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#Quizá te hace falta llorar
cassita-c · 1 month
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Cuando puedas, vuelve...
Tan sólo un ratito, lo suficiente como para mirarte a los ojos una vez más y tomar tu mano...
Vuelve así sin avisarme, a cualquier hora del día.
Yo te estoy esperando, por que me encantaría volverte a ver, tan sólo una vez más...
Es que aquí siento demasiado frío y necesito uno de tus abrazos.
Quizás no sepas la falta que me haces, por eso te pido... vuelve.
Te prometo que no voy a llorar, ni intentaré retenerte.
Simplemente, quiero ver tu sonrisa una vez más, aunque sea una última vez.
Es que me quedó un huequito en el corazón, y es por ahí donde se cuelan los suspiros, los recuerdos y todo el amor que te tengo...
Por eso, vuelve y tápalo con una última palabra. Vuelve con un abrazo que me reconstruya el alma, que selle todas las fisuras que provocó tu ausencia.
Vuelve y te dejaré partir sin un reproche, con mi mejor sonrisa .
Vuelve para despedirme como debí haberlo hecho.
Cuando quieras, cuando puedas, date un vueltita por mis sueños.
Y después, vuelve a tu lugar, ahí donde te escapaste tan rápidamente sin nada en los bolsillos, sin equipaje... ahí donde yo no puedo verte...
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Quizás un día te entiendan
Bien dicen que falta empatía y sí, aseguro que así es. Porque juzgan por juzgar, hablan sin saber, pero no pisan lo que tú has pisado a lo largo de tu vida, no lloran lo que tú has llorado, no sufren lo que tú sufriste o has sufrido. Y es tan fácil hablar, es tan fácil y gratuito.
Quizás un día entiendan por lo que has pasado, quizás lo hagan, cuando pasen algo similar a lo que tú. Sólo quizás.
Quizás un día entiendan porque a veces reaccionas de una manera y otras de otra. Por qué contestas así, o haces ciertas cosas, por qué muchas veces no dejas de llorar y otras te ríes aunque los problemas te invadan y no puedas más. Sólo quizás.
Quizás un día entiendan esa tristeza que a veces te asola cuando no puedes volver atrás, cuando el pasado te agarra fuerte y no te quiere soltar, cuando añoras y la impotencia se hace dueña de ti y no puedes hacer más. Sólo quizás.
Quizás un día te entiendan. Quizás un día me entiendas....
Quizás un día entiendan el dolor que se sienten cuando alguien se va, cuando te queda el vacío y la mitad de ti se apaga y no vuelves a ser igual que eras antes. Sólo quizás.
Quizás un día entiendan por qué dices no y no, por qué valen más tus principios y valores que otras cosas materiales, que no es fácil ese no, pero tienes que decirlo. Sólo quizás.
Quizás un día entiendan que tu soledad te acompaña más que malas compañías y que no quieres hipocresía. Que tu recuerdos te acompañan, te acunan y se hacen eternos porque los cuidas, esos que a veces te hacen ponerte tan, tan triste, pero que también son al fin y al cabo tu vida. Sólo quizás.
Quizás un día entiendan que te quieres, aunque no seas como ellos imaginan, pero te quieres, te valores y proteges. Que te miras al espejo y ves más allá de lo aparente y no te hace falta que te digan lo que no te hace falta escuchar. Sólo quizás.
Quizás un día entiendan que tu vida es tu vida, sólo tuya, que eres protagonista de ella, con sus más y sus menos. Que estás aquí por ti mism@ y no pides nada, sólo paz. Sólo quizás.
Quizás un día entiendan lo que no quieren entender, pero mientras tanto vive y que te de igual, porque mientras tú lo entiendes sobra todo lo demás.
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ℜ𝔬𝔰𝔞🖤
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jartitameteneis · 25 days
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Cuando puedas, vuelve...
Tan sólo un ratito, lo suficiente como para mirarte a los ojos una vez más y tomar tu mano...
Vuelve así sin avisarme, a cualquier hora del día.
Yo te estoy esperando, por que me encantaría volverte a ver, tan sólo una vez más...
Es que aquí siento demasiado frío y necesito uno de tus abrazos.
Quizás no sepas la falta que me haces, por eso te pido... vuelve.
Te prometo que no voy a llorar, ni intentaré retenerte.
Simplemente, quiero ver tu sonrisa una vez más, aunque sea una última vez.
Es que me quedó un huequito en el corazón, y es por ahí donde se cuelan los suspiros, los recuerdos y todo el amor que te tengo...
Por eso, vuelve y tápalo con una última palabra. Vuelve con un abrazo que me reconstruya el alma, que selle todas las fisuras que provocó tu ausencia.
Vuelve y te dejaré partir sin un reproche, con mi mejor sonrisa .
Vuelve para despedirme como debí haberlo hecho.
Cuando quieras, cuando puedas, date un vueltita por mis sueños.
Y después, vuelve a tu lugar, ahí donde te escapaste tan rápidamente sin nada en los bolsillos, sin equipaje... ahí donde yo no puedo verte...
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serenatsukino93 · 6 months
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A todos nos abandonaron un día. Y cuando digo abandonar, no me refiero sólo a un acto extraordinario.
Traumático. No. Es más simple. Pero duele igual.
A todos nos abandonaron en el medio de un quilombo.
En el inicio de un proyecto.
En el placer del logro cumplido.
En el momento menos pensado.
En el momento más esperado.
