hcrvds‌

                     con iris fijos en el otro, se encontró analizando casi sin quererlo sus gestos y expresiones, preguntándose si tal sujeto había optado por tratarlo con la ingenuidad que el mundo solía. supuso que era el caso. fue una ceja la que se remarcó al alzarse, decidiendo abandonar su espacio para invadir el otro, agachándose en tal rincón para apoyar un codo en rodilla ajena, y el mentón sobre la palma después. “ no te confundas, me gusta la idea de que alguien esté atraído por mí — mas no quiere decir que vaya a entregarme fácilmente ” las comisuras que se afilaron no escondieron el desdén que liberaron sus palabras, manteniendo lo fijo de su mirada como el que no carece de confianza. apretó los labios en una ligera mueca, prefiriendo esconder que jamás había sentido un tipo de conexión semejante, que todas sus relaciones se habían dado por un interés foráneo en sí, y que jamás habían abandonado la superficie emocional. “ ya, ¿tanto te han decepcionado tus anteriores crushes? ” incordió, clavando incisivos en su labio inferior después para contener una expansión improcedente de sus comisuras. “ uh, depende — invítame a algo de comer ”

La sorpresa por la repentina cercanía se muestra fugaz, mediante elevación de cejas. No es que le incomode que su espacio personal se vea amenazado, si no que requiere segundos para asimilar que, el de hace minutos, es el mismo que acaba de acercarse. Acostumbrarse le lleva pocos instantes, su anterior postura no tarda en renacer: “Si el crush fuese verdadero... mi corazón estaría explotando en este momento.” relata, cual tercero dentro de la escena. “¿Ah no? Habría apostado que el cumplido bastó para quedar en buena posición contigo.” bromista, lo acompaña una curvatura de labios. Ha apoyado su espalda contra el respaldo, a sabiendas de que, al jugar, sus palabras pueden o no ser tomadas de modo literal, porque la referencia va dirigida hacia la cercanía vencida por el otro. “Mucho, mucho.” y qué hipocresía contestar de esa forma cuando bien sabe que él mismo es el único imbécil que boicoteó posibles relaciones fructíferas a lo largo de su vida. “Pero supongo que si aún discutimos si eres o no mi crush, sería incorrecto que te hable de los anteriores.” desde nula seriedad fija la situación a la altura de parejas y ex parejas, palabras que se le escapan sin meditar. “Hm. ¿Sabes...? No tengo tanto hambre, ahora que lo pienso.” inventa y, entre sonrisas, sólo busca deshacerse del pedido ajeno, sin disimulo.

더 로즈 (The Rose) - RED

hvesun‌

Acostumbrada a quitar relevancia a alabanzas directas, la surcoreana echa un bufido divertido para desacreditar palabras ajenas. “ Fui atacada. ” Su testimonio tiene cierto tinte serio que no logra mantener en el tiempo, desenvolviéndose en pequeñas carcajadas cuando siente el pulgar ajeno contra su frente. “ Uno de los niños dijo que lucía muy pálida y que necesitaba un poco de color en mi rostro, y ya ves. ” Obviamente se ha negado a la propuesta infantil, pero parece ser que el pequeño fue más rápido que ella, el delgado pincel impactando con zonas aleatorias de su rostro. “ Debería agradecer que ninguna gota de pintura cayó a mis ojos, ¿no? ” Pausa. “ ¿Por qué? ¿Qué podrías hacerle a esos pequeños? Si no matas a una mosca, pues. ” Lo acusa con la mirada, haciendo lo humanamente posible por no sonreír y mantener su faceta lo más que puede. “ Iba a pedirle a Ahreum que me ayudara, pero tú estás aquí y tengo un poco de algodón junto a un desmaquillante en crema que me pasaron, así que, ¿te sacrificas por el equipo? Podemos ir a buscar comida luego. ”

