Tumgik
#lo que me molesta es que hagan como que todo esto salió de la nada como una excusa para vender merchandising con estilo invernal
elbiotipo · 4 months
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Y, sí, voy a armar el arbolito, porque me encanta la idea y las cosas brillosas, y sí, me cae bien Papá Noel que vive en el polo sur y tiene una canoa arriada por carpinchos. Lo que no voy a tolerar es que me digan que Navidad es una porquería comercial estilo "Winterfest" como en los Sims, cuando yo la festejo acá en el calor con 35°C comiendo helado y vitel tonné. Por que piensan que armamos el pesebre, para festejar el invierno? Por que piensan que mis abuelos me contaron de los reyes magos y del Niñito Dios? por que sabemos que hay gente que no festeja la navidad, y está bien que no lo hagan, porque no es parte de sus creencias? Las cosas tienen significado. Contra eso voy, por sobre todas las cosas. Contra la falta de significado.
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lifegeez · 1 year
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Jacarandas de nuevo
Reflex hoy es 12 de marzo... Lol hoy fue el cumpleaños de ese chico ahora que recuerdo aquél Pedro.
Bueno, buenos días... Digo noches.
Me siento un poco triste Reflex. A pesar de que ya intenté superarlo de no sentirme mal de intentar hacerme la fuerte no quita que me duele. Me duele mucho y me frustra mucho más.
Verás reflex en 2023 estás a punto de terminar la prepa en 4 días es tu cumpleaños y bueno sí digamos que últimamente hay un tema que llena tu cabeza.
Las chicas de mi prepa van a tomarla y harán un paro. Al inicio no estaba muy de acuerdo pero al final pues ni en contra ni a favor que hagan lo que quieran no voy a estorbar.
El punto es que pensaba ayudarlas con sus pláticas pero salió mal. Me sacaron por haber defendido a J.
Las chicas k conozco que están dentro del grupo /manifestación son:
A.
D.
D.
Y.
S.
Y bueno al menos las que me "importan".
Aquellas chicas me sacaron por:
[3/10, 1:16 PM] A. : Eres encubridora de J. , el cual es un agresor, acosador y violador[3/10, 1:16 PM] A. : No podemos mantenerte en el movimiento
Han pasado 2 días verdad? Por qué me sigue afectando? Por qué me sigue doliendo? Por qué me hace llorar? Por qué lloro?
Me duele la garganta Reflex, siento el nudo lo siento duro. Me gustaría gritar quiero gritar con todas mis fuerzas que el viento se lleve mi grito y con el mi enojo y mi tristeza.
Creo que me duele o me molesta porque me sacaron de un grupo. En mi vida me habían sacado de un grupo, toda la vida he intentado ser una persona buena, neutral alguien que sea visto como bueno y al final me sacaron.
Al final ya no soy parte de. Me duele porque ahora me ven como "Encubridora" desde mi perspectiva Reflex. Verás
Opino lo siguiente :
Yo no sé si J lo hizo o no, tampoco sé si los testimonios dicen la verdad o no. Por que en efecto hay 1 testimonio de abuso s. Y 3 de acoso en persona.
Si hay 4 testimonios lo lógico sería creer que quien miente es él no? Pero la cuestión es que no he escuchado su versión de los hechos.
Para mi no estoy de lado de nadie estoy en un punto neutro. En ningún momento estoy siendo encubridora porque yo no estuve ahí.
Me molesta. Al final me sacaron y digo está bien mi ideología no corresponde con la suya, entonces comprendo. Solo me queda hacer de otra forma mi lucha.
Pero ahora pasó que una amiga publicó un cartel de que hacer mañana para el paro teniendo cuidado y todo y yo lo pasé al club de idiomas. Pensé que ya se podía publicar debido a que ya estaba en público pero resultó en que no, entonces alguien puso "funen a Angie" además alguien más escribió "Angie me lo pasó"...? Yo no le pasé nada a nadie en privado. Solo lo pase al club de idiomas...
Reflex me agota todo esto ya no quiero escribirlo me quiero dormir, no sé quiero hacer cualquier otra cosa que escribirlo.
quiero ser fuerte. Quiero verme fuerte, quiero ser muy bad ass así mira.
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Seré así mira no sé quien haya dicho que "yo le pasé" no tengo razones para volverme agresiva pero tampoco debo mostrarme débil. Me mostraré como soy y a ver como se dan las cosas.
Haré mis propias pláticas mixtas para mujeres, hombres y no binarios, etc.
Sí puedo esa será mi forma ánimo ÁNIMO ÁNIMO. Recuerda que todo pasa por algo y todas esas personas que te dejen de hablar o que te hagan el feo comprenderás que no son verdaderas.
No confíes en nadie ni por más cómoda que estés con ellos. Solo confía en
X/ L
Y C.
Los demás no.
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random-esfp · 3 years
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Hola, vi tu respuesta, muchas gracias.
Es esta:
Diferencias ISFJ e INTP
ISFJ muy ordenado, sobre todo estéticamente, muy dedicado a los demás, muy centrado en los detalles, pero no tanto en hacer las cosas de nuevas maneras o pensar diferente. Pone por delante los valores colectivos (lo que hace sentir bien, lo que es tradición, lo que ed más armonioso) que la consistencia lógica de sus acciones. Les aterra que les vean como egoístas o poco cariñosos/dedicados/ayudadores. Se ofenden fácilmente pero lo reprimen para no causar fricción con los demás.
INTP siempre se está preguntando cómo funciona esto o lo otro, quiere entender por encima de todo, no es nada bueno con los detalles pero es bueno viendo las cosas desde nuevas perspectivas, se olvida frecuentemente de las necesidades de otros y las propias. Antepone la consistencia lógica antes de realizar una acción o decir una opinión. Les aterra que los vean como incompetentes o poco inteligentes. No se ofenden fácilmente pero aun así reprimen casi todos los sentimientos por miedo a que les hagan daño.
Ahora todo está más claro para mí, sin embargo tengo algunas dudas sobre mi mbti type.
Primeramente no soy nada ordenada, pues puedo mantener mi cuarto súper desordenado durante semanas. De hecho, solo lo ordeno porque mi papás me obligan. Siempre he preguntado cómo funciona algo y por qué. Sí que quiero sobre todo entender, desde que tenía 4 años (o tal vez tres) les hacía preguntas a mi papás como: ¿Pa, cómo funciona esto? Ahh, ¿y por qué? ¿Sí, sí, eso es obvio pero quiero saber más a fondo cómo funcionaaaaa y por quéeee? Algo así... Cuando crecí ya empecé a investigar yo sola, algunas veces sigo preguntando, si no encuentro nada de información o poca información. Me importan mucho mi familia y mis amigos, aunque no lo demuestro mucho, no muestro mis emociones. Creo que soy algo distanciada de las demás personas. Creo que puedo ser sensible muchas veces, cuando veo un pobre por la calle, siempre les pido a mis papás que le den algo de dinero o de comer, etc. Pienso que los valores colectivos sí son importantes, pero antepongo la consistencia lógica. Soy detallista y perfeccionista, pero más al hacer trabajos que al interactuar con personas; también soy muy buena viendo algo desde diferentes perspectivas. Me olvido mucho de mis necesidades: de comer, tomar, dormir, etc. Y me aterra muuuucho que me vean como incompetente o poco inteligente. Por eso, en temas que requieren inteligencia siempre quiero ser la mejor, por miedo a que si no soy la mejor, no me vean como una persona inteligente, la más inteligente o a que me vean como una persona incompetente. Por último, no me ofendo fácilmente, a menos que me digan "tonta" o "no eres inteligente", lo cual si bien sé que no es cierto y en verdad no lo es, me molesta demasiado.
Dicho esto, ¿Crees que sea ISFJ o INTP? Hice un test de funciones cognitivas para guiarme un poco y me salió que soy Ti dom, si eso ayuda. Además, creo que soy eneatipo 5; aunque antes me confundía entre si era 3 o 5; pero llegué a la conclusión de que no soy 3, sino 5, ya que los motivos que yo tengo para ser la mejor son diferentes a los del 3.
Espero tu respuesta, y perdón por la larga pregunta.
Absolutamente todo lo que has dicho es de INTP, no veo rasgos de ISFJ por ningún lado jajaja
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mutantrice · 3 years
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ㅤㅤㅤㅤ┏ ㅤㅤㅤㅤㅤLet's go. ㅤㅤㅤㅤㅤ𝑃𝑟𝑖𝑣𝑎𝑡𝑒 𝑅𝑜𝑙𝑒 𝑤/@blackwaterlilies
El silencio en la habitación de su pareja era abrumante, había algo que no encajaba que la llevaba al punto de no poder conciliar el sueño, Gin se removió en los brazos del varón acurrucándose y buscando consuelo cuando la voz de su hermanita resonó en su cabeza. « 𝑮𝒊𝒏, 𝒔𝒊 𝒎𝒆 𝒐𝒚𝒆𝒔, 𝒆𝒔𝒕𝒐𝒚 𝒆𝒏 𝒍𝒂𝒔 𝒂𝒇𝒖𝒆𝒓𝒂𝒔 𝒅𝒆𝒍 𝒄𝒂𝒎𝒑𝒖𝒔...𝒒𝒖𝒊𝒆𝒓𝒐 𝒓𝒆𝒈𝒓𝒆𝒔𝒂𝒓 𝒄𝒐𝒏𝒕𝒊𝒈𝒐...𝑷𝒐𝒓 𝒇𝒂𝒗𝒐𝒓, 𝒗𝒆𝒏. » Casi de inmediato se levantó de golpe, aquella sensación de incomodidad que la venía persiguiendo tenía nombre y apellido. Se volvió a vestir a las prisas y salió de la habitación sin dar explicaciones para dónde iba. A medida que avanzaba la voz de su hermana era mucho más potente en su cabeza y gracias a eso fue que la encontró. — ¡Meghan! —llamó con el tono bastante elevado e imperativo sin importarle que le escucharan. Tenía el rango más alto en estos instantes, por lo tanto el miedo a que le hagan algo era prácticamente nulo— ¡Meghan, Kit! —volvió a llamar, segura de que su compañero estaba con ella.— Salgan antes de que llame a los Tenientes o haga algo que no quieran. La agente se encontraba impaciente al silencio que ahora existía en el ambiente, ella ahora decidida avanzó un paso y posó la mirada en la puerta de la cabaña que se extendía frente a su persona, con esto, no necesitó concentrarse para intentar abrirla, cosa que no salió bien debido a que algo impidió a que la misma se abriera.— Meghan, sé que estás ahí y hazte a un lado. —advirtió esta vez avanzando a su objetivo sin miedo alguno, posicionó la mano e hizo el movimiento de la puerta abrirse con la mano; obedientemente la misma se abrió de golpe haciendo un fuerte estruendo al chocar contra la pared, Ginevra no detuvo su paso hasta que estuvo dentro. Suspiró pesadamente cuando todo en su interior estaba oscuro— Meg… —pidió en voz alta esta vez con el tono más suave para calmar el miedo que probablemente sentía su hermana, ella terminó cerrando los ojos en busca de su presencia y así hablar en su cabeza— “𝘌𝘯𝘤𝘪𝘦𝘯𝘥𝘦 𝘭𝘢𝘴 𝘭𝘶𝘤𝘦𝘴, 𝘯𝘰 𝘭𝘰𝘴 𝘷𝘰𝘺 𝘢 𝘥𝘦𝘭𝘢𝘵𝘢𝘳… 𝘷𝘦𝘯𝘨𝘰 𝘢 𝘭𝘭𝘦𝘷𝘢𝘳𝘵𝘦 𝘺 𝘢 𝘤𝘶𝘪𝘥𝘢𝘳𝘵𝘦 ¿𝘚𝘪́? 𝘌𝘯𝘤𝘪𝘦𝘯𝘥𝘦 𝘭𝘢𝘴 𝘭𝘶𝘤𝘦𝘴, 𝘱𝘰𝘳 𝘧𝘢𝘷𝘰𝘳”
El hecho de escapar, no le generó más que pánico. Meghan estaba completamente asustada y no sabía que era lo que podía esperar cuando su hermana llegase. Muchas cosas pasaban por la cabeza de la niña. Si había hecho bien en escapar con Kit, o si simplemente debió de hablar con su hermana, que últimamente el interés de la mayor de las Alsbury estaba en alguien más que Meghan. — Shhh, hace silencio Meg..—musitó el niño en voz baja y Megan le observaba. Era de noche y ambos estaban a oscuras. — "𝗧𝗲𝗻𝗴𝗼 𝗺𝗶𝗲𝗱𝗼, 𝗚𝗶𝗻.." —le transmitió el mensaje mentalmente a su hermana que se encontraba a tan solo pocos metros. — No puedo hacer esto, Kit.. —respondió la niña e hizo lo que su hermana le pidió mentalmente. De sus manos se generó una esfera de luz que se terminó dividiendo en dos. Una de ellas se dirigió hacia donde la mayor se encontraba, para dirigirle el camino hacia donde la menor se encontraba. Pero Kit, a diferencia de ella decidió salir corriendo. —¡Kit! —susurró por lo bajo al ver que éste se iba. Y en ese momento se encontraba ella sola. A la espera de cualquier cosa. Sobre todo el regaño de su hermana, no sabía si realmente ésta podía delatarla frente a los demás.
La sangre seguía recorriendo palpitante en su sistema, ella seguía molesta con la menor por escaparse del lugar más seguro que conocía en la tierra por lo que cuando su hermana volvió a hablar en su cabeza, esta giró en busca de la voz, pero por más de que la visualizaba en su mente no podía dar con la ubicación física en aquella oscuridad, prácticamente estaba a ciegas y obviamente no quería lastimarla, por lo tanto no usó sus poderes.
Escuchaba los murmullos y no entendía lo que sucedía hasta que el lugar se iluminó tenuemente con las esferas de luz de la menor, su cuerpo siguió el camino indicado hasta que llegó dónde debía. Sus ojos se abrieron de golpe y la sangre dejó de circularle por el cuerpo, rápidamente se arrodilló ante su hermana para sostener el pequeño cuerpo entre sus brazos— ¿Estás bien? —preguntó alarmada. Las mejillas de la menor estaban mojadas por las lágrimas que dejaba caer en silencio, tuvo que separarla de su cuerpo para analizarla mejor en ese pequeño espacio iluminado, le dio la vuelta y la miró de pies a cabezas, no había sangre ni nada más alarmante que la nariz roja, cachetes mojados y ojitos hinchados— Meg... pequeña. —susurró volviéndola a apretujar contra su cuerpo— Ya estoy aquí, no tengas miedo.
Su mano acariciaba el cabello de la menor mientras intentaba consolarla, plantó un beso en su sien y así tomó el rostro entre sus manos, limpiando con los pulgares las lágrimas derramadas— ¿Qué pasó? ¿Dónde está Kit? —cuestionó mientras miraba a los lados— Ilumina si puedes todo este lugar, tenemos que volver a casa antes que Aleksander decida levantarse de la cama y buscarme, solo salí de golpe, me asustaste. —habló con rapidez mirando a sus ojitos cafés— Todo está bien, no te van a lastimar —aseguró asintiendo con la cabeza y tenía razón, la protegería con alma y cuerpo de ser necesario— No le diremos de esto a nadie, pero necesito a Kit para volver.
La voz de su hermana se oía cada vez más cerca. Hasta que finalmente la mayor dio con ella. De sentir inseguridad y miedo ante lo que podía suceder, lo único que la tranquilizó fue el abrazo que su hermana le dio en aquel instante. Llena de preocupación observó a la niña mientras esta lloraba sin cesar. — Perdóname Gin..—susurró entre lágrimas y se dejó abrazar por su hermana. Después de varias horas estando fuera, finalmente sentía seguridad entre sus brazos. Siempre había sido así. Los brazos de su hermana fueron los únicos que la calmaban en todo momento. — Nos quisimos escapar..—musitó la jovencita mientras observaba a su hermana. — No me siento cómoda allá..tengo miedo. —ya había pasado por demasiadas cosas en un solo lugar y era normal que la niña se sintiera de esa forma. Más cuando su hermana la había perdido más de vista desde hacía un buen tiempo. — Pero yo no pude, Gin..—susurró por lo bajo hundiendo su rostro entre sus propias rodillas. — Kit se fue, te escuchó y se fue..—susurró y levantó el rostro. — Debe estar a kilómetros ahora mismo, Gin..—comentó recordándole que el niño mutado tenía el don de moverse de un sitio a otro con un simple salto. — ¿Estaré en problemas? —susurró por lo bajo temerosa al escuchar lo que dijo de Aleksander. — ¿Kit estará en problemas si no regresa? —sus ojos se mantenían brillantes por la tristeza que estos denotaban. — Prometo que no volverá a pasar.. —ahora fue ella quien se abrazó a su hermana. Lo estaba diciendo de en serio. Por aquel momento se había dejado llevar por su mejor amigo y por una vida llena de libertad, pero había consecuencias que Meghan no quería afrontar. — Lo siento, Gin.
La escuchaba con atención, veía el dolor en aquellos ojos que solo provocaban que el corazón de la mayor se achicara y apretujara. Tragó saliva frunciendo las cejas mientras pensaba en alguna solución por lo que acababa de ocurrir, ella debía de volver e intentar desviar las cámaras para que no las vieran entrar o bien, pensar alguna excusa que fuera lo suficientemente creíble.
La seguía abrazando desde que ella volvió a lanzarse a sus brazos, ella levantó la mirada en busca de respuestas coherentes para la menor— En primer lugar no quiero que te preocupes por él, Alek no es tan serio como crees y creo que podemos hacer una excepción a las reglas. —trató de dibujar una sonrisa en sus labios, pero sus expresiones revelaban la preocupación— Y tampoco te preocupes por Kit, vamos a encontrarlo.
Ginevra volvió a separarla de su cuerpo— No quiero que llores más y no quiero que te disculpes, las cosas ya están hechas y no lo hiciste a voluntad propia ¿No? —preguntó mirando directamente a sus ojos— El campus puede ser enorme, tenebroso e inclusive con muchos secretos, pero ¿Sabes quién sabe todos esos secretos? —la mujer se autoseñaló y asintió con la cabeza, confirmando sus palabras— Si el lugar era malo, no nos iba a dejar aquí, nos íbamos a ir lejos... muy lejos, pero mira el lado bueno tienes tu propio cuarto, comes lo que quieres, tienes amigos acá y además quién sabe, pronto tendremos casa propia. —trató de animar a la menor. Gin volvió a colocarse de pie y extendió su mano para que la tomara— Venga, vamos a hablarlo mejor en tu habitación. Me quedaré contigo esta noche, como los viejos tiempos ¿Qué dices?
De a poco su voz calmada la terminó de tranquilizar. Las lágrimas ya no eran derramadas. Meghan escuchó cada palabra de Ginevra con atención y asintió al escuchar todo lo que ella le decía. — No sé si podamos recuperar a Kit, estaba muy ensimismado con el hecho de querer huir, Gin..—respondió a su hermana y en cierto punto era cierto. —No, fue por miedo...y porque Kit me decía que era lo mejor que podíamos hacer..—comentó y cuando su hermana Gin se levantó, le tomó de la mano cuando ella se la ofreció. Al ser mucho más grande que Meghan, sabía muchas cosas que ella no. Y pensaba que si algo malo podía suceder, sería la primera en hacer algo por el bien de ambas. El plan de Gin para el regreso le sonó bastante interesante a Meghan, por lo que asintió. — Como en los viejos tiempos, sí..—repitió y le sonrió no sin antes darle un abrazo. — Volvamos...
— ¿Lo mejor? —reclamó la mayor mientras negaba con la cabeza repetidas veces, no estaba de acuerdo con ello y en verdad agradecida estaba de que su hermana la llamara. No tenía idea de lo que iba a ser capaz de hacer si es que no la encontraba al día siguiente en su habitación.
Gin no mencionó palabra alguna cuando comenzaron a caminar ya en dirección al edificio, sus pasos eran largos, seguros y sus sentidos estaban al tanto de lo que pasaba a su alrededor; una de las cosas que mejor dominaba era su estado de alerta, de por sí era bastante ansiosa y haber aprendido a controlar eso, simplemente salió a su favor.
— ¿Miedo a qué en concreto? —cuestionó en un muy silencioso susurro acercando el cuerpo menor al propio, prefería tenerla cerca por si alguien salía de entre los arbustos o bien las cámaras la interceptaban— Yo creo que esto es como un castillo ¿Sabes? Y nosotras somos sus princesas, nos cuidan y en cierta forma nos protegen, pero en realidad son ellos los que nos tienen miedo. —se encogió de hombros— Por eso somos todos amigos, para pues llevar la paz. —comentó bajando la mirada unos instantes a Meg— ¿O cómo tú lo ves?
—A que nos pueda suceder algo...— Meghan aún no veía aquel sitio como un lugar seguro, pero lo que su hermana mayor le había dicho en aquel momento, realmente era cierto. Ellas eran quienes tenían poderes sobrehumanos. Ellas podían ejercer ese poder por sobre los demás. Ellos mismos se lo habían hecho, pero asintió cuando su hermana dijo todo aquello.. — Creo que tienes razón, ellos deberían o deben tenernos miedo..—en aquel momento decidió relajarse y pensar en que estar allí cerca de su hermana y entrenando para usar mucho mejor sus poderes era la mejor decisión que podía tomar. Aunque su mejor amigo no pensaba lo mismo, ella sí. Con la edad que ambos tenían siempre era fácil poder llenar la cabeza de la otra persona con ideas, y como Meghan confiaba mucho en Kit se dejó llevar por el momento. —¿No pensará algo tu novio que dormirás con tu hermana esta noche? —Meghan era una niña entrando en la adolescencia y tonta no era. Aunque no lo conocía mucho, no le temía pero sí le tenía respeto. — ¿Cómo vamos a entrar sin que sepan? ¿Usarás tus dones? ¿Sabes hacer algo nuevo? —preguntó a su hermana. Siempre que el tiempo pasaba, ambas hermanas podían notar como su mutación crecía de alguna manera ya que cada vez que podían, realizaban algo nuevo con sus poderes.
Se sentía mucho más tranquila al darse cuenta que su hermana comenzaba a entender cómo las cosas se llevaban dentro de las fuerzas especiales y aunque Meghan podría ser la más pequeña de ambas, no se quedaba atrás con toda la información que lograba recopilar en aquel silencio constante que solía mantener y aquellas últimas cuestionantes simplemente confirmaron sus pensamientos.
Sin poder evitarlo la mayor se había reído— ¿Mi novio? —cuestionó de forma retórica mientras negaba con la cabeza un par de veces. Se suponía que nadie en la agencia sabía lo que pasaba entre ella y Aleksander, aquella aventura que ambos juraban que era secreta; dónde ella esperaba a que su hermana menor durmiera para ir a visitar el cuarto del mayor, pero ahí estaba la menor de las Alsbury mencionando y titulando una relación que ni ella misma daba por sentado, sus mejillas se encontraban acaloradas por el sonrojo que no tenía idea de cómo formular sus respuestas— Él, el no es mi...
Para este punto ambas habían llegado frente a las grandes puertas de metal, Ginevra logró escuchar movimiento justo antes de que las puertas se abrieran de par en par, por lo tanto utilizó su propio cuerpo como escudo de la menor y concentró su fuerza para liberar aquellas ondas de electromagnéticas que las volverían invisibles a cualquier ojo humano.— 𝗠𝗲𝗴𝗵𝗮𝗻, 𝗴𝘂𝗮𝗿𝗱𝗮 𝘀𝗶𝗹𝗲𝗻𝗰𝗶𝗼. —ordenó en la mente ajena y aún con el cuerpo entre el de ella y el guardia siguió avanzando esta vez de forma mucho más sigilosa.