A veces pasa, que te das vuelta y no tenés quien te junte los mocos, quien te dé la palmada en la espalda, quien te guiñe el ojo cuando algo te salió bien y quien te limpie las rodillas cuando te fuiste al pasto.
Todos sabemos de la soledad que se siente cuando nos sentimos solos.
Porque todos fuimos abandonados un día.
Y entonces, encontramos un secreto tristísimo, un acto paliativo, para tapar ese pozo.
Vemos gente que se come la angustia tragándose un paquete de cigarrillos,
el otro que corre y corre como un loco a ver si el viento en la cara le vuela ese agujero en el pecho.
Personas que se comen las uñas junto con los nervios y la ansiedad paralizante.
Paquetes de galletitas que van a parar a la boca sin noción de que lo que se intenta matar, no es el hambre.
O por lo menos, no ese.
Pibes que se perforan la nariz y las venas, con alguna que otra cosa que lo pase a otra realidad por un par de horas.
El otro se pone a jugar lo que no tiene.
Vos comprarás compulsivamente cosas que no necesitás, para sentirte un poco vivo por un instante.
Y yo me quedaré mirando una película, que me habilita disimuladamente a llorar mirando afuera, lo que no tengo ganas de mirar adentro.
Es que somos tan jodidos con nosotros mismos que cuando peor estamos, es cuando más nos castigamos.
Porque todo eso que te comés, te come a vos.
Te pone peor.
Te sumas al abandono, la culpa de hacer algo que sabés que no es genuino.
Que no es lo que querés.
No comés así por hambre.
No corrés por deporte, cuando te estás rajando de vos.
No te intoxicás por placer.
Tapás.
Escondés.
Tirás abajo de la alfombra.
Cerrás los ojos.
Te ponés un bozal y un par de auriculares para no escuchar tu corazón.
Date cuenta.
Te estás comiendo a vos.
Y quizá, el secreto esté en frenar.
En sentir.
En recordar, que en ese abandono lo que te falta, es lo que tenés que buscar.
Amor.
Quizá sea hora de pedir ese abrazo.
De acostarte en las rodillas de tu mamá.
De poner la pava y llamar diciendo, sí, te juro que te necesito.
Es ahora. Después no. Ahora.
Andá a esa casa. Hablá con quién te escucha. Llorá. Gritá.
Decí. Vomitá. Pedí. Da.
Ahora.
Hacer malabares, en medio del despelote, no tiene más que un resultado despelotado. Resultado que no va a curar la herida que te sangra, porque le estás metiendo una curita.
Y las curitas no curan.
Las curitas tapan.
Y vos sabés muy bien que el dolor tapado no es dolor sanado.
Pará un poquito. Mirá en el espejo de tu alma. Frená.
Mirá lo que te falta y salí a buscarlo en dónde creas que lo puedas encontrar. De verdad.
No revolotees como mosca en platos vacíos.
Pedí lo que necesitás si ves que solo no podés.
Porque no hay peor abandono que el que se hace a uno mismo. Con eso no se juega. No tenés derecho...
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Se que da pereza leerlo pero por favor leerlo. Me ha costado mucho.
Un día sin pensarlo haces lo que te mueve, quieres y sobretodo te apasiona, sueñas con jugar con el equipo de tu vida hasta lo ves muy lejano pero no imposible, todo pasa rápido y un día ya estas jugando con tu equipo de tu vida, ves el  lejano lugar donde veías a tus ídolos y pensabas que nunca jugarías ahí por ser mujer.
El tiempo pasa, y con el tiempo vas evolucionando, aprendiendo, creciendo en el deporte, jamás piensas a cuanta gente llegas y sobre todo a cuanta gente inspiras. La vida te golpea, te quita a la persona que te llevó a amar el deporte, al que te lo enseño y sobretodo esa persona que siempre creyó en ti, pero con todo y lo que conlleva una pérdida, decides seguir haciendo lo que amas pero más cerca de los tuyos y en el club de tu vida, desde pequeña eres la que lleva las riendas de tu familia, y decides evolucionar, crecer mentalmente y físicamente para que lo que todo lo que este por llegar se lo puedas dedicar a él, y es él quien te cuida, protege y te guía en todo momento.
Comienzas a ganar títulos con tu equipo, y piensas ‘’¿es suficiente?’’, y todo va muy rápido, alcanzas la primera final de una Champions, pero te das cuenta que todavía hay que trabajar más y muchísimo mas fuerte, aunque no te gusta perder pero en esa caída volviste a inspirar a los niñ@s y a enseñarnos que puedes caer pero que es inevitable volver a levantarse y buscar siempre algo positivo de todo.
Te propusiste volver a levantarte, decidiste ser muchísimo mejor físicamente y mentalmente, te volviste ese roble que eres y que llevas dentro desde que naciste, ese diamante que puliste a la perfección, para poder llevar a lo más alto a tu equipo, mejorar tu porque si mejoramos tu, tus compañeras iban a brillar contigo, esa elegancia con la que tocas el balón, esa sencillez con la que te plantas, esa constancia en mejorar cada pase, cada falta directa, cada penalti y mejoras de cara a la portería, hiciste que te admiráramos cada día más.
Tu calidad, sencillez, elegancia, categoría fue lo que hizo que todo el mundo hablara de ti, que te conocieran hasta los pequeños rincones del mundo, por tu luz. Sacaste ese liderazgo que te caracteriza, ese amor por el barcelonismo, esa fidelidad que tienes a los tuyos y esa pasión que tienes por el fútbol, cada vez más niñas te admiraban, cada vez las niñas querían y quieren imitarte por todo lo que eres y generas, por como eres. Alcanzaste la gloria, y te hiciste de ORO, porque eres ‘’la reina’’. Eres insustituible e inalcanzable.
