Julio: Mi Tío Cachondo En Tanga Parte 2.
A la mañana siguiente desperté de golpe. Quería confirmar que lo que pasó en la noche no fue un sueño.
Salí de la habitación y me alegré al ver a mi tío en la cocina y usando una de las tangas que le había comprado. Se había puesto una rosa que le quedaba muy ajustada.
Al verme me examinó con la mirada. Una mirada lasciva. Yo hice lo mismo, pero me centré en su enorme bulto.
— cómo amaneció mi nenita?
Me dijo mirándome muy morboso.
— bien.
— estoy preparando el desayuno.
— déjalo.
Le dije rápidamente.
— yo soy tu nenita, yo te debo de hacer el desayuno.
Mi tío sonrió y seguía viéndome muy morboso.
— de acuerdo.
Pasó aun lado mío y me acaricio una nalga.
Le preparé huevos fritos con tocino. Mientras cocinaba el estaba sentado en la mesa leyendo el diario y bebía cerveza y de vez en cuando me veía y sonreía.
Desayunamos y platicábamos sobre cosas de la familia hasta que dijo que me alistara por qué saldríamos a correr. Le pregunté si saldríamos a correr usando las tangas y sonrió de forma sucia y dijo que si.
Ambos nos fuimos al baño, nos lavamos los dientes y la cara y salimos rumbo a la puerta, pero antes de salir me detuvo.
— No. No saldremos. Estarás aquí pocos días y quiero disfrutárte.
Me tomó de la mano y me puso frente a él.
— eres mi nenita por estos días.
Me agarró una nalga y la apretó.
— Si. Soy tu nenita tío.
—no, nenita, no soy tu tío, soy tú macho soy tu ...
Quería decir algo, pero al mismo tiempo luchaba por no decirlo.
— mi novio?
Él solo abrió más los ojos.
— digamos que soy tu pretendiente. Me apretó más mi nalga. Me miraba super sucio.
— pero quiero que seas mi novio.
Le dije al tiempo que le tocaba las bolas.
Soltó un grmido de placer.
— no, yo soy un macho yo no...
— pero yo quiero que seas mi novio. Si? Mi macho.
Me acerqué más a él y solo dibujó una sonrisa.
— de acuerdo, lo que pida mi nenita, estos días cumpliré todo lo que mi nenita pida, para eso soy su macho para complacerla.
Me estaba calentando mucho.
— pero, mi macho ...
— dime, mi nenita.
— no me lo has pedido.
— pedir que ?
Preguntó con intriga.
— pedirme ser tu novia.
Desvió un poco la mirada, pero la devolvió a mí. Me soltó mi nalga y me agarró ambas manos.
— mi nenita, quieres ser mi novia?
Me beso ambas manos.
— si.
Le respondí.
Me sonrió y me tomó de la cintura.
— vez, te dije que iba a cumplir todo lo que mi nenita me pidiera.
— entonces, puedo pedir todo lo que quiera?
— todo lo que quieras.
— ok. Quiero que hagamos cosas sucias.
Me miró de una forma pervertida.
— por supuesto que le daré a mi nenita lo suyo, cómo buen macho le voy a cumplir, pero no aún, lo haré en la noche, quiero disfrutarte cómo mi nenita.
Yo era activo, pero cuando estaba con él así, y jugando a qué yo era su novia me hacía palpitar el ano. Jamás me habían penetrado pero deseaba que mi tío lo hiciera. Que me diera como una puta.
— quiero que me cojas, que me cojas muy fuerte.
— te voy a dar como todo un macho. Pero hasta la noche.
— puedo pedirte otra cosa?
— lo que quiera mi princesa.
Al decirlo me calentó aún más.
— bésame, quiero que me metas la lengua hasta la garganta.
— ya me estaba muriendo de ganas mi princesa.
Acercó sus labios. Abrí mi boca esperando su contacto. Sus labios se pegaron con los míos su barba y bigote se sentían muy bien. Poco a poco fue metiéndonme su lengua caliente a mi garganta. Comencé a gemir. Empecé a gemir y a hacer ruiditos como una mujer, como una puta.
Su cuerpo estaba pegado al mío y sentía su calor, nuestros cuerpos comenzaban a sudar.