« ¿Quién anda ahí? » preguntó el hombre, Gin solo colocó uno de sus dedos sobre sus labios y sosteniendo a su hermana detrás de ella, la hacia avanzar hasta aquellas puertas que estaban abiertas— 𝗨𝗻𝗮 𝘃𝗲𝘇 𝗱𝗲𝗻𝘁𝗿��, 𝘃𝗮𝗺𝗼𝘀 𝗮 𝗰𝗼𝗿𝗿𝗲𝗿, 𝗹𝗼 𝗺𝗮́𝘀 𝗿𝗮́𝗽𝗶𝗱𝗼 𝗾𝘂𝗲 𝗽𝘂𝗲𝗱𝗮𝘀 𝗵𝗮𝘀𝘁𝗮 𝗻𝘂𝗲𝘀𝘁𝗿𝗮 𝗵𝗮𝗯𝗶𝘁𝗮𝗰𝗶𝗼́𝗻, 𝗿𝗲𝗰𝘂𝗲𝗿𝗱𝗮 𝗻𝗼 𝗽𝗶𝘀𝗮𝗿 𝗱𝗲𝗹 𝘁𝗼𝗱𝗼 𝗽𝗮𝗿𝗮 𝗻𝗼 𝗵𝗮𝗰𝗲𝗿 𝗿𝘂𝗶𝗱𝗼. —volvió a hablar en la cabeza de su hermana— 𝗟𝘂𝗲𝗴𝗼 𝘁𝗲 𝗲𝘅𝗽𝗹𝗶𝗰𝗼 𝗽𝗼𝗿𝗾𝘂𝗲́ 𝗻𝗼 𝗻𝗼𝘀 𝘃𝗲.
Cuando su hermana le negó que el Agente Lennox no era su pareja, Meghan rodó los ojos. Pero luego de eso ambas hicieron silencio. Ya habían llegado a las grandes puertas que abrían el camino hacia el espacio cual llamaban hogar desde que tenían memoria. A veces no entendía por qué no podían vivir en un sitio completamente normal en lugar de estar rodeada de guardias y de otros agentes. Ginevra se encargó de cubrir a la menor, aunque ésta no entendía por qué lo hacía. Pero empezó con la idea de que su hermana había estado practicando un poco más con los poderes que le habían otorgado. Ella estaba en la misma situación, siempre había algo nuevo que aprendía y se sorprendía de lo poderosa que podría llegar a ser algún día. Le hizo caso en todo lo que dijo y una vez que ingresaron juntas al lugar, ambas se echaron a correr, pero Meghan decidió llevar su calzado en las manos para evitar que el choque de sus zapatos hicieran ruido sobre el suelo. De vivir en un lugar así, Meg aunque no lo pareciera era bastante ingeniosa cuando se trataba de hacer algo que estuviese fuera de las reglas. Aquella adrenalina, solo la alentaba. Una vez que ambas llegaron a la puerta de su habitación, ambas ingresaron con rapidez y apagaron las luces, dejando simplemente la más chica encendida. — ¿Cómo hiciste para que no nos vieran? Ahora que estamos ya donde queremos, quiero que me cuentes..
Sus pasos eran acelerados pero a la vez, precisos; Ginevra se había vuelto una mujer bastante ágil y pues gracias a sus habilidades podría lograr pasar desapercibida si es que así ella lo deseaba. Ni bien doblaron el último pasillo, las risas comenzaron a escaparse de sus labios y una vez dentro la carcajada se hizo presente en la mayor.
El campo de energía se había dispersado y la mayor caminó, ahora con lentitud a su cama— Puedo hacer que las cosas sean invisibles, cosas y personas. —dijo ella con una sonrisa algo orgullosa en los labios, su espalda se dejó caer sobre el colchón fijando la mirada en el techo— Digamos que hay varias cosas más que puedo hacer, otras que necesito perfeccionarlas todavía y otras que lo hago sin siquiera pensarlo, por ejemplo, ya sabes, mover las cosas y romper cosas.
Gin volvió a incorporar su cuerpo para poder ver a su hermana menor— ¿Vas a venir a dormir conmigo o no? Debemos descansar, se nos viene un día pesado mañana, no sé porqué presiento que tanto el teniente como el segundo al mando no van a estar de buen humor.
Sonrió sorprendida. Los poderes eran cada vez más fuertes y con ella misma podía notarse. — Qué no has roto..—se echó a reír y asintió cuando Ginevra le dijo de acostarse juntas a dormir. — Osea que lo que has dicho de tus poderes también de alguna formas sucederán con los míos, ¿no? —preguntó pero luego se acurrucó en los brazos de su hermana. — Ha sido un día tan largo que realmente necesito cerrar los ojos.. pero prométeme que esta no será la última vez que dormiremos juntas, Gin..—susurró por lo bajo mientras cerraba los ojos para quedarse completamente dormida. Ya luego sería otro día el cual debía enfrentar.
Rol Finalizado.
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0takudl · 4 years
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Diabolik Lovers Dark Fate: Azusa, Prólogo Maniac
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Traducción en inglés por @akuichansera​.
Dark 10 - Epílogo Dark
Traducciones Dark Fate
-Sala de estar.-
Yui: … *Suspiro.*
(Después de que Azusa-kun despertara, parece estar actuando extraño. )
(Después de todo, debe de ser por el brazo... )
Ruki: Oye, Yui.
Yui: Ah, Ruki-kun...
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Ruki: … ¿Cómo está Azusa?
Yui: Bueno... Sus heridas ya han sanado.
Pero es como si su cuerpo estuviera falto de espíritu...
Ruki: … Ya veo.
Yui: ¿Qué sería mejor que hiciéramos... ?
En lugar de quedarse conmigo, sería mejor que se quedara con ustedes, ya que siempre han estado juntos.
Además, mis palabras no le llegarán...
Ruki: No seas tan pesimista.
Si tus palabras no le llegan, seguramente las nuestras tampoco.
Yui: Supongo...
Ruki: Al final, tú eres la única que lo entiende mejor.
Te confiaré a Azusa.
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Yui: … De acuerdo. Daré lo mejor de mí.
-Dormitorio.-
Yui: Oye, Azusa-kun. ¿Quieres dar un paseo?
Azusa: … ¿Un paseo?
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Yui: Sí. Estaba pensando que sería bueno tomar algo de aire fresco... ¿Quieres?
Azusa: Iré si quieres.
Yui: ¡Gracias, Azusa-kun! ¡Entonces vayamos!
(Me alegra que se me una... Tal vez esté empezando a alegrarse un poco. )
(Ahora hay una oportunidad para que acepte su brazo... )
-Bosque.-
Yui: … Está completamente oscuro...
Azusa: Es porque aquí estamos en medio del eclipse lunar.
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Yui: Sería bueno que terminase pronto.
Azusa: Sí, sería bueno...
… Me gustaría ver el cielo azul.
Yui: Azusa-kun...
*Después de un tiempo.*
Yui: Oye, ¿podemos adentrarnos más en el bosque? Hay algo que quiero mostrarte.
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Azusa: … Claro. ¿Dónde?
Yui: Por aquí.
(Si pudiera, me gustaría mostrarle un cielo azul tan pronto como sea posible. Pero... )
(Me gustaría regresar rápidamente al Gekai con todos... )
-Jardín de flores.-
Yui: Llegamos, Azusa-kun.
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Azusa: … ¿Un campo lleno de... flores rojas?
Yui: Son las flores del eclipse lunar. Reiji-san me habló de ellas.
Existen unas flores especiales que solo brotan cuando hay un eclipse lunar en el Makai.
Cómo decirlo... Son flores tan hermosas, que su belleza asusta un poco.
Me emocioné mucho con ellas, así que quería que tú también las vieras.
Azusa: … Sí, son hermosas, esta es la primera vez... que veo una flor tan extraña.
Yui: Jeje, son bastante increíbles, ¿no?
… Me alegra poder verlas junto a ti.
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Azusa: Sí... … Pero...
Yui: ¿Eh... ?
(¿Algo anda mal? Su expresión estaba suavizada, pero ahora se ve en pánico... )
Azusa-kun, ¿qué sucede?
Azusa: Incluso estas flores son útiles. Llenan tus ojos y tu corazón de goce.
… Y aún así, yo... todo lo que puedo hacer es preocuparte...
Yui: … Sabes, Azusa-kun. Yo puedo ser feliz solo cuando estoy contigo.
Lo más importante... es estar con la gente que amas o con aquellos que son preciados para ti.
No importa sin son útiles o no.
Azusa: … No soy una flor.
Yui: ¿Eh... ?
Azusa: Mi existencia no está justificada solo por estar contigo. Eso no es suficiente...
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Yui: Azusa-kun...
(De una forma u otra, creo que puedo ver lo que le preocupa. )
(Pero, probablemente no haya nada que yo pueda hacer sobre ese problema que yace dentro de su corazón, ¿no... ?)
(Algo así me hace sentir débil... Es muy frustrante... )
???: … ¿Oh?
*Llega Reiji.*
Reiji: Para encontrarlos en este lugar. ¿Han venido a ver las flores del eclipse lunar?
Yui: Ah, Reiji-san. Gracias por haberme hablado sobre ellas.
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Reiji: Por nada. Son espléndidas a la vista, ¿no crees?
Yui: Sí... Estoy sorprendida. Son tan fascinantes...
Reiji: Me alegra que te gusten. Valió la pena decírtelo.
Azusa: … …
Reiji: … ? Azusa, ¿ese brazo... ?
Yui: Ah...
Azusa: … …
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Reiji: … Bueno, no importa. No me meteré en asuntos privados.
Ahora, debo irme. Las cosas aún están lejos de ser seguras. Tengan cuidado.
Yui: Sí, gracias.
*Reiji se va.*
Azusa: … …
Yui: ¿Deberíamos regresar nosotros también?
Azusa: … Sí...
-Bosque.-
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Azusa: … Dime, Yui-san.
Yui: ¿Sí?
Azusa: ¿Hablar con Reiji-san es... divertido?
Yui: Eh... Bueno, podría decir que sí.
Reiji-san sabe muchas cosas. Es divertido que te enseñen cosas que no sabes.
Azusa: Ya veo...
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Yui: (Ah, ¡sonrió... ! Siento que ha pasado mucho tiempo desde la última vez que lo vi sonreír. )
(Me alegro... ¿Se siente mejor? Si es así, eso es bueno... )
(¡Ver su sonrisa me hace sentir feliz! )
De acuerdo, mejor regresemos así podremos comer.
Hoy, prepararé lo que quieras. ¿Qué te gustaría?
Azusa: … Hmm... Bueno, cualquier cosa que te guste estará bien para mí.
Yui: ¿Cualquier cosa que me guste? Eh, ¿estás seguro?
Azusa: Sí, está bien.
Yui: (Como es él, supongo que estoy bien con eso... )
Ya veo. De acuerdo, entonces... ¿tienes hambre? ¡Tendremos una gran cena! [No dice exactamente eso, pero sino suena mal. ]
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Azusa: … Si, tengo hambre
-Cocina.-
Yui: … ¿Está bueno? Oye, ¿quieres probar esto?
Kou: Veamos~
—Mm, creo que está bueno.
Yui: ¡Sí! Lo siguiente que necesitamos sería...
Kou: Gatita masoquista. Estás de muy buen humor hoy, ¿eh?
Yui: ¿Eh... ? … ¿Por qué lo dices?
Kou: Jeje, ¡porque es obvio!
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Yuma [a Kou]: ¿Por qué estás actuando fuera de lo común? ¿Desde cuándo la ayudas tanto?
Kou: ¿No deberías decirte eso a ti mismo?
Yuma: Cállate.
Kou: Ese es mi punto~.
Ruki: Dejen la plática y continúen con los preparativos.
Kou: Está bieeen.
Ruki: Caray...
*Ruki se va.*
Yuma: Parece que Ruki también está de buen humor...
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Kou: Bueno, no puedes culparlo. Ha pasado un tiempo desde que Azusa-kun salió de la habitación.
Yuma: Ruki estaba preocupado por él.
Kou: ¡Hasta yo estaba preocupado!
Yuma: Ya lo sabemos. No tienes que anunciarlo a cada rato. Es tan molesto.
Kou: ¿¡Qué pasa con eso!? ¡Eres tan malo, Yuma-kun!
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Ruki *Desde lejos.*: ¡Kou! ¡Yuma!
Kou: ¡Sí, sí! ¡Haremos nuestro trabajo!
Yuma: Bueno, ¡traigamos eso!
*Kou y Yuma se van.*
Yui: (Jaja... Qué bien. Es inusual que todos ayuden a cocinar... )
(El simple hecho de que Azusa-kun salió de la habitación me llena de alegría. Estaba preocupada por él todo el tiempo. )
… ¡De acuerdo! ¡Hagamos una comida deliciosa para que todos disfruten... !
-Sala de estar.-
Kou: … ¡Escuché que hay fantasmas alrededor! ¡Hasta yo me asusté!
Yuma: Heh... ¿Siquiera existen? Diré que eso me pone un poco ansioso.
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Kou: ¿Ves? Cuando sea hora de regresar al Gekai, iremos todos juntos.
Suena bien. ¿Verdad, Ruki-kun?
Ruki: … Sí. No suena mal.
Kou: ¡Yei!
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Yuma: Jeje, a pesar de que estás súper ansioso, tienes una cara seria. Ruki.
Ruki: No tengo tiempo para ser cuidadoso. Tengo la intención de cuidarlos para asegurarme de que no hagan nada estúpido.
Yuma: Sí, sí, claro.
Yui: (De una forma u otra, todos parecen felices... Me alegra ver eso. )
(Ha pasado un tiempo desde que todos los hermanos se reunieron. )
(Y la cena parece satisfacer los gustos de todos... )
*Azusa trata de comer.*
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Azusa: Uah... Ah...
Yui: (No parece que Azusa-kun sea capaz de comer bien... )
Yo te lo daré. ¿Qué platillo quieres?
Azusa: Los camarones fritos estarían bien...
Yui: Entonces eso será.
Muy bien, aquí tienes. También le pondré un poco de sichimi.
Azusa: Gracias, Eva...
Yuma: Son como recién casados.
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Kou: Todos amorosos~. Hyuu hyuu~ [Suena como cupido alanzando flechas xD. ]
Yui: C-Cielos, chicos... no se rían de nosotros. ¿Verdad, Azusa-kun... ?
Azusa: … …
Yui: (… ¿Azusa-kun... ?)
-Después de un tiempo.-
*Yui toca la puerta.*
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Yui: Azusa-kun, ¿estás ahí? ¿Puedo entrar?
Azusa: … Sí, adelante.
-Dormitorio.-
Yui: (… Ah. )
Azusa: … …
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Yui: (Está mirando el cielo... La vista de su espalda lo hace parecer un poco solitario. )
(… Verlo así me hace sentir preocupada, ¿pero cómo debería comenzar a hablarle... ?)
Ehm... La cena de hoy fue divertida, ¿no? Ha pasado un tiempo desde la última vez en que todos nos reunimos así.
Azusa: … Sí.
Yui: (Lo sabía. No se siente bien... pensé que estaba actuando extraño. Así que no era mi imaginación. )
… Oye, Azusa-kun. ¿Qué ocurre? ¿Sucedió algo? Estoy preocupada...
Azusa: … … Mm.
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Yui: Si hay algo que te molesta, me gustaría que me hablaras de eso. … ¿No quieres?
No sé si puedo resolver tus problemas o no, pero es mejor que soportarlo todo por tu cuenta.
Comparte tus problemas conmigo... por favor.
*Azusa se acerca.*
Azusa: … ¡Mm! ¡¡No lo entenderías... !!
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Yui: … ¿Qué?
*Azusa empuja a Yui.*
Yui: ¿¡Kyaa!?
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Azusa: No lo entenderías...
Yui: Agh... Es cierto que no soy capaz de imaginar lo que te molesta ahora.
Pero... es por eso que quiero que me hables.
Quiero ayudarte... así que...
Azusa: Ggh— ¡Detente!
*Azusa aprieta su agarre.*
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Yui: —¡¡Ahh!!
Azusa: No me digas que quieres saber.
Eres... diferente a mí. Incluso eres amable conmigo cuando soy así...
¿Mis problemas? No lo entenderías. No sé por qué no entiendes por qué no quiero decírtelo.
Justo ahora, todas estas mentiras dentro de mí son una cosa. Hasta el presente, esto es todo lo que he tenido.
Hay dolor por todas partes. ¡No quiero que sepas cómo se siente... !
Yui: Ah, ¿¡Azusa-kun... !?
-La pantalla se oscurece.-
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Azusa: … Oye, ¿qué debo hacer? ¿Qué debo hacer para liberarme de estos sentimientos oscuros... ?
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notstopingluca · 4 years
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No Name  Capítulo 1  El Regreso y Café
Sunrise, 11 am.
Se dice que Sunrise y Springfall son dos caras de la misma monera, y cualquiera que cambie de ciudad regularmente puede notarlo.
Lo primero que notas es que en Springfall hay mucha gente que camina con un brazalete negro en la muñeca izquierda. ¿Moda? Pues no. Esas personas son basers.
“Baser”, según mis estudios, tiene origen el ese idioma arcaico de Ty en el que están las primeras historias de los Reyes y sus Coronas. Solo pocas personas vivas, si es que así se les pude decir, lo hablan en la actualidad, y esa es una de las pocas palabras rescatadas: Peligro.
Los basers siempre han existido en Ty, y tal vez en todo el mundo, y siempre han sido vistos como una amenaza, como bombas a punto de detonar. En algunos casos se tratan de personas normales con vidas normales, pero en otros…
Tomemos por ejemplo a un individuo que caminaba desgarbado por las calles de Sunrise esa mañana, con los cabellos claros formando rizos sobre su rostro y su mirada seria. Nadie le prestaba mucha atención y eso lo tranquilizaba. Era una de las cosas buenas de visitar Sunrise: ya no tenía que ir con el brazalete expuesto y la gente no caminaba a más de un metro de distancia mientras murmuraban al verlo pasar. Era un poco liberador, pero no iba a durar mucho. Nunca duraba mucho.
La fuente de Sunrise era un lugar turístico muy famoso. Era el preciso centro de la ciudad, y se encargaban de mantener el mármol del que estaba hecha limpio y reluciente, el agua limpia, los árboles bien podados y las lámparas siempre eran cambiadas apenas comenzaban a decaer.
Había niños corriendo y muchos estudiantes con uniforme del Saint Mugen, un uniforme que él mismo había llevado durante 6 años antes de que su vida se viniera abajo. Los pasó de largo, ignorando que varias chicas murmuraban a su espalda. Sus ojos llamaban mucho la atención.
La Fuente de Sunrise se encontraba en medio de una gran plaza llena de locales bonitos y uno que otro café elegante. Justo al lado de un local con un rotulo que rezaba “Óptica de la Luz” había un reloj.
11:05.
—A esta hora él ya debería estar en su oficina —pensó, mirando el gran reloj.
Miró el reloj un largo rato sin hablar hasta que escuchó un ligero bip, bip, bip saliendo de su muñeca.
No estaba listo. Se sentó en una banca de la plaza un segundo pensando en lo que hacer. ¿Por qué siempre era tan difícil? No era la primera vez que lo veía, ¿Por qué se alteraba tanto?
Respiró hondo. Primero necesitaba despejarse un poco. Se levantó y se alejó de la plaza para escabullirse entre los edificios. Camino por unos quince minutos, pero finalmente llegó a una puerta de madera, con una pizarra al pie, todavía limpia, y un cartel de metal cuyo relieve revelaba “Steel Lotus”. Empujó la puerta y una campana anunció su llegada.
—¡Korgi! —Saludó el sujeto en la barra. Jake.
El Steel Lotus tiene su historia, claro. Se dice que lleva siglos existiendo. Se ha destruido y lo han vuelto a construir, ha pasado tiempo cerrado y ha tenido años de prosperidad. No era una atracción turística, ya que siempre se ocultaba entre los edificios, sino más bien estaba hecho para la gente que vivía y conocía Sunrise.
Pero todo eso eran leyendas posiblemente. Lo que a Korgi le sorprendía es que nadie parecía notar lo extraño de Jake en sí.
¿Cuántos años tenía ese sujeto? Korgi llevaba visitando ese lugar desde que salió del Centro, hace ya casi siete años, y Jake parecía no envejecer un día, y estaba seguro qué pasarían años y el seguiría con la misma apariencia.
Pero lo que lo asustaba más era las cosas que sabía, cosas imposibles de saber. La gente intentaba no meterse con él o con su negocio por eso mismo. Muchos creían que era un espía o un investigador privado, otros que simplemente tenía una mafia detrás, pero Korgi no lo veía tan claro. Sabía, casi con certeza, que no era un humano, aunque no podía probarlo.  
—¿Qué tal tu viaje? —Pregunto Jake, sonriéndole ampliamente mientras limpiaba la barra delante de él.
Korgi se sentó sin responder. No le gustaban las conversaciones casuales, y menos ahora que estaba tan cansado. Pensándolo bien no había dormido en casi un día entero. Pensaba dormir al acabar esa misión tan complicada que llevaba una semana planeando, pero en el momento en el que se recostó en su sofá, ese mensaje llegó a su nav.
Apoyo la frente en la barra y trató de recapitular lo que pasó la noche anterior.
Condujo hasta el depósito.
Apagó la moto.
Entro en su guarida.
Se recostó en su sofá y entonces…
Bip, un mensaje. Un mensaje de alguien que sabía la frecuencia que usar para contactarlo directamente. Pocas personas lo hacían.
Pensaba leerlo más tarde, pero podía ser importante. Y luego deseó no haberlo leído.
Ven a Sunrise ya. No decía quién era, pero solo una persona le podía ordenar algo como eso de esa forma.
Tenía que volver a ver a su padre.
Hacía casi un año que no le veía en persona y siempre evitaba hablar con él. Tal vez hablaba con Shion o si tenía muy mala suerte, con Chessire. Pero su padre…
La burbuja de recuerdos se rompió con la voz de alguien.
—¡Hey! —Dijo esta persona. Korgi miró entre sus mechones rubios al sujeto. Era un chico, pelo largo, piercing en la lengua, y una sonrisa amable— Disculpa, ¿Eres el perro de Springfall?
Genial. Alguien lo había reconocido. No sabía si preocuparse o no. El chico no tenía nada de amenazante, solo una voz muy estridente que le estaba comenzando a poner de malas.
—En las noticias no se dice que tuvieras nada que ver en la caída de Parva, pero yo sé que si ¿verdad?
Genial por dos. No solo lo había reconocido. Lo había reconocido un fanboy. Tal vez un mercenario novato que hablaba mucho como si fueran compañeros por hacer el mismo trabajo.
El tipo de mercenario que era comido vivo los primeros años. Si sobrevivía.
—Oye —Interrumpió Korgi el mar de palabras que salía de la boca de ese sujeto.
—¿Sí?
—Ya no hables. Me taladras los oídos. Ya vete.
Se levanto una cortina de silencio. Korgi se limitó a apoyarse en la barra, sin mirar al muchacho que le hablaba con tanta admiración, mientras este trataba de entender lo que le habían dicho.
Como si una luz de hubiese encendido, el muchacho se enteró de que había pasado: lo habían insultado.
–Pero ¿quién te crees que eres? –Le gritó, dando un golpe sobre la barra, pero sin inmutar ni un poco a Korgi– ¿Porque eres famoso crees que puedes tratarme así?
Korgi pensó por un segundo. No entendía mucho de emociones, pero estaba seguro de que lo que había dicho no podía hacer enojar a nadie.
–¿No me oyes? –Gritó, cogiendo el hombro del mercenario con brusqueza– ¡Mírame al menos, idiota!