Ahora te toca la parte más dura del deporte. Un rol al que quizás no estás acostumbrada. Llorar, sacrificar, dolor, gritar, cuestionarte muchas cosas y sobre todo un camino donde no tocaras el balón por mucho tiempo. Donde ahora ves un mar de lagrimas, lagrimas de dolor, rabia, enfado, tristeza profunda por todo lo que trabajaste por ese sueño, pero esas lágrimas se convertirán en ganas de querer demostrarte que puedes y que eres fuerte, ganas de querer devolver todo el cariño que has recibido, ganas de querer volver a competir y de ganar, y de alcanzar la gloria.
Un camino difícil y eterno, pero que ni tu familia, amig@s, compañeras,  y sobre todo los fans te dejaran sola. El camino puede que te parezca eterno, pero aquí la ETERNA eres tu. Todos estaremos contigo cuando te conviertas en una aficionada más para animar al equipo desde la grada y gritar contigo. Estaremos contigo cuando estés lista para volver a pisar el césped y ovacionarte como mereces. Y cuando menos te lo esperes, volverás a brillar como solo tu lo sabes hacer.
Y no te olvides todo lo que has sembrado, ahora los niños querrán apuntarse en sus equipos del colegio, del pueblo para seguir tu legado, que querrán disfrutar el fútbol por y para ti, que querrán devolverte todo lo que tú has inspirado en ellos. Eres inspiración, ahora todos querrán seguir tus pasos porque nunca te rindes, y esta no será la ocasión, aprenderás de ello y volverás más fuerte.
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kveyas · 2 years
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                                  *    𝘢𝘳𝘦 𝘸𝘦 𝘵𝘰𝘰 𝘺𝘰𝘶𝘯𝘨 𝘧𝘰𝘳 𝘵𝘩𝘪𝘴 ?
                                 𝐇𝐀𝐏𝐏𝐘 𝟐𝟐𝐓𝐇 𝐁𝐈𝐑𝐓𝐇𝐃𝐀𝐘 𝐊𝐀𝐄𝐘𝐀 !
[ tw : sangre, violencia, mención de muerte, pensamientos suicidas ] 
sangre. 
es indiscutible, por el característico color carmín intenso y el fuerte olor metálico, sabe inmediatamente que lo que cubre sus manos es sangre. la sola imagen no causa ningún tipo de reacción en él, pero solo hace falta que eleve la mirada para que sus rodillas flaqueen. 
cadáveres.
a pesar de que no les reconoce inmediatamente, el peso en su estómago le hace saber de quienes se trata. kenui. cada uno de los miembros, apilados uno encima del otro. nuevo peso se instala en él, esta vez en su mano y, cuando baja la mirada nuevamente, puede ver una pistola sobre ella, su dedo en el gatillo. el sonido que hace al caer es estruendoso, pero cuando el barril se abre a causa de la caída puede observar que está vacío. todas las balas han sido disparadas y ahora se encuentran alojadas en los cuerpos que tiene en frente. sus ojos se cierran con fuerza entonces, intentando alejarse de la imagen que tiene en frente. 
abrir los ojos de nuevo representa un nuevo error de su parte. un grito ahogado escapa entre carmines cuando nota el puñal hundido, uno que él sostiene, contra el cuello de su mejor amigo. brote de sangre es imparable y retirar la navaja solo implicaría que el mayor se desangre con más rapidez. ya no hay marcha atrás, ya no puede detenerlo.
‘ me mataste, [ ____ ] ’ la voz de mars suena débil, pero aún así porta su característica sonrisa en el rostro, la misma que usaba cuando jugueteaban y se hacían bromas entre ellos. 
‘ n-no, [ _____ ], lo siento, no quería, de verdad no quería tienes que creerme ’ la voz del menor es desesperada, cargada de arrepentimiento y un dolor desgarrador. él no quería. no quería. ‘ _____ no me dejes, por favor, por favor no me dejes solo. ’ 
su otra mano hace un esfuerzo inútil de detener la hemorragia, pero es tarde. demasiado tarde. 
no puede respirar.
sobresalto acompaña su despertar, el corazón acelerado y la respiración totalmente agitada. está empapado en sudor y todo le da vueltas, necesita vomitar. se adentra a tropezones al baño, llegando justo a tiempo para descargar todo en el inodoro. el sabor es desagradable y su estómago vacío clama por la incomodidad y el dolor. lágrimas descienden por sus mejillas, lo cual le sorprende porque creyó haber llorado lo suficiente. subconsciente le recuerda que no, que nunca dejará de llorar por lo que hizo. nunca dejará de torturarse y arrepentirse. 
los escalofríos se apoderan de su anatomía cuando recuesta su espalda contra el frío mármol del baño, aquel sabor amargo que se instala en su boca es insoportable pero no puede reunir energía suficiente como para levantarse. todo le duele, hace demasiado frío, todo se oscurece. quizás podría morir aquí mismo, dejar que su cansado corazón sea presa del frío baño y que poco a poco su respiración se aplaque. sería todo tan sencillo, ni siquiera tendría que hacer un esfuerzo. una salida tan cobarde como él. 
un sonido de notificación logra espabilarlo solo un poco, lo suficiente como para tomar su teléfono del bolsillo de su sudadera. 