— que ricos labios tienes mi amor. Muy ricos.
Me decía de forma caliente.
— pero abre más tu boca y que tú lengua juegue con la mía. Mueve tu lengüita mi amor.
— ay... Aah, si. Así ? La mue... vo así ?
Le decía gimiendo.
— si, así.
También gimió.
— ay mi amor, sigue jugando con mi lengua. Tus labios están riquísimos. Me encanta que seas mi hembra.
— y tú mi macho, mi macho fuerte y varonil.
— soy tu macho cachondo, todo para mí reina.
— me estás calentando.
Gemí.
— te estoy calentando? Tu me tienes hirviendo. Me provocas mucho, quiero hacerte cositas que se le hacen a las novias. Puedo, mi reina?
— házme lo que quieras, soy toda tuya.
— me estás haciendo que no te respete mi amor.
— hazme lo que quieras.
Dije y luego abrí más la boca. Él aprovechó y metio toda su luengo hasta mi garganta. Luego me empezó a acariciar la cara para ir bajando hasta mi pecho. Me comenzó a tocar un pezón, luego a frotarlo.
— quiero hacerte muchas cosas sucias, mi amor.
— házme lo que quieras, soy tu hembra.
Me apretó más un pezón luego conbas manos tomó mis nalgas y las apretó muy fuerte. Estuvimos besándonos y tocandonos un buen rato hasta que sonó el teléfono y tuvo que responder pero antes me dijo que le sacará una cerveza del refrigerador y se la pasara.
Comenzó a hablar, al parecer era un hombre con el que trabajaba. Seguía hablando y bebiendo y yo me daba un gusto al verlo de arriba a abajo. Cuando terminó la llamada se sentó en una silla y me hizo una seña para que me sentará en una de sus enormes piernas cuál hice.
Me senté dándole la espalda. Le dio un fuerte trago a la cerveza y luego me agarró de la cara y me volvió a besar. Jugueteaba con su lengua, yo estaba súper excitado y muy caliente.
— mi princesa está bien rica.
Me dijo gimiendo.
— hazme tuya mi macho.
Le dije gimiendo como una puta.
— en la noche te daré lo tuyo mi princesa. Me estoy calentando, estoy llenando las bolas de leche para darte una buena preñada como un buen macho.
— pero quiero que me hagas más cosas sucias, quiero que te des placer conmigo.
— ay! Mi princesa! Eres bien caliente, eso me gusta mucho. Vamos a la cama a hacerte más cositas.
Me levanté, el lo hizo también, pero me tomó de la cintura, me giró hacia el y luego me cargó. Puse mis brazos en sus hombros y mis piernas cruzadas en su espalda.
Me volvió a meter su lengua caliente en mi garganta y comenzó a caminar hacia la habitación de él.
Me acostó en la cama y se me quedó viendo, observandome todo el cuerpo.
Él estaba bien erecto, la tanga parecía que iba a reventar. Yo también estaba muy erecto y muy caliente.
De la punta de su verga comenzó a salirle líquido pre seminal y comenzó a mojar la tanga.
Quería probar de ese delicioso jugo.
Comenzó a subirse a la cama a gatas mirándome muy pervertido. Puso su cuerpo contra el mío y de nuevo comenzó a besarme.
Se puso de lado y comenzó a acariciarme el cuerpo. Yo hice lo mismo.
Tocaba su espalda, sus nalgas peludas al momento que sentía su cuerpo lleno de ese bosque negro comprimiendo el mío.
Me empezó a besar el cuello. Me lamía y mordía mis orejas. Fue bajando hasta mi pecho y su lengua comenzó a jugar con mis pezones.
Yo me retorcia de placer y gemía como su puta.
— te gusta mi amor?
— si! Si! !mi macho!
Comenzó a succionar mis pezones como un becerro. Quería que me saliera lechita de mis pezones.
Mis pezones estaban muy dilatados y rojos y de vez en cuando me los mordía y me miraba y sonreía muy morboso.
— le está gustando a mi princesa?
— si! Si mi macho! Me encanta!
— me vuelves loco.
Me decia y luego seguía chupándome los pezones.
Después de un largo rato se detuvo, me dio un enorme beso y me dijo que debía ir a trabajar, pero que al regresar su macho sería todo mío.
