"¿Eres feliz a mi lado?"

Es una pregunta que ronda constantemente en nuestras conversaciones, me he preguntado incluso si soy tan mala con la respuesta que sigues y sigues cuestionándolo, pero hoy he aprendido que te gusta escucharlo, te gusta que cada vez aumento una razón más por la cual me haces feliz, te gusta sentir una y otra vez esa bonita sensación en el pecho y a mí me encanta hacerte saber lo feliz que me haces.

Cariño, hoy quiero aclararte una vez más que me haces muy feliz, y es que incluso se me hace imposible el no serlo, con tremenda joya de persona como tú: alguien bondadoso, amable, carismático, aquel que con solo un gesto, una palabra o por el simple hecho de ser, alegra a todos a su alrededor.

Sé que puedo ser muy introvertida y puede costarme mucho hablar de mis sentimientos, pero honestamente cuando se trata de hacerte saber lo mucho que me importas, soy un desborde de palabras.

Soy tan feliz a tu lado porque llenas a mi corazón de tanta calidez, puede sonar exagerado pero podría jurarte que baila cada vez que me tomas entre tus brazos, o cada que tus labios tocan los míos mientras acaricias mis mejillas.

Soy tan feliz a tu lado porque siempre me tomas en cuenta, nunca me dejas a la deriva y aunque sean situaciones difíciles, siempre me buscas para poder solucionarlo juntos, en verdad me hace tan feliz que me involucres en los mejores y en los más bajos momentos.

Soy tan feliz cuando hablas de planes a futuro, porque aunque no compartimos tanto en común, me haces imaginar cosas que nunca antes pensé, haces que los miedos se vayan y solo quiera atreverme a todo contigo. Y es que soy tan feliz porque me ves a futuro contigo y entonces no me siento exagerada al imaginarme una vida a tu lado.

Pero es que lo sé, sé que soy tan feliz porque tú sola presencia provoca que mi rostro se ilumine, que mi sonrisa sea inmensa, que mi cuerpo tiemble, que los suspiros salgan cada segundo, que mi mente divague en imaginar una vida a tu lado, soy tan feliz a tu lado porque me haces sentir respetada, mimada, escuchada, y sobre todo, muy amada.

Lo que soy.

Desearía poderte dar un manual entero de lo que contengo, pero creo que sería imposible porque puedo ser muy impredecible, como cualquier persona tengo emociones que pueden variar dependiendo las situaciones, puedo actuar diferente dependiendo mi estado de ánimo, y este puede cambiar dependiendo de lo que me hagan.

Pero quiero que sepas que te enfrentas a una persona real, a alguien que jamás va a fingir ser algo que no es.

La realidad es que conmigo puedes reír todo un día entero, o estar en silencio otro. Puedes conocer mis fantasmas a través de mi pasado, de aquellas anécdotas que me animaré a contarte cuando me des la confianza. Puedes saber que soy un amante de los animales, de los bebés y de la naturaleza por mi trato. Puedes saber que no soy esa persona que podrás llevar a tus reuniones porque mi pánico lo arruinaría todo. Puedes saber que prefiero los lugares silenciosos en donde pueda respirar el aire sin problema alguno. Puedes saber que no creo en los cuentos de hadas, en los romances perfectos, pero que tengo mis propias ilusiones. Puedes saber que me gusta superarme, que me gusta estudiar y trabajar por mi propia cuenta. Puedes saber que mi familia es lo que más importa. Puedes saber que me gusta tanto comer antes que caer en un vicio. Puedes saber que puedo ser muy aburrida, pero también muy divertida. Puedes saber que estoy muy herida, pero aún así pienso que vendrán días mejores. Puedes saber que sin importar qué, doy amor incondicional a todos.

Y es que puedes saber mi realidad, solo si estás dispuesto a quedarte un largo tiempo...

Me han hablado de ella.

Han dicho que tenía ojos muy lindos, las personas los comparaban con las mismas estrellas.