La paciencia de Korgi era infinita, y en otra situación hubiera dejado que el chico se dejara la voz gritando, pero ahora le dolía la cabeza, no había dormido y estaba de mal humor. Lo pensó un poco, y decidió que solo necesitaba hacer una sola cosa. Si él que quería que lo miraran, claro que lo iba a hacer.
De repente volteó la mirada al muchacho, quien retrocedió de la impresión que le dejaron los ojos azules del mercenario. Lo atrapó con la mirada y comenzó el espectáculo.
El muchacho le sostuvo la mirada con cautela unos segundos antes de sentirse abrumado de pronto. Volvía a dar otro paso atrás, temblando cada vez más, y buscando asidero en la barra para evitar caerse. Su respiración se aceleraba y sentía que en cualquier momento iba a tener un infarto.
Korgi ya había notado que venía acompañado de dos personas más, un tipo alto de piel oscura y una chica que más bien parecía chico, los que estaban sentados en una mesa al fondo. Ambos se alarmaron y se acercaron, dispuestos a comenzar una pelea si era necesario. ¿Todo eso por decirle al muchacho de pelo largo que se callara? No le importaba enfrentarse a ellos, pero a alguien allí sí que le importaría si había una pelea en su establecimiento…
Un golpe sordo resonó en la habitación, deteniendo toda la acción que se estaba dando. Casi parecía que el tiempo se hubiera detenido. Korgi desvió la mirada al otro lado de la barra, y ahí estaba Jake de nuevo, después de haber dado en manotazo a la barra para llamar la atención de todos.
–Esto acaba ahora –Dijo, con una voz firme, y algo molesta, contraria a la que había recibido a Korgi al entrar–. Norris, Mara, regresen a su mesa o los tres se irán de aquí para no volver.
Korgi siguió con la mirada a los acompañantes, Norris y Mara, mientras volvían a la mesa de dónde venían. Tenían una expresión de abatimiento. Era increíble lo mucho que asustaba Jake a sus clientes.
–Y tú, Tyler –Continuó con el fanático azorado–. Si vas a ignorar que estoy aquí y buscar pelea, intenta que no sea con un oponente que solo con mirarte te deja temblando. Vete con ellos y haremos como que nada pasó.
Tyler se recompuso un poco y se marchó, aun con el mal humor en el rostro. Jake dejó una taza con café delante de Korgi. Siempre sabía que era lo que iban a pedir sus clientes habituales antes de que lo hagan.
–Disculpa por eso, Korgi. Tyler te admira mucho, es solo que a veces se exalta demasiado.
Korgi tomó un sorbo del café de Jake, sin tomar mucha importa a lo que este decía. Sabía que estaba haciendo tiempo ¿En qué momento iba a ir? Necesitaba algo que lo motivara a irse.
–Por cierto, ¿No tienes que ir a algún sitio? ¿A los Hunters?
Korgi casi se ahoga con el café. Bajó la taza lentamente, mirándolo con preocupación. Jake no lo notó de inmediato, puesto que estaba mirando a través de una ventana cerrada su derecha, un poco inquieto.
No le sorprendía que supiese quien era, qué hacía y quién era su padre. Le asustaba que supiera que hacía en la ciudad. El mensaje le había llegado apenas seis horas antes ¿Cómo alguien podía saber de eso?
Cuando se dio cuenta que Korgi lo miraba insistentemente, se sonrojó un poco.
–¡Lo siento! –Se disculpó–, no debí decir eso, Korgi. No es de mi incumbencia tus acciones de hoy.
Espera ¿Tus acciones de hoy? Pensó Korgi. ¿Qué más sabía de lo que iba a pasar ese día? Era inútil preguntarle porque él nunca develaba su secreto, e incluso amenazarlo era imposible. No por nada Jake asustaba a todo el mundo.
No sabía qué hacer en una situación como esta, así que opto por retirarse.
Dejo el café en la barra y se levantó rápidamente. Iba a pagar por el café, pero…
–Nonononono, El café va por la casa. Es la única forma que tengo de disculparme por decir algo así.
Korgi asintió con presura. Caminó con pasos largos por el establecimiento hasta la puerta, pero está ya estaba abierta antes de que él llegase. Alguien más había cruzado por ella. Korgi le dio una rápida mirada de arriba a abajo, para determinar que ese individuo no le interesaba, y salió por la puerta.
No notó que el sujeto lo miró salir y desaparecer por la calle, y sonrió, como si su presencia le divirtiera.
Tampoco notó que estaba rompiendo su perfil bajo al caminar tan rápido y la gente lo miraba. Aunque nadie lo reconocía por lo rápido que iba. A este paso llegó en menos de siete minutos a la plaza de Sunrise, y allí se detuvo abruptamente, recordando otro temor. Esta vez no escucho el bip de antes, puesto que ahora entendía que estar en Sunrise de por sí era un peligro. Respiró hondo e inició su camino hacia la Sede de los Hunters.
Caminó despacio, sin embargo. Tan despacio que comenzaba a notar el lugar en el que estaba. Había pasado su infancia en esa plaza, jugando con un amigo que siempre lo metía en problemas. En realidad, él solo se metía en problemas y arrastraba a Korgi consigo. Al final la libraban, y era divertido porque eran niños, y meterse en problemas rompía la rutina, pero ya de adulto no era tan atractiva la idea.
¿Qué habría pasado con él? Su amigo, un niño que nació un par de años después de él, pero que aun así era más alto e imponente. Se metían mucho con Korgi de niño y él siempre lo ayudaba. No lo veía desde que entró al centro y eso había sido hace muchos años. Tal vez él dejó Sunrise después de que Nana muriese.
Nana… otra parte de una infancia. Una mujer extremadamente dura que podría ser fácilmente la mujer más fuerte que uno puede llegar a conocer en su vida. Fría como el hielo, y aun así ¿cuántos días había pasado en su casa, jugando con su amigo mientras ella tomaba el café con…?
…Con su madre
Su madre
Un naipe.
Fuego.
(…)
Su padre.
Korgi se detuvo justo delante del gran letrero de piedra que delataba el conjunto de edificios como la “Sede de los Hunters de Sunrise”. No había cambiado en absoluto.
Explico a guardia su visita, deseando que este le prohibiese la entrada, pero simplemente lo dejó pasar, aunque le pidió que se pusiera una tarjeta de visitante.
Ya no había otra opción, debía entrar. Avanzó por el camino de cemento rodeado de césped y algún seto con flores y vio a otra persona caminando en dirección contraria. Esa persona casi ni lo veía pasar. Tan distraído iba que se chocó con él de forma torpe. Apenas lo miro y se disculpó, para luego seguir avanzando. Korgi se detuvo para verlo marcharse.
Levantó una ceja y luego reanudó su camino.
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bichador · 4 years
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Reto Octubre Bichi. 28) NFNM
28. NFNM (Naked Female, Naked Male)
Protagonista: Kigeni & Upweke
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Artista de las imagenes: https://twitter.com/FCUKuwu
Aviso: Después de lidiar con mi bloqueo, regreso al reto, solo que ahora prefiero hacer estos últimos con más calma y por lo tanto será un poco más extensos que los anteriores al reto.
Nota: Los últimos lugares estarán dedicados a mis OC’s, por lo que Upweke y Kigeni son los primeros en iniciar. Cabe agregar que este escrito respeta un poco más la anatomía real de la hienas y no es del todo necesario haber leído mi fanfic de Kigeni la hiena para entenderlo.
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Por cierto, el escrito se basa en esta imagen que comisión tiempo atras con mi amistad http://www.furaffinity.net/user/mimilinkina/ , el link de la imagen http://www.furaffinity.net/view/29238502/
Esta historia se desarrolla cuando Kigeni y Upweke estaban en la tribu de las Rocutas, ya tenían varias semanas y se habían adaptado a su forma de vida. En algunas ocasiones ambos tenían la costumbre de ir al río que se encontraba a un par de kilómetros de la tribu, aprovechaban de pescar solos, cuando en realidad lo usaban de excusa al mismo tiempo para tener momentos a solas.
Kigeni había pescado los peces necesarios para que ambos comieran y yacía dentro del agua bañándose, solo remojando se pelaje y sacando un poco de mugre con las plantas aromáticas, que ayudaban a limpiarle. Desde la orilla le miraba Upweke, que ya había terminado de salar el pescado que comerían en los próximos días.
Upweke estaba fascinado por Kigeni y esta le daba gusto a su mejor amigo, chorreando agua por su cuerpo. Esta se detiene y le habla a Upweke.
–Ya deja de verme y entra conmigo –Upweke se quedó sentado y negando con la cabeza–. No tengas pena, el agua es deliciosa.
–Solo me remojo el pelaje desde la orilla.
–Eso sí que no, siempre es la misma –Kigeni camina hacía la orilla y toma a Upweke de la garra–. Ahora acompáñame, no quiero estar sola.
–Pero nos pueden castigarab por eso.
–No lo van hacer, y sinceramente, quiero que me acompañes, ya me canse que siempre estés mirándome y nunca acompañándome.
–Solo me volteo si te enoja que te vea.
–No, me gusta que me veas, pero prefiero que me acompañes que solo me veas.
–Está bien, solo que seamos rápido –Iba a meterse al agua, cuando Kigeni le detiene.
–Quítate el taparrabo, no quiero que lo mojes –le guiña–, no podemos dejar ningún lugar sin limpiar.
–Pe-pe-pero si me ven, me podrían castigar –nervioso.
–Todo saldrá bien, te lo prometo –le da un beso en la frente e intenta quitarle el taparrabo, pero no pudo–. ¿No se supone que estas cosas se quitan de un jalón?
–Tengo que asegurarme que no cause una ofensa, no dejaría que me la pudieran quitar de un jalón.
–Supongo que las caricaturas me han dado una visión equivocada de los taparrabos.
–Ya se a qué te refieres, pero déjame quitármelo –Upweke se lo quita con unos cuantos movimientos y lo deja en el suelo, al mismo tiempo se cubría.
–Creo que te hace falta otro par de manos para cubrir, algo tan grande.
–No es cierto, no creo que sea tan grande.
–¡Ja, ja, ja, ja! Amo tu humildad, pero sinceramente es grandote y eso que aún no está parado.
Upweke no sabía tomar cumplidos, por lo que solo se mantenía sonrojado. Kigeni lo toma de hombros y lo empuja al río. Kigeni chapoteaba a Upweke, que no podía con su vergüenza.
–Relájate, tantito, el agua está muy fresca, no te sientas tan avergonzado, estamos en confianza.
–Gracias, así estoy bien, muchas gracias, Kigeni.
–Sabes, voy hacer algo para animarte, te encantara.
Kigeni se zambulle en el agua y se levanta haciendo su melena hacia atrás, simulando un comercial de shampoo, pero en vez de dar una imagen sexy, su melena le jugo una mala pasada pegándose a su rostro, esto provocó que Upweke se riera de ella.
–Perdón, no era mi intención, disculpame.
–No, eso me alegra, no salió como lo imagine, pero te reíste y eso me alegra –Kigeni se ve como chorreaba agua–. No es tan sexy como lo suelen ilustrar en los comerciales, pero al menos hice el intento.
–Te ves bonita haciéndolo
–¿Bonita? –Kigeni se sonrojo con esas palabras– Gracias, supongo que me veo bonita aun con toda la melena desaliñada por toda el agua.
Kigeni tomo a Upweke y lo abrazo, tumbandolo al agua. Ambos se levantan escupiendo agua, riendo sin parar, Kigeni abrazó a Upweke y este dejando de cubrirse, se observa.
–Me gusta como el agua recorre nuestros cuerpos, siento que se ve sexy como cae por tu gran, suculento y hermoso pene
–A ti se te ve hermoso como te recorre por tus…
–Dilo, Upweke, no tengas pena, di lo que quieras decir.
–Me gusta como se te ve tambien el agua por todo tu cuerpo
–Con que eso ¡eh!
Kigeni se vuelve a zambullir y sale de nuevo, esta recorre sus garras apretando sus senos y llevando el agua de su pelaje a la zona de su clitoris (pseusopene) en donde cayó a chorro, eso provocó que Upweke se volviera a cubrir, pero de mala suerte o buena para Kigeni, estaba poniéndose erecto de lo que hacía.
–No es mi intención, te lo juro
–Pero si la mía, guapo –se acerca a pocos centímetros–, Realmente deseo que te guste, que lo disfrutes, a esta guerrera le gusta que su compañero pueda disfrutarla, realmente deseo que no sientas vergüenza, ya que la verdad amo que se te pare, la verdad, Upweke yo deseo…
–¡ESTÚPIDA, KIGENI! –gritaron
Kigeni le cambió la expresión de su rostro al escuchar esas palabras, al voltear a la orilla estaban un par cachorras burlándose de ella. Ninguna cachorra le tenía respeto a Kigeni y estas solían aprovechar para humillarla, y esa no era la excepción.
–¡Mira lo que tenemos! –ondeaban el taparrabo de Upweke con una vara, provocando que Kigeni saliera corriendo
–¡Dejen eso! –corría chapoteando, pero las cachorras riendo corrieron alejándose. Al salir del  agua, Kigeni corre hacía las cachorras , pero el agua hacía torpes sus pasos. Estas se alejan– ¡Vuelvan aquí, mocosas!
Kigeni corre pero se da cuenta que no podía contra ellas, furiosa lanza patadas de impotencia, sabiendo que no podía alcanzarlas, pero le dura poco la ira y se preocupa al recordar a Upweke. Corre hacía éste que yacía cabizbajo escondido en unos arbustos cerca de la orilla del rio.
–¡Que mierda! No quería… en serio… no imagine que las pequeñas mocosas nos harían… ¡La cague, Upweke! –Upweke temblaba. Kigeni lo abraza– No tengas miedo, tranquilo…
–Me van a castigar.
–¡No! Yo te hice esto, yo lo solucionaré, no dejare que algo te pase.
–Me van… a … castigar…
–No, nada de eso, no lo haran
–Es mi culpa… Kigeni...  debo afrontar mi castigo
Lo toma de la cabeza– ¿Qué te he dicho de culparte por todo? Yo te hice esto y lo voy a solucionar.
–Aunque digas a las demás, la primera que me vea desnudo, me golpeara.
–¡Que mierda! Tienes razón… –Cubrió su rostro en frustración– peleare por ti, se que me molerán al primer golpe, pero no dejaré que lo hagan.
–Aun si solo te lastimarías y seguirían conmigo, no es necesario que lo hagas, mejor yo me entrego…
–¡Nooooooo! Vamos a solucionar esto, ni tu ni yo seremos castigados. Puedo ir corriendo a nuestra choza y traerte un cambio –piensa, pero no se siente convencida–. No puedo dejarte solo aquí, te encontrarán antes de que pudiera hacerlo, debo esconderte primero.
–¿Por qué no quieres dejarme…?
–¡Shhh! Vuelves a comentar en entregarte y yo misma te castigare a golpes –mentía
Kigeni ve la dirección en la que se fueron las cachorras, ve su alrededor. Esta se gira a Upweke y le toma una garra. Corren en otra dirección.
–¿A dónde vamos?
–Tengo un plan, pero primero debo hacer algo para que funcione.
Ambos corren entre la maleza de los árboles y se adentran a la selva. Después de correr, ambos llegan a un lugar con pastos muy densos. Esta se detiene y toman un poco de aire.
–Primero debemos hacer un poco de tiempo –Upweke aun avergonzado la veía que estaba concentrada– A ambas le tomaría tiempo regresar a la tribu para traer a una de sus madres, por lo que fueron a la hiena más próxima, fueron con la que vigila el límite del río, es la que viene en camino, dejará su puesto solo para venir a buscarte.
–¿Cómo sabes eso? ¿Quién viene?
–He estado en todos los puntos de vigilancia, se como esta compuesto la seguridad de la tribu, incluso me sé los puntos ciegos como el río y esta zona, la hiena que se acerca es mi muy “querida” clítoris torcido –apodo.
–¡Ja, ja, ja, ja! Perdon, no pude evitarlo.
–Esta bien, su atributo es difícil de esconder, pero no debemos quedarnos aquí, tenemos que esconderte antes que esta llegue.
–¿A dónde?
–Debemos ir a la zona de árboles para esconderte, yo me encargare de todo, pero dependerá un poco de ti que no te encuentre, ¿confias en mi?
–Siempre confiare en ti, Kigeni, nunca nadie se había preocupado tanto por mi desde mi mami.
Kigeni se sonrojo por ese comentario– Tú madre tuvo un hijo muy hermoso que vale la pena cuidar de él. ¡Que la gran madre te proteja, Upweke!
–A ti también, Kigeni –se abrazan.
Se escuchan los quejidos de una hiena acercarse. Kigeni se acerca a esta. Como había advertido Kigeni, era la hiena que vigilaba cerca del rio, clitoris torcido, todo un cuerpo lleno de masa muscular, pero un clítoris torcido que era evidente a quien lo viera.
–¡Aquí estás!
–Hola, compañera –Kigeni se acerca–, ¿Qué sucede?
–¿En dónde se encuentra tu compañero?
–Upweke debe estar en el rio salando los pescados.
No se sentía convencida– Me dijeron dos cachorras que cometió la insolencia de quitarse su taparrabo y mostrarle su miembro frente a ellas, sabes que eso es una ofensa.
–¿Upweke hiso eso? Eso está muy mal, cuando lo vea yo misma me encargo de él.
–No finjas, aquí debe estar.
–¿Para qué fingiría? Yo deje a Upweke salando los pescados, yo me vine a descansar, si Upweke hiso algo mal, yo me encargare de él.
Camina hacia los árboles y Kigeni la ve nerviosa– Lo voy a encontrar y le voy a reprender antes de llevarlo a la tribu.
–¿Qué derecho te da a ti reprender a Upweke? –la detiene.
La hiena se voltea molesta a esta– ¿Qué acabas de decir?
–Ni creas que vas a ponerle una garra encima, yo seré la que muela su hocico a golpes.
–¡Ja, ja, ja, ja, ja! –camina de regreso y se para frente a Kigeni. La diferencia de tamaños y masa muscular era mucha– Jamás le harías algo a ese inepto.
–¿Cómo sabes eso? –le sonrío
–Alguien inútil como tú jamás tendría el valor de hacerlo, eres igual que él, no te decimos la teta pescadora por nada, inútil.
–Y aun así soy la que pesca más que ustedes, clítoris torcido.
La hiena se acerca furiosa y toma la melena de Kigeni, acercando su rostro a esta.
–¿Quieres que te castigue aquí mismo?
–Que poco aguante tienes, te enojas porque te digo por tu apodo, en cambio yo me río de que me digas así…pero te aseguro que Upweke no se encuentra conmigo.
–Eres una patética –la suelta.
La hiena camina ignorando a Kigeni y esta la deja detrás. Camina hacia los arboles, pero no encuentra a Upweke. Se voltea  a Kigeni y le reprocha.
–Lo debes estar escondiendo.
–No sigas con esas acusaciones, si Heshima se entera que dejaste tu puesto para buscar a Upweke, no creo que este de buen humor.
–¡Ja, ja, ja, ja! Nadie lo protegerá y a ti tampoco.
–Ya pareces Lycaon, ladras y ladras y no haces nada.
La hiena se aleja por donde vino y deja a Kigeni en paz. Kigeni toma mucho aire y cae al suelo aliviada de haber evitado que encontraran a Upweke y que no la golpearan. Pero tan rápido como se acuesta, se vuelve a levantar y corre entre los árboles. Kigeni intercepta a otra hiena que también se adentro en la busqueda de Upweke.
–Parece que clítoris torcido es tan inepta como para encontrar a tu compañero.
–Y aun así, es mucho mejor que tú.
–¡Ja, ja, ja, ja! Buena esa, Kigeni –se acerca y jala un palo con el taparrabo de Upweke–, pero aquí no me engañas, ¿En donde lo tienes?
–¿Por qué traes el taparrabo de tu noviecito?
–Buen intento, pero es el de tu compañero, no el de mi pareja.
–A mi me parece que es el de tu compañero.
–Es el de tu estúpido compañero, la evidencia la tengo yo misma.
–A ver si es cierto –Kigeni toma el taparrabos sin pedir permiso y lo olfatea. Ella sabía que era un acto repugnante entre ellas, oler de esa manera la prenda de los machos.
–Tú estás loca, Kigeni, eres rara.
–Te soy sincera, no huele a Upweke, a mi me parece que es el de tu compañero.
–¿Cómo te atreves? –se acerca molesta.
–¿Quieres olerlo? –le extiende el taparrabo
–Aleja eso de mí –lo tomó de nuevo con el palo–, no haré ese acto tan repugnante.
–Pos no huele a Upweke, conozco como huele y eso ni se le acerca a él.
–Es de él, no creas que no sabemos que mostró su pene a unas cachorras, lo encontrare y…
–¿Ya terminaste? –interrumpió
–Yo lo encontraré y lo castigare –la ignora caminando a un lado de esta–, y ya quítame eso, apuesto que te masturbaste con eso frotándotelo en la cara.
–Te voy a moler a golpes.
–¡Si, si! Clitoris torcido también me dijo lo mismo, ten un buen día.
–¡Lo voy a encontrar!
Kigeni la dejó atrás. Al perder de vista la hiena. Esta corre entre los árboles y repite el mismo proceso. Su plan era interceptar a cada hiena que entrara, sabía cuántas entrarían, lo sabía y no dejaría que encontraran a Upwek. Intercepta a cada hiena y lidiando con sus amenazas, cada encuentro se volvió más fácil de manejar, aun cerca de que la golpearan, ninguna pudo encontrar a Upweke. Habían pasado horas, de hienas buscando en los alrededores sin éxito a Upweke.
Kigeni corrió de regreso a la tribu, dejó por detrás la zona de selva y se adentro de nuevo en la tribu, en donde varias hienas la veían con malos ojos, pero esta no les presto atención y entró rápido a su choza a buscar un cambio para Upweke. En eso las cachorras lse asoman fuera de su choza.
–¡Por tu culpa nos acaban de castigar! –dijo una de ellas
–Eso les pasa por ser unas mentirosas –dijo Kigeni
–No deberías haberlo escondido tan bien.
–Cuando alguien te importa, haras lo que sea para ayudar, pero no creo que entiendan eso, mocosas.
–No importa, cuando Heshima encuentre a Upweke, no habrá nada que puedas hacer.
–¿Heshima?
–Como varias no pudieron dar con él, ella tuvo que hacerse cargo para evitar mandar más compañeras a su busqueda.
–Cuando lo traigan le ira muy mal, ¡Ja, ja, ja, ja! –se burlaron
–Me gustaría quedarme, pero olvide mi pescado en el rio –toma un taparrabo de cambio, lo hace rollo y se lo mete al hocico.
Kigeni deja a las cachorras por detrás y corre de regreso por el mismo camino. Sabía que Heshima era la única que no podía persuadir, era imposible, pero sabía que no lo encontraría tan fácil. Está aún con cansancio y el taparrabo en el hocico, no se rendiría, corre hacía el lugar que había dejado a Upweke, debía llegar antes que Heshima, así no lo encontraría desnudo y no le pasaría nada. Corre hasta donde sus patas le permitían atravesando los árboles, sin hienas buscando, solo debía llegar primero.
Kigeni indico a Upweke que regresara al rio, cerca de unos arbustos, como clítoris torcido había dejado su puesto, no había otra hiena que buscara en ese lugar, además habían dejado el pescado a propósito para confundir a quien se acercara, nadie debía de buscar en ese preciso lugar.
Kigeni llega al lugar que le había indicado a Upweke y ve con horror como Heshima yacía esperándola con brazos cruzados y junto a esta estaba Upweke sentado, cabizbajo, temblando a un lado de esta. Kigeni cae arrodillada, exhausta y con lágrimas en los ojos, al ver como su plan había fracasado frente a la líder de toda la tribu.