Nos levantamos de la cama pero antes de que se comenzara a vestir me tomó de la cintura fuerte mente, me atrajo a su cuerpo y mi verga tocó la suya, me empujó hacia el más fuerte y nuestras vergas estaban comprimidas.
Se empezó a mover un poco. Podía sentir como su líquido escurría y me llenaba mi tanga.
— tengo que irme a trabajar, para poder complacerle a mí reina en todo lo que le pida a su macho.
Se quitó la tanga y al verle la verga muy erecta y escurriendo quise meterla en mi boca, pero me detuvo volviendo a repetir que esperara hasta la noche.
Se puso unos boxer muy ajustados, luego el pantalón de mezclilla y una camisa acuadris color azul y terminó de vestirse.
Antes de salir de la casa me dio otro beso.
— espérame en la noche mi reina, que le voy a complacer en todo lo que me pida cómo buen macho.
Salió y subió en su camioneta y se perdió en el camino.
Yo estaba que reventaba.
Volví a la habitación y tomé la tanga que se quitó y la comencé a oler y con la lengua eecojia lo que podiande su líquido pre seminal.
No pude resistirlo más y me quité mi tanga y comencé a jalarmela.
Recordaba como me besaba, cómo si lengua caliente llegaba hasta mi garganta y jugaba con mi lengua, como me chupaba los pezones.
Me puse en cuatro y me la jalé. Imaginaba que mi tío me estaba muriendo si grande, gorda y peluda verga por mi ano virgen.
— si! Siiii! Así mi macho! Así! Métemela toda! Dame fuerte cómo todo un macho!
Mis bolas comenzaron a hincharse y luego a ponerse duras.
— si! Mi macho! Fuerte! Fuerteeeeeeeeeeeeeee!
Terminé sacando varios chorros de leche mojando la cama.
Me acosté llenándome el pecho de mi leche. Me había pajeado muy rico.
Sentí que mi ano palpitaba y no entendía por qué si siempre me había considerado activo. Pero con mi tío quería ser su puta, quería que me penetrara y me preñara.
En mi celular busqué una farmacia cerca y luego pedí un taxi. El plan era comprar para hacerme un buen lavado de culo para estar listo en la noche y recibir a mi macho y darle placer. También compré lubricante y otras cosas.
El vendedor de al menos dos años mayor que yo me miraba sucio al ver todo lo que llevaba.
— llevarás condones? Hay unos en oferta. Te van a dar duro e?
Me sonrió.
— por aquí hay puro hombre trabajador, mecánicos, camioneros, constructores, y los he visto, he visto como son su cuerpos, si es uno de por aquí creo que los de oferta no te servirán, es mejor que te lleves unos de marca M.
Le sonreí.
— ok dame unos.
— que textura?
— dame uno de cada uno.
El vato sonrió y se saboreo.
— vaya cogida que te van a dar.
— te han cojido?
— no, yo cojo. Es más. Toma.
Tomó un pedazo de papel y escribió su número.
— cuando se te ofrezca, doy buenas cogidas.
Tomé el papel, pero en mi mente solo estaba mi tío.
Salí de la farmacia, pedí otro taxi y cuando estaba a mitad de camino se me ocurrió una idea muy sucia.
— disculpe... Sabe de alguna sex shop cerca de aquí?
El taxista me miró sorprendido por el espejo restrovisor, pero luego sonrió y me miró sucio.
— hay uno en el centro, pedo está a media hora.
— de acuerdo, lléveme.
Rumbo a la sex shop me comenzó a sacar plática y entre la la charla le mentí diciendo que tendría una noche se sexo con mi novia, la cual no existía y parecía que le gustaba hablar sobre el tema.
Al llegar a la sex shop , el taxista me recordó que tenía que tener mi identificación. Le dije que tenía 17, el chófer me dijo que por ser un evento especial con mi "novia" el podría comprarme lo que le pidiera.
Le dije que quería un par de baby doll, uno negro y otro rojo.
El taxista sonrió.
Le dije que también quería unas medias con liguero que mi novia era de mi misma estatura y más o menos de mi complexión delgada.
Pero no pregunto más, no se le hizo raro, estaba tan caliente por el acontecimiento que se supone que iba a tener.