Tiene que reír, en especial por la forma en que el suceso ha sido relatado. “¿Se la devolviste?” pregunta, percatándose de qué ha dicho un segundo posterior a soltarlo. Rápidamente, vuelve a hablar: “No, eso sería terriblemente infantil, ¿verdad?” como si se discutiera a sí mismo, agrega las palabras frunciendo un poco el entrecejo (expresión que busca aumentar la imagen de presunta oposición a aquella idea). “Cuánto optimismo. Sólo tú pensarías en agradecer después de recibir un ataque... Te imagino como una futura madre demasiado permisiva, Hyesun.” la comisura derecha de sus labios continúa elevada, posición establecida después de la risa que la historia le robó. “En mi defensa, matar a una mosca es imposible, a menos que tengas uno de esos instrumentos específicos para hacerlo... los cuales jamás tuve en mis manos, así que no cuenta — estás olvidando que tengo un hermano menor, sé cómo asustarlos.” jugadas blancas, el menor de su familia se ha vuelto inmune a las fotografías de It, sin ir más lejos. “Claro, sí. No necesitamos a Ahreum.” usa el nombre con confianza, pese a no conocer a la mencionada.

mccnday‌

     Si aquel elogio busca llamar su atención, indudablemente lo consigue. La decepción que se dibuja en su rostro poco tiene que ver con aquella caricia a su ego, está contenta con el halago, aunque finja lo contrario. ❝ Te está costado más trabajo del esperado acostumbrarte ❞ Se cruza de brazos, alejando de la vista la pantalla de su móvil, en la que su atención se mantenía firme hasta ese momento. ❝ Es una suerte que no esté pasando por mi mejor momento, no me gustaría convivir con el reclamo de que soñar despierto conmigo no te permite concentrarte en clases —– ¿estás descansando bien? Debe ser difícil dejar de pensar en que la belleza no se me quita cuando me desmaquillo ❞ Nadie ha visto su rostro cubierto por mascarillas faciales más que él, y visto de aquel modo, tal vez tiene sentido que se sorprenda al encontrarse con un rostro que sí parece humano. ❝ No es que muchas personas me hayan visto desmaquillada —– en fin, ¿qué hacías? ❞

Puede adivinar hacia donde se dirige tanta palabrería sin necesidad de prestar atención a cada parte, sólo escuchar las primeras palabras bastan para imaginar el final. Y de hecho, la predicción no falla (lo cual le permite desconectarse de la conversación por momentos, como le ha enseñado la convivencia de las últimas semanas, tendencia necesaria dadas las absolutas diferencias de carácter). “No puede ser que tengas tantas energías para elogiarte, ¿estuviste saltándote trabajo, verdad?” cuestiona, dada la verborragia. “Ah. Quiero números, ¿cuántas personas te han visto desmaquillada estos últimos dos años, sin contar a tu familia?” la curiosidad no es frenada por ningún pudor. Si comúnmente no le importa soltar los primeros pensamientos que cruzan su mente en relación al entorno (nunca a lo interno), no encuentra razones para reprimir preguntas con quien vive bajo su mismo techo y por consecuente es compañera diaria. “Nada. No me queda mucho para hacer, tengo que esperar a que los menos civilizados hagan lo suyo para salvar el evento. Es bastante entretenido, ¿me quieres ayudar? — ¿o qué hacías...? Además de buscarme entre toda la gente, me refiero.”  

msoonyi‌

con un palo removía unas desechables de papel, las palabras se oyen ajenas, propias de quien tuviera al menos cierta figura, porte, gracia o mismo no pareciera extraída de los cazafantasmas por las exigencias que poseía su pequeña obsesión en su propio cuidado. al notar que era la única tan próxima, hierven mejillas entre agudas risas nerviosas “no—no lo dices por mi ¿verdad?” la duda se impacienta porque no siente que es merecedora de nada en ese estado, no asiste a itaeda como asistiría a cualquier evento popular.