20 de octubre de 2022, 00:01 a.m.
la notificación proviene de la bandeja de entrada de su correo electrónico y puede saber inmediatamente de quién proviene el mensaje. han estado intentando durante meses, desde que cortó comunicación con ellas. desde que cambió su número sin avisarles. su mano temblorosa abre el mensaje de correo y le da play al video anclado.
‘ estas son las mañanitas que cantaba el rey david, hoy por ser día de tu santo te las cantamos aquí. despierta, mi bien, despierta, mira que ya amaneció, ya los pajaritos cantan, la luna ya se metió ’ las voces de sus madres adoptivas llenan ese frío baño y sus rostros iluminan la pantalla de su celular. ‘ ___, felices veintidós, nuestro niño adorado ¿dónde estás? te extrañamos y te amamos como no tienes idea. por favor, vuelve a nosotras, dinos que estás bi–’
la oscuridad lo consume de nuevo cuando bloquea su celular y lo deja caer al suelo. los sollozos no paran mientras cubre su rostro, no puede dejar de llorar, no puede soportar el dolor ¿quién es ese niño del que hablan paulina y renata? ¿aún existe dentro suyo, enterrado bajo todo el dolor y el trauma ocasionado los últimos meses? ¿las últimas semanas? no. ese niño está muerto. ese niño no va a regresar.
felices veintidós años, kaeya.
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forest-fire-555 · 6 months
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Ajedrez
Solíamos jugar ajedrez, ¿Recuerdas? Ahora el ajedrez me trae tu recuerdo, quizá por eso no lo juego...
Siempre me ganabas, siempre me hacías reír, ahora ya no lo hacemos, ya no jugamos juntos, ya no me haces reír, ahora me haces llorar, llorar por tu desinterés, llorar por tu falta de amar.
Podría escribirte un montón de cartas, que por supuesto, nunca te entregaré, ¿Por qué? Porque se supone que no me afecta, se supone que ya no te extraño, se supone que no anhelo tu cariño.
Pero lo hago tanto.
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chris16877 · 7 months
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Cuando puedas, vuelve...
Tan sólo un ratito, lo suficiente como para mirarte a los ojos una vez más y tomar tu mano...
Vuelve así sin avisarme, a cualquier hora del día.
Yo te estoy esperando, por que me encantaría volverte a ver, tan sólo una vez más...
Es que aquí siento demasiado frío y necesito uno de tus abrazos.
Quizás no sepas la falta que me haces, por eso te pido... vuelve.
Te prometo que no voy a llorar, ni intentaré retenerte.
Simplemente, quiero ver tu sonrisa una vez más, aunque sea una última vez.
Es que me quedó un huequito en el corazón, y es por ahí donde se cuelan los suspiros, los recuerdos y todo el amor que te tengo...
Por eso, vuelve y tápalo con una última palabra. Vuelve con un abrazo que me reconstruya el alma, que selle todas las fisuras que provocó tu ausencia.
Vuelve y te dejaré partir sin un reproche, con mi mejor sonrisa .
Vuelve para despedirme como debí haberlo hecho.
Cuando quieras, cuando puedas, date un vueltita por mis sueños.
Y después, vuelve a tu lugar, ahí donde te escapaste tan rápidamente sin nada en los bolsillos, sin equipaje... ahí donde yo no puedo verte...
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lyon-amore · 7 months
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Oneshot anterior
Estaba con él dando un paseo. Las hojas caían danzando suavemente hasta el suelo. De pronto, para de repente, cogiéndome de la mano. Te miro confusa, pero tú cabello oscuro rebelde sale de tu capucha me hace sonreír. Me sonríes y luego me acaricias los labios con suavidad, mientras me preguntas “¿Puedo besarte?” No hace falta que te conteste, ya sabes que es lo que más deseo.
Y es cuando me despierto.
Llevo mis dedos a mis labios, recordando el dulce tacto de tus dedos. Nunca llegó a suceder. Porque aún no nos hemos conocido. Me levanto y me miro en el espejo. Ya sé qué color quiero ponerme hoy en los labios. Un color que solamente tú eres el indicado para besar. O simplemente quería que se vieran como en mis sueños. Rojo. Un rojo que es igual a la pasión que siento por ti. Muchas veces, me pregunto cómo debes ser, pero otras, siento que me da igual. Me gusta cómo hablas, cómo piensas. Definitivamente, me daría igual.
Decido ir a desayunar a una cafetería antes de ir a trabajar, el sueño me ha dado una sensación demasiado positiva. Por mucho que hable con Jessy y Richy, mis pensamientos siempre acaban en ti, Jake ¿Qué estarás haciendo en este momento? ¿Estarás buscando una nueva pista? ¿O quizás estás pensando en Hannah? Una parte de mí sueña con que pueda tener una oportunidad contigo.
El cálido café hace que me acuerde de mi sueño, la música de fondo hace que mi mente vuele a pensamientos hermosos, imaginándome que estás conmigo, hablando de banalidades, quizás te atreverías a cogerme la mano mientras me miras a los ojos. Deseo tanto poder conocerte. Pero te mantienes oculto, como si fuera algo peligroso el que nos conozcamos ¿Quizás estás jugando conmigo? ¿Soy tu medio para encontrar a tu verdadero amor? Alzo la vista sintiendo una punzada en el pecho y es cuando me fijo en algo. O mejor, en alguien.