Antes de que se bajara le dije que también quería unas esposas y que esperaba que vendieran todo. Le di una de mis tarjetas de débito, las que usaba para comprar en internet en lugares que nonefan mucho de fiar. Solo tenía depositado cinco mil pesos mexicanos.
Entró a la tienda y esperé con ansias.
Quería ser una puta completa para mi macho. Se me había ocurrido hacer más grande aún la fantasía.
De rato me llegó una notificación al celular por una compra en la sex shop.
Después de un rato regresó con una bolsa muy grande y me la pasó. Si no al taxi y me devolvió la tarjeta.
— había todo lo que me pidió. Es un pícaro. Vaya diversión que va a tener cuando su novia se ponga todo eso.
— soy muy caliente y muy pervertido.
El seguía sonriendo.
— así lo va a calentar mucho hasta lo puede hacer padre.
Me siguió contando experiencias que había tenido, pero que su esposa no era tan caliente como el deseaba y por eso buscaba putas que lo satisficieran.
Le pregunté si podría detenerse en un centro comercial que estaba en el centro lo cual accedió. Le pedí que esperar.
Dentro fui directo a los zapatos para mujer. Vi unos rojos que podrían quedarme. Los compré y pedí que los envolvieran para mí "novia" con una tarjeta. Las empleadas no sospecharon.
Cuando regresé al taxi el hombre pregunto que a dónde había ido y se fascinó al saber que había comprado unos tacones rojos para mí supuesta novia.
— quiero que se vea como una puta, y sentir que me cojo a una puta.
Le dije. Él solo sonreía y decía que iba a ser una experiencia muy rica.
Al llegar a casa de mi tío le pagué y me felicitó y se despidió diciéndome…
— Coja rico.
Si supiera que lo que planeaba hacer era que me cogieran rico a mi.
Entré a la casa y comencé a preparar todo para el lavado de culo. Tuve que buscar por internet cómo hacerlo.
La verdad fue muy incomodo, pero por mi tío lo terminé, hasta que quedó muy limpio.
Me puse a guardar todo lo que había comprado.
Esperé hasta la hora de salida de mi tío. Me puse a ver televisión mientras esperaba. Cuando escuché su camioneta miré por la ventana para asegurarme que venía solo y así fue. Corrí rápidamente a la cocina y tomé una cerveza del refrigerador y lo esperé en la entrada.
— princesa! Ya llegó tu macho!
Dijo al entrar pero luego al verme sonrió.
Me había opuesto una tanga color roja muy ajustada.
— mi princesa me espera en tanguita y con una cerveza.
Cerró la puerta y caminó hacia mi sonriendo y mirándome sucio.
— quiero hacer feliz a mi macho.
— tengo la novia más hermosa y caliente.
Me dio un beso y luego abrió la cerveza.
— vístete, que llevaré a cenar a mi princesa.
Eso no me agradó, ya me había hecho el lavado y no debía comer nada.
Me vestí y salimos de la casa.
— a donde quiere que la lleve mi reina?
Me dijo en la camioneta y me agarró una pierna.
— a donde quiera mi macho.
— no, mi princesa decide.
— al lugar al que fuimos ayer.
— al bar? No prefieres que te lleve a otro lugar, puedo pagar lo que sea por mi reina.
— me gustó el bar y a demás está cerca.
— lo que quiera mi reina.
De camino al bar le toque las piernas y las bolas.
— no mi reina, me vas a poner muy duro y se me va a notar, espérate a qué lleguemos.
Cuando llegamos al bar tuvimos que abstenernos de tocarnos y decirnos cosas sucias.
Al momento de ordenar solo pedí refresco.
Mi tío se acercó a mi y me preguntó que era lo que me pasaba. Que si me encontraban enfermo. Respondí que no y le dije de la forma más sucia que me preparaba para darle placer a mi macho.
Dibujó una sonrisa muy pícara.
En eso tres hombres se nos acercaron.
— Gustavo
Dijo uno de ellos.
Mi tío se levantó y los saludó. Eran casi de la complexión que mi tío. Uno de ellos me miraba y me sonreía.
Mi tío comenzó a reír por algunas cosas que no llegaba a escuchar, hasta que el hombre que me veía habló.