–Sabes, cuando era más joven, a mi pareja, ahora mi esposo, le hicieron exactamente lo mismo, Kigeni. –Kigeni voltea a esta– Le robaron su taparrabo solo para joderme de haberme elegido a mi como su compañera y no a otra. Lo iban a arrastrar y humillarlo frente a toda la tribu, sin olvidar los golpes que se hubiera ganado, pero me sabía bien en donde no lo buscarían, tuve que confundir algunas compañeras y le di unos golpes a otras, pero al final nadie lo encontró. Tuve que esperar hasta la noche para robarme una prenda y traerla a este mismo lugar, los arbustos cerca del rio, el peor lugar para buscar, por lo evidente, pero que nadie buscaba, pensando que se encontraba escondido entre el follaje de los árboles como lo acabas de hacer –Heshima se levanta y se acerca a Kigeni–, acabas de confundir toda una tribu tu sola, puedes vestirlo, no lo castigaré.
Kigeni saca el taparrabo de Upweke de su hocico y lo deja en el suelo– Gracias, Heshima, gracias a la Gran Madre, Gracias por todo, no se como agradecerte, te lo agradezco de todo corazón.
–¿Tenías eso en el hocico todo el tiempo? ¡Aghhh! –señala una dirección y el taparrabo de Upweke yacía en un palo– Yo que te lo conseguí para que evitaras esperar hasta la noche, pero lo que acabas de hacer… no se como describirlo, tal vez como algo asqueroso, pero… –Heshima piensa en sus palabras.
–No podía dejar que me vieran con esto.
–Que no se vuelva a repetir, Kigeni –camina de regreso a la tribu, pero se detiene–. Por cierto, yo les daré un poco de privacidad a ustedes dos, pero te lo tienes que ganar con el doble de esfuerzo por las molestia que hiciste pasar a todas, Kigeni
–¿En serio? –se le iluminaron los ojos– Haré lo que sea por un poco de privacidad
–Desearás nunca haber dicho eso, ¡Ja, ja, ja, ja, ja!
Kigeni ve a Heshima alejarse y este se regresa a Upweke. Lo abraza.
–Gracias a la Gran Madre que no te paso nada –lagrimas
–Eres… la mejor amiga… ¡Sniff! … que pude haber tenido –estaba por romper en llanto.
–Te dije que no te pasaría, nada, Upweke, no te dejaría solo.
–¡Te quiero mucho!
–Yo tambien, Upweke, te quiero mucho
Se separan y se ven detenidamente. Upweke se da cuenta que aun seguía desnudo y se vuelve a cubrir. Kigeni toma el taparrabo y deja que se lo vuelva a poner, toma el otro y tiene doble protección.
–Mejor puesto antes que podamos tener problemas de nuevo, Upweke
–Estaré eternamente agradecido por ello
–Yo solo estoy agradecida que estas bien, Upweke
–Eres la mejor amiga que pude haber tenido siempre.
Kigeni lo ve y le sonríe– Y tú el mejor amigo que haya conocido en toda mi vida.
–Regresemos, te voy a preparar un estofado junto con el pescado.
–Upweke… –se quedó pensando
–¿Si?
–¿Puedes hacer un estofado con lo que hay en la choza?
–Me se algunas cosas de cocina, Kigeni. Lo hare lo más delicioso posible solo para tí.
–Gracias, Upweke.
Caminan de regreso a la tribu ambos.
-------------------------------------------------------------------------
–Siempre estaré agradecido con tu madre, mi pequeña guerrera, ella me salvó y esa valentía la tendrás también cuando crezcas, hija.
Upweke estaba en el comedor junto a su pequeña hija que estaba en la sillita de cachorra. Había recordado aquella ocasión cantandosela a su hija, le gustaba contar esas anécdotas, aunque esta no le entendiera, pero nunca aburría de contarselas y repetirlas.
En eso se abre la puerta de la casa y Upweke toma a su hija de brazos.
–Cariño ya llegué… no creerás el día que tuve… no puedo creerlo, eso huele a… ¿Hiciste estofado de pescado?
–Así es cariño, el que tanto te gusta.
–Pero si es mi favorito –dijo Kigeni besando a Upweke y a su hija–. Un día te contaré la loca aventura de cómo tú papá y yo engañamos oda la tribu Rocuta solo por andar de calenturientos, le robaron el taparrabo a tu papi e hice lo imposible para salvarlo. Tú padre hizo el pescado más delicioso que pude haber comido ese día, después que lo salvara, un día te lo contaré a más detalle.
–Estoy seguro que le encantará a nuestra hija.
–Comamos y se lo contamos después de comer.
Su hija ríe al escuchar esas palabras, ambos caminan a la cocina a descansar recordando de nuevo esa experiencia ocurrida hace unos años.
Fin
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juanitastar · 6 years
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Devil vs Devil
Personajes: René vs Julio mientras un Gregorio panickea en el fondo Y una mencioncita de Catalina porque hablamos de café..
Resumen: El demonio conocido cómo René Ogé visita la cafetería. Julio no se impresiona tan fácil.
Apenas había un par de rayos de sol alumbrando la madrugada cuando la campana que indicaba un nuevo cliente resonó en el local vacío. Pero no eran clientes los que entraban por la puerta, sino Gregorio y Julio, el primero bostezando y el segundo luciendo listo para dejar el mundo arder.
 —Gracias por acompañarme en el turno mañanero, Julio —dijo Gregorio mientras encendía las luces.
 —Te odio —respondió Julio, quien había olvidado que odiaba madrugar y aun no podía creer que se hubiese rebajado de esa forma.
—Tranquilo, los martes son buenos para nosotros —explicó Gregorio , poniéndose el delantal que había dejado colgado sobre una silla –muy fuera de lugar-la noche anterior—. Llegamos temprano para cumplir horario, pero la gente no empieza a llegar hasta después de las siete.
 —Hoy es miércoles —corrigió Julio, amarrándose su propio delantal—. Igual dormí mal anoche e irónicamente, no he tenido café. Además, ¿a quién le interesa levantarse a las seis?... ¿Greg?
 Cuando Julio volteó a ver a Gregorio, lo encontró congelado con una expresión de puro terror.
 —Dijiste… ¿miércoles? —dijo Gregorio, apenas audible.
 —Sí, miércoles.  No recuerdas, ayer fue…
 —¡Por la puta!
 La reacción de Gregorio hizo sobresaltar a Julio, quien se desconcertó mas cuando Gregorio se lanzó a arreglar las mesas, prender todas las luces y en general a actuar cómo un lunático.
 —Okay, es muy temprano para esto —decidió Julio—. ¿Qué te pasa?
 —¡Ese maniático viene todos los miércoles las seis y quince! ¡Si no tiene su café negro como su alma para cuando llegue, nos quema vivos!
 —¿Quién?
 —Oh… verdad… —Gregorio detuvo su pánico tan súbitamente como lo empezó, mirando a Julio con una mirada solemne—. Eres nuevo, inocente e ingenuo. No conoces a… René Ogé.
 —Okey, se que estás intentando ser misterioso y tétrico como en las pelis de terror. Pero a mí no me llaman pequeño diablo por nada. Cuéntame la historia.
 Gregorio empezó a hablar con tono siniestro y bajo, acercándose a Julio mientras contaba su relato.
 —Nadie que estudia, de donde viene o hacia donde se dirige. Pero cada miércoles, a las seis y quince de la mañana, René Ogé atraviesa esa puerta para pedir un café tan negro cómo su alma.
 —Abrimos a las seis y media. Maldito horario matutino.
 —El tiempo no existe en la mente de René Ogé —respondió Gregorio, tan solemne cómo si estuviese hablando de algún dios antiguo sellado en otra dimensión y que amenaza con escapar y traer el apocalipsis—. Si no obtiene su café a tiempo…
 —¿Qué? ¿Qué pasa?
 —El… comenta negativamente —respondió Gregorio con el mismo tono grave—. Y te mira muy feo.  
 Julio pestañeó varias veces ante esa respuesta, apático.
 —La culpa es mía por preguntarte —concluyó Julio. Eso le pasaba por tomarse a Gregorio en serio por un segundo.
 —Pero lo peor es cuando no le gusta el café Sólo la legendaria Catalina ha logrado saciar su sed de café al cien por ciento —continuó Gregorio—. La última vez que le di un café y no le gustó nada, o sea, la semana pasada, tuve que chupársela detrás del mostrador para satisfacerlo.
 Julio arqueó una ceja.
 —¿Te obligó a hacer eso?
  Gregorio lo miró con una sonrisa torcida.
 —Pff, claro que no. Dijo que estaba decepcionado del servicio y yo le respondí que ahora mismo le iba a mostrar lo que era un buen servicio. No se bebió el café, pero igual me dejó propina.  
 —Dijo eso de tu café y tú rompiste toda ética moral y sanitaria —Julio giró los ojos—. Wow.
 —¡Fue el tono con que lo dijo! —se defendió Gregorio—.  Tenía que defender mis principios, el establecimiento… y que buena cosa se carga entre las piernas.
 Julio soltó un suspiro exasperado mientras se colocaba detrás de la caja registradora, decidiendo hacer algo más útil con su tiempo que solo escuchar a Gregorio.
—¿Fue así como te hiciste supervisor, Greg? —preguntó—. ¿Se la chupaste al dueño detrás del mostrador?
 —¡No! —dijo Gregorio indignado—. Lo hice en el baño porque el tipo es tan tacaño que no paga para un hotel. ¡Pero ese no es el punto!
 —El punto es que eres un puto exagerado.
 Como sea –Gregorio adoptó su tono fúnebre—. El demonio se acerca. Nuestra única esperanza es que tu café  le guste. Plan B sería que hoy llevo puestomi ropa interior sexy de manchas de leopardo.
 Las luces del establecimiento parpadearon por un segundo, normalizándose con una sutil diferencia.
 —Oye, ¿soy yo o las luces como que se están apagando? —cuestionó Julio, quien de pronto sintió que el lugar se volvía mas lúgubre que de costumbre. Es decir, el lugar era digno de ser llamado crustáceo cascarudo a esa hora de día (y el sería calamardo), pero era demasiado temprano y aun no había clientes.
 Gregorio dejó salir un gemido lleno de horror e inmediatamente se sacó el delantal y se desabotonó la camisa para mostrar el pecho.  No, no tenía muchas esperanzas en Julio.  
—El demonio mañanero se acerca —susurró Gregorio con un hilillo de voz, sonando igualito a la vieja abuela de las películas de terror que advierte que los eventos sobrenaturales que estaban pasando eran trabajos del diablo.
 La silueta de un hombre se dibujó en frente de la puerta. Y esta se abrió sin que pareciera que nadie la tocase. La campana que anunció el nuevo cliente sonaba a campanario de iglesia cuando había servicio funerario… pero eso seguro fue imaginación de Julio.
 René Ogé entró al establecimiento, pasando las mesas, ignorando a Gregorio flexionando sus músculos aun lado y yendo directamente hacia el barista de turno. Su porte y expresión eran idénticos a los de alguien que acababa de hacer llorar a Freddy Krueger.
 —Bienvenido, señor, ¿en qué le sirvo? —dijo Julio cuando lo tuvo en frente, luciendo muy poco impresionado. Hasta aburrido.
 —Café. Negro. Para ya —ordenó René, su dura y gélida mirada descendiendo sobre el barista.
 —Acabamos de abrir, señor —respondió Julio, sosteniéndole la mirada—. Realmente estamos fuera de horario, así que nos tomará unos minutos extra, ¿desea sentarse y esperar?
 Un segundo de silencio y un gemido de horror de Gregorio más tarde…
 —¿Es una broma? —René básicamente escupió esa pregunta, a lo que Julio sonrió amablemente, soltando una pequeña, pero cándida risa.
 —¡Jajaja! No.
 Y aquí era cuando Gregorio sintió que debía interceder antes de que la sangre ensuciara el piso que aun no habían trapeado.
 —¡René, baby!  ¡Cuánto tiempo! —saludó,  ahora con la camisa totalmente desabotonada.  
 René le dedicó una molesta mirada.
 —¿Tu quién diablos eres? —cuestionó.
 —¡Gregorio duarte! —dijo Greg alegremente, señalándose a sí mismo—. Te la chupé contra el mostrador, ¿recuerdas?
 —Ah… eres el barista mediocre de la otra vez —rememoró René—. Que compensas con la boca lo malo de tu trabajo.
 —¡Jajajaja! ¡Ese mismo! ¿Y cómo te va? —preguntó Gregorio.
 —No muy bien, un torpe empleado en una cafetería barata intenta malgastar mi tiempo con una indeseada conversación mientras el otro no parece saber hacer su trabajo.
 —Pfff, ¿No odias cuando eso pasa? Ese tipo de gente  —
Julio no tenía ni idea si Gregorio estaba siendo sarcásticamente gracioso, ignorando intencionalmente los ataques o si realmente estaba tan aterrado que no captaba los insultos. Igual decidió que prefería de tenerlo de supervisor junto a Sebastián que solo tener a Sebastián. El maldito era demasiado perfeccionista para su gusto.
 —Si va a esperar, le recomiendo que le agregue algo de leche —dijo, atrayendo la atención de René—. El café negro que yo hago no lo aguantan todos.
 —Encuentro eso difícil de creer —respondió René.
 —Claro que lo haces —respondió Julio, mordaz, sonriendo con superioridad.
 René arqueó una ceja. ¿Un desafío?
 —Muy bien, esperaré —respondió—. Que sepas que odio que me hagan perder el tiempo.
 —Supongo que no tengo nada de qué preocuparme entonces —respondió Julio.
 —Oookay, ¿Qué tal si?... ¡Aaahg!
 Una mirada de René bastó para que la respuesta natural de Gregorio para la supervivencia se activara. No, no “fight or die”, en su caso era “sluth or die”, por lo que procedió a quitarse la camisa y desabotonarse los pantalones.
 René dejó salir una pequeña sonrisa. Le gustaba el olor a miedo por la mañana. Aunque admitía que mas le gustaban los baristas jodidamente sexys y adorablemente tontos. 
 ----------------------------------------------------------------------------------------------------------------
 Julio le llevó su café personalmente, quedándose para escuchar el verdicto.
 René tomó un sorbo del brebaje y de inmediato miró a Julio con una seria expresión.
 —¿Le echaste píldoras a esto?
 —Tal vez si, tal vez no —respondió Julio—. Sólo diré que no contienen nada ilegal. Alexander no trabaja hoy.
 Ese comentario sacó un grito ahogado de parte de Gregorio.
— Está perfecto —dijo René, con voz y expresión neutra—. Quiero otro para llevar.
 —No hay problema. Favor pasar por caja cuando termines este.
 René se bebió su café rápidamente. Y de inmediato caminó hacia la caja.
 Julio básicamente le vio transformarse mientras caminaba. Su expresión se suavizó, su postura se hizo menos agresiva, las luces volvieron a alumbrar, el sol salió, los pájaros cantaron.
 —Haces un buen café —dijo René al momento de pagar.
 —Lo sé —respondió Julio.
 —Volveré —dijo René, sonando a advertencia, a las últimas palabras de un horror interdimensional al ser sellado.
 —Estaré esperando —respondió Julio.
 —Hasta entonces…
 René retrocedió un par de pasos, manteniendo los ojos en Julio. Luego se dio la vuelta y se marchó en silencio, pasando por las mesas, por Gregorio vestido solo en su ropa interior de leotardo, bajo el umbral de la puerta… y luego retrocedió para volver a ver a Gregorio.
 —Eres tan idiota —le dijo. Pero su tono no indicaba molestia o apatía. Indicaba pura sed, lujuria apenas contenida—.  Si me vuelves a servir esa basura de café de la otra vez, te voy a saltar encima.
 Sin decir más, ni prestar atención a la emoción en la expresión de Gregorio, René se marchó.
 —Al final resultaste ser bien exagerado —comentó Julio, allegándose a Gregorio—. El tipo es más amable de lo que pensé.
 —¡Mi héroe! —Gregorio se abalanzó sobre Julio, dándole un abrazo de oso y posiblemente rompiéndole algunas costillas en el proceso. Gregorio. Abrazándolo. Aun en su ropa interior.
 —Gracias Greg… —Julio se cortó al sentir el bulto con el que Gregorio le presionaba en el estomago—. ¿Vas a darme una de tus “recompensas” por trabajo bien hecho? Porque la verdad… creo que la falta de eso es lo que me tiene tan malo a estas horas.
 Gregorio se separó para mirarlo seriamente.
 —Julio, te voy a arrancar el alma vía succionamiento de tu pija.
 Por desgracia, Sebastián llegó y luego de armar un escándalo, los mandó a trabajar de verdad. Otro día sería.
 --------------------------------
René le dio otro sorbo a su café, ya en su salón de estudios.
 —Mierda… —murmuró, recordando la imagen de Julio, y esos ojos destellantes que ni se molestaban en ocultar el desafío en ellos o la falta de miedo a su yo mañanero—. Otro barista bueno. Ese lugar podría bien ser un club de strippers.
 ENTREGADO A LAS 11: 59, JODER!.. hora dominicana, que aun tengo como dos para Mexico y ni enterada hasta ahora... oh well!
El punto es que René no es madrugador. Pero Julio tampoco, por lo que se entienden entre si.
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makahimetenshi · 3 years
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Living with you Chapter 5 - Jotakak fanfic
Fanfiction
El martes había transcurrido tal y como Jotaro dijo, así que Kakyoin se encargo de cuidar a la pequeña niña, jugando con ella y ayudándola con su tarea, incluso hicieron la cena para Jotaro juntos. Jolyne se sentía feliz porque cuando su padre tenía días de trabajos así de intensos nunca podía dedicarle tiempo a ella y aquella mansión se sentía muy solitaria y descuidada sin nadie ahí con ella, su padre le daba muy poca atención a sus ojos, siempre estaba viajando o trabajando muchas horas, a veces sentía que la mandaba al colegio para quemar  tiempo para no verla, sabía que la quería pero ella se sentía olvidada. Para su fortuna tenía a su querido tio con ella ahora mismo, aunque su tio fuera muy pasional con su trabajo al menos la casa no estaba sola y ahora mismo el le estaba dedicando su full de atención así que la vida no podía ser mas perfecta
El miércoles sin embargo su evento era nocturno y aún así Kakyoin no dejo de darle su total amor a su “sobrina” le tenía mucho cariño a la niña pese a no ser su hija, el conocerla desde tan chica era, aquella chispa que le causaba eso, y también los fuertes lazos con el ojiazul, Jolyne era una niña adorable y tenía un cabello precioso, iba a cuidarlo tan bien como lo hacía con el suyo. Llego la noche y cuando Jotaro volvió, que se encontró por cierto con una cena muy delicada y lista para alguien que estuvo todo el día afuera, Kakyoin salió, llevaba un traje negro con camisa blanca y unos aretes de cerezas nuevos que había comprado. Jotaro por alguna razón aunque lo vio menos de 2 minutos en ese día, no pudo evitar pensar en que se veía muy guapo, y elegante, ante todo elegante, pero también guapo.
Seguramente aquel hombre que andaba detrás de Kakyoin no perdería la oportunidad con el esta noche.
Por que pensó en eso?
Lo vio subirse al taxi despidiéndose de ambos, actualmente estaba cansado, no tenía muchas ganas de pensar en nada mas, ceno con su hija, a la cual quería regañar por no hacer los deberes pero gracias a al pelirojo los hizo y no le pudo decir nada, se quedo con las ganas, la dejo en la cama después de cepillarle el cabello, que tenía el mismo perfume que el de su amigo y se fue a su propia cama.
Enserio por que pensó en que se veía tan lindo?
Kakyoin llego a su exhibición, realmente el se movía en diferentes ambientes, muchos de estos eventos eran el típico salón de museo calmado con una mesa con comida y mayordomos y gente charlando, otras veces eran salones en medio de la ciudad con visitantes vips a ver sus trabajos y pedir su teléfono y otras veces eran fiestas con música y gente de clase alta con ganas de divertirse, hoy en particular, era un salón de museo, se encontró con varias personas de su agencia y varios modelos que le pidieron retratos, mucha gente se acerco a felicitarlo por su trabajo al igual que a otros artistas del lugar y a pedir su contacto, esas reuniones eran mucho mas para hacer contactos que otra cosa pero así era su trabajo y mientras pudiera seguir pintando todo estaría bien, al día siguiente los compradores de sus cuadros pasarían el pago a la agencia y el recibiría su 80% de paga y todos serían felices.
Kakyoin no era un hombre precisamente de tomar, menos en esos eventos de negocios, así que pese a la mirada extrañada de sus compañeros siempre rechazaba las bebidas, lo único que aceptaba tomar eran cockteles de frutas, y también comía de las mesas o de lo que traían los mayordomos. Le gustaba mantenerse bien hasta el final de la noche, no se había puesto traje por nada verdad? Automaticamente volteo la mirada cuando sintió una mano en su hombro.
Oh.
Otra vez.
De cierta manera no podía evitar incomodarse pero tenía que sonreir.
Dio Brando.
No le molestaba pero era raro que un presidente de múltiples empresas viniera a las exposiciones de sus empresas de publicidad y demás.
Y Particularmente estuviera interesado por el.
-Señor Kakyoin, que gusto verlo –El hombre alto y fornido lo sorprendió con su tenaz sonrisa –es una lastima que solo nos veamos en este tipo de situaciones, pese a que le dije que me llamara en alguna ocasión…
El pelirojo soltó una risa nerviosa –realmente no es mi estilo de cierta manera, osea soy una persona bastante cohibida y tímida y…eso, no es nada mas allá de eso si no que no suelo ser yo quien ejecute los planes desde el inicio
Dio paso su mano por su cabello rubio levantando una de sus cejas negras –de verdad? Yo en sus cuadros no veo eso, veo a alguien bastante impulsivo y poderoso, y además bastante inteligente –el rubio le mostro una sonrisa
El pintor se cruzó de brazos riendo ligeramente –Usted cree? Siempre intento mantenerme lejos de mis pinturas, de no expresar nada más allá de el concepto que tengo en ese momento, a lo mejor se me cruzo algún personaje con esa personalidad por la cabeza y se me escapo al pintar.
-Ciertamente una decisión muy profesional, por cierto pudo leer los libros que le recomende el otro día? –pregunto el empresario con una sonrisa coqueta.
-Ah si, me pareció un gesto muy amable de su parte–Kakyoin miro al suelo avergonzado su mala educación –debería haber llamado lo siento, lamentablemente son libros que ya había leído antes, en la secundaria yo leía mucho-
-Oh eso es interesante, podríamos hablar de libros todo el día, en la secundaria yo era bastante activo pero empecé a leer seguido en la universidad.
-Que genero si se puede saber? –Kakyoin esbozo una sonrisa sincera, la charla ya no era tan incómoda, al menos ahora tenían un tema en común mas allá del flirteo.
-Me gusta mucho lo psicológico y el terror, me gustan cosas que me hagan sentir que estoy adentro y demás, hacen más interesantes al libro en si.
-Yo soy mucho de leer novelas de diversos géneros por que disfruto historias ya narradas pero entiendo el sentimiento, aunque no haya leído mucho psicológicos.
Dio miro la hora en su celular y suspiro decepcionado –Lo siento, vine para arreglar unos asuntos con mis empleados y me sobro tiempo y vine a verlo, pero ya me tengo que retirar, al parecer tendré que ser yo quien lo llame para cenar si usted no puede, y no se preocupe que no me olvidare de ello –el rubio soltó una sonrisa y al instante chasqueo los dedos- Vanilla? –detrás de el apareció un hombre de pelo largo castaño y frio mirar, casi muerto, con un ramo de flores, se lo paso al rubio y Dio se lo entrego a Kakyoin –Esto es por su éxito Kakyoin Noriaki, felicidades por la exposición.