No logro verle la cara por completo, pero sí sus ojos. Unos ojos que relucen en las sombras de debajo de esa capucha. Unos ojos que me miran como si fuera lo más importante que existe. Ojos en los que me pierdo por completo. Mi respiración se entrecorta al notar un escalofrío ante esa mirada. Me mira a mí. Soy la única persona a la que mira. Por su mirada, veo que se calma y camina hacia la puerta. Espero con el corazón latiendo más y más deprisa, como si estuviera en una montaña rusa que va acelerando cada vez más.
Pero nunca entra.
Espero un poco más y niego con la cabeza. Tiene que ser Jake ¿No? ¿Quién si no me iba a mirar como si me conociera de toda la vida? Como si ese hilo invisible tirase de mí hacia él y ahora, ese hilo se va estirando más mientras más espero. Me levanto de la silla, corriendo hacia la puerta. Miro por todas partes, pero tú ya no estás. Decido entonces escribirte, una pregunta totalmente inocente: “¿Eras tú el que estaba delante del escaparate de la cafetería?”. Quiero una respuesta positiva, que de verdad me dé esperanza de que había visto al hombre con el que tanto sueño. Pero en cambio, acabas mintiéndome: “No sé de qué estás hablando”.
Sé que eras tú. No porque mi intuición me lo decía, lo hacía mi corazón. Me llevo el móvil al pecho, queriendo llorar. Aceptaré que no quieras verme porque, a lo mejor no soy lo que estás buscando en mí lo que más te gusta. Porque quizás no soy Hannah. Porque prefiero soñar a querer salir herida por ti. Seguiré soñando a que algún día, puedas regalarme esa calidez en la que vivo en mis sueños por ti.
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cachuland · 1 year
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Abandono
A todos nos abandonaron un día. Y cuando digo abandonar, no me refiero sólo a un acto extraordinario. Traumático. No. Es más simple. Pero duele igual.
A todos nos abandonaron en medio de un caos. En el inicio de un proyecto. En el placer del logro cumplido. En el momento menos pensado. En el momento más esperado.
A veces pasa, que te das vuelta y no tienes quién te junte los mocos, quién te dé la palmada en la espalda, quién te guiñe el ojo cuando algo te salió bien y quién te limpie las rodillas cuando te fuiste al suelo.
Todos sabemos de la soledad que se siente cuando nos sentimos solos.
Porque todos fuimos abandonados un día.
Y entonces, encontramos un secreto tristísimo, un acto paliativo, para tapar ese pozo.
Vemos gente que se come la angustia tragándose un paquete de cigarros, el otro que corre y corre como un loco a ver si el viento en la cara le vuela ese agujero en el pecho. Personas que se comen las uñas junto con los nervios y la ansiedad paralizante. Paquetes de galletitas que van a parar a la boca sin noción de que, lo realmente intenta matar, no es el hambre.
Personas que se perforan la nariz y las venas, con alguna que otra cosa que lo pase a otra realidad por un par de horas. El otro se pone a jugar lo que no tiene.
Tú compras compulsivamente cosas que no necesitas, para sentirte un poco vivo por un instante.
Y yo, me quedaré mirando una película, que me habilita disimuladamente a llorar mirando afuera, lo que no tengo ganas de mirar hacia adentro.
Es que somos tan malditos con nosotros mismos, que cuando peor estamos, es cuando más nos castigamos.
Porque todo eso que te comes, te come a ti. Te pone peor. Te suma al abandono, la culpa de hacer algo que sabes que no es genuino. Que no es lo que quieres.
No comes así por hambre. No corres por deporte, cuando te estás olvidando de ti. No te intoxicas por placer. No te acuestas con esa chica por amor. Tapas. Escondes. Tiras abajo de la alfombra. Cierras los ojos. Te pones un bozal y un par de auriculares para no escuchar tu corazón.
Date cuenta.
Te estás comiendo a ti. Y quizá, el secreto esté en frenar. En sentir. En recordar que, en ese abandono, lo que te falta es lo que tienes que buscar.
Amor.
Quizá sea hora de pedir ese abrazo. De acostarte en las rodillas de tu mamá. De ponerte las pilas y llamar diciendo "sí, te juro que te necesito" .
Es ahora. Después no. Ahora.
Anda a esa casa. Habla con quién te escucha. Llora. Grita. Dilo. Vomita. Pide. Da.
Ahora.
Hacer malabares en medio del caos, no tiene más que un resultado caótico. Resultado que no va a curar la herida que te sangra, porque le estás metiendo un curita, y los curitas no curan, los curitas tapan. Y tú sabes muy bien que el dolor tapado no es dolor sanado.
Para un poquito. Mira en el espejo de tu alma. Frena. Mira lo que te falta y sal a buscarlo en dónde creas que lo puedas encontrar. De verdad.
No revolotees como mosca en platos vacíos. Pide lo que necesitas si ves que solo no puedes.
Porque no hay peor abandono que el que se hace a uno mismo. Con eso no se juega. No tienes derecho.
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i-dont-care-im-a-queen · 10 months
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Una vez me preguntaste fríamente mi razón de amarte, dije que fue una pregunta cruel e inoportuna, al verdad es que mi única respuesta era que me dabas paz, eea lo único que lograba decir, que te amaba, a ti y todos tus pequeños detalles, los bueno los malos, sabia que quería verte reir y llorar y que quería hacerlo contigo, que quería abrazarte hasta quedarnos dormidos y mis labios querían buscar los tuyos como si fuesen agua y yo hubiese estado toda la vida en un desierto.