— y quién es el jovencito? Mi estimado Gustavo.
— Julio, mi sobrino, el más chico, está pasando unos días conmigo de visita.
El hombre se acercó a mi.
— Antonio.
Me dio la mano. Lo saludé.
— Julio.
— gustas una buen fría?
Me ofreció una cerveza.
— aún es menor.
Dijo mi tío en tono seco. Antonio me miraba casi como lo hacía mi tío.
Los otros hombres empezaron a charlar con mi tío mientras Antonio me seguía sacando plática.
— y que dice la novia?
Le dió un sorbo a su cerveza.
— todo bien.
— cómo es tu novia? Esta tetona y nalgona?
Volvió a beber.
— así es.
Mentí.
El solo sonrió.
—Así debe ser, que estén bien sabrosas. Y ya te la echaste?
— ya, desde el primer día.
— que rico. Bueno Julio un gusto. Gustavo nos vemos en el trabajo.
Los demás se despidieron.
Mi tío se sentó frente a mi y parecía molesto.
— que te dijo?
— me preguntó sobre sintenia novia.
— y que respondiste?
Me dijo serio.
— que si, claro, mentí.
— bien hecho. Vi como te miraba, te quieres comer con los ojos.
Se acercó y me susurró:
— estuve a punto de golpearlo, si te molesta dime y le parto el hocico. Nadie molesta a mi reina.
— ya me quiero ir, quiero que vayamos a casa a ...
Moví las cejas. Mi tío sonrió.
— pago y nos vamos.
Dejamos el lugar. En el camino me iba agarrando las piernas, hasta que tuvibque detenerse a la orilla de la carretera solitaria y oscura.
— pasa algo?
Pregunté confundido.
— ya no aguanto más.
Y se vino contra mi. Me comenzó a besar, me media su lengua hasta el fondo, me acariciaba los pezones.
— estoy ardiendo.
Me dijo en un gruñido.
— ya quiero llegar y quitarte la ropa y hacerte mia, darte bien duro y rico como un buen macho.
— conduce más rápido, yo tampoco aguanto ya.
Me soltó y piso el acelerador a fondo, al llegar a casa nos bajamos muy rápido de la camioneta y entramos a casa cómo si nos estuvieran oersiguiendonos.
Me quito la playera y comenzó a besarme. Y luego chupó mis pezones. Yo estaba ardiendo de placer.
Le desabitone lo que faltaba de su camisa y la arrojé al suelo. Dejó de besarme y comenzó a quitarse las botas. Luego el cinturón y al final el pantalón.
— me voy a poner una tanga.
Me dijo de forma muy sucia.
Yo me desvesti quedando solo en tanga esperándolo.
Cuando regreso traía puesta la tanga de camuflaje que tanto me había gustado.
— te gusta tu macho?
— si.
Corrí hacia el y lo besé. Lo acaricie, el pecho luego baje hasta su bulto y le apreté las bolas enormes y peludas.
— sientes mía bolas? Sientes que están bien rellenas?
— si.
— estuve acumulando leche para ti mi reina, para darte tremenda preñada. Solo para ti. Vamos a la camita.
— espera, te tengo una sorpresa, espera aquí, no entres a mi habitación, espera hasta que yo salga.
El se sentó en el sofá con las piernas abiertas y con su verga bien erecta.
Entre a mi habitación y me puse rápidamente el baby doll rojo, unas medias con liguero negras y me puse los tacones.
Caminar me due complicado.
Cuando salí de la habitación mi tío quedó boquiabierto.
— mi ... Mi reina
No lo podía creer. Me miraba más extasiado aún.
— mi reina. Ven.
Me pidió.
Fui con cuidado de no caerme. Me pidió que me sentará en sus piernas.
— cuando compraste todo esto princesa?
— hoy, después de que te fuiste a trabajar. Descuida, fui muy discreto, dije que era para mí novia.
— mi reina que rico. No lo puedo creer aún. Te ves hermosa. Me estás volviendo más loco.
Comenzó a besarme. Me acariciaba todo. Las piernas, la cintura, el cuello, mis pezones.
— quiero pedirte algo mi macho.
— pídeme lo que quieras mi reina, lo que quiera le va a dar su macho.
— quiero que me hagas tu esposa.