“Claro que sí~ Al resto de los mortales no nos favorece el uniforme, pero tú luces sencillamente preciosa.” sostiene, y por un momento se distrae observando el palo, lo cual no es un impedimento para interrumpir aquellas palabras baratas (que no deberían restar mérito a la delicada apariencia ajena, porque el hecho de soltar halagos vacíos con tanta facilidad, habla mal de él y de nadie más). “No te había visto antes por la academia, ¿será que nuestras clases no coinciden...?” busca corroborar, casi seguro de que no han conversado anteriormente.

baeilwoo‌

lleva su mirada un tanto confundido hacia la figura que parece estarse dirigiendo a él. aún así, en su mente no concibe que dichas palabras sean para él por lo que termina mirando hacia atrás para asegurarse que en efecto, le hablan a él. –– ajá –– asiente con la cabeza. –– no hace falta que me lo repitas–– añade con cierta gracia. –– pero me sigue sonando fuera de lugar, ¿es una nueva manera de ligar con alguien?–– cuestiona cruzándose de brazos. –– ¿o- buscas hacerle saber a alguien que tienes otro interés o quieres un favor?

“No, no, cuánta desconfianza, sólo es una honesta observación, desde lo más profundo de mi alma ― ya quisiera que el uniforme me quedara como a ti.” continúa por el mismo sendero dando dos asentimientos suaves, porque mentir se le da más fácil que admitir lo solitario que se siente trabajando en aquél ambiente familiar y cálido, combinación antónima a un historial familiar que, allí, es evocado de forma involuntaria. “De todos modos, si mi comentario consiguió que gane un favor de tu parte, lo acepto de buena gana. ” agrega entre sonrisas, oración soltada sin genuina expectativa de que llegue a buen puerto.

byngprk‌

no le molesta el trabajo que le ha tocado, limpiar era mucho más fácil que intentar animar al público o tener que lidiar con los visitantes. así que no tenía nada de que quejarse, salvo que la noche anterior apenas había podido pegar el ojo por culpa de su madre. y preferiría estar en su cama si iba a pedir el día libre de todos modos. ahogando un bostezo en lo que espera por algo para hacer, es que voz masculina llega a sus oídos y atrae su atención.  ‘ ¿qué quieres? ’ pregunta a secas, porque algo debía de estar buscando si soltaba tantos cumplidos de la nada misma, a oídos del pelinegro no eran más que palabrería barata con motivos ocultos. 

“¿Mh? ¿En este momento?” pregunta, desentendiéndose de segundas intenciones. “Nada en específico. O sí, supongo que mataría por irme a casa... o por recibir un masaje...” cae en forzar el clima de compañerismo con alguien que apenas conoce de rostro y no logra asociar a un nombre. “pero dudo que tú me quieras ayudar con eso.” su mirada va hasta una de las mesas entre que deja ir el comentario. Tan pronto como nota que quienes comían allí abandonaron su bandeja sucia sobre la superficie, Alek observa hacia otro sitio (expectativa latente de que el contrario se percate del trabajo pendiente). “De nada por el cumplido, por cierto.”

hvesun‌

“ ¿Estás intentando perder el tiempo de nuevo? ” La acusación escapa de sus labios con una tranquilidad tal que no pareciese estar para nada sorprendida, una pequeña sonrisa que logra cincelar cuidadosamente sus labios. No es como si no creyera en las palabras del masculino, sino que no encuentra razón alguna para soltarlas de todas formas. “ Creo que te confundes un poco. ” Dando un paso en su dirección, la castaña se detiene frente a él para mostrarle la cantidad de pintura que lleva en su rostro, siendo víctima de un pequeño accidente que ha acontecido breves momentos atrás. “ ¿Aún crees que me veo impecable? Porque mi cara no parece tener la misma percepción de la palabra, pero, bueno, allá tú. ¿En qué estabas? ¿Te estás dando un pequeño descanso? ¿Has comido algo ya? ”