La pregunta nunca me ha dejado, y si me la volvieses a hacer ahora posible quedaría callada nuevamente, no por falta de amor o duda, sino por exceso de sentimiento, por exceso de amor, por palabras carentes de significado.
No sé como decirlo, pero sé que te amo.
Te amo porque tus abrazos me protegen de cualquier mal, te amo porque cada que me pasa algo quiero correr a contártelo, porque el que estés cerca me da paz y tranquilidad, es como comer chocolate, lo pruebas y te relaja.
Se que te amo porque por primera vez he logrado ver el futuro y en el estás tú, te amo porque nos veo despertando tarde para ir a trabajar y corriendo para improvisar algo de desayunar, yo insistiendo que comas algo antes de irte y resoplando porque todavía no estoy lista. Te amo porque nos veo jugando cartas y terminando desnudos en el proceso, haciendo el amor, olvidándonos del mundo, complaciendo los deseo que solo entre nosotros hemos confesado. Te amo porque soy capaz de vernos creando vida, enseñando nuestros valores y consintiendo de más a los que serían nuestros hijos...
Te amo porque somos el mejor equipo y lucharíamos por nuestros sueños juntos, aunque estos estén en direcciones opuestas.
Te amo porque contigo puedo ser yo, no tengo que ocultarme, no tengo que cohibirme ni preocuparme por lo que puedas pensar.
Sé que te amo porque se me hincha el corazón cuando cumples tus metas, cuando estás feliz, cuando haces lo que te gusta, pero mi corazón también se rompe cuando veo tu frustración, tus tristezas o malestares...
Te amo porque te admiro.
Te amo porque eres tú.
Pero quizá, por lo que más te amo es porque puedo ser yo contigo
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tengomilpalabrasparati · 11 months
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Cuando puedas, vuelve...
Cuando puedas, vuelve...
Tan sólo un ratito, lo suficiente como para mirarte a los ojos una vez más y tomar tu mano...
Vuelve así sin avisarme, a cualquier hora del día.
Yo te estoy esperando, por que me encantaría volverte a ver, tan sólo una vez más...
Es que aquí siento demasiado frío y necesito uno de tus abrazos.
Quizás no sepas la falta que me haces, por eso te pido... vuelve.
Te prometo que no voy a llorar, ni intentaré retenerte.
Simplemente, quiero ver tu sonrisa una vez más, aunque sea una última vez.
Es que me quedó un hueco en el corazón, y es por ahí donde se cuelan los suspiros, los recuerdos y todo el amor que te tengo...
Por eso, vuelve y tápalo con una última palabra. Vuelve con un abrazo que me reconstruya el alma, que selle todas las fisuras que provocó tu ausencia.
Vuelve y te dejaré partir sin un reproche, con mi mejor sonrisa .
Vuelve para despedirme como debí haberlo hecho.
Cuando quieras, cuando puedas, date un vuelta por mis sueños.
Y después, vuelve a tu lugar, ahí donde te escapaste tan rápidamente sin nada en los bolsillos, sin equipaje... ahí donde yo no puedo verte...
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jartitameteneis · 1 month
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No. Es más simple. Pero duele igual. A todos nos abandonaron en el medio de un quilombo. En el inicio de un proyecto. En el placer del logro cumplido. En el momento menos pensado. En el momento más esperado. A veces pasa, que te das vuelta y no tenés quien te junte los mocos, quien te de la palmada en la espalda, quien te guiñe el ojo cuando algo te salió bien y quien te limpie las rodillas cuando te fuiste al pasto. Todos sabemos de la soledad que se siente cuando nos sentimos solos. Porque todos fuimos abandonados un día. Y entonces, encontramos un secreto tristísimo, un acto paliativo, para tapar ese pozo. Vemos gente que se come la angustia tragándose un paquete de cigarrillos, el otro que corre y corre como un loco a ver si el viento en la cara le vuela ese agujero en el pecho. Personas que se comen las uñas junto con los nervios y la ansiedad paralizante. Paquetes de galletitas que van a parar a la boca sin noción de que lo que se intenta matar, no es el hambre. O por lo menos , no ese. Chicos que se perforan la nariz y las venas, con alguna que otra cosa que lo pase a otra realidad por un par de horas. El otro se pone a jugar lo que no tiene. Vos comprarás compulsivamente cosas que no necesitás, para sentirte un poco vivo por un instante. Y yo me quedaré mirando una película, que me habilita disimuladamente a llorar mirando afuera, lo que no tengo ganas de mirar adentro. Es que somos tan jodidos con nosotros mismos que cuando peor estamos, es cuando más nos castigamos. Porque todo eso que te comés, te come a vos. Te pone peor. Te suma al abandono, la culpa de hacer algo que sabés que no es genuino. Que no es lo que querés. No comés así por hambre. No corrés por deporte, cuando te estás rajando de vos. No te intoxicás por placer. Tapás. Escondés. Tirás abajo de la alfombra. Cerrás los ojos. Te ponés un bozal y un par de auriculares para no escuchar tu corazón. Date cuenta. Te estás comiendo a vos. Y quizá, el secreto esté en frenar. En sentir. En recordar, que en ese abandono lo que te falta, es lo que tenés que buscar. Amor. Quizá sea hora de pedir ese abrazo. De acostarte en las rodillas de tu mamá. De poner la pava y llamar diciendo, sí, te juro que te necesito. Es ahora. Después no.Ahora. Andá a esa casa. Hablá con quién te escucha. Llorá. Gritá. Decí. Vomitá. Pedí. Da. Ahora. Hacer malabares, en medio del despelote, no tiene más que un resultado despelotado. Resultado que no va a curar la herida que te sangra, porque le estás metiendo una curita. Y las curitas no curan. Las curitas tapan. Y vos sabés muy bien que el dolor tapado no es dolor sanado. Pará un poquito. Mirá en el espejo de tu alma. Frená. Mirá lo que te falta y salí a buscarlo en dónde creas que lo puedas encontrar. De verdad. No revolotees como mosca en platos vacíos. Pedí lo que necesitás si ves que solo no podés. Porque no hay peor abandono que el que se hace a uno mismo. Con eso no se juega. No tenés derecho.