Mi tío dejó de besarme y me miró con sorpresa. Me dio un beso de pico luego se apartó.
Me quedé quieto. Lo había echado a perder. Mi tío entró a su habitación y de ratito salió, traía consigo algo en una mano.
Se acercó a mi y se arrodilló.
— mi reina, quieres ser mi esposa?
— si!
mi tío sonrió, me puso uno de sus anillos en mi dedo luego me besó.
— me encantas amor.
Me dijo muy morboso.
— quiero hacerte el amor, quiero darte la tremenda cojida de buen macho.
Me cargó y me llevo a su habitación.
— me hice un lavado de culo, lo tengo muy limpio.
Mi tío sonrió.
— muy bien, es hora de dilatarte ese ano con mi lengua.
Me puse en cuatro. El se acercó a mis nalgas. Las comenzó a acariciar y luego a apretar. Pasó su labios por ellas y luego su lengua.
— lista mi esposa? Te voy a dar placer, te dejare la vaginita buen dilatada.
— si papi
Me apartó la tanga hacia un lado y me abrió las nalgas y comenzó a lamerme. Se sentía delicioso, jamás había sentido algo así.
Su lengua estaba hirviendo. La metía en mi ano virgen. La novia y yo gemia, gemia como una puta.
— así papi, así que rico se siente, aaaaay papi aaaayyyyy.
— que rica vajinita tienes mi amor, bien estrechita. Te gusta como mi lengua entra por tu vaginita?
— aaaay siii siii papi
Mi tío comenzó a lamerme más rápido y desesperado y gruñía.
— nalgueame papiiii
Me comenzó a nalguear mientras seguía chupando.
— ayy siii papiiii asiii déjame las nalgas rojas papi
Gritaba extasiado al tiempo que me retorcia. Estuvo lamiendome una hora. Una hora de intenso y cknruo placer que me estaba volviendo loco.
Dejó de lamerme, me nalgueó fuertemente varias veces y luego me dijo que le mamara la verga.
Se la mamé con la tanga puesta, solo saqué su verga.
Había esperado mucho para ese momento. Casi me ahogaba con su verga grande y gorda y peluda, sentía los pelos en mi boca. Me la metí hasta la garganta, completamente solo para complacer a mi macho.
Luego jugué con sus bolas. Sus enormes bolas rellenas y muy peludas.
Me dijo que parará, se acostó boca arriba y me dijo que hiciéramos un 69.
Mientras le mamába la verga el me chupaba el ano y me nalgueaba.
Duramos así media hora hasta que dijo que no aguantaba más, que quiera penetrar a su esposa. Yo seguía con mi disfraz de puta.
Me abrió las piernas, apartó la tanga un poco, me escupió el ano, lo cual me excitó más y luego me miró de forma salvaje.
— por fin te voy a dar placer como te mereces mi amor, tu macho te va a cumplir. Quiero ver tu cara cuando te entre mi vergota.
— si amor.
— te la meteré despacio, luego que tú vaginita se acostumbré te daré como todo un macho.
— si mi amor.
Puso su cabeza en mi ano y comenzó a entrar. Empecé a quejarme, estaba muy gorda y me dolía, no fue como cuando me metió la lengua.
— ayyyy.
Me quejé pero también gemí.
— te duele mi amor?
— si, pero sigue, la tienes muy grande amor.
— si, tu macho es todo un hombre, y mi vergota es solo para ti mi amor.
Comenzó a meterla más hasta que entró la cabeza.
Yo me quejaba, gemía.
— ya entró la cabeza, amor, ya te la empezaré a meter.
— hazme lo que quieras amor, ni importa, duele pero se siente rico, quiero complacer a mi macho cachondo como buena esposa.
Sonrió y la metió más.
— te gusta? Te gusta sentir como tú vergota entra por mi ano virgen?
— si amor.
Gimió.
— te gusta haberme desvirgado?
— ayy si mi amor.
— te gusta estar cojiendote a alguien menor de edad?
— me encanta, amor.
Gimió y me la metió un poco más.
— te gusta estar cojiendote a tu sobrino?
Dije gimiendo.
— siii me excita mucho amorrr.
Me la metió hasta que entró toda.
Sentía que me me partía en dos. Pero al mismo tiempo se sentía delicioso.