Kakyoin se sonrojo al recibir el ramo, quedándose casi mudo, el resto del mundo apartir de ese momento siguió en modo automático, sabe que le estrecho la mano al empresario y que le dijo un gracias y adiós en un susurro pero poco mas. Se había quedado sin palabras.
La fiesta estaba por terminar en parte, faltaba al o sumo una hora y media, se sentía cansado de haber estado con la niña todo el día y además de eso ahora tenía este semi-shock emocional, no muy seguro si por ser reconocido así o por algún tipo de sentimiento más allá de lo que el esperaba pero sintió la necesidad de abrazar ese ramo y de pedir un taxi en la recepción para ir a la residencia Kujo, estuvo unos 20 minutos más hablando con varias personas hasta que le dijeron que el taxi había llegado. Kakyoin se subió y ahora en la extraña tranquilidad del vehículo, y del anonimato del conductor, se puso a apreciar aquel ramo.
Alguna vez le habían dado un regalo así?
No podía ser que el primer hombre que le daba un ramo de flores le dejara la cabeza volando de esa manera, tenía que ver al empresario no mucho mas que como otro potencial socio y ya, aparte no era como si fuera algo o no hubiera lidiado con situaciones así antes.
Pero algo en su cabeza lo hacía sentirse muy atraído hacía Dio
Tal vez esos pensamientos se fueran en la mañana. Estaba cansado, el taxi llego a su destino, le pago al conductor y entro a la mansión japonesa sin hacer mucho ruido, no iba a molestar a Jotaro y Jolyne, se metió en su habitación dejando el  ramo de flores al lado del futon y se metió dentro para dormir, así sin cambiarse ni nada.
Podía sentir el aroma de las flores.
A la mañana siguiente Jotaro fue a la habitación de Kakyoin, sabía que había salido y volvería a la madrugada así que tenía que fijarse, tal vez era demasiado temprano, eran las 6:30, pero se tenía que levantar para darse un baño y prepararse para un largo jueves. Jojo corrió despacio la puerta de la habitación del pelirojo y lo vio ahí, durmiendo con el traje aún puesto, se acercó a el para ver si estaba bien, a lo mejor estaba borracho y necesitaba una taza de café. Se arrodillo en frente suyo y lo sacudió para despertarlo.
-Mmm? Jotaro? –Kakyoin aún no despegaba la cabeza de la almohada –Buen día…ya te vas a trabajar no?
-En un rato, me tengo que bañar y comer algo, aún es temprano, preparare un desayuno rápido y me pregunte si querías café, estas borracho? –la voz de Jotaro sonaba tan neutral como lo usual.
-No –el pintor separo la cara de la almohada con pesadez y con mucho sueño, sus ojos estaban aún cerrados –Sabes que no tomo, solo estoy cansado por que estos días había estado durmiendo poco para prepararme y eso, no te preocupes por mí.
-Ya veo –la mirada de Jojo se posó en el ramo de flores junto a la cama –Es lindo, quien te lo entrego? –el tono de su voz había cambiado, no sabía de qué manera pero era diferente.
Abriendo los ojos y sacándose lo adormilado un momento Kakyoin hizo un esfuerzo para entender lo que Jojo quería decir y al final su mente hizo click –Ah…el ramo, recuerdas aquel empresario que te dije que me perseguía? Anoche estuvimos hablando y me lo obsequio según el por mi éxito
Hubo un silencio bastante tenso por un momento, aunque el pelirojo aún estaba dormido sentía como que era por su culpa y había dicho algo mal, hasta que Jotaro volvió a hablar, con una voz más fría y poco expresiva de lo normal, casi molesta diría Kakyoin.
-Ya veo…-El moreno se levantó y fue hacía la puerta –Hoy volveré tarde de nuevo
-Ah! Espera! Te molestan por Jolyne? Si quieres puedo llevármelas a otro lado y…
-No, está bien, buen día –Si esas puertas japonesas fueran puertas normales, Kakyoin hubiera jurado que al cerrarlas, Jotaro hubiera dado un portazo.
A ver  a ver pero que paso?
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80s90sworldsstuff · 4 years
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29 de Abril del 2020.
No se me había ocurrido, hasta ahora, que escribir sobre lo que se está viviendo en el mundo sería una buena idea.
La verdad es que no estoy viendo la tele casi, me amargo siempre, pero afortunadamente sé que Argentina es de uno de los que mejor está llevando la pandemia. En Rodríguez, donde vivo, hay 4 casos, 2 se recuperaron, pero es raro porque pensé que acá no iba a llegar nunca, acá nunca pasa nada.
Si no me equivoco, es el día 41 de cuarentena. Aburridisima, aunque estuve haciendo cosas nuevas. Hace ya un mes que vengo haciendo ejercicio seguido! No todos los días, ponele que descanso los domingos, pero estoy notando los cambios, de eso y de mi forma de comer, que aunque ser vegana hace que comas mejor, también estoy tomando mucha agua y más legumbres y vegetales. Estoy teniendo las clases virtuales de la universidad, bastante entretenido, a veces cuelgo con las tareas, pero me gusta hasta ahora. No sé cómo va a avanzar con el tema de los exámenes y demás.
Con la banda... No sé, yo los quiero y extraño ensayar con ellos, pero siempre es un drama diferente. Con Celina, no sé, últimamente todo está medio ahí. Me di cuenta de muchas cosas de ella que no me gustan. Se comporta muy infantil, y no me agrada. Se enoja siempre cuando no le dan la atención que quiere, siempre quiere tener razón, quiere ser mejor que los demás, tipo, si alguien hace algo ella lo quiere hacer 3 mil veces mejor. Nk soporto esas cosas de ella. Además, estuvimos componiendo un tema, y fue muy cruel en todo, porque me costó encontrar la nota y me hizo quedar y sentir como una inútil al frente de los chicos, además que despreció un montón las bases de bajo que yo inventaba y no opinó casi nada sobre la canción. Bah, no sé, a ninguno lo noto al 100% comprometido. Agus es como que siempre quiere hacer las cosas que le gustan a él, y sin entender. Fran no opina, de vez en cuando contesta, y hasta ahora no aportó nada para la canción. Celina criticona de mierda que quiere que lo de ella siempre tenga más protagonismo y ella hace todo. Matt es más piola. No sé, siento que es una banda desigual. Me molesta que Celina esté haciendo la letra sola, me re jode. Quiero que la banda haga cosas todos juntos, no que se lleve el crédito ella sola como siempre hace. Detesto eso.
A veces, quisiera que esta fuera mi banda provisoria y encontrar una con la que pueda congeniar en serio. Porque si siguen así, no se si vamos a llegar a algún lado. Solo peleamos y nadie opina a veces. Y Celina tiene un ego que no soporto.
Me contó que se quedó con Agus COMPONIENDO UNA CANCIÓN. Y yo ¿??? Le dije, hagan cosas para la banda. Y nada, solo me dijo que ya le pasó la letra. Lo cual me sigue pareciendo injusto, porque yo dije que estaría bueno que todos aportemos a la letra. Y obvio que Celina no quiere eso, quiere que todo sea de ella. La detesto a veces.
Posta que me gustaría encontrar una banda mejor, tengo sentimientos encontrados con esta. Más allá de que los quiera y haya sido mi primer banda, no me está aportando. No me gusta estar con gente egocéntrica.
Más allá de eso, extraño muchísimo a Juan. El estuvo muy mal todos estos días que pasaron, pero terriblemente mal. Yo como que desde que anunciaron otra vez más cuarentena me lo traté de tomar con calma aunque haya sido una cagada, pero realmente el estuvo peor. Lloró todos los días, se deprimió, no quería hacer nada, habló mucho con los papás y me vivió tirando ideas para que lo vaya a ver a escondidas. Y al principio no quería, pero últimamente estuve pensando en la posibilidad de hacerlo. De hecho, le dije que lo voy a hacer. El plan es decirle a mi familia que teggo que trabajar, y en lugar de eso voy a verlo.
Sinceramente, esta es una de esas veces en las que decís "esto puede salir muy mal o muy bien" tengo mucho miedo de que se enteren. No sé que podría pasar si lo hccen, las veces que me escape y se enteraron salió muy mal. Más allá de eso, espero que no, realmente. Y no me siento cómoda haciéndolo en realidad. Todo sería más fácil si yo fuera a trabajar en serio, no me gusta la idea, pero sería mejor. Porque ahí no estaría mintiendo y podría verlo a Juan sin que ellos sepan. Pero acá, me da mucho miedo que alguien les diga que está cerrado o algo así, no sé.
Más allá de eso, mañana es mi cumpleaños. Mis papás me dieron la idea de que llame a Juan para que venga en auto y me quede un poco con el. Me gustó la idea, porque la verdad que lo extraño mucho, ya pasó más de un mes que no lo veo. Un mes horrendo. Siento que mi vida es mejor con el, estoy más tranquila, y nada puede salir mal. Todo lo que quiero, lo quiero con el, y se que no me arrepentiría nunca.
No estoy segura de en qué momento de mi vida estoy. Lo definiría como muy versátil, o cambiante, o una montaña rusa de sentimientos. Todo es raro, porque encontré al amor de mi vida, pero no puedo verlo por una PANDEMIA en el mundo. Empecé a estudiar una carrera online. Descubrí que en realidad no estoy tan feliz con las amistades que tengo, mi relación con mi familia es cada vez más distante y me doy cuenta de cada vez más cosas. Tengo una banda y al fin estamos haciendo una canción, pero nadie opina y parecen no interesarles.
No sé, la verdad.
Estoy harta de ser la intermediaria en mi familia. Mi vieja que quiere hacer todo en la casa y después se queja de que está cansada de hacer tantas cosas blablabla. Mi hermana que no hace un carajo. Literalmente desde que se levanta hasta que se acuesta no hace la comida, no se hace el desayuno, y no limpia, no ordena, no lava los platos. No hace absolutamente nada. Estoy harta de vivir así, de que también use la excusa de que está deprimida y que quiere su vida de nuevo. Es una persona totalmente egoísta, que se piensa? Que le afecta a ella nomas? Me jode porque solo ve lo de ella y nadie más, no le interesa, no se puede poner en el lugar del otro ni un poquito.
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danny-ammu · 6 years
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Magia Mutante. Capitulo 19 (El Principio De Las Muertes)
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Una cadena envuelve la guadaña de Erika y se la arrebata. Ella voltea de donde binó la cadena y recibe un golpe en la cabeza que la a unos envía a unos pocos metros de ahí.
Mikey: (levantando a María) ¿estás bien?, me tenías preocupado. Estas muy herida.
María: (aun aturdida, pero sonriendo) estoy bien Mikey, bueno… estaba a punto de…
Mikey: (la brasa fuertemente) ¡¡calla!! No digas eso. Tú… a ti no, tú no morirás mientras esté aquí contigo.
María: (sonrojada y sorprendida) Mi-Mikey… etto… yo… gra-gracias…
Erika: (enfadada y descontrolada) ¡¡¡YA ME HE CANSADO DE USTEDES DOS!!! Ahora… lo pagaran. (Ella, invoca a dos callones y empieza  disparar en dirección a los dos jóvenes)
Mikey, carga a María esquivando los disparos, ella un sigue aturdida y necesita curara sus heridas para poder ya darle fin a esto. Erika está en la misma, pero su odio la mantiene aún en pie.
María: (en los brazos de Mikey) ella esta tan corrompida por su odio, que de verdad esto podría agravarse a un nivel peor.
Mikey: (preocupado) ¿realmente es tan fuerte?
María: (preocupada y mirando a Erika) no, pero… cuando los sentimientos negativos nublan e juicio de una bruja… nos llegan a dominar de una forma tan sorprendente y macabra que… no sé qué podría pasar.
Mikey: (mirando a María, la deposita en el suelo) escucha… tú tienes que recuperar tus fuerzas, yo la distraeré y tratare de ganar todo el tiempo posible.
María: (sorprendida) ¿Qué? ¡¡¡NO!!! Mikey. Es muy peligroso.
Mikey: (sonriendo) confía en mí, yo soy muy fuerte y te protegeré a ti, pese a lo que sea.
Erika: (riendo, maniacamente) ¿tu? Un monstruo como tú. Jamás podría hacerme daño alguno. Jejejejeje.
Mikey: (molesto) te hare pagar, por lo que le has hecho a ella (preparando sus nunchuks)
Erika: (con su guadaña en mano) ven, monstruo y házmelo saber. Jajajaja
Ambos se enfrascan en una pelea, con armas y ella utiliza su magia. Pero él lo recompensa con agilidad y destreza. La Ushiromiya concentra toda su energía mágica para poder recuperarse rápidamente y ayudar a su querido amigo.
Erika: (ríe, mientras pelea) jejeje, pensé que sería más aburrida esta pelea. Pero me has divertido tanto. Ya veo, por qué estas Ushiromiya se han interesado en ustedes adefesios.
Mikey: (atacándola) no creas, que esa palabra me molesta.
Erika: (ríe) genial, jejejeje sigamos hasta que haigas muerto.
María: (lanzando unas semillas) Mikey, aléjate de ella. Prisión de enredaderas.
Las enredaderas, aprisionaron el cuerpo de Erika. Para detenerla un poco, esas enredaderas estaban hechas de magia 100% pura, restaurada y más fuerte. Con eso ella no podría moverse a ningún lado.
Erika: (riendo y tratando de zafarse) jajajajajaja ¡¡esto no podrá contenerte!! Sí, que eres muy tonta al pensar que podría detenerme esto.
María: (suspira) Mikey ¿estás bien? ¿Te lastimo?
Mikey: (sonríe) solo unos cuantos rasguños y heridas, nada de qué preocuparse.
María: (sonríe aliviada) eso… me tranquiliza mucho. Ahora debo terminar el sufrimiento de ella.
Erika: (aun atada) jajajaa, ¿mi sufrimiento? No me hagas reír, yo no sufro de nada.
María: (la mira seriamente) Erika, tu sufres por el amor no correspondido.
---Noroeste---
Raph: (peleando contra Eva/Beatrice) ahora, Ange.
Ange: entendido.
Ellos, se encontraban peleando entra la bruja de menor rango del lado oscuro. Ella  había dado una buena pelea, pero aun así no fue difícil mantener la batalla, ella estaba más exhausta, esta no tenía tantos sentimientos negativos como Erika, que la mantuviera de pie.
Los movimientos combinados de Raph y Ange, resultaban muy positivamente para ellos, ellos si apenas tenían unos cuantos rasguños y heridas nada de que preocuparse.
Eva/Beatrice: (gravemente herida) ¿Qué esperas Ange?
Ange: (seria) mmm
Eva/Beatrice: (escupiendo sangre) ¡¡¡vamos!!! Mátame ahora. Termine con esto de una buena vez. Es lo que querías ¿no? Matarme, acabar conmigo. Jajajaja, eres una buena niña que cumple sus propósitos. (Riendo terroríficamente) jajaja, te pareces cada vez más a tu tía Eva.
Ange: (agacha su mirada) no… no quiero matarte…
Raph: (sorprendido) pero… ¿Qué estas diciendo? Después de lo que ha dicho y hecho, ¡¿vas a dejar todo así?!
Ange: (seria) nunca dije que lo dejaría así. Esta bruja oscura merece morir, por todo… todo lo, que ha hizo y está haciendo. Ella solo es el lado oscuro de un integrante de mi familia, pero no es ella y además no la quiero matar… no la quiero matar yo sola. (Mirando a Raph)
Raph: (sonriendo) claro Ange. Hagámoslo juntos.
Eva/Beatrice: (riendo) valla que lindos… mejor ya mátenme, que verlos me enferman. Jajajajaja
Ambos, le dieron el golpe de gracia a Eva/Beatrice, para que dejara de sufrir, aunque ellos no lo hicieron con ese propósito si no solo de matarla y acabar con ella. Ange, termino manchada de sangre en las mangas de su vestido de bruja y en partes de su cuerpo, sangre que había salpicado Eva/Beatrice. Las sai de Raph y su cara también tenían algunas de esas manchas. Aunque sabemos que también era combinación de su propia sangre.
Ange: (suspira) ya todo acabo. (Se deja caer de rodillas al suelo) uffff, sí que estoy cansada jajaja
Raph: (se cerca a ella) ¡¡oye!! ¿Estás bien?
Ange: (mirándolo) si, solo que me canse un poco, jajaja. Por cierto. ¿Nunca te cansas de ser tan preocupan?
Raph: (confundido) a ¿Qué te refieres?
Ange: (sonriendo) digo, siempre te estas preocupando por tus hermanos y por mí. Entiendo lo de tus hermanos son tu familia, pero ¿por que por mi?
Raph: (sonrojado) bueno… eso es porque… ¡¡ya deja de hablar de esto!!
Ange: (sonriendo pícaramente) te gusto ¿verdad?
Raph: (sonrojado) ¡¡¡CALATE!!! Eso no es cierto.
Ange: (ríe) jajaja, lo sabía, lo sabia… etto, también se que Mikey le gusta María y de hecho yo doy mi consentimiento para que sean novios.
Raph: (sorprendido) ¡¿Qué?! ¿COMO SABES ESO?
Ange: (seria) ¿Qué? ¿Se te olvida que soy bruja?
Raph: entonces… ¿sabes lo de Mikey?
Ange: (seria) y lo de Leo también, el no me gusta para que sea novio de María. Etto… (Lo jala del brazo) vamos donde están los demás, para decirles que ya Eva/Beatrice quedo en el pasado.
Raph: (siendo jalado por Ange) (pensamiento: esta chica, es muy loca y no tiene mucha concentración en algunas cosas, pero si es verdad me gusta mucho, pero no se o diré… no por ahora. Maldita sea, sabe lo de Leo. Eso será un problema, lose.
---En el este---
Beatrice, sentada en una pequeña montaña, de cadáveres de goats y ninjas del clan del pie. Ellos ya habían acabado con ese problema.
Beatrice: (suspira) se ha acabado tan rápido. No fue nada divertido, quería matar más.
Virgilia: (molesta) ¡¡BEATRICE!! Cállate, no digas tal vez cosas.
Beatrice: (haciendo pucheros) pero… sama…
Battler: (mirando a abril) veo que no te paso nada. Eres buena peleando
Abril: (sonriendo) gracias, se lo debo a Splinter. El me enseño y dio el tessen.
Battler: (sonriendo) crees, ¿Qué podrías enseñarme a usarlo?
Abril: no lo sé…
Battler: (ríe) puede que parezca un cabeza hueca, pero no lo soy.
Donnie: (corriendo y abrazando a Abril) Abril, mi linda Abril. Estas bien, que bueno estaba preocupado.
Abril: corresponde al abrazo) te dije que estaría bien Donnie, además Virgilia, no me dejo sola ni n momento.
Donnie: (mirando a Virgilia) gracias por cuidarla.
Virgilia: (sonríe tenuemente) dije, que cuidaría de ella y así lo hice. No tienes que agradecerme nada.
George: (acercándose) te dije, que ella estaría bien.
Battler: (chocando manos con George) ei, aniki. Veo que todo salió bien.
George: (sonriendo) claro que sí, todos somos muy fuertes como dejarnos vencer por ellos.
Beatrice: (pasada detrás de Donnie y George) aunque… (Les toca a ambos puntos donde ella sabe que les duele) ¿Ven? Ustedes también fueron heridos. No se hagan los fuertes, ante nosotros.
Ambos chicos cayeron adoloridos, por las heridas. Aunque luego todos echaron a reír, por lo graciosa de la situación. Llegando también con ellos Ange y Raph y contando que Eva/Beatrice es vieja historia. Aunque se preguntaban que pasaba con los cuatro faltantes y por qué no retornaban.
Jessica: (recargándose en un poste) ufffff, pensé que sería más fácil. Y que no me daría el asma.
Leo: (apoyándose en su katana) si, eso nos puso en un problema.
Jessica: (ríe) ay amigo, tranquilo. Mira triunfamos y el quedo hecho pedazos.
Leo: (sonriendo algo agitado) literalmente. Creo que nos excedimos un poco.
Jessica: (risita) creo que si… no me caía mal el tipo, pero no me agrado que hiciera todo eso, ni modo, la muerte es el único camino.
Leo: (envainando su katana) creo que si te pareces a Raph.
Jessica: (desapareciendo sus protectores de nudillos y volviendo con su ropa normal) no, el se parece a mi yo soy mayor que ustedes.
Leo: (ríe) jajaja, tienes razón. (Cambia a una mueca de dolor) no me hagas reír, que me duele.
Jessica: (ríe) jajaja, oye.
Leo: ¿sí? dime
Jessica: (mirada picara) ¿dese cuando te gusta, la pequeña María?
Leo: (sonrojado) ¿Cómo… te has dado cuenta?
Jessica: (riendo y caminando) por la forma en que la miras, conozco las miradas y las interpreto perfectamente.
Leo: (suspira y caminando a la par de ella) soy algo obvio por lo visto
Jessica: (sonríe) claro que no, yo me di cuenta porque conozco más de esas cosas. Pero ten por seguro que María, siendo como es, jamás se dará cuenta y eso es una ventaja para ti.
Leo: (confundido) ¿ventaja? ¿Cómo sería una para mí?
Jessica: (con aires de superioridad) a María-chan, le gustan las sorpresas. Créeme que si le dices así de la nada y en privado que te gusta, ella te dirá una respuesta positiva. Es que si eres muy oculto en tus sentimientos, ya que serás un misterio para ella y le gusta eso más a ella.
Leo: (feliz) gra-gracias, por la ayuda. Pero ¿Por qué me ayudarías a conquistar a tu prima? (triste) digo, por como yo soy… no creí que podrían ayudarme ustedes. Porque…
Jessica: (molesta) aaaa, ¿piensas que nosotros somos muy superficiales? ja, pues que mal nos conoces. Si ustedes son la felicidad de María y Ange. Nosotros no haremos nada para evitarlo
Leo: (serio) incluso… ¡sabes lo de Raph!
Jessica: (ríe) por supuesto, nada se escapa de mis agudos sentidos. Jajaja, (apenada) aunque no sé si a Battler, le agrade la idea. El podrá parecer un tonto y lo es, pero es muy sobreprotector cuando se trata de su hermana y prima menor. Así que les ayudare a ambos lo más que pueda. ¿Estás de acuerdo?
Leo: (feliz) gracias Jessica.
Jessica: (corriendo) anda, tenemos que ver cómo están los otros y tranquilo sé que ella, está muy bien. Nunca se da por vencida fácilmente.
Leo, sale corriendo tras ella. Él se sentía muy feliz, de que ahora tuviera una aliada en eso del amor y quien mejor quien Jessica, si ella tenía una gran influencia en María.
---en el extremo sur---
Erika: (sin poder zafarse de las enredaderas) ¿Qué mierda? ¿Por qué no puedo?
María: (suspira) mi magia se ha recupera, en cambio la tuya se ha desgastado. Puede que los sentimientos negativos, te hagan una bruja muy fuerte. Pero eso no siempre funciona, cuando se pelea con una bruja de buen corazón.
Érika: (riendo) ¿buen corazón? ¿Tu? (Enojada) tu, no eres nada de eso. Tu, tu, maldita alejaste a Dlanor de mí, y si fuera poco, querías que ella fuera la novia de Will. (Cara de loca) pero… yo, yo ¡¡detuve ese gran error de mi amada Dlanor!!
Mikey: (mirando a María) ¿de qué está hablando ella?
Erika: (ríe) jajaja, vamos María, dile a tu querido amigo. Todo lo que ustedes me han hecho.
María: (enojada) ¡cállate!, nosotros no te hemos hecho nada. Tú fuiste la que empezó todo, ¡todo! me trataste de matar cuando yo tenía 9 años, si no hubiera sido por Dlanor. Estaría muerta ahora mismo. Pero eso no quiere decir que te la a higa quitado.