No llega a responder con palabras, porque la pregunta le roba una silenciosa risa (la de quien acaba de ser descubierto). Escudriña las manchitas de pintura que pasan a resultar visibles, en tanto contesta: “Bueno, tal vez la palabra no sea impecable, pero hasta que se me ocurra una mejor me limitaré a decir que sigues siendo la más hermosa de todas. ¿Puedo saber cómo terminaste de este modo?” su pulgar se propone llegar a la frente ajena para comprobar si el mero toque permite borrar la pintura. “Si alguno de los niños te estuvo molestando, puedes decírmelo.” asegura, haciendo inútiles esfuerzos por no sonreír al tratarla de aquél modo (porque si no sabe cuidar ni a una planta, al menos puede fingirse capaz en ese mundo imaginario pintado por palabras). “Sí, y... no, aún no.” olvida devolver la pregunta y la relevancia que guarda la cuestión, se distrae: “¿Ibas a deshacerte de la pintura o planeas seguir así hasta el final de la jornada?”

kwjae‌

“ ¿me estás tratando de elogiar cuando todos utilizamos el mismo uniforme? ” preguntó señalando a todos los estudiantes que tenían el mismo pantalón negro y camisas negras. 

“No a todos les favorece el uniforme... pero, aún así, lo que te hace destacar no se debe al vestuario.” con lentitud le enseña un pulgar arriba, buscando coronar tanta aprobación verbalizada. Romper el gesto al bajar extremidad equipara al derrumbe de su postura previa (pues ahora tiene la atención de su amigo y será una distracción durante los siguientes minutos, opta por asumir): “Gracias por el cumplido, Alek, tú también te ves bien a pesar de que hayas estado levantando bandejas sin descanso durante las últimas horas, me alegra verte...” continúa, arrojando ideas (sin seriedad o molestia de por medio) de lo que le hubiese gustado escuchar de parte del contrario.

nareasj‌

La mirada revoloteaba mayormente en el suelo, intentando que todo quedase en su lugar y mantener el orden (sí es que eso era posible) a su alrededor. En su trabajo también tenía que acomodar cosas, por lo que la tarea no se le hacía difícil pero sí verle lo interesante, muchos de los números le daban igual y estar rodeado de pequeños no era su pasatiempo favorito. Con las manos detrás de su espalda, cual postura de vigilante, se acercó al lugar donde su amistad se encontraba. Dudaba que la suerte estuviera de su lado pero en cuanto observa su silueta, un alivio nace y se transforma en suspiro. “ho-” la frase queda perdida en el aire, a la par que sus ojos se abren de par en par. Fingiendo sorpresa. “¡aw, gracias!” manos tapan su boca, típico gesto que ha visto en diversas escenas televisivas. “tú también eres el más bonito, no sólo de tu equipo, ¡de toda la universidad, mí tarroncito de azúcar!” exagera, tomando los cachetes ajenos para complementar la cursileria que había soltado. Acto seguido, se pone firme y en un carraspeo vuelve a ser el mismo de siempre. “¿estás son tus tácticas de coqueteo? diablos…y luego te burlas de mí” canturrea, cruzándose de brazos.

“Duele, duele.” dramatiza, en un intento de soltarse del agarre y borrar la sonrisa que se plasma de forma instantánea en sus labios. Las dos palabras, además, son empujadas por la atención que logran ganar de las personas más cercanas. “Ya~ pero sirvió. ¿Cómo me dijiste?” ladea ligeramente el rostro hacia un lado, buscando volver a escuchar el apodo cariñoso (y tan ajeno al trato habitual del par) con el que lo había llamado. “Con ese minúsculo afecto has mejorado mi día, ¿sabes? Ya me siento lleno de energías y con enormes deseos de acompañarte a donde sea, hasta el fin del mundo.” palabras, palabras vacías que lanza en referencia a una problemática frecuente entre ambos, no puede evitar traer a colación las convenciones a las que sigue a Saeran pese a arrepentirse una vez llega allí (sistema que casi se trata de un ciclo: accede creyéndolo buena idea, mas el ambiente tan ajeno a sus gustos termina logrando que se cuestione la decisión). “Me preguntaba dónde estabas. Le dije a un par de niños si vieron a un sujeto de metro ochenta hablando de dibujitos o robando figuras de acción, porque así te imaginaba... pero no me supieron orientar.”