Lorena Pronsky
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Perdido
Todo es ambiguo. Ya no hay lugar seguro. No sé a donde va mi vida, a todos lados o quizá a ninguno. Mi única constante que me mantenía firme ya no está. Me hacía mal. 
Dentro de lo mal que me hiciera, me mantenía a flote. No estaba tranquilo, pero siempre pensaba en que estaría peor sin ella.
Ya no está aquel lugar donde podía desahogarme, donde podía ser escuchado y llorar sin preocuparme por la vergüenza. Donde entre toda la ansiedad que solía producirme, podía encontrar una paz particular.
Sólo me haces peor. Te busqué una vez luego de perderte, solo me hundió más tus palabras “estoy tranquila estando sola”. Estás mejor sin mi, duele.
Duele porque no podría decir lo mismo. Estoy tranquilo la mayor parte del tiempo, pero algo me falta. Me esforcé mucho, pero sólo sigo escuchando que no lo valió ni lo vale.
Me cuesta encontrar ganas para todo, busco la inexistencia. Anhelo la nada.
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futfemspain · 2 years
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Siento que J tomó la decisión de irse hace tiempo y pidió mas dinero por no perder y ver si pescaba algo. En plan, me quedo pero si me pagas esto, sino prefiero irme a casa ganando lo mismo pero con su familia. Al final si ese es su motivo, parece que está anteponiendo su salud mental antes que su trabajo, cosa que no criticaría también te digo. Quizás querrá centrarse en lo que puede conseguir a nivel de selección que es lo que le falta por conseguir.
Nos toca esperar.
Anon 🤡
A llorar la verdad hay que esperar que ocurra el milagro 🕯🕯🕯
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sscorpixn · 2 years
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     𝘢 𝘴𝘵𝘰𝘳𝘮 𝘪𝘴 𝘵𝘩𝘳𝘦𝘢𝘵𝘦𝘯𝘪𝘯𝘨 𝘮𝘺 𝘷𝘦𝘳𝘺 𝘭𝘪𝘧𝘦 𝘵𝘰𝘥𝘢𝘺,                                      𝘪𝘧 𝘐 𝘥𝘰𝘯'𝘵 𝘨𝘦𝘵 𝘴𝘰𝘮𝘦 𝘴𝘩𝘦𝘭𝘵𝘦𝘳...                                                         𝘪'𝘮 𝘨𝘰𝘯𝘯𝘢 𝘧𝘢𝘥𝘦 𝘢𝘸𝘢𝘺
refugio: 
uno, dos, tres… va contando los cohetes dibujados en su cobija favorita, protectora y mágica. esa que sirve para salvarlo de cualquier peligro, esa que su mamá le trajo en un día de compras y que adora porque le recuerda a su programa favorito. se cubre de pies a cabeza, intentando anular con el conteo el sonido de las gotas chocar contra la ventana. es pan comido hasta que la fugaz luz de un rayo anuncie la llegada del trueno más fuerte que ha escuchado en su vida. el sonido dispara sus latidos, le pone alerta y, para su desgracia, pierde la cuenta en lo que un gritito delata la falta de concentración ¡todo iba tan bien!
“vine justo a tiempo.” la vocecilla delicada y amorosa no es extraña para él. en silencio le estuvo esperando, llamándole con el pensamiento. le hace volar de la cama y abrazarse a sus piernas, admitiendo la derrota. está a punto de echarse a llorar por el nerviosismo, pero lucha contra las lágrimas, como tantas veces su padre le ha obligado. “la lluvia es muy fuerte, ¿qué te parece si cantamos un rato?”
segundos más tarde, los muros de su lugar seguro fueron construidos. obreros imaginarios trabajaban silbando una animada canción de fondo mientras que él, su madre y su cobija hacían oídos sordos a lo que sucedía afuera. mucho más efectivo que contar naves espaciales en aquel capullo de tela.
antes de la tormenta:
el señor de las noticias habló de una llovizna, sólo unas gotitas que entristecerían el día por no más de una hora… ¡qué vil mentira!
siente que ha pasado cinco horas sentado en la sala escuchando el cielo caer. otra vez la cobija le sirve de refugio, ahora descolorida y gastada por el pasar de los años. quizá el tiempo no ha sido bueno con su cobija, pero no por esto deja de ser mágica cuando las gotas se precipitan a la tierra. sus planes de la tarde fueron arruinados, todavía está en su uniforme de fútbol y el balón descansa como florero en el centro de la pequeña mesa. se siente triste, desanimado y otra vez busca contar las naves espaciales que no han sido reemplazadas por algún parche. uno, dos, tres… 
“¡******!” la voz que más anhelaba escuchar al fin llega a sus oídos, eliminando cualquier rastro de inquietud de su cuerpo. como es costumbre, vuela de su posición para abrazarse a la única persona capaz de ayudarle a olvidar cualquier lamento. “lo siento, cariño. la reunión duró más de lo esperado, ¿estás bien?”