Erika: (mirándola con odio) ¡SI, SI TU ME LA ARREBATASTE!
María: (enfurecida) ¡¡claro que no!! Ella misma explico, que como inquisidora es su deber detener y matar a brujas de magia oscura. Pero cuidar de aquellas de magia de luz. Después de eso, fingiste ser nuestra amiga, solo para hacernos más mal.
Erika: (seria) te equivocas, lo hice por Dlanor, quería estar con ella siempre y si quería decir estar cerca de ti, tsk por ella lo soportaría.
María: (enojada) después de que pasó el tiempo y supiste que Dlanor, se había enamorado de Will e hicimos esa reunión especial para ellos, tu ayudaste. Solo para poder matar enfrente de los ojos de Dlanor, como matabas a Will, el amor de su vida y mi buen amigo. (Con algunas lagrimas en los ojos) lo mataste tan cruel frente a nuestros ojos… fue horrible.
Erika: (riendo) para mí también fue difícil. jajajaja bueno no. (Enojada) pero tu desgraciada, después de eso me arrebataste mi titulo de bruja de la verdad. ¿Cómo te atreviste?
Mikey, abraza a la pequeña bruja para darle consuelo. el verla llorar le hacía sentir un nudo horrible en corazón. Ella, sintió el abrazo muy cómodo y muy confortable, pro sentir el apoyo de su amigo.
María: (limpiándose las lagrimas, aun en los brazos de Mikey) ¿Cómo… como me atreví? (apartándose del abrazo de Mikey) yo... yo, solamente quería matarte por haber hecho eso, la muerte de Will, fue… haaaaaaaaa…
Erika: (sonriendo) pues no lograste matarme en aquella época.
María: con 12 años… 12 años de edad, tenía más misericordia de lo que tengo ahora. Solo te arrebate tu titulo, y ahora tienes otro. ¡¡¡BRUJA DE LA TRAICION!!! Y una cosa más. Verdad roja: (alrededor de María y Erika se torna color rojo) Erika Furudo, nunca ha amado de verdad ha Dlanor. (Las letras dichas en rojo, pasaron alrededor de ambas)
Mikey: (sorprendido) ¿Qué… fue eso?
María: la verdad roja, cuando algo es dicho por ella, el ambiente se torna del mismo color que ella y todo lo que se diga en rojo, es verdad. Sabía que Erika, nunca había amado a Dlanor, solo era una obsesión.
Erika: (enfurecida) ¡¡¡CALLATE, CALLATE!!! MENTISTE CON LA VERDAD ROJA.
Por el enfado descontrolado de Erika, logra romper las enredaderas e irse con su guadaña para destazar a ambos. Ellos esquivan, ese ataque. Erika, se voltea y envía una lluvia de dagas, contra sus oponentes. Los dos no logran esquivar ese ataque. Unas dagas se clavaron en el caparazón de Mikey, sin profundizarse tanto, afortunadamente. En María, se clavaron en su estomago y costados.  
Mikey: (con cara de dolor) María, ¿recuerdas lo que dije de tus cadenas y mis nunchuks?
María: (adolorida) creo que sí.
Mikey: (sonriendo) ay, ay que hacerlo.
María: (pensando) aaaa, (afirmando con la cabeza) entiendo.
Erika: (enfurecida) sea lo que planean, no les servirá de nada. Morirán acéptenlo, morirán.
Ambos amigos, desaparecen de la vista de Erika. Esta los buscaba por todos lados, hasta que de todas direcciones contra ella, era atada por cadenas tanto mágicas y con más nunchuks. Así Mikey apareciendo clavándole varios cuchillos de los cuales tenían los nunchuks, la sangre salía de la peliazul a borbotones, pero las brujas no son muy fáciles de matar, aun su corazón latía y con vida.
Erika: (saliendo sangre pro todo su cuerpo y vomitando sangre) n-no, crean que podrán. cof, cof acabar así conmigo. Vamos aparece ya Ushiromiya.
María: (aparece sosteniendo sus cadenas mágicas y por un lado de Erika) aquí estoy. Mikey… hagámoslo ya, me he cansado de ella.
Mikey: (del otro lado de Erika, sujetando sus nunchuks que ataban la adversaria) bien.  Cuando tú digas.
Erika: (sonríe) veo… que esto será muy interesante.
María: (sosteniendo sus cadenas con todas sus fuerzas) vete para siempre Erika.
Ambos chicos, jalan las cadenas que sostenían y en volvían a Erika. Fue tal la fuerza que jalaron esas cadenas que la descuartizaron, provocando su muerte instantánea, la sangre obvio salpico mucho.
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helloiamdaisy · 4 years
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Dos.
Edades: Akira (10), Eiji (9), Takumi (7), Nana (5), Naoko (5), Ren (4), Mei (2)
Las hojas marrones y amarillentas crujían bajo los pasos infantiles, mientras la comitiva conformada por tres adultos, seis niños y un bebé avanzaba hacia la profundidad del bosque. Cuando Ren se dio la vuelta, todavía podía ver las figuras lejanas de sus padres, que los despedían con la mano. A excepción de los padres de Nana, que por supuesto se encontraban ausentes. Estaba ya cerca de anochecer: el cielo sobre sus cabezas, de un color naranja potente, se perdía cada vez más según se iban adentrando en la frondosa arboleda. El pequeño Ren tomó la mano de Naoko, inseparables como eran. Estaba un poco asustado, pero no quería decirlo en voz alta. Tener miedo sólo era para los cobardes, eso decía siempre su padre. Tenía que ser un hombre, ser valiente. Hacer frente a sus deberes.
—¿Dónde vamos? ¿Vamos a jugar? —le preguntó Naoko, justo antes de ser reprendida inmediatamente. —¡Silencio! —sus cuidadores eran de por sí estrictos, pero aquel día estaban especialmente desagradables. Una de ellas parecía especialmente molesta porque Mei, todavía un bebé pequeño en sus brazos, no paraba de golpearla con su sonajero.
Siguieron avanzando en relativo silencio; Ren buscaba a Eiji con la mirada, pero no correspondía. Antes de que los llamaran a salir, su hermano mayor le había pedido que tuviera mucho cuidado y se preparase para correr siguiéndolo a él, pero no sabía a qué se refería. Akira y Takumi también miraban al frente, sin cruzar su vista con nadie más. La única que parecía sentir la misma curiosidad que Naoko y Ren era Nana, que se paraba cada dos por tres a mirar esto o aquello, a gritar "¡una ardilla!" cada vez que veía una, hasta que finalmente una de las cuidadoras tuvo que tomarla de la mano y llevarla por la fuerza. Al rato, cuando la mansión principal estaba totalmente fuera de vista, se detuvieron. Los reunieron en círculo dentro de un claro, una zona más despejada donde pudieron advertir que la luna comenzaba a asomarse.
—Escuchad atentamente, niños. Como parte de vuestro entrenamiento, hoy vamos a jugar a un juego —Ren advirtió que las manos de Akira, a su lado, temblaban—. Vamos a jugar al escondite.
Ren no entendía nada, pero guardó silencio. Naoko y él se miraron; ella tampoco parecía comprender.
—Las normas son sencillas. Haremos sonar la canción del escondite, y mientras dure podréis ocultaros para que no os encontremos. El último en ser encontrado tendrá un premio especial. Y al que encontremos el primero... también. ¡Preparaos!
Una de las cuidadoras convocó el tocadiscos del jardín, que aterrizó sobre el claro unos segundos después. La cuidadora que sostenía a Mei sacó su varita y con otro giro de muñeca, la música comenzó a sonar.
«Jugando al escondite en el bosque anocheció. Jugando al escondite en el bosque anocheció.»
Antes de que se pudiera dar cuenta de lo que ocurría, Ren sintió un tirón violento que lo arrastró lejos de su lugar. Al girarse precipitadamente y estar a punto de caer, pudo ver el rostro horrorizado de Eiji, gritándole que corriera. Incapaz de encontrar palabras, Ren obedeció. Pudo ver que los demás hacían más o menos lo mismo: Naoko los miraba alejarse dubitativa antes de echar a correr ella misma en otra dirección. De Akira y Takumi ya no quedaba ni rastro. Nana era la última en el claro, algo ajena a lo que pasaba, hasta que finalmente los vio y echó a correr tras ellos.
—¡Nana, vete a otro sitio! —la voz de Eiji estaba teñida de urgencia y terror—. ¡Nos vas a descubrir a todos! ¡Escóndete allí, entre las rocas! —¡Pero yo quiero jugar con vosotros! —¡Esto no es un juego, Nana! ¡Vete!
A regañadientes, la niña finalmente obedeció. A pesar de la distancia, todavía podían escuchar la canción desde el claro. «Jugando al escondite en el bosque anocheció. El cuco, cantando, el miedo nos quitó. El cuco, cantando, el miedo nos quitó.» Eiji se paró de golpe, mirando a su alrededor. La duda llenaba sus ojos; no sabía por dónde avanzar. Murmuraba para sí mismo, girando abruptamente de una dirección a otra.
—¡No queda tiempo! —se lamentaba entre susurros para sí mismo. Ren quería preguntarle lo que ocurría, pero estaba demasiado asustado como para hacerlo. La canción del claro parecía acelerar su ritmo cada vez más y más. «Jugando al escondite en el bosque anocheció. Jugando al escondite en el bosque anocheció.»—. Escúchame, Ren, es muy importante. Escóndete entre esos arbustos lo mejor que puedas y no hagas ningún ruido. Da igual lo que digan o hagan, tú no salgas. Tápate la boca y no respires fuerte. ¿Me oyes? Por favor, Ren.
El pequeño sólo alcanzó a asentir con la cabeza, confuso como estaba. Obedeció a su hermano, ocultándose entre los arbustos. Desde allí, vio cómo Eiji buscaba otra zona entre los árboles para esconderse. En ese momento, las últimas notas de la canción del claro les alcanzaron.
«El que no se haya escondido, tiempo ha tenido.»
Los siguientes minutos, difíciles de calcular para un niño como Ren, pasaron en absoluto silencio. No se oía absolutamente nada. Había terminado de anochecer por completo, y era difícil distinguir algo en la negrura. Ren tenía frío y quería irse a casa. Quería volver con su madre. ¿Dónde estaba su madre? ¿Vendría ella a buscarlo?
De pronto lo vio: unas luces acercándose. Eran varitas. ¿Sería su madre? Su decepción no tardó en llegar al percatarse de que se trataba de dos de las cuidadoras. Asumió que la otra seguía con Mei en el claro. Quería decirles dónde estaba, quería pedirles que lo llevaran a casa, pero Eiji le había pedido que no hiciera ruido. Así que obedeció y tapó su boca con ambas manos, con tan mala suerte que resbaló ligeramente, provocando que algunas hojas se movieran.
—¿Lo has oído? —dijo una de ellas—. Por allí.
Las luces se acercaban hacia Ren, estaban a punto de alcanzarlo. Hasta que un nuevo sonido llenó el silencio.
—No, es por allí —las luces giraron en dirección al escondite de Eiji. Ren podía intuirlo tras un árbol, cubriéndose la nariz y la boca, mirándolo y negando con la cabeza. Las luces cada vez estaban más cerca de él, lo descubrirían en cualquier momento. Fue en ese momento cuando, movido por algo que no sabría describir, Ren salió de su escondrijo con paso decidido. —¡Estoy aquí! —proclamó a los cuatro vientos. Las luces inmediatamente se giraron hacia él, cegándolo. Trató de correr, pero fue inútil: una mano lo agarró con violencia. —Aquí está: el primero en caer. —¡NO! —un grito desgarrador sonó desde el escondite de Eiji. Una de las luces le indicó a la otra la dirección y se separaron velozmente. —Vamos, jovencito. Hoy los honores son todo tuyos —ni las quejas de Ren consiguieron que la mujer aflojara el agarre.
Andaron unos pocos metros sin que nada ocurriera, hasta que de pronto, unos pasos veloces dignos de un gato los rodearon. Después, algo cruzando el viento y un golpe seco. El agarre que sostenía a Ren se relajó lo justo para que pudiera echar a correr de nuevo.
—Petrificus Totalus! —Ren cayó al suelo al instante, totalmente inmovilizado. —¡Suéltalo, asquerosa! —era la voz de Nana; ahora Ren podía verla. La niña les sacó la lengua y echó a correr perdiéndose en la oscuridad antes de que la niñera pudiera atacar de nuevo. Al recogerlo del suelo, Ren pudo ver que la mujer tenía una brecha sangrante en la sien.
En escondites cercanos, Akira y Takumi observaban la escena. Mientras las cuidadoras se llevaban a Ren ellos se miraron, sin decir nada. Sabían que tardarían al menos un par de días en volver a verlo. No podían hacer nada, y aunque pudieran, tampoco lo harían. Era sálvese quien pueda, y cuanto antes lo supieran todos, mejor.
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Capítulo 2: Rivales en el amor
El resto de los alumnos ya habían hecho su presentación:
- Nagito Komaeda: Estudiante afortunado definitivo.
- Ryota Mitarai: Estudiante impostor definitivo.
- Chiaki Nanami: Estudiante gamer definitiva.
- Minka Tsumiki: Estudiante enfermera definitiva.
- Teruteru Hanamura: Estudiante cocinero definitivo.
- Ibuki Mioda: Estudiante música definitiva.
- Nekomaru Nidai: Estudiante entrenador definitivo.
- Fuhujiko Kuzuryuu: Estudiante yakuza definitivo.
- Peko Pekoyama: Estudiante espadachína definitiva.
- Akane Owari: Estudiante gimnasta definitiva.
- Mahiru Koizumi: Estudiante fotógrafa definitiva.
-  Hiyoko Saoinji: Estudiante folclórica definitiva.
- Gundham Takana: Estudiante criador definitivo
- Kazuichi Souda: Estudiante mecánico definitivo.
- Sonia Nevermind: Estudiante princesa definitiva.
Han pasado cinco meses desde que comenzaron sus estudios en la Academia de la esperanza. Sin embargo las cosas no han ido bien para Kazuichi. Era como llevar un peso encima. Ya que cada vez que quería invitar a Sonia siempre era rechazado, o pasaba algo inesperado: Muchas veces por un efecto colateral de cierto estudiante, cuyo talento solo lo define por la suerte que posee.
Nagito Komaeda, el estudiante afortunado definitivo.
Era uno de los causantes por las cuales ha perdido su oportunidad de invitar a su amor platónico a una cita. Ya que gracias a la suerte del chico de pelo blanco siempre se lleva en carga la mala suerte de este, como un péndulo entre la fortuna y el infortunio. Un ejemplo fue cuando la vio pasear por el parque, y al momento del acercamiento un panal de abejas callo en su cabeza y él terminó con varias picaduras, porque Nagito deseaba un cupón para una película gratis. O aquella vez en que fue atropellado por un camión porque su compañero de clase quería refresco.
Sin embargo comparado con toda esa mala suerte y desdicha que lo acompaño desde la niñez tenia un obstáculo mucho mayor. Era su enemigo natural, su rival al vencer, su piedra en el zapato. Su mayor problema era sin dudarlo Gundam Tanaka, el criador definitivo. Muchas veces cuando intento invitar a la princesa a una cita ella buscaba siempre al chico místico. Sonia y Gundam tenían una unión muy estrecha, aunque fueran amigos, aun con este hecho él sentía una gran envidia.
Envidia porque la rubia siempre le prestaba más atención al chico pálido. Muchos en la clase siempre concuerdan de que esos dos hacían una buena pareja. Hecho que ponía rojo al dueño de los hámsters, y eso es debido a que en realidad Gundam sentía algo por Sonia Nevermind, él la quería, mas bien la amaba. Ya que fue de las pocas personas que lo aceptó tal y como era. Escuchar todos esos comentarios y ver el sonrojo del gótico, no hacia mas que aumentar su envidia.
Era como un veneno, que lo mataba por dentro poco a poco, y lo cegaba. Cuando veía a aquel chico siempre se replanteaba la misma pregunta, esa pregunta que lo inquietó por varias noches y no lo dejaba dormir: ¿Qué tenia el que yo no?
En uno de esos muchos días Souda se dirigió al parque a pedirle una cita. Ya que momentos antes había dicho que saldría de paseo con sus compañeras de clase, aunque más bien el mecánico espió su conversación que tuvo con sus amigas. El peli-rosado tenia un ramo de flores, algunas margaritas, rosas y tulipanes. Emocionado Kazuichi corrió a toda prisa al parque y esperó a toparse con ella.
Souda estaba preparado. Como un lobo asechando a su presa. Deseaba estar cerca de Sonia, sin saber que alguien más le robaría su presa.
Se quedo sentado en la banca mas cercana a la entrada, y con un reloj de pulsera esperó la llegada de su princesa. Había venido unas dos horas antes de la hora en que las jóvenes habían acordado en venir. Cuando rosaban las 1:30 media hora antes de la citada, él escuchó unos pasos cercanos. Se ilusiono creyendo que era su bella rubia.
-Que bien ya llego- se dijo con un brillo en los ojos, sin mirar se puso en el camino y dijo- Hola señorita Sonia me pregunto si... - la desilusión le dio de golpe cuando reconoció la figura, no era la persona a quien esperaba, sino que era él... - Oh, mierda eres tú.
El que tenia parado frente al él era su rival en el amor. Gundam tenia los brazos cruzados con una mirad seria en el rostro- Sin embargo a pesar de su mirada seria tenia entre sus manos una bolsa de supermercado repleta de semillas y frutos. En aquel instante le cuestiona confundido al pálido.
- ¿Qué haces aquí Tanaka? no pensé que ibas a venir - dijo confundido, no esperaba verlo en el parque, y menos en aquella mañana.- Un momento... - lo miró con detalle y exclamó- ¡¿acaso te enteraste de mis planes para invitar a la señorita Sonia?!
- "Enterarme de tu plan" menudo mortal blasfemo ¿Por qué el señor supremo del hielo perdería su valioso tiempo en un mero insecto como tú? - dijo el criador soltando una gran carcajada.
- ¡No mientas!- gritó el mecánico - sé que escuchaste mi plan para invitarla a salir  la señorita Sonia y estabas dispuesto a adelantarme.
- Tu plan para invitar a salir a Sonia- nuevamente rió, mirando con cierta incredulidad al peli-rosado.- No me hagas reír.... ¿en serio crees que la dama oscura, la poderosa reina de la oscuridad, tendría ojos para una miserable hormiga como tú?
- Oye, no insultes a la señorita Sonia, loco con hámsters- una discusión comenzó.
-Tal como pensé... no sabes nada...- cruzo de brazos, mientras sus hámsters salían de su bufanda y se posaban en los hombros de su amo. - Si conocieras el verdadero poder de la reina oscura, veras una tormenta de destrucción, ella es una mujer de lo mas hermosa, pero con una terrible magia prohibida. Si su verdadero potencial se desatara, es el momento donde conocerías el verdadero terror.
- Ella es una princesa 100% pura en la vida real, tarado.- Insultó el mecánico.-deja de vivir en la fantasía, que esto es la vida real.
El chico se quedo callado un momento, esa frase: "deja de vivir en la fantasía, que esto es la vida real". Aquellas palabras... eran como un cuchillo tajante que le apuñalaba su conciencia, despertando toda su cólera .
- Has cavado tu propia tumba.- exclamó molesto el criador.
- ¡Alto!- gritó una voz suave pero a la vez familiar.
- Mierda...- susurró para sí mismo Kazuichi.
- No me gusta verlos pelear... por favor no lo hagan...- en frente de ellos apareció Sonia, quien fue acompañada por el resto de sus amigas al parque: Saoinji, Mikan, Koizuimi, Peko, Ibuki y Chiaki.
- ¿Qué pasa aquí?- cuestionó Chiaki mirando el alboroto.
- ¿Acaso estaban a punto de pelear? - exclamó Koizumi confundida.
- Yo apuesto a que ese rarito le romperá la cara a Souda.- dijo burlonamente Saoinji, deseando hacer sufrir al mecánico.
- Esto parece salido de un telenovela barata - comentó Ibuki,- si ustedes pelean por Sonia, Ibuki participara. - gritó ton entusiasmo a punto de saltar a la pelea. Pero una mano que le sujeto la manga del cuello la detuvo.
- No Ibuki, no creo que sea una buena idea...- le pidió la gamer a la música.
- Mejor yo los detengo- se ofrece Owari, apretando los puños.
- Tu tampoco- exclama Nanami- meternos en esta situación solo lo empeorara
- Sonia tiene razón- interfiere Mikan- la violencia no resolverá nada, no hay motivo para pelear...
- Tú cállate zorra asquerosa- le gritó la enana.
- Lo siento....- exclamó la enfermera lloriqueando.
- La princesa tiene razón - afirmó Peko - estas peleas no llevaran a nada.. es mejor que se comporten de forma madura.
- Sonia...- susurraba Gundam mirando a la princesa.
La situación era de lo mas incomoda. Ellos a punto de pelear y frente a la princesa, no era agradable, y menos frente a todas sus amigas. Como cerdo en matadero el mecánico reflejaba preocupación y angustia. Mientras que por parte de Gundam solo volteaba su mirada a su alrededor: Tanto a Sonia como a Souda. Sin saber exactamente de qué manera reaccionar.
- Por favor... no peleen... no quiero que ustedes se lastimen...- le pidió Sonia de forma amable.- tú eres el señor oscuro, pelarte con él no es algo que vaya contigo.- le dijo la princesa siguiendo su juego.
Aquel inquietante silencio duró unos dos minutos, aunque para ellos tres era un eternidad. Tanaka cerro los ojos y un poco mas tranquilo le respondió a su amada:
- Esta bien mi dama oscura, lo perdonare, pero solo por esta vez - Afirmó dandole la espalda a su rival y observando a Sonia. - Si no deseas un baño de sangre, no voy a hacerlo. - el chico suspira y dice - aunque mi intención de ir a este lugar solo fue porque este es el sendero mas rápido a aquel donde puedo obtener semillas de plantas malditas para mis debas de la destrucción. Sin embargo no pensé en estar frente a tu presencia por este sendero directo al santuario infernal, y menos a este mortal patético, cuya lengua deberá ser arrancada y quemada por sus blasfemias.
- Oye no soy patético. - le gritó el mecánico. - y ni que pudieras hacer algo así, cretino.
- Ya basta Souda, no lo provoques por tu bien - le suplicó la princesa.
- ¿Espera? - cuestionó confundido- como que por mi "bien".
- Por esta ocasión fuiste muy afortunado de que Sonia no desea nuestro enfrentamiento - lo mira de reojo - pero para la próxima... no tendré piedad alguna sobre ti.
En cuanto el chico pálido se marcho del lugar, el joven de las maquinas se quedo a solas con las chicas, algo nervioso tras ver a su amor platónico en frente de él, con las miradas enfurecidas del resto de estudiantes femeninos de su clase.
- Mierda... - se dijo a sí mismo - estaba nervioso con las flores aun en mano- yo yo... - él tiró las flores y dijo - Me largo.... - Con estas palabras salió corriendo.
- Bueno no espere n espectáculo incomodo como ese...- comentó la gimnasta sacándose cera de ls orejas.
- Yo quería que le rompieran la casa a Souda... que decepción. - comentó la bailarina mirando molesta al mecánico que se marchaba a toda prisa.
- Eso no ayuda.. - dijo la enfermera preocupada.
- ¡A ti nadie te pidió hablar, cerda asquerosa!-  regañó a la joven tímida nuevamente.
Nuevamente hizo llorar a la medica.
- Típico de los hombres... prefieren la violencia antes que la razón. No es más que una perdida de tiempo.- comenta molesta la fotógrafa.
- Aun así me preocupa- comentó la rubia sumamente angustiada.- No quiero que ellos se maten el uno al otro por mi culpa.