sunjvng‌

lleva los folletos del itinerario de los musicales entre sus dedos, invitando a todo aquel que se le cruce. reconoce la voz, y lejos de ignorarlo, mueve su cabello a sobremanera, batiendo las pestañas tambien. “dime algo que no sepa, cariño. ” replica, dejando su barbilla por sobre su hombro, dando por terminada su pequeña escena. varias miradas yacen sobre ambos de manera efimera. sunjung se encuentra ahora caminando hacia su compañero. “ ¿te mandaron solo a esta esquina tambien? ” inquiere con diversión, descansando sus mejillas de tanto sonreir por cortesía desde que comenzó allí con sus dedos frios sobre ellas.

La respuesta ajena curva sus labios, entretenimiento ante la facilidad con la que la contraria toma el cumplido. “No, no. Vine por mi cuenta, en realidad es una posición muy estratégicamente pensada. Desde acá puedo observar todas las mesas, en caso de que alguien deje alguna bandeja por olvido, y logro mirarte a ti, por supuesto — ya te digo, posición estratégica.” ah, claro que es demasiado estúpido como para haberlo pensado tanto. Simplemente está inventando sobre la marcha, improvisando, escondiendo la realidad de que se ubicó en la esquina por mera costumbre (a huir de las grandes cantidades de personas, específicamente). “¿Te quedan muchos folletos por repartir? Te llevaste el trabajo más sencillo...” chasquea la lengua, una sentencia que sólo arrojaría alguien que ve la situación desde afuera, desde ya.

ncwarak‌

        huyendo  de  sus  tareas,  se  refugia  en  los  puestos  de  comida  y  aprovecha  también  a  tener  algún  que  otro  bocadillo  gratuito  cuando  nadie  le  está  viendo.  curioso  se  pasea  por  el  lugar,  busca  distracciones;  pequeñas  cosas  que  llamen  lo  suficiente  su  atención  para  enfocarse  en  algo  y  desperdiciar  el  tiempo  que  debería  utilizar  en  su  trabajo.  cuando  voz  masculina  llega  a  sus  oídos,  levi  no  hace  más  que  asentir.  “  dime  algo  que  no  sepa.  ”  tan  humilde  como  él  mismo,  mantiene  una  sonrisa  socarrona  en  sus  carmines.  “  aunque  yo  diría  que  soy  el  más  bonito  de  todo  el  lugar.  ”

Decide tomar a pecho la sentencia ajena, deformar su probable intención y fingir demencia al compartir, efectivamente, algo que no es del conocimiento contrario: “¿Algo que no sepas? ― me duelen los pies de estar tanto tiempo parado. Y acabo de decidir que nunca tendré hijos.” echa una mirada rápida a un par de niños que corretean y gritan a pocos metros de la posición de ambos, información que expone ignorando la alta posibilidad de que el dato no le importe a nadie presente. “De todo Corea ya que estamos, ¿no?” añade, desde la gracia generada por semejante confianza. “¿Por qué estás tan radiante, eh? ¿En qué parte te tocó trabajar?” 

hcrvds‌

                     aún cuando no era afín a la obligaciones, agradecía que aquella le permitiera poner su mente en blanco, olvidándose por un instante de todo lo que acosaba de forma frecuente a su pensamiento. acababa de terminar de limpiar, tan agotado que necesitó tomar una de las botellas de agua que se encontraban disponibles para los alumnos trabajadores. después del primer trago, un par de gotas se escaparon sobre su mentón, importándole poco al instante en el que su atención fue hurtada. “ sabes que estamos en el mismo equipo, ¿no? ” respuesta inmediata, un suspiro de fatiga la prosiguió. los ojos se fijaron sobre los otros, recorriendo sus facciones casi sin percatarse. para sí, la única razón por la que otro hombre le elogiaría sólo tenía un sentido — y prefería ser directo al respecto. “ ¿estás interesado en mí? ”  ambas cejas se alzaron, como esperando reacción ajena. “ ¿soy tu crush? ”