Han dicho que su sonrisa era de ensueño, con solo elevar las comisuras de sus labios ya tenía a todos sonriendo.

Han dicho que iba a todas tus reuniones, tu familia la adoraba, tus amigos, siempre les deseaban que pasaran toda la vida juntos.

Han dicho que vivían juntos y era buena en todo, cocinando, remodelando.

Han dicho que era muy sexy, todo con lo que vestía lo lucía porque su cuerpo era escultural.

Han dicho que perdías la cabeza porque la amabas tanto, la celabas, la consentías, lo dabas todo por ella.

Han dicho que nadie podrá superarla, que tus amistades y familia se seguirán sintiendo vacíos sin importar cuántas chicas más te conozcan, que tú jamás podrás olvidarla.

Incluso tus ojos lo siguen diciendo, ella es la mujer más irremplazable que existe.

Solía tener miedo de imaginar una vida a tu lado, mentiría si te digo que no sigo teniéndolo, pero ahora me siento tan capaz de materializarlo por el resto de mis días.

Quizá ha sido tu forma de protegerme la que me ha convencido, o tal vez el modo en que me miras y te pierdes por largos minutos en admirarme, cuando tomas mis manos y besas el dorso con suma delicadeza, cuando susurras a mi oído que me amas, cuando me das besos fugaces en el rostro.

Quizá ha sido tu risa que resuena todo el día en mis oídos, las oportunidades que he tenido de verte despertar a mi lado, el observar tu cabello desordenado y tus ojos adormilados, o tal vez tus ojos soñadores y esa voz que me cuenta los miles de planes que tiene, el amor que piensa darle a los demás, todo lo que desea vivir a mi lado.

Y es que no lo sé, no sé qué de todo lo bueno y malo que tienes me ha convencido, pero quiero que entiendas que soy muy honesta cuando digo que deseo pasar el resto de mis días a tu lado, que estoy dispuesta a vencer mis miedos, a afrontar los tuyos, a quererte y amarte en las buenas y en las malas. Y yo solo espero que logremos toda una vida juntos.

Me parece increíble la magia de coincidir en el momento preciso; el solo pensar que pude haberte visto antes, en las calles, en las tiendas, cruzando con otras personas, tal vez escuché tu risa antes, tu voz. Pero ha sido ahora donde coincidimos, donde parece que todo se alineó perfectamente porque has llegado en el momento indicado, a sanar mi corazón y hacer reír a mi alma.

Valoro el esfuerzo que haces cada día, desde que despiertas y le sonríes a la vida, diciéndole "hoy también puedo".

Valoro el esfuerzo que haces por nosotros, porque aunque sé que a veces es difícil te atreves a sonreírme, a acariciarme y besarme con tanta pasión.

Valoro el esfuerzo que haces al amarme cada vez más y más, con ello lo que intentas y mejoras para hacérmelo ver y entender.

Valoro que aunque tienes cambios de humor y tus sentimientos son tan frágiles, haces de todo para no herirme, me explicas y haces lo correcto para no lastimarnos.

Valoro que nunca te rindes, que aunque estés llena de lágrimas te atreves a abrazar mi alma, a llenarla de vida.

Valoro cada detalle, cada esfuerzo, porque sé que no es nada fácil para ti cariño, pero hoy quiero que sepas que juntos podemos, que con tu propia ayuda y la mía, lo lograremos.

Eso es todo lo que mi alma deseaba escuchar y sentir.

Vivimos con un fantasma.

Hoy he conectado con el fantasma que te atormenta, lo he conocido a través de tus ojos, de tus suspiros, de tus ojos llorosos, de las huellas que dejó en tu cama y en tu casa.

Hoy he armado mi rompecabezas en una tabla de recuerdos, de acciones y de palabras que alguna vez dijiste, y entonces lo he construido, he construido al fantasma.

Ese fantasma aún ronda por tu piel cuando te estoy tocando.