- No te preocupes la culpa no es tuya...- le habló Peko para aclarar las cosas - ellos solo están enamorados de ti, es todo.
- Qué mal.... Ibuki también quería luchar por ella también - comentó la música.
- Espera ¿también te gusta Sonia...? - exclamó Akane confundida.
-Bueno así seria si a ella tan solo le gustara las chicas... - dijo la rockera algo decepcionada.- pero no importa, dicen que hay muchos peces en el agua.
- Bueno solo que hay un problema con eso... - la princesa bajó la cabeza y afirmó. - y es que... ambos chicos me gustan...
Las chicas se se sorprendieron por dicha declaración.
- ¿Te gustan dos chicos a la vez? - dijo Akane sorprendida.
-¿En serio sientes algo por los dos? - cuestionó confundida Ibuki. - Que envidia me dan esos dos ahora.
- Puedo entender por que te gusta ese chiflado de los animales, pero... - comentó Saoinji mirando a su amiga - no se porque también Kazuichi... - su cara se torno aterradora - ese tipo no es mas que un cobarde estúpido sin valor... además una princesa y un mecánico no harían buena pareja...
- Ya basta - exclamó Peko - el que le guste a quien le guste no es problema de momento.
-El verdadero problema es que... no sé a quien escoger...- afirmó Sonia sumamente triste.
Nanami miró esta situación; pensando en qué hacer para resolver este bochornoso dilema amoroso.
Kazuichi había pasado un momento terriblemente incomodo en el parque y nuevamente fallando en su misión de conquistar a la princesa. Se encontraba ocupado desmontando el motor de un coche sumamente molesto. Cuando pasaba un mal día siempre desmontaba cosas para calmar sus nervios.
Habla consigo mismo muy furioso, cuestionándose una y otra vez.
- No lo entiendo.... - exclamó sacando un tornillo muy grande. - Realmente no entiendo.... - se detuvo por un momento - ¿qué tiene ese perdedor que yo no tenga?- el continuó con su trabajo mientras seguía con su solitaria conversación- es un idiota, loco de remate, lleno de delineador negro, y un patán de fachada de circo.
Él sacó un pedazo muy grande.
- Digo acaso Sonia se cree esas tonterías de bestias demoniacas o algo así, o acaso será por esa voz masculina, o esa rara mirada misteriosa, o s-su... ah!- se dió un un fuerte palmetón en la frente- que estoy diciendo.... no soy gay...
Él estaba más que asustado y nervioso que antes. Por toda la incomodidad que paso hace unos momentos.
Mientras tanto Tanaka se encontraba actualizando su pagina de internet de crianza animal. Escribía y aconsejaba sobre cómo cuidar a un perro de forma adecuada a los navegantes.
Uno de sus hámster poso en la mano de su sueño, que sujetaba el mouse de la maquina, y como si quisiera algo le dio unas rascadas solo para llamar su atención. Al percatarse de esto soló levantó la mano con su amigo ya encima de ella.
-¿Oh que pasa Cham-P; Dragón negro invasor? ¿te sientes mal?- cuestionó mirando a su mascota.
El roedor intentó hablarle soltando unos chillidos agudos. Gundam como si lo hubiera entendido dijo:
-Cham-P, aunque mi sentir en innegable y no me preocupa lo que piense la raza humana de mí, no puedo arriesgarme a enamorarme de un enemigo mortal. - comentó el chico a su hámster.
Dejó a su compañero en la mesa, continuando su trabajo. pensando en su sentir, y si realmente podía amar a dos personas a la vez.
Continuara...
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islam4christes-blog · 5 years
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"¿Por qué se me cuestiona por haber abrazado el Islam?"
http://es.islamforchristians.com/se-me-cuestiona-por-abrazar-islam/
"¿Por qué se me cuestiona por haber abrazado el Islam?"
La periodista barcelonesa Amanda Figueras, en la mezquita de Al Azhar, en El Cairo (Egipto).
Artículo, escrito en primera persona, por Amanda Figueras, periodista catalana del periódico El Mundo, sobre su conversión al Islam.
“Esta fe no es el velo ni el IS ni ningún tipo de terrorismo“. Amanda Figueras
En pleno arrebato adolescente, me dio por decirle a mi madre: “Pues a lo mejor soy lesbiana”. Me miró con su calma habitual y me dijo que no, que no lo era. Toda digna y con ese tono altivo repulsivo de nuestros años rebeldes le espeté que, de ser así, ella no lo podría saber y le pregunté que, en tal caso, qué sucedería. “Nada, pero lo pasaría mal por ti porque la sociedad no lo acepta demasiado bien”, me dijo. Al final, a mi madre le ha tocado padecer por mi culpa. No soy lesbiana, soy musulmana. Y en España no gusta lo diferente.
Soy lo que se conoce como una nueva musulmana. En realidad, mi opción religiosa no es algo nuevo sino un largo proceso personal, pero sí, no nací en una familia musulmana. Es más, no me bautizaron en la fe católica como era lo habitual, así que el término musulmana conversa no encaja conmigo. ¿Cómo llegué al islam? Muy sencillo, fue tras darme cuenta de que no sabía qué era el islam y me sorprendía mi ignorancia acerca de una fe que siguen tantas personas en el mundo. Entonces, investigué. A muchos les llama la atención, se sorprenden de que una mujer adulta, libre y en su sano juicio elija este camino. Es entonces cuando, por regla general, los prejuicios ganan, porque es más fácil pensar que ‘algún moro le habrá comido la cabeza que hacerse preguntas’: ¿Si Amanda ha elegido el islam quizás es porque no es tan diabólico como pensaba? Quienes se conforman con ideas preconcebidas, los que suponen a los musulmanes una especie de pene mágico con el que nos convierten en musulmanas, hacen lo mismo que aquellos contra los que claman: nos deshumanizan y nos ven como objetos manipulables. Hay tantas razones para adoptar el islam como nuevos musulmanes; cada cual, las suyas. Si mi capacidad para tomar decisiones no se pone en duda, ¿por qué sí se hace cuando se trata de que ahora soy musulmana? He podido elegir mi carrera, mi trabajo, mis parejas, mi casa o mi coche sin que nadie piense que me han manipulado, ¿por qué me han debido de manipular esta vez? En España no gusta lo diferente.
Antes de interesarme por el islam tenía un conocimiento escaso y lleno de equívocos, como la inmensa mayoría. De hecho, una de las partes más difíciles del proceso hasta poder decir abiertamente “soy musulmana” fue poder decírmelo a mí misma. ¿Musulmana, yo? ¿Cómo es posible que lo que estoy aprendiendo me guste, cómo voy a ser yo musulmana? En el imaginario colectivo el islam está asociado a la inmigración y a la pobreza. Cuando se piensa en musulmanes la primera imagen que viene a la cabeza es una mujer con velo, de rasgos árabes, con muchos hijos y las manos con callos. También la de hombres con barba gritando o, más recientemente, cortando cabezas. Nunca nos han contado nada bueno sobre el islam, no vemos historias de éxito, no interesan las fotos de mujeres premio Nobel con ‘hiyab’ (velo islámico), ni de ministras musulmanas, o presidentas, o simplemente profesionales. Las hay, muchas, millones de ellas. Además, esa asociación es selectiva. El islam es el peor de los males cuando se trata del islam de los inmigrantes con dificultades, de las mujeres que visten diferente a lo establecido, de los terroristas que dicen ser musulmanes. Sin embargo, hay un islam que no molesta: el de los futbolistas de éxito o el de las mujeres de las élites árabes. Recuerdo ahora una portada de la revista ‘Hola!’ de enero de 2010 en la que salía la entonces Princesa Letizia con un velo blanco. El titular decía que estaba “deslumbrante como una princesa de Oriente”. El velo no nos incomoda cuando lo llevan las princesas. La abrumadora mayoría de los artículos sobre mujeres musulmanas hablan de su forma de vestir, sobre el velo -lo que nos coloca como simples objetos, por cierto-. El velo que molesta es el de Aisha, el de Fátima, mientras que el de la jequesa de Qatar ni lo vemos. Y es que en España no gusta lo diferente, a menos que tenga dinero.
Una vez que asumí que quería ser musulmana empezó el proceso de intentar vivirlo con libertad. Me convencían sus cinco pilares: creer que sólo hay un Dios y que Muhammad (no Mahoma, por favor) es su profeta, recordar a Dios cinco veces al día mediante la oración, donar el 2,5% de mis ahorros para los necesitados, ayunar en el mes de Ramadán -que, entre otras cosas, me acerca a quienes simplemente no tienen qué comer- y, algún día, peregrinar a La Meca, si puedo. Por primera vez en mi vida había sentido la existencia de Allah. El hecho religioso es un misterio, y a mí me sorprendió sentirlo ya que siempre me había definido como atea. Me atemorizaba dar el paso pero me decidí al comprender que el islam es progresivo, al ver que tenía que cambiar mi modo de vida y darme cuenta de que, al hacerlo, no estaba dañando en modo alguno ni mi salud ni mi dignidad.
‘Soy la misma, soy Amanda, sigo haciendo mi vida’
En mi casa había muchas reticencias y yo me preguntaba qué es lo que veían tan mal, por qué estaban tan preocupados. “Soy la misma, soy Amanda, sigo haciendo mi vida, no he empezado a hacer nada malo”. La sensación de incomprensión es dolorosa. Al tiempo que yo encontraba paz, calma, felicidad y guía, en mi entorno no musulmán eso era percibido como un peligro. Pensaba que lo natural sería que mi familia me preguntara, que se interesaran, y lo mismo esperaba de mis amigos. Casi siempre he acabado llorando incapaz de gestionar una avalancha de desinformación vertida de manera agresiva. No hay mala intención, sólo miedo.
Salió el tema con una amiga, buscaba un poco de apoyo ante esa falta de empatía que sentía alrededor. Me dijo que era normal, que mi familia se preocupaba por mí y que ella se preguntaba por qué llevaba meses sin verme los brazos. Otra vez la cuestión de la ropa… ¿no es más importante lo que sentimos que lo que vestimos? Todo lo que conseguí fue que aceptara que quizás existía la posibilidad de que ella fuera demasiado radical en el asunto del velo. No llegamos a ningún acuerdo y no hemos vuelto a hablar del asunto. Le pasa como a la mayoría, le parece mal que sea musulmana, pero ni me pregunta ni le interesa que yo me explique. La quiero igual, aunque me duele. Siempre pienso que, si me hubiera dado por una fe más ‘chic’, no hubiera pasado esto, presumirían de amiga especial… pero el islam tiene muy mala fama. No es de extrañar. No hay líderes de opinión musulmanes, no hay figuras públicas de las que se destaque que son musulmanes y lo habitual es que los musulmanes con éxito prefieran no decir ni palabra sobre su religión precisamente porque el islam no vende nada. Si Leonardo DiCaprio se hubiera hecho musulmán en lugar de dejar crecer su panza de ‘fofisano’ otro gallo cantaría. En España no gusta lo diferente, a menos que tenga dinero o esté de moda. Los musulmanes tenemos que esforzarnos por comunicarnos más y mejor, por abrir las mezquitas y mostrar quiénes somos. Tenemos que hablar. Y no sólo de religión, tenemos que hablar de educación, de sanidad, de derechos. Debemos reivindicar nuestro lugar como ciudadanos.
No es fácil ser musulmán en Europa. Y aquí es cuando los de amplias miras contestan: “Peor es ser cristiano en países árabes”. En primer lugar, asocian islam a países árabes cuando la mayoría de los musulmanes son asiáticos pero lo más grave de esta respuesta es que pareciera que el que otros lo hagan mal nos dé derecho a hacerlo también mal nosotros. No es éste el momento de hablar de las atrocidades que suceden en otros lugares, ahora me refiero a Europa. Si no eres musulmán tal vez no te des cuenta de que existe la islamofobia. Antes de convivir con africanos pensaba que en España, en general, no éramos racistas, pero el rechazo es real. Según un estudio de abril de este año publicado por Pew Research Center, el 42% de los españoles tiene una opinión desfavorable hacia los musulmanes. Escribí en mi Facebook que, a veces, veo ofertas de empleo en las que creo que encajo, pero, después, me acuerdo de que en mí ya sólo se ve un ‘hiyab’ y ni lo intento. Algunos me dijeron que no me autoimponga barreras. Puede que tengan razón… Con mi mente realista pienso: ¿Cuántas periodistas con velo has visto en los medios españoles?
‘El islam se lleva en el corazón y no en el atuendo’
He trabajado más de una década en EL MUNDO, también siendo musulmana, aunque sólo recientemente hablé de ello entre mis jefes y compañeros cercanos. Decidí empezar a usar el velo una vez salí del periódico. Es por ahora mi opción personal. Por mucho que algunos se empeñen, tanto los que están a favor como los que están en contra, el velo es sólo un detalle. En el Corán se habla poco de él, pero una vez más nos aferramos a este asunto, olvidándonos de que el islam se lleva en el corazón y no en el atuendo. Cuando digo que no es fácil ser diferente en Europa, lo digo con conocimiento de causa, no sólo por mi experiencia. Tengo una amiga que trabaja para un partido político -que no es el PP- y que esconde que pertenece al Opus Dei; un amigo que trabaja en el Metro de Madrid y que esconde que es musulmán; una amiga periodista que es testigo de Jehová y que también lo lleva en silencio, otra que trabaja en la ONU y que me escribió alabando la valentía de, siendo periodista, decir que soy musulmana… Ella no se atreve. ¿Es ésta la Europa de la que nos enorgullecemos? Debemos asegurar la libertad para todos, también para los diferentes, debemos dar ejemplo.
Hace un tiempo me invitaron a dar una charla en un instituto, en la clase de Historia de las Religiones. Acordé la fecha y hora con la profesora por ‘e-mail’. Cuando llegué al centro, me paró en el vestíbulo y me miró titubeante: “Bueno, es que no se admite el velo aquí, son las normas”. Nunca antes había sentido algo similar. Era impotencia y era frustración. Pensé: Me habéis invitado por mis conocimientos, porque queréis escucharme pero… ¿si llevo velo me rechazáis? Finalmente dijo: “Bueno, como estás invitada no creo que pase nada”. Estuve por marcharme… Pero preferí transmitir un mensaje de tolerancia a la clase. La profesora no me ha vuelto a invitar, aunque le encantó la charla y dijo que lo haría.
El islam no es el velo y, por supuesto, el islam no es IS ni ningún tipo de terrorismo. El terrorismo no tiene religión y ésos que dicen ser musulmanes secuestran la voz de la mayoría de nosotros a quienes apenas se nos da la palabra. Mi vida es como la de cualquiera, sólo que dedico parte de mi tiempo a recordar a Allah. Con mi espíritu combativo intento denunciar los problemas que me voy encontrando y me considero feminista en lucha contra el etnocentrismo -sí, musulmana y feminista, que no te dé un patatús-. El Corán establece la igualdad entre hombres y mujeres. Hay un movimiento feminista que incide en la interpretación machista de los textos y que apela a despojar el islam de la lectura patriarcal hegemónica. Su lucha también es contra otras tendencias feministas que consideran que las musulmanas somos incapaces de hablar por nosotras mismas y sienten la necesidad de liberarnos. A veces me preguntan: ¿Cómo eres feminista si tienes que ir tapada? Como dice mi amiga Laura Rodríguez Quiroga, no necesito sello de garantía feminista que demuestre mi condición. No hay una sola manera de ver el mundo. Por las razones que sean, unas eligen llevar minifalda y otras eligen falda larga. ¿Cuál es el problema? Quiero que cada una podamos llevar lo que nos apetezca y, sobre todo, quiero que no se nos juzgue por nuestra manera de vestir, que no se use nuestro cuerpo para vender. Las musulmanas estamos aburridas de hablar del velo. La cuestión es clara: que a nadie se lo impongan y que a nadie se lo prohíban. Es realmente frustrante saber que sólo nos ven como mujeres sumisas y sometidas a abusos. Quizás tengan buena intención, pero, manteniendo a ciegas tal postura, respaldan el patriarcado. Cuando empecé a interesarme por el islam alguien me dijo: no siempre el islam es lo que hacen los musulmanes. Con el tiempo descubrí a qué se referían. Hoy vivo a caballo entre Madrid y El Cairo, donde los abusos de poder escudándose en la religión son brutales. Eso, mi asma agravado por la polución y lo mucho que echo de menos a mi familia alimentan mis ansias de asentarme en Europa. Al final a ella, a mi madre, le ha tocado sufrir. En realidad, no es por mí, mi islam no me hace daño, sino porque la sociedad no acepta al diferente y yo… ni tengo dinero ni estoy de moda.
Amanda Figueras
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Por Trece Razones AU
Rated: Fiction M - Angst/Hurt/Comfort
Cinta 2, Lado A
Monstruos atrapados en tu cabeza
Colegio François Dupont, 7:36 am.
Adrien acababa de llegar al colegio, y se sentía intranquilo debido al nuevo mundo que se le había abierto el día anterior.
Al llegar, descubrió a Alya, Kim y Kagami susurrando.
Los tres se voltearon rápidamente a verlo.
—Hola, Adrien— lo saludó Alya con una expresión sombría.
—Adrien— le dijo Kim, —no puedes decir absolutamente nada de las cintas. A nadie.
—¿Tú estás en las cintas?
Los tres chicos se miraron con extrañeza.
—Adrien, ¿en qué cinta estás? —le preguntó Kagami.
—En el primer lado de la segunda.
—Vaya que eres lento. Yo me las terminé en una sola noche— dijo la azabache.
—Y, Adrien…— empezó Alya.
Adrien la miró.
—No creas todo lo que dice Marinette. Nadie sabe si está diciendo la verdad.
—Yo me pregunto, Alya, ¿no era tu mejor amiga? — preguntó Chloé, al llegar.
—Solo te comportas así ahora desde esa cinta.
—No niegues que es mentira, Alya. Es exactamente como lo recuerdo.
—No lo niego, Chloé. Pero eso no le quita ninguna culpa a Marinette.
—¡Eso no significa que esté mintiendo!
—Solo vete, Chloé. Tú no eres mejor que el resto de nosotros.
Alya se volteó, y se dirigió apresuradamente a su casillero, solo para encontrar un mensaje pintado.
¿Por qué mentiría una chica muerta?
Estaba escrito en color rojo.
Alya volteó, con fuego en los ojos.
Sin embargo, Chloé ya se había ido.
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—Han escuchado hablar del efecto mariposa, ¿verdad? Que si una mariposa aletea sus alas en el tiempo exacto en el lugar preciso puede causar un huracán miles de kilómetros lejos. Es la teoría del caos. Pero, saben, la teoría del caos no es exactamente sobre el caos. Es sobre como un pequeño cambio en un gran sistema puede afectar todo. Teoría del caos. Suena dramática, pero no lo es. Pregúntale a un matemático. O mejor, pregúntale a alguien que ha estado en medio de un huracán.
Algo pequeño puede iniciar algo grande. Pregúntenle a Lila o a Chloé.
O mejor, pregúntenme a mí.
Un momento. No puedes. Estoy muerta.
Adrien frunció el ceño. ¿Estaba bromeando?
—Paso a paso. Así avanzaremos con esto. Poniendo un pie delante del otro. Así continúa nuestra bola de nieve.
¿Verdad, Kagami?
Nunca te había tomado por ser una seguidora de alguien. Pero la verdad, seguiste exactamente el modelo de Chloé y Lila.
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Colegio François Dupont, dos semanas después de la akumatización de Marinette
—Lo sabía.
Marinette, quien se encontraba en su casillero, alistando sus cosas, se volteó para ver quién le estaba hablando.
Era Kagami.
—Sabía que no eras la niña dulce que pretendías ser, Marinette.
Marinette la miró, y la ignoró.
—Eres tan débil, que te akumatizan y matas a una heroína. Y, ¿sabes para qué lo haces, Marinette? Para llamar la atención. Cuando dijiste que Adrien había ganado en esa clase de esgrima, era solo para estar en su lado bueno. Para llamar su atención.
—Tú lo intentaste matar cuando eras Riposte, Kagami— respondió la chica en voz baja.
—Por favor. ¡Tú mataste a su ídolo! ¡Al ídolo de todo París! ¿Y sabes que es lo peor? Que ni siquiera te arrepientes.
Marinette agarró su mochila y se dirigió a clases.
Kagami la miró mientras se iba, molesta.
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—Obviamente, no me esperaba lo que pasó a continuación, Kagami. Siempre supe que eras astuta, pero ¡vaya! Es increíble que lo hayas podido hacer mientras me hablabas.
¿O alguien lo hizo por ti?
De igual manera, me arruinaste el día.
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—Bueno, clase, es momento de entregar sus ensayos sobre la diferencia en la formación de hidróxido y ácidos oxácidos— pronunció Madame Mendeleiev. —Pediré sus trabajos en orden alfabético.
Marinette abrió su mochila, y buscó su ensayo.
No estaba ahí
Siguió rebuscando, rebuscó en otros bolsillos de la maleta, en el piso, en la carpeta, en todo lado en el que Marinette podía pensar, pero el ensayo simplemente no estaba ahí.
—¿Dupain-Cheng?
Marinette levantó la cabeza.
—No lo encuentro, Madame.
—¿No lo encuentras? ¿O no lo has hecho?
—Sí lo he hecho, Madame. Pero no se dónde lo he dejado.
—Ve a decirle eso al director, Marinette, y ten en cuenta que tienes 01.
Marinette salió rápidamente de la habitación con la cabeza gacha.
                                         ---------------------------------
—Sí, Kagami, hasta ahora no sé como lograste robar mi ensayo bajo mis propias narices. Pero, obviamente, no te quedaste ahí.
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Marinette regresó de la oficina del director, llorando. No solo había desaprobado terriblemente, pero tuvieron que llamar a sus padres, y se quedaron gritándole tanto tiempo que casi era salida.
¡RIIIING!
Corrección. Ya era salida.
Derrotada, la chica se dirigió a su casillero, para sacar sus pertenencias.
Solo para encontrar su ensayo, roto en pedazos, y en la esquina, un dibujo con un extraño símbolo.
El símbolo que se encontraba en el anillo de Kagami.
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—Desde ese día, empecé a encontrar mis trabajos rotos, mis cuadernos sucios. Una vez encontré caca de perro en mi casillero.
No sé si todo eso lo hiciste tú, Kagami. Francamente, lo dudo, porque tú eras muy fina, y nunca tocarías caca de perro.
¿O llegarías a tal extremo por mí?
Vaya, Kagami. No sabía que era tanta influencia.
Pero lo que necesitabas es… más.
Más.
Ganarme.
Adrien, aunque consideraba a Kagami su amiga, no podía negar lo que decía Marinette. Kagami siempre quería estar adelante, Quería ganar.
Siempre.
—No solo no paraste. También convenciste a otros que hagan lo mismo que tú.
Y obviamente, nadie gusta de Marinette Dupain-Cheng, así que, ¿por qué no?
Bueno, ya no tendrán que soportarme.
Regresando al tema, una de esas personas… se pasó de la raya. Pasó el nivel de Lila, Chloé y Kagami.
¿Serás tú?
Voltea la cinta.
                                               ---------------------------------
Pasillos del Colegio François Dupont, 1:45 pm.
—Adrien… no le hagas caso a Alya.
El chico miró a quien le hablaba, Chloé.
—¿Y por qué debería hacerte caso a ti, Chloé?
—No mintió. En nada. Yo… lo puedo probar. Hasta lo que mencionó en…
Lo miró.
—Olvídalo, Adrien. No has llegado ahí.
—¿A qué parte te refieres, Chloé?
—Escúchalo por ti mismo.
—Chloé, dime.
—Puedo probar ciertas cosas que mencionó en la cinta de Chat Noir.
                                      ---------------------------------
Oficina del director Damocles, en esos momentos
—¡Usted no tiene la menor idea de cómo es mi vida y la de mi esposo en estos momentos!