“Eso no te quita el primer puesto, éste jurado vota con objetividad.” da unos pequeños asentimientos, cortitos y rápidos para que alimenten de a poco la seguridad de su habla, curvatura de labios paralelamente restando importancia al podio que él mismo acaba de diseñar. Y lo siguiente, que prácticamente enternecería a cualquier presente, causa una risa que firma acta de defunción en boca de Alek (sus labios sellados impiden que salga). No, el contrario no le atrae, ¿pero para qué decirlo? “Mh, si estuviese interesado en ti... lo estarías haciendo realmente aburrido al ser tan directo.” da su punto de vista, permitiéndose desechar el monosílabo que bastaría pronunciar para simplificar toda la circunstancia. La idea de plantar la duda le entretiene: “¿Para qué quieres saber, mh? ¿Nunca tuviste un crush? La parte más interesante de ellos es la que quedaría destruida si te digo... para bien o para mal, el interés a partir de ahí sólo se puede perder.” justifica, previo a cambiar de tema sin ningún deseo de responder la cuestión. “¿Nos tomamos un descanso? — muero de hambre.”

No es que no comprenda la importancia de la beneficencia, no. El desinterés predominante se debe, en realidad, a una predisposición automática y difícil de erradicar de su carácter (porque si los contratiempos de la vida te dan igual, las causas justas y todo lo que entusiasme a tu entorno fácilmente producirá indiferencia). Es así como termina en un rincón desde el que las mesas son visibles: superficies limpias y personas aún utilizando sus bandejas están a la vista. Por consecuente, no tiene trabajo. Un suspiro abandona sus labios en lo que la mirada asciende al cielo para dar paso a su mente hacia la nada misma, la vista procede a bajar al poco tiempo, encontrando así un rostro que reconoce de Itaeda. Las palabras se hilan rápido: “Eh — te ves impecable, el/la más bonito/a de tu equipo, debo admitir.” elogia, se trata de un intento por capturar la atención ajena y que por un momento permanezca a su lado (una costumbre con fines egoístas y narcisistas, pero salvadores).

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Arruga el rostro y niega nerviosa por la pregunta — ¡Claro que no! — Exclama y mueve su cabello nerviosa tras su oreja para mantener la calma con tal de sostener un poco de su poca paciencia respecto a lo que guardaba en su cuaderno. — Llevo seguimiento de mi período entre otras cosas ¿Eso querías saber? — Enojada lo observa con las mejillas hirviendo en rojo — ¿Y si mi móvil se pierde? ¿Se rompe? ¿Me lo roban? Sería lo mismo, perdería absolutamente todo porque no hay backup que pueda contener todo lo que necesito tener — Explica las razones por las que se fiaba más de su agenda que del aparato, principalmente porque al escribirlo llevaba un registro más fresco de aquello. —- Lo siento, yo también lo estoy pero estoy algo desesperada como puedes ver — Retrocede un paso arrepentida de la forma en la que reaccionó — Estuve en el primer piso hoy — Informa como un dato que posiblemente ayudaría.

No, no es lo que quería saber, pero debe reconocer que la insistencia ha sido toda suya. “Sinceramente, no. Pero bueno, sirve el dato para cuando pregunte en el chat de Itaeda.” da unos asentimientos cortitos, como si realmente pensara detallar qué contiene el cuaderno. “Hay iguales posibilidades de que se pierda tu celular, a una libreta — o menores, yo creería, si es que lo tienes siempre a mano como la mayoría de los mortales. Además, con un celular la información puede guardarse en la nube, y... bah, yo qué sé.” a media explicación se cansa de hablar, hace una mueca y un ademán, desistiendo en buscar convencer a la contraria, porque de todos modos ningún argumento lo salvará de la situación en la que se encuentran. “Veo, veo... bueno, busquemos...” y maldita sea su amistad con Hyerin, la libreta y la falta de actividades que excusen tanto deseo de marcharse a dormir. “Sólo para verificar, no hay posibilidades de que te la hayas olvidado en tu casa, ¿verdad? — ¿ni de que tu hermana haya decidido jugarte una broma?”

