problema con todas esas aseveraciones: el mercurio rojo no existe. A pesar de ello, puedes encontrarlo en las redes sociales y en numerosos sitios web. Cantidades pequeñas de la mítica sustancia a veces se ofrecen a un precio de miles de dólares.
Muchos de los anuncios muestran una foto borrosa de un glóbulo de líquido rojo en un plato. Junto a él, a menudo hay un número de teléfono garabateado en una hoja de papel, por si alguien lo suficientemente ingenuo quiere contactar al vendedor.
"Solo compradores serios", se lee en un anuncio. "Necesitamos pruebas de fondos para dar pruebas del producto".
La impresión dada es que se ofrece una mercancía misteriosa e ilícita. "Es una estafa y el riesgo es que engañen o le roben a la gente", dice Lisa Wynn, jefa del departamento de antropología de la Universidad Macquarie en Sídney, Australia.
En pos del mercurio rojo Wynn oyó hablar del fenómeno por primera vez cuando trabajaba en las pirámides de Giza en Egipto y compartía una oficina con el destacado egiptólogo Dr. Zahi Hawass.
Un día, el Hawass recibió la visita de un príncipe saudita cuya madre estaba en coma. "Este hombre había gastado todas sus energías y dinero tratando de encontrar algo que salvara a su madre", recuerda la antropóloga. "Finalmente había recurrido a un jeque en Arabia Saudita, un curandero, quien le había dicho que había una sustancia mágica enterrada en las gargantas de las momias en el antiguo Egipto. Le indicó que si iba a Egipto y hablaba con ese arqueólogo, él podría proporcionarle mercurio rojo".
Pero eso no fue lo que ocurrió. "Hawass le dijo: 'Siento mucho lo de tu madre, pero eso es una tontería: no existe el mercurio rojo'". Tras presenciar la escena, la asombrada Wynn descubrió que esa no era una experiencia nueva para Hawass y sus colegas. Se enteró de que a menudo conocían árabes que creían que el mercurio rojo era una cura mágica que había sido enterrada con los faraones. Los orígenes de esta creencia son confusos. Se pueden encontrar indicios en el trabajo del alquimista y filósofo medieval Jabir ibn Hayyan, quien escribió: "Los elixires más preciosos que jamás se hayan mezclado en la Tierra estaban ocultos en las pirámides".
Una historia de vampiros En tiempos más recientes, algunos de los que buscan mercurio rojo han llegado a creer que también se puede encontrar en los nidos de murciélagos. El inconveniente es que los murciélagos en realidad no hacen nidos, pero eso no ha impedido que los cazadores de fortuna perturben sus hábitats para buscar el mítico elemento escarlata. Algunos han llevado la teoría de los murciélagos un paso más allá y afirman que el mercurio rojo proviene de los murciélagos vampiros. Dentro de esa lógica, la sustancia exhibe las mismas propiedades que los vampiros de películas de terror. Por lo general, una gota roja, que a menudo parece sospechosamente creada con gráficos de video, se ve repelida por el ajo y atraída por el oro. Cuando está frente a un espejo, la gota aparentemente no tiene reflejo. Las cualidades supuestamente sorprendentes del mercurio rojo no terminan ahí. Se alega que tiene poderes para convocar seres sobrenaturales. En 2009, se difundió una historia en Arabia Saudita de que el mercurio rojo se podía obtener sin entrar en una tumba antigua o tamizar el guano de murciélago. Se rumoreaba que se encontraron pequeñas cantidades de la preciada sustancia dentro de las máquinas de coser Singer antiguas. La policía comenzó a investigar el engaño después de que esos objetos domésticos tan comunes comenzaron a cambiar de manos por decenas de miles de dólares. Pánico por mercurio rojo En algunos momentos de la historia, los rumores sobre la sustancia se han multiplicado a causa de la geopolítica global. A fines de la década de 1980, cuando los gobiernos comunistas colapsaron en Europa del Este, hubo incertidumbre sobre lo que estaba sucediendo con sus existencias de material nuclear. En ese momento, Mark Hibbs era un periodista que investigaba rumores alarmantes de que extraños individuos ofrecían a la venta un material nuclear previamente desconocido, creado en laboratorios soviéticos. En ese caso, la versión de la historia del mercurio rojo era diferente de la del elixir curativo enterrado con los faraones. Se decía que el mercurio rojo soviético era destructivo, capaz de causar una tremenda explosión nuclear con cantidades no mayores que una pelota de béisbol. El escenario de pesadilla era que esta sustancia llegara al mercado negro de armas y terminara en manos de grupos violentos o estados corruptos. Sin embargo, Mark Hibbs dice que cuando los gobiernos occidentales investigaron, concluyeron que el mentado material con el potencial para acabar con el mundo no existía. Facebook y Twitter dijeron que habían asumido una postura dura contra la actividad fraudulenta, y eliminado los anuncios rojos de mercurio que les señalamos. Cabe aclarar antes de finalizar que sí existe un mineral de color rojo que contiene mercurio: el sulfuro de mercurio. Pero comparado al mitológico mercurio rojo, es una sustancia mundana.
Aunque es muy útil para decorar cerámica, no cura nada; de hecho, puede llegar a ser perjudicial para la salud, no porque sea altamente explosivo, sino porque el mercurio -ese que ese plateado- de por sí lo es.
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ey que pasa amigo
رفيق جيد جدا
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