“claro que está bien, ya tiene diez años.” la voz grave y desdeñosa de su padre retumba en la habitación, al mismo tiempo en que los truenos se hacen escuchar, ambos atormentan su alma y ni siquiera quiere mirarlo, sabe cuál debe ser la expresión en su rostro. le ha mirado de esa manera más veces de las que puede contar. “tú eres quien lo tiene tan débil, tan malcriado, ¡míralo con esa cosa tan ridícula!” y no, no hace falta ser adivino para saber que habla de su cobija. 
“¡la lluvia le pone nervioso!” su madre no duda en defenderlo, a pesar de que las palabras del hombre ya se han hecho un espacio en su cerebro. quizá, sólo quizá, tiene razón.  no puede evitar odiarse a sí mismo por siquiera considerarlo, pero ¿qué tal si lo correcto es ser más valiente e ignorar la inquietud que los días nublados parecen robar a su alma? “espera aquí, ¿sí?” ahora le habla a su hijo, sonriendo apenas, antes de tomar al hombre del brazo y alejarse a la habitación contigua. desde allí, otra vez en soledad, escucha entre trueno y trueno partes de una conversación: 
“es sólo un niño…” “lo convertirás en un bueno para nada.” “los truenos lo ponen intranquilo, lo sabrías si pasaras más tiempo con él.” “¡mujer escuchate! estás creando a un inútil.”
durante la tormenta:
la cobija ya no existe, ha pasado a mejor vida en las manos de su padre y ya no hay naves espaciales que contar. los años le han enseñado a disimular, a esconder la intranquilidad bajo la alfombra, a crear una gruesa capa de indiferencia bajo la excusa de un tonto temor infantil, pero que podría deshilacharse ante cualquier pequeño intento. los años también le dieron compañía, una que jamás imaginó tener y que ahora descansa en la pequeña cuna frente a él. la niñera le pidió quedarse allí, ayudarle un segundo luego de que la pantalla de su teléfono se iluminara para informar un mensaje entrante. 
ese día la lluvia ha sido agresiva, ruidosa, pesada, inclemente. y por un segundo envidia a la bebé que duerme tan pacíficamente, ojalá ese remolino interno le permitiera tomarse aquellas horas con tanta calma. lo intenta, pero en el fondo, su mente enciende todas las alarmas. 
mira el reloj de su teléfono, es tarde. la niña despertará en poco tiempo y él no sabrá qué demonios hacer. espera que la niñera regrese para ese momento sino…
“******” mirada viaja hasta la fuente de aquel sonido. es una voz femenina y familiar, cansada por el pasar de los años. una voz que no esperaba escuchar ese día. 
“abuela…” se pone de pie para saludarle, guardando el aparato en uno de sus bolsillos.
la mujer mira hacia la cuna y luego al muchacho, sonriendo con los labios apretados antes de pronunciar un: “¿podemos hablar?” la niñera aparece con la cabeza gacha, lista para retornar a sus labores en lo que la anciana y el quinceañero salen de la habitación. desde la mecedora, la niñera puede escuchar una conversación:
“******, fue un accidente. ellos…” “¡¿ella está bien?” “tu papá está bien, sólo unos moretones…” “¡escúchame! ¿ella está bien?” “lo lamento, ******”
después de la tormenta:
es un día lluvioso, oscuro, nublado. las gotas caen despacio, la brisa es pacífica y, quizá,  en esta ocasión el señor del clima atine en el pronóstico. mira por la ventana mientras su abuela tararea una canción, esa que su madre solía cantar en días lluviosos y que conoce de memoria. la anciana ahora la canta a la niña, quien jamás tendrá recuerdo de haberla escuchado de su madre. medicina para los llantos de la pequeña actúa como una daga para el corazón del muchacho, una hoja venenosa que va contaminando su torrente con el más poderoso de los venenos. aprieta los puños en la tela de su pantalón, le ha dado vueltas, muchas. ha pensado hasta el cansancio, ha pasado noches en vela y no importa cuánto lo intente, la interrogante no le deja en paz. 
no ha hablado con nadie al respecto, tampoco quiere. su abuela lo ha intentado, sus tíos también, sus amigos, pero ha sido en vano. el cajón cargado de emociones permanece cerrado, no puede darse el lujo de abrirlo. no cuando se trata de ella. hablar del tema significa aceptarlo, reconocerlo, digerir una realidad en la que ella no está presente, una realidad a la que nunca volverá. hablarlo significa admitir que su hermana no la conocerá, aceptar que está a punto de marcharse, que su abuela estará con ellos hasta ese día. hablar de su madre significa asumir que desde ese momento, estarían sólo en compañía de él. de su padre. que a pesar de los años, no deja de expresar descontento con su existencia. hablarlo significa procesar que ella le abandonó junto a la lluvia. 
escucha la puerta abrirse y no necesita girarse para saber de quién se trata… hablando del diablo.
“está todo listo.” sus dedos se cierran sobre la tela de sus pantalones con mucha más fuerza al escucharle. “salimos mañana.”
y en ese momento, el muchacho piensa en aquella pregunta que no le ha dejado tranquilo, no se siente avergonzado, no se siente horrorizado al guardar tales pensamientos sobre el recién llegado. todo lo contrario, grita en sus adentros: ¿por qué no pudo ser él?
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