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   alza esa mirada, como venado deslumbrado por faros de un auto. es instintivo que apriete su móvil sobre su pecho, como si el joven fuese a arrebatarlo de sus manos. son sus labios los que comienzan un vaivén al ser descubierta, ¿acaso era tan transparente? “yo-yo no dije eso.” sí, sería su chivo expiatorio. ya una vez arruinó sus deberes al caer estos en un charco, cuando torpe tropezó, no le creerían capaz de ser tal desastre como para que algo así volviera a repetirse. más valía, hacerse de una historia, claro… basada en hechos reales. “no te ves, casi no apareces, ¿ves?” fugaz voltea el móvil, incapaz de mantenerlo estable para que sus palabras fueran tomadas como la verdad. “por que no… yo no… ¿por qué lo harías?… por que— ¿por favor?” y cae en desprevenida fachada de ruego. “mi profesor no me aceptará otra excusa como esta, serías un héroe… serías, el mejor compañero del universo y… por favor.”

No logra ver la imagen con claridad, pero es entre que se debate sobre creerle o no, que escucha lo siguiente. Su deseo de sacar algún beneficio queda tapado frente a tantos por favor, ya que traza un límite cuando la situación no puede ser tomada con liviandad:  “Tu profesor ha de ser una pesadilla.” pues genera esa reacción en la contraria. “No son necesarios los títulos  — los héroes no me parecen personas muy felices, ¿y mejor compañero del universo...? Eso implicaría que recurran a mí para obtener favores, ¿acaso te gustaría alguno de esos títulos?” se le ocurre buscar la opinión ajena, frunciendo la nariz ligeramente. “Con asegurarme que te quedarás aquí hasta que termine mi almuerzo, acepto la redistribución de la foto.” concluye, mientras toma asiento en el sector donde dispuso su comida minutos atrás. Lo cierto es que comer en soledad le parece decadente y ha sido el motivo por el cual eligió una mesa ocupada, por lo que el trato ofrecido le cierra desde donde lo mire.

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   su espalda yergue para tomar la orden del muchacho, le observa por unos segundos aun con malteada en las manos y es rápida en desobedecer para alcanzar su bolso y sacar unos cuantos pañuelos de ahí. confundida mira el café del joven, preguntas le invaden al respecto, ¿creía que se bebería su café o acaso… sí, quizás lo mejor sería alejarse un poco. es torpe y desatinada en sus movimientos, pero nunca había llegado a tanto. “no puede ser.” cae en cuenta de lo que ha perdido, apuntes de la clase que recién pasó y el borrador de su siguiente proyecto. “de acuerdo. no te muevas.” surge una idea, una que debería aprovechar. tomando su móvil se dedica a tomar una foto de la escena entera, incluyendo al joven, quien sería su chivo expiatorio. “ahora tengo pruebas de lo sucedido… mi profesor me tiene que perdonar esta, ¿cierto?” suspira, sin seguridad de lo que pueda suceder. “yo limpiaré, puedes tomar uno de los pañuelos.” desanimada, toma las hojas que caen en sus dedos frágiles, sin salvación.

“Eeeh, ¿acabas de...?” tomar una foto, sí, cree que sí (tanta certeza no le deja terminar la sentencia, simplemente queda en el aire). Y por culpa de semejante reacción tardía, probablemente no ha sido capaz de impedir que su rostro sea capturado. “Espera, espera, ¿en qué me convierte ese maléfico plan? ¿Soy el responsable de tu accidente?” asume, ceño fruncido de por medio. Si bien no le molesta la idea de lucir como el causante de aquél desastre, sí lo inquieta el hecho de estar ayudando a alguien que no dará ningún beneficio a cambio. Es por ese motivo que, mientras recoge uno de los pañuelos, habla: “Tomarle una fotografía a alguien sin su consentimiento es ilegal,” inicia, hablando sin saber. “¿por qué no debería denunciarte con la dirección de la academia, mh?” una comisura de sus labios se eleva, entre que limpia sus manos con la servilleta que ha tomada prestada.