— ya no puedo más amor, quiero darte fuerte!
— dame fuerte amor! Todo lo que quieras para que sientas rico, soy tu esposa y te voy a complacer en todo.
— ayy amooorrrr
Comenzó a darme más fuerte. Comencé a gritar, me dolía pero el saber que era mi tío el cachondo, el perverso, el que me volvía loco me gustaba.
El gruñía y empujaba rápido. Jadeaba y me apretaba los pezones.
Yo gemia y gritaba como una perra en celo. Gritaba de placer, me dolía pero era un dolor rico.
— te gustó que me haya vestido como una esposa puta? Papii
— si mi amor, siiii me volviste loco, me calentaste más.
— papi dame de a perrito.
— cómo tú quieras mi amor, aquí tu macho te complace en todo.
Me puso en cuatro pero antes de que me la metiera le dije:
— métemela de golpe papiiii, toda hasta dentro, sin piedad.
— haré lo que me pidas mi reina. Aaaaahhhhhhh gimió.
Me la metió de golpe hasta el fondo.
— aaaaaaaaaaaaayyyy
Grité de dolor y al mismo tiempo de placer.
Sentía sus enormes y peludas bolas comprimidas en mis nalgas.
— te gustó? Amor te gustó toda dentro?
— si amor, que buen macho, dame fuerte que tus bolas me gulpeen las nalgas.
Comenzó a darme fuerte, muy salvaje. Gruñía y gemía de placer.
De lo fuerte y rápido que me daba sentía que me iba a venir.
— me voy a venir papi, me voy a venir amor!!
Y ni siquiera me estaba tocando la verga.
— te daré más fuerte para que te vengas amor.
Le dio más fuerte y rápido.
— papiiiiiiiiiiiiiii
Me vine dentro de de la tanga y solté varios chorros de leche.
— que rico mi amor, te hice venir a pura ensartada.
Yo me moría de placer, se sintió delicioso, jamás había sentido algo así y quería seguir sintiéndolo.
— te haré que te vengas toda la noche amor.
Duramos una hora, yo ya sentía solamente placer. Me dominaba y me gustaba.
— quiero sentarme sobre ti amor.
Se acostó boca arriba y me senté sobre él.
Comencé a darle sentones, me encantaba ver su cara de placer.
Le tocaba su enorme pecho mientras daba sentones.
Comencé a gemir y a gritar como una puta, como una perra en celo.
— ayy papi, ayyy te gusta sii? Aaayy Sii? Ay
Grité más fuerte por qué volví a venirme dentro de la tanga.
— mi amor, me encanta.
Mis nalgas rebotaban en sus bolas, luego las comprimia con mis nalgas.
— házme aaaaahh, házme el revienta huevos amor. Dame fuerte, brinca fuerte hasta que me revuebyes las bolas.
Comencé a brincar más fuerte y más recio y seguía gritando como perra.
— ay mi amooooor que rico, déjame darte, tu macho te quiere hacer tener muchos orgasmos.
Me quité. Me dijo que me abriera de piernas.
Me la metió de golpe. Empujaba con fuerza y salvajemente. Me besaba ñ, luego jugaba con mis pezones.
— ya siento las bolas duras, ya están bien llenas de leche, me van a explotar los huevos amor.
— preñame amor ! Preñame papi!
Comenzó a darme más fuerte.
— te voy a preñar! Aaaaaaah amor!
— sii amor ya no puedo más, mis huevos van a reventar.... Ahí te van mis hijos !!! Gritó de placer.
Soltó varios chorros de leche. Sentí como mi ano se llenaba y aunque ya se había venido me seguía bombeando.
Soltó un gruñido y luego puso su cara en mi pecho.
— que rica esposa tengo.
Dijo jadeando.
— y yo un macho cumplidor y preñador.
— mañana te vuelvo a cumplir mi esposa hermosa.
Nos quedamos dormidos, habíamos gastado todas nuestras energías.
Me dolía el ano, pero me gustaba, me gustaba la sensación de la leche de mi tío escurrime desde mi ano.
Mi tío me había hecho muy feliz y de seguro al siguiente día me vería a hacer su esposa.
Fin de la parte 2.
continua parte 3 .
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