—Madame Cheng, entiendo que se sienta muy desolada desde la muerte de su hija, pero lamentablemente no podemos ayudarla.
—¿Y por qué? ¿Porque intento buscar justicia para mi hija, señor director? Habían nombres de muchísimos compañeros de Marinette, y también estaba el suyo.
—De nuevo, Madame, no tengo la menor idea de por qué está mi nombre ahí.
Sabine lo miró, molesta, y salió bruscamente de su despacho.
Solo para chocarse con la impactante imagen del casillero de su hija.
Estaba pintarrajeado, roto, sucio, lleno de papeles, hasta había una foto quemada de Marinette.
Sabine estaba al borde de las lágrimas.
Retrocedió lentamente, impactada, solo para chocarse con Alya.
—¡Alya! ¿Qué es esto?
—¿Qué es qué, Madame Cheng?
—¿Qué le han hecho al locker de mi hija?
—Nada que no se merezca, Madame. Con permiso.
Alya se escabulló, con las manos firmemente apretando sus libros.
Sabine solo miró a la chica cuando se iba, preguntando como una tan linda amistad se había arruinado.
La mujer salió de su estupor y se dirigió a la salida del colegio.
No se dio cuenta de Chloé, quien en una esquina lloraba al ver el sufrimiento de la madre de Marinette.
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Histeria.
SA: Lo siento, Ren, no queríamos que algo malo ocurriera pero al parecer estábamos equivocados.
K: Hablen por ustedes, yo no estaba de acuerdo.
SA: Pero te callaste igual.
K: ¡¿Quién iba a recibir la golpiza entre los dos?! Shino, debes admitir que te equivocaste.
SA: No volverá a pasar, Ren, lo prometo.
 Kiba quedó completamente indignado al ser ignorado por su amigo, su reacción fue cruzar los brazos y fruncir el ceño mientras balbuceaba cosas dentro de su cabeza.
 Ren se encontraba sentada al lado de la camilla de Mitsuki, observando a los dos shinobis, le causaba gracia verlos así. Miró a Shino a la cara y apenas sonrió, estaba enojada por una parte pero sabía que Shino no se involucraba en esas cosas y siempre solía alejarse en lo posible para que nadie lo molestara.
Ren: Está bien, acepto la disculpa pero no me lo vuelvas a hacer.
SA: Lo prometo.
 El castaño los miró a ambos, ahora estaba indignado con lo que escuchó.
K: ¿Desde cuándo son amigos?
R: Desde hace tiempo pero... a nuestra manera.
K: Pregunto porque a él ni le gritaste.
 Ren miró con las cejas levantadas a Kiba.
R: Tú sabes la diferencia de una situación a la otra.
K: Para mí se ve igual.
R: No Kiba, tú sabes a qué me refiero.
S: Chicos, lo siento por interrumpirlos pero necesito que se vayan de la habitación, tengo que hacer unos chequeos a Mitsuki y necesito silencio.
 Ren fue la primera en marcharse de ahí haciendo que los otros dos la siguieran a ella sin hacer ruido. Cuando cerraron la puerta caminaron un poco lejos de la habitación.
I: Mira lo que trajo la brisa.
D: No Isao, ahora no...
I: Pensaba que el ser anbu te alejaría de Mitsuki, pero veo que no.
 La castaña arqueó una de sus cejas al oír aquél comentario.
R: Nada me aleja de Mitsuki, ni hasta mi propio trabajo.
I: Deberías hacerlo, Mitsuki-chan necesita un respiro y más de ti.
 Hubo un corto silencio en el grupo, todos miraban a Ren ese momento, cosa que a ella le molestaba pero trataba de ignorar eso y se enfocaba en Isao.
R: Se nota que no la conoces ni un poco, menos nuestra relación.
D: Isao, ella está mil pasos más adelante que tú, déjalo.
I: Tú deberías dejar de decirme lo que tendría que hacer.
K: Amigo, yo le haría caso, no puedes ganar aquí. Por cierto... Ren, ¿por qué pelean?
I: Siempre me aleja de Mitsuki, todo el tiempo.
R: Será porque no paras de molestarla.
I: No es cierto, yo sólo le saco conversación.
R: Entonces dime, ¿por qué cada vez que los veía juntos ella tenía una expresión de molestia?
 Otro silencio, pero era por parte de Isao, estaba pensando en todas las situaciones con las que pasó junto a Mitsuki y tenía razón, siempre parecía molesta en algún punto de la conversación. Llevó una de sus manos a su cabeza donde comenzó a rascarse con un poco de desesperación.
I: Está bien, tienes razón, quizás sea una molestia para ella. Pero ahora respóndeme algo, ¿eres su novia?
 "¿Quizás?" Fue lo que se cuestionaron todos en sus mentes. Cuando el hombre hizo esa pregunta todos los presentes lo miraron y luego los ojos fueron a parar hacia Ren nuevamente, esperando con algo de ansiedad la respuesta. La castaña cubrió parte de sus ojos con su mano derecha, tenía el ceño fruncido. Estaba cansada que le hicieran esa pregunta.
R: Esta será la última vez que conteste esto, ya estoy harta de que me la hagan. No, no soy novia de Mitsuki, ella es como mi hermana menor y solamente la protejo de idiotas como tú, que solamente traen problemas a su vida.
I: Gracias por el innecesario insulto.
R: De nada.
I: ¿Mitsuki es lesbiana?
 Ren rió al oír la pregunta, pero fue una risa corta e intensa.
R: Qué buen chiste. No, no es lesbiana.
I: Yo creía que lo era, ya que siempre se junta con mujeres.
D: Dios mío...
K: Eso no es cierto, Mitsuki se junta con nosotros de vez en cuando.
I: ¿En qué momento?
D: En los momentos en que tú estás ocupado con tus cosas.
I: Entonces le prestaré más atención.
D: Si eso significa estar encima de ella todo el día, no lo hagas.
I: No haré eso.
R: Más te valga.
K: Sí, ese ya es el trabajo de Ren.
 La nombrada miró al castaño y éste levantó las manos a la altura de su pecho con una sonrisa en sus labios.
×
- ¿Cómo es eso de que está viva?
- Lo está.
 La persona que cuestionó quedó en silencio, mirando su escritorio con la mirada fija en algún punto de la madera.
- ¿No fuiste ni siquiera capaz de darte cuenta que había alguien más?
- Podría haber aparecido en el momento en que me fui.
 Rió como respuesta mientras que pasaba ambas manos por su rostro y luego recorrió su cabeza llevando sus cabellos hacia atrás. No levantó su vista y sus manos quedaron en la nuca, ahora había silencio en ese pequeño cuarto. El hombre miraba a la persona que tenía frente suyo, estaba preparado para cualquier tipo de reacción.
- Tú sabes porqué estás aquí, eres de los que puedo encargarle este tipo de cosas. El hecho de que me vengas con esa jodida excusa me dan unas grandes ganas de matarte.
 Fue levantando su cabeza hasta hacer contacto visual con el hombre, sonreía mientras que él estaba serio y aparentemente atento a lo que decía. Luego de dos segundos, en un abrir y cerrar de ojos, el hombre tenía una kunai clavada en su pecho, retrodeció mirando lo que tenía en su cuerpo mientras tosía para luego mirar a su superior, donde observó que estaba con su cuerpo completamente tieso y enderezado, una mirada vacía había en sus ojos.
- Ya deja la escena, no trates de remediar tu error mostrándome lo patético que te ves sufriendo.
 Apenas terminó de decir eso, el cuerpo del hombre desapareció en una pequeña cortina de humo gris. Cuando se dispersó se escuchó algo pesado caer al suelo: un pedazo de tronco.
- Lo-.
- Cállate. No quiero oír nada. Ésta vez te salvaste por mi advertencia, si llegas a cometer un error similar, otros se van a encargar de ti y de lo que más amas.
 Otro silencio.
- Ahora hay que terminar lo que no pudiste hacer. Van a ir algunos de tus compañeros a vigilar y decir cuándo es el momento de atacar. Esta vez sí dejará de respirar.
- ¿Qué hay con el Hokage?
- Espero que sea un chiste tu pregunta.
 Al no recibir respuesta llevó su mano izquierda hacia su rostro y la refregó lentamente.
- ¿Preguntas por aniquilar al león cuando ni te pudiste encargar de la hormiga? Veo que me equivoqué cuando creí que eras el mejor del grupo. Al quitarnos de encima a las minorías luego iremos por el premio grande.
 El momento en que terminó de hablar cruzó sus brazos y fue tomando paso hacia la puerta, sintiendo unos ojos sobre su cuerpo. De repente, al estar frente a la salida del lugar, detuvo su andar y sin darse la vuelta o mirar hacia otro lado soltó lo último que tenía para decir.
- La puta de tu hermana va a morir si no matas a Mitsuki como se debe.
 Sin decir más al respecto, abrió la puerta y salió de ahí.
×
 Hekima abrió la puerta de la habitación, observó detenidamente el lugar, ya había visualizado a Ren pero antes de ir con ella quería ver qué había a su alrededor. Cuando terminó de observar todo, fue tomando paso hacia la castaña al momento en que cerró la puerta con suavidad.
H: ¿Ren-chan?
 Preguntó en un tono bajo haciendo que la de ojos pardos se diera la vuelta de forma rápida para ver de quién se trataba, al visualizar que era Hekima se sorprendió por su presencia.
R: ¿Qué haces aquí?
H: Vine a ver a Mitsuki. ¡Ah! Ten.
 Extendió sus manos hacia la ajena dejándole ver lo que traía.
R: ¿Son para...?
H: Ti, obviamente, son orquídeas esmeraldas.
R: Eso veo... gracias.
 La castaña tomó el ramo con sus manos y las observó por unos segundos hasta que decidió dejarlas sobre una mesita que estaba cerca suyo.
H: Así que... aquí está. Por alguna razón imaginé que iba a estar en peor estado.
 Ren quedó en silencio por un momento, la verdad no sabía cómo tomarse ese comentario así que pensó bien qué decir al respecto.
R: ¿Por qué?
H: Por cómo te veías estos días, me hizo pensar que estaba en peor condición. No digo que el coma sea lo mejor pero, tú sabes a qué me refiero.
R: Sí...
 Ahora las dos quedaron en silencio, solamente escuchando los pitidos suaves de las máquinas a las que Mitsuki estaba conectada, más el sonido de la brisa que pasaba por la ventana que se encontraba abierta. Hekima observó la cara de Ren, la cual estaba en posición hacia el cuerpo de su amiga, la de cabellos verdes al dejar pasar unos minutos sus ojos fueron directo hacia el rostro de Mitsuki, la cual se mostraba pacífica.
H: ¿Qué le viste a ella?
 La castaña dejó de mirar a Mitsuki para ver a Hekima a la cara, ella se veía tranquila a pesar de que su pregunta fue algo extraña para la anbu.
R: No sé en qué sentido preguntas, pero a Mitsuki la conozco desde que era una niña, fue mi amiga desde ese instante.
H: Siempre... ¿Cómo es ella?
R: Bueno, hay muchas maneras de describirla, pero lo principal de ella es que parece ser alguien que es serio y que no podrías llegar a entablar ni siquiera una conversación. En realidad es todo lo contrario, es una imagen que ella misma se hizo y no se da cuenta cuando la hace, pero en realidad es una muy buena chica que quiere estar bien con todos, o con los que quiere.
 Ren sonreía mientras le hablaba de Mitsuki a Hekima, la última nombrada la escuchaba atentamente con una expresión neutra mientras tenía la mirada fija en la mujer que estaba acostada.
H: ¿Nunca te cansaste de esa actitud suya en algún momento?
R: ¿Cansarme? Ni que fuera un juguete. Hekima, yo sé porqué ella fue, es y será así, hubo veces en las que era completamente inestable pero tenía un motivo para serlo. A pesar de los malos momentos que hemos pasado, ella siempre será mi amiga, casi hermana.
H: Eres muy buena, Ren-chan, demasiado y por eso me gustas, aunque a veces me preocupas por ese mismo motivo.
R: Hekima, un consejo, no creas todo lo que ves.
 Ren cortó el contacto visual con Hekima cerrando sus ojos y tomando aire lentamente por sus fosas nasales. Luego de un minuto volvió a abrir los ojos y fueron directamente hacia el rostro de la paciente, tomó su mano y siguió viéndola con algo de preocupación en su mirada. Hekima las observaba a las dos, detenidamente, el rostro de Mitsuki y el de Ren. Fue cerrando sus manos hasta formarlos como puños pero al instante en que oyó que se abrió la puerta de la habitación dejó de hacerlo y al mismo tiempo se dio la vuelta, al igual que Ren, para ver de quién se trataba: Sakura. La pelirosa miró a las presentes con algo de sorpresa y fue caminando hacia ellas luego de cerrar la puerta detrás suyo.
S: No esperaba que hubiera gente.
 Tras decir eso, su mirada fue directamente hacia Hekima, la cual le correspondió con una gesticulación neutral.
S: ¿Tú eres...?
H: Hekima.
 Respondió de forma seca hacia la doctora, cosa que a Sakura no le gustó pero lo disimuló.
S: Sakura, un gusto.
H: Ya sé quién eres.
S: Ah, ¿si?
H: Sí, ¿cómo no sabría de la existencia de una de las mejores médicas de Konoha?
 Hekima comenzó a sonreír de forma amigable hacia la doctora, las dos ajenas vieron a la peliverde con sorpresa, sobre todo Ren. La chica había cambiado tan repentinamente de actitud que la sorprendió.
S: Oh... B-Bueno, gracias por el halago.
H: Al contrario, es un enorme placer verte en persona, ya que varios conocidos me han hablado de ti y tu asombrosa forma de trabajar.
 Sakura se estaba abrumando por la cantidad de halagos que le decía Hekima hacia su persona, mientras que Ren tenía una de sus cejas arqueadas, la actitud de la anbu no le estaba encajando en ese momento pero prefirió callar y seguir viendo la situación en silencio.
S: Y dime, Hekima, ¿por qué estás aquí? ¿Conoces a Mitsuki?
H: Un poco, sí, en realidad estoy aquí para hacerle compañía a Ren-chan. Se me hacía triste el hecho de que estuviera sola con la pobre de Mitsuki-chan en este tan triste estado. Además...
 Hizo una pausa para ir directamente hacia la mesita donde se encontraban las flores que le había dado a Ren hace minutos atrás, las tomó con ambas manos y se giró para mostrárselas a Sakura.
H: ¿No son lindas? Se las traje a Ren-chan para que no se sintiera tan sola.
S: Son muy lindas. Espera...
 La doctora cambió su cara alegre a una curiosa, de algún lado se le hacían familiar. Fue tomando paso hacia la joven para ver más de cerca las flores, hasta que se acordó y lo demostró en su rostro.
S: ¡Ahora lo recuerdo! Son las mismas flores que recibió Ren cuando estaba en el hospital.
 Las dos anbus quedaron en silencio, Hekima parpadeó varias veces seguidas mientras que Ren comenzó a entrar en crisis, temía por la reacción de Hekima.
S: Veo que eras tú la que las envió.
H: Oh sí, fui yo, sé lo que le encanta a Ren-chan esta clase de flores. No pude aguantarme y menos al saber que ella estaba aquí.
S: Qué lindo. Bueno, chicas, tengo que examinar a Mitsuki, necesito que se retiren de la habitación por un momento.
H: ¡Por supuesto!
 Sin tanta vuelta, Hekima se retiró de la habitación dejando la puerta abierta.
 Ren soltó lentamente la mano de su amiga y miraba fijamente a un punto del suelo.
Es imposible que ella supiera que estaba aquí, además fue antes del aviso de su llegada.
H: Vamos Ren, Sakura-san dijo que necesita la habitación libre.
 La voz de la peliverde la sacó de sus pensamientos e hizo que mirara hacia la puerta, donde se encontraba ella. Pasaron dos segundos hasta que la castaña se paró del asiento y caminó hacia la salida del cuarto. Al salir, cerró la puerta con suavidad pero no soltó el picaporte, sintió una mirada fija y eso la puso algo nerviosa. Cuando levantó la mirada se cruzó con la ajena.
 Hekima estaba sonriendo, aún teniendo el ramo entre sus manos. Cualquiera diría que estaba de buen humor al verla pero Ren se aseguraba de que no era así, en la mirada oscura había algo que muy pocos notarían. No estaba segura de qué era pero sabía que algo bueno no era.
H: ¿Quién te dejó flores?
 La voz no era ni alta ni baja, era más como un intermedio para que no se oyera del otro lado.
 La anbu de cabellos marrones soltó la perilla sin dejar de mirar a la contraria, trataba de no entrar en más nervios pero la mirada y pregunta ajena la estaban aterrando. Por lo que recordaba, Hekima era súper celosa y dudaba en su interior que ello había cambiado con los años.
R: Eh...
H: Vamos, Ren, puedes confiar en mí.
 Ren quedó en silencio, sabía que eso era mentira en algún aspecto. No quería que armara un alboroto, a pesar de que ya no fueran novias tenía el presentimiento de que la ajena haría un escándalo por la respuesta que le daría.
R: Mitsuki.
 Dijo, casi escupiéndolo, algo cortante la respuesta gracias a los nervios que le causaba la ajena. No lo había pensado pero en ese instante se arrepentía de haberlo hecho. Dadas las circunstancias, ¿qué más podría haber dicho? Hekima era capaz de buscar a la persona que nombró para averiguar si era realmente la verdad. A pesar de que hayan pasado los años por el momento tenía la sensación de que Hekima no había cambiado, mas que nada por las situaciones en las que pasó tiempo con ella.
 La peliverde, por su parte, no reaccionó a la respuesta dada. La miraba a la ajena con la misma expresión.
H: ¿Tan difícil era decírmelo?
 Soltó una risueña risa por lo bajo, Ren estaba algo impactada pero no segura, se preparaba mental y físicamenta para lo que sea que llegara a ocurrir en su situación actual.
H: Veo que realmente la quieres como para que sepa tu flor favorita, pero dime y se sincera, ¿qué clase de relación tienen ustedes dos? Y antes de que digas algo, quiero agregar que no cualquier tipo de persona te regala tu flor favorita para que te levanten el ánimo cuando no lo estás pasando bien. Me parece... algo peculiar que un amigo haga esta clase de regalo, ¿sabes? Ya que, bueno, a mí no me parece algo de amistad. Regalar algo así es como... romántico. Así que, haré otra pregunta, ¿fue realmente Mitsuki-chan la que te regaló esto? Eh, ¿Ren-chan?
 La nombrada estaba más que sin palabras, se encontraba muy sorprendida por la deducción que tenía la chica. Lo que menos quería es que ella se diera cuenta de su mentira, se negaba a que la descubriera. Para no tardar en responder puso la mente en blanco, cerró sus ojos, inhaló aire por su nariz y lo exhaló por su boca. Abrió los ojos para ver los de Hekima.
R: Hekima, ya lo dije, mi relación con Mitsuki es como si fuera de mi familia, la hermana menor que nunca tuve. Yo sé que tienes tu forma de ver las cosas y lo respeto, pero en cuanto a la mía es algo distinta. Yo no creo que esa clase de regalos sea solamente algo romántico. Respondiendo a tu primera pregunta, ella es como una hermana para mí. La segunda, ella me hizo el regalo, estaba preocupada por mí, tanto como tú y Mitsuki saben que detesto los hospitales.
 Ahora solamente quedaba que Hekima le creyera, de todas formas la única mentira era que Mitsuki le había regalado las flores, lo demás era cierto. Ren cree que Naruto fue el que le regaló el ramo pero jamás le diría eso a alguien, a excepción de Mitsuki.
 Hekima no dejaba de observarla de forma fija, no respondió al instante en que la ajena dejó de hablar. Luego de que transcurrieran unos segundos, sonrió simpática.
H: Tus respuestas jamás me decepcionan.
 Ren frunció levemente el entrecejo, estaba en duda con qué quiso decir pero relajó su cara al conseguir técnicamente lo que quería.
R: ¿Qué quieres decir con eso?
 Cuando Hekima abrió la boca para responder, la puerta se abrió dejando mostrar a una Sakura que miraba a ambas mujeres.
S: Listo chicas, pueden pasar.
 La de ojos negros miró a la doctora y luego sus ojos fueron directamente a los pardos, con una leve sonrisa en su rostro.
H: En otra ocasión...
 Apenas dijo eso, caminó dos pasos hacia la anbu y apoyó el ramo en el cuerpo ajeno, mientras hacía eso dirigía su rostro hacia la oreja ajena para susurrarle en el oído.
H: Responderé tu pregunta.
 Dicho eso, se alejó lentamente de la cara de Ren pero antes de tomar completa distancia le dio un beso en la mejilla, cosa que Ren no pudo evitar encojer los hombros por las cosquillas y por el sorpresivo beso que recibió.
 Antes de que Hekima se alejara de su cuerpo, tomó con ambas manos el ramo antes de que se cayera al suelo y al hacerlo vio cómo la peliverde se retiraba de ahí a paso lento. Un silencio reinó el lugar hasta que Sakura lo rompió con su voz.
S: ... ¿Qué fue eso?
 Ren, algo avergonzada, trató de responder la pregunta de la pelirosa pero realmente no tenía ganas de hablar de su relación, o más bien la antigua relación que tuvo con la chica.
R: No lo sé.
 Dijo sin más y se metió en la habitación.
×
 Gritos y golpes se escuchaban por todo el lugar, a pesar de que era un espacio intermedio parecía ser grande a la vista. La persona no paraba de gritar, lanzar kunais hacia lo que parecían ser maniquíes para hacerlos trizas, llevar su cuerpo contra la pared más cercana y así apoyarlo de forma brusca, casi haciendo eco de lo tan fuerte que lo hizo. Su respiración estaba agitada, tosía y a la vez gritaba mientras soltaba jadeos cortos.
 Su cuerpo estaba encorvado, aún apoyado a la pared.
Ella es como una hermana para mí.
 Salió un grito desgarrador de su garganta al recordar la voz de la ajena. Llevó las manos hacia su cabeza, apoyando fuertemente las yemas de sus dedos contra esta, arrancando algún que otro fino cabello.
Ella me hizo el regalo.
 Abrió los ojos de par en par, quedó completamente quieta en su lugar. Pasaron dos minutos hasta que comenzó a temblar fuertemente.
¡MENTIROSA! ¡MENTIROSA! ¡MENTIROSA! ¡MENTIROSA!
 Otros gritos volvieron a retumbar en el lugar.
 Repentinamente enderezó su cuerpo y lo dirigió hacia una de las muñecas de porcelana de forma rápida. Al tenerla frente suyo la destrozó con una de sus manos, haciendo que se clavaran pedazos del material filoso en su brazo, incluyendo su mano. Jadeó como si se tratara de un animal salvaje, hasta que comenzó a sentir el ardor de su piel abierta, haciendo que se enojara más y destrozara lo que tenía a su alrededor con sus manos sin importar de qué estuvieran hechas las cosas que rompía.
Ryū: Todo esto por una mujer.
 Llevó una de sus manos hacia su nuca y la refregó varias veces. El de cabellos azules había abandonado lo que estaba haciendo cuando sintió el chakra alterado de Hekima, a pesar de que estuviera lejos fue directamente a buscarla y cuando vio el estado en el que se encontraba ya sabía porqué era.
Ryū: Iría a calmarte pero, ¿dejar que arruines mi uniforme sólo porque tu ex-novia te dijo algo que no te gusta? Ni lo vales.
 Tras decir eso metió una de sus manos en uno de sus bolsillos donde sacó un temporizador.
Ryū: Vamos a ver cuánto duras esta vez.
 Dirigió su vista hacia la puerta del lugar y al oír otro grito desgarrador ajeno, prendió el aparato.
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