No hay Razas Solo Racismo

Con estas palabras el actor, Tenoch Huerta, sentencia el fenómeno social que se vive en su natal México. Un tema que incomoda en especial a las élites dominantes, “la blanquitud” que se convierte en la meta aspiracional, una serie de pasos para acceder a los derechos, libertades y privilegios de los que goza la casta y que los “prietos” (morenos) no son dignos de ostentar. Es más, su trato desigual ante la ley es normalizado por la sociedad y asumido como una constante válida.

El racismo, bajo esta lógica, es una falsa y errónea lectura que pone en la cúspide a una élite a partir de la construcción de fenotipo que valida todos estos comportamientos violentos y agresivos en varios niveles con aquel 80% de la población que se percibe a sí misma como morena o “prieta”. Esto desencadena diversos estereotipos para con los prietos, como la pobreza, la delincuencia, la ignorancia y el salvajismo que los aleja aún más de las elites, en control de los principales medios de comunicación, opinión pública y poder político.

En este análisis, Huerta, incorpora el factor del narcotráfico y como el rápido ascenso de las 2das generaciones de narcotraficantes, ya no se asemejan a sus padres: sin educación, violentos, poco sofisticados y siguiendo el estereotipo de macho mexicano con dinero en un bolsillo y un arma cargada en el otro. Estas nuevas generaciones asisten a las escuelas privadas más selectas, se codean con los herederos de la elite, aprenden su comportamiento, acceden a sus círculos sociales y poco a poco terminan por validarse como parte de la elite, independientemente del oscuro origen de su fortuna.

Bueno eso pasa en México, pero que podemos aprender acerca de nuestro país a través de los ojos de Tenoch Huerta: para empezar que Bolivia a pesar de todos los esfuerzos por montar un espectáculo que genere la sensación de que el racismo esta siendo erradicado, este se ha afianzado a partir de las mismas elites en la cúspide del poder político. Bolivia se percibe como un país plurinacional compuesto por 36 naciones indígenas, sin embargo cuando se levanta la mirada hacia los verdaderos privilegiados de la sociedad se sigue viendo los mismos rostros, la “blanquitud” que en el caso nacional irremediablemente proviene de la burocracia estatal o se vincula a esta en algún nivel.

El racismo de esta élite, se traduce en ese trato desigual ante los sectores más humildes, ofertando una educación deficiente, desactualizada, completamente ideologizada y ajena al mundo moderno. Valida el derecho universal a la salud con un servicio limitado, deficiente y cuestionable en cuanto a la naturaleza misma de la “gratuidad” de este, me explico: el estándar de calidad para un beneficiario de salud en el área rural con pocos recursos se resume a migrar en búsqueda de centro de salud de tercer nivel, largas filas de espera sin la garantía de nada y un personal médico sin los medios ni los incentivos suficientes para efectivamente velar por la salud de sus pacientes. El paciente cubre todas las carencias del sistema de salud público en base a sus capacidades, contactos, solvencia y oportunidades que hacen la diferencia entre la vida y la muerte.

El autoestima de los ciudadanos más desprotegidos refleja ese vacío que otros ciudadanos no sufren, por méritos propios, por su autodeterminación y los medios a los que han tenido acceso no gracias al desprendimiento de la burocracia de elite sino por la capacidad de generación, administración y gestión de la riqueza familiar. Sus aspiraciones idealizan el trabajar para el Estado, obtener un empleo en esa mesa de privilegiados del poder, esa “blanquitud” estudiada y leída que se arroga la potestad de decidir sobre la vida de los demás, decidir lo que es suficiente para ellos y dosificar las oportunidades que se les presentan.

Un atajo o ventana abierta hacia el poder de las elites, al igual que en México, es el de las actividades económicas ilícitas como el contrabando, el narcotráfico y la corrupción. Todas estas oportunidades monitoreadas de forma corporativa a través de las estructuras sindicales, la colectivización y su gestión a través de sectores claves de la burocracia. Las famosas “coordinadoras” de movimientos sociales y sectores afines no funcionan como se profesa, esa democracia participativa de abajo hacia arriba. La realidad da cuenta que estas coordinadoras ejercen el poder de arriba hacia abajo administrando pequeños permisos, licencias para acceder a derechos y privilegios que siempre son retribuidos para sostener a las elites de la burocracia.

Esconder un país bajo una faceta andina, que se va inventando a través de los medios de comunicación una y otra vez, mostrando la superioridad de estos segmentos por encima del oriente o los valles bolivianos es una estrategia para enfrentar la sociedad en la superficialidad, la “blanquitud de los opositores” contra el patriotismo “prieto” de la base social de la burocracia estatal.

Mientras tanto, la “blanquitud” real, la burocracia de elite enquistada en la cima, resulta desafectada del enfrentamiento y mantiene el status quo, aumenta la presión entre ambos sectores enfrentados y cuando es señalada se escuda en su rol de servicio bajo el gastado slogan: “el gobierno de los humildes”, reescribiendo la historia para identificar una a una las muestras de odio y conflicto entre los extremos enfrentados.

La raza, de los que nacieron en estas tierras, en contra de, lo que llegaron de afuera para explotar a los verdaderos y únicos dueños del territorio. Estos extremos parecen exageraciones, pero han perdurado durante toda la historia boliviana, cuando lo estructural se escondía y la coyuntura tomaba protagonismo, ratificamos el tipo de racismo institucionalizado como efecto colateral de nuestra obediencia ciega en las benévolas instituciones públicas.

En nombre de todos los ancianos de todos los pueblos mayas, exigimos a Mel Gibson que se retire para siempre de nuestra milenaria ciudad maya del el Mirador.

Como persona declarada Non Grata de parte de los pueblos mayas, Mel Gibson no tiene ningún permiso moral, ético, y mucho menos profesional para contaminar con su inmunda presencia nuestra ciudad milenaria de el Mirador.

Mel Gibson no es amigo de los mayas, sino enemigo de los mayas, con su película racista de Apocalipto declaró ante el mundo que los mayas fueron un pueblo ignorante que vivían entre las montañas, gente salvaje, sin educación y sin piedad.

Pero, sobre todo dio por hecho que nuestros ancestros los mayas fueron sacrificadores de seres humanos con fines religiosos para saciar la sed de sangre de Kukulkan nuestro Ajaw y una harta de mentiras y falacias en contra de nuestro pueblo maya.

Este maldito productor de Mel Gibson con su producción cinematográfica de falsos testimonios, trajo sobre nosotros los mayas rechazo, odio, y discrinacion hacia nuestra cultura, por responsabilidad de su maldita película cientos de altares mayas fueron destruidos, y muchos de nuestros guías espirituales han sido quemados, expulsados, y asesinados por gente que creyeron las mentiras y falacias de Mel Gibson en su película anti maya.

Por esto y mucho más exigimos a Mel Gibson que nunca más vuelva al Mirador en el Peten Guatemala, porque este hombre es sinónimo de maldición, mentira, muerte y cuántas cosas malas hacia nuestra milenaria cultura maya.

Go home Mel Gibson You’re are not welcome in our sacred Mayan city of el Mirador. We curse you in the name of our Mayan ancestors and the powerful name of Kukulkan our Ahou. Get out of our sacred city now. We don’t need any kind of help from you now and forever okay.

Atte: El consejo de ancianos mayas de todo el territorio maya y de https://mayatecum.com la fuente de los verdaderos mayas.

Discrinacion