Ese fantasma aún se mete en tu cabecita cuando dices que algo me gusta o algo hice, cuando ambos sabemos que no es así y estás pensando en el fantasma.

Ese fantasma aún está presente en la vida de tus amigos y familiares.

Ese fantasma aún está tan presente en ti que sigues suspirando, llorando, y escribiendo.

Ese fantasma de aquella mujer me atormenta ahora y desearía tanto ya no estar tan viva.

Aún tengo ilusiones, podrás pensar que son infantiles pero de verdad deseo compartirlas contigo.

Y aunque sé que no es primordial, en verdad sueño con tener tus fotos, tus comentarios, tus publicaciones, en todas mis redes sociales; me hace la ilusión presumirte a todo el mundo, sin miedos, sin celos, solo para mostrar que eres la razón de mi felicidad y lo tan importante que eres.

Sueño con conocer lugares a tu lado, no me mal entiendas, en verdad quiero ir a todo sitio que se nos permita, pero si me dieras a escoger, quizá soy más "aburrida", quiero conocer pueblos mágicos, museos, bares donde pueda bailar toda la noche, ir al teatro, escuchar óperas, sinfonías, viajar en auto por las noches, sentarnos en un parque, comer elotitos juntos.

Añoro sentarnos un día en el sofá y jugar algunos juegos de mesa, donde si pierdes o ganas, te besaré como recompensa.

Deseo un día solo escuchar tu voz, dejar toda distracción a un lado y que me cuentes tu pasado, sobre aquellos dolores, sobre tus rupturas, sobre aquellos sueños, aquello que te gusta y lo que no; quiero que como novios de adolescencia nos preguntemos todo, tu color favorito, tu comida, tu película...

Y es que yo solo quiero que nos brindemos la misma importancia el uno al otro, que me digas si realmente estamos buscando lo mismo o no, porque aunque yo te amo estaría dispuesta a soltarte para que encajes con alguien más, porque este es mi nivel de madurez y amor sincero hacia ti.

Últimamente ya no escribo, porque mi pecho duele, mi mente se ha vuelto engañosa, mis pensamientos se han vuelto desordenados; es tan tormentoso aquí, solo deseo que pronto mis gritos sean escuchados.

No me gusta pedírtelo porque pienso que ya no será genuino cuando lo reciba, y sé qué tal vez sea erróneo pero de verdad espero que seas tú quién me pregunte hasta el mínimo detalle de lo que me gusta, de lo que me aterra, lo que me disgusta, lo que me encanta. Cariño, solo te estoy pidiendo de vuelta lo que yo hago por ti, ponerte toda la atención y grabarme hasta el último detalle, para entender lo tan importante que somos el uno para el otro.

Amor fantasma.

Defino a nuestro amor como eso, un amor fantasma, si te preguntas por qué, he aquí mis razones.

He pasado de salir con aquel chico que me tomaba de la mano los primeros meses de relación, a aquel que me deja ir detrás suyo.

He pasado de ser presumida en todo tipo de redes sociales, a no ver ya ninguna foto mía en ningún sitio.

He pasado de salir a conocer todo tipo de lugares, de los más sencillos a lujosos, a solo quedarnos en casa sin decir nada.

He pasado de tener público "en una relación", al pretexto de: "no es necesario tenerlo público".

He pasado de ser presentada y presumida a amigos, de ser llevada a reuniones a solo quedarme en casa y escuchar un "solo puedo ir yo".

He pasado de contarte mis sueños, metas y emocionarnos por ellas, a contarlas ahora y recibir un "que bien".

He pasado de recibir un mensaje de buenos días y buenas noches, de mensajes hermosos y detallistas, a simples sílabas.

Y es que es así, esto es un amor fantasma.

Últimamente me quiebro a llorar cuando alguien me pregunta, "¿cómo estás?", me atrevo a decir que estoy bien pero las lágrimas no tardan en salir, es entonces ahí cuando lo sé, ya estoy demasiado rota y no puedo ocultarlo más.

Lo sé. Lo sé cuando tus labios me besan y se atrapan en un beso que solo dura pocos segundos, lo sé cuando me abrazas y la intensidad es poca, lo sé cuando tardas en decir que me amas, lo sé cuando tú mirada se desvía e intenta no mirarme por mucho.

Y es que cariño, lo sé, sé que has dejado de amarme.

Una pareja de ancianos hace un tiempo me dijo que cuando encontrara a esa persona con olor fuerte y peculiar a rosas, jamás la dejara ir. Me aseguraron que se trataría del amor de mi vida, y que sería muy idiota si lo dejaba perder. Y honestamente, es el mito de amor más bonito que he escuchado.

Es terrible cuando una pareja no se ama al mismo tiempo, me ha sucedido.

Fui la primera en amarte y expresarlo de todas formas posibles; quizá a la mitad de nuestro recorrido te enamoraste y decidiste amarme. Pero ya me encontraba agotada, mi corazón estaba quebrado por no haber recibido amor cuando estaba deseoso.

Hoy decido no amarte más y puedo verlo en tu rostro, aquella desesperación, tristeza y enojo, te estás preguntando si alguna vez te amé de verdad o si solo fingí, te preguntas lo mismo que yo me cuestioné hace tiempo.

Será esa tu condena, no haber valorado mi amor verdadero desde el principio, y hacerlo cuando solo querías jugar a amar y ya no era recíproco.

He experimentado todo tipo de decepción a tu lado, así que no, no me pidas que todo vuelva a ser como antes.

Estuve en tus zapatos.

Cada noche me sentaba a sobre pensar, a repetir aquellos momentos y palabras vividas una y otra vez, si quieres que te sea honesta, cada noche era yo la que lloraba.

Estuve en tus zapatos aquella noche que te pedí espacio porque mi ansiedad me estaba ahogando; sé que te sentías frustrado por no poderme ayudar, sé que deseabas estar a mi lado y abrazarme. Y créeme que lloré como nunca, odié el no poderme expresar, si te soy honesta, odié cada parte de mí.

Estuve en tus zapatos aquellas veces en la que buscabas qué regalarme, qué hacer, porque sé que solo deseabas verme sonreír. Y créeme, cualquier mínimo detalle me hacía feliz, hacía que mi alma sonriera.

Estuve en tus zapatos aquella noche donde moría de frío, sé que te sobre esforzaste por no sentirlo tú, por mantenerme a salvo y sana. Pero créeme, lo agradecí y a la vez deseé no ser tan débil.

Estuve en tus zapatos aquel día que hicimos un viaje de imprevisto, sé que tus emociones iban disparadas, tristeza, enojo. Pero créeme, yo retuve todas tus emociones, me sentí igual en cada momento y deseé que nunca más te sintieras así.

Estuve en tus zapatos cuando enviabas mensajes, llamabas y esperabas que pudiera responderte. Pero créeme, no es que no deseara devolverlo, a veces solo dolía el no saber cómo responder, no tener tiempo o sentirme tan mal cuando llegaban. Créeme que odié tanto ser así.

Estuve en tus zapatos cada día y lo compensaba al siguiente, explotaba de amor, te besaba y abrazaba sin cesar, te daba detalles.

Estuve en tus zapatos en cada momento y no podrás negarme que cada día intenté mejorar, a veces caía pero volvía e intentarlo por ti y nosotros.

Estuve en tus zapatos y lloré inmensamente deseando ser la adecuada, deseando ser y actuar como esperabas.

Estuve en tus zapatos aquel día en que decidí partir, porque sé que te estaba consumiendo, sé que eras más tristezas que alegrías a mi lado, porque créeme, fue el dolor más grande verte llorar y frustrarte por mi culpa y por eso estuve en tus zapatos, pensando en que estarías mejor sin mí.